El adivinó para Orúnmila cuando 1800 animales se apiñaron para ir al cielo y delatarlo ante
el supremo.
Lo acusaban de matarlos sin importarle si tenían razón o no. Argumentaron que
Olodumare los creó a él y a ellos, para vivir juntos. Entonces por qué él los mataba y se alimentaba de sus carnes. Cuando Olódùmarè creó a los hombres para que se alimentaran de frutas, vegetales y tubérculos de las plantas. Orúnmìlá fue aconsejado que hiciera sacrificio a Eshu con un macho cabrio y así lo hizo. Después vino Eshu a requerir a Orúnmilá de la acusación que le habían hecho los animales. Eshu le dijo que desmintiera los cargos ante de Olodumare. Pero antes de ir a responder, debía poner en orden su casa, (Limpiar toda evidencia y pruebas) limpiándola de todos los huesos y cráneos de animales. Orúnmìlá así lo hizo. Cuando llegó al palacio de Olodumare se encontró a todos los anima les sentados. Olodumare leyó la acusación, el renegó el cargo. Los animales seguían acuándolos y propusieron a Olodumare que fueran a la casa de Orúnmìlá para que vieran los huesos de sus hermanos. Olódùmarè le preguntó a Orúnmila si el estaba de acuerdo con esa proposición, el le respondió que aceptaba. Olodumare envió a sus emisarios para efectuar la revisión. Antes de partir le preguntaron a los animales si el los tenían forma de conocer si lo huesos pertenecían a sus hermanos o demás familiares. Los animales quedaron mudos ante esto. Cuando llegaron a casa de Orunmila encontraron todo limpio y en orden. Revisaron los huecos cavados recientemente, pero no encontraron ninguna evidencia. Regresaron ante Olodumare, acusando a los animales de falso testimonio contra Orunmila, En su veredicto Olódùmarè proclamó que desde ese momento, los animales quedarían sin habla y no podían informar a nadie con palabras de sus bocas. Olodumare se volvió a Orunmila y le entregó una autorización eterna para que matara y se alimentara de los animales a su voluntad.