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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD

EDAFOLOGÍA Y FERTILIDAD

PRESENTADO POR:

GRUPO: 201612_22

TUTOR

MILTON ARARA OROZCO

PROGRAMA: AGRONOMIA

ESCUELA DE CIENCIAS AGRICOLAS PECUARIAS Y DEL MEDIO AMBIENTE

ECAPMA

CCAV-PITALITO

2021
2. Consultar el significado de los siguientes términos del suelo con las respectivas unidades y/o
fórmulas de cálculo según el caso:

HUMEDAD GRAVIMÉTRICA: La manera más común de medir la humedad del suelo es la


gravimétrica y se calcula con base en el suelo seco al horno, para tener un nivel de referencia igual
en todos los suelos y poderlos comparar, según la siguiente expresión:
HUMEDAD VOLUMÉTRICA: La humedad volumétrica [θ (%)] puede ser expresada como una
lámina de agua (L), es decir, como el espesor que tendría esa cantidad de agua si se extendiera
formando una capa continua de agua; la transformación se hace con la siguiente fórmula:

HUMEDAD VOLUMÉTRICA: La humedad volumétrica [θ (%)] puede ser expresada como una
lámina de agua (L), es decir, como el espesor que tendría esa cantidad de agua si se extendiera
formando una capa continua de agua; la transformación se hace con la siguiente fórmula:
TEXTURA

La textura es aquella propiedad que establece las cantidades relativas en que se encuentran las
partículas de diámetro menor a 2 mm, es decir, la tierra fina, en el suelo; estas partículas, llamadas
separados, se agrupan en tres clases, por tamaños: Arena (A), Limo (L) y Arcilla (Ar) y son definidas
como se muestra en la Tabla 7.1, según varias instituciones internacionales.

En la tabla anterior, se observa la coincidencia que hay entre los diferentes sistemas, al establecer
el límite de tamaño para las arcillas. Ésto obedece a las notorias diferencias de comportamiento
físicoquímico de estas partículas, con respecto a las de la arena y el limo, pues éstas son
prácticamente inertes, desde el punto de vista químico, en tanto que las arcillas se comportan
como coloides cargados eléctricamente; también, se observa que no hay un límite estandarizado
entre la arena y el limo, lo cual demuestra que su definición es, hasta cierto punto, arbitraria y que
tiene un objetivo eminentemente práctico. El sistema de clasificación más aceptado en nuestro
medio es el que propone el USDA, el cual subdivide los separados en los rangos que se exponen en
la Tabla 7.2.

El tamaño de las partículas que predominan determina la textura del suelo; se dice que un suelo es
de textura gruesa cuando las partículas predominantes son de tamaño grande; en cambio, los
suelos de textura fina son aquellos cuyas partículas predominantes son las de menor tamaño;
además, las distintas partículas difieren bastante en cuanto a sus propiedades físico-químicas, por
lo cual, la naturaleza de los suelos minerales está determinada, en gran parte, por el grupo de
separados que predominan en él.

La textura del suelo tiene especial significado en: aireación, movimiento del agua, retención de
humedad, retención y liberación de iones, disponibilidad de nutrientes y con ellos en su
productividad, probabilidad, uso y manejo.

Determinación de textura del suelo por el método del hidrómetro o de Bouyoucos

Procedimiento

Para establecer la textura del suelo por este método, en análisis de rutina y con suelos que tengan
bajo contenido de materia orgánica (< 5%), se llevan a cabo las siguientes acciones (ver
implementos en la Figura 7.1):
Para facilitar el manejo de la información obtenida en el análisis textural descrito anteriormente,
las diferentes cantidades en que se presentan los separados del suelo han sido agrupadas en doce
(12) clases texturales. Se trata de incluir en cada clase aquellos suelos que, aunque presentan
diferentes cantidades de arena, limo y arcilla, las presentan en proporciones tales que su
comportamiento físico, químico y mecánico no difiere apreciablemente entre ellos.

