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Que es ISI:

Industrialización por sustitución de Importación (llamada también ISI) es una estrategia


o modelo económico, adoptado en América Latina y en otros países en desarrollo con
posterioridad a la Primera Guerra Mundial y la Posguerra de la Segunda Guerra Mundial. La
falta de productos elaborados provenientes desde las naciones europeas industrializadas
durante las guerras mundiales e incluso durante la Gran Depresión, fue un estímulo a esta
política, que también se puede definir como el dejar de importar productos extranjeros y
comenzar a consumir los producidos en el país de origen.
Dicho modelo se basa en los siguientes postulados:

 subsidios y dirección del Estado para la producción de sustitutos.


 altos aranceles a la importación.
 tipo de cambio elevado.
De esta manera se crea en Latinoamérica la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe, (Cepal). Para la citada institución la tendencia al deterioro de los términos de
intercambio de los países en desarrollo (productores de bienes primarios) era causada por las
características del progreso tecnológico y las condiciones socioeconómicas existentes tanto
en los países ricos como en los países pobres del sistema capitalista mundial y citan las
siguientes características:

 El progreso técnico sustituye productos primarios por productos manufacturados, lo


que ocasiona un descenso de la demanda por productos primarios y, por tanto, una
disminución en los precios de los mismos.
 El progreso técnico ocasiona que el producto final requiera menor cantidad de
productos primarios, con efectos similares a los del primer punto.
 La elasticidad-ingreso de la demanda por alimentos es menor que la unidad en los
países avanzados, de tal manera que el crecimiento del ingreso implica un crecimiento
menos que proporcional en su demanda.
 Los países avanzados han establecido una política proteccionista sobre bienes
primarios (estableciendo aranceles, cuotas y subsidios al comercio internacional).

Antecedentes
Según algunos análisis económicos los antecedentes remotos de la sustitución de
importaciones están en el mercantilismo europeo de los siglos XVI y XVII que perseguía como
objetivo fundamental de su política económica establecer una balanza comercial favorable,
bajo la consigna de vender todo lo posible y comprar lo necesario en las relaciones de
comercio internacional. Para el cumplimiento de este objetivo, las monarquías europeas de
ese tiempo crearon barreras arancelarias como la famosa tarifa aduanera del ministro Jean
Baptiste Colbert durante el gobierno de Luis XIV en Francia— a fin de favorecer la
acumulación de reservas metálicas. La búsqueda de una balanza comercial favorable,
producto del exceso de las exportaciones sobre las importaciones, y una rigurosa protección
de la producción local fueron los elementos principales de la política mercantilista.1

Proceso de Industrialización
La industrialización por sustitución de importaciones es un modelo que busca fomentar el
desarrollo de industrias locales para que produzcan bienes que están siendo importados, a
través de mecanismos de política económica tales como los incentivos fiscales y crediticios o
la protección comercial. De esta manera consigue expandir el aparato industrial local con la
consecuente disminución del desempleo y el aumento del consumo interno, suponiendo una
clara estrategia de crecimiento económico.
Cuando en una economía sustitutiva se ha generado la demanda de productos
manufacturados, y se pueden financiar empresas manufactureras -a partir del excedente
generado por el sector primario- a través del ahorro y la exportación, es posible acelerar su
desarrollo por medio de la protección con la instrumentación de aranceles y cuotas. Esto es lo
que da origen al modelo de Sustitución de Importaciones. Prácticamente todos los países
industrializados y en desarrollo, han transitado por un esquema de protección para sus
nacientes industrias manufactureras.2
Es decir, por una primera etapa de un proceso de sustitución de importaciones con esquemas
que aplican aranceles a los productos de consumo que son de importación. Estos productos
consisten principalmente en ropa, calzado, enseres domésticos y los insumos tales como
textiles, piel y madera, siendo relativamente fácil la sustitución de importaciones.3
Al profundizarse el tránsito por esta primera etapa, la producción nacional aumenta en mayor
proporción que el consumo, debido a que la producción debe satisfacer no sólo los
incrementos en la demanda interna sino también debe sustituir las importaciones, generando
un importante ahorro de divisas. La segunda etapa comprende la sustitución de la importación
de bienes de consumo intermedios y de bienes de consumo duradero, por bienes de
fabricación nacional, lo que requiere una mayor capacidad de capitales, que se han logrado
ahorrar en la etapa previa gracias a la sustitución de importaciones , lo cuál genera un stock
de divisas en el país.4

