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Logistica y Supply Chain - Ebook
Logistica y Supply Chain - Ebook
Logística y
supply chain
aplicado a
la cadena
Actividades esenciales
de valor
en nuestro día a día
Su importancia
en la estrategia
empresarial
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ÍNDICE
Cada cadena de suministro es diferente, por lo que la logística debe variar de una otra. Sin embargo,
el objetivo es siempre el mismo: aumentar la productividad (ser capaces de producir más con menos
recursos) y mejorar la satisfacción del cliente.
A pesar de la gran importancia que la logística y el supply chain tienen para empresas y consumidores,
lo cierto es que muchas veces no se les presta la atención que merecen. Pero sin ellas el día a día en las
empresas y el de los consumidores sería muy diferente.
Pensemos por ejemplo en la situación creada a raíz de la crisis del coronavirus y el estado de alarma.
Durante los primeros días miles de ciudadanos se lanzaron a los supermercados a hacer acopio de
todo tipo de productos por miedo a lo que pudiera pasar.
Después hemos podido comprobar que la logística y la cadena de suministro están mucho mejor
preparadas de lo que pensábamos. Durante el confinamiento ningún supermercado ha quedado desa-
bastecido, todos hemos podido comprar lo que necesitábamos. Por su parte, aquellas empresas que
han podido mantener su actividad, también han trabajado con normalidad.
Es en situaciones extraordinarias como esta que hemos vivido hace poco cuando podemos apreciar
la verdadera importancia que tienen el buen funcionamiento de la logística y las cadenas de sumi-
nistros. Sin ellas el confinamiento hubiera sido muy diferente y claramente peor.
Pero a pesar de la importancia que tienen, todavía es común que los términos logística y supply chain
se suelan confundir y no estén demasiado claros. De ahí que el objetivo de este ebook sea ayudar a
clarificar conceptos y poner en valor la importancia de estas actividades.
Logística es el conjunto de procesos que se encargan de planificar, implementar y controlar el flujo eficiente
y eficaz de servicios, información y bienes entre el punto de origen y el de consumo. Asegurando que tanto
la función de transporte como la de almacenamiento contribuyan a cumplir con los requisitos del cliente.
Pero a muchos, esta definición de qué es logística ofrecida por el Council of Supply Chain Management
Professionals (CSCMP) no termina de ayudarles a entender la diferencia entre esta función y la gestión
de la cadena de suministro (SCM).
La logística, por lo tanto, dentro del ámbito de su función, está involucrada en todos los niveles de pla-
nificación y ejecución estratégica, operacional y táctica. Se ha de considerar como una función crítica
para la cadena de suministro, por su carácter integrador y su potencial para conseguir la coordinación
y optimización de todas las actividades propiamente logísticas con otras funciones, entre las que se
incluyen las ventas y el marketing, las finanzas, la fabricación, o incluso la tecnología de la información.
• Gestión de flotas
• Gestión de materiales
• Almacenamiento
• Gestión de inventario
• Cumplimiento de pedidos
Por su parte, el supply chain o gestión de la cadena de suministro engloba, además de la logística, otras
funciones como:
• Abastecimiento
• Producción
• Desarrollo de producto
• Servicio al cliente
Por su parte, la logística es una parte del supply chain que permite entregar los productos al cliente
en los términos acordados.
Si preguntamos a la gente por el nombre de empresas logísticas, difícilmente obtendremos una respuesta
concreta. Todo lo contrario ocurre si indagamos sobre las marcas mejor posicionadas en cada sector co-
mercial, es decir, aquellas con las que interactuamos habitualmente, tanto si somos clientes de ellas como
si no lo somos.
¿Por qué ocurre tal cosa? ¿Qué sucede en los mercados para que este tipo de empresas sean tan poco
visibles e incluso mínimamente reconocidas?
La respuesta es sencilla, las empresas logísticas no suelen estar a la vista de todos los consumidores.
Actúan, en realidad, como intermediarias entre estos y las empresas productoras, que son las que sí se
esfuerzan por figurar y perdurar en la mente de quienes les compran.
