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Dentro del ámbito jurídico, la noción de justicia adquiere una connotación importante,
pues ella precede toda filosofía jurídica, desde un concepto global, y visto desde épocas
antiquísimas, corresponde a una virtud, la virtud de dar al otro lo que corresponde,
dentro de un Estado, entendido como el conjunto de relaciones políticas, este principio
debe ser vigente, porque ayuda a salvaguardar la integridad del otro, gestando en su
favor, políticas que inciten a su progreso.
Han sido los preceptos filosóficos en donde ha precedido la justicia, situándola como un
punto mediador, que concilia un determinado interés en común, la misma tiene como
esencia el acatamiento de cada una de las leyes que estipula, en las legislaturas vigentes,
se concentran todas las directrices, bajo las que se deben actuar para no romper
estabilidad, y tener que pagar una penalidad.
Justicia e igualdad, son las bases para lograr un trato equitativo, [ CITATION Ado00 \l
12298 ], señala que el mismo supone la consideración de una ética social aplicada por la
conciencia moral, a su vez, inspirada en un ideal de justicia que muchas veces quedaba
al margen del derecho vigente, como lo antijurídico o, por lo menos, lo metajurídico.
Así, equidad se asoció a la indulgencia, benevolencia o gracia. Se sostiene que: “La
equidad es algo diferente a la justicia, si no, con todo rigor, la justicia del caso concreto.
Platón, por su parte, también respalda esta interpretación al sostener que la equidad es
un elemento de la justicia ajeno al derecho positivo.
Los procesos de justicia denotan fuerza, su carácter tajante e inamovible, aboga ha que
se respete lo establecido, se aboca al igual una libertad de la que deviene una
autonomía, que es la capacidad de escoger aquello propositivo para nosotros, estos
valores normativizan el obrar del individuo, racionalizando sus actos, y haciendo que
los mismos no se salgan de norma.
Una vez entendidas las nociones de justicia, es pertinente observar lo que sucede desde
el ámbito constitucional de nuestro país, para efecto (Constitución del Ecuador, 2.008),
en el art. 167, expone que la potestad de administrar justicia emana del pueblo y se
ejerce por los órganos de la Función Judicial y por los demás órganos y funciones
establecidos en la Constitución.
El fin del Estado siempre será obrar con justicia, para que, en desarrollo de sus políticas
y nuevos estatutos, se cumplida la premisa de un trato equitativo y justo para con todos
los individuos, exento de alguna anomalía, que vulnerabilize su bienestar, ser éticos es
obrar transparentemente, alcanzar así un desarrollo colectivo, que impulse globalmente
nuevas mejoras.
REFERENCIAS
http://cv.uoc.edu/annotation/ce5f8ef44c5e1781d24fdd58971040a7/573433/PID_
00242843/modul_1.html
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/NOMBRES/article/viewFile/2208/1159
Obtenido de https://www.unav.edu/documents/29020/12981524/Mijancos.pdf