Los comienzos en la Argentina de la industrialización por sustitución de importaciones (1930-


1955): causas, objetivos y análisis de sus consecuencias.  [1]

Marcos F. Daziano [2]

Introducción

Hacia fines de los años ’20, y luego de varias décadas de crecimiento sostenido a tasas superiores a
la media mundial, e incluso a la mayoría de los países desarrollados (Toranzos Torino, 2011), el
modelo agroexportador imperante en Argentina comenzaba a mostrar indicios de agotamiento.
Según Ferrer (2004), la distribución de la tierra y la fuerte presencia de capital extranjero habían
obstaculizado el desarrollo del país durante la etapa de lo que él llama “la economía primaria
exportadora”, generando inconvenientes relacionados con la escala y la capacidad técnica de las
explotaciones por un lado, y la falta del desarrollo de un sector capitalista argentino, sumado a las
remisiones de utilidades de las inversiones extranjeras por el otro. En definitiva, se había
desarrollado una dependencia y vulnerabilidad externa inviable en el momento en que los flujos
de inversión del exterior se aminoraran o cesaran.

El estancamiento del área sembrada, a pesar de los buenos precios internacionales, era una
muestra de que el crecimiento sostenido en base a los fundamentos reinantes desde 1880 parecía
ya no ser viable. Asimismo, se observa durante la Primera Guerra Mundial un incipiente desarrollo
industrial, principalmente debido a las restricciones externas, que se enfría al normalizarse los
mercados en el periodo de post guerra. De hecho, los años ’20 fueron muestra de que, a pesar de
que la producción agropecuaria seguía siendo el sostén principal de la economía, era el sector
industrial el que estaba atrayendo a las nuevas inversiones en mayor medida que el rural
(Gerchunoff y Llach, 1998). El entorno global estaba dando indicios de cambios y la Argentina
también estaba cambiando: después de años de hegemonía del Partido Autonomista Nacional
-PAN- y de la sanción de la Ley Sáenz Peña de 1912, los radicales habían triunfado en las elecciones
de 1916 y continuarían en el gobierno hasta el golpe de estado de 1930. Durante los gobiernos
radicales se observaron ciertos cambios, como la profundización de la relación con Estados
Unidos, tanto en el comercio exterior como a través del flujo de capitales provenientes de este
país. Se desarrolla, de esta manera una relación trilateral entre el Reino Unido, los Estados Unidos
y la Argentina que tendría un impacto notable en las décadas siguientes (Rapoport, 2007). La crisis
del año ’29 en los Estados Unidos tendría un impacto global que seria determinante para la
transformación de la economía argentina.

Objetivo y metodología

El objetivo del siguiente trabajo es describir y analizar la primera etapa de la industrialización por
sustitución de importaciones -ISI- en la Argentina entre los años 1930 y 1955.

Para cumplir con el objetivo propuesto, se realizará una descripción del trasfondo histórico, a nivel
país y mundial, que dio lugar a que la Argentina se abocara a una estrategia de sustitución de
importaciones por medio de la generación de industrias en el país. Asimismo, se analizarán los
objetivos perseguidos y las consecuencias registradas al aplicar esta estrategia, como por ejemplo
los efectos que tuvo sobre la relación de la Argentina con otros países, la productividad, la
competitividad, los precios de las manufacturas, la inflación, el rol del Estado, el tipo y nivel de
formalidad del empleo, la urbanización de la población y otros.

La metodología utilizada para desarrollar este tema se basará en el análisis sistémico del efecto de
las políticas públicas aplicadas durante ese período. Para realizar este trabajo se han consultado
fuentes de información secundaria, incluyendo, pero no limitadas a, la bibliografía obligatoria y
complementaria de la materia Macroeconomía y Política Económica.

