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Adivinó para Orishanlá, para que ganara en supremacía sobre todas las divinidades.

Fue éste odu quien reveló que Orishanlá fue la última de las divinidades creadas por Olodumare. Fue
cuando Olodumare descubrió que Eshu se había infiltrado en las filas divinas y tomando posesión de
las mentes de las primeras 200 divinidades, que el creó a Orishanla. El debía actuar como si fuera la
propia encarnación de los deseos de Olodumare, en términos de bondad al tratar a las divinidades.
Sin embargo, como Eshu advirtió a Olodumare en la creación, pronto Eshu tomó posesión de sus
mentes y comenzó a manipularlas par que llevaran a cabo sus deseos. En lugar de comportarse como
ejemplo de excelencia, como Olodumare esperaba, se volvían antagónicos y destructores uno con
otro. Así fue como Eshu demostró que aunque el era incapaz de crear, era capaz de mutilar los
productos de la creación. También fue éste odu quien reveló que no fue Olodumare quién creó a
Eshu ni al Mal. Orishanla es la única divinidad a la cual Eshu no puede influenciar, aunque es un
hecho histórico el que Eshu a menudo tentó creándole problemas. Orishanla pudo neutralizar las
maquinaciones de Eshu por causa del sacrificio que hizo:

Awon Tolotolo
Ofi kekere fun. irugban ye were
Adifafun Orishanla
nijo toun lo di eni apesi
laaro awon gbogbo igba Irunmole
ofi obuko agbo ati asho funfun ru ebo.

Que significa:

El pavo es la única criatura que desarrolla barbas desde la infancia. Ese fue el Awo que adivinó para
Obatala antes que el ganara la supremacía sobre todas las demás 200 divinidades.

Después de la adivinación, le dijeron que hiciera sacrificio con un macho cabrio, 201 cocos, un
carnero padre y un pedazo de tela blanca. Olodumare invitó a todas las divinidades para amonestarlas
por tragedias, además porque no estaban cumpliendo con los mandamientos que el había dado en la
creación. Les dijo que al haber caído víctimas de las maquinaciones de Eshu, habían propiciado para
que triunfara el Mal sobre el Bien, y habían dado la impresión de que el les había creado para que
hicieran mal.

Olodumare proclamó, que el es la encarnación de la verdad, la verdad y la justicia, que cuanto mal
ellos hicieran los confiaba como seguidores de Eshu y no como sus hijos. Advirtió que mientras se
empeñaran en practicar el mal, esos actos limitarían la eficacia de la autoridad (Ashe) que el les había
entregado, mientras cada acto de bondad aumentaría su poder.

Ogún, quien previamente se consideraba como la primogénita y más poderosa de las deidades,
preguntó a Olodumare porqué razón el permitió a Eshu que los despojara y tomara su fuerza viva,
porqué le dio la autoridad que el empuñaba. Le preguntó que por qué no borraba las fuerzas del Mal
de la faz de la tierra, ya que él, era el creador.

Después de una pausa, Olodumare proclamó que el no era un arquitecto del Mal como ellos
pensaban; entonces les preguntó, si cómo sus servidores, ellos podían encerrar a sus hijos en una
habitación y poner un Lobo en su interior. Todos ellos respondieron de forma negativa después
reveló que el, no creó a Eshu, todas las deidades quedaban mudas. Le tocó su turno a Obalifón, quien
preguntó entonces quien era el creador de Eshu. Orúnmilá añadió que el siempre había creído que
Olodumare había creado a Eshu para poner a prueba la firmeza de las demás divinidades. Olodumare
les preguntó si no habían observado que Eshu nunca estaba presente en las reuniones diarias que
realizaba el consejo divino si el era uno de ellos. Todos recordaron que Eshu nunca había sido
invitado. Olodumare agregó que así como el Pavo desarrolla las barbas desde la infancia, Eshu
existía de forma independiente y con su propio poder, tanto Eshu como él, vivían en Aima, antes que
el comenzara la obra de la creación.

El les reveló que al principio todo era una ancha esfera de oscuridad total en la cual, el ocupaba un
enclave microscópico que contenía el único núcleo de luz y vida y el en la plenitud se convirtió en el
universo. Olodumare terminó el relato revelando que cuando el creó la divinidad de la Luz para
eliminar la oscuridad, de lo primero que Eshu se sintió provocado en hacer, fue el juramento de
quebrantar sus esfuerzos creadores. El recordó que Eshu se jactaba diciendo que toda vegetación que
el creara bajo el cielo de luz, sería su propio terreno de labor, y que todo ser que creara sería su
sirviente.

Olodumare reveló que el aceptaría el desafío de Eshu, creando a Orishanla como su representante,
con sus propios rasgos, dotado de firmeza y determinación. Las otras divinidades estuvieron de
acuerdo, reconociendo a Orishanla como el presidente del concilio divino, siempre que Olodumare
no estuviera en condiciones de asistir, así fue como Orishanla fue proclamado como el representante
en la tierra de Olodumare.

Cuando este odu sale en adivinación el le dice a la persona que el dará a luz un último
hijo, que prosperará y será más poderoso que sus otros hijos, siempre que haga
sacrificio para su prosperidad, esto después de servir su cabeza con 201 cocos.

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