Está en la página 1de 11

¿Que son las RVAN?

Trastornos Psico-reactivos. CONCEPTO DE REACCION

Reacción: es la respuesta conductual a una vivencia desencadenada por un motivo ambiental


determinado.

Reacción vivencial normal: es la respuesta sentimental y dotada de una motivación, plena de


sentido, a una vivencia.

Características de la RVAN: la respuesta debe ser: OPORTUNA, MOTIVADA y


SENTIMENTALMENTE adecuada a la vivencia.

Analizaremos ahora los aspectos o elementos propios de las reacciones vivenciales:

MOTIVO: se entiende por MOTIVO a aquella situación ambiental, que sucede durante el correr
de la vida de un individuo. Los motivos están “fuera” del sujeto, pero dentro de su “mundo

existencial”.
FONDO VIVENCIAL : es el lugar que contiene a los sentimientos y emociones, también se lo
denomina fondo endotímico y anatómicamente está representado por el cerebro límbico
considerado centro de las emociones, los impulsos, los instintos y las tendencias. Es decir que
en el fondo se aloja lo “constitucional, disposicional, heredado o temperamental”, y es desde
donde emergen los “elementos” del HUMOR básico o vital; es la porción NO MOTIVANTE pero
sí ACTUANTE de la vivencia. El FONDO varía sin motivo aparente, y está influenciado y
modificado por elementos tales como: la hora del día (ritmo circadiano), el estado físico, el
sueño, la fatiga, los desórdenes hormonales, los períodos premenstruales en la mujer, la
presión ambiental, los cambios de estación, los estímulos físicos (sonidos, olores, luz solar,
luces) etc. Del “estado” esencial del fondo depende la CALIDAD de la vivencia, porque en el
FONDO se alojan todos aquellos “movimientos” vitales básicos (o biológicos), que varían con el
estado biofísico del individuo, y que en definitiva son responsables de la condición del HUMOR

BASICO o VITAL.
TRASFONDO VIVENCIAL: representa la porción psicológica del individuo. El trasfondo aloja los
aspectos aprendidos y de carácter del sujeto por eso, se caracteriza por ser VIVENCIABLE
cuando es motivado. El trasfondo guarda todo lo vivido, aunque no siempre sea recordado, e
influye directamente sobre las reacciones vivenciales nuevas dándoles una TONALIDAD
específica que puede ser positiva o negativa de acuerdo a las experiencias afectivas vividas que
funcionan a modo de MOTIVOS

FUNDAMENTALES, estos, pueden tomar forma de “recuerdos vivenciales” que inciden sobre
nuevas vivencias , o pueden dejar en el sujeto una susceptibilidad hacia determinadas
situaciones vivenciales. El cúmulo de experiencias vivenciales del transfondo determinan lo
que conocemos como el HUMOR PSIQUICO que está regido por vivencias que conmueven de
un modo agudo, y que aparecen como recuerdos evocados espontáneamente sin que exista

un motivo claro que las genere.

VIVENCIA: es el resultado final del movimiento afectivo que se genera en el sujeto cuando un
motivo llega a su trasfondo vivencial. La vivencia se caracteriza por ser personal y por provocar
una respuesta sentimental observable a través de una conducta que puede traducirse en una
tendencia a obrar, o bien una en una contra tendencia a obrar, (abstenerse de obrar).
Es importante tener en cuenta que en todas las reacciones vivenciales NO hay elaboraciones
racionales, o planificaciones conductuales, es decir que, todas las respuestas son ESPONTÁNEAS.

Criterios para delimitar una reacción vivencial normal (Jaspers)

