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FACULTAD DE INGENIERÍA
Santiago - Chile
Departamento 2021
de Ingeniería
Geográfica
ii
© Ahumada Echeverría, Rodrigo Alonso
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0.
RESUMEN
En la hipótesis, se plantea que, la estimación de un nuevo modelo, que considere variables que
caracterizan las diferencias de género, permitirá realizar un diagnóstico de las dimensiones que
generan desigualdades entre ambos géneros.
Se espera que el modelo obtenido, permita aportar en el análisis de las amenazas actuales y
futuras de las mujeres respecto a la pobreza, dimensionando los factores que influyen en la
pobreza femenina.
i
ABSTRACT
Multidimensional poverty provides a good approximation of how society behaves about various
socio-economic variables. Actually, there is no gender perspective in the calculation of
multidimensional poverty, in the methodology currently used in Chile, which makes the
existing inequalities between both genders invisible. The methodology used corresponds to that
of Alkire-Foster, which defines poverty not only as an income problem, but rather as a set of
socio-economic variables, which can determine, who and how they are poor, associated to it, the
place where they are located.
In the hypothesis, it is proposed that the estimation of a new model, which considers variables
that characterize gender differences, will allow a diagnosis of the dimensions that generate
inequalities between both genders.
It is hoped that the model obtained will make it possible to contribute to the analysis of women’s
current and future threats to poverty by measuring the factors that influence female poverty.
ii
DEDICATORIA
A mi madre Iris y mi padre Mario, pilares fundamentales en mi vida, siempre buscando lo mejor
para mí, sin ellos no sería lo que soy hoy, esto también es logro de ustedes.
A mi hermano menor Juan Pablo quien me enseñó que a pesar de todas las dificultades e
injusticias que se nos presenten, se puede salir adelante. A mi hermano mayor Mario que me
traía del colegio y me cuidaba cuando solo tenía 12 años, son cosas que siempre voy a valorar.
Por último, quiero dedicar este trabajo a mi abuela Rosa y mi segunda madre, siempre estaré
agradecido de todo lo que me entregaste, siempre preguntándome como me iba en la
universidad antes que todo, sé que estarías muy orgullosa de mí. Te amo abuela, me hiciste
muy feliz.
Quiero dedicar este trabajo de título a mi familia, en especial a mi abuelo y mi tía Paulita que
siempre confiaron en mí y me alentaron a terminar esta carrera universitaria, sé que estarían
muy orgullosos de mí.
También dedicar y agradecer de todo corazón a mi mamá por ser un pilar fundamental en mi
vida, apoyarme en todo momento y demostrarme que es posible avanzar sobrepasando
cualquier adversidad. Sin ti no habría logrado esto.
A mis hermanos, que son lo más importante en mi vida, gracias por estar conmigo en todo
momento y darme su apoyo incondicional para terminar este proceso.
Finalmente dedicar este trabajo de título a todas las mujeres que han visto vulnerados sus
derechos en este sistema desigual, ojalá algún día exista mayor equidad, para que podamos
desarrollarnos con plenitud en igualdad de condiciones.
iii
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN…………………………………………………………………………………………………. i
ABSTRACT………………………………………………………………………………………………... ii
DEDICATORIA............................................................................................................................. iii
INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................... 1
1.3 HIPÓTESIS................................................................................................................... 4
iv
2.5.1 CÁLCULO DE LOS ÍNDICES DE POBREZA MULTIDIMENSIONAL......................14
CAPÍTULO 3. METODOLOGíA.................................................................................................. 34
v
3.1.5 CALCULAR LA INCIDENCIA, INTENSIDAD Y LA MEDIDA M0.............................38
CONCLUSIONES........................................................................................................................ 76
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................................... 79
ANEXO…………………………………………………………………………………………………… 84
vi
ÍNDICE DE TABLAS
vii
ÍNDICE DE FIGURAS
viii
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo investigativo busca contribuir en los avances respecto a la igualdad entre
hombres y mujeres, los cuales pueden ejecutarse mediante el desarrollo de políticas públicas
que garanticen el bienestar de todas las personas por igual. Si bien hoy en día son múltiples las
demandas levantadas por la ciudadanía en torno a las desigualdades de género, no existe un
consenso de como poder plantear soluciones eficaces, por lo que es necesario abordar dichas
problemáticas, a través de diversos estudios que generen información, que sirvan como insumo
para la evaluación de políticas de desarrollo social incorporando la perspectiva de género.
El modelo propuesto pretende visibilizar las desigualdades de género, como también evidenciar
las diferentes situaciones de vulnerabilidad a la que están expuestas las mujeres, con el fin de
ampliar el espectro de la medición de pobreza multidimensional de la encuesta CASEN 2017, la
cual considera cinco dimensiones que permiten identificar a las personas pobres
multidimensionalmente.
1
CAPÍTULO 1. ANTECEDENTES GENERALES
Uno de los objetivos del desarrollo sostenible a nivel mundial (2) incluye la eliminación de la
pobreza en todas sus formas y en todo el mundo para el año 2030. Este objetivo indica que la
pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos que garanticen los medios de vida
sostenibles, sino que se encuentran enmarcados como un problema de derechos humanos.
“la pobreza no es sólo una cuestión de ingresos y para medirla, es necesario tomar en cuenta
otras variables” (3).
Durante los últimos años en América Latina y el Caribe, se han reducido considerablemente los
índices de pobreza multidimensional. Sin embargo, estos logros no se han desarrollado de
manera uniforme, siendo desiguales en territorio y género, manteniendo a las mujeres como
uno de los grupos más afectados (7) . Las mujeres en América Latina y el Caribe se enfrentan a
mayores niveles de pobreza debido a factores de tiempo y acceso a los mercados laborales; en
la región un 49% de mujeres participan en el mercado laboral, mientras que los hombres lo
hacen en un 76%. Sumado a lo anterior, las mujeres dedican 3 veces más de tiempo, en
promedio, que los hombres al trabajo no remunerado (7).
Al no existir perspectiva de género en los datos utilizados por el Ministerio de Desarrollo Social,
a través de la encuesta de caracterización socioeconómica CASEN 2017 y en la metodología
actual del cálculo multidimensional de la pobreza, no es posible obtener una visión completa de
2
cómo se comporta dicha pobreza en torno al género, ni la distribución espacial de esta, puesto
que actualmente no se dimensionan las desigualdades que sufren las mujeres y que influyen
directamente en las brechas existentes en la pobreza multidimensional. Es fundamental
reconocer dichas diferencias aplicando una nueva metodología con perspectiva de género,
considerando la importancia del trabajo reproductivo y de cuidados dentro de la sociedad.
En la actualidad, los países están cada vez más interesados en la estimación de la pobreza
multidimensional debido a un creciente consenso respecto de las limitaciones de las medidas
monetarias como único indicador. En América Latina, paulatinamente se comenzaron a
implementar metodologías de cálculo de pobreza multidimensional, basadas en el método de
Alkire y Foster. Hoy en día hay más de 14 países con índices de pobreza multidimensional
(IPM) nacionales, siendo México el primer país en estimar una pobreza multidimensional a nivel
nacional en el año 2010 (8).
En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas, creó ONU Mujeres, la Entidad
de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres. Dicho
acontecimiento, marca un hito histórico en los avances respecto al género, revelando a los
países miembros de las Naciones Unidas, la importancia que tienen dichas temáticas en su
desarrollo.
En septiembre del año 2015, se aprobó la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, en donde,
la desigualdad de género se manifiesta en todas y cada una de las dimensiones del desarrollo
sostenible, por lo que, como medida de actuación clave, se propone la mejora de los datos, las
estadísticas y los análisis de género, para llevar a cabo un seguimiento eficaz de los avances
de las mujeres y las niñas en todos los objetivos propuestos (9).
En el marco del Informe de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, se decidió
profundizar en las dimensiones que constituyen las privaciones ocultas de las mujeres y sus
impactos en la reproducción de los ciclos de la pobreza (10).
En diciembre de 2014, el Gobierno de Chile dio a conocer una nueva metodología para la
medición de pobreza multidimensional basada en la metodología de Alkire y Foster, generado
por la Iniciativa para la Pobreza y el Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (11), luego
en el año 2015, el método sufrió algunas modificaciones. El modelo final contiene las siguientes
dimensiones: Educación, Salud, Trabajo y Seguridad Social, Vivienda y Entorno, Redes y
Cohesión Social. No obstante, la pobreza por ingresos y la pobreza multidimensional se
calculan por separado, por lo que su análisis es diferenciado.
3
En el año 2016, se crea el Ministerio de la Mujer, con el objetivo de reconocer las desigualdades
existentes entre hombres y mujeres. Dicho ministerio es el encargado de diseñar, coordinar y
evaluar las políticas, planes y programas para promover la equidad de género y eliminar en
todas sus formas la discriminación en contra de las mujeres. Si bien se han realizado algunos
estudios en torno al género y se ha incluido a la pobreza (12)(13), estos utilizan la medición de
pobreza multidimensional antes mencionada, la cual no considera las diferencias de género
dentro de su metodología, por lo que no se logra caracterizar y evidenciar dichas diferencias
dentro de la medición.
1.3 HIPÓTESIS
4
CAPÍTULO 2. MARCO TEÓRICO
Refleja los aspectos relevantes de la pobreza para complementar la medida de ingreso, como el
acceso a la salud, educación, calidad de la vivienda, entre otros. Estos aspectos, deben reflejar
5
los distintos planes nacionales de desarrollo, los ODS y prioridades políticas, si se desea utilizar
como medida de apoyo para implementar políticas públicas (20).
Existen múltiples relaciones desiguales de poder entre los hombres y las mujeres que impiden
que las mujeres accedan en igualdad de condiciones con los hombres a recursos sociales,
económicos, políticos y culturales. Dichas desigualdades se sustentan en una estructura de
desvalorización de las mujeres que opera en múltiples ámbitos, ya sea en lo simbólico, como
también en lo económico, político, intelectual y social, y en consecuencia en todas las formas de
relaciones en que una mujer se vincula o es vinculada a la sociedad. Estas desigualdades se
evidencian en las prácticas cotidianas de la sociedad, que consideran culturalmente válidas las
descalificaciones y desvalorizaciones que afectan a las mujeres, así como también, su
asignación a posiciones y funciones relegadas a una segunda categoría (21).
La violencia dirigida hacia las mujeres basa su existencia en “las relaciones históricamente
desiguales de poder entre hombres y mujeres”, referida en el preámbulo de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como
Convención de Belém do Pará de 1994 (22), en donde, la definición de las posiciones sociales
entre los géneros y las relaciones entre ellos, se basan en una jerarquía predominante, en la
cual, se coloca a las mujeres en una posición de inferioridad, exclusión o subordinación.
La violencia contra la mujer puede ser ejercida en diferentes ámbitos, ya sea en el ámbito
familiar y otras relaciones interpersonales, la que ocurre en comunidad, perpetrada por
cualquier persona, y la que es perpetrada y tolerada por el estado y sus agentes (21).
Dicha violencia contra las mujeres atenta directamente contra la integridad física y vida de ellas,
además se manifiesta de diferentes maneras, tales como, los abusos sexuales, acoso sexual,
violaciones, feminicidios, entre otros. Sin embargo, también atenta contra la libertad y
autonomía de ellas, lo que se ve reflejada en las diferentes discriminaciones sufridas en los
diferentes ámbitos antes mencionados (21).
Las diferentes formas de exclusión social experimentadas por las mujeres, a partir de las
diferentes formas de violencia que les son ejercidas, generan que estas carezcan de autonomía
para decidir y actuar. Dichas carencias, son un limitante fundamental para alcanzar la
autonomía económica, invertir en las propias capacidades y aprovechar al máximo las
oportunidades (21), por lo que es evidente que existe una relación entre la violencia de género y
la pobreza, las cuales son la expresión, en las personas y los territorios, de la desigualdad, la
injusticia social y económica, unidas a la violencia directa de los agentes del Estado o al
6
abandono de estos, en donde la presencia de la institucionalidad no llega o es casi inexistente
(21).
