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Cerebro Adolescente
Cerebro Adolescente
Resumen
La reciente utilización de técnicas de resonancia magnética ha proporcionado una
información muy interesante acerca de los cambios que tienen lugar en el cerebro durante
los años de la adolescencia. Estos cambios afectan fundamental a la corteza prefrontal,
estructura fundamental en muchos procesos cognitivos y que experimenta un importante
desarrollo a partir de la pubertad que no culmina hasta los primeros años de la adultez
temprana. Otros cambios afectan al circuito mesolímbico, relacionado con la motivación
y la búsqueda de recompensas, que va a verse influido por las alteraciones hormonales
asociadas a la pubertad. Como consecuencia de esas modificaciones, durante los pri-
meros años de la adolescencia se produce un cierto desequilibrio entre ambos circuitos
cerebrales, el cognitivo y el motivacional, que puede generar cierta vulnerabilidad y
justificar el aumento de la impulsividad y las conductas de asunción de riesgos durante
la adolescencia. Estos hallazgos y sus implicaciones prácticas para la educación y la
política social son presentados y discutidos en este artículo.
Palabras clave: adolescencia, desarrollo cerebral, corteza prefrontal, asunción de
riesgos.
Abstract
Recently, the use in neuroscience research of Magnetic Resonance Imaging has
generated very interesting data about changes in the brain during the years of adoles-
cence. Those changes occur mainly in the prefrontal cortex, a brain region, involved
in many cognitive processes, that experiences an important development after puberty
and which does not mature fully until early adulthood. Also, the mesolimbic dopamine
reward circuitry experiences significant changes due to hormonal activity during puberty.
As a consequence of those changes, during early adolescence arises a lack of balance
between the cognitive and motivational brain systems. This imbalance could create a
certain vulnerability during adolescence that justify the increase in some behaviours
such as impulsivity and risk-taking. Those finding and some practical applications for
education and social policy are presented and discussed.
Key words: Adolescence, Brain development, Prefrontal cortex, Risk-taking.
Dirección del autor: Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología. c/ Camilo
José Cela, s/n. 41018 Sevilla. Correo electrónico: oliva@us.es
Apuntes de
Recibido: Psicología,
septiembre 2007,
de 2007. Vol. 25,octubre
Aceptado: númerode3,2007
págs. 239-254. 239
A. Oliva Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia
La adolescencia como etapa conflictiva por asumir ese papel estelar. Nos estamos
refiriendo a los cambios cerebrales que
El debate sobre la naturaleza más o tienen lugar durante la segunda década de
menos conflictiva de la adolescencia ha la vida (Giedd et al., 1999). En este artículo
estado presente en la psicología desde que, expondremos los principales cambios neuro-
a principios del siglo pasado, G. Stanley lógicos y su influencia sobre el surgimiento y
Hall plantease su visión de esta etapa evo- mantenimiento de las conductas de asunción
lutiva como periodo de storm and stress. de riesgos durante la adolescencia.
