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¿Para qué sirve el derecho?

El autor busca responder a la pregunta distinguiendo su uso, funciones y finalidades. Por lo que,
recurrió al uso de las ciencias sociales, la teoría del derecho y la filosofía del derecho.

La respuesta más simplificada que el autor brinda es “Para contar hasta tres”. Esta respuesta
nace de la tesis que desarrolla en el trabajo. Y así, pasando del uso del derecho, a sus funciones
y finalidades, analiza como el derecho promueve la relación social de base (sea económica,
política, familiar, etc.), de su particular registro (uno que está siempre bajo la amenaza de la
fuerza), para inscribirla en la esfera pública y general del Derecho. Esto, bajo la consideración
de un tercero, de la ley común y de la figura del juez que está por encima de las partes.

Para probar lo anterior, dividió su estudio en 3 etapas: Primero se pregunta qué cambia
en el momento en que las personas deciden recurrir al derecho. Luego, reformula la
pregunta desde una perspectiva jurídica y finalmente, demuestra que esta garantiza la
justicia en la medida en que la figura de un tercero cumpla con sus debidas funciones.

Considera que la función del Derecho es producir y garantizar un mundo en 3


dimensiones, donde un tercero será quién las conecte. Este valor solo se cumple cuando
este logra zafarse de la manipulación.

1. ¿Qué cambia cuando una relación social pasa a estar juridificada?


¿Qué es lo que se transforma en ese momento en que una sociedad, un grupo, o incluso
simplemente dos individuos, toman la decisión de «recurrir al Derecho»?
Señala que lo que cambia es que ha pasado a haber cierta distancia cuando los sujetos
acuden a dirigirse a un tercero para que sea él quien “demuestre” o “haga constancia”
de un hecho. ¿Qué significa tal distanciamiento?

1.1. El comienzo del conocimiento recíproco


Al darle forma escrita a un acuerdo, lo que hacemos es conceder un comienzo de
simetría entre las partes, comprometiéndolas recíprocamente.
Anota que, en la mayoría de los casos en que se acude a esto, son por la iniciativa
de “el más débil”, en vez de la generosidad de los fuertes; y que, para
reivindicar nuestros derechos es necesario mantenernos en pie y ser consciente
de nuestra dignidad.
1.2. La inserción en el “escenario de un tercero”
El paso derecho implica que las relaciones tengan éxito a la hora de insertarse
en un nuevo escenario, el de aquello considerado “justo”, como si estuviéramos
bajo la mirada de un árbitro. Se trata de una pequeña diferencia entre el vínculo
ordinario y un nuevo escenario donde se inscriben las regulaciones de tal
relación. En estas condiciones, cada parte, pasa a ser justiciable, debido a que
están en un escenario de “lo justo”. Se pacta que, a partir de ese momento, los
conflictos se resolverán acudiendo a un tercero a quién se le ha dado el poder
de hacer justicia, generando una relación sana en la que se obliga a las partes a
manifestar sus reclamos de un lenguaje formal y generando que sean expresados
de una forma desinteresada.
1.3. Justicialidad y justificabilidad
Añade que, el hecho de estar en el escenario de lo “justo”, implica la obligación
de justificar nuestro comportamiento en el marco de ese escenario. Dar paso a
lo jurídico significa que el mundo deja de ir por su cuenta y pasa a pensarse a sí
mismo, como un contrato social que conviene justificar al tiempo que el mismo es
fuente de justificación.
1.4. El derecho: límites y fuentes, factor de paz y vector de conflicto
A partir del momento en que se pasa al marco de la ley, el derecho funciona
como límite o como recurso liberador, puede ser arma o escudo. Aunque se
evidencie en mayor medida el derecho con el poder, es posible, hacer que el
derecho vaya contra él y la justicia se vuelva contra el Estado. (reversibilidad).
Aun siendo factor de orden, paz y seguridad, también puede ser factor de
protesta y conflicto. (polemogenico e inerologico).
Bajo un régimen jurídico, la paz que caracteriza una sociedad no significa
ausencia de conflictos, sino más bien el establecimiento de mecanismos
susceptibles de resolverlos pacíficamente
1.5. Formalización, abstracción, generalización
Cuando nos trasladamos al ámbito del Derecho, todo está formalizado: ya no hay
arreglos, sino procedimientos, no más favores, sino derechos, no más amenazas,
sino sanciones. El derecho no solo ocupa una relación de árbitro en relación a un
juego, sino es que es diverso y se va haciendo más complejo en función de la
evolución social. Y; lo que está en juego es la capacidad de una sociedad de
realizar arbitrajes que sean producto del interés general o el bien común,
buscando siempre alcanzar al deber ser.
El mundo del derecho se caracteriza porque las personas se expresan y actúan
en un mundo impersonal.
¿Qué cambia cuando tomamos la decisión de des-formalizar la relación, abandonar el
Derecho para retornar a la espontaneidad del vínculo inicial? Por un lado, a la hora de
maniobrar nos encontramos con una libertad, que nos permite desentendernos de los
mismos sin consecuencias adversas; llegamos así a felicitarnos de poder confiar el uno
en el otro, sin degradarnos teniendo que recurrir a las autoridades oficiales. Por otra
parte, renunciar al Derecho evidentemente privarse de las garantías jurídicas,
procedimentales o sustanciales, y exponerse a la ley del más fuerte.

