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THE MAN OF STARS 1

Esta es una traducción hecha por fans y para fans. El


grupo de The Man of Stars realiza este trabajo sin
ánimo de lucro y para dar a conocer estas historias y a
sus autores en habla hispana. Si llegaran a editar a esta
autora al idioma español, por favor apoyarla
adquiriendo su obra.
Esperamos que disfruten de la lectura.
STAFF DE TRADUCCIÓN Y EDICIÓN

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SINOPSIS:
Laarn, Lord Healer de Lathar, está a punto de convertirse en
algo único entre su gente. Está a punto de convertirse en
padre... de una niña. La primera niña nacida por una
generación. Ha estudiado el parto, confía en que tiene todo
planeado. Desafortunadamente, como cualquier mujer
humana podría decirle, tener un bebé no siempre va con el
plan establecido... Esta historia se desarrolla en el mundo
de guerreros de Lathar y no es una versión independiente.
Debe leerse después de Embarazada por el sanador
alienígena y es una pequeño fragmento de la vida para
aquellos que se enamoraron de los Lathar y de sus
compañeras.

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Capitulo uno

- Laarn, si alguna vez me tocas de nuevo, te lo juro por Dios


¡Te destriparé con una jodida cuchara! -Jessica le siseó a su
compañero ausente mientras caminaba lentamente a lo
largo de los pasillos entre los pabellones de la sala de
curanderos temporal del palacio. Se había estado quejando
en voz baja ante la distancia antes de que recordara que el
salón del sanador, el equivalente a un hospital Lathar había
sido reubicado por una muy buen razón.
Lo había volado al infierno.
- Bueno, técnicamente, pequeña -Murmuró, frotando su tripa
mientras caminaba-, sólo volé el laboratorio ¿Como iba a
saber que causaría una reacción en cadena en los núcleos
de potencia y eliminaría toda la sala? Y era por una buena
causa... esos gilipollas de los puristas se lo merecían.
Se desvió de ese tema, un destello de dolor le advirtió que
los recuerdos no eran buenos Debido a los puristas, casi
perdió a la hija que llevaba y su vida. La segunda podía vivir
con eso pero la primera casi le había roto el corazón y la
redujo a mendigar a Laarn, su compañero, para salvar al
bebé incluso si la mataba.
- Pero no dejaste que eso sucediera, ¿verdad, cariño? -
Preguntó cuando su sonrisa incremento, deteniéndose por
un momento en un intersección en el camino a la sala-
Ayudaste a tu papá a salvar a mami... eras tan valiente y
estoy tan orgullosa de ti.
El estallido de calor a través de su corazón y su mente fue
como todo un abrazo y el amor por el bebé la llenó. Había
pensado que lo que sentía por Laarn, su compañero, era

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abrumador pero esto... el amor de un padre por un hijo, era
otra cosa.
- ¿Las hembras humanas siempre hablan con sus crías no
nacidas?
La profunda voz masculina irrumpió en sus reflexiones y se
volvió para encontrar a Xaandril, el campeón del emperador,
de pie detrás de ella con una mirada perpleja en su rostro.
Jess no pudo evitar la sonrisa complacida que se rompió
sobre sus labios con la vista del guerrero alto. Junto con
Daaynal, el Emperador de Lathar, Xaandril había sido una
de las primeras caras que había visto en la Corte. Aunque el
gran guerrero era brusco y en ocasiones menos que
hablador, los últimos dos meses que ambos pasaron dentro
y fuera de la sala de curanderos había demostrado que era
todo ladrador y nada mordedor... con Jess y las otras
mujeres humanas de todos modos.
- ¿Cómo te va? -Preguntó, bajando la mirada hacia el brazo
en el cabestrillo sobre el pecho de Xaandril. Gravemente
herido en los meses de batalla hace poco, justo antes del
ataque purista en el palacio, debería haber muerto varias
veces más.
La expresión de Xaan parpadeó un poco, pero mantuvo la
máscara en lugar.
- Se está curando despacio.
Esas tres palabras y el control detrás de ellas le dijeron a
Jess que era todo lo que necesitaba saber. Los guerreros
Lathar no eran criaturas pacientes, los guerreros del nivel de
Xaandril lo eran aún menos.
- Pero... -continuó, mirando la protuberancia que la hacía
sentir del tamaño de una pequeña ballena- No respondiste a
mi pregunta ¿Es normal que las hembras humanas tengan
conversaciones con sus hijos antes del nacimiento?

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Dio dos pasos más cerca, ofreciendo su brazo bueno para
que pudieran continuar hasta el salón del sanador. Su
energía casi agotada por el corto paseo hasta ahora, lo tomó
con un pequeño murmullo de agradecimiento que no tendría
para cualquier guerrero.
Los machos Lathar eran altamente posesivo, especialmente
cuando se aparearan, pero Xaandril era uno de los pocos
machos en los que Laarn confiaba sin duda. No habría
problema con Xaandril ayudándola, era el Latharian que su
compañero no intentaría matar.
No, no lo habría intentado. Su compañero era el Lord Healer,
solo el más alto rango de un doctor calificado en el imperio y
un guerrero. Y Jess no podía pensar en nada más peligroso
que un hombre que sabía cómo el cuerpo humano o
Latharian funcionaba tratara de matarte.
- Lo hacemos mucho -respondió a su consulta con una
pequeña sonrisa, notando cómo había acortado su pasos
para que coincidieran con los de ella.
Por todos sus fanfarronadas de ser los guerreros más
grandes y malos en el universo, la mayoría de las mujeres
eran tratadas como la mejor de las porcelanas por los Lathar.
- Sin embargo, normalmente el bebé no responde. A menos,
los bebés humanos no lo hacen. Un híbrido humano-
Lathar...
Dejó que la frase se fuera y se encogió de hombros. Todos
en la creación tenía que saber cuán único era su embarazo.
El primero de un niña Latharia nacida en décadas y la
primera híbrida humana-lathar, su hija era única.
- ¿El niño ya te habla? -Preguntó Xaandril, disparando una
mirada interesada hacia la tripa de Jess- Mi compañera...
cuando llevaba... no había comunicación telepática.
Jess se encogió de hombros.