A lo largo de los últimos 100 años, se han
ido sucediendo planteamientos teóricos que La maduración del cerebro
han oscilado entre la visión tumultuosa y
conflictiva de autores como Anna Freud o La idea de que el cerebro continúa desa-
Peter Blos y las concepciones más optimistas rrollándose después de la infancia es relati-
que han cuestionado la teoría del storm and vamente nueva. Los estudios realizados con
stress. A pesar de que esa imagen negativa animales, primero, y con humanos, más tarde,
sigue estando presente en la sociedad actual habían revelado los importantes cambios
(Casco y Oliva, 2004), la evidencia empírica que tenían lugar en el cerebro infantil en los
acumulada a lo largo de las últimas décadas primeros meses de vida y que justificaban su
no apoya esa visión y presenta una realidad enorme plasticidad (Hubel y Wiesel, 1962;
menos dramática de este tramo del ciclo vital. Kuhl, Williams, Lacerda, Stevens y Lindblon
No obstante, aunque muchos chicos y chicas 1992). Así, a pesar de que el número de neu-
atraviesan la adolescencia sin experimentar ronas no experimenta cambios importantes,
especiales dificultades, puede afirmarse que desde el mismo momento del nacimiento
durante estos años aumentan los problemas comienzan a establecerse nuevas conexiones
en tres áreas: los conflictos con los padres entre neuronas. Se trata de un proceso de
(Laursen, Coy y Collins, 1998; Parra y Oliva, arborización o sinaptogénesis que va a crear
2007), la inestabilidad emocional (Larson y un número excesivo de conexiones, de tal
Richards, 1994) y, sobre todo, las conductas forma que a los pocos meses este número
de riesgo (Arnett, 1999). será muy superior al de las existentes en
Los modelos de la adolescencia como pe- el cerebro adulto. Este periodo temprano
riodo conflictivo han atribuido a los cambios de proliferación sináptica, de varios meses
hormonales de la pubertad un rol destacado de duración, es seguido por otro que se
en el surgimiento de estos problemas. Sin prolonga hasta el final de la infancia y en el
embargo, algunos estudios recientes han que se eliminan aquellas conexiones que no
cuestionado esta influencia, ya que han en- se usan, quedando reducido el número de
contrado efectos directos muy pequeños de sinapsis a los niveles propios de la adultez.
andrógenos y estrógenos sobre la conducta La supresión de conexiones inactivas se
adolescente (Graber y Books-Gunn, 1996; complementa con la mielinización o fortale-
Spear, 2007a). Por otro lado, y sin olvidar cimiento de las sinapsis que se mantienen y
el importante papel que desempeñan los utilizan, mediante el recubrimiento del axón
factores socio-culturales (Oliva, 2003), han neuronal con una sustancia blanca aislante
aparecido en escena nuevos protagonistas -mielina- que incrementa la velocidad y la
que compiten seriamente con las hormonas eficacia en la transmisión de los impulsos
eléctricos de una neurona a otra (Blakemore cia indica la mielinización progresiva de las
y Choudhury, 2006). Todo este proceso no es conexiones neuronales, tanto en la corteza
independiente del contexto, y se verá influido frontal como en las vías que la unen a otras
por las experiencias vividas por el sujeto, lo zonas cerebrales. Todos estos cambios en el
que refleja la enorme plasticidad del cerebro córtex prefrontal conllevan una activación
humano para adaptarse a las circunstancias menos difusa y más eficiente en esta zona
ambientales existentes en un determinado durante la realización de tareas cognitivas
momento. (Durston et al., 2006). Por lo tanto, las zonas
Hasta hace bien poco se pensaba que los cerebrales más modernas desde el punto de
cambios arriba descritos tenían lugar durante vista filogenético, como la corteza prefron-
la primera década de la vida, de forma que la tal, son también las últimas en completar su
arquitectura cerebral estaba definida al llegar desarrollo ontogenético, que no concluye
la pubertad. Sin embargo, hoy día en numero- hasta la tercera década de la vida. En cambio,
sos trabajos científicos se indica que si bien aquellas que soportan funciones más básicas,
esto es cierto para muchas zonas cerebrales, como las motoras o sensoriales, maduran en
otras continúan desarrollándose durante la los primeros años de la infancia (Gogtay et
adolescencia. Los primeros estudios llevados al., 2004).
