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EL ARTE DE PREGUNTAR EN MATEMÁTICAS

El aprendizaje no puede darse sin actividad, y una manera efectiva de lograr esta actividad es
mediante la pregunta adecuada y oportuna. A lo anterior se agrega que cuando se trata de
estimular la creatividad y la curiosidad, aparece la pregunta como elemento esencial e
insustituible. Se considera dos casos: la pregunta del maestro y la pregunta del alumno.

La pregunta del maestro

Se ha afirmado reiteradamente que la actividad es condición necesaria para el conocimiento, y,


que una manera de conseguirla es mediante el uso de la pregunta Sin embargo, se debe
reconocer que una de las fallas de los docentes es precisamente que no saben preguntar.
Muchas de las preguntas resultan confusas o carecen de contenido científico o didáctico. Si se
quiere mejorar la metodología en la enseñanza de la matemática, se debe someter a los
docentes a entrenamientos más o menos largos en los cuales se desarrollen ciertas
habilidades y destrezas en el manejo de la pregunta, ya que se considera que no se puede ser
buen maestro si no se sabe preguntar. Las preguntas provenientes del maestro se clasifican en
tres grupos: preguntas genuinas, preguntas ficticias y preguntas torpes o ridículas.

La pregunta genuina

Es aquella que hace el maestro porque desconoce algunos aspectos relacionados con el tema,
quiere conocer otros enfoques, siente la necesidad de aprender algo nuevo o desea comparar
el concepto de sus alumnos con el suyo propio. Se dice además, que la pregunta genuina
permite que el discente aporte sus propias ideas al desarrollo del curso, tome confianza en la
materia al sentirse descubridor, y desarrolle su capacidad creadora, al tratar de resolver
situaciones que son difíciles para su maestro.

Del contexto anterior se infiere que la pregunta genuina, no sólo es recomendable


didácticamente sino necesaria, desde el punto de vista científico, en el proceso enseñanza
aprendizaje.

La pregunta ficticia

Se llama ficticia a la pregunta que hace el maestro a pesar de saber la respuesta. Esta
pregunta encierra un gran valor didáctico, va que mediante ella se puede:

- Describir el grado de comprensión que ha alcanzado un estudiante sobre el tema.

- Crear inquietudes sobre la materia.

- Obtener mayor participación de los alumnos en clase.

- Estimular el sentido de búsqueda.

- Detectar puntos débiles para reforzarlos.


- Introducir nuevos temas.

- Resaltar asuntos importantes. Relacionar diferentes temas.

- Transmitir conocimientos (método heurístico).

La pregunta torpe

Se llama así a la pregunta que no se debe hacer, y mucho menos en clase, debido a que no
conduce a desarrollar hábitos deseables en los alumnos, sino que más bien entorpece su
capacidad creadora. Esta pregunta, además de revelar pobreza intelectual en el maestro, no
exige un proceso de elaboración de la respuesta por parte del alumno. En esta pregunta se
diferencian las siguientes categorías:

- Pregunta de complemento:
¿El número siete es...?
¿El número dos es ... porque...?

- Pregunta subjetiva: aquélla en la cual la única posibilidad es responder lo que el maestro


desea, a pesar de no ser completamente claro el contexto:

¿Qué es un triángulo?

¿Cómo puede ser el logaritmo de un número?

- Pregunta disyuntiva: aquélla que tiene la forma verdadero-falso.

- Pregunta que sólo exige memoria:


Defina, enuncie...

- Pregunta obvia.

- Pregunta redundante:
La que se hace de acuerdo con el principio de redundancia.

- Pregunta desobligante:
- ¿Entendieron?

Como propiedad fáctica del lenguaje es perfectamente válida esta pregunta, ya que es un
medio para mantener la comunicación, pero didácticamente no se admite, y en su lugar, se
recomiendan otros medios para que el maestro se entere si el mensaje llegó al grupo.

En la pregunta del maestro se consideran dos aspectos fundamentales: la metodología y el


nivel de dificultad.

La metodología de la pregunta

Se utiliza esta expresión para referirse a condiciones concretas que afectan de una manera u
otra la calidad de la pregunta. Los elementos básicos que configuran la metodología de la
pregunta son la fluidez, el momento y la dinámica. Se observa la interpretación de cada uno de
estos términos:

La fluidez. Es la habilidad personal para formular preguntas al grupo y para resolver las que
éste plantea.

El momento. Con este término se refiere al estado psicológico del alumno y al ambiente de la
clase; ambos aspectos pueden afectar la respuesta del alumno.

La dinámica. Ésta consiste, básicamente, en distribuir la pregunta entre todos los elementos del
grupo y en aprovechar las respuestas (correctas e incorrectas) para producir nuevos
aprendizajes.

