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Fascículo N° 69
En Candelaria se fiaba y se daba ñapa
A inicios del Siglo XVIII un nuevo barrio de isleños canarios, se funda al
este de la ciudad, se trata de La Candelaria, el cual albergó gran parte
de los inmigrantes que se dedicaron a realizar las labores que
despreciaban los “Mantuanos”, o blancos originarios, hijos de los
descendientes de los conquistadores y que solo eran llevadas a cabo
por los “blancos de orilla”.
Los isleños al llegar a Caracas seleccionaron a la Candelaria para vivir
y realizar las tareas que los mantuanos despreciaban entre ellas el
comercio al detal y así se inicia el relato de Miguel Rodríguez mejor
conocido por sus vecinos como “Ño Miguelacho”, oriundo de las Islas
Canarias, el cual atendía a la pulpería más popular de la ciudad.
Ño Miguelacho y su hijo
Estaba casado con Doña Paca, quien deseaba figurar en sociedad.
“Debes acercarte al Gobernador, para que te dé un puesto, Miguel. No
vas a pasar la vida entera despachando manteca y papelón detrás de
un mostrador” –expresaba su mujer.
A Ño Miguelacho los mantuanos no lo admitían dentro de los círculos
sociales por ser de dudosa procedencia, carente de hidalguía, prosapia
y distinción.
Virgen de La Candelaria
Ño Miguelacho pertenecía a la clase que en su tiempo se llamó “plebe”
y que de “real” sólo tuvo su comportamiento, su presencia era tal cual,
a los pulperos de antaño, con unos pantalones de brega, una franela
llena de mugre y unos bigotes lisos por el constante manoseo.
Con todos esos vilipendios, el oriundo de las Islas Canarias, continuaba
imperturbable despachando en su bodega donde fiaba la mercancía a
los vecinos de escasos recursos y de paso les daba ñapas de papelón,
de queso u otros víveres de su pulpería.
El Pulpero Poeta
Si de pulpero se trata, bueno es dedicarle un recuerdo al poeta Juan
España. Era distinto en porte, estilo y comportamiento. Tuvo su
establecimiento “en la vecina comunidad de El Valle”.
Nació en la población de Cúa el 5 de noviembre de 1878, hijo de José
María España e Isabel Delgado. Estudió su primaria en Cúa, en la
Escuela Unitaria con el maestro Dávila. En 1896, cuando el joven tiene
dieciocho años, decide trasladarse a El Valle, en las zonas aledañas a
Caracas. Para ese entonces era muy común que la gente del Tuy que
quería vivir cerca de Caracas, se mudara a esa Parroquia, por entonces
sólo un caserío.
Allí inauguró Juan España una humilde pulpería ese mismo año:
Bodega “La Equitativa”. Pronto la personalidad de Juan España
comenzó a atraer a los jóvenes bohemios de la capital, quienes
comenzaron a frecuentar cada vez la pulpería de este afable poeta
llegado de los Valles del Tuy, de Cúa específicamente, tierra hasta
entonces apenas imaginada por la mayoría de los caraqueños a través
de la obra narrativa de Rómulo Gallegos (principalmente en La
trepadora, de 1925, ambientada en las tierras de Charallave y Cúa). En
esa pulpería se hizo amigo de Francisco Pimentel “Job Pim”, Luis
Manuel Urbaneja Achelpohl, Pedro Mancera, Ramón González, Tomás
Rodríguez, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, y no dejarían de
visitarlo Pedro-Emilio Coll, Udón Pérez y tantos otros.
Francisco Pimentel (Job Pim)
Rómulo Gallegos
Pedro Emilio Coll
Perteneció al grupo de poetas conocidos como los nativistas, en la
etapa que se denominó neo-romántica. Su pulpería en El Valle de la
Pascua Florida, como el mismo llamaba cariñosamente el pueblo, era
diariamente visitada por escritores, críticos literarios, poetas y literatos.
En El Valle vivían entonces el Doctor Jesús Semprún y el poeta J. B.
Arrechedera. Le visitaban Julio Morales Lara, Leoncio Martínez (Leo),
Francisco Pimentel (Job Pim); Rafael Michelena Fortoul, y paremos de
contar. Amigo íntimo del poeta España era el gran escritor costumbrista
Luís María Urbaneja Achelpohl.
Leoncio Martínez (Leo)
Lo cierto es que en la pulpería de Juan España se reunía una especie
de “Peña Literaria”, conformada por el Maestro José Antonio Calcaño,
Francisco Pimentel y José Rafael Pocaterra.