Los rangos de variación de las clases texturales se presentan en la Tabla 7.3 y están representados
en el triángulo textural (Figura 7.4). La nomenclatura utilizada para nombrar las clases texturales
ha sido establecida por el USDA (Soil Survey Division Staff, SSDS, 1993). Para determinar la clase
que le corresponde a un suelo dado, se ubican los porcentajes de arena, limo y arcilla en el
respectivo eje del triángulo, se proyecta en él dicho valor, siguiendo la dirección indicada por la
flecha, hasta que las tres líneas se intercepten determinando un punto; la clase en la cual queda
comprendida dicha intersección es 171

la clase textural del suelo analizado; así por ejemplo, a un suelo que presente 40% de arena, 30%
de limo y 30% de arci1la, le corresponde la clase textural Franco arcillosa.

El término utilizado para definir una clase textural implica el separado dominante en la textura;
así, en un suelo Arcillo limoso, el separado dominante es la arcilla, ya que es el separado que
encabeza el nombre de la clase textural; el suelo Franco es aquel cuyos separados están en una
proporción tal que ninguno de ellos domina las propiedades del suelo; desde el punto de vista de
la planta, esta clase textural es la que presenta un mejor equilibrio entre sus separados.
La textura del suelo estudia la proporción en que se encuentran las partículas inorgánicas del
mismo, que tienen tamaños menores a 2 mm.

Las partículas mencionadas se denominan separados y se agrupan, por tamaño, en 3 categorías:


Arena (2 a 0.05 mm), Limo (0.05 a 0.002 mm) y Arcilla (< 0.002 mm).

La textura se determina en el laboratorio por métodos de sedimentación y el más utilizado es el


del hidrómetro.

En el campo es posible estimar la textura del suelo, examinando las características de aspereza,
plasticidad y pegajosidad que le transmiten a este los separados que contiene.

La manera más común de presentar los resultados de los análisis de textura del suelo es mediante
el establecimiento de su clase textural.

Hay suelos cuyos componentes no permiten determinar la textura en el laboratorio porque no


dispersan con los métodos normales: Aluminosilicatos amorfos (Andisoles) y sesquióxidos de Fe y
Al (Oxisoles).

La clase textural agrupa suelos que tienen unas proporciones de arena (A), limo (L) y arcilla (Ar)
que le dan un comportamiento físico similar.

Hay 12 clases texturales; el nombre de la clase implica el separado que mayor control ejerce sobre
el comportamiento físico del suelo.

La clase textural franca (F) implica que ninguno de los separados domina las propiedades del
suelo; que hay un equilibrio entre ellos; no es la que tiene los separados en iguales proporciones.

Cuando en el suelo hay más de 35 % de Ar, este separado domina sus propiedades; en cambio,
para que la A haga lo mismo, debe estar en cantidades mayores a 70 %.

La textura del suelo se relaciona con propiedades tan importantes como: aireación, drenaje,
retención de humedad, fertilidad, susceptibilidad a la erosión, permeabilidad.

Del análisis de la textura del suelo se puede derivar el coeficiente de dispersión (CD) del suelo, el
cual puede ser indicador de deterioro físico del mismo.

El CD establece la cantidad de arcilla del suelo que se encuentra dispersa y su valor crítico se
presenta en 25 %.
DENSIDAD APARENTE: Es la densidad del suelo que se calcula teniendo en cuenta el espacio
ocupado por los poros al cuantificar el volumen de la muestra de suelo, razón por la cual depende
de la organización que presente la fracción sólida del mismo y está afectada por su textura, su
estructura, su contenido de materia orgánica, su humedad (en especial en suelos con materiales
expansivos) y su grado de compactación, principalmente. En términos prácticos, es la densidad
que tiene la tierra fina del suelo, con la organización que ella posea. pero si, aparte de la masa de
las partículas, se tiene en cuenta su organización, entonces se tiene la densidad aparente. La
densidad del suelo teniendo en cuenta su organización (Densidad aparente), será:

DETERMINACIÓN

La evaluación de la densidad aparente se hace con el suelo a capacidad de campo y los métodos
más usados para hacerla son los siguientes:

Método del cilindro biselado

Este método es el más conocido y aceptado. Se aplica en la mayoría de los suelos agrícolas que
presentan poca o ninguna pedregosidad interna y/o que no son sueltos. Además, en suelos que no
presentan abundante cantidad de raíces gruesas, como en el caso de suelos bajo bosques bien
desarrollados. Las condiciones mencionadas anteriormente impiden, o por lo menos dificultan, la
introducción del cilindro y la extracción de la muestra completa del suelo. Se llevan a cabo las
siguientes operaciones:
IMPORTANCIA DE LA Da

El valor de la densidad aparente es un parámetro necesario en varios cálculos relacionados con el


suelo, como son: q Calcular el peso de un determinado volumen de suelo. q Transformar el
contenido de humedad gravimétrico del suelo, a contenido volumétrico. q Calcular la porosidad
total del suelo, cuando se conoce su densidad real.

