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CONFERENCIA DE LA HAYA 1930

GENERALIDADES
En las últimas décadas, pocas ramas del
derecho internacional público han tenido un
desarrollo tan importante como el derecho
del mar. El régimen jurídico de los espacios
marítimos se desenvolvió hacia fines del
siglo XVIII, cuando fue aceptado el principio
de la libertad de los mares defendido por
Grocio en su Mare Liberum, en 1609. El
principio se aplicó virtualmente a toda la
extensión del mar, pues abarcaba la alta
mar más allá de un angosto cinturón de
agua a lo largo de la costa, llamado mar territorial, que quedaba sujeto a la
soberanía del Estado ribereño.
Esta estructura legal respondía a los intereses de las grandes potencias
marítimas en los tradicionales usos del mar: la navegación y la pesca. Los
esfuerzos de la comunidad internacional para codificar el derecho del mar,
comenzaron bajo los auspicios de la Sociedad de las Naciones en la
Conferencia de La Haya, en 1930. Sólo uno de los tres temas considerados
maduros para ser codificados pertenecía al derecho del mar: las aguas
territoriales. La Conferencia no logró adoptar un instrumento vinculante. Sin
embargo, produjo un proyecto sobre "La condición jurídica del mar territorial"
que fue un documento pionero en el proceso de codificación del derecho del
mar. El obstáculo fue la cuestión de la anchura del mar territorial. La regla de
las tres millas apoyada por las potencias navales fue la gran perdedora. Como
observa Gidel, fue el "ídolo caído" y no fue reemplazado.

LA CONFERENCIA DE LA HAYA COMO UN INTENTO DE CODIFICACION


DEL DERECHO INTERNACIONAL: La tendencia de los hombres a la unidad, a
la claridad ha inspirado a publicistas eminentes trabajar Proyectos de Códigos
de Derecho Internacional. En la práctica, poco ha progresado la codificación en
Europa.
La Conferencia de La Haya de 1930 se propuso estudiar una codificación
parcial: la nacionalidad, las aguas territoriales y la responsabilidad de los
Estados. El único resultado de la Conferencia fue que quedaran planteadas
algunas reglas relativas al mar territorial. ¡Dificultades se encuentran en Europa
al querer codificar los principios para la solución de los diferendos
internacionales, que determinan los deberes y derechos de los Estados, los
límites y condiciones de la intervención de humanidad, etc.! En América, la
Codificación ha sido más fácil, se ha llegado más pronto a la armonía. En
Europa prepondera el aspecto político y dinámico del Derecho Internacional. En
América prevalece el lado jurídico del derecho de gentes, porque el aspecto
dinámico queda controlado y armonizado por la unidad de la conciencia
americana.
¿QUÉ ES LA CONFERENCIA DE LA HAYA DE 1930?
Fue una conferencia que se
celebró en LA HAYA del 13
de marzo al 12 de abril de
1930, por La Sociedad de las
Naciones Conferencia de
Codificación, con el propósito
de formular normas
aceptadas en el derecho
internacional de los sujetos
que hasta entonces no se
trataron a fondo. El principal
logro de la conferencia fue la
conclusión de la primera
convención internacional
sobre el conflicto de leyes de
nacionalidad.

FONDO: El 22 de septiembre 1924, la Asamblea General de la Sociedad de


Naciones aprobó una resolución que prevé el establecimiento de un comité de
17 miembros para la formulación de un sistema integral de la ley internacional
sobre todas las cuestiones pendientes. El trabajo del comité condujo a la
convocatoria de la conferencia en 1930.
La conferencia trató finalmente con tres temas principales en su agenda:
 Leyes de nacionalidad de varios estados.
 Aguas territoriales.
 Responsabilidad de los Estados por los daños causados en su territorio
a la persona o propiedad de extranjeros.
Debido a los desacuerdos en la mayoría de los temas de la agenda, sólo
la Convención sobre ciertas cuestiones relativas al conflicto de leyes de
nacionalidad podría ser acordada por los estados que participaron en la
conferencia.