1- La situación reactiva no habría surgido si no fuera por la vivencia que la originó. No hay
reacción vivencial, si no hay VIVENCIA.
2- El contenido o el tema de la situación de vida; debe provocar una reacción sentimentalmente
adecuada a ella y debe ser COMPRENDIDA en relación a la reacción.
3- La reacción debe ser proporcional en tiempo, duración e intensidad, al MOTIVO que la provocó.
El criterio 2, a veces puede no ser tan exacto ya que hay situaciones extraordinarias, (en
intensidad y calidad), que llegan a provocar estados crepusculares psicógenos cuyo contenido
ideativo no concuerda con la temática intrínseca de lo que pasó, esto es común en catástrofes de
cualquier índole, (guerras, o siniestros). Con el punto 3 sucede algo similar, ya que, el CURSO
temporal de una reacción no siempre transcurre paralelamente a la vivencia causante: es el caso
de vivencias pasadas, que al ser RECORDADAS generan nuevamente la misma reacción pero de
un modo diferente porque ya no se presenta “el sentimiento puro” sino la “EXPERIENCIA de
dicho sentimiento” que normalmente no condiciona la conducta en forma permanente; a este
tipo de reacción se la denomina, reacción vivencial a intervalos, o reacción vivencial
intermitente; estas aparecen cuando un estímulo relacionado gatilla el recuerdo de la situación
que les dio origen por primera vez, sin necesidad de ser
EXTRAORDINARIO. La vivencia cesa cuando cesa el motivo que la produjo, pero puede quedar
una tendencia a emocionarse y a llorar surgida desde el transfondo vivencial.

Reacciones Vivenciales Anormales. Son aquellas que están en discordancia con el motivo que
las provocó, tanto en CONTENIDO, DURACIÓN, e INTENSIDAD.
Tipos de RVA:
1. EXTERNAS: (estados de emoción). Las RVA externas, están provocadas por situaciones que
se dan en el medio existencial, son más independientes del “carácter” individual del sujeto, no
expresan un modo de reaccionar pleno de sentido, no se pone en acción un “sentimiento” sino
más bien una emoción, y tienen mayor correlato somático; dentro de ellas podemos citar a las
siguientes: RVA de susto : motivadas por un PELIGRO REAL o SUPUESTO para el sujeto o para
algo perteneciente a su más inmediato círculo de valores. El estímulo, en éste caso, no se
relaciona con las características formales de la personalidad, sino que depende
exclusivamente de su contenido amenazador. Estas reacciones pueden generar distintos tipos
de respuestas como por ejemplo: estados crepusculares psicógenos que aparecen un poco
después del susto, y son el resultado de la PRESION SOPORTADA durante ese momento;
Raiman denomina a estos fenómenos delirios del recuerdo. Otro tipo de respuestas que
pueden aparecer como resultado de las vivencias de susto, son los conocidos “estados
corporales psicógenos” a los que denomina “FIJACIONES PSICÓGENAS DE ESTADOS
SOMÁTICOS de índole REFLEJA” como por ejemplo: mudez, tartamudeo, parálisis, temblor,
tics, o desmayos repetidos. Es frecuente que dichos fenómenos se presenten cuando a la
vivencia de susto se suma la ansiedad que produce la IDEA de que el peligro pueda volver a
repetirse, (ej: fobias).
2. EXTERIORES o PSICOGENAS: En ellas, el trasfondo vivencial del sujeto influye sobre el modo
de reacción ante la vivencia, son más individuales, se involucran los sentimientos psíquicos o
anímicos que incluyen: la tristeza con la “pesadumbre o la nostalgia, la angustia: con lo
siniestro, el pánico o el horror, la ira: con el enojo o el furor; en ellos el correlato somático
pasa a tomar un segundo plano. En conclusión: la respuesta en este tipo vivencial estará
caracterizada por la personalidad del individuo, y en éste caso, será la personalidad del sujeto
quién le dará las cualidades esenciales al modo vivencial de respuesta, y al modo de
elaboración de la vivencia.
3. INTERNAS o A CONFLICTOS INTIMOS Estas reacciones dependen de la “actitud” que el
sujeto adopta hacia sí mismo y luego hacia el mundo (centrífugas), están determinadas por la
intimidad que implica a lo vital (fondo) y lo experiencial (trasfondo). Las reacciones a conflictos
internos están representadas por desequilibrios interiores, tensiones o situaciones instintivas,
y muestran la incidencia de una actitud auto-valorativa determinada, por ejemplo: una actitud
PENOSA hacia sí mismo permite que se produzca una reacción de tristeza cuando el sujeto
protagoniza una situación externa que haga blanco en su complejo. Veamos un caso: tomemos
a un individuo, que podríamos decir, se siente “torpe” desde siempre; si este individuo fuese
“burlado” por su grupo de pertenencia, adoptará una actitud penosa aunque sea ésta una
“inocente broma” sin trascendencia para los que la hicieron. Frente a ésta situación el
protagonista de nuestra historia sostendrá por siempre que culpa de su “idiotez”, es
rechazado por los demás. A partir del ejemplo podremos comprender que estas situaciones o
eventos externos afectan VIVENCIAS CLAVES o “complejos” que el individuo viene vivenciando
desde antes del evento que dio en el blanco de su conflicto. Las VIVENCIAS CLAVES refuerzan,
endurecen y arraigan los complejos y conflictos internos. Éstas reacciones están vinculadas
con trastornos del carácter, y se observan generalmente en personalidades inseguras de sí
mismas o sensitivas, y son la base de los desarrollos deliroides paranoides y desarrollos
neuróticos; ya lo dice Kurt Schneider: “(...)Todo tipo de sentimiento de infidelidad surge de la
inseguridad del yo mismo (mismidad, la confianza es la que liquida cualquier contrariedad que
proceda del mundo exterior (...)” Reacciones Psicopáticas: estas se caracterizan porque falta la
vivencia, y cualquier situación ordinaria bastaría para arrancar desde la personalidad una
reacción, es decir que en estos casos no vamos a encontrar los elementos básicos de las RVA,
porque la reacción no es a una vivencia generada por un estímulo ambiental extraordinario,
sino que la misma arranca desde la personalidad del sujeto sin motivación alguna.