El concepto de feminización de la pobreza hace referencia al hecho de que las mujeres son
mayormente afectadas por la pobreza, en comparación a los hombres, debido a las diferentes
realidades experimentadas por ellas. Esto a partir, no solo de las desigualdades educacionales
y laborales, que por años han sido un tema importante dentro del movimiento feminista,
movimiento que lucha por la realización efectiva del principio de igualdad de derechos de la
mujer y el hombre (23), sino también, por las diferentes situaciones de vulnerabilidad a las que
están expuestas exclusivamente las mujeres, ya sea, por la maternidad, la sobrecarga en las
labores no remuneradas, el ser jefas de hogar, nacionalidad, localidad en donde vive, entre
otras. Por ende, el factor “género” incide directamente en la pobreza y aumenta la probabilidad
de padecerla (4).
Relacionar los conceptos de género y pobreza ha sido relevante para observar las
desigualdades entre hombres y mujeres en los espacios públicos y privados que agudizan la
situación de pobreza, por lo que ambos conceptos permiten analizar la causa, dinámica y
características de la pobreza femenina (19).
7
Por ende, la autonomía económica (contar con ingresos propios que permitan satisfacer las
necesidades), y la violencia de género en todas sus facetas, constituye otra dimensión para
visualizar la forma, en que, la pobreza afecta a hombres y mujeres de manera diferenciada (4).
La consideración del tiempo dentro del cálculo de la pobreza es fundamental para evidenciar
ciertas carencias ocultas en torno a la utilización del tiempo. Es posible evidenciar grandes
privaciones en los diferentes aspectos del bienestar, debido a que, el tiempo está relacionado
directamente con las libertades que pueden tener las personas (25).
La falta de tiempo para satisfacer las necesidades básicas ya sea en higiene, alimentación o
ejercicios físicos, como también, las horas de sueño, pueden afectar gravemente la salud
humana e incluso aumentar la probabilidad de muerte prematura (25).
“La economía feminista considera al trabajo de cuidado no remunerado como una dimensión
crucial del bienestar para quienes se benefician de la atención recibida, pero también como un
costo para quienes brindan los cuidados, en su mayoría, mujeres” (25).
Dichos costos se pueden evidenciar en las oportunidades de empleo perdidas, los costos en
términos de energía y salud, los ingresos, derechos a la seguridad social y la libertad de
disfrutar el tiempo en lo que se desee, los cuales constituyen factores claves de la desigualdad
de género existente y que se evidencia en las encuestas de uso de tiempo realizadas en el
último tiempo en donde se pueden evidenciar como las personas utilizan el tiempo junto con la
división sexual existente entre el trabajo remunerado y no remunerado que se realizan dentro
del hogar.
Además, existen las actividades básicas que requieren tiempo, tales como, cocinar, limpiar,
pagar cuentas, ir de compras, entre otras. Dichas actividades están consideradas como
Producción Doméstica, y que si bien, no son consideradas dentro del trabajo productivo, son
8
necesarias para convertir el dinero en consumo y así satisfacer las necesidades básicas de los
seres humanos. (25).
Los hogares requieren utilizar cierta cantidad de tiempo en actividades remuneradas, con el fin
de obtener los ingresos necesarios para cubrir las necesidades básicas, esto a través del
cambio de las horas de trabajo por un salario o recompensa. Si bien un hogar puede no ser
considerado pobre según su ingreso, puede que exista una persona perteneciente al hogar, que
tenga una pobreza grave respecto al tiempo (25).
En la Figura 2 .1 se puede apreciar la división del trabajo por género, en donde, se les asigna
principalmente a las mujeres el trabajo del hogar y de cuidados, como también, el de servicios,
lo cual es una limitante para acceder a recursos materiales y sociales (acceso a tener mayores
vínculos sociales, educación y conocimiento cultural, entre otros). De los datos obtenidos en
base a la Encuesta Nacional de Empleo en el periodo Octubre-Diciembre 2019 se tiene que del
total de personas dedicadas al servicio doméstico en Chile, un 97,6% corresponde a mujeres, lo
que se contrapone con la categoría empleador(a), donde solo alcanzan el 26,4% de
representación (26).
9
Figura 2.1: División de trabajo por género en Chile
a)
Las tareas vinculadas a empleos que tradicionalmente son ocupados por hombres y las que
tradicionalmente son ocupados por mujeres, condicionan el ingreso de ambos a los puestos de
trabajo. Es así como, se observa que el 94,9% de las personas en la ocupación de “operadores
e instalaciones" son hombres, en contraste con el 5,1% al que llegan las mujeres. En
contraparte, se pesquisa que hay una mayor presencia femenina (57,5%) en labores vinculadas
a servicios, ventas y comercio (26).
10
Figura 2.2: Tipo de trabajo por género en Chile
b)
Otro factor para considerar hace referencia a la generación de activos, ya que las tasas de
desocupación e inactividad son más elevadas en el caso de mujeres, lo cual, genera una
carencia de ingresos en ellas.
11
Figura 2.3: Generación de activos por género en Chile
c)
También se debe considerar las remuneraciones recibidas, ya que las mujeres reciben un
ingreso laboral promedio inferior al de los hombres, evidenciando una clara discriminación hacia
las mujeres, considerando que estas poseen trabajos más precarios, con ingresos menores o
bien un buen puesto de trabajo, pero con remuneraciones menores a las que recibe un hombre
(26).
Según los datos, relacionados con el dinero que perciben las mujeres por concepto de la
ocupación principal, disponibles en la Encuesta Suplementaria de Ingresos del año 2019, que
se aplica anualmente junto al cuestionario de la Encuesta Nacional de Empleo, se puede
observar que prácticamente 3 de cada 4 mujeres con trabajo remunerado obtienen menos de
$550.000 líquidos al mes. Y tan solo un 9,1% percibe más de $1 millón. De acuerdo con los
datos, el 50% de las trabajadoras obtiene $343.234 o menos (26)(27).
12
1.1.8 GÉNERO Y TERRITORIO
Los primeros informes que relacionaron la pobreza y el género surgieron en el Decenio de las
Naciones Unidas para la Mujer (1975-1985). Estos aportaron en cuatro ejes principales. El
primer eje destacó la importancia del papel productivo y el bienestar material de la mujer, dando
a conocer su desempeño en el desarrollo. El segundo aporte fue que se revelaron las
dificultades en la obtención de datos estadísticos a nivel macroeconómico desagregados por
género, lo que invisibilizaba la situación por género. En tercer lugar, se reconoció la pluralidad y
diferenciación dentro de los hogares, lo que cambió la manera de pensar en esa época, se
entendió que enfocarse en el desarrollo de proyectos enfocados en un jefe de hogar masculino,
no necesariamente significaba un beneficio para la mujer y los(as) hijos(as). Finalmente, el
trabajo de la mujer en el hogar tuvo un reconocimiento social dentro del desarrollo económico,
lo que derivó en un incremento de los análisis de pobreza con enfoque multidimensional (29).
Adicionalmente, las crisis económicas ocurridas en los años ochenta y las políticas económicas
impulsadas por el Gobierno de turno en Estados Unidos, tuvieron altos costos sociales para la
población. Estos efectos negativos, fueron estudiados por distintas organizaciones e
instituciones, que derivaron en el reconocimiento por parte de los gobiernos y organismos
13
financieros, y se llegó a la conclusión que la pobreza estaba aumentando en grupos
determinados (31).
En los años noventa, se generaron distintos cuestionamientos con respecto a una posible
relación directa entre la pobreza y los hogares de jefatura femenina, lo que incentivó a realizar
distintas investigaciones que planteaban interrogantes como: ¿son las mujeres más pobres que
los hombres?, ¿es la jefatura femenina un concepto adecuado para analizar la pobreza?, ¿es el
enfoque monetario una alternativa apropiada para medir la pobreza femenina?, ¿el incremento
de hogares con jefatura femenina aumenta la pobreza? (29)(32)(4).
En este contexto, la pobreza femenina se instaló como uno de los ejes más relevantes de
acción en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU, en 1995. En dicha
conferencia, se determinó la importancia de generar nuevos métodos teóricos y metodológicos
para abordar la perspectiva de género en la formulación de políticas públicas. De la misma
manera, se ordenó analizar la relación entre el trabajo no remunerado y su incidencia en la
vulnerabilidad de las mujeres a estar en situación de pobreza (33).
Los hogares con jefatura femenina se transformaron en la unidad de análisis principal a la hora
de abordar el eje temático de la pobreza femenina, ya que ambos se relacionaban
estrechamente, y que derivó en un aumento en el número de investigaciones que tomaban este
grupo como el pilar de los estudios. Actualmente, es necesario distinguir que la incorporación de
una categoría de género, el centro de interés ha cambiado, desde el estudio de las mujeres
hacia las relaciones de género, en donde las mujeres suelen ser, “un grupo subordinado en la
división de recursos y responsabilidades, atributos y capacidades, poder y privilegio” (34).
Con este panorama, se ha señalado durante los últimos años, que los enfoques para definir la
pobreza, como el monetario, poseen muchas limitaciones a la hora de visualizar las
desigualdades percibidas por los distintos grupos sociales, haciendo imperioso el uso de un
enfoque multidimensional en el análisis de la pobreza. En conjunto, los conceptos de pobreza y
género permiten analizar las causas, dinámicas y características de la pobreza femenina (19).
Si bien, existe bastante literatura sobre la pobreza y género, esta consiste principalmente en
información de carácter cualitativo, por lo que hay un déficit en cuanto a la información
cuantitativa, y que recién en los últimos años, ha presentado un avance significativo (19). A
continuación, se presentan varios casos correspondientes a investigaciones realizadas en
América Latina.
14
probabilidad de pobreza y que normalmente quedan invisibilizadas cuando se analiza un hogar
de forma general (19).
La metodología propuesta por Sabina Alkire y James Foster (1) consiste en un método de
identificación y medición de la pobreza. La metodología cuenta con dos procesos claves, el de
identificación y agregación. En el proceso de identificación, se utilizan dos tipos de línea de
corte, la primera, corresponde a la línea de corte dentro de cada dimensión, para determinar, si
una persona sufre privaciones en dicha dimensión, y la segunda, corresponde a la línea de
15
corte entre las dimensiones, la cual permite identificar a los pobres, contando la cantidad de
dimensiones, en las cuales una persona sufre privaciones. Para poder estimar la medición de la
pobreza multidimensional, se utiliza el paso de agregación, en el cual, se combinan los datos
obtenidos en un indicador general de pobreza multidimensional, llamado, tasa de recuento
ajustada.
16
indicadores. En su análisis permite la desagregación por subgrupos, como también, el
desglose dimensional visualizando la composición de la pobreza multidimensional.
A. Seleccionar el objetivo
El diseño de un IPM nacional, debe ser guiado por el objetivo de la medida, teniendo en mente
el contexto específico de cada país. La mayoría de los países ha diseñado y calculado medidas
para monitorear la pobreza, coordinar políticas públicas y complementar la medida con los
ingresos. Sin embargo, existen otros usos como, el seguimiento de indicadores ambientales, el
bienestar de grupos vulnerables o diversos indicadores relacionados con la libertad.
El llamado "espacio" de una medida, se refiere a la forma en que se mide la pobreza. Podría
pensarse en el espacio de recursos, de insumos, de acceso a los servicios, de productos o el
espacio de funcionamientos y capacidades. Este último se basa en lo propuesto por Sen (36),
en donde describe los funcionamientos como, los seres y obras que las personas valoran y
tienen razón de valorar (como estar sano), y las capacidades como las libertades para lograr
funcionamientos valiosos.
La "unidad de identificación", se refiere al nivel en que se miden las privaciones, mientras que la
"unidad de análisis", se refiere a la forma en que se informan y analizan los resultados. Las
unidades de identificación y análisis pueden ser una persona, un hogar, una región o una
institución. Pueden ser las mismas, o ser diferentes. Generalmente se utiliza el hogar como
unidad de identificación y a las personas como unidad de análisis, con el fin de poder diferenciar
la pobreza de las personas que componen el hogar.
Los indicadores son los componentes fundamentales del IPM; deben captar privaciones en
funciones que definan la pobreza, según el objetivo de la medida. Las dimensiones son
agrupaciones conceptuales de indicadores que se utilizan para comunicar la medida definitiva.
17
argumentos teóricos, objetivos de los planes nacionales de desarrollo, procesos participativos
de deliberación y consultas públicas, y ejemplos internacionales o regionales.
