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La Fecundación In Vitro en Costa Rica

En Costa Rica el tema de la Fecundación In Vitro ha sido de los más

controversiales debido a sus implicaciones legales, morales y religiosas dentro

de la población costarricense así como en su sistema jurídico debido al halo de

desconocimiento e ignorancia sobre el tema que pesa en la ciudadanía, la cual

impulsada por preceptos religiosos ha satanizado ésta práctica calificándola

como abortiva o contra el derecho humano de la vida.

En respecto a éste tema se da el hecho de que antes que emitir una opinión

personal o sesgada por los posibles preceptos debe tenerse en cuenta el

hecho de que la Fecundación In Vitro no es un método abortivo o que propicie

el aborto, sino de salud y libertad reproductiva de la mujer, método en el cuál

se seleccionan embriones fecundados de forma artificial con el propósito de

realizar el embarazo inducido.

¿Fue realmente permitida en algún momento la Fecundación In Vitro en Costa

Rica? Realmente sí, mediante “Decreto Ejecutivo No. 24029-S de 3 de febrero

de 1995, emitido por el Ministerio de Salud, el cual autorizaba la práctica de la

fecundación in vitro (FIV) para parejas conyugales y regulaba su ejecución. La

FIV fue practicada en Costa Rica entre 1995 y 2000” (Artavia Murillo y otros

(Fertilización in vitro) Vs. Costa Rica, 2012, CIDH).

La fecundación In Vitro por ende no es un procedimiento nuevo al conocimiento

jurídico y médico costarricense, habiendo sido practicado según queda en la

documentación de la CIDH, sino que se encontraba en vigencia en el momento

que fue dada la Sentencia No. 2000-02306 de 15 de marzo de 2000, la cual

anuló por inconstitucional el Decreto ejecutivo que permitía la Fecundación In


Vitro en el país, cerrando la posibilidad de uso de la técnica de fertilidad a las

parejas casadas que calificaban para ello en necesidad viéndose afectadas en

sus derechos fundamentales.

¿Por qué se dio éste hecho? En muchos sentidos se puede dictaminar que las

bases judiciales costarricenses son antiguas y requieren de reformas con tal de

ser lo suficientemente dinámicas y previsoras a futuro como para adaptarse a

los logros en Derechos Humanos que se van ganando con respecto al tiempo y

las diversas luchas sociales, de manera que así éstos Derechos no se vean

atrasados en su aplicación para con respecto a los habitantes de la nación.

La sentencia constitucional se basó en ése entonces para ese entonces en

interpretaciones ciertamente conservadoras de las normas constitucionales, las

cuáles buscaban si bien conservar el derecho a la Vida y Dignidad Humanas, el

mantener un estado de “paz” con la moral religiosa costarricense aún estuviere

de ésta manera contra las cartas de Derechos Fundamentales firmadas por

Costa Rica en los distintos órganos Internacionales.

Si bien dentro de la corriente costarricense se han intentado implementar

nuevas medidas y legislación que corresponda de forma más correcta a las

cartas de Derechos Fundamentales firmadas por el país, éstas medidas se han

encontrado con trabas en la Asamblea Legislativa así como con críticas por

parte de la Organización Panamericana de la Salud, siendo que algunas se

consideran como peligrosas contra la salud de la mujer que busca la

procreación como queda en constancia en el siguiente párrafo: “La OPS señaló

que “[t]ransferir a una mujer todos los embriones producidos en cada ciclo de

un tratamiento de [FIV], incluso aquellos embriones que tienen defectos, puede


poner en peligro el derecho a la vida de la mujer e incluso ocasionar la

realización de un aborto terapéutico lo que a su vez afecta negativamente el

goce del derecho a la salud y de otros derechos humanos relacionados que

han sido acordados por los Estados de la OPS” (Artavia Murillo y otros

(Fertilización in vitro) Vs. Costa Rica, 2012, CIDH).

En éste sentido, se puede decir que hasta ese momento la Legislación

costarricense se encontraba sin herramientas jurídicas para la admisibilidad de

éste tipo de procedimientos, obligando a las parejas que desearan realizar el

procedimiento a salir del país y tener que costearlo en integridad de manera

privada, coartando con ello el derecho de las parejas a tener un hijo y

asistencia médica por parte del Estado.

Si bien éste hecho cambió tras la promulgación del Decreto Nº 39210-MP-S

“Autorización para la realización de la técnica de reproducción asistida de

Fecundación In Vitro y transferencia embrionaria” promulgado por el Señor

Presidente de la República Luis Guillermo Solís Rivera, así como la Sentencia

del 28 de Noviembre del año 2012 del caso en la CIDH “CASO ARTAVIA

MURILLO Y OTROS (“FECUNDACIÓN IN VITRO”) VS. COSTA RICA”, siendo

el Decreto declarado como suficiente jurídicamente para ese órgano de

Justicia, como una regulación válida para la Fecundación In Vitro y la

preservación del Derecho de Autodeterminación, a la Vida y la Salud

Reproductiva de la Mujer; aunque si bien no sin trabas puesto que se ha

encontrado con trabas en la corriente Constitucional mediante la presentación

de un nuevo Recurso de Inconstitucionalidad denominado como “Acción de

inconstitucionalidad contra el Decreto Nº 39210-MP-S” por parte de un nuevo

grupo de Legisladores los cuáles se achacan en sí mismos la capacidad de


representar a los médicos y otros grupos donde de nuevo hace la aparición la

religión lo cuál como hecho es en sí muy grave debido a los preceptos que

presenta, siendo testigo de esto en el párrafo primero aduciendo que: “Quienes

suscribimos, legisladores de la República, en nuestra condición de diputados y

a solicitud de médicos, bioeticistas, microbiólogos, abogados, sacerdotes,

ciudadanos y ciudadanas en general, quienes son personas titulares de los

intereses difusos y colectivos que abajo se dirán” (Acción de

inconstitucionalidad contra el Decreto Nº 39210-MP-S, Año 2015).

A modo de conclusión y luego del análisis de los documentos respectivos, se

puede decir de forma concreta que en la República, los Derechos

Reproductivos de la Mujer al respecto de temas aparte del Aborto, también son

echados a menos por grupos que se achacan la capacidad de regular sobre el

cuerpo de las demás personas, justificando sus puntos de vista desde la

perspectiva legal obsoleta y mediante el argumento de la religión de por medio

como siempre ha sido testigo el pueblo costarricense de la injerencia de éstos

grupos en los temas de Salud Reproductiva, Sexual y de Género.

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