Prólogo

COLECCIÓN
Conjunciones

•
- Autisnnos:
¿espectro o
Todo es menos de lo que es, todo es más

diversidad? P. Celan

Autismo es un nbmbre que se ha popularizado de manera notable. Des-

Familias, maestros y de su aparición en el año 1943, permaneció muchos años en una relativa
penumbra pero a partir de varias reformulaciones, que tienen como hitos
profesionales ante el desaffo la aparición del DSM-III el año 1980 y la del DSM-5 en 2013, lo que
se agrupa bajo este nombre ha ido cambiando sensiblemente. Al punto
de repensar etiquetas que algunos autores como Lynn Waterhouse (2013) afirman: "el autismo
existe pero no sabemos lo que es" .1
Una diferencia merece ser subrayada. Mientras la mayoría de las cate-
gorías diagnósticas intentan precisar lo más específica y delimitadarnen-
te posible un cuadro (lo que se ha llamado paradigma categorial), en la

91
IAutisrnos: ¿espectro o diversidad?
nueva versión "espectro" del autismo la categoría se ha expandido de tal
modo que sus límites son borrosos y en lugar de categorizar canestrictez,
incluye variaciones de gravedad y significación de 'la sintomatología que
oscilan, a veces sorprendentemente,, entre lo grayemente incapacita.nte y
lo tenue, casi banal.
Su "esencia" intentó ser capturada pi* años con distintos criterios que
han cambiado sin una sólida base que sostenga el pasaje de uno a otro.
Esto no sólo representa un problema. "Científico": el autismo ha invadi-
do el campo social al punto, tal que la infonnición sobre el tema inunda
publicidades y redes sociales. Y las asociaciones de padres de niños que lo
padecen se han convertido en actores sociales en varios países del mundo
incidiendo con su accionar en diferentes políticas públicas.
Varias voces se hacen oír planteando diferencias en las nuevas aproxima
dones que se han ido generalizando, en especial con la noción de "espectro
autista". Para ser considerado como parte de ese trastorno unitario que
denominó autismo, Kanner no sólo requería que un niño presente dificul-
tades en el plano de la comunicación social y conductas repetitivas e in-
tereses restringidos (dos de los criterios más actuales para su clasificación
como tales), sino que debía aparentar ser inteligente y mostrar más interés
en los objetos que en las personas. Él excluía a los chicos que presentaban
estigmas fisicos o un retraso madurativo importante. '
Como luego veremos en los quince primeros años dicho autor diag-
nosticó muy pocos casos de autismo. Es por eso que otra estudiosa como
Susan Polstein (2006) plantea que la heterogeneidad que resulta hoy del
diagnóstico depende de que el mismo es aplicado a lo que llama 'non-
Kanner's autism", que incluye a chicos con síntomas diversos, rasgos cor-
porales dismórficos, con C.I. muy bajo (35 o 40 por ejemplo) e incluso
etiologías específicas (fragilidad de cromosoma X por ejemplo).2
En mi criterio y el de muchos que lo comparten, aún desde diferentes
perspectivas, el concepto unitario de espectro autista debe ser cuestiona-
do. Muchos niños agrupados bajo esta denominación no se encuentran
representados en su diversidad sintomática por ese nombre que deviene,
entonces, impropio.
I lo
Juan Vasen I Prólogo I
'Se abre un desafio dispar, entre la diversidad que se presenta en la clíni-
t'a y la homogeneidad que pretende representada. Los chicos agrupados
bajo el espectro del autismo presentan en proporciones muy desparejas
Síntomas diversos que los configuran como un conjunto demasiado hete-
erngéneo como para pretender reunirlo en una sola categoría que funciona
como contraseña por cómoda administrativamente que sea: Digo dispar
porque los intereses que avalan ciertas clasificaciones abarcativas en el
campo de la administración sanitaria, y las coberturas de salud e incluso
én ámbitos legislativos han adoptado mayoritariamente el término como
propio. En el altar del "éxito" de esa codificación lo que queda sacrifica-
do és la variabilidad de los síntomas y los modos de presentación, como
también la posibilidad, de comprender esa sintomatología profundizando
en sus connicionantes biológicos pero además en aquello que depende
del contexto familiar y de época que tiene una enorme incidencia en la
problemática que tratamos.
Esa diversidad a la que me refiero se presenta en muchos de los chicos
clasificadas como parte del Espectro Autista (y antes de los mal llamados
Trastornos Generalizados del Desarrollo No Especificados) que presentan
1
un polimorfismo sintomático notable. Su inclusión en dichas categorías
se vio facilitada además por la misteriosa desaparición de las psicosis in-
fantiles del DSM, la menor frecuencia de diagnóstico 'de cuadros esqui-
zoides junto con el traslado de los cuadros Border Line desde la Infancia
a la Adolescencia reconfigurados como Trastornos de Personalidad. Mu-
chos chicos con sintomatología compleja perdieron su "lugar" previo en -
el DSM y, una vez re-clasificados, incrementaron exponencialmente su
presencia "migrando" hacia las nuevas categorías (TGD primero y TEA
luego) donde hallaron inadecuado alojamiento.'
Quienes suelen ser categorizados como autistas pueden padecer de un
replegue social muy importante o encontrar formas alternativas de co-
municación (la escritura principalmente)4; algunos bebés, luego rotulados
dentro del espectro, pueden no prestar atención a los estímulos, mientras
otros sí lo hacen. Algunos fijan la mirada y se comunican visualmente,
mientras otros no lo hacen, algunos interaccionan con los demás, pero no
todos, algunos demuestran empatía pero esto no se aplica a todos, alg-u-
..1
 1Autilmos.: ¿espectro o diversidad?
nos no responden a su nombre hasta el año, pero otros sí, hay quienes no
pronuncian correctamente varias palabras o no construyen fieses. Otros
sí lo hacen. En algunos persisten problemas de Anguaje muchos años.
Pero no ocurre esto con todos. 'Pueden tener retkaso en la adquisición del
habla o no tenerlo, hablar de Maneras peculiares; o -és- tar^envueltos' en un
semi-mutismo.
En cuanto a los intereses restringidos y comportamientos repetitivos
hay mucha variedad dentro del espectr_oi., Algunos no presentan manie-
rismos mientras otros tienen movimiento de Manos o dedos de manera
insistente. Algunos presentan esas estereotipias pero no retracción social
significativa. Respecto al retraso intelectual, puede estar presente (más de
la mitad presenta limitaciones cognitivas) al igual que las severas dificulta-
des de aprendizaje, sin embargo algunos denotan un alto rendimiento y
capacidad simbólica. Hay también quienes presentan trastornos motores
leves o severos y también convulsiones. Otros, nada de eso. Lo mismo
cabe para las alteraciones de su sensoriaLidad, que pueden ser muy marca-
das o no estar presentes.
No hay una fisiopatología que explique el autismo en su conjunto, no
hay genes que lo determinen unívocamente ni fármacos que especifica-
mente curen el cuadro. Aunque sí puede haber explicaciones de ese tenor
para muchos de sus síntomas.
Desde lo estrictamente biológico y médico algunos tienen macro y
otros, microcefalia, pueden tener el cerebro de mayor volumen o no.
En algunos chicos hay modificaciones cerebrales en la sustancia gris y en
otros en la blanca.
En cuanto a la genética hay más de 100 genes involucrados, es decir no
hay ungen del autismo sino una multiplicidad de condicionantes genéticos
de sus síntomas.
En el conjunto, hay desde niños severamente limitados y otros que han
sido denominados por sus Capacidades como "pequeños Steve Lobs?' 5 es
decir unos "pichones de genio". En su desmesuracla (e insostenible) di-
versidad, y en buena. parte por ella, el autismo es un problema grave y, a la
vez, un misterio. Se trata de resolverlo en el plano de los descubrimientos
y, paralelamente atender a quienes lo padecen y a sus familias.
112
Juan Vasen 11 Prólogo 1
De la mano de estas preocupaciones, el sendero que les propone este
texto tiene corno etapas las- diferentes metáforas que, disfrazadas a veces
de conceptos, jalonan el análisis de la situación y legitiman las interven-
ciones. Entonces iniciaremos el recorrido por la primera de ellas, la de
'epidemia, seguida por un análisis de los chicos de hoy en el segundo
capítulo que cabalgan entre el poeta y el autómata. En el tercero revisa-
remos ciertos modos de aproximación científicamente descoloridos, para
luego, en el cuarto, repensar de qué manera impacta la humanidad en el
genoma y no sólo los genes en lo humano. En el quinto apreciaremos
Cómo el borron(eo) de los límites del espectro lleva a una cuenta nueva
de la estadística a lo que el &Ato suma la expansión de un nombre que
Sia quedó entificado en un Síndrome, el de Asperger. Esta expansión nos
lleva a la necesidad detstablecer, en el séptimo, en qué se diferencian las
psicosis del autismo en la infancia. Llegados a este punto no podremos
desentendernos de un recorrido histórico, en el capítulo octavo, que nos
permita comprender el porqué del giro educativo de los tratamientos. Ese
giro se complementa en el siguiente apartado, el noveno, con los efectos
de estos movimientos sobre los padres y sus Asociaciones ya constituidas
en actores políticos. En el décimo se completa un trípode que sustenta
ese giro al agregar a las temáticas educativas y parentales, el cambio de
lugar de los valiosos y muy criticados aportes del psicoanálisis. En el capí-
tulo once incluimos experiencias con animales que son una apuesta entre
autismo y lo que he llamado narzoocismo. Finalmente, el epílogo abor-
da el contrapunto entre el diagnóstico clínico del autismo y la profusión
codificadora-clasificadora que ha supuesto la popularización de ja versión
"espectro" y su contraseña TEA.
Como puede apreciarse en la hoja de ruta propuesta, varias lineas re-
corren el texto y plantean contradicciones que a veces son antagónicas
y otras veces tienen una síntesis superadora en el horizonte. La tensión
entre clasificación y diagnóstico se expresa a través de la discusión entre
fa literalidad y la poiesis, tanto en lo que hace a nuestros posicionamientos
profesionales, a veces tan literales, tan al pie de la(s) letra (s) (como DSM
por ejemplo) o, por el contrario, modos más metafóricos de pensar qué es
un niño y qué es un niño autista. De la oposición o complementariedad
entre estos enfoques dependerá qué cuantía demos a la posibilidad de
131
IlAutismos: ¿espectro o diversidad?
pensarlo como una máquina o un autómata, o como capaz de travesura,
juego e infancia.
La crítica de la categoría homogeneizante de espectro plantea recuperar
el autismo como un síntomag.rave presente en 314 conjunto heterogéneo
de chicos borroneados en la diVersidad de sus pldeCéres por suinausión
masificante dentro de un constructo que lee esos síntomas como parte de
un trastorno único.
El lector o lectora encontrará críticas a-sh (idos de abordaje impregnados
de un marcado adocenamiento eficientista cornbinado con un entrena-
miento intensivo y un rescate de otros que ponen el acento en la diver-
sidad y singularidad. También entonces una revalorización del instante
creativo y de la posibilidad de una sorpresa en el espacio territorial de la
transferencia donde somos convocados más como artesanos que como
burocratizados trabajadores de oficina sanitaria o personal trainers. Más
cerca del encuentro que de la entrevista, más cerca del invento que de la
herramienta, más cerca del garabato.que de la ingeniería del alma.
Nuestro recorrido ahora comienza, como muchos viajes, en un aero-
puerto.

EMLIOGRAITIA Y NOTAS
1. Watcrhousc, L. (2013). Rethinkinj Autism: Variation and Complexity. New York:
Elscvier.
2 El comentario de Susan Folstein (2006) es citado por Lynn Waterhouse, L. en el libro
citado.
3 V2Serl, J. (2011). Una nueva epidemia de nombres impropios. Buenos Mres: Noveduc.
4 Varios libros de autores "autistas" dan dienta de ello. El último de ellos -es el de
Higashida, N. (2013). The Reason IJump. New York: Random House.
5 Granclin, T. (2014). The Autistit Brain. New York: First Mariner Books.

