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Bucaramanga, 25 de enero de 2021

DOCTOR
WILSON RUIZ OREJUELA
MINISTRO DE JUSTICIA Y DERECHOS
E.S.M.

ASUNTO: Denuncia por vulneración de derechos humanos a la señora Edy Fonseca.

Cordial saludo señor ministro. Como es de su conocimiento por medio de los medios masivos de
comunicación, acerca del caso de la ciudadana anteriormente mencionada, nos disponemos a
expresar la siguiente denuncia, relacionando los siguientes argumentos de razón acerca de la
conculcación de derechos a la ciudadana anteriormente mencionada.

1. Se Violó el derecho fundamental a la seguridad y la vida consagrado en la DDHH, en el


artículo 3. Es evidente que este derecho fue dañado y maltratado porque no se tuvieron
en cuenta las condiciones para mantener el cuidado de la vida de Edy, por cuanto ella
poseía morbilidades como la diabetes y la operación de Colon, anteriores al inicio de la
pandemia, que eran de conocimiento previo, de sus empleadores, por medio de los
exámenes físicos requeridos para contratarla. Así la sometieron a mala alimentación, sin
proveer una sana y balanceada dieta, evidenciado en los 15000 pesos que le daban y que
no alcanzan para conseguir la alimentación sana de un día, además de prohibirle recibir
alimentos por parte de otros residentes.

Es claro que con el excesivo horario de trabajo y mala alimentación, su vida mental y física
iban a entrar en decaída, su seguridad e integridad se expondrían a graves de salud y así se
evidenció en la remisión que tuvieron que hacerle en coma diabético y depresión a la
clínica. La vida se compone de diferentes dimensiones, su vida social, familiar, de ocio,
religiosa, académica, íntima, que Edy no podía desarrollar porque limitaban su existencia a
la dimensión del trabajo y con ello la enfermaban física y mentalmente, Para concluir con
este punto, recordamos la esclavitud, donde la persona valía por su trabajo y su vida no
contaba en mucho. Así sucedió con el derecho a la vida y seguridad de Edy.

2. Continuando con esta exposición de ideas, se conculcó el derecho a la protección y


promoción de la familia como célula fundamental de la sociedad que el estado y los
ciudadanos debemos cuidar. Así lo dicta la DDHH en su artículo 16. A simple vista se
denota la desprotección que sufrió la familia de Edy, sin contar con la presencia, el cariño,
la unidad, la protección de ella hacia su familia, al no poder salir de su trabajo y cumplir
sus funciones de madre, esposa, y abuela, incluso cuando falleció su sobrino y no le
permitieron asistir a ese momento familiar fundamental. Todo esto encamina a una muy
difícil situación de separación familiar y de descomposición entre sus miembros y bienes.
Pesar en un ser humano sin su familia es denigrarlo y maltratar a un conjunto de personas,
a través de uno de sus miembros. El ser humano trabaja para mejorar a su familia, no
contrariamente, que le trabajo afecte negativamente sus valores familiares.

3. Persistiendo en este elenco de argumentos, también se denigró el derecho al trabajo,


porque si bien estaba contratada, no le remuneraban las 24 horas de trabajo, ni las horas
extras, todo ello denotando una explotación laboral flagrante y descarada, solo
comparada con la servidumbre a la que se opone la DDHH en su artículo 4. La ausencia de
condiciones equitativas y satisfactorias en el trabajo va en contra de los fines mismos del
trabajo que son la dignificación del hombre, su realización personal y su justa
remuneración, además del mejoramiento de la sociedad. Teniendo en cuenta lo dicho Edy
no era dignificada en su trabajo, no se podía sentir a gusto, ni era un bien para sí misma, ni
para los demás porque el excesivo trabajo también dañaba su rendimiento laboral y el
bienestar de las personas del edificio. La DDHH por tal motivo cimenta este derecho en su
artículo 23.

4. Ahora expondremos la negación total del derecho al descanso y el disfrute del tiempo
libre consagrado en la DDHH, artículo 24. Éste derecho complementa al artículo25 que
consiste en un nivel de vida adecuado. Es grave percibir en este caso, el desajuste
emocional, físico y mental al que fue sometida la señora Edy, al no permitirle un descanso
sensato adentro de su lugar de trabajo y por fuera del mismo. El descanso lo necesitan
incluso las máquinas, más aún los seres humanos. El peligro mental generado por el
trabajo excesivo y el estrés producido por el mismo, llevó a la depresión y el agotamiento
de este ser humano. La cosificación de esta trabajadora deja ver como se percibe en
ocasiones a los trabajadores como elementos de producir cosas o cumplir funciones, mas
no, seres humanos con dignidad. No es solo por ley, sino por cuidado de la integridad de la
persona, que no se debe trabajar más de las ocho horas. En conclusión de este punto la
señora Edy fue vista no como un fin, sino como un instrumento de explotación.

5. Cada vez más se va aumentando el prontuario de gravedad en los hechos y argumentos.


La tortura, los tratos crueles e inhumanos se percibieron a través de todos estos días de
infamia. Amenazar a una persona con perder su trabajo es la peor arma para obligar y
forzar a alguien a callar y dejarse subyugar. Aquí se valen de su condición de jefes para
intimidar con crueldad, inhumanamente a la señora. El sofá incómodo y enfermizo, el
poco recurso para comida, las negaciones a sus peticiones, la separación de su familia, la
falta de descanso, la baja remuneración, el no tener en cuenta sus opiniones y derechos
básicos de toda persona, hacen de este caso un verdadero prototipo de anulación de la
persona y crimen laboral. Las personas saben que existen los derechos y que este derecho
a la no tortura ni tratos crueles se consigna en la DDHH artículo 5, y en las leyes
nacionales, pero hacen estratificación de personas y no se les trata como dice el derecho
del artículo 1, con igualdad y libertad, en este caso fue tratada con desigualdad y
constreñimiento.

6. Las personas cuando asumen un cargo, público o privado, deben estar al servicio del bien
común, antes del bien particular y ello se expresa en los deberes frente a la comunidad
que bien lo expresa el artículo 29 de la DDHH, sin embargo actuaron con injusticia,
convirtiendo la administración en una forma de servidumbre y esclavitud, cosa que
condena el artículo 4 de la DDHH. Lo anterior se sustenta en que cavaron con toda forma
de libertad en la señora Edy, su libertad de opinión, de expresión, de disponer de su
tiempo libre, de relacionarse con la familia y la sociedad, la toma de decisiones libre y de
acuerdo al desarrollo de su personalidad y en contra de su voluntad.

Para concluir con esta carta y con base en este caso esperamos que sirva a todo el pueblo
colombiano para una actitud fraterna de trato igualitario y justo en cada una de las relaciones
cotidianas y más aún en las relaciones de trabajo.

Cordialmente:

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