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Programa Semillero Científico

En nuestra América, desde 1960 se ha venido planteando un pensamiento latinoamericano sobre


Ciencia, Tecnología e Innovación, la evolución valiosa e intrínsecamente autóctona propia de nuestro
mestizaje, a través de los años han permitido el pensamiento crítico y el desarrollo de políticas
articuladas para la construcción de una cultura científica de y para nuestras necesidades
latinoamericanas, manteniéndose en pie de lucha constante y en contra, de los innumerables obstáculos
impuestos por los países industrializados, ya que nuestros países son catalogados como países
estratégicos, gracias a la cantidad inmensa de recursos naturales y el potencial humano que en nosotros
reside y que quieren seguir invisibilizando, para así mantener a nuestras naciones dependientes
científica y tecnológicamente de los países capitalistas, desnacionalizando las industrias y servicios que
incidirían en la creación de crisis en el ámbito económico, político, educacional, científico, en la salud,
entre otros.
Indicaba Oscar Varsavsky en su libro Hacia una política científica nacional, de 1972: “La
autonomía científica resulta entonces una consecuencia- y un requisito- de proponerse y cumplir un
proyecto nacional propio, no copiado de ningún otro “modelo” en boga. Si se copia la ciencia y la
tecnología de otro país- si el desarrollo científico se plantea en términos de “cerrar la brecha”-, se está
introduciendo de contrabando lo esencial de su estilo de vida… Se propone en cambio algo mucho más
difícil, como es un pensamiento científico independiente, capaz de crear “una” ciencia que, con el
tiempo, puede llegar a diferenciarse de la ciencia ortodoxa...Sólo gracias a la Revolución científica
podrá aparecer el Hombre nuevo, y solo éste podrá realizar a fondo esa Revolución”.
En nuestro trabajo para la construcción de ese Hombre y Mujer nueva que necesitamos
visibilizar y posicionar, las ciencias y las tecnologías han ocupado un lugar relevante desde que la
Revolución Bolivariana logró, por voluntad del Poder Popular y de la mano del presidente Hugo
Chávez, que analizó la evolución social de América Latina, donde los modelos económicos impuestos
por las potencias y el abandono de proyectos nacionales capaces de impulsar estrategias científicas y
tecnológicas de carácter endógeno, le impulsó a tomar medidas políticas que permitieron avanzar hacia
una democracia socialista, participativa y protagónica, hecho plasmado en nuestra Carta Magna de
1999, donde se planteó que nuestro Estado reconociera el interés público de la Ciencia, la Tecnología y
la Innovación, como instrumentos fundamentales para el avance económico, social y político del país.
Este marco legal, permitió la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología publicado en
Gaceta oficial N°36.775 de fecha 10 de agosto de 1999, en donde a partir de allí, incluir todas las
categorías y modos de producir, lo que permitiría asegurar la transferencia y el empoderamiento del
conocimiento científico, tecnológico e innovador del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. La
Ciencia, Tecnología e Innovación visto desde el enfoque socialista, posee la capacidad de potenciar y
alcanzar una diversificación de la economía, el crecimiento productivo, para una mejora de la calidad
de vida de las y los venezolanos, mediante un plan de desarrollo sostenible y sustentable, que permita a
través de la investigación e innovación impulsar las áreas estratégicas de nuestro país.
El principio político, estratégico en el marco de la refundación de la República sobre las bases
de una democracia participativa, protagónica, multiétnica, pluricultural fundada en Estado de justicia
que garantice el bien común, se encuentra reflejado fielmente en nuestro Plan de la Patria 2013-2019 y
ratificado en la Ley del Plan de la Patria 2019-2025, a través de nuestros cinco objetivos históricos:
· Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200
años: la Independencia Nacional.
· Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como
alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo, y con ello asegurar la “mayor suma
de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para
nuestro pueblo.
· Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la
gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una
zona de paz en nuestra América.
· Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo mundo
multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz
planetaria.
· Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.