a cabo con cerebros postmorten indicaron Si tenemos en cuenta el importante papel
que la corteza prefrontal experimentaba que la corteza prefrontal tiene como soporte
cambios importantes tras la pubertad, ya que de la función ejecutiva y de la autorregu-
existían importantes diferencias en esta zona lación de la conducta (Spear, 2000; Rubia,
entre los cerebros de niños, adolescentes y 2004; Weinberger, Elvevag y Giedd, 2005),
personas adultas (Huttenlocher, 1979). Más es razonable pensar en una relación causal
recientemente, la utilización de técnicas de entre estos procesos de desarrollo cerebral
resonancia magnética ha apoyado los resul- y muchos de los comportamientos propios
tados de los estudios postmortem, indicando de la adolescencia, como las conductas de
un desarrollo o maduración tardía de algunas asunción de riesgos y de búsqueda de sen-
zonas cerebrales, fundamentalmente de la saciones. Por otra parte, resulta evidente
corteza prefrontal, que no culmina hasta la el valor adaptativo que tiene el hecho de
adultez temprana (Giedd et al., 1999). Estos que durante la adolescencia se produzca un
estudios encuentran que en la zona prefrontal recorte acusado de conexiones neuronales
la sustancia gris aumenta hasta los 11 años en y que la plasticidad cerebral sea importante
las chicas y los 12 en los chicos para dismi- durante estos años. Esto implica un modelado
nuir después, lo que sin duda está reflejando casi definitivo del cerebro para adaptarlo a
el establecimiento de nuevas sinapsis en esa las circunstancias ambientales presentes en
zona en la etapa inmediatamente anterior esta etapa, que pueden diferir de las de la
a la pubertad y su posterior recorte, en una infancia y ser más parecidas a aquellas que
secuencia que va desde la corteza occipital van a acompañar al sujeto a lo largo de la vida
hasta la frontal (Gogtay et al., 2004) y que adulta (Spear, 2007b).
afecta principalmente a conexiones de tipo Junto a la maduración del lóbulo prefron-
excitatorio (Spear, 2007b). Junto a este tal hay que resaltar otro fenómeno al que se
proceso de poda, el aumento lineal de la ha prestado menos atención pero que reviste
sustancia blanca a lo largo de la adolescen- también una gran importancia, se trata de la
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A. Oliva Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia
progresiva mejora en la conexión entre este visceral inmediata de evitación o huida sería
lóbulo, concretamente la corteza orbito-fron- más eficaz, se demoran prolongadamente en
tal, y algunas estructuras límbicas como la razonamientos prolijos que impiden una rápi-
amígdala, el hipocampo y el núcleo caudado. da actuación. Al menos eso puede deducirse
Aunque la arquitectura neuronal de estas de los tiempos de reacción más prolongados
estructuras límbicas está bastante avanzada y de la mayor activación prefrontal que ex-
en la infancia temprana, no puede decirse lo hiben los adolescentes, en comparación con
mismo de su conexión con el área prefrontal, los más cortos de los adultos, ante dilemas
que irá madurando a lo largo de la segunda que presentan situaciones de mucho peligro,
etapa de la vida, y supondrá un importante como nadar entre tiburones (Baird y Fugel-
avance en el control cognitivo e inhibición sang, 2004).
de las emociones y la conducta (Goldberg,
2001). Esto va a implicar que muchas de La corteza prefrontal y la regulación de
las repuestas emocionales automáticas, de- la conducta adolescente
pendientes de estas regiones, pasarán a estar
más controladas por la corteza prefrontal, Los estudios realizados con animales, el
lo que contribuirá a una disminución de la análisis de los síntomas que resultan de las
impulsividad propia de la adolescencia tem- lesiones en la corteza prefrontal sufridas por
prana (Weinberger, et al., 2005). Además, humanos y la utilización de técnicas de reso-
es importante señalar que en la medida en nancia magnética nos han permitido conocer
que se vaya produciendo esta integración con cierto detalle cuáles son sus funciones.
entre diferentes estructuras cerebrales, las Antonio Damasio (1994) expone en su obra
respuestas del adolescente ante distintas El error de Descartes las facultades mentales
situaciones o estímulos estarán basadas en el que dependen del lóbulo frontal, entre las
trabajo conjunto de diversas áreas. Si a prin- que destaca la capacidad para controlar los
cipios de la adolescencia la autorregulación impulsos instintivos, la toma de decisiones,
conductual dependía de forma exclusiva de la planificación y anticipación del futuro, el
un inmaduro córtex prefrontal, a finales de control atencional, la capacidad para rea-
esta etapa, y en la adultez, la responsabilidad lizar varias tareas a la vez, la organización
del control estará repartida entre varias áreas temporal de la conducta, el sentido de la
cerebrales, lo que la hace más eficaz (Luna responsabilidad hacia sí mismo y los demás o
et al., 2001). la capacidad empática. Ante estas facultades,
En el adolescente, la desconexión entre no es sorprendente que Damasio considere
estas áreas cerebrales se manifiesta en res- al lóbulo prefrontal como la sede de la mo-
puestas más disociadas. Así, en bastantes ralidad, o que el neuropsicólogo ruso Luria
ocasiones en que sería conveniente una (1966) se refierese a él como “el órgano de
respuesta racional, chicos y chicas pueden la civilización”.
