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UNIVERSIDAD CATOLICA DE HONDURAS

CAMPUS SAN ISIDRO


“NUESTRA SEÑORA REINA DE LA PAZ”

ASIGNATURA:
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

TEMA:
La DSI en Honduras.

CATEDRATICO:
LIC. JUAN LOPEZ

PRESENTADO POR:
MIGUEL LEMUS

2 DE DICIEMBRE DEL 2019, LA CEIBA, ATLANTIDA


OBJETIVOS
Objetivo General
Realizar un artículo no académico sobre la DSI en Honduras.

Objetivos Específicos
 Indagar acerca de la doctrina social en Honduras.
 Tomar en cuenta las diferentes encíclicas y otras fuentes de la DSI.
 Mostrar lo que la Iglesia propone para que exista un mejor desarrollo en Honduras.
INTRODUCCIÓN

Este artículo hace un análisis de los diferentes aspectos que necesitan con más urgencia la
atención de la doctrina social de la Iglesia en Honduras y en la sociedad en general. El
primero de ellos es la urgencia económica, porque como bien sabemos las finanzas se han
convertido en una ideología, en un estilo de vida, en una visión del mundo, perdiendo de
vista su principal fin. La siguiente urgencia es la negación del derecho a la vida. Luego está
la urgencia educativa, la urgencia de un buen gobierno, pero, sobre todo, la urgencia principal
hoy día es la urgencia humanitaria en la sociedad. Se llega a esta conclusión porque perdiendo
el sentido de la persona humana y dejando de lado la finalidad de naturaleza humana, se hace
muy difícil enfrentar todos los problemas humanos.
La doctrina social de la Iglesia a lo largo de la historia se pone a prueba con las urgencias de
nuestra época y surge del encuentro entre el Evangelio y los problemas siempre nuevos que
la humanidad debe enfrentar. La doctrina social de la Iglesia no es una teoría, ni una ideología
o una sabiduría humana, sino que dice las consecuencias del encuentro con Dios para la vida
de la comunidad, para la política, la sociedad, la economía, la cultura y el trabajo. La doctrina
social de la Iglesia surge del encuentro de la Iglesia con el mundo en vistas de la
evangelización, es decir para el anuncio de Cristo en las realidades actuales. Es por esta razón
que las urgencias que la humanidad enfrenta en cada época le interesan directamente a la
DSI. León XIII, en 1891, en la Rerum novarum, había hablado de los obreros en la nueva
sociedad industrial. Esa era la urgencia de aquel tiempo. Pablo VI, en la Populorum
progressio, habló del desarrollo, porque esa era la urgencia de su época. Benedicto XVI, en
la Caritas in veritate, ha hablado del poder excesivo de la técnica, porque ésta es la urgencia
de nuestra época. Cada época tiene sus propias necesidades por así decirlo, ya que
lastimosamente la vida en nuestro mundo no conoce la falta de preocupaciones Todavía, pero
dice la palabra que la luz del Evangelio ilumina y da fuerza a quien trabaja por la justicia y
por la paz.

Hoy en día, creo que todos estamos de acuerdo en decir que existe una urgencia económica
de carácter mundial y no digamos en Honduras que es uno de los cuatro países que tienen
más desigualdad social de Latinoamérica y que ya no sería algo nuevo. Muchas veces, en el
pasado, han surgido situaciones similares. La Quadragesimo anno, de Pio XI fue escrita
después de la tremenda crisis financiera de 1929, muy parecida a la que vivimos actualmente.
La separación de la actividad financiera de la economía real se ha hecho muy marcada porque
las finanzas se han convertido en una ideología, en un estilo de vida, en una visión del mundo,
perdiendo de vista sus verdaderos fines. Todo esto se justifica en varias razones, en la cual la
principal es la corrupción y el desinterés por parte de nuestros gobernantes, la falta de
inversión en nuevas obras para atraer la inversión extranjera, la repartición equitativa de los
bienes y la desigualdad. A esta forma de ver la vida la doctrina social de la Iglesia propone
la responsabilidad hacia las generaciones futuras, la solidaridad hacia las personas que no
pueden mantener el ritmo de este consumismo, la subsidiariedad de las finanzas, que es sólo
uno de los instrumentos de la economía real, y la subsidiariedad de la economía real en
referencia a la dignidad de la persona humana, la justicia, la tutela de la familia.