DESARROLLOS VIVENCIALES, NEUROSIS Y DSM-IV. Este texto tiene como objetivo evitar
confusiones nosológicas comunes al tema; es así que tomaremos los conceptos básicos de las
distintas fuentes y escuelas agrupando sus semejanzas y enfrentando sus diferencias.
Conceptos de RVA y Desarrollos Los principales postulados que hacen a estos conceptos
fueron propuestos por la escuela Alemana de psiquiatría, y vinieron de la mano de Kurt
Schneider, y de Karl Jaspers.
Siguiendo la propuesta de este texto, vamos a revisar los pilares fundamentales que hacen a
este tema en especial:
Elementos claves de las Reacciones y los Desarrollos
- MOTIVOS: situaciones de la vida cotidiana que afectan el marco vivencial del sujeto
- VIVENCIAS: son los movimientos afectivos del trasfondo, desencadenados por un MOTIVO
ambiental.
- REACCIÓN: es la conducta observable puesta en marcha por la vivencia. El desarrollo es la
sumatoria de vivencias traumáticas prolongadas en el tiempo; y su duración varía desde
dos meses, seis meses hasta toda la vida. La diferencia entre la reacción y el desarrollo
radica, en que este último, divide la vida en un antes y un después del motivo o motivos
que lo generaron, dejando una línea de continuidad entre ambas etapas. Distinto es lo que
sucede en la esquizofrenia, donde aparece un quiebre biográfico de la historia vital del
paciente.

Los desarrollos se diferencian entre sí por sus características clínicas, y según ellas pueden ser:
SIMPLES NEURÓTICOS DELIROIDES La vivencia siempre se mantiene La reacción a la vivencia La
reacción a la vivencia en contacto con el motivo que genera afectos opuestos que se aleja de
la realidad y la provocó. terminan consolidando un representa una exageración conflicto intra-
psíquico. de los rasgos de la personalidad El sujeto conserva la actitud El sujeto no puede
resolver El sujeto no puede oponerse crítica buscando modificar el conflicto debido a la a sus
vivencias, ya que la sus vivencias y adaptarse incapacidad del yo para desviación del juicio,
provoca situación vivencial ejercer la autocrítica y la formación de ideas . oponerse a la
situación deliroides condicionantes de la conducta. Recaen sobre personalidades Recae sobre
sujetos con Recae sobre personalidades de características normales trastornos de la
anormales, del tipo sensitivo y responden bien a personalidad, con fallas e hipertímico.
psicoterapia adaptativas serias. Tipos de desarrollos simples: Recordemos que la reacción es
unilateral, y no hay conflicto intrapsíquico como sucede en los desarrollos neuróticos.
Ejemplos: Ambiente que contiene influencias nocivas extraordinarias: Familias
incomprensivas Superiores, maestros o cónyuges castigadores, represores, incomprensivos.

