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Polimerización: Es una reacción química por la cual los reactivos, monómeros (compuestos de
bajo peso molecular), forman enlaces químicos entre sí, para dar lugar a una molécula de gran
peso molecular (macromolécula), ya sea esta de cadena lineal o de estructura tridimensional,
denominada polímero.
Todas las polimerizaciones tienen un detalle en común: comienzan con moléculas pequeñas,
que se van uniendo entre sí para formar moléculas gigantes. Así, los procesos de polimerización
persiguen la obtención de estructuras de alto peso molecular partiendo de materiales de bajo
peso molecular.
Específicamente, en polimerizaciones que seguían una cinética en cadena, ocurren una serie de
reacciones, cada una independiente, donde se va consumiendo una partícula (molécula)
reactiva y produce otra similar, por lo que cada reacción individual depende de la anterior
(repasar Tema 4). Si recordamos, estas reacciones empezaban con un iniciador, el cual podía ser
un catión, un anión o un radical libre. Y, generalmente, no genera subproductos.
La ruptura, además de por la propia estructura del monómero (el grupo funcional que presente,
generalmente doble enlace), está condicionada por las condiciones de la reacción, y, sobre todo,
por la acción de un iniciador que activará la densidad electrónica del doble enlace. Por tanto el
iniciador es el que determinará el tipo de polimerización, y ésta tendrá lugar o no dependiendo
de la estructura del monómero. La ruptura del doble enlace podía ser homolítica (recordad que
cada átomo que se separa retiene un electrón de los dos que están formando el enlace π), o
heterolítica (uno de los átomos separados se lleva los dos electrones, formando o un anión o un
catión). En el primer caso generábamos radicales, en el segundo caso dependiendo del carácter
electrofílico o nucleofílico del iniciador, se generará una especie catiónica o aniónica.
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5.1 POLIMERIZACIÓN EN CADENA IÓNICA, COMPARACIÓN CON POLIMERIZACIONES EN
CADENA RADICALARIAS
Diapositivas 1-5
1. La mayoría de los monómeros que contienen un doble enlace C-C (C=C) van a experimentar
una polimerización radicalaria, sin embargo, las polimerizaciones iónicas van a ser mucho
más selectivas, y solo se darán en aquellos monómeros (teniendo un grupo funcional C=C)
que conduzcan a la formación de especies propagadoras que tengan una alta estabilidad.
La estabilidad de los monómeros vendrá determinada por la naturaleza de los sustituyentes
presentes (X e Y, ver figura abajo o en la diapositiva 3) en los monómeros como se comentó
en el tema 4.
Por tanto, los sustituyentes electrón-donantes son capaces de estabilizar la carga positiva
presente en los carbocationes (recordad que esto significa un orbital vacío), y por tanto
estabilizan a la especie activa propagadora que presenta dicha carga, permitiendo una
polimerización en cadena catiónica. Ejemplos de sustituyentes electrón-donantes son los
que encontramos en la siguiente figura, donde grupos alquilo (CH3), grupos OH, grupos OR,
aminas, amidas, etc. NOTA: Os recuerdo por ejemplo que los grupos alquilos estabilizan a
través de un efecto inductivo, y además, también puede estabilizar por un efecto de
hiperconjugación, esto implica un solapamiento parcial del orbital π vacío por otros
orbitales vecinos (orbital σ del C-H)
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Por último, hay grupos que pueden estabilizar por resonancia tanto a cationes como a
aniones, como el caso de los de tipo vinílico. De hecho, este tipo de sustituyentes sufren a
veces una polimerización catiónica mejor que una radicalaria debido a ese efecto de
resonancia. El efecto de deslocalización ocurre en fenilos, vinilos, y es un claro ejemplo de
polimerimerización del estireno.
2. Una cosa en común con las polimerizaciones radicalarias es que las polimerizaciones iónicas
están termodinámicamente favorecidas, porque de nuevo el proceso implica la formación
de enlaces σ a partir de enlaces π.
3.1. Las temperaturas a las que se lleva a cabo este tipo de polimerización deben ser
moderadas o bajas. Esto es porque si aumentamos la T del medio de reacción, los
carbocationes y carbaniones sufren una disminución en su estabilidad. Lo usual en este
tipo de procesos es el uso de bajas muy temperaturas (-100 a -78 °C) a bajas (0°C) para
suprimir la terminación y la transferencia.