114
 Capítulo III a

EL RIESGO DE LOS
ACERCAMIENTOS INCOLOROS

Un estruendo. •
.I.a verdad hacé acto de presencia eníre los hombres en
pleno torbellino de metáforas.
P. Celan

La vida es como una compleja partitura. Está llena de semicorcheas,

frisas, signos raros y anotaciones indescifrables'. Leerla correctamente
es una tarea ardua y, aunque uno lo consiga, no siempre la 'interpreta
de la manera correcta ni la valora en su justa medida. No s'iemprethace
felices a las personas. ¿Por qué vivimos de una manera tan enrevesada?'

Tsukuru, el chico sin color, el tímido personaje de la novela de Murakami

lleva al extremo lo que nos ocurre a diario, muchas veces sin percatamos
de ello:
 Autismos: ¿espectro o diversidad?
Parece que, de por sí, es un problema acercarnos a descifrar cualquier
problema. Casi todo en la vida, incluso el autismo, se nos presenta como
una partitura enrevesada,. que_muchas *ices' desentona_y,..en algunos, ca-
sos con estruendo.
¿Cómo aproximarnos entonces a una cuestión como el autismo que se
va convirtiendo en eje de preocupaciones de Profesionales de la salud y la
salud mental, de la educación, 'de- Iris- padres por sirfrnesto y, últimamente,--.
también de legisladores? Estamos ante un problema :y_ también frente a la
lectura de ese problema que realizarnos- desde_ nuéStra 'sleriipre limitada
caja de herramientas para interpretarlii2:5-s- ea queesrantos. ante, al menos,
dos problemas: el primero es la pres-ent-ación•áttut en las familias, laelínica•
y las aulas de los niños con problemas severos. El segundo es la representación
que nos hacemos de ellos y de aquello que los limita o los hace sufrir de
formas que nos resultan enigmáticas. •
Ante ese enigma, que opera como un agujero en nuestras significacio-
nes y metáforas, todos nosotros, fuertemente influenciados por paradig-
mas tecnocráticos imitamos el gesto de Jean Cocteau cuando ironizaba:
"Estos son misterios que nos superan. Finjamos que nosotros mismos los
hemos organizado".
Encontramos así el atajo tranquilizador y organizador que nuestras con-
ceptualizaciones nos proveen. Y tanto nos aferramos a ellas que olvidamos
que arrastran siempre un sedimento ficcional.
Entre esos atajos se encuentra, en primer lugar, la simplificación y des-
contextualización de los chicos de hoy. Acto seguido la reducción del
espesor de un proceso diagnóstico que queda degradado al ingreso como
parte de una grulla clasificatoria.
Corresponde entonces resaltar la complejidad de la situación diagnós-
tica. En ella convergen dos modos de intervención que se disputan he-
gemonías: clasificar y diaiin osticar. Intervenciones que muchas veces se
intrincan, por lo que requieren deslindes.
136
Juan Vasen 1 El riesgo de los acercamientos."
¿CLASIFICAR O DIAGNOSTICAR?
"La publicación del DSM-5 brinda innovaciones 'á la codificación, cla-
sificación y diagnóstico de los trastornos mentales cuyos efectos alcanzan
a muchas disciplinas"!
Así comienza el breviario de DSM-5 poniendo en primer lugar la codifi-
cación, luego la clasificación y luego el diagnóstico. ¿Casualidad? Veamos
algunas diferencias.
Codificar es, a los fines del manual, cifrar o sea transformar un mensaje
según un conjunto de reglas para codificar datos. Clasificar es, también,
en rigor una técnica que se guía por lo aparente y agrupa en una serie los
fenómenos que objetiva. Lo que abre la pregunta por la validez de los
criterios de agrupabilidad empleados en la formación de cada clase noso-
gráfica. En los últimos años la pregunta se soslaya por medio del empleo
creciente de la referencia a los sucesivos DSM que se han convertido en
respaldo clasificatorio y fuente de autoridad. Algo que debería llamar la
atención pues lo que inicialmente iba a ser un manual estadístico y des-
criptivo se ha ido convirtiendo en una especie de esquemático tratado de
psicopatología que define diagnósticos y, más aún, etiologías. Un manual
lleno de cifras que, más que leído, merece ser des-cifrado.
Dijimos que una clasificación se funda en una selección de datos. Subra-
yo el término pues rio hay categorías ni clases naturales. Es' esa selección
la que deriva en la construcción del dato que resulta de un abrochamiento
unívoco entre un "hecho" y su significado. Esa objetivación :deja de lado
que los datos están ordenados desde el imaginario y desde los discur-
sos científicos (siempre relativos) de cada época. O sea algo es apropiado
como dato y convertido en signo de una información que, aparentemen-
te, no requiere desciframiento.
Con el uso, ese disfraz de dato provisto por la "ciencia" se va haciendo
cada vez más transparente, se invisiblliza. Cuestiones que el psicoanálisis
enfrentó desde sus comienzos. Freud siempre tuvo a las ciencias nttura-
les en el horizonte de su método. Aplicar sus criterios supuso la necesidad
de renunciar a las síntesis prematuras y al principio de placer. De acuerdo
con esa cientificidad toda teoría debe "dejarse imponer la ley del objeto
sin metaforizarlo".3
371
 Autismos: ¿espectro o diversidad?
11
Sin embargo, el "lastre" clínico reflejado nunca sigue las leyes del es-
pejo pues no hay reflejo sin desciframiento. No hay manera de percibir la
realidad humana en bruto, pues ésta siempre viene, en alguna medida,
cifrada. No sólo Tsulcuru lo ha notado. También Freud, que se reivindi-
caba más investigador que pensador, podría haber hecho suya esta frase
de Borges: "Yo sé de un laberinto griego que es una línea única, recta.
En esa línea se han perdido tantos filósofos, que bien puede perderse.un
mero detective".4 Nada se espeja sin sombras y no hay autopistas en estos --
territorios. Tan sólo senderos a recorrer, preferente/tiente, de la mano. -
La diferencia entre clasificar y diagnosticar respecto al saber es que la
clasificación se detiene en la particularidad:- El-logro clasificatorio es la
inclusión en una serie de la cual cada ejemplar es una parte. Mientras, el
psicoanálisis apunta a acceder, más allá de lo particular del dato objeti-
vable y agrupable, más allá de una clase "diagnóstica" que, para nuestro
pensamiento, pertenece al registro de lo imaginario. Un imaginario anó-
nimo donde las intervenciones intentarán labrar o recortar lo singular de
la psicosexualidad inconsciente de cada quien.
Por eso, no obstante su convicción en las puertas que la ciencia abría,
Frend se mantiene crítico frente a ella al cuestionar a la ciencia el creerse
libre de mitos. En una carta de 1933 interroga nada menos que a Eins-
tein: "¿Acaso tiene usted la impresión de que nuestras teorías son una
especie de mitología?... Pero toda ciencia de la naturáleza, ¿No emite una
especie de mitología? ¿No sucede lo mismo para usted en la física de hoy
en día?".5
Tanto la ciencia como el arte pueden solemnizarse e hipostasiar los mo-
dos en que verdades y velos los habitan. Y pasan entonces de la posibilidad
de que en ellas se den las verdades a sustantivar y singularizar "la verdad"
científica o artística.
En este sentido, Safransky. nos dice:
El artista configura y crea, produce una nueva realidad. El científico
conoce la realidad. El artista tiene que habérselas con la configuración,
el científico con la verdad (...) La ciencia quiere verdad, pero en ella
también está en obra la imaginación, más de lo confesado (... ) La
ciencia quiere descorrer el velo, el arte ama el velo. Pero como el arte
138
Juan Vasen 1 El riesgo de los acercamientos...11
está íntimamente familiarizado con la invención, no se le oculta la can-
tidad de invención y tendencia configuradora que se esconde también
en la ciencia. Sin embargo la ciencia no quiere reconocerlo (...) Pero
si a la inversa, desde la perspectiva de la ciencia miramos al arte ¿en qué
consiste entonces el problema del arte? Consiste en su pretensión de
verdad. Normalmente también en el arte actúa una ficción, confesada
tan a disgusto como en la ciencia. El arte esconde en la apariencia su
pretensión implícita de verdad y la ciencia esconde en la propia pre-
tensión de verdad sus ficciones implicitas.6
Esas ficciones implícitas son los disfraces ocultos de los datos. Ocultamos
y nos ocultamos que lo que hacemos con los datos es producirlos y/o leerlos.
Y al hacerlo les darnos una representación en nuestro sistema de represen-
taciones. El dato es el signo y lo que en rigor es un problema pasa a ser
trastorno que aparentemente no requiere desciframiento, no requiere ser
interpretado o resuelto. De lo que se trata es de adiestrarlo y eliminarlo.7
Esto ocurre desde que fue construido el edificio de la ciencia moderna.
Para Lacan el psicoanálisis pudo definir como sujeto justamente a aquello
que había quedado excluido de ella. La arquitectura de ese saber escrito
seria la trama ciertamente necesaria para que, desde sus grietas e intersti-
cios, otras verdades hablen.8
Desde nuestra perspectiva, no se trata de datos ni de informadón. Una
conducta, por repetitiva que sea, no debería ser leída exclusiva y exclu-
yentemente como un automatismo mental, como fallas de "Coherencia",
"mentalización" o "ejecución". Hacerlo así es convertir a nuestro pen-
samiento en un simple esquema, en un clisé, cuando cíe lo que se. trata
es de trabajar operando una transformación de las representaciones que
estamos acuñando sobre el sufrimiento de los niños de hoy.
La difusión de estos procedimientos a través de los medios y publicida-
des específicamente orientadas a padres y docentes resulta en una especie
"hágalo usted mismo", un "diagnóstico fácil y de venta libre" que puede
realizarse en el aula o la casa, con instrumentos que pueden ingresar fá-
cilmente en la cartera de la dama o el portafolio del docente que no sólo
se adelantan sino que reemplazan muchas veces a la consulta pertinente.
391

l Autismos: ¿espectro o diversidad?
Esta fue la discusión que dimos en la Cámara de Diputados, la de
Senadores yen la Comisión de Asesores 9 sobre el empleo del CHAT, un
test pan el diagnóstico masivo de autismo en ocasión del debate sobre la
Ley de Autismo. El empleo de este instrumento suplantando una consul-
ta pediátrica, psicológica y .social produciría una cantidad de datos que
aseverarían la existencia de una epidemia. Ya lo adelantaron desde Autism
Speaks, donde nos dicen que estaríamos ante una profecía autocumplida.
El debate permitió que nuestras. jiróPuestas, IlevaRras adelante en nombre—
del Forum Infanciasw, sean escuchadas y, -.de este:modo, el CHAT no
formará parte ya del proyecto de ley. A dicha ley sobre el 'espectro autista
opusimos otra ley que abarca a todos los chicos-y que fue humorística-
mente llamada en la discusión "ley dé- espectro niño". — a priori, es la resultante de un pensamiento a posteriori de una implicación.
PROBLEMÁTICAS DIAGNOSTICAS
En medicina dos más dos puede ser
cualquier cosa, incluso cuatro.
Facultad de Medicina
•
Etirriológicamente- diangnüstikós es Un término griego que se refiere
al procedimiento que permite separar, discernir o distinguir cuál es la
relación o consideración según la cual es posible reconocer una alteridad
entre dos objetos cualesquiera que sean." La práctica del diagnóstico se-
para, discrimina y reconoce las diferencias que puede haber en operatorias
semejantes. Discernir deriva de cerner que es separar con un cedazo, res-
catar lo diferente entre lo semejante, por ejemplo recuperar una pepita de
oro de entre la arena y el barro. O sea separar la paja del trigo. Mientras
clasificar reúne y engloba homogeneizando- lo que de diferente pueda
haber entre los miembros de una misma clase de la cual pasan a ser parte.
En cambio, diagnosticar es, para el psicoanálisis, una práctica que im-
plica ir más allá de las descripciones o de los agrupamientos sintomáticos.
Supone que hay en juego una singularidad que develar más allá de lo
aparente, y una verdad sobre el goce que allí, en acto, se expresa. Así
140
Juan Vasen I El riesgo de los acercamientos... I
Freud no se detuvo en las dificultades visibles de Isabel para caminar,
para agruparlas junto con otros "trastornos de la marcha" como lo haría
el DSM. No sólo miró sino que sospechó de la apariencia y además escu-
chó, indagó. De esa práctica -surgió que ella temía "dar un mal paso" por
desear intensamente a un hombre prohibido. Y así emergió un sentido in-
consciente que a la vez permitía inteligir y, a la par, resolver lo que estaba
oculto en su parálisis."
El psicoanálisis no surge con una gran preocupación clasificatoria. Diag-
nosticar en psicoanálisis implica tener como "trasfondo ya sea el tipo de pro-
ceso analítico establecido por el paciente, ya el que se supone que estable-
cería"." Estamos ante un proceder que es lo contrario de una objetivación
Diagnosticar ubica los efectos producidos y registrados como síntomas
en donde se ha jugado una singularidad y también una alteridad. Mien-
tras que clasificar deja afuera lás consideraciones sobre el propio modo de
arreglárselas con esas "alteridades" tan singulares y propias como son la
pulsión, el fantasma y el goce.
El proceso diagnóstico en psicoanálisis lleva a "encuadrar" sin olvidar
que el cuadro pintado es también efecto de la intervención del pintor y
la gama de posibilidades de lectura e interpretación con que cuenta en su
paleta. Implica ir ras allá del Marco.
Diagnosticar, a diferencia de las técnicas de la codificación y la clasifi-
cación, es una práctica que pretende des-cifrar lo aparentemente ilógico
(los síntomas) para hallar una lógica de ese padecimiento. Li práctica del
diagnóstico encuadra, a partir de esa 'intelección de una lógica para una
situación que incluye esa singularidad, en una categoría que si bien la
particulariza (de allí la remisión a "universales o particulares") nunca la
agota. El enmarcadó categorial metapsicológico necesario, por ejemplo el
que ubica a un niño como padeciendo de autismo o de una psicosis infan-
til, no se agota en esa particularidad. La utiliza como trasfondo imaginario
para que, desde la trama de ese saber escrito, otras verdades puedan ser
producidas y escuchadas.
Involucrado entonces en la palabra o el jugar transferencia], el analista
puede inteligir la lógica especial de una situación sufriente. Esa lógica
411