Sin embargo, los indicadores dependerán de la encuesta que se utilizará, por lo que, en primer
lugar, se genera una lista de los posibles indicadores a utilizar, para su posterior análisis y
elección.
Los indicadores pueden captar cuatro aspectos distintos del concepto de capacidad: 1. los
indicadores pueden ser diseñados para recopilar información relacionada con los recursos que
posee una persona (como tener una bicicleta), 2. los indicadores pueden captar capacidades
que se relacionan con la capacidad de hacer algo (como saber montar una bicicleta), 3. los
indicadores pueden referirse a una acción (montar una bicicleta), o bien 4. los indicadores
pueden referirse a la utilidad asociada con una acción (sentirse contento de poder montar la
bicicleta) (37).
Las características de los indicadores también son parte del proceso de selección de estos.
Atkinson y Marlier (38) sugieren cinco criterios para la selección de indicadores de medida de la
pobreza y la exclusión social: 1. consideraciones normativas, 2. validación estadística, 3.
comparabilidad en distintos contextos, 4. la posibilidad de revisión para mejorar las mediciones
a lo largo del tiempo, y 5. la eliminación de una gran carga para los países.
Los cortes de privación se refieren al nivel mínimo de logro que un hogar o persona debe haber
alcanzado, para ser considerado como no carenciado en cada indicador; por ejemplo, el corte
de privación de años de escolarización podría ser de seis años, de modo que, una persona sea
considerada carenciada si no ha completado al menos seis años de escolarización.
Es un ejercicio normativo que se puede guiar con normas internacionales o nacionales (ODS o
legislación nacional), por los resultados de ejercicios participativos o consultivos, o por los
objetivos incluidos en los planes nacionales de desarrollo.
Si la unidad de identificación es el hogar, los cortes de privación tienen que definirse mediante
la combinación de información acerca de distintas personas dentro del hogar (20).
Las ponderaciones se refieren al valor que se otorga a los indicadores (y por asociación, a las
dimensiones) en el IPM. La selección de la estructura de ponderaciones de una medida puede
justificarse mediante argumentos normativos, pero las pruebas empíricas de robustez son
igualmente esenciales. Los argumentos normativos están relacionados con la importancia
relativa que se otorga a cada indicador de la medida. Los argumentos empíricos están
18
asociados con distintas técnicas estadísticas. Ambos tipos de argumentos se complementan, ya
que ninguno es completo por sí solo.
La mayoría de los IPM utilizan ponderaciones iguales para cada indicador y dimensión, a menos
que haya razones particulares.
No existe una regla universal para definir el corte de pobreza. Por lo general, el corte de
pobreza refleja la estructura de ponderación del índice; por ejemplo, si hay tres dimensiones,
sería natural explorar cortes del 33% y del 34%, que supone privaciones en al menos una
dimensión o privaciones en más de una dimensión, o el equivalente de indicadores ponderados.
El último paso es la etapa de agregación, haciendo uso de los perfiles individuales de privación
a nivel agregado mediante el cálculo de la incidencia, la intensidad y el IPM. Hay que destacar
que los 7 primeros pasos son parte de la identificación de las personas pobres, por lo que, se
debe reflejar con claridad lo que significa la pobreza.
19
2.6 ÁREA DE ESTUDIO
El área de estudio está compuesta por las comunas de Santiago, Cerrillos, Cerro Navia,
Conchalí, El Bosque, Estación Central, Huechuraba, Independencia, La Cisterna, La Florida, La
Granja, La Pintana, La Reina, Las Condes, Lo Barnechea, Lo Espejo, Lo Prado, Macul, Maipú,
Ñuñoa, Pedro Aguirre Cerda, Peñalolén, Providencia, Pudahuel, Quilicura, Quinta Normal,
Recoleta, Renca, San Joaquín, San Ramón, Vitacura, Puente Alto y San Bernardo. Todas
pertenecen a la provincia de Santiago, a excepción de Puente Alto y San Bernardo, que
pertenecen a las provincias de Cordillera y Maipo respectivamente.
Según la Figura 2 .5, existen cinco comunas en el Gran Santiago que poseen más de 300.000
habitantes, estas son San Bernardo, La Florida, Maipú, Santiago y Puente Alto, siendo estás
tres últimas, las comunas que poseen la mayor cantidad de habitantes en el país con más de
20
400.000 personas. Por otro lado, existen 15 comunas que poseen menos de 100.000
habitantes, siendo el tramo que representa la mayor cantidad de comunas del Gran Santiago.
Fuente: Elaboración propia con datos extraídos del CENSO 2017 (40)
Según la encuesta CASEN 2017, existen un total de 610.551 mujeres en estado de pobreza
multidimensional, mientras que hay 580.474 hombres que poseen pobreza multidimensional, lo
que se traduce en un porcentaje de mujeres pobres dentro del total de habitantes del Gran
Santiago igual a 9,65% aproximadamente, y el de hombres corresponde a 9,17%
aproximadamente.
21
Figura 2.6: Pobreza multidimensional por comuna en el Gran Santiago
Fuente: Elaboración propia con datos extraídos de la encuesta CASEN 2017 (41)
22
Figura 2.7: Mujeres en situación de pobreza multidimensional por comuna en el Gran
Santiago
Fuente: Elaboración propia con datos extraídos de la encuesta CASEN 2017 (41)
23
Figura 2.8: Hombres en situación de pobreza multidimensional por comuna en el Gran
Santiago
Fuente: Elaboración propia con datos extraídos de la encuesta CASEN 2017 (41)
24
mayores; mujeres; pueblos indígenas; personas en situación de discapacidad y de
dependencia; entre otros.
C. Conocer la situación de pobreza por ingresos y multidimensional de las personas y los
hogares, así como la distribución del ingreso de los hogares.
D. Identificar carencias y demandas de la población en las áreas señaladas, y evaluar
brechas entre segmentos sociales y ámbitos territoriales.
E. Estimar cobertura, focalización y distribución del gasto fiscal de los principales
programas sociales de alcance nacional entre los hogares, según su nivel de ingreso,
para evaluar el impacto de este gasto en el ingreso de los hogares y en la distribución
de este.
25
1.1.13 DISEÑO METODOLÓGICO DE LA ENCUESTA CASEN 2017
El objeto de estudio de la Encuesta CASEN, está definido por los hogares y la población
residente en viviendas particulares del país, exceptuando aquella población residente en zonas
alejadas o de difícil acceso.
Las unidades muestrales de la encuesta CASEN 2017 son las viviendas, seleccionadas de
manera probabilística, estratificada y realizada en múltiples etapas.
Al interior de la vivienda se identifican todos los hogares que allí habitan y las personas que son
miembros de cada hogar. Por definición, se consideran miembros de un hogar a todas aquellas
personas que, siendo residentes de una misma vivienda (teniendo o no vínculos de
parentesco), habitualmente hacen vida en común, es decir, se alojan y tienen un presupuesto
de alimentación común.
La encuesta utiliza diversos factores de expansión los cuales se interpretan como la cantidad de
personas en la población, que representa una persona en la muestra. Mediante el uso del factor
de expansión comunal, es posible desagregar la información a nivel comunal. Sin embargo, en
su versión de 2017 el factor de expansión comunal se calcula con fines de investigación, dado
que, los niveles de estimación o dominios de estudio para los cuales la muestra es
representativa son: nacional, nacional urbano, nacional rural y regional (41).
A. Mediciones unidimensionales
26
análisis de la pobreza multidimensional ha permitido destacar que las responsabilidades, interés
y necesidades son diferentes para mujeres y hombres; cabe destacar, que abordar la pobreza
desde una perspectiva de género es indispensable para analizar, como la presencia de
desigualdades de género en interacción con otros factores puede profundizar la prevalencia de
la pobreza en una persona (19) (25)(21).
El interés por estudiar la pobreza con perspectiva de género, ha ido en aumento en los últimos
años, sin embargo, este tipo de estudios se han limitado debido a las medidas que toman como
unidad de análisis el hogar, ocultando en cómo se distribuyen los recursos de este, ya que, un
hogar no puede ni tiene género (42).
C. Jefatura de hogar
En la mayoría de los países no existe algún criterio establecido para poder identificar al jefe o
jefa de hogar, por lo tanto, su asignación puede ser de carácter normativo, y que se condiciona
principalmente, por elementos culturales, asociados a la edad y al género. En otras palabras, al
utilizar la definición de jefatura declarada, la identificación de la base económica del hogar suele
dar resultados erróneos (19).
En la siguiente sección se presenta el marco teórico metodológico que tiene por objetivo
justificar las elecciones de los diferentes parámetros e indicadores utilizados en la medida como
también una explicación de los datos a utilizar.
Se crea una nueva dimensión de género, a partir de los datos de la encuesta CASEN 2017.
Para efectos prácticos, se utilizan las mismas dimensiones utilizadas en el cálculo de la pobreza
multidimensional en la encuesta CASEN 2017, con el fin de hacer comparable la medida
obtenida. Estas dimensiones con sus respectivas ponderaciones se detallan en la Figura 2 .9.
27
Figura 2.9: Dimensiones para el cálculo de Pobreza Multidimensional de la encuesta
CASEN 2017
A. Contar con una medida de pobreza directa que amplíe el espectro de diagnóstico y
análisis de la metodología de ingreso.
B. Contar con una medida para la orientación de la política social de Chile.
28
la distribución del tiempo, la falta de autonomía, entre otras. Dicho esto, se propone la
utilización del espacio de funcionamientos y capacidades para definir la nueva dimensión de
género, y que se detalla en la sección 1.1.10 del presente informe.
La utilización del hogar como unidad de análisis no permite identificar con precisión las
carencias que sufren las mujeres dentro del hogar, ya que es posible que se asuma una
distribución equivalente dentro del hogar y que queden invisibilizadas diferentes situaciones
vivenciadas por las mujeres, tales como, la falta de autonomía económica de las mujeres,
responsabilidad sobre la crianza y cuidados, falta de tiempo, entre otras (4). Santos, afirma que
seleccionar al individuo como unidad de identificación es coherente con un enfoque de los
derechos humanos y, al mismo tiempo, permite un análisis de la distribución de los recursos
dentro del hogar. Además, contribuye en la elaboración de una detallada descomposición por
subgrupos, ya sea por edad o género (8).
Según el Ministerio de Desarrollo Social (44), se propone la elección del hogar para la
aplicación de la metodología, debido a la consistencia con el diseño de políticas públicas de
reducción de la pobreza en Chile, que consideran al hogar como unidad de análisis, y por la
compatibilidad con la medida de ingresos, que históricamente se han calculado tomando como
unidad de análisis el hogar.
29
C. Que la obtención de un estándar mínimo aceptable en cada dimensión deba realizarse
a través de bienes y servicios que mayoritariamente no se adquieren con ingresos en
los mercados, de forma que las carencias en ellas no sean meras manifestaciones de la
falta de ingresos, pues en tal caso, ya estarían consideradas a través de la medida
tradicional de pobreza.
Por otra parte, se dio especial relevancia a los hallazgos del estudio “Voces de los Pobres”
realizado por la Fundación para la Superación de la Pobreza, por contener las valoraciones y
percepciones de personas que viven en situación de pobreza sobre las dimensiones que
consideran más relevantes del bienestar (44).
Se propone incluir la dimensión género, ya que evidencia la calidad de vida de las personas (en
este caso mujeres), considerando variables no subjetivas y que visualicen las carencias que no
necesariamente se cubren con los ingresos y las dimensiones ya utilizadas.
Punto Meta
Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y
5.1 las niñas en todo el mundo
30
Punto Meta
hogar y la familia, según proceda en cada país
Dichas metas permiten argumentar los indicadores a utilizar en la dimensión género, ya que, en
la actualidad, la medición de la pobreza utilizada en Chile ignora las desigualdades dentro de
los hogares y son insensibles al género.
Por lo que la nueva dimensión contribuirá al cumplimiento de la meta, ya que se podrá utilizar la
medición como un instrumento de medición de la pobreza, en donde será posible incluir a las
mujeres y sus carencias, con el fin de ver si existe alguna reducción en las brechas de género
en los diferentes ámbitos (47).