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3.2. En cuanto a los disolventes, en Química Orgánica se pueden establecer dos categorías:
polares y apolares. Los disolventes polares son aquellos en los que en su molécula
puede aparecer una diferencia de carga clara, debido a enlaces entre un átomo muy
electronegativo y uno electropositivo. Por ejemplo, el agua es un disolvente polar
prótico, por presentar átomos de H que puede ceder fácilmente como protones (H+),
otros ejemplos de disolventes próticos son los alcoholes (MeOH, EtOH) o el ácido
acético (AcOH). Existen otros disolventes polares que tienen esa diferencia de carga,
pero NO pueden ceder átomos de H en forma de protones., se conocen como
disolventes polares apróticos, como es el caso de la acetona (CH3-CO-CH3) y el THF
(tetrahidrofurano). Mientras que ambos disolventes pueden estabilizar tanto
carbocationes como carbaniones. Sin embargo, en contra de lo que cabría esperar por
lo dicho hasta ahora, en las polimerizaciones en cadena iónica no se pueden usar
disolventes de polaridad muy alta, a pesar de que estabilicen (puedan solvatar el ión)
bien a las especies iónicas. Por ejemplo, el agua y el alcohol pueden reaccionar con los
intermedios cargados o los iniciadores. Otros disolventes polares, tales como cetonas,
pueden formar complejos altamente estables con los iniciadores previniendo así la
polimerización.
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6.1. Disolvente, cuanto mayor sea la polaridad del disolvente más se van a favorecer los
pares iónicos sueltos o iones libres.
6.2. Naturaleza del contraión: cuanto mayor es su tamaño más se favorecen los pares
sueltos. En polimerización catiónica los contraiones suelen ser más grandes.
Cuanto más suelto esté el par iónico, es decir, cuanto menor sea la interacción entre los
iones y más solvatados estén mayor es la reactividad de la especie activa y mayor será la
velocidad de reacción. La situación más favorable sería con iones libres.
Diapositivas 6-11
Lo primero que hay que indicar en este tipo de polimerizaciones es que normalmente presenta
una dificultad a la hora de controlar su velocidad de reacción, lo que hace que su uso en la
industria haya quedado limitado a unos pocos casos. Normalmente este proceso, ocurre por
procesos de adición de cationes a dobles enlaces, los cuales deben ser capaces de estabilizar la
carga positiva formal generada, como se comentó anteriormente. En el caso de los monómeros
de tipo estireno los efectos mesoméricos o de resonancia especialmente relevantes. De la
misma manera que la polimerización radicalaria, la polimerización en cadena catiónica requiere
de los procesos de: Iniciación, Propagación y Terminación, que iremos desglosando a
continuación:
1. INICIACIÓN. Podemos hacer uso de diferentes iniciadores con una naturaleza diferente para
llevar a cabo esta etapa:
En la iniciación hay que generar especies con carga positiva y que puedan actuar como
electrófilos y adicionarse al doble enlace, rompiéndolo y generando un carbocatión sobre el
monómero (2 etapas)
Este tipo de ácidos inician la polimerización catiónica mediante una protonación del doble
enlace. Por un lado, el ácido debe ser lo suficientemente fuerte para protonar al doble
enlace, pero por otro lado el anión del ácido no debe ser muy nucleófilo, porque sino
terminará protonando el doble enlace pero por un proceso de recombinación, esto es por
ataque nucleófilo del anión al centro activo se formaría un enlace entre ellos.
Los haluros de hidrogeno o ácidos halógenos (HX, siendo X un halógeno) no son adecuados
en este tipo de polimerización debido a un carácter altamente nucleófilo del ión haluro.
Otros ácidos fuertes con aniones menos nucleofílicos son sulfúrico, perclórico, tríflico, etc,
aunque generalmente el peso molecular del polímero final es bajo (unos pocos miles).
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organometálicos RAlCl2, R2AlCl etc. Los ácidos de Lewis es la clase más importante de
iniciador en las polimerizaciones catiónicas. Entre ellos, el AlCl3 es el más empleado en
procesos industriales.
El proceso de iniciación por ácidos de Lewis requiere y/o procede de una forma más rápida
en presencia de un coiniciador. El coiniciador puede ser un dador de protones (como el
agua, HX, alcohol …) o un dador de carbocationes como cloruro de tert-butilo.
+ -
1. BF3 + H2O → BF3-OH2 2. BF3-OH2 + (CH3)2=CH2 → (CH3)2C (BF3OH)
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1.2.3. Además, hay casos donde el propio ácido de Lewis puede actuar como iniciador y
co-iniciador en el proceso, siendo el propio iniciador el que se añade al monómero:
NOTA: Recuerda que, en todos los casos se formará un par iónico iniciador (el ión carbenio
y su contra-ión negativo).