Frustraciones matrimoniales, laborales, económicas, espirituales. Estas influencias

ambientales recaerán en distintos tipos de personalidad y se podrá desarrollar:

Eclipsamiento depresivo: se caracteriza por irritabilidad, terquedad y temor; características


estas, que a lo largo del tiempo generan mayores fracasos llevando al sujeto a proyectarse
negativamente hacia el mundo. Debemos considerar que esta conducta toma una sola
dirección no ofrece escisión porque no responde a un conflicto intrapsíquico sino que lo hace
en respuesta a la sucesión de vivencias negativas que mantienen una continuidad con la vida

del sujeto y su personalidad

Desarrollo apático abúlico: el mismo sucede cuando el sujeto sometido a múltiples eventos
traumáticos sucumbe a una profunda resignación, así, su energía vital disminuye relajando la
voluntad de hacer (abulia) junto con los impulsos y tendencias afectando la intensidad de los

afectos que reaccionan a los estímulos ambientales (apatía).

Desarrollo histérico: la sucesiva indiferencia del medio para con el sujeto, genera una intensa
necesidad de estimación y atención que los lleva paulatinamente a desarrollar actitudes
exageradas que pueden consolidarse en síntomas de tipo conversivos o conductas

desadaptativas permanentes, siempre tendientes a lograr el protagonismo

Desarrollo hipocondríaco: se da generalmente en personalidades de constitución débil y/o


dependiente, también se ve en débiles mentales y/o limites, donde las presiones ambientales
generan un permanente temor a las enfermedades. Desarrollo paranoide: este a diferencia
del DDP, se da en sujetos que desarrollan ideas sobrevaloradas en base a la situación
ambiental a la que estuvieron o están expuestos, son capaces de discutir críticamente al
medio pero también a sí mismos en relación al medio. Desarrollo Neurótico. Aquí los sujetos
reaccionan a las vivencias traumáticas con impulsos internos que se oponen mutuamente,
dañar-no dañar; salir- encerrarse, decir- callar, etc.; de este modo van generando conflictos
intrapsíquicos difíciles o imposibles de resolver, que se convierten en fenómenos
atormentadores y atrapantes responsables de la dificultad adaptativa del sujeto que también
padece de una intensa inseguridad yoica típica del carácter neurótico. Este complejo
patológico, está sostenido por la presencia permanente de la culpa, que por momentos, se
vuelve contra el sujeto y por momentos se desplaza al medio que lo rodea. Desde la psicología
dinámica este mecanismo de oposición de impulsos está dado por la lucha constante entre el
ello y el super-yo, (querer vs deber). Teniendo en cuenta estos postulados, Reichardt afirma:
“las neurosis son trastornos de la elaboración psíquica de los conflictos interiores”. En estos
sujetos, los conflictos están provocados por las influencias ambientales que lo rodean, y si
hablamos de desarrollos neuróticos puros podemos decir que tales influencias son de carácter
extraordinario, o no cotidiano, y pueden darse en diversas áreas: familiar, laboral, de pareja,
etc.

En estos casos, y a partir de la situación traumática, la vida de la persona cambia en sus


aspectos internos y externos. Las fuerzas de oposición entre el deber y el querer entran en
conflicto, (a diferencia de lo que sucede en los desarrollos simples), y al no poder resolver las
dicha oposición haciéndola centro de todas sus vivencias. Desde el punto de vista de la
psicología dinámica, el sujeto carece de mecanismos defensivos maduros que le aporten
equilibrio al yo para lograr una adecuada adaptación al medio como sí sucede en los
desarrollos simples, donde el sujeto no centra en su mundo vivencial en el conflicto logrando
la adaptación. Las causas que generan dichas diferencias radican en el terreno pre- mórbido
del sujeto, cuya personalidad cuenta con un alto grado de neuroticismo como factor
perturbador de la adaptación madura frente a las presiones ambientales; y si revisamos su
biografía veremos que el desarrollo se dio en ambientes educacionales, familiares y/ o
laborales altamente conflictivos. Si bien estos sujetos han tenido dificultades para mantener el
equilibrio vital adaptativo, en su historia, se hallan fenómenos que permiten comprender el
trastorno que desarrollan luego de una vivencia traumática extraordinaria o la sucesión de
ellas.
Excepto las reacciones y desarrollos psicopáticos, estos trastornos son de origen psicógeno, y
actualmente se los denomina trastornos dimensionales ya que no responden a un proceso
orgánico o neurometabólico, por lo tanto no se los incluye dentro de la categoría de
“enfermedad”.

También podría gustarte