Desarrollo

Cambio de paradigma: la transformación de la Argentina del modelo agroexportador al primer


desarrollo industrial significativo (1930-1945).

La crisis de 1929 desató una recesión a nivel mundial que estuvo caracterizada por procesos
deflacionarios, bajas de precios y salarios y el retroceso de las actividades económicas (Rapoport,
op. cit.). La actividad industrial cayó, y por consiguiente se demandaron menos materias primas, lo
que hizo que sus precios bajaran drásticamente. Consecuentemente, los países productores de
materias primas, como la Argentina, se encontraron perdiendo valor relativo de sus exportaciones
contra sus importaciones y, por consiguiente, se vieron obligados a reducir sus compras de
manufacturas y maquinarias, al mismo tiempo que se vieron con serias dificultades para poder
cubrir las obligaciones adquiridas anteriormente. Esto generó la quiebra del sistema multilateral
de comercio y la caída del patrón oro, al tiempo que causó que las potencias coloniales volvieran a
establecer preferencias con sus colonias y generó el desarrollo de innumerables convenios
bilaterales. Otras características del comercio mundial durante este período fueron el sobrepaso
en volumen de las manufacturas por sobre los productos agropecuarios, la especialización de los
países industrializados y el intercambio entre ellos y el comienzo de la instalación de empresas
multinacionales a través de subsidiarias que permitían evadir barreras arancelarias.

En la Argentina, el entorno institucional no era favorable, al golpe de Estado del ’30 lo siguieron la
elección de Justo en 1932, que intentó restaurar los proyectos de los gobiernos anteriores a los
radicales y con la turbia elección de Ortiz, quien renunció en 1940. Un hecho de gran importancia
fue la creación del Banco Central en el año 1935 y cuyos objetivos eran, mantener las reservas
para moderar las fluctuaciones de la cantidad de ingreso de divisas, regular el crédito y los medios
de pago, promover la liquidez y actuar como agente financiero.

En el plano económico local, la Argentina se vio ante la imposibilidad de seguir cumpliendo el


mismo rol en el comercio internacional que en décadas anteriores y de cumplir con los pagos de la
deuda en tiempo y forma. Las perturbaciones en el mercado de materias primas, unidas al cese de
influjo de capitales extranjeros, hacían que el país no pudiera obtener los bienes de capital y de
consumo importados que tanto necesitaba. A medida que las reservas de oro caían (Argentina
había entrado a la crisis como el país con mayor cantidad de reservas del metal) y se ahondaba el
problema de la iliquidez, se restringía el crédito y por consiguiente la actividad económica.
Finalmente, el gobierno comenzó a emitir pesos sin respaldo y la moneda se depreció,
aumentando la deuda, razón por la cual se optó por un régimen de control de cambio (Ferrer, op.
cit.). La relación trilateral mencionada anteriormente comenzaba a tener fallas ya que la Argentina
no tenía divisas para importar de EE.UU. y por consiguiente, se vio obligada a establecer una
relación bilateral con el Reino Unido (con quien tenía balanza comercial positiva) para abastecerse
de importaciones, que en general eran de menor calidad que las norteamericanas. Es así que se
firma el pacto Roca-Runciman, que consistió en un sistema de preferencias arancelarias para
productos ingleses y desbloqueo de fondos, y donde Inglaterra se comprometía a mantener el
statu-quo en la compra de carne, lo cual beneficiaba al sector agropecuario argentino, aunque el
pacto se cumplió de manera desigual para detrimento argentino.

A pesar de los intentos por restablecer el orden anterior, la industrialización se transformaba en