Diapositivas 11-14
Esta adición suele ocurrir por inserción del monómero (M) entre el ion carbenio intermedio
(I-Mn+ ) y su contraión negativo (A-).
Esta etapa es muy rápida, y por lo general se tienen que llevar a cabo las polimerizaciones
en cadena catiónicas a temperaturas bajas.
La propagación ocurre tal y como podemos ver en la figura de abajo, ocurre un ataque
electrofílico de la especie en crecimiento sobre un nuevo monómero de forma muy rápida.
Como siempre, el ataque es de tipo “cabeza-cola”, y las razones para que sea así son
exactamente las mismas que vimos en la polimerización en cadena radicalaria. En este caso
es fundamental que se forme el carbocatión más estable, por lo que se da la adición
electrófila de tipo Markonikov. Además, como ya se ha comentado anteriormente, R debe
ser un grupo funcional que estabilice la carga.
La especie activa (el par iónico formado por el carbenio y su contraión) puede tener una
asociación más fuerte si estos forman un enlace covalente o más débil cuando el par existe
como iones libres. Normalmente, en las polimerizaciones catiónicas los iones tienden a
estar en equilibrio entre iones libres y par de iones (más o menos separados), por tanto,
cuanto más polar es el disolvente, mejor es la solvatación y por tanto la separación de los
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iones. Dichos iones separados son más reactivos que cuando están formando pares de
iones, por ello la velocidad de propagación es más rápida en disolventes polares (pero
recuerda de la introducción que muy polares podría dar lugar a reacciones indeseadas
como veremos más adelante).
2.4. Regioquímica
Diapositivas 15-20
3. TERMINACIÓN.
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La última etapa de la polimerización en cadena catiónica es la terminación. El crecimiento
de la cadena se detiene como consecuencia de diversas reacciones de terminación y de
transferencia. Por lo tanto, es difícil lograr altos pesos moleculares. Estas reacciones
secundarias pueden minimizarse llevando a cabo la reacción a baja temperatura. A
continuación, veremos los diferentes tipos de terminación que se pueden clasificar
dependiendo si desaparece o no la especie activa. Si no desaparece la especie activa puede
por tanto crear nuevas cadenas poliméricas (mantenimiento de la reacción de cadena).
Este tipo de reacciones suelen ser reversibles, o generar especies activas en el medio, por lo
que se les conoce como terminación con mantenimiento de la reacción en cadena.
Esta transferencia puede ser de un H+ del CH2 o de un sustituyente. Cuantos más H, más
probable.
Como decíamos anteriormente, estas transferencias son muy frecuentes en este tipo
de procesos y suelen ser la causa de la limitación en el grado de polimerización en
muchos procesos, haciendo que el polímero sea más pequeño de lo deseado. En ambos
casos los centros activos participantes en la reacción no son destruidos, porque al
producirse la transferencia se genera por una parte un doble enlace, que puede volver
a ser activado, y por otra parte se genera una especie activa que puede generar una
nueva de polímero activa.
Es similar a la anterior, pero el protón es captado por la base conjugada del iniciador.
Puede darse tanto con ácidos próticos como con ácidos de Lewis como iniciadores.
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activar el extremo de la cadena (no afectaría al proceso, sería por tanto reversible y
seguiría propagándose la misma molécula) o bien a otro monómero iniciando la cadena
(diapositiva 16).
Un caso especial es el poliestireno, donde el proceso de transferencia de protón al
inciador es irreversible. Lo que ocurre en este proceso es que en vez de abstraerse un
protón en posición β del carbocatión se da una sustitución electrofílica aromática
intramolecular, formándose un ciclo el cual está más favorecido, o intermolecular,
produciendo ramificaciones. Debido a que NO se forma ningún doble enlace en el
extremo de la cadena, como en el caso anterior, no existiría un proceso de propagación
posterior. Esta reacción constituye una limitación importante a la obtención del
poliestireno por polimerización catiónica (que en principio es posible en cuanto a la
naturaleza del sustituyente). La limitación radica en el hecho de que por una parte NO
generamos un doble enlace como en el caso anterior, y que el iniciador que se genera
solo es capaz de activar más monómeros. Por ello el poliestireno obtenido con este
método es de menor tamaño que con otros métodos y de peor calidad.
En este tipo de terminaciones desaparece la especie activa, por lo que la cadena no puede
seguir creciendo.
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Como ya se comentaba en la introducción, este es el motivo por el que no se pueden
usar disolventes polares en este tipo de polimerización. Aunque formarían pares
iónicos más sueltos, favoreciendo la velocidad de reacción, esta reacción lo impide.
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