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Te acercamos cuatro textos para que puedas elegir 2 de ellos para el día del
examen oral.
Texto 1
LA NACION / Editoriales
Se necesitan serias estrategias de prevención para evitar que el alcoholismo siga minando a la
juventud
Las vacaciones encierran para los más jóvenes un cúmulo de promesas de entretenimiento y
diversión en escenarios diferentes de los habituales. Lamentablemente, la percepción
extendida entre muchos de ellos es que el alcohol está indisolublemente asociado a los buenos
momentos.
En relación con el consumo juvenil desagregado por sexo, para la franja de 14 a 17 años, el 61
por ciento de los que consumen son hombres y el 39%, mujeres, mientras que entre los de 18 a
22 años, el 57% son hombres y el 43%, mujeres. Resulta interesante observar que a igual
cantidad de alcohol ingerido, éste alcanza mayores niveles en la sangre de las mujeres que en
la de los hombres.
No es la primera vez que, desde estas columnas, advertimos sobre los peligros que encierran
las famosas "previas", encuentros que generalmente se desarrollan en casa de alguno de los
miembros del grupo de amigos o en la calle, con algún quiosco o almacén en la cercanía, a fin
de iniciar antes un consumo a menor precio que en bares o boliches.
A partir de la desinhibición que dispara el alcohol, muchos deambularán luego zigzagueantes
por boliches o calles, proclives a protagonizar escenas de violencia, poniendo en serio riesgo
sus vidas y las de sus pares.
Es cierto, también, que ante la gravedad del problema, hace ya varios años que tanto el
gobierno bonaerense como las autoridades de las zonas de veraneo, juntamente con los
fabricantes de bebidas alcohólicas y muchas asociaciones de padres han optado
inteligentemente por aunar esfuerzos para intentar combatir el consumo abusivo.
Aún es mucho lo que resta por hacer, pero las primeras estadísticas oficiales de la temporada
revelan que la unión de esfuerzos públicos y privados da sus frutos. Según informaron las
autoridades sanitarias bonaerenses, las consultas en las guardias de los hospitales de la Costa
Atlántica por exceso en el consumo de alcohol entre los menores de 18 años bajaron un 60 por
ciento, y un 80% al considerar personas de todas las edades. Además, se clausuraron 89 de
los 2012 comercios inspeccionados y se secuestraron 6172 botellas por incumplir las leyes de
nocturnidad y expendio de alcohol de la provincia de Buenos Aires.
Es altamente deseable que este tipo de iniciativas sean acompañadas por estrategias serias de
prevención desde las primeras etapas del proceso educativo para que sea más factible que, al
llegar a la adolescencia, se instalen en ellos modelos de identificación y adhesión a grupos de
pertenencia que les permitan abroquelarse adecuadamente frente a la tentación del consumo
abusivo de alcohol.
Las vacaciones no deben ser un pasaporte al descontrol juvenil, sino un período con límites
propios, distintos a los del resto del año. Una vez más, el ejemplo de los padres y adultos
fomentando un diálogo fecundo y orientador resulta crucial. Sólo si se logra comprometer
seriamente a todos los involucrados en el esfuerzo, no caerán los peligros de la noche sobre
nuestros jóvenes.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/el-alcohol-y-los-jovenes-nid1449947/
Texto 2:
CLARÍN / Editoriales
La importancia de la lectura
21/08/1997 Clarín.com
Opinión
Podría suponerse que la lectura resulta un ejercicio anticuado y quizás hasta inútil.
Pero, paradójicamente, los países más desarrollados cuentan con los índices más altos de
lectura y, entonces, la riqueza de esas sociedades se configura desde un elevado umbral
cultural.
Una alumna de una escuela del Gran Buenos Aires decía que le gusta leer porque la
hace soñar y emocionar. Si en forma primaria todos contamos con sueños y emociones, lo
cierto es que la sociedad consigue acumular y transmitir fantasías y realizaciones que nos
integran a una historia. Esto significa que con la lectura los hombres somos iniciados a un
mundo preexistente cuya riqueza puede perderse no bien los libros se desencuentren con sus
lectores. Desde esa historia los hombres pueden comenzar a imaginar y concebir cosas que de
otra forma resultarían inexistentes. Con la información y la formación, con el saber y la emoción
que registran los libros, los hombres adquieren conciencia de que participan de una
comunidad, de un gran emprendimiento cultural.
Fuente: https://www.clarin.com/opinion/importancia-lectura_0_B1f8kWWAFe.html
Texto 3:
GÉNERO
Varones y mujeres: de amores, violencias y derechos
En la casa, las mujeres están muy contentas planeando los festejos que están por
llegar: la boda durará dos días, se comerá, bailará y beberá. María ha soñado desde pequeña
con este momento, ha imaginado todos los detalles: el vestido que usaría, los zapatos, cómo se
pintaría las uñas…. Pero ahora que está todo preparado no quiere casarse. El motivo es uno
solo: no le gusta su primo Julián, no está enamorada. María llora a escondidas y siente muchas
cosas contradictorias. Tiene ganas de casarse, pero no con su primo...
El pueblo era chico y el rumor de que “María se casaría” estaba en boca de todos. Así,
la noticia llegó hasta la jueza de la zona, quien al enterarse de que una niña de 13 años se
casaría, citó al padre y a la madre al juzgado. La jueza les explicó que María aún es niña para
casarse y que la ley no lo permite. Entre enojos y algunos gritos, el padre de María accedió a
posponer el casamiento para más adelante. Sin embargo, Julián y su familia se sintieron muy
deshonrados por lo acontecido y decidieron cortar relaciones con los padres de María.
María está más tranquila. Sigue soñando con casarse, pero piensa que tiene unos años
más para imaginar su futuro.
Fuente: “La escuela media que queremos: cuadernillo para docentes”, Ministerio de
Educación, Presidencia de la Nación.
Texto 4:
Fragmento de “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry
Entonces apareció el zorro.
-Buenos días -respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta, pero no vio nada.
-Los hombres -dijo el zorro- tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es
su único interés. ¿Buscas gallinas?
-Es una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro-. Significa «crear lazos».
-¿Crear lazos?
-Sí -dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil
muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro
semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro.
Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
-Empiezo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... Creo que me ha domesticado...
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-No.
-No hay nada perfecto -suspiró el zorro. Pero el zorro volvió a su idea:
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y
todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se
llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros
pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una
música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es
inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color
de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de
ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...
-Bien lo quisiera -respondió el principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar
amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo
de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes
de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
-Hay que ser muy paciente -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí,
así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos
Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente volvió el principito. -Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro-. Si
vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más
avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el
precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi
corazón... Los ritos son necesarios.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente de
los otros días: una hora, de las otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. El
jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a
pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y
yo no tendría vacaciones.
-Sí-dijo el zorro.
-Sí-dijo el zorro.
-Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás
para decirme adiós y te regalaré un secreto.
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado
y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante
a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
-Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo todavía-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que
un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que
todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien
puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es
ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es
ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que
ella es mi rosa.
-Adiós -dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo
esencial es invisible a los ojos.
-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
-El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el principito, a fin de acordarse.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres
responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...