La crisis económica es una falta de confianza y esperanza en el futuro de nuestro país, como
lo es también la urgencia demográfica y el del derecho a la vida. La doctrina social de la
Iglesia también puede ser considerada como una visión de las cosas más llena de esperanza.
Las personas en la actualidad muchas veces viven angustiadas, buscando con esfuerzo la
felicidad, aún si para alcanzarla a veces se tienen que volver contra sí mismos. Esto lo
podemos ver a diario en nuestro país, en los noticieros todos los días recibimos noticias de
personas quitándole la vida a otras por dinero, robos, secuestros etc. Muchas personas viven
como si Dios no existiera. Por su parte, la doctrina social de la Iglesia abre la perspectiva de
la esperanza, ofreciendo al hombre la esperanza de poder conocer la ley natural que Dios
Creador ha puesto en las cosas. El mundo no fue hecho por casualidad. Incluso la vida social
entra en el proyecto de creación de Dios, ya que debe respetar algunos principios y fines
naturales. La vida, el matrimonio, la familia, la libertad de educación, la justicia, la paz, las
cuales son exigencias naturales, que forman parte de la naturaleza del hombre, que son muy
importantes o mejor dicho esenciales para ser verdaderamente personas humanas. Por otra
parte, la doctrina social de la Iglesia ofrece la esperanza a los hombres, porque prueba que el
mal ha sido ya vencido Dios al mandar a su hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados. Sin
embargo, decir que el mal ha sido ya vencido no significa que el mal no exista más, o que no
se tenga que luchar contra él, más bien quiere decir que con la gracia de Dios se puede
combatir y vencer, significa que podemos ser libres, que la verdad nos hace libres. De aquí
surgen enormes energías espirituales para nuestra sociedad, y por esto decimos que la
doctrina social de la Iglesia es también un modo de animar la sociedad humana. Ella
demuestra cómo las relaciones humanas pueden volverse áridas y cómo el futuro puede
perder su significado si alejamos de nuestra vida a Dios.
Hice referencia a estos temas porque hoy también nos enfrentamos a otra urgencia de la cual
se tiene que ocupar la doctrina social de la Iglesia: la urgencia educativa. Este tema ha sido
varias veces considerado por Benedicto XVI, y realmente se ha convertido en un problema
muy grave en nuestro país. En todas partes la educación está hoy en crisis, la educación es
uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades.
Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores
y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos. La educación es necesaria en todos
los sentidos, para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico.
La educación siempre ha sido importante para el desarrollo, en las economías modernas el
conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la producción. Las
sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado
cimentar su progreso en el conocimiento. Pero en nuestro país nuestros gobernantes prefieren
no invertir en la educación porque de este modo mantiene al pueblo en un estado de
sometimiento e ignorancia, lo cual resulta beneficioso para ellos para poder seguir robando
y cometiendo sus actos de corrupción sin ningún problema.
Esto nos lleva a considerar la urgencia de un buen gobierno, Pensadores cristianos conciben
que el Estado o gobierno fue establecido simplemente para reprimir tanto a los deseos
malos como a las personas malas. En el pensamiento católico, el gobierno también tiene un
rol más positivo, que consiste en ayudar a garantizar el bien común. El Papa Juan Pablo II
lo dijo: Es deber del Estado proveer a la defensa y tutela de los bienes colectivos, como son
el ambiente natural y el ambiente humano, cuyo objetivo no puede estar asegurada por los
simples mecanismos de mercado. Así como en tiempos del viejo capitalismo el Estado
tenía el deber de defender los derechos fundamentales del trabajo, así ahora con el nuevo
capitalismo, el Estado y la sociedad tienen el deber de defender los bienes colectivos que,
entre otras cosas, constituyen el único marco dentro del cual es posible para cada uno
conseguir legítimamente sus fines individuales. (Centesimus Annus 40).
El gobierno tiene que hacerse cargo de funciones necesarias e indispensables, de roles que
no pueden cumplir las personas por sí solas ni aún a través de grupos más pequeños en la
sociedad. Sin embargo, los estados y los gobiernos muchas veces superan su rol legítimo y
violan los derechos de los individuos y grupos de la sociedad para dominarlos más que
servirlos. Para combatir esta tendencia, el pensamiento social católico pone énfasis en el
principio de subsidiariedad. El Estado debería ser lo más pequeño posible, pero tan grande
como sea necesario para cumplir con lo que deba cumplirse que no pueda ser de otro modo.
El Estado no debería intervenir para intentar aliviar todos los problemas. Un estado de
bienestar “niñera”, que ofrezca seguridad “desde la cuna hasta la sepultura” o que intente
satisfacer todas las necesidades humanas, hacen que este exceda su propio alcance y viola
el principio de subsidiariedad.