Para alcanzar cierto dominio metodológico de la pregunta, se recomienda seguir de manera


gradual y progresiva los siguientes pasos:

- Formular al grupo gran número de preguntas y luego indicar en particular quién debe
responder (esto tiene que ver con el momento), con el fin de que los estudiantes tengan
tiempo de pensar.

- Distribuir la pregunta de tal manera que la mayor parte del grupo participe (dinámica).
- Motivar a los alumnos que responden acertadamente con una voz de aprobación (muy bien,
correcto ... ), o con un ligero comentario.

- Evitar expresiones verbales y no verbales (gestos, acciones ... ) que puedan inhibir a los
alumnos.

El procedimiento que se acaba de sugerir es necesario pero no suficiente, es decir,


siguiendo cuidadosamente el proceso indicado se puede desarrollar cierta habilidad en cuanto
a la forma de la pregunta, pero no en cuanto a la esencia o contenido de ella.

La esencia de la pregunta

La esencia o contenido de la pregunta indica el grado de elaboración de la respuesta que debe


hacer el interlocutor, es decir: la esencia de la pregunta está relacionada con su nivel de
dificultad. Éste, utilizado inteligentemente, contribuye a mejorar la calidad de la enseñanza y
por ende a un mejor desarrollo intelectual de los alumnos. La metodología y el nivel de
dificultad (fonna y esencia) configuran la calidad de la pregunta.

Para mejorar progresivamente la calidad de la pregunta, se hacen las siguientes


recomendaciones:

- Elaborar preguntas de verificación o evocación, con el fin primordial de tomarse confianza


para preguntar. Estas preguntas son: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde?

- Formular preguntas descriptivas. El ejercicio con la pregunta de evocación proporciona


elementos para construir otras que tengan un mayor nivel de dificultad. Estas preguntas son
de las formas:

¿Cómo se hace ... ? ,


¿Cuál es el proceso ... ?
¿Qué método se usa para...?

- Construir preguntas superiores. Éstas se caracterizan porque exigen una mayor elaboración
de la respuesta por parte del estudiante. Las preguntas de esta categoría son de las formas:

¿Cómo se aplica ... ?


¿Cómo se usa ... ?
¿ Por qué ... ?
¿Para qué ... ?
¿Qué importancia tiene...?
¿Cuál es la idea central...?

Las preguntas superiores se ubican en distintos grupos, de acuerdo con el objetivo que se
persiga.

- Preguntas que establezcan relaciones de identidad, diferencia, semejanza, contraposición,


causa y efecto; por ejemplo:

¿Qué relaciones existen entre la potenciación y la radicación?

¿Qué similitudes se pueden establecer entre la función exponencial y la logarítmica?

¿Qué relación existe entre la ley de los cosenos y el teorema de Pitágoras?


¿Qué semejanzas hay entro la potenciación y la radicación? Preguntas que pidan trasladar de
una forma simbólica a otra. Ejemplos: ¿Podrías expresar el teorema en tus propias palabras? .
¿ Cuál es la forma abreviada de?:

X + X +. . + X

n Veces
¿Puedes hacer un esquema que ilustre el teorema de Tales?

¿Qué interpretación podemos darle al diagrama tal?

- Preguntas que requieran la aplicación de conceptos o definiciones a situaciones nuevas.


Ejemplos:

¿Podríamos utilizar el teorema de Pitágoras para hallar la distancia entre los puntos A y B?

¿Cómo usar un reloj para enseñar la suma modular?

Preguntas que impliquen una inferencia del estudiante. La inferencia puede ser de inducción o
de deducción.

¿Qué puede afirmarse de a2, si a es impar?


Si f (X) = 2x3 - 3x + 1, calcular f(1).

- Preguntas que conduzcan a la solución satisfactoria de un problema. Ejemplos:


¿Qué plan sugieren para ... ?
¿Qué método propondrían para ... ?
¿Podríamos usar el método indirecto ... ?
Preguntas que estimulen la emisión de juicios de valor. Ejemplos:
¿Qué opinan del método sugerido por .. ?
¿Cuál es tu posición respecto a ...?
¿Quién propone algo diferente ... ?

La pregunta del alumno

El alumno tiene plena libertad para preguntar lo que quiera, aun si su pregunta está
aparentemente desligada del tema. La profesión del docente obliga no sólo a responder las
preguntas de los alumnos, sino a crear el ambiente propicio para que sean formuladas. Sin
embargo, no se pueden convertir en solucionarios públicos, sino más bien deben aprovechar
los interrogantes para motivar la discusión en el grupo.

Las respuestas de los alumnos

Los estudiantes responden de maneras muy diferentes a los interrogantes planteados en clase,
y los docentes deben estar preparados para aprovechar al máximo las respuestas obtenidas.
Tan importante es formular correctamente las preguntas que se dirigen al grupo, como manejar
hábilmente las respuestas de los alumnos. Se observan, a continuación, los casos más
comunes.