actuar de forma muy impulsiva y emocio- El término de función ejecutiva hace
nal, siguiendo los dictados las estructuras referencia a muchas de las capacidades que
subcorticales y con una escasa intervención nos permiten controlar y coordinar nuestros
de la corteza prefrontal (Eshel, Nelson, Blair, pensamientos y conductas y que experimen-
Pine y Ernst, 2007). Sin embargo, en situa- tan un claro avance en la segunda década de
ciones de mucho riesgo en que una respuesta la vida. En los adolescentes, la inmadurez
del lóbulo frontal les hace más vulnerables a encontrado evidencia sobre la implicación
fallos en el proceso cognitivo de planificación de la corteza prefrontal en otras capacidades
y formulación de estrategias, que requiere relacionadas con la cognición social, tales
de una memoria de trabajo que no está com- como la autoconciencia (Ochsner, 2004),
pletamente desarrollada en la adolescencia la empatía, la adopción de perspectivas o la
(Swanson, 1999). También influirá en los teoría de la mente (Frith y Frith, 2003). Así,
errores de perseverancia, que son frecuentes estas funciones también van a experimentar
en los adolescentes que realizan tareas en las un claro avance durante la adolescencia, lo
que una regla aprendida debe ser modificada que va a favorecer en chicos y chicas un
para ajustarla a las nuevas circunstancias, o comportamiento interpersonal cada vez más
en la interrupción de la conducta una vez avanzado.
alcanzada la meta perseguida. Estas limita- Si la corteza prefrontal dista mucho de
ciones pueden justificar la rigidez comporta- haber madurado por completo al inicio de la
mental que suelen mostrar muchos chicos y adolescencia, es de esperar que, tal como he-
chicas, sobre todo en los primeros años de la mos comentado, las facultades que dependen
adolescencia. La capacidad para controlar e de ella presenten algunas limitaciones en ese
inhibir respuestas irrelevantes o inadecuadas momento, pero que vayan mejorando con el
va a depender igualmente de funciones tam- avance de la adolescencia. En este sentido,
bién relacionadas con la corteza prefrontal, tal como habían descrito Inhelder y Piaget
como la atención sostenida, aún en proceso (1955), la competencia cognitiva del adoles-
de desarrollo durante la adolescencia (Klen- cente experimenta un desarrollo importante
berg, Korkman y Latí-Nuuttila, 2001; León- durante los años de la adolescencia temprana
Carrión, García-Orza y Pérez-Santamaría, y media, y muchas de las habilidades arriba
2004). mencionadas habrán alcanzado en la adoles-
El papel que desempeña la corteza pre- cencia media un buen nivel de desarrollo.
frontal, concretamente la ventromedial, Ciertamente, las habilidades de razonamiento
en la toma de decisiones, se ha puesto de lógico de los chicos y chicas de 15 años son
manifiesto en los estudios con pacientes que comparables a las de los adultos, y en la
presentan lesiones en dicha zona, ya que es- mayoría de estudios se han observado pocos
tos sujetos tienen dificultades para anticipar cambios a partir de esa edad, especialmente
las consecuencias futuras, tanto positivas en la percepción de los riesgos derivados de
como negativas, de su conducta y valorar los algunas conductas o en la evaluación de los
riesgos de una situación (Bechara, Damasio costes y beneficios de algunas actividades
y Damasio, 2000). Esa relación con la toma (Steinberg, 2005).