A través de la creación de una nueva dimensión, se busca evidenciar que la pobreza afecta de
manera diferente a hombres y mujeres, identificando las diferentes situaciones derivadas de las
múltiples relaciones sociales de género. Para ello, se incluye dentro de esta dimensión la
utilización del tiempo, la autonomía física de las mujeres y la valoración del trabajo no
31
remunerado, debido a la invisibilidad que poseen dentro de la medición y que repercute
directamente en el empobrecimiento de las mujeres, tanto en términos de ingreso como de
tiempo. También, se agregan indicadores que reflejen la discriminación salarial y laboral
producidas por el género. Los indicadores que componen la dimensión género se presentan a
continuación.
A. Autonomía
Busca reflejar la autonomía que poseen las mujeres dentro de los hogares, entendiendo esta
como “la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas,
de manera de poder ser y hacer en función de sus propias aspiraciones y deseos en el contexto
histórico que las hace posibles (48).
Busca reflejar la pobreza en términos de tiempo, esto a partir del déficit existente de este,
producto de las labores domésticas y de cuidados que se realizan en el hogar. Aquí también es
importante el tamaño del hogar, la presencia de niños y adolescentes o personas que requieran
cuidados, ya que esto, influye en la menor posibilidad de tener algún tiempo para ocuparlo en
diferentes actividades.
C. Ingreso
Se decide utilizar el ingreso del hogar para evidenciar si existen brechas salariales entre los
hogares dirigidos por mujeres y hombres.
Existen dos formas de tratar con los valores nulos, 1. Eliminar los valores nulos de la variable a
explicar; 2. Crear una regla para imputar los datos faltantes, por ejemplo, rellenar los valores
nulos con los datos de otros miembros del hogar, solo si se cumple que hay más de un 75% de
datos disponibles para una familia determinada, caso contrario, se elimina la observación de los
datos de dicha familia. El riesgo de realizar lo anterior, es que, si la muestra que se eliminó del
32
modelo es sistemáticamente distinta a la muestra total, se pueden producir sesgos en las cifras
de pobreza. Es importante recalcar que si el porcentaje de falta de valores (o valores nulos) de
algún indicador es superior al 15 %, se recomienda considerar otros indicadores para captar la
privación deseada, es decir, se debe evitar utilizar este indicador problemático (20). Si se
intenta seguir utilizando el indicador problemático, es una obligación realizar un análisis de
sesgo de los valores perdidos, comparando las características de hogares con valores y sin
valores perdidos (49).
Se seleccionan los diferentes puntos de cortes de privación para cada indicador, a través, de las
políticas existentes, juicios de valor y tomando como referencia umbrales similares utilizados en
otros índices (20). Se debe recalcar que, la selección se realizó en base a los criterios para
definir la dimensión género y los indicadores de la componen.
Para el indicador de autonomía se consideró el sistema de salud del AUGE, el cual contempla
que toda persona se efectué un examen de salud preventivo en determinados momentos de su
vida. Dentro de los exámenes se consideran (50).
B. Cáncer de mama: Toda mujer entre 50 y 54 años tiene derecho a una mamografía
gratis cada 3 años para detectar el cáncer de mama. Las personas con el examen
alterado son casos AUGE y serán derivadas a un médico especialista.
Cabe destacar que el rango de edad en el que se realiza el examen de cáncer de mama es
demasiado acotado, por lo que en el estudio se considera a las mujeres de 50 años o más
debido a que estas últimas son más propensas a padecer dicha enfermedad, ya que el riesgo
de padecer cáncer de mama aumenta con la edad (51).
El indicador de cuidados se basa en las definiciones de Goodin (52), en donde se considera que
el tiempo libre disponible se obtiene una vez que el tiempo destinado al trabajo remunerado, no
remunerado y el tiempo necesario en cuidado personal han sido realizados, por lo que el
indicador de cuidados busca evidenciar que los hogares poseen menor tiempo libre disponible,
debido a que, deben dedicar cierta cantidad de tiempo al cuidado de niños o personas que
requieran ayuda para realizar sus actividades.
Para dicho indicador, el corte de privación se determinó en función del rango de edad a los
cuales estaba dirigida la pregunta y el tipo de respuestas que estas tenían. En ambas se
considera que el hogar es carenciado si el niño pasa mayor tiempo en la casa o si reside alguna
33
persona que requiera se ayuda para realizar sus actividades, lo cual evidencia con claridad la
disminución de tiempo libre disponible en algún miembro del hogar.
También se consideran algunos de los principales objetivos y medidas del programa del
gobierno en curso, el cual busca fomentar la Autonomía e Integridad laboral de las Mujeres,
algunos de estos son (53):
A. Sala cuna universal para las madres trabajadoras de hijos menores de 2 años.
El indicador utilizado junto al corte de privación permitirá visualizar la población a la cual están
dirigidos los objetivos antes mencionados, permitiendo así hacer un seguimiento de estos.
En diciembre del año 2020, la línea de pobreza por persona equivalente alcanzó un valor de
$174.943. Por lo que se considera un hogar privado, si el ingreso per cápita de este se
encuentra bajo dicha línea de pobreza por persona equivalente.
34
peso de la dimensión de igual manera entre los indicadores que la componen (53). Los IPM
calculados en Colombia, Costa Rica, Guatemala y Panamá, utilizan ponderaciones iguales en
todas sus dimensiones e indicadores, al igual que el IPM con perspectiva de género propuesto
(55)(56)(49)(57).
Si bien el uso de ponderaciones iguales es de carácter subjetivo, este dependerá del análisis
que se desee realizar respecto a los niveles de pobreza, ya que se si se desea dar mayor
importancia a una determinada dimensión esta tendrá un mayor valor de ponderación. No
obstante, al realizar una configuración de ponderaciones diferente a la propuesta puede que la
medida se sobrerrepresente en alguna dimensión en particular.
Para el establecimiento del corte de privación se utiliza el criterio intermedio, entre el de unión e
intersección. Se busca considerar a una persona multidimensionalmente pobre si se encuentra
carenciada en cuatro indicadores o más, es decir, el corte de pobreza corresponde a una
dimensión completa y un indicador más. Actualmente los IPM de distintos países difieren entre
sí en el valor del corte de pobreza, no obstante, este valor varía entre una y dos dimensiones
privadas en países como Colombia (33%), Costa Rica (20%), Guatemala (30%) y Panamá
(30%), al igual que el IPM propuesto en este informe.
Aunque los parámetros del IPM se basan en normativas consistentes con el propósito de la
medida y están sujetas a las restricciones de información de la fuente disponible, es sumamente
necesario realizar pruebas de robustez a los resultados obtenidos para el universo de
parámetros elegidos. Esto se debe realizar debido a que los IPM se utilizan para el desarrollo
de políticas públicas, la medida final debe ser apropiada y robusta para distintas
especificaciones, es decir, el nivel del IPM no debe diferir radicalmente en distintas regiones y
durante distintos periodos de tiempo, si se alteran las especificaciones de la medida. Un análisis
de robustez también se debe ejecutar, ya que existen muchas maneras para desarrollar un IPM
(distintos indicadores, puntos de cortes o ponderaciones), por lo tanto, hay que disminuir la
probabilidad de error del modelo mediante este proceso (20)(41).
Mediante el uso y análisis del coeficiente Kendall Tau b, es posible evaluar la robustez del IPM
creado. Esta prueba considera una comparación robusta cuando un hogar A es más pobre que
el B, sin importar las variaciones alternativas de umbrales de pobreza. El índice se considera
robusto si una gran proporción de estas comparaciones se mantiene al realizar las variaciones
en los parámetros, en donde el valor del coeficiente tiene que ser mayor a 0,6 (55). Las
35
pequeñas variaciones en la especificación del IPM deben conducir a valores del coeficiente de
Kendall cercanos a 1 idealmente (20).
36
CAPÍTULO 3. METODOLOGÍA
El presente informe se centra en la metodología utilizada por la encuesta CASEN 2017, que a
su vez se basa en la metodología propuesta por Alkire Foster. La encuesta CASEN 2017
desarrolla un índice de pobreza multidimensional de cinco dimensiones, en donde, se determina
finalmente, si una persona es pobre multidimensionalmente, si cumple con algunas condiciones
relacionadas con las privaciones de las dimensiones usadas.
37
Figura 3.10: Metodología general propuesta
38
Este subproceso consta de un análisis de las preguntas candidatas, mediante el uso de
técnicas de conteo, será posible determinar si una pregunta en específico solo abarca a un
porcentaje de la población, con el fin de determinar la población objetivo para cada medida
candidata. Posteriormente, se procede a imputar los valores nulos de personas que quedan
fuera de la población objetivo con valores iguales a 0, calificando a las personas como no
carenciadas.
En este paso, luego de definir la población objetivo, se considera a los hogares sin poblaciones
objetivos como no carenciadas en ese indicador, por ejemplo, si un hogar no posee niños en su
composición, dicho hogar es no carenciado en la variable de asistencia escolar, por lo que se
considera no carenciado, al realizar este paso, se puede reducir el número de valores nulos
(20).
Se procede a realizar un conteo de los valores nulos de las variables de interés, determinando
el porcentaje de la muestra que presenta dichos valores, y de esta manera, descartar las
variables que poseen más de un 15% de valores de nulos del total de la muestra (20).
Los valores nulos presentes en las preguntas candidatas de la encuesta CASEN 2017, se
obtienen mediante un conteo de estos según su origen, debido a que existen valores nulos
relacionados con los valores blancos y otros con las personas que no saben la respuesta, no
responden o que dicha pregunta no aplica al encuestado.
Finalmente, luego de escoger las variables definitivas, se procede a eliminar las filas que
poseen valores nulos en dichas variables.
C. Análisis de sesgo
Se identifican las filas con valores nulos que se eliminaron en el paso anterior, para
posteriormente evaluar la presencia de sesgos en la muestra eliminada. Para determinar si
existe o no sesgo en la muestra extraída, se debe analizar si los valores faltantes se distribuyen
homogéneamente en las distintas comunas del Gran Santiago, es decir, si una muestra
disminuye en un 5%, se busca que ese porcentaje mantenga su representatividad en cada
comuna de acuerdo de su población, en ese caso, no habría sesgo en la muestra resultante
(49).
Para obtener el porcentaje de valores nulos por comuna, se suman todas las respuestas nulas,
no sabe, no responde y no aplica de las cinco preguntas candidatas en una nueva columna,
luego se multiplica dicha columna con el factor de expansión comunal, posteriormente, se
39
agrupa el último resultado por comuna, para finalmente dividir el total de nulos por comuna con
el total de personas de la comuna. Cabe destacar, que este procedimiento se realiza con la
muestra que fue extraída de la muestra total.
Con la muestra reducida, sin valores nulos y solo con las variables de interés, se procede
aplicar el corte de privación, para cada una de las variables seleccionadas. Los cortes de
privación se basan en lo mencionado en la sección 1.1.21, y se detallan la Tabla 3 .2.
Para obtener la matriz de privaciones no censuradas, se deben aplicar los cortes de privación a
toda la muestra del Gran Santiago, para luego agrupar las privaciones por hogar y determinar si
en el hogar existe al menos una persona privada en alguno de los indicadores. Posteriormente
40
dicha privación se distribuye a todos los integrantes del hogar como se mencionó anteriormente.
Finalmente se aplica el factor de expansión comunal a las personas privadas en los indicadores
de la dimensión género y así obtener el total de personas privadas no censuradas de dichos
indicadores.
Se agrupan todas las variables que contienen las privaciones del hogar, es decir, en este paso,
se agregan los indicadores que componen las cinco dimensiones del Índice de Pobreza
Multidimensional presentados en la encuesta CASEN 2017 y los tres indicadores de la
dimensión género, resultando un total de dieciocho indicadores que contienen las privaciones
de los hogares. Se utiliza un peso único para todas las dimensiones, que equivale a 1/6, y a su
vez cada dimensión se subdivide en tres partes iguales. En otras palabras, cada indicador
tendrá una ponderación de 1/18 (0,05555), el detalle de esta ponderación se presenta en la
Figura 3 .11.