l Autismos: ¿espectro o diversidad?
—del goce, del fantasma o del síntoma— permite entonces delimitar y or-
ganizar lo que inicialmente se muestra como un cúmulo desordenado de
elementos. Inteligir deriva de inter-leagere, es dFcir leer entre líneas. En el
espacio entre las notas es donde habita la música.
La consistencia de una clasificación, en cambio, se busca en una catego-
ría descriptiva que pasa a ser abarcativa y explicativa." Diferentes dificul-
tades pasan a ser leídas como déficitS‘; se los incluye en una categoría cta.:
sificatoria (espectro por caso) que se convierte en explicación, y se obtura
entonces la posibilidad de inteligü sus determinantes.
INCOLORO: LO IJTERAL Y LO METAFÓRICO
Según su intuición matemática, los conceptos verdaderos
eran objetos reales, y no formas del pensamiento.
R_ Piglia. El camino de Ida
Un primer acercamiento nos lleva a considerar que el espectro autista es
una entidad con rasgos propios que es descripta por los lenguajes profe-
sionales de modo objetivo y aséptico. Se frata de uno (varios en realidad)
trastornos del "desarrollo" objetivos y medibles. Estas mediciones surgen
de comparaciones con lo que ha sido estipulado como el desarrollo nor-
mal. El hombre de la antropología y de las humanidades corre el riesgo de
ser convertido en un ente al que se asiste, se controla y se mide.
Carlos Skliar plantea la necesidad de acabar con la tiranía de lo normal y
nos plantea una proporción desafiante: a menor tiempo de vínculo mayor
necesidad de juzgar y clasificar, y a mayor tiempo dispuesto para el con-
tacto menor necesidad de medir y clasificar y mayor reconocimiento de la
singularidad."
Mientras aquel acercamiento, que se pretende aséptico en su propósito
de percibir con objetividad, no llega a auto-percibir su contaminación en
forma de anteojeras tecnocráticas. Y si no logra esa asepsia del alcohol
logra en cambio la de la lavandina. Se torna un acercamiento incoloro que
142
I Ef riesgo de los acercamientos...1
Juan Vasen
no siempre interpreta de la manera correcta ni valora ciertos factores en
su justa medida.
Me refiero a factores como el contexto de época, la situación familiar,
la accesibilidad a bienes y servicios reaseguradores de cierta estabilidad
laboral y social, el acceso a derechos y servicios esenciales. Y, sobre todo,
de la singularidad irrepetible que es cada quien. Al realizar ese recor-
te es mucho más sencillo construir entidades autónomas, es decir cuyos
nombres (y por ende características) no dependen del entorno. Trastorno
Generalizado del Desarrollo era uno de esos nombres portadores de una
ilusoria y abusiva auto-nomía. Ahora, cual vino viejo en odres nuevos ha
transmutado a Trastornos del Espectro Autista.
En el muy inteligente prólogo de un libro con un, paradójicamente,
muy poco inteligente título: Todo sobre autismo, Mercedes Belinchón dice:
"Es un reto profesional enorme porque la atención de personas con au-
tismo y sus familiares que exige de los profesionales responsables entre
otras cosas competencias personales no universales (por ejemplo alta em-
patía y sensibilidad, mucha flexibilidad, actitudes positivas frente a la vida)
estrategias de relación muy particulares, (por ejemplo poco intuitivas) y
conocimientos científico técnicos muy a_mplios'96
Con una lucidez admirable Mercedes plantea que desde hace ya bas-
tante tiempo :tenemos paradigmas y conceptos que' poblaron el trabajo
con autistas de términos tales como los ya mencionados: "mentalización",
"función ejecutiva", "ciiherencia central". Pero, la autora agrega, en una
suerte de confesión con infrecuente honestidad intelectual: "Nos faltan
buenas y nuevas metáforas (o por lo menos a mí me faltan)...". Porque
cada paradigma entendido como conjunto de supuestos compartidos y
prácticas reconocidas que por un tiempo proporcionan modelos de pre-
guntas y soluciones a una 'comunidad científica, suele asociarse y expli-
carse a través de metáforas. Su ausencia, el empobrecimiento de giros
lingüísticos, nos está hablando de un empobrecimiento de los abordajes.
Es decir que, a la par de observar y analizar la literalidad como un rasgo
limitante del discurso del autista, que en breve analizaremos, vendría bien
que consideremos nuestras muy limitantes literalidades, que muchas veces
nos impiden des-cifrar.
431

I Autismos: ¿espectro o diversidad?
. Siempre es tentador "ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio".
Desde la metáfora óptica del espectro se trata entonces primero del "ins-
tante de ver". Y el obstáculo son entonces los cristales y prismas a través
de los cuales miramos. A través de los que miran los colegas que abordan
el problema por medio de un abordaje cognitivo conductual pero tam-
bién los que nublan nuestra perspectiva psicoanalítica.
Conceptos y metáforas son los cristales que nos-Permiten ver y asir con—..
nombres lo que ocurre. Los conceptos se- pretenden. asépticos
. e incoloros
pero están teñidos de metáforas que colorean pero también rios hacen co-
rrer riesgos cuando asumen una función explicativa. Pensemos tan sólo en
el concepto-metáfora de "espectro'. No pay nada •Wingenstein alertaba:
"La filosofia es un combate contra el hechizo de nuestro entendimiento
por los recursos del lenguaje"."
Es lo que remarca clásicamente el Principito haciendo un curioso eco
del poema de Celan que deberíamos considerar respecto a la metáfora del
espectro visual agregando esta precisión: "ni nítido ni borroso, lo esencial
es invisible a los ojos".
El espectro permite asir al autismo al costo de convertirlo en un ente
pero no nos permitirá "per se" contactar al ser de cada autista con el que
nos toque entablar un espacio-tiempo de diálogo.
El conductismo y el cognitivismo actuales no carecen de metáforas. Vi-
ven de ellas aunque lo desconozcan. Lo que ocurre es que son pobres, no
son "buenas" como reclama Melinchón, con justeza. Los modelos mecá-
nicos neo-pavlovianos conductistas que suelen emplear están matizados
por metáforas como robots y autómatas de los últimos siglos que fueron
sofisticándose a medida que la cibernética avanza a través del software de
las computadoras: el ciber-niño autómata.
Ocurre que las metáforas han sido "elevadas" a la categoría de modelos
explicativos isomórlicos y, tal como plantea nuestro epígrafe de Piglia, la
"intuición matemática, los conceptos verdaderos" comenzaron a ser con-
siderados como si fueran "objetos reales, y no formas del pensamiento".
Para estas perspectivas el problema es que el modelo capturó en sus redes
al objeto de estudio, el ente fagocito al ser de la cosa. Y, al creer que eran
la cosa en sí y no un modelo, terminaron a su . servicio y no al revés. Y, en-
Juan Vasen 1 El riesgo de los acercamientos"
tonces, podríamos llegar a creer que es posible lograr una reprogramación
de los autistas Y, por qué no, de la infancia. Sólo habría que encontrar el
chip adecuado. Y ponerles las pilas.
El mapa pasó no sólo a representar sino a ser el territorio. Y las inter-
venciones requieren de otra cosa. "No hay mapa que enseñe a viajar", dice
Fito Páez. Viajar es entrar en resonancia, en conexión con el paisaje, es
zambullirnos en él. No sólo calcular distancias o medir alturas.
Es lo que ocurre con esta objetivación que deja de lado, por ejemplo,
que el problema principal es de vínculos y de tiempo, no de presencia o
ausencia de lenguaje. En todo caso la pobreza simbólica revela que no
ha habido condiciones para una feliz apropiación de la lengua. Condicio-
nes que también establecen los lazos que entraman al niño en un lugar
determinado de la familia y la época, y no solamente la indemnidad de
su morfología cerebral o la proliferación de sus circuitos neuroquírnicos.
No serán entonces sólo entrenamientos los que remuevan los obstáculos,
serán vínculos que permitan fertilizar lo que aparece como un desierto.
Es Muraltami quien nos trae un cuadro sugestivo:
De pronto se dio cuenta que dentro de sí, en el centro, había algo
duro y frío, era como un terrón de tierra y estaba tan helado (píe no
se derretía por más que transcurrieran los años. Eso era•lo que le pro-
vocaba ahogo y dolor ene! pecho... En adelante debía esforzarse por
derretir poco a poco ese núcleo helado. Le llevaría tiempo. Pero era lo
que tenía que hacer. Para derretir ese terrón congelado necesitaba el
calor de otra persona. No bastaba con el calor de su cuerpo." •
No es un autista quien lo dice pero el relato pone el acento en que, para
acercarse al autismo, pensémoslo por un rato a través de la metáfora de ese
núcleo helado, hay que poner el cuerpo. Uií cuerpo real en la contención
y el interjuego y un cuerpo metafórico que permita jugar con ese mismo,
pero ya otro, cuerpo. Un encuentro que permita una apropiación.
451
 1Autismos: ¿espectro o diversidad?
Lo QUE "ES"
Frecuentemente la gente habla de arte y ciencia como
si fneran dos cosas completamente separadas, sin inter-
conexiones. Un artista es emocional, ellos piensan y sólo
utiliza su intuición. El ve todo de una vez y no necesita
de la razón. Un científico es frío piensan ellos y sólo tiene
en cuenta laJazón, argumenta cuidadosamente pas.o__ ..
a paso y no necesita de la imaginación. Esto no es así.
El verdadero artista es tan racional como imaginativo,
sabe lo que está haciendo, si no su arti sufre. El verdade-
ro científico es tan imaginativo como racional y a veces
llega a soluciones donde" tarazón sol- o piale seguirlo kn-
tamente. Si no lo hace su ciencia sufre.
L Asimos,
madness. Eta diere 's a method on it. I9
W Shakespeare
No hay duda de que un buen diagnóstico alivia muchas incertidumbres
y puede aclarar las ilógicas lógicas (a method...) que subtienden una si-
tuación sufriente. Pero oscurece cuando descarrila y queda reducido a una
técnica clasificatoria que tiende a convertir lo histórico y situacional en
algo que simplemente es. Esta tendencia tecnocrática a objetivar suele re-
cortar un existente, desgajándolo de la trama de relaciones en que surge.
Y lo que se gana en tiempo —que nunca es suficiente— se pierde en com-
plejidad. Entonces la claridad enceguece y el sujeto deviene así el lugar de
un mero trastorno. Se "es" un cuadro (Ignacio "es" ADD...), un trastor-
no; pues ya ni siquiera se lo padece. El padecimiento se borra rápido, muy
rápido, en favor de un nombre que queda inscripto. Y la inmediatez de lo
que alivia difumina la perminencia de lo que, encasillando, se inscribe en
su nombre. Y entonces no deja ya advenir aquello que el saber no sabe.
La aproximación tecnocrática llega basta la dimensión de lo particular.
Esta particularidad es la meta de las clasificaciones y, como veremos, de los
psicofármacos. Pero es necesario contemplar algo más: una singularidad
que rompe la serie, que es más que la individualización aplicable a alguien
146
Juan Vasen 1 El riesgo de los acercamientos...1
de una técnica estandarizada. La tendencia homogeneizante, que hace del
diagnóstico una técnica destinada a incluir cada caso en una serie, lleva in-
sensiblemente a desconocer lógicas y singularidades, y nos pone en riesgo
de convertirnos en los nuevos ingenieros del alma.
El cuerpo de la neurobiología es lo que se convierte en fuente de consis-
tencia discursiva para la modalidad clasificatoria. Así, hay quienes piensan
que la reducción del consumo de glucosa en corteza motora y superior
pre-frontal, que se ve en estudios como el PET, constituye un "fuerte
aval" para la hipótesis de una base biológica, por ejemplo, en el caso el
"mal" llamado ADD. Lo mismo ocurrió con una serie de artefactos de
técnica que aparecían en los EEG y que daban para muchos la confirma-
ción del origen biológico de una entelequia diagnóstica que en su mo-
mento se denominó "Disritrnia" y luego Disfunción Cerebral Mínima,
categorías dejadas de lado por la inconsistencia diagnóstica."
Más adelante, la detección-a través de las neuto-imágenes hizo crecer la
ilusión de encontrar, en el cerebro, las "causas" por ejemplo, un déficit en
el control de los procesos ejecutivos del sistema cognitivo que surge de
"anormalidades" en los "sustratos" neuroquímicos y neurofisiológicos del
procesamiento de la información y la autorregulación conductual que a
menudo es genético. Temple Grandin, tal como vimos y veremos, es una
entusiasta de su uso, incluso su propio cerebto es ofertado á la investiga-
ción y las neuroimágenes. Pero eso no quita del medio la realidad de que
dentro de los chicos habitualmente clasificados dentro del espectro autista
algunos tienen macro y otros, microcefalia. Algunos tienen anormalidades
en la sustancia gris, otros, en la blanca; algunos en los núcleos de la base o
la amígdala pero otros no. Semejante variabilidad morfológica resulta in-
consistente como explicación causal. El cerebro tiene una enorme comple-
jidad funcional interconectada. Las neuronas no son Rastis en miniatura.
Por eso esta cruzada bio-genetista cruza cuestiones científicas, pseu-
docientíficas y éticas pues plantea los síntomas individuales o fenómenos
sociales cada vez menos como problema a resolver, es decir pasibles de
lectura e interpretación, y cada vez más como trastornos a eliminar.
Un modo de pensar centrado en lo visible como fuente clasificatoria,
que arma categorías conformadas por una enumeración, in-coordinadas
de factores y trastornos, guiado por consideraciones cuantitativas que ubi-
471
I &mismos: ¿espectro o diversidad?
can lo problemático en términos de déficit, que se alía a la noción de
trastorno abandonando la riqueza de una lectura que entiende el síntoma
como producción, que busca su plano explicativo último en lo orgánico,
ese modo de "pensar" deseinboca, "naturalmente" en abordajes simplifi-
cadores, re-educativos apoyados muchas veces en una utilización acrílica
de psicofármacos.
Nuestra perspectiva es pensar los problemas y bis-abordajes menos des:-
de la perspectiva de las formas debidas que desde las formas de vida. Lo
debido apunta a una funcionalizaciónadaptadVa-a-gedérar habilidades para
una mejor inserción. La otra alternativa nos plantea algo más cercano á la
producción que anda en las singularidades cler_acia -quien_ No desdeña lo
adaptativo. No se trata de desconocer los determinantes y concomitantes
biológicos. Pero no como causa y menos única. Mantenerse en ese nivel
es acceder a la dimensión de lo particular. Se podrá llegar a "ser parte"
pero, si ese aprendizaje no anda en la singularidad, todo movimiento
quedará vacío del deseo que podría animarlo. Y lograremos entonces tan
sólo una frágil adaptación espectral. No una apropiación situacional. Esa
que arma un "nosotros".
Y el primer nosotros no se arma por decreto. Se arma al compartir una
fantasía común entre chicos que comparten un juego. Una fantasía libi-
dinalmente coloreada. Ese nosotros requiere de un yo que se organiza
apropiándose. No por maduración espontáned o desarrollo predeterminado.
Ni sólo por entrena-miento, por intensivo que sea.
 Capítulo V •