Aparte de lo anterior, es un estimador del grado de compactación del suelo, ya que si se está
presentando este problema, la densidad aparente se incrementa; también es un indicador de altos
contenidos de materia orgánica en el suelo, puesto que ellos reducen el valor de dicha densidad.

Debido a la facilidad con la cual se puede medir esta propiedad, se ha utilizado como parámetro
para estimar el grado de deterioro del suelo, teniendo en cuenta que a medida que aumenta su
valor, se está produciendo una degradación de la estructura del mismo, bien sea por
compactación o por pérdida de materia orgánica.

Cabe aclarar, sin embargo, que la compactación del suelo no siempre es perjudicial, como lo
demuestran los resultados obtenidos por Silva et al (1986); ellos encontraron que a medida que se
iba compactando el horizonte A de un Latosol rojo arcilloso del Brasil, también se iba
incrementando el contenido de humedad en él, tanto en bosque como en cultivo; ésto se debe,
probablemente, a que la compactación ejercida disminuyó el tamaño natural de los poros,
mejorando la capacidad de almacenamiento de agua por parte del suelo. También en estudios
realizados en Vertisoles del Valle del Cauca (Cenicaña, 1996), se encontró que la eficiencia del
riego por surcos alternos aumentaba a medida que el suelo se iba compactando naturalmente ó
debido al tráfico de maquinaria.

Como parámetro útil para estimar el deterioro del suelo, es conveniente analizar su variación a
través del perfil del suelo, ya que ésta puede indicar horizontes que están siendo compactados; en
la Figura 8.6 se observa la variación que puede presentar esta propiedad, cuando es evaluada en
todo el perfil del suelo; la curva a, representa la distribución de la densidad aparente en un suelo
clasificado como Typic Humitropept, el cual presenta un perfil bastante homogéneo y
prácticamente sin problemas de densidad; en cambio, la gráfica b, representa la distribución en un
suelo Typic Durustalf, la cual evidencia la presencia de dos horizontes compactados dentro del
suelo, uno alrededor de los 60 cm de profundidad y otro que empieza a los 140 cm, lo cual lleva a
esperar comportamientos físicos y químicos especiales en este suelo. Los datos analíticos
utilizados para elaborar los gráficos, fueron tomados de Instituto Geográfico Agustín Codazzi
(IGAC, 1977).
DENSIDAD REAL: es el peso de las partículas sólidas del suelo, relacionado con el volumen que
ocupan, sin tener en cuenta su organización en el suelo, es decir, sin involucrar en el volumen el
espacio ocupado por los poros; se deduce, entonces, su dependencia de la composición mineral
del suelo y del contenido de algunos sólidos especiales en él, como la materia orgánica y los óxidos
de hierro. Si se considera la masa de las partículas sólidas, únicamente, se tiene la densidad real.
La densidad de la fase sólida (densidad real) del suelo se define como:

DETERMINACIÓN

El método más recomendado para medir la densidad real del suelo es el del picnómetro. En él se
desarrollan los siguientes pasos:

INTERPRETACIÓN
Para fines prácticos, se asume como un valor promedio adecuado de densidad real para suelos
minerales, 2.65 Mg m -3. Este valor será apropiado para un suelo cuya composición mineralógica
esté equitativamente distribuida entre los filo y tectosilicatos expuestos en la Tabla 8.1, como
podría ser entre cuarzo, ortoclasa, plagioclasa, montmorillonita y caolinita, por ejemplo.

En un suelo cuya mineralogía esté dominada por óxidos de hierro se presentará una densidad real
muy por encima del valor promedio anotado anteriormente. De otro lado, los valores por debajo
del promedio pueden indicar la presencia de altos contenidos de materia orgánica y/o de
aluminosilicatos no cristalinos en el suelo.