2. De “UNO” a “DOS”: el derecho como reformulación


El derecho es una institución en la que se asegura una reflexión en la sociedad sin
cambiar la sustancia de esta. ¿Quiere esto decir que esta reformulación es una
repetición inútil? Es una superación que, a pesar de no modificar la sustancia de la
relación social, transforma profundamente su apariencia. En su función de «pilotaje»
social, el Derecho complementa las instituciones sociales preexistentes.
El derecho oficializa el pacto y las costumbres; muestra las reglas de la sociedad e
introduce mecanismos que permiten su transformación. También organiza
procedimientos e instituye autoridades con el fin de llevar a la práctica sus
decisiones.
Es mediante sus operaciones internas que el Derecho recrea el mundo exterior y le da
la forma de sus propias ficciones de las que espera un impacto en el mundo real; le
corresponde a las ficciones jurídicas tomar distancia de los límites de la realidad, para
liberar otros mundos posibles.

2.1. Doble institucionalización


La teoría del derecho ofrece distintas teorías para pensar la reformulación
jurídica de lo social. La “teoría de la doble institucionalidad” describe el paso de
lo social (primaria) a lo jurídico (secundaria); la “teoría de la articulación de las
normas primarias y secundarias”, prolonga este análisis en el plano de la
normatividad.
Estos análisis permiten concluir que las reglas de comportamiento
costumbristas, permanecen, sin seguir algún modelo o norma. Posteriormente, se
confiere a determinadas instituciones la capacidad de resolver conflictos y
modificar las normas. Así entonces, concebir el Derecho como reformulación y
doble institucionalización viene a ser el núcleo compartido en la teoría del
Derecho.
2.2. Normas primarias y normas secundarias
La distinción entre las reglas primarias y secundarias tiene por objetivo
precisar la ventaja funcional de una institucionalización reformulada.
Corresponde a las reglas secundarias identificar las normas primarias en vigor,
derogarlas, dictarlas, modificarlas, establecer definitivamente que han sido
violadas y garantizar la imposición de la sanción.
- Reglas de conocimiento: identificar los criterios de pertenencia de los
sistemas jurídicos y suministrar validez a las reglas a las que se refieren.
- Reglas de cambio: establecen mecanismos de adopción, de derogación y de
modificación de las reglas en vigor.
- Reglas de adjudicación: habilitan a ciertas autoridades para que resuelvan
autoritativamente la cuestión de saber si una regla primaria ha sido
transgredida.
2.3. Funciones primarias y funciones secundarias
Las funciones primarias se refieren a la relación que tiene el derecho con la
materia social y consisten en extraer, reformar y consagrar jurídicamente una
norma social.
Las funciones secundarias se refieren a las relaciones que tiene el Derecho
consigo mismo y sus funciones se dividen en:
- Función de encuadramiento: definición, calificación, institución conceptual.
- Función de identificación: identificación de las fuentes vigentes y
habilitación de los agentes creadores de Derecho.
- Función de archivo: memorización y de constatación de los hechos y actos
jurídicos.
- Función de arbitraje: enjuiciamiento y de ejecución de las sanciones.

Entonces es el Derecho quien establece vínculos y fija límites.

2.4. Usos positivos y negativos


Cada una de las funciones mencionadas anteriormente es susceptible de ser
usada para el bien o para el mal, dependiendo del uso que hagan de ellas los
actores asignados por el Derecho.

3. De “DOS” a “TRES”: una formulación hecha bajo la egida de un tercero


La cifra 3 es una suerte de garantía de que jamás el 1 se va a encerrar en sí mismo, o
de que el 2 jamás va a absorber al 1; el 3 es la garantía de que la brecha sigue
presente, que la diferencia está operando, que la palabra circula, que sigue en marcha.

3.1. Tres finalidades propias del derecho


- Define un equilibrio social general: Función general de mediación o de
arbitraje entre los diferentes intereses sociales que se presentan en
conflicto en el espacio social.
- Susceptible de ser impuesto mediante coacción controlada generadora de
confianza: Asegura que el equilibrio establecido por la anterior finalidad sea
llevado a cabo. El compromiso jurídico tiene por vocación tener influencia
sobre la realidad y guiar realmente las conductas.
- Permite ser cuestionado: Esta siempre abierta la posibilidad de ser
cuestionado, dentro de las formas y procedimientos legales.

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