UN TRASTORNO DEMASIADO
GENERALIZADO Y ESPECTRALIZADO
DEL CONCEPTO DE DESARROLLO

Los criterios diagnósticos para d azitismo han cambiado

con tad; nueva edición del :DSM. Yo advierto a los
padres, maestros y terapeutas que eviten el encierro en
una etiqueta. No son precisas. Les ruego: No permitan
que un chico o un adulto sea definido por una etiquela
del DSM.
T. Grandin

"El Espectro Autista incluye en su rango desde un brillante científico

hasta una persona que no ha adquirido el habla y presenta una Severa
discapacidad".' Así comienza el prólogo de Temple GMndin en un libro
dedicado al tema. De esta manera, nos confirma la idea de que estamos
ante un fenómeno absolutamente masivo.

691

Il Auctsmos: ¿espectro o diversidad?
Jerry Newport, otro autor es aún más contundente: "No conozco a
nadie que pueda considerarse puramente autista o puramente neurotípico.
Hasta Dios ha tenido sus momentos autísticos, he ahí la causa de -que
todos los planetas giren"!
Ni Dios se salva.
Trastornos Generalizados del Desarrollo era el nombre popularizado
para englobar a niños que presentan severas dificultades en su constitu-
ción subjetiva y sus posibilidades de lazo social. A partir del DSM-5 la
denominación Trastorno del Espectro Autista la amplía y reemplaza Esto
no siempre ha sido así. El autismo era, en suscomienzos, un cuadro infre-
cuente y de cierta gravedad.
Recorreremos en este capítulo dicha metamorfosis ocurrida desde el
registro del autismo como síntoma, a la descripción del autismo infantil, y
culmina en la construcción del Trastorno Autista y de una categoría am-
pliada como el Trastorno Generalizado del Desarrollo que actualmente
ha mutado a Espectro Autista. Allá vamos.
LA HISTORIA
Feinstein considera que:
El autismo es uno de los más complejos trastornos psicológicos. Inclu-
so muchos académicos podrían argumentar que no estamos hablando
de una sola enfermedad. Lorna Wing, considerada una de las autori-
dades en el tema, ha desarrollado noción de Trastorno del Espectro
Autista y fue ella quien acuñó el término Síndrome de Asperger. Algu-
nos, incluso ella, insisten en que todas estas variantes de la condición
comparten un núcleo central, el aislamiento social. Otros, como la
Dra. Mary Coleman de New York van más allá y llegan a decir que es
posible que haya docenas de enfermedades cada una relacionada con
una condición médica específica.3
170
Juan liasen. / Un trastorno demasiado...1
El término autismo fue utilizado por primera vez por Eugen Bleuler.
Es un neologismo que combina el prefijo griego autos que significa uno
mismo con el sufijo inflo, del griego ismós que forma sustantivos abstractos
que denotan cierto tipo de tendencia. La tendencia es a la concentración
de la vida hacia el propio mundo interior con una pérdida parcial o total
del contacto con la realidad exterior.
El autismo vio la luz en su trabajo "Dementia praecox oder Gruppe
der Schizofrenien" y apareció por primera vez en inglés en el trabajo que
publicó en el New York Suite Hospitalt Bulletin en agosto de 1912.
Bleuler consideraba el modo autista como una variante, no necesaria-
mente patológica, del pensamiento que se oponía al modo de pensar lógi-
co y realista. Estaba presente en la vida de niños y adultos y se expresaba
a través de los sueños, el juego y la fantasía así como en los delirios y
alucinaciones de la esquizofrenia. Término este último que tuvo también
el mérito de acuñar y lo consideraba como una de las cuatro "A" de la
esquizofrenia: Autismo, disturbios Afectivos, Asociativos y Ambivalencia.
En 1920 Minlcowslcy fue más allá al considerar al autismo como una
falta de contacto vital con la realidad y al afirmar que, en su opinión, era el
problema que generaba la esquizofrenia y no tan sólo uno de los síntomas
de la misma. Los comentarios sobre chicos con rasgos de aislamiento co-
mienzan a sucederse: En 1920 Lightner Witner publica el primer reporte
detallado de un niño con síntomas de psicosis donde describe a un chico
que "no tenía ningún deseo excepto que lo dejen sólo". En 1926 la psi-
quiatra rusa Grunya Sukhareva publica un trabajo presentando 6 chicos
a los que describe como padeciendo de un "trastorno esquizoide de la
personalidad de la infanCia".4
Poco a poco nos acercamos al momento en que Leo Kanner y Hans
Asperger entran en la escena. Ambos habían leído el difundido texto de
Bleuler, Lehrbuch der Psychiatry. Aclara Eeinstein plantea la pregunta:
¿Quién fue él primero? Es a él a quien la hija de Hans le revela que fue su
padre quien empleó, por primera vez, en 1934 el término "autístico" en
cartas a sus colegas donde plantea que es un término muy útil clínicamen-
te. Esto ocurría bastante antes de la publicación del trabajo de Kanner en
1943. Si bien en términos cronológicos Asperger tuvo un mérito inaugural
711
 I Autismos: ¿espectro o diversidad?
y, aunque sufrió el contrapeso de la lenta traducción al inglés de sus traba-
jos, en términos teóricos es Leo Kanner quien describe por primera vez con
detalle el cuadro, diferenciándolo, por ejemplo, de la esquizofrenia..
Ambos entendieron progresivamente que describían cuadros algo dife-
rentes justamente por su forma de inicio. Asperger señalaba que los autis-
tas no presentan una pérdida progresiva de contacto con la realidad, como
ocurre en la esquizofrenia, sino que ésta está desde el comienzo. Y Kanner
subraya que para que haya repliegue deberíamos suponer la remoción de
una participación previa. Y estos chicos, dice él: "nunca participaron".6
Dichos investigadores nunca se encOntraro-niPero cabe a Hans Asper-
ger el mérito de haber citado a Kanner en varios de sus trabajos. Lo con-
trario nunca ocurrió.
Kanner era un hombre culto y con sensibilidad poética. Escapa del Berlín
hiper-inflacionario hacia EEUU donde algunos años después funda el pri-
mer servicio de Psiquiatría Infantil en un Hospital Escuela como era el
John Hoplcins de New York. En 1935 logra reconocimiento científico
tras publicar su primer libro Chad Psychiatry. Tanto él como Asperger se
opusieron decididamente al régimen y a las ideas eugenésicas de los nazis.
Con el término autismo infantil se logró una precisa descripción de un
síndrome padecido por niños inmersos en una profundo aislamiento, que
presentaban un retraso en la adquisición del lenguaje con ecolalias y alte-
raciones pronominales, repeticiones monótonas de ruidos y sonidos, una
memoria excelente, un limitado rango de actividades acompañado de es-
tereotipias y manierismos, una ansiedad por mantener su entorno sin mo-
dificaciones, pobre contacto visual, dificultad extrema para relacionarse
con personas y adherencia a objetos o figuras. En su trabajo clave de 1943
Kanner destaca cinco rasgos: una falta profunda de contacto afectivo con
otra gente, mutismo o cierto tipo de lenguaje que no parece destinado a
la comunicación inter-personal y, a la vez, un potencial cognitivo y una
capacidad de memoria destacables. A ello se sumaba un obsesivo deseo de
preservar todo sin cambios (sameness), de mantener las rutinas del niño y
su entorno, una fascinación por ciertos objetos que son manipulados con
habilidad y finos movimientos motores.
172
Juan Vasen I Un trastorno demasiado...
Kanner enfatizó que la aparición de estos rasgos ocurría entre el naci-
miento y los primeros 30 meses de vida, a diferencia de los cuadros de
esquizofrenia infantil. Los once niños que describe en su trabajo de 1943
tenían todos gran dificultad para relacionarse con otras personas, condi-
ción que definió como "extrem autistic aloneness", rasgo que para él era
el definitorio del cuadro. El lenguaje inusual y las ecolalias formaban parte
del conjunto de síntomas así como la reversibilidad de los pronombres y
el apego extremo a la rutina, una gran memoria para, por ejemplo, los
horarios de los trenes, y una inteligencia que los diferenciaba claramente
de los chicos con retardo mental. Él creía que sus dificultades derivaban
de problemas emocionales y de la falta de un "instinto social".7 De ese
primer grupo todas las familias provenían de una clase media, intelectual,
un rasgo que luego se mostró menos determinante.
Kanner sospechó que el síndrome era más frecuente que lo que parecía
y sugirió que los chicos que lo padecían habían sido mal clasificados como
retardados mentales o esquizofrénicos.
Por su parte, Hans Asperger, también médico y vienés, realizó un es-
tudio parecido en 1944, pero con un grupo diferente de niños. Esta vez,
cuatro infantes atendidos en el Departamento de Pedagogía Terapéutica
de la Clínica Pediátrica Universitaria de Viena. Tenían características si-
milares a las descritas por Kanner, pero con una diferencia fundamental:
podían hablar.
Pese a lo señalado por ambos, la diferencia entre autismo y esquizofre-
nia distaba de estar clara al comienzo. Inclusive la prestigiosa revista que
editaba Kanner se llamaba Journal of Infantile Autism and Schizofrenia,
Lo que no excluía ni excluye que un chico diagnosticado como amista de-
sarrolle, en su adolescencia, un cuadro de esquizofrenia. Kanner mantenía
un criterio bastante estricto en la delimitación del cuadro descripto por