Asistencia (5,555%)
Educación (16,666%) Rezago escolar (5,555%)
Escolaridad (5,555%)
Ocupación (5,555%)
Trabajo y seguridad social
Seguridad social (5,555%)
(16,666%)
Jubilaciones (5,555%)
Habitabilidad (5,555%)
Vivienda y entorno (16,666%) Servicios básicos (5,555%)
Entorno (5,555%)
Autonomía (5,555%)
Género (16,666%) Cuidados (5,555%)
Ingreso (5,555%)
41
1.1.28 ESTABLECER EL CORTE DE POBREZA
Se deben sumar todos los valores de privación por hogar ya que se utiliza este como unidad de
identificación, obteniendo como resultado, la suma de carencias ponderadas, para
posteriormente compararlo con el umbral de pobreza k y determinar finalmente si el hogar es
pobre multidimensionalmente. En el modelo presentado, se utiliza un valor k que equivale a
22,2% y que corresponde a la suma de las privaciones de 4 indicadores. En otras palabras, si
un núcleo posee una suma de carencias ponderadas mayor o igual a 22,2% este se considerará
pobre multidimensionalmente y todas las personas que componen dicho núcleo. A los valores
que estén bajo el umbral k se le asigna el valor 0 en las privaciones de cada indicador,
obteniendo la matriz de privaciones censuradas.
X 11 ⋯ X1j
[
X= ⋮ ⋱
Xi1 ⋯
⋮
X ij ]
En donde, Xij corresponde al logro o valor, que posee el individuo i , en el atributo o dimensión
j.
z=(z1 , z 2 , … . z j)
Una vez determinados los umbrales, e identificadas las personas u hogares pobres, se
construye la matriz de privaciones, en donde:
g0ij =0 si X ij ≥ zj ¿
42
g011 ⋯ g 01 j
[
g0= ⋮ ⋱ ⋮
g0i 1 ⋯ g0ij ]
Para obtener la matriz de privaciones ponderadas, se debe multiplicar, cada valor g0ij , con el
respectivo valor de cada dimensión.
g0ij =0 si X ij ≥ zj ¿
c1
[]
c= c 2
ci
∑ ρk ( xi ; z) q
H= i=1 = ( E .1)
n n
∑ ci(k )
A= i=1 (E .2)
dq
43
Finalmente, se obtiene la tasa de recuento ajustada M 0, la cual, corresponde al producto de la
tasa de recuento, con la intensidad.
M 0=H x A( E.3)
Una vez obtenidos los indicadores para el Gran Santiago, se procede a desagregar dichos
indicadores según el género las jefaturas de hogar, y junto a ello la contribución que estos
Para obtener la desagregación por jefaturas de hogar masculina y femenina se debe cumplir lo
descrito en la ecuación 4.
Se obtiene la contribución de los hogares con jefaturas masculinas y los hogares con jefaturas
femeninas a partir de las ecuaciones 5 y 6 respectivamente.
V 1∗M 1
C 1= (E .5)
M0
V 2∗M 2
C 2= (E .6)
M0
Se obtiene el coeficiente de Kendall Tau b para los diferentes valores de hogares pobres
multidimensionalmente diferenciados en el corte k y las ponderaciones de los pesos a partir de
la ecuación 4.
Se utilizan valores de corte y peso distintos con los valores de corte y pesos de la metodología
propuesta inicialmente.
Cada indicador tiene un peso aproximado de 5,555%, por ende, para captar las reales
diferencias se utilizaron rangos de variación del valor de k de 0,055, una vez obtenidos los
44
distintos valores, se obtienen los agregados por género, para luego calcular el coeficiente de
Kendall Tau b de estos agregados.
45
Figura 3.12: Pesos de las dimensiones e indicadores del modelo de cinco dimensiones
con ponderaciones iguales
Asistencia (6,667%)
Educación (20%) Rezago escolar (6,667%)
Escolaridad (6,667%)
Ocupación (6,667%)
Trabajo y seguridad social (20%) Seguridad social (6,667%)
Jubilaciones (6,667%)
Habitabilidad (6,667%)
Vivienda y entorno (20%) Servicios básicos (6,667%)
Entorno (6,667%)
Para ambos modelos, se obtiene la contribución de cada dimensión al valor del índice de
46
w j∗h j (k)
C j= ( E .8)
M0
47
CAPÍTULO 4. DESARROLLO Y RESULTADOS
En primer lugar, se obtienen las dimensiones iniciales de la encuesta CASEN 2017 a nivel
nacional, resultando un total de 216.439 filas y 804 columnas. Luego se disminuye la muestra a
un total de 35.754 filas, correspondientes al número de personas encuestadas del Gran
Santiago.
Para llevar a cabo el análisis exploratorio, se obtiene la cantidad de datos nulos presentes en
las variables candidatas.
Valores no Valores
Preguntas Valores Porcentaje
Tipo de dato sabe o no nulos
candidatas Na total (%)
recuerda total
ypc Discreto 0 492 492 1,38
e3 Categórico 90 983 1.073 3,00
s4 Categórico 5.419 2.070 7.489 18,94
ch4 Categórico 6.719 53 6.772 20,95
s8 Categórico 20.111 249 20.360 56,94
o4 Categórico 24.151 298 24.449 67,55
o6 Categórico 24.151 0 24.151 68,13
r12a Categórico 24.288 70 24.358 68,38
o7r1 Categórico 25.528 0 25.528 71,40
s10 Categórico 25.688 0 25.688 71,84
e5a Categórico 30.588 0 30.588 85,55
48
Valores no Valores
Preguntas Valores Porcentaje
Tipo de dato sabe o no nulos
candidatas Na total (%)
recuerda total
e16 Categórico 31.225 0 31.225 87,33
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
El alto porcentaje de valores nulos en la mayoría de las variables se debe a que determinadas
preguntas están dirigidas a un público en particular, por ejemplo, existen preguntas
relacionadas con el trabajo, que solo consideran a la población en edad de trabajar, por lo tanto,
las personas que no pertenecen a dicha población representan valores nulos para dicha
variable. A partir de lo anterior, se identifica la población objetivo de cada pregunta la cual está
implícita en la CASEN 2017, donde se analiza de manera individual el comportamiento de las
trece variables candidatas, con el fin de encontrar un patrón en la distribución de edades y
género de las respuestas determinando la población objetivo. Los resultados del proceso
descrito se detallan en la Tabla 4 .4.
Dimensió Población
Subdimensión Preguntas encuesta CASEN 2017
n objetivo
s10. En los últimos tres años, ¿Se ha hecho Mujeres de 50
una mamografía? años o más
s8. En los últimos tres años, ¿Se ha hecho Mujeres entre 25
el Papanicolau? y 64 años
r12a. Nivel de educación más alto Población de 18
Autonomía
alcanzado por su madre (o fig. Materna) años o más
Población de 15
o4. ¿Ha trabajado alguna vez?
años o más
s4. ¿Cuántos hijos nacidos vivos ha tenido Población mayor
en su vida? de 12 años
e3. Actualmente, ¿asiste a algún
establecimiento educacional, jardín infantil,
sala cuna u otro programa no convencional
Población entre
de Educación Parvulario?
Género 7 y 30 años
e5a. ¿Cuál es la principal razón por la cual
no asiste actualmente a algún
establecimiento educacional?
o6. ¿Buscó trabajo remunerado o realizó
Cuidados Personas de 15
alguna gestión para iniciar una actividad por
años o más
cuenta propia?
o7r1. ¿cuál es la razón o razones...?
e16. ¿Dónde permanece el niño por un
Personas de 12
mayor número de horas en una semana
años o menos
normal?
Personas de 15
ch4. Chequeo de situación de dependencia
años o más
ypc. Ingreso Total per cápita del hogar Toda la
Ingresos
corregido población
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
49
Tras imputar los valores nulos a las personas que no pertenecen a la población objetivo de las
preguntas candidatas, se crea una nueva tabla con el conteo de valores nulos, con el fin de
evidenciar el cambio producido por la imputación de dichos valores. Los resultados se
presentan en la Tabla 4 .5.
Tabla 4.5: Cantidad y porcentaje de valores nulos de las preguntas candidatas, con los
datos imputados
La variable “e3” se elimina porque está relacionada con la pregunta “e5a” las cual posee valores
nulos sobre el 15% respectivamente.
La pregunta “s4” no se utiliza debido a que, dicha pregunta puede estar condicionada a
situaciones no evidenciadas en las respuestas de esta, por ejemplo, dentro del espectro de
respuestas, no se especifica si los hijos nacidos viven efectivamente con su padre o madre.
50
Tabla 4.6: Variables a utilizar en el modelo
Dimensió Población
Subdimensión Preguntas encuesta CASEN 2017
n objetivo
s10. En los últimos tres años, ¿Se ha hecho Mujeres de 50
una mamografía? años o más
Autonomía
s8. En los últimos tres años, ¿Se ha hecho Mujeres entre 25
el Papanicolau? y 64 años
e16. ¿Dónde permanece el niño por un
Personas de 12
Género mayor número de horas en una semana
años o menos
Cuidados normal?
Personas de 15
ch4. Chequeo de situación de dependencia
años o más
Ypc. Ingreso Total per cápita del hogar Toda la
Ingresos
corregido población
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
Según la Tabla 4 .5, aún quedan valores nulos en las variables a utilizar, estos deben
eliminarse, con el fin de evitar cualquier tipo de problema en el desarrollo del modelo.
Porcentaje Porcentaje
Comuna Total Nulos Comuna Total Nulos
Nulos (%) Nulos (%)
Pedro Aguirre
Conchalí 4.948 5,53 5.735 7,36
Cerda
Estación
6.060 6,54 Providencia 5.562 4,68
Central
51
Huechuraba 5.834 6,69 Pudahuel 17.921 5,94
Independenci
3.254 7,92 Quilicura 16.788 6,23
a
Los cortes de privación se aplican primero a las personas para las cinco preguntas por
separado, es decir, se obtiene el número de personas carenciadas por pregunta.
Posteriormente se aplican los cortes de privación combinados para las subdimensiones de
autonomía y cuidados, y además se agrupan las privaciones por hogar y luego se desagrega
nuevamente, con el fin de distribuir las privaciones a todas las personas del hogar, y así obtener
las privaciones censuradas.
Antes de aplicar los cortes de privación planteados en la Tabla 3 .2, se obtiene el total de
personas privadas o carenciadas para las cinco preguntas escogidas, sin considerar la
distribución de dicha privación en el hogar. El total de carenciados por pregunta y su respectivo
porcentaje del total de población se presentan en la Tabla 4 .8.
Porcentaje de
Variable Total carenciados
carenciados (%)
s8 403.627 6,79
52
ch4 270.652 4,55
s8
Carenciado No Carenciado
s10
ch4
Carenciado No Carenciado
e16
Carenciado 0 757.263
En la Tabla 4 .11 se presentan los resultados de la aplicación de los cortes de privación antes
mencionados, cabe destacar que dichos valores corresponden a las privaciones no censuradas,
es decir, son las privaciones existentes de cada persona antes de aplicar el punto de corte k.
Para presentar la cantidad de personas privadas, se debe aplicar el factor de expansión
comunal a cada persona.
53
Tabla 4.11: Personas con privaciones no censuradas en los indicadores de la dimensión
género en los hogares
Porcentaje de personas
Cantidad de personas
Indicador privadas respecto al total de la
privadas
población (%)
Al realizar la agrupación por hogar, se obtiene un total de 13.768 hogares dentro del Gran
Santiago, los cuales representan una población de 5.944.349 personas.
En la Tabla 4 .12 se presentan el número de personas con privaciones censuradas, para los
tres indicadores de la dimensión género.
Autonomía 785.284
Cuidados 1.231.401
Ingresos 876.896
La Tabla 4 .13 expone los resultados del porcentaje de personas privadas en cada indicador,
respecto al total de personas y género, para los valores no censurados y censurados.
54
Ingresos 9,28 10,69 19,97 6,87 7,88 14,75
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
En la Tabla 4 .15 se presentan los valores de intensidad, tasa de recuento, y tasa de recuento
ajustada desagregada según el género de los jefes de hogar para el modelo con perspectiva de
género partir de la ecuación 4.
Hogares con
jefatura 24,6 27,6 06,8
masculina
Total
27,5 27,9 07,7
personas
hombres y las jefas de hogar mujeres al índice M 0 utilizando las ecuaciones 5 y 6, los
resultados obtenidos se presentan en la Tabla 4 .16.
55
(%)
Hogares con jefatura
51,9
femenina
Hogares con jefatura
48,1
masculina
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
La Tabla 4 .17 muestra los resultados del coeficiente de Kendall Tau b respecto de los
indicadores con el valor de k original y con los valores de k alternativos.