Convencidos de que un nuevo modelo de sociedad, requiere de una estructura científica que
permita la producción de nuevos conocimientos, mediante la innovación de tecnologías a través de la
formación de talento humano, con un conocimiento que permite que sea apropiado y apropiable, el
conocimiento como motor productivo socialista donde la transformación educativa fomente el amor por
la soberanía nacional, el arraigo de nuestros valores con carácter y enfoque humanista, desde los
procesos sociales emancipadores, permitirán nuestra verdadera independencia científica cultural.
En el libro La Larga marcha hacia la sociedad comunal de los Doctores Iraida Vargas y Mario
Sanoja (2017), nos indican: “Una revolución que no produzca un nuevo espacio social es porque no ha
sido capaz de realizar todo su potencial, ya que una transformación social, para ser efectivamente de
carácter revolucionario, debe manifestar una capacidad creativa de actuar sobre la vida cotidiana y en
consecuencia sobre los códigos, el lenguaje y las formas culturales y establecer así las condiciones para
que se genere un nuevo espacio social”. “El espacio social, y por tanto las Comunas y demás
organizaciones que se encuentran dentro de él, constituye un producto para ser consumido socialmente,
al mismo tiempo que es igualmente un medio de producción constituido por redes de intercambio,
flujos de materias primas y de energía, el cual no puede ser separado ni de las fuerzas productivas,
incluyendo la tecnología y el conocimiento o de la división del trabajo que lo moldea, ni del Estado y
las superestructuras de la sociedad. Como los espacios sociales se interpenetran y se superponen
históricamente unos sobre otros, las relaciones de producción adquieren, pues, existencia social en él,
cuando tienen una existencia espacial”.
Por ello, los proyectos y programas educativos deben estar orientados a la formación ciudadana
que incluya el desarrollo y construcción de una cultura científica nacional, de y para las comunidades,
desde la visión de la territorialización, necesitamos de una formación científica que favorezca la
capacidad de observación, la creatividad, la innovación, la indagación y el pensamiento crítico, desde
las etapas tempranas de la vida, potenciando la transdisciplinariedad intrínseca de la ciencia con
pertinencia social, caracterizando, diagnosticando y cultivando desde todos los niveles y modalidades
educativas, una ciencia nuestra, propia, liberadora, adaptada a nuestras realidades y necesidades
sociales, para alcanzar la soberanía del conocimiento de la mano de nuestro pueblo consciente de su
compromiso social.
Consideramos que en el contexto actual, en el que nuestro país ha sido sometido a una guerra
híbrida multiforme en lo político, económico, social y militar. La urgencia de profundizar la Ciencia, la
Tecnología y la Innovación, de carácter soberano, constituye una demanda impostergable que requiere
de la oportuna y pertinente articulación de diversas instancias ministeriales e institucionales, para
resistir y avanzar hacia la Venezuela Potencia.
En tal sentido, la Venezuela Potencia requiere de una política nacional que desarrolle las
potencialidades del talento humano desde el principio político pedagógico del continuo humano y del
saber hacer, a partir de la formación permanente de nuestros niños, niñas, jóvenes, adolescentes y
adultas y adultos, en Ciencia, Tecnología e Innovación.
Esta política nacional se viabiliza a través de un programa llamado “Semillero Científico”, cuyo
propósito es despertar la curiosidad y promover una cultura científica, que garantice el acceso e
inclusión de todas y todos los que hacen vida en nuestras comunidades educativas y en sus ámbitos
territoriales comunales.
¿Qué es el Semillero científico?

Es un programa nacional para la conformación de comunidades de conocimiento articuladas


institucional, interinstitucional y comunalmente, para la consolidación de un sistema de enseñanza-
aprendizaje, que permita en nuestra Generación de Oro, nuestros niños, niñas, jóvenes y adolescentes,
la identificación de talentos y capacidades hacia la Ciencia, Tecnología e Innovación, propiciar y
fomentar la vocación científica temprana e incentivar el estudio de carreras de ámbito científico-
tecnológico, a través de la implementación de diversas estrategias del SNCTI y así sustentar la creación
de una cultura científica nacional.