él. En los años 50 sostuvo muchas discusiones frente a lo que consideraba
"seudodiagnósticos". En los quince años posteriores a la primera descrip-
ción, Kanner diagnosticó muy pocos casos de autismo, a pesar de que
muchos chicos fueron llevados a su consulta justamente para ser diagnos-
ticados o bien para descartar el cuadro. En 1958 relató que, en 19 años,
había recibido en consulta menos de 8 chicos por año, en su clínica de
Baltimore que era el centro de referencia y clarificación (no clasificación)
731
 Autismos: ¿espectro o diversidad'
diagnóstica más importante en ese momento. Y que de esos, sólo uno
cada alío podía considerarse verdaderamente autista.8 Es por eso que Su-
san Folstein plantea que la-masificación que 'le suma a la heterogeneidad
que resulta hoy del diagnóstico depende de que es aplicado primeéo a la
extrema variabilidad que "aloja" el espectro y que hemos tratado de rese-
ñar en el prólogo. Y además, específicamente, a la inclusión en el TEA de
lo que llama "non-Kanner's autism'?.9 Allí inchiye a chicos con síntomas
diversos, además del repliegue autista, con rasgos corporales dismórficos,
con Cociente Intelectual muy bajo e incluso etiologías específicas (fragilidad
de cromosoma X, por ejemplo) y todo lo que se alberga bajo ese paraguas
codificador que es el TGD-NE. Desde esa rarezala prevalencia del autis-
mo ha ido aumentando exponencialmente.
DEL AUTISMO INFANTIL A LA EPIDEMIA ESPECTRAL
(CON APORTE TIPOGRÁFICO)
En el DSM-I publicado en 1952 apenas figura el término autismo, y las
pocas veces que lo hace se utiliza para describir síntomas de un diagnós-
tico diferente, la esquizofrenia. Por ejemplo, bajo el ítem Reacciones Es-
quizofrénicás de Tipo Infantil hay una referencia a "reacciones psicóticas
en niños que se manifiestan primariamente como autismo" sin- explicar
que era el autismo al que se referían.'"
A pesar de la descripción de Kanner la idea predominante sobre el au-
tismo era bastante difusa. En el DSM-II publicado en 1968 el término
autismo aparece dos veces pero en ningún caso para precisar un diagnós-
tico aparte sino como rasgo de una conducta, como adjetivo. Así tipifica
el pensamiento autista ct ^ bien las comportamientos atípicos, autísticos de
repliegue o desapego. "
El DSM-III editado en 1980 le da al Autismo Infantil carta de ciuda-
danía. Ya no es un síntoma de otro cuadro. No un rasgo que adjetiva. El
autismo infantil se sustantiva como cuadro que forma parte de los enton-
ces (mal) llamados Trastornos Generalizados del Desarrollo y le atribuye
seis rasgos: aparición antes de los 30 meses, retraso del lenguaje, patrones
174
Juan Vasen 1 Un trastorno demasiado...I
peculiares del habla como ecolalia, reversión de pronombres, respuestas
bizarras de apego a objetos o de resistencia a cambios en ausencia de sín-
tomas propios de la esquizofrenia.
En su edición III-R de 1987 el autismo deja de ser infantil para ex-
pandirse más allá de la infancia a otras edades ahora bajo el nombre de
Trastorno Autista. Los síntomas recortados pasan de 6 a 16 divididos en
tres categorías (lo que se popularizó luego como triada): comunicación,
socialización y comportamiento estereotipado.
Este complejo "menú" intentaba lograr mayor precisión diagnóstica.
Pero lo que se obtuvo fue un impreciso aumento de casuística. Un estudio
de 1996 llevado adelante por Lynn Waterhouse que incluyó a 194 chicos
en edad preescolar que presentaban "importantes dificultades sociales"
concluyó del siguiente modo: De acuerdo a los parámetros del DSM-l11,
51% de los chicos era autista. De acuerdo a los parámetros del DSM-III"R"
el 91% de esos mismos chicos era considerado autista.'
La mayor contribución del DSM-III"R" a la explosión clasificatoria en
curso fue la creación de la categoría TGD No Especificado (PPD-NOS)
que alojaba a muchísimos chicos con síntomas leves o que no presentaban
todos los planteados para el autismo (o que presentaban muchos otros) y
que se convirtieron en el vagón más sobrecargado del tren en marcha de
la epidemia del autismo espeétralizado.
En 1994 el DSM-IV complica aún más la precisión del diagnóstico al
incluir dentro de los TGD un nuevo y recientemente popular diagnóstico:
el re-bautizado Síndrome de Asperger.
Lorna Wing, psiquiatra inglesa (y madre de una chica autista), introduce,
para la lengua inglesa, los trabajos de Asperger. Sus pacientes compartían
con los de Kanner la falta de empatía, la dificultad para' hacer amigos y los..
movimientos torpes o estereotipados, a veces había más monólogos liue
conversaciones y los intereses absorbentes eran sobre temáticas más que
sobre objetos por lo que los llamaba los "pequeños profesores". Hans de-
nominó psicopatía autística al cuadro pero, dadas las asociaciones posibles
del término psicopatía, ella consideró que "el término neutral Síndrome
de Asperger era preferible".13
751
 l Autismos: ¿espectro o diversidad?
La sumatoria al DSM de ambos cuadros el TGD-NE y el SA con sín-
tomas autísticos que no respondían cabalmente a los criterios definidos
para el autismo cambió la inanera de Pensar IV-representarnos al autistno.
Grandin lo subraya:
La inclusión del autismo en el DSM-III en 1980 fue significativa^ al
formalizar el diagnóstico de autismo, mientras la creación del TGD-
NE en el DSM-III "R" en 1987 y la inclusión del Síndrome de Asper-
ger en el DSM-IV en 1994 fue significativa por reformular el autismo
como un espectro."
El siguiente paso fue el deslizamiento del Síndrome de Asperger (que
no pertenecía técnicamente al autismo sino a los TGD junto con los NE,
el síndrome de Rett y el Trastorno Desintegrativo que enseguida descri-
biremos), que fue ganando reputación como una variante de "Autismo de
Alto Rendimiento".
Entonces para los 2000, época de la revisión del DSM-W, los términos
TGD y TEA se fueron convirtiendo en sinónimos. Ambos eran parte del
nuevo enfoque dimensional representado mejor en lo sucesivo por el es-
pectro autistais que se consagra en el DSM-5. Entonces en un extremo
nos encontramos con un chico seriamente limitado y en otro con un pe-
queño Einstein o Steve Jobs. En consonancia con esta notable ampliación
del alcance de los términos surge, casi náturalmente, la idea de epidemia.
Kanner se preocupaba porque los chicos que padecían autismo fueran
erróneamente diagnosticados como sufriendo dc retardo mental. Pero aho-
ra está ocurriendo exactamente lo contrario. Un estadio citado por Granclin
de la Universidad de Columbia sobre más de 7000 chicos diagnosticados
corno autistas entre 1992 y 2005. En ese lapsd uno entre once (631 chicos)
habían cambiado su diagnóstico de Retardo Mental a Autismo."
Una de las historias más desopilantes es la del error tipográfico.17 En el
DSM-IV, la descripción del TGD-NE debía decir «una severa limitación
en la interacción social y en la capacidad comunicativa». Lo que apare-
ció en el texto fue «una severa limitación en la interacción social S'en la
capacidad comunicativa». En lugar de requerir ambos criterios para ame-
ritar el diagnóstico de TGD-NE, el paciente requería presentar sólo algu-
176
Juan Vasen j Un trastorno demasiado...1
no de ellos"." El error fue corregido en el 2000 con la edición del DSM-
W "R". Pero la impresión es que el diagnóstico incorrecto se convirtió
en más popular pese a que implicaba un debilitamiento de los estándares.
Entonces, si sumamos a esa laxitud clasificatoria, que fue favorecida
hasta por errores tipográficos, la adición del TGD-NE y del Asperger al
espectro naciente, lo sorpresivo sería que no hubiese una epidemia.
El DSM-IV consideraba que para establecer que un niño padece au-
tismo debían cumplirse una triada de requisitos. En primer lugar una
afectación significativa de la Interacción Social que implica la falta de com-
prensión empática de expresiones y gestos, lo que determina una gran
dificultad para establecer relaciones con sus pares y un especial apego por
objetos. Por otra parte una ausencia de curiosidad y de intereses espontá-
neos que pudiera compartir con otros. A ello se sumaban como segundo
ítem: Dificultades en la Comunicación Social que implican una demora o
ausencia de desarrollo del lenguaje; si lo hay encontramos una extrema
dificultad para establecer diálogos con otros que se agrava por la presen-
cia de (tercer ítem): Patrones de Conducta Estereotipados en relación a sus
conductas, intereses y actividades.
DSM-5 y:TEA: BORRÓN Y CUENTA NUEVA
El DSM-S propone cuatro grandes cambios:
Primero, la sustitución de una clasificación categorial de los TGD que
eran cinco en el DSM-IV a una única categoría dimensional: los TEA que
es incluida, a su vez, en los Trastornos Neurocomportamentales.
Segundo, la desaparición de la codificación multi-axial que permitía di-
mensionar la gravedad del impacto de los síntomas en la vida social. Este
punto está contemplado ahora en los gradientes de gravedad que especi-
fican el cuadro.
Tercero, la reducción de la tríada comunicación, socialización y com-
portamiento a dos único dominios: los déficits de interacción social y de
comunicación por un lado y los intereses restringidos y los comportamientos
ni

