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Nombre de los estudiantes: Valeria Eraso, Mabel Ortiz, Ana Burbano, Zuleima Zambrano,
Eilyn Carlozama
Semestre:6A
El tener presente las características importantes de cada paciente hace que exista
mayor empatía y eso fortalece el proceso terapéutico, pero por otro lado también se
recomienda tomar nota de cada dato ya que esto permite recordar la información de
cada paciente con el fin de evitar confusiones y que el paciente se sienta a gusto en
cada sesión.
B. Freud (1911) afirma “No puedo recomendar que en el curso de las sesiones con el
analizado se tomen notas algo extensas, se redacten protocolos, etc.” (p.113)
El tomar nota de aspectos particulares del sujeto torna sospechoso y a la vez poco
ético, de este modo se puede ir en contra de lo plasmado en el consentimiento
informado y puede conllevar problemas legales, adjunto a ellos se puede causar daños
irreversibles al sujeto. por otro lado, el sujeto analizado pensara que solo será un
objeto de estudio y puede impedir que el proceso terapéutico se lleve a cabo de la
mejor manera, también se tiene que tener en cuenta que para llevar a cabo un proceso
investigativo se deben seguir ciertos pasos o protocolos que permitirán llegar a un fin
satisfactorio donde el paciente esté enterado y a la vez de su consentimiento para ser
partícipe de un proceso científico.
Es importante tener en cuenta que cada paciente es diferente por esta razón no se
requiere de un tratamiento que sea generalizado o estructurado para cada uno, es
difícil publicar un caso ya que para poder hacerlo es necesario darle una finalidad y
sostener este como un éxito. Con esto poder transmitir los conocimientos de una
manera correcta, precisa, y creíble; es por ello que la recomendación es siempre tener
una mente abierta para poder observar y generar estrategias de intervención en busca
de una solución desde puntos de vista diferentes y poder concluir correctamente.
E. Freud (1911) afirma: Aquella frialdad de sentimiento que cabe exigir del analista se
justifica porque crea para ambas partes las condiciones más ventajosas: para el médico, el
muy deseable cuidado de su propia vida afectiva; para el enfermo, el máximo grado de
socorro que hoy nos es posible prestarle (pp. 114-115).
F. Freud (1911) afirma: Así como este debe comunicar todo cuanto atrape en su observación
de sí atajando las objeciones lógicas y afectivas que querrían moverlo a seleccionar, de igual
modo el médico debe ponerse en estado de valorizar para los fines de la interpretación, del
discernimiento de lo inconsciente escondido, todo cuanto se le comunique, sin sustituir por
una censura propia la selección que el enfermo resignó; dicho en una fórmula: debe volver
hacia el inconsciente emisor del enfermo su propio inconsciente como órgano receptor,
acomodarse al analizado como el auricular del teléfono se acomoda al micrófono. (p.115).
G. Freud (1911) afirma “El médico no debe ser transparente para el analizado, sino, como la
luna de un espejo, mostrar sólo lo que le es mostrado” (p.117).
El terapeuta debe ser una persona objetiva, neutra en sus decisiones teniendo en
cuenta su formación profesional, limitándose a realizar su trabajo e impedir que la
relación analista- analizante pase a segundo término.
La tarea inmediata del psicoanálisis es ayudar a buscar la raíz del problema a través
del habla, mantener una conversación fluida para poder saber del síntoma, y así poder
saber el trasfondo que guarda el inconsistente. Una de las principales
recomendaciones es tener presente el síntoma psicosomático dado que en muchos
pacientes pueden presentar el síntoma de esta manera y que en la medicina no tiene
explicación, probablemente el malestar del paciente sea netamente emocional en
donde se genera una angustia que puede llegar a causar un malestar corporal; se
requiere indagar la profundidad de la mente con sus conocimientos médicos. Usando
el habla como una llave para que las emociones se explotan desde este ámbito
haciendo reflexionar al paciente de lo que le está sucediendo se recomienda evitar
hacer un retroceso de eventos traumáticos, si se requiere hacerlo es pertinente hacerlo
en diversas partes sin que se torne doloroso para el paciente y de esta forma él se
sienta seguro.
I. Freud (1911) afirma “Pero siempre hay que mantener aquí la precaución y la reserva. Es
incorrecto dictar al analizado unos deberes: recopilar sus recuerdos, reflexionar sobre cierta
época de su vida, etc.” (p.118).
Referencia:
Freud, S. (1911-1913). Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente. Trabajo sobre técnica
psicoanalítica y otras obras. Vol. XII. Amorrortu Editores. (pp. 111-119)