LEGADO DE LA CONFERENCIA DE CODIFICACIÓN


El interés legal de lograr la codificación del derecho internacional continuó
después de la conferencia de 1930. El fracaso de la conferencia que motivó a
los fundadores de la Organización de las Naciones Unidas para luchar por una
comisión permanente con ese fin, lo que llevó a la creación de la Comisión de
Derecho Internacional .
El fracaso de la conferencia de 1930 sirvió a los miembros de la nueva
comisión como un recordatorio para proceder con precaución con la
codificación del derecho internacional a través de un proceso más largo y un
proceso más gradual.
FINALMENTE ¿QUE SE LOGRO CON ESTA CONFERENCIA?

1. RESPECTO DE LAS AGUA TERRITORIALES


El art. 3 de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
establece:

Todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar


territorial hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas
medidas a partir de las líneas de base determinadas de conformidad
con la presente Convención.

El límite de las 12 millas ha sido adoptado de forma prácticamente universal y


ningún autor duda hoy de su carácter oponible erga omnes, con independencia
de la Convención, como norma consuetudinaria.
Sin embargo, no siempre
ha sido así y, de hecho,
esta situación pacífica
contrasta con la viva
polémica que sobre la
anchura que hubiera de
tener el mar territorial ha
existido a lo largo del
presente siglo. Como
veremos dicha polémica se
inicia en la Conferencia de
codificación de La Haya, en 1930, donde se hunde el mito de la regla de las 3
millas y continúa después de la Segunda Guerra Mundial con reclamaciones
que van desde esas 3 millas hasta las 200, si bien empieza a crearse un
consenso alrededor de las 12 millas que cristaliza a principios de los años
setenta, tanto fuera como dentro del marco de la III Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. 
Una de las comisiones de
la CONFERENCIA DE LA
HAYA DE 1930 debía
encargarse de delimitar el
ancho de las aguas
territoriales, a las que se
optó por llamar mar
territorial. En ella se dejó
en claro que efectivamente existía una franja de mar (y su espacio aéreo) sobre
la que el Estado ribereño ejercía su soberanía de la misma manera que sobre
su propio territorio.
Sin embargo, no se llegó a ninguna decisión en cuanto a su ancho, ya que sólo
nueve de los cuarenta y ocho votaron por continuar con la regla de las tres
millas (todos ellos poseedores de importantes armadas, como Estados Unidos,
el Reino Unido, China y Japón), el resto de los países votaron por adoptar
franjas de 4, 6, 12 o más millas de ancho. El distinguido jurista francés Gilbert
Gidel dijo posteriormente a la Conferencia, que la regla de las tres millas sólo
podía considerarse como una regla mínima del ancho del mar territorial, pero
de ninguna manera como lo inverso, o sea, como regla de máxima anchura de
las aguas en cuestión.
A fines de la década de 1940 y durante la siguiente, hubo prácticas
contradictorias entre los Estados. En esos años, varios países latinoamericanos
establecieron de manera unilateral jurisdicciones de 200 millas mar adentro
(entre ellos, Chile el 23 de junio de 1947 por declaración presidencial, El
Salvador en sus Constituciones de 1950 y 1962, Ecuador el 9 de noviembre de
1966 por Decreto Supremo, y la Argentina en 1966 por la ley 17094, por
nombrar algunos).