El alumno declara no saber

En casos como éste, se debe dar sugerencias que lo estimulen y orienten en la elaboración de
la respuesta. Si, a pesar de las orientaciones, él insiste en su actitud inicial, se debe investigar
un posible problema personal.

Respuestas monosilábicas (sí, o no)

En este caso se debe pedir una justificación de la respuesta, usando preguntas como éstas:

¿Por qué crees que ... ?

¿Podrías usar el teorema anterior para ?

¿Es posible relacionar... con ... ?


¿Cómo justificarías el hecho...?
Respuestas vagas e incompletas

Si ésta es la situación, se pide que se clarifique o se dé al docente más información:

¿Quién desea agregar algo?

¿Podríamos reformular la respuesta?

¿Podríamos detallar mejor?

Respuestas incorrectas

Ante una respuesta incorrecta, se debe dirigir nuevamente la pregunta al grupo para que se
detecte el error. La conversación puede iniciarse así:

¿Están de acuerdo con ... ?


¿Qué es lo que realmente se pregunta?
¿Hay alguna otra opinión acerca de ... ?

Respuestas satisfactorias

Ante una respuesta correcta se debe felicitar al alumno diciendo, por ejemplo, muy bien,
exactamente, correcto; además, es conveniente utilizar la respuesta para:

- Recalcar algo importante.

- Aclarar conceptos anteriores. -Introducir ideas nuevas.

- Replantear situaciones ya debatidas.

El método heurístico

En el desarrollo de este estudio se ha insistido, tácita y explícitamente, en la importancia de la


pregunta como elemento didáctico de primer orden en la labor del docente. Una de las
aplicaciones más relevantes de la pregunta es el llamado método heurístico o eurético.

La palabra heurística se deriva del griego euriskein, que significa hallar, encontrar. En este
sentido, la heurística puede entenderse como un método o procedimiento mediante el cual se
puede deducir o inducir la verdad. Este texto no se ocupará del estudio de la heurística como
tal, sino de su aplicación en la solución, de problemas matemáticos.

Desde el punto de vista de la didáctica, el método heurístico consiste básicamente en


plantearle un problema al alumno y ayudarle a encontrar la solución correcta, mediante el uso
reiterado de la pregunta. En la solución de un problema por el método heurístico, se señalan
los siguientes pasos o etapas:

- Comprender el problema.
- Identificar los datos y las incógnitas.

- Ilustrar el enunciado mediante un esquema.

- Idear un plan y ejecutarlo.

- Analizar la solución obtenida.

¿Qué es lo que realmente nos pide el problema?

¿Puedes repetir el enunciado?


¿Hay términos que desconoces?

¿Qué significa la palabra función en este caso?

¿Cuáles son los datos del problema?

¿Cuál es la incógnita?

¿Puedes hacer un esquema que ilustre el problema?

¿Puedes utilizar letras para representar los datos y la incógnita?

¿Qué principio aplicarías para hallar el valor de x?

¿Puedes aplicar el teorema de Pitágoras?

¿Qué nos sugiere la respuesta?

¿Cuánto mide la diagonal de un cuadrado cuyo lado es de 6 cm. de longitud?

¿Cómo encontrar el valor del lado en función de la diagonal?

¿Puedes construir un problema similar al anterior?

Mediante una mirada retrospectiva al desarrollo del problema, podemos observar


claramente las distintas etapas del método heurístico

¿Qué objetos tienen la forma de un cubo?

¿Puede compararse este salón con un cubo?

¿Puedes hacer una figura que ilustre el problema?

¿Puedes representar todos los datos en la figura?

¿Es correcto asignarle a cada arista el valor de "a"?

¿Quién sugiere un plan para resolver el problema?

¿Se puede trazar la diagonal (AC) del cubo?

¿Cómo utilizar la diagonal (D-C) de la base?

¿Cómo es el triángulo BDC?

¿Cómo encontrar el valor de (DC) en función de la arista?

¿Podemos aplicar el teorema de Pitágoras al triángulo?

¿ Cómo es el triángulo ADC?

¿Qué nos representa la incógnita en el triángulo ADC?

¿Qué teorema podemos aplicar al triángulo ADC?


Qué comparaciones podemos estalecer entre los dos problemas anteriores?

¿Cómo encontrar el lado de un cubo en función de la diagonal?

¿Cuál es el valor de la diagonal de un paralelepípedo rectangular en función de sus


aristas?
¿Cuál es el volumen de un cubo cuya diagonal es de 10 cm?

Prospectiva

Para futuros estudios se reflexionará sobre la pregunta en los paradigmas y metodologias en


investigación científica.

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