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Biografia de La India Catalina es uno de los personajes indígenas de la historia del

pueblo colombiano durante el periodo de colonia española en el actual departamento de


Bolívar. Fue evangelizada por los colonos cristianos, con quienes estableció relación
cercana, principalmente con don Pedro de Heredia.

Catalina fue raptada en 1509, cuando tenía 14 años por el conquistador español Diego
de Nicuesa en un pueblo conocido como Zamba, actual corregimiento de Galerazamba
en el Municipio de Santa Catalina (Departamento de Bolívar, Colombia) cuando se
proponía la conquista y dominio del Urabá y Panamá. Era la hija preferida del cacique
Galeras, gobernante de una sociedad tribal dedicada entre otras actividades a la
extracción de sal marina. Fue conducida a Santo Domingo, donde adquirió los hábitos,
costumbres y creencias religiosas de sus captores.

Calle tripita y media


Se dice que en la Calle de La Magdalena en una casa como cualquier otra vivía una muchacha con su
familia; eran pescadores que se ganaban la vida modestamente en cercanías del Caño San Anastasio,
hoy desaparecido bajo el sector de La Matuna. La joven en cuestión era muy poco llamativa en cuanto a
belleza se refiere. Ayudaba a sus hermanos en el proceso de pesca.

Cierto día tomó la costumbre de apartar la tripa de cuanto pescado descuartizaba para después
comérsela ella sola luego de sazonarla y freirla. No tardó el vecindario en enterarse del singular hábito
de la muchacha y tardó mucho menos en apodarla "La Tripita".

Un día festivo en que el pueblo estaba en las calles, la niña resolvió acicalarse para salir también, y se
puso unas medias que le había regalado la madrina. Los vecinos al notar la prenda que estrenaba con
orgullo la muchacha no atinaron sino a exclamar: "Vee, si la tripita lleva medias puestas". Y según dicen,
a partir de entonces la llamaron "Tripita y media". Cuando se quería ubicar a alguien, la gente común
decía "Allá donde vive la tripita y media". Y ya la calle lleva más de doscientos años con este peculiar
apelativo.

Calle de Tumbamuertos
En un principio se le llamó Calle de Nuestra Señora del Pópolo.

Para mediados de 1876 Cartagena fue asolada por una terrible epidemia que llamaron "El Tablón",
que no fue otra cosa sino lo que hoy conocemos como un resfriado muy fuerte. La peste acabó con
bastante gente en la ciudad. Hubo casas donde no sobrevivió nadie.

Cuando los vecinos del barrio de San Diego iban a enterrar a sus difuntos tenían que pasar por esta
calle y hubo la casualidad que en dos o tres veces, por el pésimo estado de esta vía, los que
cargaban el muerto cayeran con todo y ataúd por el suelo.
Y desde ese año de 1876 cada vez que alguien quería dar una dirección de la calle decía: "allá en la
calle donde tumban los muertos". Y según dicen que a los vecinos hasta se les ocurrió que en esa
calle había alguna clase de duende que festejaba cuando hacía caer a los fúnebres transeúntes.
Calle de las Damas
A principios de 1600 se le llamó Calle de Nuestra Señora de Los Angeles.

Dice la leyenda que cuando el Gobernador Anastasio Zejudo Núñez rindió


cuentas de la construcción de las murallas al entonces rey de España,
Carlos VI, y que había costado toda una fortuna, el rey quiso ver desde su
mansión real en la madre patria con un catalejo la magnitud de tan
costosa obra. Como no lo logró, en complicidad con algunos íntimos
decidió irse hasta la propia Cartagena vestido de mujer para así poder ver
más de cerca las murallas. Se alojó en una de las casas de esta calle.
Obviamente llegaron de incógnitos, y como nadie pudo identificarlos, los
vecinos se imaginaron cuanta teoría se le viniera a la mente. Al fin no
pudieron dar con la identidad de tales señoronas, de tales "damas",
quienes volvieron a España pasados unos días. De aquí viene entonces el
nombre de esta calle.

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