CONCLUSIÓN DE ESTAS AGUAS TERRITORIALES: Los 34 Estados que


participaron en los debates de la Segunda Comisión se dividieron, por lo que a
la anchura del mar territorial se refiere, en tres grupos:
1. Aquellos que aceptaban sin reservas ni reclamaciones ulteriores la regla
de las tres millas. Se reducía a Gran Bretaña y su dominio, Estados
Unidos, Japón y Países Bajos.
2. 8 Estados que aceptaban el mismo límite, siempre que se adoptara,
adyacente al mar territorial, una zona contigua.
3. 17 Estados que reclamaban, con o sin zona contigua, anchuras
superiores.
Pocos Estados estaban dispuestos a hacer concesiones, por lo que el fracaso
fue inevitable. Aunque ninguna distancia se impuso como obligatoria, quedó
claro que la regla de las tres millas había sido la gran derrotada.
El informe del relator de la Segunda Comisión refleja la imposibilidad de llegar
a un acuerdo en base a la regla de las 3 millas, mientras que tampoco la
propuesta de aceptar anchuras superiores en casos concretos tuvo ninguna
opción de prosperar: ello no impediría a las grandes potencias seguir
reclamando las 3 millas como norma consuetudinaria oponible erga omnes,
pero lo cierto es que, si como regla existía, era solamente en tanto que regla de
anchura mínima.
La extensión del programa y lo escaso del tiempo para discutirlo (3 semanas)
fueron las causas apuntadas para justificar la falta de acuerdo en este y otros
puntos. Algunos acuerdos importantes, sin embargo, se obtuvieron en materia
de mar territorial, como fueron la elección misma de esta expresión, en lugar de
la tradicional de «aguas territoriales», la extensión del régimen jurídico de este
espacio al aire, suelo y subsuelo y el reconocimiento de que el estado ribereño
ejerce plenamente su soberania sobre el (con la excepción del derecho de
paso inocente), por todo lo cual no puede decirse que la conferencia terminara
en un completo FRACASO.

2. RESPECTO DEL DERECHO DE PASO INOCENTE:

En la Conferencia de la Haya de
1930 para la codificación del
Derecho internacional, once de los
trece artículos del Comité
preparatorio sobre el Estatuto
jurídico del mar territorial se referían
al paso inocente, sin embargo, la
Conferencia no tuvo éxito y no se
consiguieron resultados tangibles

EL PASO INOCENTE DE LOS


BUQUES DE GUERRA EN LA CONFERENCIA DE LA HAYA DE 1930:
Una referencia expresa al paso de los buques de guerra por aguas territoriales
extranjeras la encontramos, finalmente, en los artículos 12 y 13 anexos al Acta
final de la Conferencia de la Haya de 1930.
El Comité preparatorio envió un cuestionario a los gobiernos a efectos de
tomar conocimiento de la postura que éstos mantenían en relación con esta
cuestión.
Dieciséis Estados se posicionaron a favor de reconocer este derecho, y sólo
cinco de ellos se manifestaron en contra. La divergencia más notoria no venía
referida al reconocimiento o no del paso sino al alcance de los poderes
regulatorios que algunos de los Estados reivindicaban.
Estados como Bulgaria entendían que ello implicaba previa autorización;
Bélgica lo veía como previa notificación; y Suecia consideraba que los buques
de guerra debían someterse al mismo régimen de los buques mercantes. Esta
última era la postura que contaba con mayor número de partidarios
Todo ello es prueba de que existe una práctica internacional de admitir el paso
inocente de los buques de guerra por los mares territoriales, pero sin poder
determinarse si se trata de un verdadero derecho, una concesión del Estado
ribereño o, en palabras de G. Gidel, de una “tolerancia”, una cortesía
internacional o una comitas gentium.
CONCLUSIONES:

1. La Conferencia de la Haya se convirtió en ese entonces en el intento


más grande por lograr la concertación entre los estados para generar
parámetros universales de aplicación de normativa del mar. La
Conferencia organizada por la Sociedad de la Naciones contó con la
participación de 46 estados, y con importantes acuerdos sobre el
principio de libertad de navegación, la naturaleza jurídica del mar
territorial y las líneas de base..

2. La Conferencia introdujo un nuevo concepto, el de la Zona Contigua,


definida como una zona suplementaria al mar territorial, en donde el
Estado puede adoptar medidas para su seguridad, y cuya extensión no
podía ser mayor a nueve millas marinas.

3. Sin embargo, las divergencias surgieron en cuanto al tema de la


extensión del mar territorial. Los estados estaban agrupados en por los
menos seis posturas que variaban entre tres, cuatro y seis millas,
además de la adopción o no de una zona contigua. La división se mostró
profunda y no se pudo llegar a acuerdo alguno

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