La Tabla 4 .18 muestra el coeficiente de Kendall Tau b para las distintas variaciones de peso
de las dimensiones.
Tabla 4.18: Coeficiente Kendall Tau b para distintas variaciones de pesos de las
dimensiones
56
El porcentaje de privaciones censuradas para el indicador de autonomía por comuna se
presentan en la Figura 4 .13.
57
Figura 4.14: Porcentaje de personas con privaciones censuradas en el indicador de
cuidados en el Gran Santiago
58
Figura 4.15: Porcentaje de personas con privaciones censuradas en el indicador de
ingreso en el Gran Santiago
59
Figura 4.16: Pobreza multidimensional con perspectiva de género por comuna en el Gran
Santiago
Los porcentajes de pobreza multidimensional por comuna para jefaturas de hogar segmentadas
por género se presentan en la Figura 4 .17 y Figura 4 .18.
60
Figura 4.17: Pobreza multidimensional con perspectiva de género en los hogares con
jefatura femenina por comuna en el Gran Santiago
61
Figura 4.18: Pobreza multidimensional con perspectiva de género en los hogares con
jefatura masculina por comuna en el Gran Santiago
62
Tabla 4.19: Indicadores de Pobreza Multidimensional desagregados por género para los
modelos con y sin perspectiva de género
Modelo de 6 dimensiones H (%) A (%) M 0 (%)
Hogares con jefatura femenina 30,9 28,1 8,7
63
Figura 4.20: Contribución de cada dimensión al índice M0 del modelo de 5 dimensiones
64
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
Finalmente se presenta la Tabla 4 .20 que interrelaciona ambos modelos cuantificando a las
personas pobres y no pobres en ambos modelos.
dimesiones
Pobre 915.779 0
No Pobre 1.013.949 4.014.621
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
65
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS DE RESULTADOS
Según la Tabla 4 .3, de las doce variables candidatas, diez no cumplen con el requisito de
tener menos de un 15% de valores perdidos para considerarse en el modelo; además, ocho
poseen un porcentaje de valores perdidos mayor a 50%, por lo que la eliminación de los datos
perdidos, implicaría una disminución en la representatividad de la muestra original (49). La
pregunta que posee más valores perdidos es “e16” con un 87,33%, la alta presencia de estos
valores se debe principalmente a que se considera toda la población y no solo la población
objetivo a la que va dirigida esta pregunta, la cual corresponde a las personas menores de 12
años. Esto también ocurre con las variables “o4”, “o6”, “s4” que están enfocadas a un grupo
etario específico. Por otro lado, las preguntas “s10” y “s8” también están dirigidas a un grupo
etario específico y además solo se enfocan en las mujeres.
Gracias a la imputación de datos, la muestra cambió de dos a siete variables aprobadas que
pueden usarse en el modelo, según el umbral de 15% máximo de valores perdidos. Este
cambio, si bien permitió mejorar los resultados, debe manejarse con cuidado, ya que se puede
estar subestimando la cantidad de personas no carenciadas en alguna variable en específico.
66
valores perdidos (6,1%), en resumen, dos tercios de las comunas presentan una variación
porcentual cercana a la media de porcentajes de disminución.
Según la Tabla 4 .8, la pregunta relacionada al ingreso per cápita (ypc) es la que posee un
mayor porcentaje de personas carenciadas con un 19,97%, seguido de la pregunta relacionada
con la permanencia del niño en el hogar (e16) con un 12,75%. Ambos valores indican que
aportarán en mayor medida a los hogares que serán considerados carentes. La pregunta
relacionada con la dependencia de personas para realizar actividades (ch4) percibe el menor
porcentaje correspondiente al 4,55% evidenciando una baja situación de dependencia a nivel
del Gran Santiago.
En cuanto a las preguntas relacionadas con la autonomía de la mujer (s8 y s10), en ambos
casos se obtienen valores en torno al 6% de mujeres carenciadas, dicho valor, está
condicionado al tamaño de la población objetivo, ya que ambas preguntas consideran solo
mujeres dentro de un rango de edad específico. El valor obtenido indica que en general las
mujeres se han realizado alguno de los dos exámenes mencionados, pero aún queda un
porcentaje que no, y que debe ser considerado. La similitud del resultado de porcentaje es
producto de la intersección existente de la población objetivo en ambas preguntas, donde se
puede dar el caso de que, una persona sea carenciada en ambas preguntas a la vez.
La Tabla 4 .9 presenta las variables relacionadas con el indicador de autonomía, del total de
personas carenciadas, existen 109.471 personas que son carenciadas en ambas preguntas, es
decir, el 25% aproximadamente del total de personas carenciadas en cada pregunta posee
privación en ambas.
La Tabla 4 .10 presenta la relación de privaciones para las preguntas que describen el
indicador de cuidados, se observa que no existen personas carenciadas en ambos casos,
debido a que la población objetivo es diferente para ambas preguntas, es decir, cada pregunta
aporta un universo diferente de personas privadas, en consecuencia, al realizar el análisis de
privaciones por hogar, el indicador de cuidados aportará más carencias respecto del indicador
de autonomía.
67
En la Tabla 4 .11 se presentan los resultados de las personas que residen en los hogares
carentes, en donde se considera como carente el hogar, si al menos una persona perteneciente
a él, está privada en al menos un indicador, y en consecuencia, todas las personas del hogar se
consideran carentes en dicho indicador. Se observa que existe una mayor cantidad de personas
privadas en el indicador cuidados con un valor de 2.509.728 personas, equivalentes a un 42%
de personas privadas respecto del total de la población del Gran Santiago, lo sigue el indicador
de autonomía, en donde la cantidad de personas privadas corresponde a 1.644.315 que
corresponde al 27,66% del total de la población del Gran Santiago. Finalmente 1.187.203
personas son privadas en el indicador de ingresos, el cual corresponde al 19,97% de la
población.
De la Tabla 4 .11 se observa que el indicador de ingresos es el que aporta en menor cantidad a
la dimensión género, ya que está calculado de manera per cápita por hogar, por lo que la
privación a nivel de persona se mantiene cuando se realiza el análisis a nivel de hogar.
En síntesis, respecto al indicador de cuidados se infiere en general que existe un alto porcentaje
de hogares en donde los niños pasan un mayor tiempo en su hogar y/o también una alta
cantidad de hogares en donde viven personas en situación de dependencia, lo que implica que
existen grandes cantidades de hogares que están privados de tiempo. Dicha privación de
tiempo puede recaer en alguna persona que resida en el hogar, la cual se verá afectada en las
libertades de ocupar su tiempo en lo que desee, ya sea en ocio, trabajo, cuidado personal, entre
otros; o recae directamente en el ingreso percibido en el hogar, ya que se deber destinar cierta
cantidad de dinero para cubrir las necesidades de cuidado. Se debe considerar que, dentro del
contexto cultural, las mujeres son las encargadas del trabajo no remunerado, por lo que se
infiere que estas serán mayormente afectadas en dicho indicador, no obstante, al ser una
medida que utiliza el hogar como unidad de análisis no se puede determinar si el género está
asociado a dicha privación, ya que no se sabe con certeza quien es la persona mayormente
afectada.
68
Respecto al indicador de autonomía, dicho valor está condicionado a la realización de
exámenes exclusivos de mujeres en un rango específico de edad. Se evidencia que existe un
porcentaje importante de hogares en donde vive al menos una mujer carenciada. Esto puede
producirse debido a que, no está llegando la información emitida por el gobierno sobre los
planes y programas pertenecientes al AUGE dirigidos hacia las mujeres, ya que no se generan
instancias de comunicación y diálogo respecto a la integridad física y los cuidados que deben
tener las mujeres.
Finalmente, el indicador de ingresos está relacionado directamente con los ingresos del hogar,
por lo que se infiere que dicho porcentaje de personas carenciadas se encuentran en condición
de pobreza por ingresos, ya que se utiliza la línea de corte de pobreza por ingreso.
Según la Tabla 4 .12 y la Tabla 4 .13, el indicador de cuidados posee la mayor cantidad de
personas privadas que corresponde a 1.231.401, equivalente a 20,71% de la población total del
Gran Santiago, la cual es pobre multidimensionalmente y esta privada en dicho indicador, luego
lo sigue el indicador de ingresos con 876.897 personas carenciadas, correspondiente al 14,74%
de la población que es pobre y esta privada en dicho indicador. El indicador de autonomía
posee la menor cantidad de población privada correspondiente a 786.284, que equivale a un
13,21% de población multidimensionalmente pobre carenciada en dicho indicador.
69
Según la Tabla 4 .13 para el indicador de cuidados, del 22,47% de mujeres privadas, el 11,2%
es pobre multidimensionalmente, para el indicador de autonomía, del 16,13% de mujeres
privadas en dicho indicador, el 7,5% es pobre multidimensionalmente, y para el indicador de
ingresos, del 10,7% de las mujeres privadas, el 7,87% es pobre multidimensionalmente.
Estas disminuciones fueron producto de que los hogares no tenían la cantidad de indicadores
suficientes privados para ser considerados como pobres multidimensionalmente, pero sí se
encontraban privados en alguno de los indicadores de la dimensión de género.
Según la Tabla 4 .14, el valor para la tasa de recuento H indica que el 27,5% de hogares que
residen en el Gran Santiago se encuentran en situación de pobreza multidimensional, es decir,
se encuentran privados en cuatro indicadores o más. No obstante, este indicador es insensible
al número de carencias que se presenta en dicho hogar, por lo que se debe agregar la
Según la Tabla 4 .14, la intensidad de la pobreza A indica que la proporción promedio de las
carencias que tienen los hogares en situación de pobreza es de un 27,8%, es decir, las
personas pobres multidimensionalmente tienen carencias en cinco indicadores de manera
simultánea, correspondiente a cualquiera de las seis dimensiones que componen la medida.
Se obtiene la cantidad total de carencias que presentan los hogares pobres, respecto al total de
carencias que los hogares pueden tener a través de la medida M 0, el cual indica que la
población multidimensionalmente pobre del Gran Santiago experimenta el 7,7% del total de
70
carencias que toda la población experimentaría si todos fueran considerados pobres
multidimensionalmente. Dicho resultado permite reflejar si un hogar cae en situación de
pobreza, o si un hogar ya identificado como pobre aumenta la cantidad de carencias que
experimenta, ya que su valor cambia dependiendo de los valores de A y H.
Según la Tabla 4 .15, la tasa de recuento H para los hogares con jefatura femenina, indica que
el 30,9% de los hogares se encuentran en situación de pobreza multidimensional. La intensidad
de pobreza A para dichos hogares, indica que la proporción promedio de las carencias que
tienen los hogares en situación de pobreza multidimensional es de un 28%, es decir, sufren
carencias en cinco de los indicadores utilizados. Del valor de la tasa de recuento ajustada M0
se infiere que, los hogares pobres con jefatura femenina experimentan un 8,7% del total de las
privaciones que sufrirían si todos los hogares fueran carenciadas en todos los indicadores al
mismo tiempo.
La tasa de recuento H para hogares con jefatura masculina, indica que el 24,6% de los hogares
se encuentran en situación de pobreza multidimensional, la intensidad de la pobreza A para
dichos hogares, indica que la proporción promedio de las carencias que tienen los hogares en
situación de pobreza multidimensional es de un 28%, al igual que los hogares dirigidos por
mujeres jefas de hogar. Del valor de la tasa de recuento ajustada se infiere que, los hogares
pobres con jefaturas masculinas experimentan un 6,7% del total de las privaciones que se
sufrirían si todas las personas fueran carenciadas en todos los indicadores al mismo tiempo.
Respecto a las contribuciones de las y los jefes de hogar al valor de M 0, ambos contribuyen de
una manera similar a la medida, 52% para el caso de hogares dirigidos por jefaturas femeninas
y 48% para hogares dirigidos por jefaturas masculinas, según lo detallado en la Tabla 4 .16, es
decir, los hogares con jefatura femenina pueden padecer pobreza multidimensional en un 4%
más que los hogares con jefatura masculina para el modelo propuesto.
dirigidos por mujeres, y que a su vez estos contribuyen en mayor proporción a la medida M 0.
