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INDÍGENAS ACHAGUA

OTROS NOMBRES

Achagua, ajagua, xagua, "gente del rio".

UBICACIÓN

Resguardos de Umapo y El Turpial, en el municipio de Puerto López (Meta) y algunas familias en La Hermosa
(Casanare).

POBLACIÓN

Su población se estima en 796 individuos (DANE 2005)

LENGUA

Achagua pertenece a la familia lingüística Arawak. El uso de su idioma tiene prioridad sobre el español,
además por su continua relación con los piapoco hablan también ésta lengua. La lengua fue clasificada por el
programa de protección a la diversidad etnolingüística del Ministerio de Cultura entre las 19 lenguas que están
en serio peligro de extinción.

CULTURA (costumbres, bailes, tejido, vivienda, etc.)

A partir del siglo XVIII han sido fuertemente afectados por la actividad misionera evangélica y por la
expansión de la colonización. A pesar del proceso de reelaboración cultural y apropiación de nuevos elementos,
conservan sus rituales en donde se utiliza plantas psicotrópicas, esenciales para sus ceremonias.

En los grupos Achagua prevalece un tipo de organización familiar fundada en la autoridad del suegro. La
unidad de producción y consumo y la unidad residencial están constituidas generalmente por una pareja adulta,
los hijos e hijas jóvenes y las hijas casadas, con sus respectivas familias. Con el crecimiento del grupo, los
yernos tienden a construir viviendas separadas.

ECONOMÍA

Su actividad principal es la agricultura. Cultivan especialmente la yuca amarga (áliri), de la que extraen el
almidón para fabricar "casabe" (beri, tortilla) y "fariña" (harina tostada). También producen maíz (kana).
Durante el verano, la pesca y en menor escala la caza tienen importancia. La artesanía es otra actividad
destacada.

ACTUALIDAD

Los Achagua eran un pueblo de hasta 30.000 personas, antes de la colonización. Con el paso del tiempo
fueron prácticamente exterminados y sobreviven apenas 800. Sostienen que paz solo existirá cuando puedan
sentirse libres, cuando no sean víctimas de la privatización y del robo de la tierra. Viven con temperaturas
entre los 38 y los 42 grados, por lo que le piden a su dios que equilibre la tierra y se oponen a las
excavaciones petroleras que están acabando con suelo.

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