una realidad en el país. A pesar de no contar con ciertos minerales claves como el carbón y el
hierro, la Argentina se estaba convirtiendo en el país más industrializado después de Brasil en
Sudamérica. Este desarrollo industrial ya no estaba limitado, como en épocas anteriores, a
frigoríficos, ingenios, bodegas; era el momento de la aparición de las industrias manufactureras
para satisfacer el consumo interno, textiles, vidrio, papel, caucho y aparatos eléctricos fueron
reemplazando poco a poco lo que ya no entraba al país por medio de importaciones. Las políticas
de gobierno, particularmente las de control de cambios generaron una restricción de la
competencia externa en los productos manufacturados. Y esto devino en lo que hoy se conoce
como una industrialización por sustitución de importaciones. Un hecho importante fue que,
debido a los aranceles diferenciales, los productos de importación norteamericanos se vieron
perjudicados por el desarrollo de la industria de sustitución de importaciones. Esto desencadenó la
instalación de empresas de los EE.UU., principalmente relacionadas con el algodón, los neumáticos
de caucho y el petróleo, en el país, evitando así los costos aduaneros. No menos destacable es que
las incipientes industrias nacionales contaban con una fuente de mano de obra proveniente de las
corrientes migratorias internas desde las zonas rurales hacia las ciudades. Ya por 1936, se
comenzaron a desarrollar las industrias no derivadas de la actividad primaria (textil, caucho,
maquinaria, vidrio, electrodomésticos y petróleo).

Este proceso hizo que, entre 1935 y 1939, el PBI duplicara el PBI industrial y que luego, se volviera
a duplicar durante la Segunda Guerra Mundial, mientras la cantidad de empresas industriales
instaladas y la mano de obra empleada crecían fuertemente (Rapoport, op. cit.).

Ya hacia finales de este período, los resultados de la Segunda Guerra Mundial y la ausencia de un
liderazgo abrieron camino al golpe de Estado de 1943 que daría ascenso a Perón (Gerchunoff y
Llach, op. cit.).

La industrialización en los tiempos de Perón (1940-1955)

Luego del golpe de 1943, comienza el fuerte ascenso político de Perón, primero desde la
Secretaría de Trabajo entabló relaciones con gremios y comenzó a ganarse el apoyo de algunos
sectores políticos. En 1944, bajo la presidencia de Farrell, toma los cargos de Vicepresidente y
Ministro de Guerra. En 1945 por presión de la oposición renuncia y es detenido, lo que provoca
una movilización de lo gremios forzando su restitución. Finalmente, en 1946 asume como
Presidente triunfando sobre la Unión Democrática, y en 1947 funda el Partido Justicialista.

Durante los años de la guerra (1939-1945), la industria argentina se vio beneficiada por la
imposibilidad de los países en guerra de poder proveer sus productos al mercado mundial. Incluso,
se exportaron manufacturas en volúmenes considerables, principalmente a Latinoamérica y a
EE.UU. por la Comisión del Desarrollo para el Intercambio. El principal problema de esa época
radicaba naturalmente en las grandes dificultades para la obtención de bienes de capital y
materias primas importados para la industria.

Algunas de las políticas que se tomaron en ese momento fueron los redescuentos, el Comité de
Exportaciones y estímulo Industrial y Comercial, las Leyes de Promoción Industrial, la creación de
la flota mercante del Estado, los créditos del Banco Industrial (1944) y la nacionalización del BCRA
(1946) (Ferrer, op. cit.).

Una vez que logró la presidencia, Perón comenzó a sentar las bases de lo que se conoció como
doctrina Justicialista, y que abogaba por la armonía en contraposición a la lucha entre clases, con
una visión corporativa de la sociedad y con políticas que pueden definirse con rasgos populistas y
nacionalistas.

En la concepción peronista, el Estado era un productor de bienes y servicios, siendo una de sus
principales medidas la estatización de servicios públicos (transporte, teléfono y energías), entre las
destacadas se encuentra la nacionalización del ferrocarril, realizada en gran parte con las Libras
bloqueadas del intercambio con el Reino Unido. Siguiendo teorías Keynesianas, Perón quería
instalar el Estado de Bienestar, aumentando la seguridad social y mejorando la distribución del
ingreso, aumentando el gasto publico y realizando inversiones simultáneas en diferentes sectores,
como defensa, salud, educación y vivienda.

La producción creció, el aumento en las exportaciones se volcó sobre la expansión del consumo. A
esto se sumaba el congelamiento de precios y control de alquileres que eran medidas que
aumentaban el salario real. Entre los aspectos tributarios más destacables se intentaron aplicar
impuestos apuntados a la redistribución de la riqueza.