Se evidencia que existe una diferencia en los valores de los hogares dirigidos por hombres y
mujeres, lo que refleja el concepto de feminización de la pobreza, en donde las mujeres son
mayormente afectadas por la pobreza que los hombres. Esto se logró evidenciar gracias a la
incorporación de los indicadores de la dimensión de género, los cuales están enfocados en
visualizar las privaciones de tiempo, debido al cuidado de niños y personas con dependencia
para realizar sus actividades, la autonomía en cuanto al cuidado personal de las mujeres, como
71
también las brechas de ingresos. Según la literatura vista, en el indicador de cuidados y en el
indicador de ingresos, existe una mayor tendencia a que las mujeres estén privadas en
comparación a los hombres, ya que las mujeres son las que se encargan en mayor medida del
cuidado de personas, y estas últimas perciben un ingreso promedio menor que los hombres.
Además, es posible considerar que las mujeres invierten una mayor parte de sus ingresos en el
bienestar de los niños y en el hogar, en lugar de destinarlos a sus necesidades personales, a
diferencia de los hombres, por lo que los hogares con jefatura femenina pueden verse aún más
carenciados si es que son monoparentales, y a su vez poseen hijos (4).
En la Tabla 4 .17, se observa que el coeficiente de Kendall Tau b para hombres y mujeres con
umbrales entre el 16,5% y 27,5%, oscila entre 0,688 y 0,69 cuando se analiza únicamente por
género, lo que implica que existe robustez entre dichos valores. No obstante, esto no sucede
para valores de k equivalentes a 11% y 33%, lo que indica que dicho índice, se debe usar con
precaución cuando se desagrega, dada su sensibilidad a cambios en los niveles de pobreza. A
nivel del Gran Santiago, el mejor valor de coeficiente de Kendall Tau b es 0,68, lo que indica
que las comparaciones son robustas con los umbrales de pobreza entre 16% y 36%, por ende,
se infiere que alrededor del 68% de las comparaciones son concordantes en cada caso con los
valores de la medida original (k =0,22). Además, se observa que los valores disminuyen
cuando el umbral se aleja de los valores de k antes mencionados, lo cual debe ser considerado
al momento de realizar cambios en los niveles de pobreza.
Al observar la Figura 4 .13, se puede notar la mayor presencia de comunas en color verde en el
Gran Santiago, el porcentaje de dichos tramos varía entre 0% y 14%. Este fenómeno puede
deberse a que las preguntas que componen la subdimensión de autonomía están dirigidas
exclusivamente a las mujeres de un rango específico de edad, por lo tanto, cuando se
imputaron los 0 a los valores nulos basándose en la población objetivo, muchas personas
72
pasaron a ser no carenciadas en estas preguntas, es decir, puede que exista una
sobreestimación de las personas no carenciadas. Con respecto a la distribución geográfica de
los porcentajes, no se puede afirmar que una deficiente atención de salud sea un factor
determinante en la privación de la subdimensión de autonomía, ya que las comunas que
poseen menos cobertura hospitalaria (comunas periféricas) poseen un bajo porcentaje de
privaciones en el indicador de autonomía. No obstante, si se compara la distribución espacial de
las comunas con mayores y menores porcentajes de privaciones en los indicadores de
autonomía y cuidados, estas coinciden, por lo tanto, se podría afirmar que si las mujeres están
carenciadas en tiempo existen menos probabilidades de que se realicen los exámenes antes
mencionados, y viceversa.
Con respecto a la Figura 4 .14, se observa un cambio en el color predominante del mapa, en
donde los colores rojizos son los más abundantes, por lo tanto, se puede intuir que el indicador
de cuidados tiene una mayor contribución en la condición de pobreza multidimensional de una
persona. En 20 comunas del Gran Santiago, hay al menos un 21% de personas que poseen
privaciones en el indicador de cuidados, de cada 10 personas pobres en estas comunas, 2
poseen privaciones de tiempo, debido al cuidado de niños o al cuidado de personas con
situación de dependencia. Para el tramo con más porcentaje de prevalencia de privaciones en
cuidados (mayor a 28%), nuevamente se hacen presente las comunas de Huechuraba, Cerro
Navia, Lo Espejo y La Pintana. Esto puede deberse a que los hogares privados en la dimensión
de cuidados no tienen acceso a jardines infantiles, áreas verdes o talleres recreacionales, ya
sea por falta de dinero o por un déficit en la oferta e infraestructura de estos. Comparando la
Figura 4 .14 con la Figura 4 .15, se puede observar que las comunas con porcentajes más
altos de privaciones en el indicador de cuidados poseen al menos un 14% de privaciones en el
indicador de ingreso, es decir, estos indicadores están correlacionados.
Las tres comunas con los porcentajes más bajos de privaciones censuradas en cuidados son
las mismas de los porcentajes más bajos de la prevalencia de la pobreza multidimensional por
comuna (Providencia, Las Condes y Vitacura). Por lo tanto, se puede inferir que el indicador de
cuidados es un determinante fundamental en la prevalencia de la pobreza multidimensional de
un hogar o persona.
Al analizar la Figura 4 .15, se puede observar un patrón espacial muy parecido a la Figura 4 .
16 en cuanto a los colores, no obstante, hay que aclarar que usan intervalos de porcentajes
distintos. Las comunas de Las Condes, Vitacura y Providencia repiten el mismo comportamiento
que en los anteriores mapas. La Pintana por su parte, nuevamente posee un porcentaje alto de
privaciones censuradas dentro del total de habitantes, en donde de cada 10 personas pobres,
aproximadamente 3 poseen privaciones de ingreso. Una de las posibles causas de esta
distribución, es la forma en la que se ha ido urbanizando el Gran Santiago, en donde algunas
73
comunas periféricas funcionan como receptoras de poblaciones y barrios que han sido
segregados históricamente, ya que el valor del suelo en estos sectores es más bajo, haciendo
más fácil la construcción de viviendas sociales, lo contrario ocurre en las comunas del sector
oriente, en donde el metro cuadrado de terreno es más caro, lo que deriva en que las personas
que habitan en estas comunas tienen un ingreso monetario mayor.
Analizando la Figura 4 .16, se observa que la mayor cantidad de las comunas poseen
porcentajes de pobreza multidimensional que varían entre 25% y 40%, y corresponden al color
amarillo en el mapa. El color amarillo se distribuye heterogéneamente por toda el área del Gran
Santiago, ya sea en la zona norponiente (Pudahuel, Quilicura, Lo Prado), centro sur (San
Miguel, San Joaquín, Macul), y suroriente (La Florida, Puente Alto).
El tramo de los porcentajes más bajos, los cuales oscilan entre 0% y 10% (color verde),
corresponden a las comunas de Providencia, Las Condes y Vitacura, las cuales presentan los
mejores índices relacionados con la calidad de vida (58). En el polo opuesto se encuentran las
comunas de color rojo, las cuales poseen los más altos porcentajes de prevalencia de pobreza
multidimensional en su población, estos valores ascienden a más del 55%, es decir, de cada 10
personas al menos 5 son pobres multidimensionalmente, las comunas que pertenecen a este
intervalo son Cerro Navia, Huechuraba, Lo Espejo y La Pintana, y que justamente poseen un
índice de calidad de vida urbana bajo (58). Según lo anterior, se puede decir que la pobreza
multidimensional tiene una relación directa con el índice de calidad de vida urbano.
Respecto a las cuatro comunas antes mencionadas, se destaca también que poseen un alto
porcentaje de privaciones en los indicadores de cuidados e ingresos, lo que demuestra una alta
correlación espacial entre los porcentajes más altos de privaciones de estos indicadores y los
porcentajes de pobreza multidimensional.
La zona sur del Gran Santiago (San Bernardo, La Pintana, El Bosque, Lo Espejo y La Cisterna)
posee porcentajes altos de privaciones censuradas en la dimensión género y de personas en
situación de pobreza multidimensional dentro de la comuna. Mientras que la zona nororiente
(Providencia, Vitacura y Las Condes) poseen los porcentajes más bajos. Estos patrones
territoriales, se evidencian en otros sectores del Gran Santiago, por lo tanto, se puede decir que
la ubicación geográfica es fundamental para la determinación de pobreza multidimensional en
algunos sectores, es decir, el hecho de que una comuna posea vecinos con niveles altos o
bajos de pobreza influye en el valor de sus propios indicadores, como consecuencia de
dotaciones naturales de la comuna, de externalidades, o de una combinación de estas. Con
respecto a las comunas vecinas que poseen porcentajes de pobreza multidimensional muy
diferentes, como el caso de Huechuraba (más de 55%) y Vitacura (menos de 10%), se puede
decir que esta diferencia se produce por la presencia del Cerro San Cristóbal, entre ambas
comunas, por lo tanto, para este caso, la ubicación geográfica de las comunas vecinas no
74
influye en la prevalencia de la pobreza multidimensional, ya que dicho cerro funciona como una
barrera natural, lo que provoca que ambas comunas no tengan un contacto directo.
De las 34 comunas del Gran Santiago, 27 poseen al menos un 25% de prevalencia de pobreza
multidimensional dentro del total de habitantes. Esto puede deberse a distintos factores
representados por los indicadores del modelo, pero que tienen una mayor relación con las
carencias de las dimensiones de Género, Trabajo y seguridad social, y Redes y cohesión social,
según lo presentado en la Figura 4 .19. Estas dimensiones son de carácter subjetivo, a
diferencia del resto de las dimensiones, en donde, se priorizan derechos más tangibles como la
salud, vivienda o educación.
En la Figura 4 .17 se observa la distribución de los hogares pobres con jefaturas femeninas. De
dichos valores, cuatro comunas poseen más de un 55% de personas en condición de pobreza
multidimensional, correspondientes a las comunas de Huechuraba, Conchalí, Lo Espejo y La
Pintana, que se caracterizan por tener bajos índices de calidad de vida (58). En la Figura 4 .18
se observa la distribución de personas pobres pertenecientes a hogares con jefaturas
masculinas, en donde, al igual que en los hogares con jefatura femenina, las comunas de
Huechuraba, La Pintana y Lo Espejo poseen más de un 55% de personas pobres. Comparando
ambas figuras se observa que existe un mayor porcentaje de personas privadas pertenecientes
a los hogares con jefaturas femeninas.
Se observa que las personas pobres multidimensionalmente, residentes en hogares con jefatura
femenina son mayores a un 25% en la mayoría de las comunas, por lo que existe una tendencia
a que, dichos hogares sean mayoritariamente pobres. Según la Figura 4 .18, los hogares con
jefes de hogar masculinos poseen porcentajes de pobreza que fluctúan entre el 10% y el 40%
en la mayoría de las comunas del Gran Santiago, en donde se evidencia que existen
desigualdades entre los hogares con jefaturas femeninas y los hogares con jefaturas
masculinas. Dichas desigualdades, se agudizan dependiendo de la localización geográfica de
residencia de las personas, ya que existen comunas en donde las condiciones de desarrollo
personal y social son mayoritariamente precarias, debido a los bajos niveles de ingresos, que
poseen las municipalidades, lo que hace que estas no tengan los dineros suficientes para cubrir
las carencias básicas que pueda sufrir la población, aumentando la probabilidad de los
habitantes estén en situación de pobreza multidimensional.
75
dimensiones. No obstante, se observa una diferencia mayor (alrededor de 15%) entre el
porcentaje de las mujeres jefas de hogar para ambos modelos. El hecho de agregar la
dimensión de género a la medida de pobreza multidimensional permite captar un mayor número
de hogares con jefatura femenina pobre, ya que estos se pueden ver mayormente afectados en
los indicadores que se utilizaron, debido a que el ingreso de las jefas de hogar puede ser más
bajo o tienen menores libertades, ya que sufren mayor discriminación para obtener un trabajo
remunerado y otro tipo de recursos, producto a las limitaciones de tiempo y movilidad que estas
poseen (4). También se debe considerar que los hogares con jefatura femenina son en su
mayoría monoparentales, por lo que no cuentan con una persona que se haga responsable del
trabajo no remunerado del hogar, en comparación a los hogares con jefaturas masculinas, en
donde es posible que exista una mujer dueña de casa, que se encargue de dichas labores.