 Si la muestra del suelo se toma sin disturbar, es decir, incluyendo el espacio poroso en el
volumen, se obtiene la densidad aparente; si se elimina el espacio poroso, se obtiene la
densidad real o de partículas

POROSIDAD TOTAL: La porosidad total del suelo es el volumen de éste que no está ocupado por
sólidos; es el volumen que hay disponible en el suelo para los líquidos y los gases.

TIPOS DE POROSIDAD EN EL SUELO

La distribución del espacio poroso depende de la composición y arreglo de la fracción sólida, es


decir, de la textura, del contenido de materia orgánica y de la estructura, definiéndose dos tipos
de espacios porosos:

 Microporosidad o Porosidad textural, está compuesta por el volumen de los poros más
finos que tiene el suelo y que, en su mayor cantidad se encuentran en el interior de los
peds.
 Macroporosidad o Porosidad estructural, es el volumen de poros grandes del suelo, los
cuales se encuentran, en mayor proporción, ubicados entre los peds.

La diferenciación anterior tiene su máxima importancia, cuando se considera la función específica


de cada tipo de porosidad, ya que los macroporos son los responsables de la circulación del agua,
sobre todo cuando está en exceso, y del aire en el suelo, en tanto que los microporos son los
encargados de almacenar agua dentro del mismo.

De las consideraciones anteriores se deduce que, más importante que conocer la porosidad total
del suelo, es conocer la distribución de los poros de diferentes tamaños. La proporción en que se
encuentren los diferentes tamaños es la que controla las relaciones fundamentales entre las fases
sólida - líquida - gaseosa, influyendo grandemente en cualidades edáficas como drenaje,
infiltración, almacenamiento de agua, aireación, temperatura, etc.

Para agrupar los poros del suelo, de acuerdo al tamaño que presenten, se han propuesto varias
clasificaciones, como la que puede verse en la Tabla 8.2, propuesta por el Soil Survey Division Staff
(SSDS, 1993).
Pla (1977) considera que un tamaño de poro de 15 mm de radio, cuando se presenta en
cantidades menores a 10%, puede generar problemas para la evacuación rápida de un exceso de
agua en el suelo. Propone un método de laboratorio para determinar el contenido de este tipo de
porosidad, midiendo el contenido de poros que pierde o no el agua, cuando el suelo es sometido a
una succión de 100 cm de columna de agua; el procedimiento para llevar a cabo esta
determinación es el siguiente:
INTERPRETACIÓN

Teóricamente se acepta como buena una porosidad total promedia de alrededor de 50%.
Kaurichev (l984), califica la porosidad total del suelo como se presenta en la Tabla 8.3.

Con relación a la distribución de poros, Baver et al (1973) consideran como ideal, aquella en la
cual, macro y microporos se encuentran en igual proporción y agrega que, cuando la
macroporosidad es menor del 10 %, se restringe la proliferación de raíces, valor también
establecido por Pla, citado por Cortés y Malagón (1984). Pla (1977) establece que con aportes
controlados de agua (riego) dicho valor límite podría bajarse a 6 u 8 %.

 Los macroporos intervienen en el drenaje rápido del suelo y en su aireación, mientras que
los microporos almacenan agua.
 Una macroporosidad menor de 10% puede generar problemas de aireación en buena
parte de las plantas de cultivo.

VELOCIDAD DE INFILTRACIÓN

Es la propiedad que evalúa la velocidad de entrada del agua al suelo. Es un parámetro crítico
cuando se están haciendo diseños de riego, pues ella define cuánto tiempo debe permanecer el
agua sobre la superficie del suelo para que haya un adecuado humedecimiento, si se trata de riego
superficial, o limita los caudales de aplicación en sistemas de aspersión.
Determinación de la infiltración del suelo

El método más utilizado para evaluar la infiltración en el suelo es el llamado de los anillos
infiltrómetros; consiste en colocar en el suelo, en forma concéntrica, dos anillos de lámina de
hierro con agua y medir la cantidad de agua que penetra en el suelo por unidad de tiempo, hasta
que esa rata de entrada se vuelva constante.
CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA: Esta cualidad es la que define las posibilidades que tiene el agua
de moverse dentro del suelo; la propiedad que se mide para evaluar dicha posibilidad se conoce
como conductividad hidráulica del suelo y se representa como Ks o simplemente K; por su
definición, es una cualidad que se relaciona estrechamente con el drenaje del suelo.