Para la doctrina peronista, la industria cumplía un rol esencial como fuente de empleo y consumo,
por lo que el apoyo a la industrialización por sustitución de importaciones no cesó. Existieron
variadas políticas como la restricción a las importaciones mediante controles de cambio y
permisos previos (se daban preferencias a la importación de materias primas y bienes de capital),
políticas crediticias implementadas a través del Banco Industrial y el BCRA, que brindaban fondos
financiados a largo plazo y en algunos casos con intereses negativos. Otro de los aspectos
destacables fue el fomento de la educación técnica (Ferrer, op. cit.).

Las críticas a las políticas industriales de esos momentos se centraban principalmente en la


limitada escala de producción, en el hecho de que no se estaban sustituyendo las ramas básicas de
la industria que proveerían insumos a todas las demás, al bajo índice de inversión extranjera que
determinaba que se dependiera exclusivamente de fondos nacionales y a la disminución de las
importaciones para las actividades agropecuarias que producía bajos rendimientos y baja
productividad que se traducía en menor generación de divisas. Otro aspecto criticable fue la falta
de enfoque sobre los eslabonamientos industriales y la política de incentivos a la producción
indiscriminada y diversificada de manufacturas.

Por su parte, el Sector Agropecuario vio sus precios dictaminados a través de la creación de
Instituto Argentino de Promoción del Intercambio -IAPI- que compraba los cereales y oleaginosas,
y luego los vendía en el mercado interno y externo. Esto le daba un alto grado de negociación,
logrando grandes ganancias q le permitían financiar parte del gasto publico. El IAPI evitaba q los
precios subieran y debiera presionarse más a la suba del salario o se generaran caídas en el salario
real. Otras de las medidas q se tomaron en el periodo fue el Estatuto del Peón, que evitaba la
emigración interna, aumentando los salarios de los trabajadores del agro. También se creo una Ley
de Arrendamientos, que obligaba a mantener congelados los montos.

Los volúmenes exportados comenzaban a ser menores, pero los altos precios de la guerra y post-
guerra enmascaraban ese decrecimiento hasta 1948. Ya en 1949, apareció la primera balanza de
pagos negativa, que no podía ser financiada debido al desaliento al ingreso de capitales
extranjeros.

Un problema que se evidenció en la época peronista fue la aparición de la inflación. Ya a partir de


la Segunda Guerra la economía comenzó a mostrar signos inflacionarios, iniciado el régimen
peronista el sistema monetario y bancario argentino fue modificado profundamente.

Conclusiones

Como es evidenciable a lo largo de esta trabajo, si bien se habla en general de un primer proceso
de industrialización por sustitución de importaciones, queda claro que no ha sido un proceso
homogéneo a lo largo de sus aproximadamente 25 años. Se puede, de esta manera, distinguir dos
etapas principales: por un lado una primera etapa defensiva, que se desarrolló de manera
espontánea (Rapoport, 2007) para hacer frente a la falta de productos de importación que dejaron
de entrar al país principalmente por el contexto económico global que desalentó el comercio.
Por el otro, una segunda etapa dirigida, con un foco puesto en la industrialización y con metas
consecuentes, si bien no se lograron los resultados esperados.

Queda en evidencia que este primer proceso, si bien fue de gran importancia en la restructuración
económica del país, fue en un principio, no tanto una elección, sino una respuesta prácticamente
obligatoria a un mundo que se cerraba y evitaba el comercio internacional.

Asimismo, las ideas keynesianas de la época transformaron la conceptualización del


Estado y su rol en la economía. Esto da pie a la etapa peronista de la ISI que, si bien
tuvo buenas intenciones, es la opinión del autor que falló en identificar cuáles eran
los sectores estratégicos que debían ser incentivados y de esa manera haber
permitido un desarrollo más armónico, encadenado y sustentable de la industria
nacional.