Respecto a los valores de intensidad A , en ambos modelos posee un valor cercano a 30% para
el total de personas, como también para los hogares con jefatura femenina y masculina. En
síntesis, el porcentaje de privaciones que poseen las personas pobres es de aproximadamente
un 30%, por lo que las personas pobres multidimensionalmente en ambos modelos poseen un
promedio de carencias de al menos cinco indicadores de manera simultánea.
En la Figura 4 .19 se observa que la dimensión género es la dimensión que más contribuye a la
más contribuyen al indicador M 0 son las dimensiones relacionadas con carencias vinculadas al
ámbito social, por ejemplo, la dimensión redes y cohesión social busca capturar las privaciones
en aspectos relacionados con apoyo familiar y social; no discriminación y acceso a ambientes
seguros (43), la dimensión género busca evidenciar las privaciones relacionadas con las
76
desigualdades de género existentes en la sociedad. Ambas dimensiones se interrelacionan, por
lo que se podría explicar el porqué de su gran aporte a la medición.
En la Tabla 4 .20 se observa que, la cantidad de personas consideradas pobres con el modelo
de seis dimensiones y no pobres con el modelo de cinco dimensiones es de 1.013.949. Dichos
valores nos indican que, un gran porcentaje de la población esta privada en alguno de los
indicadores de la dimensión de género, por lo que es evidente que existen múltiples carencias
que antes no se visibilizaban, y que con la agregación de la dimensión de género se pueden
visibilizar, analizar y estudiar. También se observa que no existen personas consideradas
pobres en el modelo de cinco dimensiones y a su vez consideradas no pobres en el modelo de
seis dimensiones, por lo que la agregación de la dimensión solo hace que aumente la cantidad
de personas multidimensionalmente pobres y que se agudicen los valores de pobreza.
77
En síntesis, las comunas que tienen un mayor porcentaje de personas pobres
multidimensionalmente en el modelo de cinco dimensiones aumentan el valor de dicho
porcentaje con la agregación de la dimensión de género, por lo que se infiere que las personas
que son carentes en las dimensiones utilizadas anteriormente también son carentes en la
dimensión de género.
78
CONCLUSIONES
El objetivo principal planteado al inicio del trabajo investigativo fue cumplido, ya que se logró
diseñar un modelo de estimación de pobreza multidimensional con perspectiva de género.
Gracias a la aplicación del desarrollo metodológico ideado, se pudo estimar la pobreza
multidimensional para las personas del Gran Santiago.
Los cortes de privación pueden determinar la efectividad de los planes, programas y políticas
del gobierno, ya que si se despliega territorialmente la información de las privaciones, es posible
observar donde es necesario focalizar las distintas políticas públicas, un ejemplo de esto, es el
indicador de autonomía, el cual considera a las mujeres que se han realizado los exámenes
preventivos ofrecidos por el AUGE, mediante la determinación de las privaciones para este
indicador, se precisa el lugar en donde se debe informar e incentivar la utilización de estos
beneficios para las personas que no se lo han realizado.
79
analizar por subgrupo, ya que al igual que la medida general, esta es robusta solo en un rango
especifico de los valores de k . En general, se considera que el IPM obtenido es robusto, por lo
que es posible utilizarlo, ya que tiene una sensibilidad a los cambios en rangos aceptables
según la literatura.
Se debe tener especial cuidado al analizar los resultados, ya que la creación de un nuevo índice
de pobreza multidimensional tiene que diseñarse acorde a la encuesta en la cual se basa, es
decir, las preguntas que componen la encuesta deben captar las privaciones utilizadas en el
IPM. Para el caso del IPM diseñado en el presente trabajo de título, esto no se cumplió, debido
a que toda la investigación se basó en una encuesta realizada con anterioridad. Los indicadores
agregados a la dimensión género fueron condicionados por las preguntas que componen la
encuesta, por lo tanto, se podrían obtener indicadores con mayor pertinencia, si la encuesta
estuviera construida a partir de un enfoque de género. Un ejemplo de esto es la subdimensión
de cuidados, la cual contribuye en mayor medida a las carencias existentes en la dimensión de
género, ya que está compuesta por variables que infieren las privaciones que se desean medir
y no variables que cuantifican dichas privaciones directamente, para el caso de esta
subdimensión, lo ideal hubiese sido tener una pregunta relacionada con el uso del tiempo
directamente.
Para realizar un análisis de género de los resultados de un IPM, se debe usar al individuo como
unidad de análisis, en el caso del IPM propuesto, se utilizó el hogar como unidad de análisis, al
igual que en la metodología de la encuesta CASEN 2017, es decir, se determinó que, si solo
una persona del hogar es privada, todos los residentes de dicho hogar también lo son, las
consecuencias de esto último radica en que las privaciones que afectan mayoritariamente a las
mujeres, también se distribuyen hacia los hombres o bien no se pueden identificar las
desigualdades existentes dentro del hogar que en general son pertinentes al género. Por lo
tanto, se sugiere que, para crear un índice de pobreza multidimensional con perspectiva de
género, es necesario que todo el análisis se haga en torno a las personas y no a los hogares ya
que la utilización del hogar como unidad de análisis ignora las desigualdades dentro del hogar
por ende son insensibles al género
En este trabajo de titulación se utilizan indicadores que permiten reflejar algunas de las
desigualdades y carencias que experimentan las mujeres, tales como la privación del tiempo,
las brechas de ingreso y la autonomía física, no obstante, se pueden agregar indicadores que
reflejen otras variables importantes que describan las desigualdades de género, y que a su vez
sean importantes para la sociedad, ejemplo de esto, es la utilización de variables que describan
el empoderamiento, la autonomía económica, la autonomía respecto a los derechos
reproductivos, el trabajo no remunerado, entre otras.
80
La fuente de información utilizada no permite desagregar los datos a un nivel local, por lo que la
implementación de políticas públicas se debe complementar con información de las diferentes
localidades.
Se recomienda que dentro de los diferentes procesos del ordenamiento territorial se considere
la perspectiva de género, debido a que permite identificar los impactos diferenciados de la
planeación territorial en hombres y mujeres, con el fin de poder generar propuestas para el
desarrollo de un territorio más equitativo desde el punto de vista social y de género, por lo que
la medición de la pobreza multidimensional con perspectiva de género permitiría identificar la
problemáticas a las que están sometidas las mujeres y junto a ello, generar mejores políticas
públicas que beneficien equitativamente a las personas en los territorios en los que residen.
81
BIBLIOGRAFÍA
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pobreza que afectan a las mujeres de América Latina y el Caribe. Cuaderno N°5 -
Igualdad De Género. 2017, 120.
23. RAE. feminismo | Definición | Diccionario de la lengua española | RAE - ASALE [online].
[vid. 2021-05-26]. Dostupné z: https://dle.rae.es/feminismo
25. PNUD. Revelando privaciones ocultas: pobreza de ingresos y tiempo, y políticas públicas
en América Latina Lecciones de las experiencias LIMTIP. Cuaderno Igualdad De
Género. 2017, (2).
27. INE. Encuesta Nacional de Empleo Principales resultados trimestre abril-junio de 2020.
2020.
83
28. PORTUGAL, R. mineras de Bolivia Multimensionalidad de la pobreza , género y cambio
climático en cuencas mineras de Bolivia. 2020, (November).
30. PEARCE, D. The feminization of poverty: Women, work, and welfare. Urban and social
change review. 1978.
36. SEN, A. Equality of what. The Tanner lecture on human values. 1979, 1.
37. SEN, A. Development as freedom (1999). The globalization and development reader:
Perspectives on development and global change. 2014, 525.
39. ALKIRE, S y otros. Multidimensional poverty measurement and analysis. B.m.: Oxford
University Press, USA, 2015. ISBN 0199689490.
40. INE. Sintésis de resultados del CENSO 2017 [online]. 2018, 27. Dostupné
z: https://www.censo2017.cl/descargas/home/sintesis-de-resultados-censo2017.pdf
84
42. PEREZ, M y otros. La perspectiva de género en los estudios sobre pobreza y desarrollo.
2007. ISSN 1133-0473.
43. UNIVERSITY OF OXFORD. Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI),
University of Oxford 2018. 2018.
52. GOODIN, R y otros. The time-pressure illusion: Discretionary time vs. free time. Social
Indicators Research [online]. 2005, 73(1), 43–70. ISSN 03038300. Dostupné
z: doi:10.1007/s11205-004-4642-9
56. GOBIERNO DE COLOMBIA. Los ODS como instrumento para consolidar la paz. Foro
85
Político de Alto Nivel 2016-ECOSOC [online]. 2016, 60. Dostupné
z: https://sustainabledevelopment.un.org/content/documents/12644VNR Colombia.pdf
ANEXO
Tabla A: Países que han implementado un IPM
País de Implementación
Año IPM
2009 México
2010 Bútan
2011 Colombia
Ho Chi Minh City (Viet
2014 Nam)
Chile
El Salvador
2015
Costa Rica
Viet Nam
Ecuador
Pakistán
2016 Honduras
Mozambique
Armenia
Panamá
2017 República Dominicana
Nepal
Nigeria
2018 Filipinas (IPM inicial)
Ruanda
Guatemala
Afganistán
2019
Sierra Leona
Angola (nivel municipal)
Sychelles
Maldivas
Palestina
Ghana
2020 Angola (nivel nacional)
Fuente: Elaboración propia con datos de MPPN (20)
86
Tabla B: Preguntas y respuestas de las variables candidatas para la dimensión de
género
87
Preguntas CASEN Respuestas
no convencional de
Educación Parvulario? 1 Ayuda en la casa o quehaceres del hogar
2 Embarazo, maternidad o paternidad
3 Tiene una discapacidad o requiere establecimiento de
educación especial
4 Enfermedad que lo inhabilita
5 Problemas familiares
6 No le interesa
7 Terminó de estudiar
e5a. ¿Cuál es la principal 8 A su edad no le sirve estudiar o no conoce la manera
razón por la cual no asiste de completar sus estudios
actualmente a algún 9 Está asistiendo a un preuniversitario
establecimiento 10 Se encuentra preparando la PSU por su cuenta
educacional? 11 Dificultad económica
12 Trabaja o busca trabajo
13 Problemas de rendimiento
14 Expulsión o cancelación de matrícula
15 No existe establecimiento cercano
16 Dificultad de acceso o movilización
17 Otra razón. Especifique
99 No sabe/no responde
Blancos
o6. ¿Buscó trabajo
remunerado o realizó alguna 1 Sí
2 No
gestión para iniciar una
actividad por cuenta propia? Blancos
1 Consiguió trabajo que empezará pronto o iniciará
pronto una actividad por cuenta propia
2 Está esperando resultado de gestiones ya emprendidas
3 No tiene con quien dejar a los niños
4 No tiene con quien dejar a adultos mayores
5 No tiene con quien dejar a otro familiar
o7r1. ¿Cuál es la razón o 6 Está enfermo o tiene una discapacidad
7 Piensa que nadie le dará trabajo (porque no cuenta con
razones...?
la capacitación requerida, por su edad, etc)
8 Las reglas, horarios y distancias de los trabajos no le
acomodan
9 Ofrecen sueldos muy bajos
10 Quehaceres del hogar
11 Estudiante
12 Jubilado(a), pensionado(a) o montepiado(a)
88
Preguntas CASEN Respuestas
13 Tiene otra fuente de ingreso (seguro de cesantía,
mesadas, rentas, transferencias del Estado, etc)
14 Se cansó de buscar o cree que no hay trabajo
disponible
15 Busca cuando realmente lo necesita o tiene trabajo
esporádico
16 No tiene interés en trabajar
17 Otra razón
99 No sabe/ No responde
Blanco
1 En el establecimiento educacional como parte de la
extensión horaria
2 En un establecimiento destinado al cuidado
e16. ¿Dónde permanece el
extraescolar
niño por un mayor número 3 En el lugar de trabajo del padre, madre o cuidador/a del
de horas en una semana niño/a
normal? 4 En su hogar
5 En otro hogar
9 No sabe/no responde
Blancos
1 Recibe ayuda de otra persona para realizar actividades
2 Nunca recibe ayuda de otra persona para realizar
ch4. Chequeo de situación
actividades
de dependencia
3 No tiene dificultades para realizar sus actividades
Blancos
Ypc. Ingreso Total per cápita = 0
del hogar corregido >0
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017 (41)
89