El papa Juan Pablo II expresaba: Deficiencias y abusos del estado de asistencia social
derivan de una inadecuada comprensión de sus deberes propios. En este ámbito también
debe ser respetado el principio de subsidiariedad. Una estructura social de orden superior
no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus
competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a
coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común.
Este exceso en el alcance del Estado lleva a situaciones que no solo son ineficientes sino
también perjudiciales para el bienestar humano.

Todas las cuestiones que he mencionado coinciden en un aspecto: hoy en día, la urgencia
humanitaria en la sociedad. Esta urgencia resume todas las demás. Perdiendo el sentido de la
persona humana y dejando de lado la idea de naturaleza humana, se hace muy difícil enfrentar
todos los problemas humanos. Y no hay sólo problemas técnicos. Todo se refiere en el fondo
a la persona, que es el verdadero principio, sujeto y fin de la vida social. Y lo es de tal manera,
como un todo, que no puede ser desarmado en partes. En la medida en que se pierde la
conciencia de Dios, desaparece también la conciencia del hombre. La falta de humanidad
genera falta de empatía hacia los demás. Ahí está, en resumen, la explicación del estado
actual de las diversas regiones del planeta. Pero, con la riqueza de nuestro Espíritu, podemos
construir un mañana más apreciable. Sin embargo, ninguna reforma será duradera si no hay
sentido de Caridad, el respeto al ciudadano y un buen comando de las personas, actuando en
el Alma. Pero, para que esto realmente suceda, es necesario que estemos integrados en Dios,
que es Amor, por lo tanto, Caridad. Sin esa providencia y perseverancia en ella, como
preconiza Jesús, posiblemente ni sabríamos por dónde empezar. La integración verdadera en
Dios y en Su Ley, expresada por el Divino Maestro en Su Nuevo Mandamiento, es la reforma
que aún no se ha iniciado. Dijo Jesús: "Nuevo Mandamiento os doy: Amaos como Yo os
amé. Solamente así podréis ser reconocidos como mis discípulos, si tuviereis el mismo Amor
los unos por los otros. Mi Mandamiento es este: que os améis como Yo os he amado. No hay
mayor Amor que el donar la propia Vida por sus amigos. Por cuanto, de la misma forma
como el Padre me ama, Yo también os amo. Permaneced en mi Amor" (Evangelio según San
Juan, 13:34 y 35, 15:12, 13 y 9°).
CONCLUSIONES

 De acuerdo a toda la información recabada en cuanto la doctrina social de la iglesia


indudablemente es la propuesta mejor fundamentada en los aspectos sociales,
económicos, políticos.

 Para establecer cambios colectivos debemos empezar con el nuestro propio con un
compromiso de cambiar la sociedad en la que estamos inmersos, que ahora que
estamos cerca de ser empresarios o empleados de una empresa apliquemos uno de los
principios fundamentales que beben regir nuestra vida Tratar a los demás como
quisiéramos que nos tratasen a nosotros.

 Como futuras generaciones debemos llevar a la luz la verdad de Dios de quien nos
hemos olvidado sin percatarnos que sin Él nada podemos.
BIBLIOGRAFÍA
Desafíos de la Iglesia Siglo XXI. Obtenido de:
https://nonosolvidamosdehonduras.blogspot.com/2013/02/desafios-de-la-iglesia-siglo-xxi.html

Doctrina Social de la Iglesia en el Mundo, Jueves, 20 de Marzo de 2014. Obtenido de:


http://www.instituto-social-leonxiii.org/index.php/libros/975-doctrina-social-de-la-iglesia-en-el-
mundo

La falta de humanidad en la vida diaria. Obtenido de:


http://nosoyasistenta.com/la-falta-de-humanidad-en-la-vida-diaria/

Honduras: Economía que crece y empobrece. Obtenido de:


https://www.telesurtv.net/opinion/Honduras-Economia-que-crece-y-empobrece-20170615-
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Importancia de la educación. Obtenido de:


https://www.todamateria.com/importancia-de-la-educacion/

RERUM NOVARUM. Obtenido de:


http://www.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_15051891_rerum-
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POPULORUM PROGRESSIO. Obtenido de:


http://www.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-
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CARITAS IN VERITATE. Obtenido de:


http://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-
xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html

QUADRAGESIMO ANNO. Obtenido de:


http://www.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-
xi_enc_19310515_quadragesimo-anno.html

CENTESIMUS ANNUS. Obtenido de:


http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-
ii_enc_01051991_centesimus-annus.html

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