Eso no quiere decir que sean protagonistas secundarias de los procesos comerciales en general. Todo
lo contrario, su labor es tan importante (o en ocasiones más) que la de aquellas que comercializan
directamente los productos y servicios.
Este tipo de compañías persiguen dos objetivos esenciales: optimizar el flujo de material constante a
través de redes de agentes y coordinar los recursos necesarios para que se haga efectiva la entrega
de los productos a los clientes.
Podemos, sin embargo, plantearlo de otra manera. Según algunos especialistas en este tipo de actividad,
las empresas logísticas llevan a cabo tres procesos básicos, que se pueden resumir de la siguiente manera:
1. Proceso de abastecimiento
Se refiere a la gestión de los materiales primarios —también llamadas materias primas— entre los
puntos de adquisición, cultivo o extracción y las plantas en las que se procesan y se reconvierten para
generar nuevos productos.
2. Proceso de producción
En este caso, las empresas logísticas se ocupan de proveer y suministrar todos los recursos necesarios
para el funcionamiento de las plantas de producción.
Se trata de cubrir la demanda relacionada con la gestión eficaz de materiales, productos o servicios
desde su lugar de fabricación, concepción y producción hasta los puntos de consumo, es decir, las
tiendas o lugares en que los clientes las adquieren en función de una necesidad.
De lo que hemos ido viendo hasta ahora se deduce que tanto la gestión de la cadena de suministro como
las operaciones logísticas tienen una influencia directa en los procesos productivos y de comercialización
de bienes y servicios.
Vamos a analizar con algo más de detalle cómo influyen en ciertos procesos.
Estos tres objetivos se logran, en ese mismo orden, implementando acciones orientadas a la planificación,
la gestión financiera y de costes y la monitorización o seguimiento.
Ahora bien, el reto consiste no tanto en alcanzar estas tres metas sino en saber integrarlas para darle vida
a un sistema de control de producción.
Antes de implementar un sistema de estas características, lo primero que debes saber es que existen tres
niveles básicos: la programación, la planificación de suministradores o departamentos y la emisión de
las órdenes de trabajo. A partir de ahí, los pasos que debe seguir toda empresa se resumen así:
1. Mantener un flujo de rendimiento continuo y óptimo. Para empezar, hay que asegurarse de que
los materiales de producción y los productos accesorios circulan de manera constante a lo largo de
toda la cadena de producción. No debe haber lugar para el desabastecimiento en ninguna etapa.
2. Asegurarse de que apenas haya cambios en la cadena productiva de un día con respecto a la
de los siguientes. El objetivo es encontrar la unidad en la producción, que a su vez es una seña de
identidad de las marcas.
3. La planificación debe ser la base del sistema de control de producción, pues gracias a ella se logra
una medición exacta de las tareas, así como una asignación oportuna de las tareas del proceso. Debe
existir una máxima dependencia entre la línea y el equipo de trabajo y, además, no es necesaria la
planificación de labores individuales.
4. Las instrucciones a los equipos de trabajo sólo deben explicarse al inicio del proceso. A partir de
ese momento, la repetición diaria y el hábito se encargarán de que puedan recordarlas sin dificultad.
Esto evitará, además, la inversión permanente de tiempo en lecciones especializadas.
De todo esto se desprende que para conseguir una producción lo más eficiente posible el proceso debe estar
totalmente depurado. Debe haber materias primas de sobra y cada uno de los participantes en el proceso
productivo debe saber qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Para que esto sea posible, es fundamen-
tal contar con una buena gestión de la cadena de suministro y un proceso logístico eficiente.
Logística de almacenamiento
Si el proceso de producción es importante, el almacenamiento de los productos elaborados e incluso de las
materias primas no lo es menos. De él depende que la empresa pueda servir sus pedidos a tiempo y que los
bienes lleguen al consumidor en perfecto estado.