Principios Políticos Pedagógicos del programa


· La Ciencia, Tecnología e Innovación a partir de la vida cotidiana.
· La Ciencia, Tecnología e Innovación con pertinencia social.
· La Ciencia, Tecnología e Innovación para la formación ciudadana.
· La Ciencia, Tecnología e Innovación desde el saber hacer.
· La Ciencia, Tecnología e Innovación para la Comunalización.
· La Ciencia, Tecnología e Innovación para la Producción.

Propósitos generales y específicos del programa

Objetivo general
Incentivar el estudio de las ciencias naturales en sus distintas disciplinas desde temprana edad,
mediante la formación constante e integral, a través de los diferentes niveles y modalidades educativas,
en espacios formales y no formales de enseñanza- aprendizaje, para potenciar la capacidad de respuesta
científico tecnológica de nuestro país.

Objetivos específicos

· Identificar niños, niñas, jóvenes, adolescentes incorporados o no, al sistema formal de


educación, con talentos y capacidades para el desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la
Innovación.
· Promover la formación integral en niños, niñas, jóvenes y adolescentes, a través del
desarrollo de capacidades investigativas y de producción del conocimiento, para la
generación de una cultura científica nacional.
· Impulsar y visibilizar, las potencialidades e inventivas tecnológicas que se deriven de los
espacios educativos, para la atención y resolución de las necesidades productivas de nuestro
país.
· Promover y fomentar la articulación institucional para la Comunalización, entre todos los
actores que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).

Planificación desde el mes de enero 2020


1) Conformación de mesas de trabajo para revisar y rediseñar, los programas disponibles por parte
del Cenamec y Fundacites. Construcción de manuales de ciencia cotidiana.

2) Formación inicial de los Semilleros científicos (docentes, preparadores, innovadores populares


del entorno escolar, voceros del Poder Popular, niños, niñas, jóvenes, adolescentes, adultas y
adultos).

3) Congresos de Ciencia, Tecnología e Innovación, como espacio para la convocatoria, diagnóstico


y formación territorial.

4) Registro Nacional del Semillero científico y redes de actores y aliados.

5) Elaboración del cronograma operativo


Metodología a seguir

Se realizarán talleres y conversatorios formativos en ciencias y didáctica de las ciencias,


dirigidas a los diversos actores de la comunidad educativa, con los preparadores pertenecientes al
Ministerio de Educación.

a) Educación inicial y básica


Es importante recordar, que en este nivel se trabaja por Proyectos Pedagógicos de Aula, se realizan 3 o
más proyectos en el año escolar, lo que implica que dichos proyectos deben de alimentarse, fomentarse
y presentarse en los programas descritos más adelante.

b) Educación media, general y técnica:


Es importante recordar que en este nivel, tenemos en las instituciones educativas, los Grupos de
Creación, Recreación y Producción (GCRP) (antes llamados Grupos Estables), donde 6 horas a la
semana, durante todo el año escolar, los adolescentes con su coordinador docente, deberán realizar
acciones de Ciencia, Tecnología e Innovación, para ser presentados en proyectos a través de los
programas:
· La Ciencia va a la Escuela.
· La Escuela va a la Ciencia, (aquí tenemos las Expediciones pedagógicas que se encuentran
dentro de las rutas científicas a espacios científico-tecnológicos).
· Plan Vacacional Científico.
· Campamento científico.
· Ferias científicas.
· Olimpíadas científicas.
· Jornadas de Ciencia y Tecnología.
· Salones de inventiva.
· Premios de Ciencia y Tecnología.
· Exposiciones físicas y virtuales.
· Escuadras científicas (IVIC).
· Actividades mediadas por las TICs: Expo-teatro científico y Noticiencia digital.

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