de decisiones destaca la relevancia que la Sin embargo, a pesar de los avances
inmadurez prefrontal tiene para entender en competencia cognitiva y en la toma de
la mayor impulsividad e implicación de decisiones detectados en la mayoría de
chicos y chicas adolescentes en conductas estudios, los chicos y chicas que atraviesan
de riesgo relacionadas con la sexualidad, el la adolescencia media y tardía mantienen
consumo de drogas o los comportamientos su preferencia por la búsqueda de nuevas
antisociales. sensaciones y continúan implicándose en
Más allá de ese control de la función muchas conductas de riesgo (Reyna y Farley,
ejecutiva, algunos estudios recientes han 2006). Esta aparente paradoja puede estar
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A. Oliva Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia
tad ocurre de forma precoz, son una etapa de provienen de la experimentación animal, que
mucha vulnerabilidad en que la inmadurez de ha revelado la relación entre el contacto físico
los mecanismos autorregulatorios requiere de estrecho entre madre y cría y la producción de
los padres una atenta vigilancia y supervisión oxitocina y dopamina. Si tenemos en cuenta
que debe combinarse con la concesión de una que la dopamina juega un importante papel en
mayor autonomía. Por otra parte, esta etapa el desarrollo prefrontal, se ha propuesto que
supone también un periodo de reorganización el fortalecimiento de los inputs de dopamina
sináptica en el que las influencias ambientales al prefrontal sería el mecanismo mediante el
y las experiencias vividas pueden tener unos que los estilos parentales afectuosos, y otras
efectos muy persistentes, ya que la elimi- experiencias emocionales placenteras con pa-
nación de unas conexiones neuronales y el dres y cuidadores, contribuirían al desarrollo
fortalecimiento de otras obedecen la ley de de las capacidades cognitivas y de un com-
“o lo usas o lo pierdes”. El proceso de desa- portamiento adecuado (Schore, 1994; Eisler
rrollo neurológico no es independiente del y Levine, 2002). Son numerosos los trabajos
contexto, y todas las actividades que chicos científicos, en los que se confirma la relación
y chicas lleven a cabo durante estos años, existente entre la negligencia parental y la
tanto educativas como de ocio, contribuirán falta de afecto en la infancia, y una mayor
al modelado de su arquitectura cerebral. La incidencia en etapas posteriores de problemas
adolescencia puede considerarse como un relacionados con el escaso autocontrol (Perry,
auténtico periodo sensible para el desarrollo 2002). Es bastante probable que la depriva-
de competencias (Chambers et al. 2003), lo ción afectiva impida un desarrollo adecuado
que no quiere decir que no se mantenga una de la corteza prefrontal, lo que favorecería
importante plasticidad cerebral durante los los comportamientos antisociales o las adic-
años posteriores (Blakemore y Frith, 2005). ciones. También existe evidencia acerca de
El consumo de sustancias, frecuente durante los efectos negativos duraderos del estrés
los años de la adolescencia, tiene unos efec- sobre regiones cerebrales integradas en el
tos permanentes en la estructura cerebral, circuito mesolímbico, como la amígdala,
generando un deterioro que no se produce el hipocampo o el córtex prefrontal medial,
cuando el consumo tiene lugar en la etapa lo que contribuiría a su hiperexcitabilidad
adulta (Spear, 2002). Ello justifica sobra- (Romeo y McEwen, 2006).
damente que un objetivo de la intervención En cuanto a la mayor activación del cir-
sobre adolescentes sea retrasar el inicio del cuito mesolímbico de recompensa durante la
consumo de sustancias hasta una edad en la pubertad, tampoco puede considerarse como
que el desarrollo cerebral esté más avanzado ajena a las circunstancias ambientales. Ya
y, por lo tanto, se muestre menos sensible a hemos tenido ocasión de comentar la estrecha
los efectos nocivos de las drogas. relación entre este sistema y el encargado
Un entorno enriquecido y unas acti- del procesamiento de la información socio-
vidades estimulantes pueden favorecer la emocional y, por ello, la mayor atracción de
maduración de la corteza prefrontal y de las las recompensas inmediatas en situaciones
capacidades autorregulatorias, pero también en que el adolescente está acompañado de
habría que destacar el papel del afecto paren- sus iguales o muy excitado emocionalmen-
tal durante la infancia y la adolescencia. Los te. Pero además, hay que recordar el papel
primeros datos en apoyo de esta influencia que juegan los cambios hormonales de la
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