El proceso de almacenamiento es tan importante dentro de la cadena de suministro que han surgido
diferentes tipos de logística de almacenamiento para atender a productos de diferente tipo en
función de en qué fase el proceso de producción se ubiquen. Son los siguientes:
Almacenamiento de accesorios
En este caso se trata de productos que complementan la producción o sirven de material auxiliar. No
demandan una logística de almacenamiento especialmente compleja y basta con destinar un lugar
adaptado para su estancia.
Almacenamiento de refacciones
Las refacciones son los artículos destinados a corregir o reparar las unidades que ya han están en manos
de los consumidores, y por ello corresponden a la etapa de postventa. Si bien las incidencias de este tipo
son mínimas si se las compara con las ventas totales, las empresas siempre deben disponer de material
en este almacén para satisfacer peticiones y necesidades de último momento.
Esto que parece tan habitual y tan sencillo es posible gracias a que detrás existe un complejo proceso
de gestión de la cadena de suministro y de logística. Es necesario encadenar diferentes tareas para
conseguir que los bienes puedan estar a disposición de los consumidores.
Esto nos lleva a hablar del concepto de stock mínimo, que hace referencia a las unidades disponibles
que tiene una empresa en su almacén y que potencialmente se pueden entregar a los clientes que así lo
soliciten en el plazo más breve posible.
En este caso, si la venta se realiza dentro de lo previsto, la demanda estará cubierta. El stock mínimo
(85 pantalones) se encuentra por encima del número de clientes a los que esperan atender ese fin de
semana los responsables de la tienda.
El stock mínimo es, por tanto, el valor que permite que las empresas sigan atendiendo la demanda
del público en momentos concretos, incluso durante aquellos en que la propia demanda aumenta y
las unidades se modifican.
Lo ideal es mantener el número de unidades dentro de ciertos límites y asegurarse de que las unidades
nunca sean inferiores a la demanda. Para ello, también es esencial realizar los nuevos pedidos antes de
que se alcance el stock mínimo.
Sin embargo, esta idea no sólo es utópica desde el punto de vista práctico, sino también poco rentable si
nos atenemos a algunos factores.
Para empezar, el almacenaje de una gran cantidad de mercancía supone altos costes en cuestiones
como iluminación, alquiler de espacios, mantenimiento de la mercancía y personal encargado de la
vigilancia o la gestión y el control del inventario.
Estos costes de almacenaje serán todavía mayores si el volumen de ventas de la marca no es demasiado alto.
No obstante, vale la pena dejar claro que existen momentos en que sí es conveniente mantener un stock
máximo antes que un stock mínimo. Hablamos, por ejemplo, de las épocas de rebajas o las fechas espe-
ciales, cuando es claro que habrá un alto volumen de ventas y el almacén debe responder a la demanda.
Sea como sea, el stock mínimo es un valor que nos sirve de referencia para calcular el número de ventas
y que además debe tener en cuenta los plazos y los ciclos habituales de la demanda en determinadas
circunstancias.
Calcular bien el stock mínimo es imprescindible para que la actividad productiva o de venta pueda
seguir en marcha, pero no hay que olvidar que aquí las empresas cuentan con un importante aliado:
la logística.
A mayor eficacia de los servicios logísticos menor relevancia tiene el stock mínimo, ya que en caso de
agotarse se puede reponer rápidamente. Por tanto, la logística se posiciona como una actividad esencial
no solo para la producción sino también para el abastecimiento.
Todo esto que hemos repasado a través de este ebook nos demuestra que una buena gestión de la ca-
dena de suministro, y contar con una buena logística, es a día de hoy esencial para que empresas de
todo tipo puedan desarrollar su actividad de la forma más eficiente posible. Sin estos factores tanto
las empresas como los consumidores estaríamos en graves apuros y no podríamos satisfacer nuestras
necesidades de bienes y productos.
Por eso, no es de extrañar que la demanda de buenos especialistas en supply chain y logística haya creci-
do en los últimos años y que su peso en las áreas clave de las empresas haya crecido. Sin lugar a dudas,
este es un sector con muchas posibilidades de desarrollo.
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