l
Autismos: ¿espectro o diversidad?
repetitivos por el otro. Los déficits en la comunicación están íntimamente
relacionados con los déficits sociales. Las dificultades en la interacción
social podrían estar relacionadas en.Pequeños -con los gestos, la mirada;
la sonrisa social En la comunicación,.el centrd és el habla, la posibilidad
de expresar deseos y necesidades, y compartir intereses. La manera de'or-
ganizar la clasificación no es, desde mi perspectiva, tan relevante. Sí lo es
que, en ambos casos, se trata de lazo social.
Para la American Psychiatric Association el nuevo término TEA reco-
gería mejor la diversidad del grupo y tendría más utilidad clínica y educa-
tiva porque conecta mejor con las necesidades de apoyo de las personas.
Y, dado que el autismo se define por ifn conjurif6 de comportamientos,
consideran que se vería mejor representado como una única categoría
diagnóstica que se adapta a la presentación clínica de cada persona, con la
inclusión de especificaciones clínicas (por ejemplo la gravedad, habilida-
des verbales y otros) y las características asociadas (por ejemplo trastornos
genéticos conocidos, epilepsia, discapacidad intelectual y otros). "Un solo
trastorno del espectro es un mejor reflejo del estado de los conocimientos
sobre la patología y la presentación clínica"."
Entre las diversas fundamentaciones que sustentan a este cambio la más
fuerte es-la que plantea que el diagnóstico diferencial entre los trastornos
contemplados en el de D5M-IV podría ser inconsistente a lo largo del
tiempo. Esto,.sin duda, ocurría con ese inventQl de la codificación Clasifi-
catoria que es el TGD-NE al cual le dedicaremos, en breve, unos párrafos.
El cuarto cambio ha sido la posibilidad que dará la nueva versión (no
permitida por el DSM-IV) de establecer que los TEA puedan ser cate-
gorizados junto con otras alteraciones como el ADFID, el trastorno del
movimiento estereotipado, el TOC u otros trastornos mentales como la
ansiedad o la esquizofrenia. Para sus autores el autismo puede estar pre-
sente junto con cualquier otro trastorno del desarrollo o trastorno mental
pudiendo cambiar el cuadro clínico de la persona a lo largo de los años.
Esto derivará, en breve, en un popurrí de clasificaciones y co-morbili-
dades entrecruzadas. Con el consiguiente (y muchas veces riesgoso) en-
trecruzamiento de fármacos. Una estupenda contribución a la confusión
general.
178
Juan Vasen Un trastorno demasiado... I
Detengámonos ahora en lo que, en síntesis, plantea el DSM-S como
condiciones (síntomas en verdad) para incluir a un niño en el TEA:"
A. Déficits persistentes en la comunicación e interacción social
Presentes en diferentes contextos y que se manifiestan en todos los
síntomas siguientes
Dificultades en la reciprocidad socio-emocional: el rango de Com-
portamiento puede ir de- sde mostrar acercamientos sociales inusua-
les y problemas para mantener el flujo normal de ida y vuelta de
una conversación, pasando por un reducido interés por compartir
intereses, emociones o afectos; hasta fallas para iniciar o responder
a las interacciones sociales.
Déficit en conductas comunicativas no verbales usadas en la inte-
racción social: rango de comportamiento que va de mostrar una
marcada dificultad para integrar conductas comunicativas verbales
y no verbales, pasando por anomalías en el contacto visual y el len-
guaje corporal; déficits para comprender y usar la comunicación
gestual, hasta una total falta de expresividad emocional y no verbal.
Dificultades para desarrollar, comprender y mantener relaciones
apropiadas para el nivel de desarrollo con un rango de compor-
tamiento que va, por ejemploc desde dificultades para ajustar el
comportamiento a diferentes contextos sociales, pasando por difi-
cultades para compartir juegos imaginativos o hacer amigos, hasta
una ausencia aparente de interés en sus compañeros.
B. Patrones repetitivos y restringidos de conducta, actividades de intere-
ses que se manifiestan en, al menos, dos de los siguientes áreas:
Conductas verbales, motoras o uso estereotipado o repetitivo de
objetos (por ej. movimientos motores estereotipados, uso repetid-
yo de objetos como alinear juguetes o agitarlos) o ecolalia o frases
idiosincráticas.
y
Adherencia excesiva a patrones monótonos de conducta verbal
esistencia excesiva, estrés
no verbal, inflexible adherencia a rutinas o r
791
 l Autismos: ¿espectro o diversidad?
frente a cambios (por ejemplo malestar extremo ante pequeños
cambios, dificultades con las transiciones, patrones rígidos de pen-
samiento, rituales de-saludo, insistencia. -en comer siempre lb mis-
mo o seguir siempre el mismo camino todos los días).
Intereses restringidos u obsesivos que son anormales por su inten-
sidad o su contenido (por ejemplo apego excesivo o preocupación
excesiva por objetos inusuales, intereses excesivamente circuns-
critos o perseverantes)
Hiper o hipo-reactividad sensorial o irderés inusual en aspectos
sensoriales del entorno (por ejemplo indiferencia aparente al do-
lor, calor o frío, respuesta aversiva a sonidos o texturas específicas,
oler o tocar objetos en exceso, fascinación por las luces u objetos
en movimiento)
Los síntomas deben estar presentes en un período temprano, pero
pueden no manifestarse totalmente hasta que las demandas sociales
excedan las limitadas capacidades o pueden quedar enmascaradas por
estrategias aprendidas más tardíamente en la vida.
El conjunto de los síntomas causan significativa limitación social y..
ocupaCionál, y alteran el funcionamiento diario.
Estas alteraciones no se explican mejor por un Trastorno Intelectual
del Desarrollo o un Retraso Global del mismo. La discapacidad inte-
lectual está frecuentemente asociada al TEA. Para hacer un diagnós-
tico co-mórbido de TEA y Discapacidad Intelectual la comunicación
social debe ser menor a la esperable para el nivel de desarrollo general.
Especificadores: severidad, curso evolutivo y competencia verbal.
Características asociadas como discapacidad intelectual, trastornos
genéticos asociados o epilepsia.
180
Juan 'losen 1 Un trastorno demasiado...I
Esta propuesta define tres niveles de severidad dentro del trastorno,
niveles que se establecerán de acuerdo a las competencias que la perso-
na presente ante una variedad de dominios, teniendo en cuenta que no
concurra ningún otro trastorno psiquiátrico co-mórbido y haciéndose ne-
cesario valorar otros factores tales como el nivel de desarrollo, la función
adaptativa, etc.
1. Primer nivel: requ • iere apoyo muy importante.
Presenta un severo déficit en la comunicación social verbal y no
verbal 'que limita seriamente sus interacciones sociales. Además,
muestra una muy pobre respuesta a las aproximaciones sociales de
otros. (por ej. un vocabulario limitado a unas pocas palabras o un
habla ininteligible, raramente inicia interacciones sociales, cuando
lo hace responde inusualmente .a las aproximaciones y responde
sólo a acercamientos directos).
Presenta un comportamiento inflexible, una dificultad extrema
para afrontar los cambios, con preocupaciones y rituales fijos y
conductas repetitivas que interfieren marcadamente el funciona-
miento en todo los ámbitos. Gran dificultad y stress para cambiar
un enfoque o una acción. Marcado malestar cuando los rituales y
rutinas son inrerrumpidos, resulta muy-dificil apartarlo de un inte-
rés fijo o retorna a él rápidamente
2. Segundo nivel: requiere apoyo importante.
Tiene marcados déficits en las habilidades de comunicación social
verbal y no verbal; aparentes dificultades sociales incluso recibien-
do apoyo, muy limitada iniciación de interacciones sociales y redu-
cida o anormal respuesta a las aproximaciones de otros (por ejem-
plo, un niño que se expresa con frases cortas, cuyas interatciones
están acotadas a un limitado número de intereses y que presenta
formas muy curiosas de comunicación no verbal).
Presenta un comportamiento inflexible, dificultades para afrontar
los cambios, con-preocupaciones y rituales fijos y conductas repeti-
tivas que aparecen lo suficiente para ser obvios para un observador
811
 Autismos: ¿espectro o diversidad?
e interfieren el funcionamiento en diversos contextos. Se evidencia
malestar y frustración cuando se interrumpen las conductas repe-
titivas. Y es dificil apartarlo dé un interés fijo.
3. Tercer nivel: requiere apoyo.
— Sin recibir apoyo, sus déficits de comunicación verbal y no verbal
causan dificultades observables. Tiene dificultades pan iniciar re-
laciones y demuestra respuestas claramente atípicas o no exitosas -
en las aproximaciones sociales de otros. Pueden aparentar falta de
interés para interaccionar socialmente.(por ejemplo, un chico que
puede expresarse con oraciones completas y entra en comunica-
ción pero cuyas conversaciones con otros fallan y cuyos intentos
de hacer amigos son curiosamente inapropiados y poco exitosos).
Presenta un comportamiento inflexible que interfieren significati-
vamente el funcionamiento en diversos contextos. Dificultad para
cambiar de tema o actividad Problemas de organización y planifi-
cación de una limitada independencia."
, COMENTARIOS ,
No re preocupen por las etiquetas. Díganme cuál es
el problema. Hablemos de los síntomas específicos.
T. Grandin
Es en los síntomas donde se juega el sufrimiento. La primera pregunta
que nos hacemos ante un chico grave es: ¿Habla? Aquí se parten aguas.
Si no lo hace hasta cierta edad su pronóstico es mucho más sombrío. Si
habla, ¿cómo habla? ¿cuánto habla? ¿Son frases u oraciones? ¿Puede sos-
tener una conversación? Y luego, el impacto social: ¿Tiene amigos? Y los
,
intereses ¿Qué le gusta? ¿Con qué flexibilidad y apertura? Y respecto a su
cuerpo: ¿Presenta dismorfias o claros rasgos de padecer un cuadro gené-
ticamente determinado?
182
Juan Varen Un trastorno demasiado...1
Allen Frances recuerda que su intención, al escribir el de DSM-IV, fue
la de intentar contener la inflación diagnóstica que se desarrolló luego de
la salida a la luz de la tercera edición del manual (recordemos el error ti-
pográfico). Lo consiguió en el adulto pero no en la infancia donde, como
honestamente reconoce, se desarrollaron sobrediagnósticos de moda como
el autismo, el ADHD y los mal llamados trastornos bipolares de los niños.
Este autor considera que el DSM puede mejorarse. Que se pueden re-
solver estas cuestiones a través de una buena reglamentación. En cambio
Eric Laurent no se hace ilusiones al respecto y plantea que "los milagros
que se esperan de la reglamentación por parte de agencias independientes
constituyen la creencia más extendida entre los grandes burócratas de la
salud". Y plantea que el DSM "como instrumento que es de gestión de
las poblaciones no puede lavarse las manos ante las consecuencias de su
autoritarismo clasificatorio que avanza en más cargado de falsa ciencia"."
LA NOTABLE DIVERSIDAD DEL TEA
El TEA incluye una enorme diversidad. Esta ya existía cuando se habla-
ba de TGD. Dicha diversidad es de cuadros y de síntomas diversos en lo
que aparece constr- uido como' el mismo cuadro. Él espectro engloba da.
sificatoriamente, simplifica la codificación administrativa y homogeneiza
clínicamente.
Vamos a hacer un breve recorrido que se suma a lo ya planteado en
capítulos anteriores. Por ejemplo, Frances Tustin consideró al autismo,.
dentro del psicoanálisis inglés, planteando ya dos variantes la primera es
un cuadro de autismo primario anorínal efecto de un vínculo que no fa-
vorece, desde el arranque, una subjetivación mínimamente discriminada.
Define a estos niños como ameboideos por su corporalidad blanda y floja.
En cambio se refiere a otro tipo de cuadros en los que se produce una se-
paración corporal que resulta insoportable con posterior encapsulamiento
que lleva al niño a replegarse en sí mismo. Según ella se trata de un estan-
camiento precoz del desarrollo con la constitución de una barrera protec-
tora (rituales que resguardan la supervivencia) que asegura coherencia y
831
 l Autismos: ¿espectro o diversidad?
mantiene a "raya" lo que aterra. Lo considera como un tipo particular de
repliegue secundario a una forma de depresión masiva, momento al cual,
el niño, quedaba traumáticamente "fijado": TuStin asemeja a estos niños-
con los crustáceos, que encuadrarían en la metáfora de la fortaleza vacía
de Bettelheim. A estos niños es a quienes les corresponde el diagnóstico
de autismo infantil precoz.
Además plantea la existencia de lo que llama autismo secundario regre-
sivo que es efecto de una disociación de su desarrollo normal que queda
dislocado. A estos niños desorganizados, con logros perdidos, muy seme-
jantes a los descriptos por Heller, los incluyó dentro del cuadro Trastorno
Desintegrativo Infantil. _
Justamente una mención especial requiere este cuadro incluido ante-
riormente dentro del TGD, Síndrome de Desintegración Infantil, Autis-
mo Secundario o Síndrome de Heller. Es un cuadro severo que se ma-
nifiesta predominantemente en varones que tienen un desarrollo normal
del lenguaje y de las posibilidades de lazo social hasta los dos o tres años.
Es, en ese momento y ante desencadenantes como el nacimiento de un
hermanito por ejemplo, que se produce una severa pérdida de logros ma-
durativos que puede durar meses o en ocasiones sólo semanas. Allí se
observa la pérdida de habilidades adquiridas como el lenguaje, las habili-
dades sociales, el control de esfinteres y habilidades motoras. El niño deja
de hablar, deja de jugar y adquiere movimientos estereotipádos de modo
que pasa a ser indistinguible de un niño autista.
El síndrome de Heller es también llamado psicosis desintegrativa y fue
descripto en 1908. Hay cierto grado de controversia respecto a la dura-
ción de la regresión y el deterioro. Para algunos autores es pasajero y para
otros, perdurable, donde el niño no vuelve a recuperar las aptitudes per-
didas. En muchos casos el niño permanece retraído y aislado no diferen-
ciándose de un autista, en lo que se denominai autismo secundario. Otras
veces el cuadro de repliegue se combina con desorganización, cuestión
que permitiría considerarlo como un cuadro de psicosis infantil, lo que se-
ría más ajustado que englobarlo dentro del autismo indiferenciadarnente.
En todo caso es un cuadro deficitario con rasgos particulares y con más
posibilidades que un autista que nunca accedió al lenguaje, de recuperar
lo alguna vez desarrollado.
184
Juan Voseo J Un trastorno demasiado...I
Dentro del TEA, pero especificados, se encuentran cuadros completa-
mente diversos de un autismo como los que Kanner describiera. Son los
desubicados autismos de fenotipo complejo y causas genéticas. El ejemplo
más notable es el cuadro descripto en 1922 por Andreas Rett, un médico
austríaco, que identificó un síndrome en 22 niñas que luego de 6 meses
de desarrollo normal sufrieron un devastador deterioro.
Considerado por muchos autores como una encefalopatía involutiva,
con alteraciones metabólicas, la inclusión del Síndrome de Rett hasta este
año dentro de la clase de los TGD debería considerarse un gran y confuso
desacierto. Esta pertenencia se basa en que, en determinado momento de
su evolución, las niñas pequeñas que lo padecen presentan rasgos que se
asemejan al autismo cuando su etiología y su ominosa evolución vital son
claramente diferentes.
Luego de 6 a 8 meses de desarrollo normal las niñas presentan una serie
de movimientos involuntarios de los dedos de las manos y las muñecas
(hand patting o waving), "lavado de manos", seguido al poco tiempo
de disminución del equilibrio, desaceleración del crecimiento craneal, un
rápido deterioro, con retraso psicomotor grave y pérdida del lenguaje,
repliegue emocional y convulsiones. Un rasgo frecuente es una alteración
del ritmo respiratorio y una hipotonía muscular que va, con el tiempo, vi-
rando a la espasticidad. Quienes sobreviven alcanzan el desarrollo mental
de un niño de'poco más de un año ' . En este caso sí seta podido establecer
una determinación genética. Se trata de una mutación de una proteína
(MeCP2) ligada al cromosoma X.
Es debido a este absurdo clasificatorio que se priorizó un enfoque don-
de se pretendía encontrar "entidades biogenéticas" como base orgánica
explicativa, y apoyándose en esta "semejanza" (los movimientos estereo-
tipados) se agruparon, en una misma clase, cuadros cuya complejidad ex-
cede estos niveles biológicos de explicación Afortunadamente dentro del
TEA propuesto por el DSM-5 ya no está incluido el Síndrome de Rett.
Algo semejante debería plantearse para los chicos que padecen el Sín-
drome de Fragilidad del cromosoma X o la Esclerosis Tuberosa. Seria
como considerar dentro del TEA a un chico/a con síntomas autistas que
padezca un Síndrome de Down. El autismo es, en todos estos casos un
epifenómeno de un cuadro específico diferente.
851