La conductividad hidráulica del suelo es fuertemente dependiente de su contenido de humedad y


puede disminuir varios órdenes de magnitud al pasar del estado de saturación a punto de
marchitez permanente (Hanks y Ashcroft, 1980). La conductividad hidráulica del suelo es máxima
cuando está saturado, pues todos los poros están llenos con agua y actúan como conductores;
además, a mayor tamaño de poros, mayor es la conductividad, por lo cual es una propiedad que
depende fuertemente de la estructura, la textura y la composición mineralógica de las arcillas.

Determinación de la conductividad hidráulica saturada

La conductividad hidráulica del suelo se determina, en laboratorio, midiendo el tiempo que gasta
en pasar un volumen determinado de agua a través de una columna de él, saturado con agua; para
hacer esta prueba se utilizan los permeámetros, los cuales pueden ser de cabeza constante (el más
común; ver representación en la Figura 9.16) y de cabeza variable (especial para suelos de baja
permeabilidad).

Para llevar a cabo la determinación, lo más recomendable es tomar muestras, sin disturbar, en
sentido vertical y replicadas por lo menos 4 veces; pueden fabricarse los cilindros con tubería de
PVC o de metal, según la dureza del suelo, de 20 a 30 cm de altura y de 10 ó 12 cm de diámetro; se
les debe biselar uno de los bordes para facilitar su penetración en el suelo; a unos 4 ó 5 cm del
borde no biselado hacer dos perforaciones enfrentadas, pegando en ellas un tubito al cual se
puedan adherir sendas mangueras, una para entrada y la otra para salida de agua para poder
mantener el nivel del agua constante; luego, los procedimientos a seguir son:
t: Tiempo total empleado en la prueba: min.

A: Área transversal interna del cilindro: cm2.

L: Longitud de la columna de suelo: cm.

H: Longitud de la columna de agua: cm.


TIPOS DE ESTRUCTURA
PENDIENTE DEL TERRENO
. La pendiente es una forma de medir el grado de inclinación del terreno. A mayor
inclinación mayor valor de pendiente. La pendiente se mide calculando la tangente de la
superficie. La tangente se calcula dividiendo el cambio vertical en altitud entre la distancia
horizontal.

Si visualizáramos la superficie en sección transversal, podríamos ver un triángulo


rectángulo:

Fig. 1 Pendiente

Normalmente la pendiente se expresa en planimetría como un porcentaje de pendiente


que equivale al valor de la tangente (pendiente) multiplicado por 100.

Porcentaje de Pendiente = Altura / Base * 100

Esta forma de expresar la pendiente es muy común, aunque puede ser algo confusa
porque por ejemplo un valor de pendiente del 100% se corresponde con un ángulo de 45
grados ya que la altura y la base de un ángulo de 45 grados coinciden y al dividirlos da
como resultado 1 que si se multiplica por 100 es igual a una pendiente del 100%. De
hecho el porcentaje de pendiente tiende al infinito en tanto en cuanto la pendiente se
aproxime a una superficie vertical (la distancia base se aproxima a 0). En la práctica esto
es imposible en una base de datos de tipo raster porque la base nunca es menor que el
valor del ancho de la celda (pixel).
3. De acuerdo con la información de la granulometría de los 20 cm de profundidad
presentada en la tabla 1 (ver anexo 1 en la carpeta del entorno de aprendizaje de
esta tarea 2) y mediante el uso de la herramienta “triángulo de texturas” se debe
realizar el ejercicio para hallar la clase textural.

textura franco arenoso


BIBLIOGRAFIA

Jaramillo, D. F. (2002). Introducción a la ciencia del suelo. Documento de trabajo. Capítulo 12,
páginas 301-316; Capítulo 13 paginas 317-340. Universidad Nacional de Colombia. Recuperado
de http://www.bdigital.unal.edu.co/2242/   

Rodríguez. N (2017). Humedad gravimétrica. Recuperado el 19 de febrero de


2021. URL https://es.slideshare.net/KenyiNikolRodriguez/informe-n2-humedad-
gravimetrica

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