Consecuencias positivas
Este modelo económico comenzó a aplicarse a consecuencias de las dificultades de
abastecimiento que provocò la Primera Guerra Mundial, aunque su fase más intensa se
produjo en el período posterior a la crisis del 29 y hasta la primera mitad de los años 1970 en
Latinoamérica. Tuvo especial auge en un período en que los gobiernos latinoamericanos
propiciaron una mayor participación del Estado en la economía (años 1940 y años 1950), y
con una tendencia desarrollista (años 1960). En algunos países, en la década de 1960, se
logra avanzar en la segunda etapa de producción de bienes duraderos, se genera una nueva
industria con tecnología moderna e inversión extranjera directa (IED) aunque con cierta
dependencia de insumos importados y focalizada al mercado interno. Algunos de sus logros
parciales fueron:7 8

 Aumento del empleo en las sociedades por las industrias a corto plazo.
 Estado de bienestar y garantías de protección al trabajador.
 Baja dependencia de los mercados extranjeros.
 Nacimiento de nuevos sectores industriales nacionales, en especial pequeñas y
medianas empresas.
 Un alto nivel de empleo entre los jefes de familia, el desempleo afecta principalmente a
mujeres y jóvenes que poseen menor calificación.
Por ejemplo en Argentina, los indicadores del mercado de trabajo para el período 1945-75
muestran que había alcanzado cierto grado de madurez que la hacían comparable a los
países más desarrollados: elevada tasa de urbanización y empleo formal, alta participación de
los asalariados en la Población Económicamente Activa, amplia difusión de la escolarización
en la Población Económicamente Activa, desarrollo del sector servicios, a lo que habría que
agregar, buen nivel de remuneraciones y cobertura de seguridad social.8

Consecuencias negativas
Si bien la mayoría de sus críticos reconocen que este modelo no sufrió problemas graves
como los que se presentan en otras economías menos desarrolladas, las críticas a la
estrategia industrial de sustitución de importaciones tenían varios ejes:9
 Estrechez del mercado interno que impedía aprovechar las economías de escala para
bajar
costos.

 Presiones hiperinflacionarias
 Eliminación de mecanismos de autoregulación en el mercado
 Aumento del nivel general de precios
 Establecimiento de monopolios y oligopolios estatales

Contexto histórico
Como resultado de la crisis del 30, los países tradicionalmente consumidores de las
producciones latinoamericanas implementaron altas tarifas arancelarias -con el fin de proteger
e impulsar sus propios sectores primarios- o, simplemente, suspendieron las importaciones.
En consecuencia, las exportaciones de bienes primarios de los países periféricos cayeron y en
las sociedades latinoamericanas esto provocó la falta de divisas suficientes para mantener el
nivel de las importaciones. La repercusión de la Gran depresión, con un declive económico
precipitado de Europa y Estados Unidos redujo el mercado para sus exportaciones. La
demanda internacional de caña de azúcar, metales y carne pasó por una aguda reducción y
no se pudieron hallar salidas alternativas para estos productos.

Aporte del Estructuralismo


La teoría estructuralista contemporánea sugería que los desequilibrios fiscales eran en gran
medida exógenos, producto de sistemas tributarios históricamente débiles, de las exigencias
de financiar el costo del servicio de la deuda la gravedad de esos choques externos. Las
teorías modernas del crecimiento endógeno fueron diseñadas para lograr una persistencia del
crecimiento a largo plazo.
El cambio tecnológico se considera una fuerza dinámica fundamental en el ISI, las dotaciones
de capital y capacidad técnica se construyen como resultado de la acumulación de capital
físico y humano, producto de la acumulación de capitales que antes debían ser utilizados para
la importación de productos industriales, la estrategia se complementaba con el impulso de
grandes economías de escala que abarataren los costos y permitieren mayor competitividad,
para lograr estas economías a escala las empresas debían ser apoyadas desde el estado que
pasaría incluso a jugar un rol clave a través de empresas nacionales. La apertura de la
economía al comercio mundial traía aparejada una dependencia absoluta de la exportación de
materias primas e importación de productos industriales, lo que llevaba a frecuentes crisis en
la balanza de pagos y a mecanismos de endeudamiento externo para poder ingresar divisas
para pagar las importaciones, tras la caída del patrón oro algunos países latinoamericanos
que no adoptaron la ISI optaron por realizar las llamadas devaluaciones competititvas para
intentar equilibrar la balanza de pagos, lo que trajo aparejado brotes inflacionarios y fuga de
capitales más pronunciados.

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