IAutismos: ¿espectro o diversidad?
Otro de los nombres rutilantes de las últimas ediciones de los DSM, el
Síndrome de Asperger, se trata en un capítulo aparte. Aquí sólo pondre-
mos en discusión su pertenencia aleSPectro'autista.
En 1944, el psiquiatra vienés Hans Asperger describió a cuatro niños
que tenían en común dificultades para su integración social a pesar de no
presentar retrasos en la adquisición del lenguaje. A los que categorizó
como "psicopatía autística". Proponiendo para ellos medidas educativas
especiales que les proporcionarían posibilidades de desempeñar roles so-
ciales a pesar de su "anormalidad".23
El trabajo de Lloran Wing24 en 1981 recupera y sistematiza esas des-
cripciones y propone re-nombrar a la Psicopatía Autistica como "Síndrome
de Asperger". Algo que le da, efectivamente, renombre, pues luego de
un trabajo sobre casos de autismo de diferente gravedad ella propone la
noción de Espectro Autista, del cual el autismo y el Síndrome de Asperger
sedan los extremos más severos y más leves respectivamente dentró de
ese continuo. Las diferencias sintomáticas entre los mismos, para ella son
equivalentes a grados de severidad distintos de un mismo trastorno con
bases estructurales comunes.
Del consenso que alcanzó esta idea deriva la posterior inclusión de am-
bos trastornos en el grupo común del DSM-5 que es el TEA, de las cla-
sificaciones actuales.
Hay razones importantes para considerar equivocada la inclusión >de
este cuadro dentro de los trastornos generalizados del desarrollo o del
Espectro autista. La primera es que el SA no es un trastorno "generali-
zado" ya que los niños que lo padecen tienen desarrollos importantes en
muchas áreas, y funciones y dificultades mucho más focalizadas en otras.
La segunda es que las dificultades relativas, por ejemplo al lenguaje, o el
apego a ciertos ternas y su desdén por otros no son efectos de un desarro-
llo entorpecido sine) de adquisiciones alteradas. Esto quiere decir, formas
de apropiación mutua fallidas entre un niño y el mundo del que viene a
formar parte.
La tercera es que los niños descriptos en la actualidad como Asperger
tienen algún grado de dificultad para empanzar o conectarse con otros,
pero no son autistas en el sentido del repliegue y de la ausencia de una
representación de sí.
186
Juan Vasen 11 Un trastorno demasiado...1
En los últimos años se ha producido un desplazamiento en los nombres
maestros y lo que se consideraba un problema de la constitución subjetiva
pasó a ser considerado corno un trastorno de desarrollo objetivo.Y si hubo ex-
cesos de "psicologismo"'en aquella perspectiva ahora los hay de "objeti-
vismo". Limitarlos permite una aproximación más clínica ya que fenotipos
conductuales similares no siempre implican una patogénesis en común!'
Por ello considero que el Síndrome de Asperger no debe encuadrarse
dentro de los Trastornos Generales del Desarrollo ni del espectro autista,
estando, quienes padecen un cuadro con estas características, dentro del
campo de las psicosis infantiles, como veremos en próximos capítulos. No
son de extrañar entonces las airadas reacciones que estallaron entre los
familiares de chicos que padecen del SA, que han llevado adelante mani-
festaciones (en París por ejemplo)26 por creer, con bastante fundamento,
que los "Aspies" han sido forzadamente homogeneizados dentro del TEA
desconociendo sus rasgos propios y diferenciales.
DESARROLLO Y APROPIACIÓN
Si bien la denominación TEA desplaza, a partir del DSM-5 a lo que se
llamaba Trastornos Generalizados del Desarrollo, no reemplaza el sustrato
en que ambas se apoyan. Un concepto del desarrollo sobre el que las co-
rrientes más biologistas incurren en un doble exceso de apropiación.
El primero de estos excesos se da en profundidad pues se trata de la preva-
lencia indebida de una concepción exclusivamente biologista del desarrollo
por sobre otras lecturas. El desarrollo de los niños encuentra su horizonte
de posibilidades en la indemnidad y el crecimiento de su cuerpo. No hay
desarrollo "sine materia".
Pero la materialidad de nuestra subjetividad, aún la de nuestro cerebro,
no puede ser entendida solamente desde una perspectiva eminentemente
biológica. La biología humana está hecha de tiempo. De lazo social, pala-
bra y trabajo. Sin ellos no tendríamos las cuerdas vocales que nos permi-
ten modular palabras ni el oído fonemático que nos posibilita discriminar
fonemas.
871
 IAutismos: ¿espectro o diversidad? Juan Vasen i Un trastorno demasiado... I

La investigación neurocientífica (que se traduce luego en un enfoque

posterior a las políticas neoliberales. La preocupación, cuando no la deses-
terapéutico cognitivo comportamental) tiende a considerar a la "natura-
peración por la supervivencia, han absorbido la libido parental de muchas
leza humana" como si fuera un dará naturál, - cuando la biología humana
familias dejando al niño des-investido o ubicado en lugares y funciones
ha dejado de ser parte de la naturaleza en tanto ha sido marcada por la
nocivas. Los modos de inscripción de los niños en la vida y en las famas-
historia y el lenguaje. La "organicidad" humana es de otro orden que la
máticas parentales no están al margen de estas dimensiones sociocultura-
que hallamos en el reino animal y nunca las producciones humanas, aún
les y epocales. Así, ellos no han sido tomados y respetados en su alteridad
singulares, pueden ser acabadamente explicadas por su sustento fisioló-
dentro de los lazos fundantes. Una situación que no es la narcisización
gico. Por ende, en el desarrollo individual no es posible aislar una suerte
de tinte fálico que una madre pueda hacer de un hijo que la colma sino
de carozo biológico, pues lo humano consiste en un conjunto de reflejos
un lugar de objeto fantasmático, fuente de incomodidad, cuando no de
incondicionados que sólo se reprograrnan si están abiertos al otro, lo que
goce y daño. Son chicos que deberían ser englobados como Problemáticas
establece una tajante diferencia con el instinto animal pues es el proceso
Complejas en la Infancia que requieren múltiples abordajes y una cober-
de socialización lo que lo humaniza."
mra de prestaciones que no pase por una etiqueta tan inadecuada como
Es decir, entonces, que en el campo de lo humano la biología ha sido la de Espectro Autista en la que son forzadamente incluidos tantas veces.
subordinada a la historia. No podríamos considerar seriamente que en lo
En un reciente Ateneo del Hospital Carolina Tobar García se presen-
individual la biología se tome una revancha absoluta. Será determinante
taron tres chicos clasificados como TGD-NE uno de los cuales padecía
de muchos rasgos, de modo concertado como disposición compartida con
otras series de determinaciones concurrentes. Ni la biología ni la genética un extraño cuadro genético (Hipomelanosis de Ito) y otros dos, cuyas
familias habían sufrido complejos y dramáticos procesos de adopción en
son las "reinas" porque, justamente, lo humano no es un reino como el
un caso, fragmentación familiar, migración y transculturación. Una varie-
animal, vegetal o mineral. Es un espacio de interjuego donde las hegemo-
dad de situaciones que no puede quedar registrada en un sólo rótulo. No
nías no son, casi nunca, absolutas. Aún en los trastornos genéticos.
sólo ocurre esto aquí. En EEUU la tasa de clasificación de chicos como
El segundo efecto de apropiación indebida sebda no ya en profupdidad
perteneciendo al TEA aumentó un 91% entre chicos afro americanos y un
respecto" de la noción de desarrollo sino en eitensión ya que el término 110% entre los de origen hispánico."
"espectro", como antes el término "generalizado" producen la extensión
La generalización que resaltamos se ha hecho más marcada en los últimos
muy discutible en su legitimidad de una sigla que recae sobre niños con
años. La idea de que muchos rasgos de los antes acordadamente llamados
problemáticas muy diferentes. No es lógico incluir en la misma categoría
clasificatoria a niños con problemáticas que atañen a la constitución de autistas se presentaban como un continuo a través de la población general,
en la que el autismo es tan sólo un extremo, llevó al colmo de la expansión:
su subjetividad con otros que padecen una forma de epilepsia como es el
"para estar en el espectro no era necesario padecer un trastorno del espectro
Síndrome de Rett, por ejemplo como hacía la categoría TGD. Aquí se ha
autista"." Lo borrosidad de los límites permite la creciente inclusión en el
operado la corrección de un absurdo (pues éste Síndrome ya no forma
parte del TEA). Pero no es el único, como veremos. espectro autista que ahora está centrado en similares pero no idénticas áreas
afectadas. De la tríada anterior a la día& actual, y aun agregando lo subra-
Una enorme proporción de chicos englobados dentro del TEA o TGD yado por Lorna Wing como dificultades con el pensamiento imaginativo,
(en especial en su variante más laxa que son los cuadros que por no reunir se ha creado un continuunt entre cuadros con una severa retracción hasta
todos tos criterios se agrupan como NE, o sea, no especificados) pro- otros con limitaciones subjetivas y sociales menores. "¿Cuándo un niño fa-
vienen, en nuestro país, de familias con una inserción social precarizada,
nático de la computación (computer `nerd') se convierte en 'un' Asperger?
producto de los resabios de la debacle del empleo y la inserción social No hay una línea que divide blanco/negro"." Es decir que, Si antes de la

188 891
 Autismos: ¿espectro o diversidad?
l
última revisión del DSM-W en 1994, los niños autistas se encontraban cla-
sificados bajo otros cuadros graves y de mal pronóstico, desde ese momento
se deja abierta una amplitud que coloca al antismo en un "amplio tango
donde se incluye desde un científico brillante hasta alguien que permanece
sin hablar y con una severa discapacidad"."
Como el criterio predominante busca, de forma bastante excluyente, sus
causas en la genética, se considera que ciertas expresiones fenotípicas ate-
nuadas reflejarían el mismo fundamento, es decir la creación de una entidad
biosenétka común. Pero no todos piensan así: "No podemos aceptar una
explicación simplificadora de ese orden, ni aislar lo. que sucede en las inte-
rrelaciones entre lo genético y los factores de Orden vincular y afectivo"."
James Scully de la American Psychiatric Association cree que: "Los cri-
terios propuestos llevarán a un diagnóstico más preciso y ayudarán a mé-
dicos y terapeutas a diseñar mejores intervenciones para niños que sufren
TEA"." Pero esto no es lo que está pasando. El riesgo que se debate es
si en la práctica usual diaria (conducida muchas veces por lo que llaman
en EEUU "no-expertos"), el concepto de espectro alimentará fácilmente
la "epidemia" del pobremente definido autismo que ya ha sido disparada
por la introducción del Asperger en el DSM-IV. 34
TGD-NE: CODIFICACIÓN Y DISCAPACIDAD
La inclusión de niños tanto en nuestro país como en occidente en pro-
gramas de cobertura y acciones de cuidado se hace a través de un etique-
tamiento que legitima la gravedad del cuadro y la pertinencia de cieno
tipo de abordajes. No nos olvidemos que se trata de cuadros mayoritaria-
mente graves que requieren múltiples intervenciones y profesionales en
el equipo tratante, y moviliza múltiples recursos institucionales. Esto ha
generado en todo el mundo, como hemos visto y veremos, el desarrollo
de organizaciones impulsadas por profesionales o padres que accediendo
a Internet se han informado y ejercen una fuerte presión, un lobby para
lograr reconocimientos y coberturas específicas.
En nuestro país ha habido en los últimos años un aumento de la trami-
tación de los muy mal llamados Certificados de Discapacidad que habili-
190
Juan Voseo 1 Un trastorno demasiado...I
tan para obtener beneficios legalmente resguardados. Como se avienen a
tomar los cuadros descriptos en el DSM y reconocidos por la seguridad
social, como es el caso de los TGD antes y del TEA ahora, el ADHD y
los TBPI, estas organizaciones terminan llevando adelante una propues-
ta "tecnocrática" que objetiva trastornos, pone la responsabilidad de los
cuadros en los genes y la solución en los recursos biológicos y conduc-
tistas con lo que no cuestionan sino que promueven el etiquetamiento y
la expansión medicalizadora. Ya señalé la conveniencia de renornbrar este
certificado como Certificado de necesidad de prácticas especiales, de modo
de centrarlo en las prácticas y no en las limitaciones del niño. He sido
testigo de muchos testimonios de lo invalidante y rechazado que resulta
para ellos esta categorización. Francisco le dijo en el colectivo a su madre,
señalando los asientos para discapacitados: "esos asientos no son para mí".
Y Matías rompió, ante el asombro de su familia, el carnet de discapacitado
diciendo: "Yo quiero viajar como los demás chicos". Emma, una niñita de
tres años que padece un Síndrome de Down, elige entre muchos papeles,
comerse uno: casualmente ¡su Certificado de Discapacidad!
El espectro autista, funcionando de este modo como contraseña codifi-
cadora, lleva a que un número importante de chicos con cuadros atípicos,
con dificultades sociales y un CI normal, sin síntomas psicóticos clásicos
ni deterioro demostrable, en los que antes se pensaba una forma de psico7
sis atípica, terminaron clasificados como Asperger." Creo que una Mejor
opción sería considerar la ya mencionada categoría Problemáticas Comple-
jas en la Infancia, que puede ser menos estigmatizante para acceder a las
prestaciones pero sin pasar por el desfiladero de las categorías espectrales
y manteniendo en su seno una diversidad posible de síntomas y cuadros
dentro de la categoría.
La precarización y el eficientismo familiar, el enfoque dimensional, los
requerimientos de codificación para la prestación de servicios y el aumen-
to del SA y la inclusión dentro de los llamados TGD-NE de chicos que
suelen tener bastante poco que ver con el autismo y mucho con la des-
organización subjetiva y familiar, la misteriosa desaparición de las psicosis
infantiles como cuadro y el catapultamiento a los cuadros Border Line en
los finales de la adolescencia, han contribuido en diversa medida a una
desproporcionada inflación estadística.
911
 Autismos: ¿espectro o diversidad?
l
¿DESARROLLO O DEVENIR?
. .
ira diferencia entre una palabra justa y una casi jaita
no es una pequeña cuestión. Es como la diferencia-entre
una luciérnaga y una bombilla eléctrica".
AL Twain
El autismo ha dejado de ser un cuadro "mental" para pasar a ser un
trastorno del desarrollo, un desorden biológico, y no un padecimiento
subjetivo. De acuerdo a las concepciones. mitogenéticas que repasamos,
parece que lo esencial de un sujeto está dado por lo que "trae" en su bagaje
genético. Como si no hubiera habido pruebas suficientes ya de que las cua-
lidades adquiridas no se heredan. Cual desarrollo de un poroto en germi-
nación, se entienden las potencialidades humanas como algo a exteriorizar,
pasando de potencia a acto. Todo estaría allí, de antemano, en germen y
no se trata de lo que un chico "trae" o "tiene" sino de lo que le pasa.
Pero lo que llamamos humano, lo que podríamos definir como "esencia
humana" no consiste en un patrimonio biológico interno de rasgos ffsicos
hereditarios o de modos corporales de reactividad, aunque estos influyan,
sino en un patrimonio social externo susceptible de interiorización (for-
mias-de trato, lenguaje, aprendizajes) siendo entonces 15:"profundo" un
repliegue de esa exterioridad que ha atravesado un proceso de apropiación.
Entendemos que la función progresiva más importante para un ser siena-,
pre prematuramente lanzado al mundo es la creación de las capacidades
que le permitan habitado.
De no ser así, si el humano estuviera regido por sus "instintos" con
la fijeza propia de lo animal sería, en el mejor de los casos, un animal
de costumbres, pero no un sujeto, y sus aprendizajes y posibilidades de
relación estarían establecidas de antemano. Aun en el autismo más grave,
reducir al niño a una especie de autómata pre-programado empobrece las
posibilidades de cualquier abordaje. Los "datos" biológicos de partida
que caracterizan al individuo psíquico al nacer son ya en gran medida pro-
ducto de la sociedad anterior y que van siendo transformados. Son menos
"base" que producto.
192
Juan Vasen 1 Un trastorno demasiado...I
La epigenética nos permite repensar un concepto estrecho de desarrollo
lineal endógeno que ha sido un límite al pensamiento. El desarrollo es la
apropiación, siempre limitada, del bagaje sociocultural por parte de un re-
cién llegado que, en ese proceso, pasará a constituirse como subjetividad
descante, pensante. En alguien, un quien no un qué, producido por los
lazos con otros y el azar. Un devenir.
El trabajo con niños graves implica un intento de rescate de dimensio-
nes de logro y simbolización desde las cuales apostar a reformular lo que
se presenta como un páramo ante quien se vive, muchas veces, como un
robot o un espectro, como una programación sin sujeto, una máquina sin
alma. Entonces no se tratará (por lo menos no solamente) de escarbar la
superficie de la "Roma freudiana" para develar las verdades que sus ruinas
ocultan tal como ocurre con los cuadros de neurosis. Porque a poco andar
nos hallaremos en medio de cráteres donde nada parecería poder brotar.
Más allá del develamiento de lo inconsciente hay una tarea de producción
por delante.
Esa producción, que encuentra su lugar privilegiado en el juego, y que
está obviamente limitada por lo que hemos descripto, es también el modo
de apropiarse del universo simbólico y social del cual el niño autista está
excluido.
Pero esa ,exclusión siempre está primaria o secundariamente cargada de
Mi tinte piranoide evidente en7 sustos y terrores diversos qu'e' paralizan
. el
despliegue de un niño y que requiere la constitución de un otro confiable
y menos persecutorio.
Más allá de la condición que genere el cuadro de autismo primario pro-
fundo o autismo secundario (luego de una etapa de "normalidad" que lo
llevan a atrincherarse en la fortaleza vacía) importa considerar el modo
"en que los padres" estructuran la cualidad del vínculo que establecen
con él. Algunos padres de los pequeños pacientes, como producto del
dolor narcisista que sobrellevan por la falta de respuesta empática del hijo
y por lo ajena que se le torna la imagen de sí mismos que les es devuelta,
suelen abandonar los intentos de comunicación y alejarse de su hijo. Es
decir, cesa "la demanda recíproca".16 Expresado en palabras parentales:
"Cuando no lo entendemos, no encontramos la forma de llegar a él. Mu-
chas veces nos pasa que dejamos de intentarlo".37 Hay una dimensión M-
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IAutismos: ¿espectro o diversidad?
tersubjetiva del autismo, por lo que la acción de "pensar y sostener que el
autismo no tiene cura, que el autista es incapaz absolutaniente de atribuir
pensamientos o sentimiefifos a otros-, próchiCé efectos patógenos". n-
La idea parcialmente correcta de que los niños autistas parecen nó po-
der situarse en mundo simulado y s^e recluyen en un mundo literal sin
meta-representaciones 39 no puede reposar sólo sobre bases biológicas ya
que, de ese modo, se cierra la posibilidad de pensar en otras formas de
expresión simbólica (que sí presentan) por escapar al pattern esperable.
La enfermedad es una situación, y no una condición." Y la ética es la po-
sición que, ante esa situación, no cesa-de buscar.una posibilidad aunque
ínfima, de transformación. Entonces la ética en el pensamiento es apostar
a lo que abre y no a lo que cierra y encierra. No a lo que nos deja de cara a
la pared y frena nuestro pensar: una noción de desarrollo endogénicamete
generado que hace del futuro una repetición de los engramas dél pasado,
lo anula como devenir y como diferencia.
Y nos vuelve más autistas.

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