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- ¿Tal vez sea algo que ver con la mezcla genética? O
porque... bueno, Laarn dice que será una sanadora. Y más
poderosa de lo que es él.
El temor se filtró sobre las características escarpadas de
Xaandril.
- Eso esta en la línea de sangre. Hubo más de unos pocos
K'Vass Lord Healers pero un K'Vass Lady Healer sería algo
para contemplar.
Jess se frotó el bulto de nuevo. Después de meses en Lathar
Prime, era fácil descifrar los diferentes términos y
significados en los apellidos. Ya no era Jessica Kallson pero
Lady Jessica K’Vass, compañera de Lord Healer Laarn
K’Vass, hermana del propio Emperador. Su hija sería una
princesa de sangre real.
Se unió para viajar a las estrellas y terminó casada con una
príncipe extraterrestre, su hija cuarta en la línea en una
dinastía que abarcaba más años que la historia humana.
Santa mierda, nada le hace justicia a todo esto.
- Tu compañera... ¿era la madre de Xaandryn?- Jess
preguntó cuando la sala de sanadores apareció a la vista.
Mantuvo su voz ligera, esperando que no estuviera
aventurándose donde los ángeles temían pisar. Laarn había
insinuado que había una tragedia en el pasado de Xaandril
y el gran campeón no era un hablador.
- No -Su respuesta fue con los labios apretados y por un
momento el silencio reinó, Jess hizo una mueca, convencida
de que lo había echado a perder, y luego suspiro- Xaandryn
nació de la misma manera. Necesitaba un heredero.
Asintió. Los oonat eran una raza sensata, aunque
insensatamente los Lathar solían usarlos como sirvientes. El
ganado, eran como sombras encapuchadas, a menudo
ignoradas cuando los Lathar pasaban con su rutina. Sin

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hembras propias, muchos Lathar las usaron como
concubinas y portadoras gestacionales. Jess se había
indignado cuando Laarn se lo había explicado. Que habían
alterado la genética de especies para que cualquier niño
engendrado por un Lathar sea Lathar puro.
- Ya queda poco -Xaandril murmuró, tomando su silencio y
frunció el ceño como incomodidad. Su mano se apretó
mientras la miraba con preocupación- ¿Luchan las hembras
humanas durante el parto?
Se río de eso.
- No lo sabría. Este es mi primer bebé. Sin embargo, me
dijeron que no es un paseo por el parque.
Parecía confundido.
-¿Por qué querrías caminar en el parque? ¿Cuándo estás
tan cerca de dar a luz a tus crías?
Sonrió, una vez más sorprendida por la manera literal en que
algunos Lathar se tomaban las cosas.
- No caminar. Significa que el parto es difícil y doloroso para
nosotras. A veces puede ser fatal para la madre y el niño.
La expresión de Xaandril cambió a algo cercano al pánico.
- Deberíamos llevarte a la sala de sanadores. Laarn puede
llamar a todos los sanadores que te atenderán en tu parto.
- Uno... los humanos han estado dando a luz por miles y
miles de años y dos, no voy a dar a luz concretamente ahora
-Riéndose, le dio una palmadita en el brazo- Así que... ¿por
qué de repente el interés en el parto humano?
Se puso rosa, su boca se abrió y se cerró por un segundo
antes de que le dijera:
- Si los Lathar han de construir alianzas con la humanidad,
entonces como campeón necesito conocer tus capacidades
físicas.

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Arqueó una ceja cuando llegaron a la entrada de la sala de
sanadores temporal.
- ¿Y para que necesitas saberlo cómo dan nacimiento las
mujeres humanas? Xaan, invéntate otra cosa, suenan
campanas ¿Estás seguro? No tiene más que ver con una
cierta dama marine...
En ese momento, el tinte rosado que cubría las mejillas de
Xaandril se profundizo
- No, no, no del todo ¿Por qué piensas eso?
- Oh, no hay una razón -dijo ligeramente, su mirada
barriendo la sala principal. Grande y circular con veinte
camas dispuestas en un círculo duplicado como el área de
clasificación. Los guerreros ocupaban algunas de las camas,
sanadores tan grandes y fuertemente musculosos
moviéndose entre ellos. Eso había sido con lo que había
luchado para reconciliar en su cabeza las primeras semanas
aquí
Los sanadores Latharian... los doctores... eran todos
guerreros entrenados y no usaban batas blancas. En
cambio, se vestían igual que los hombres a los que trataban,
en cuero y armadura. Todos estaban armados, las únicas
marcas de su profesión eran las fajas azules que algunos
llevaban y las cicatrices que cubrían sus cuerpos. Marcas de
sus pruebas de sanador.
El imperio Latharian era el único lugar donde sabía que si
querías ser médico debías parecer que habías sobrevivido a
un accidente múltiple y un encuentro con un asesino en
serie del nivel de películas Slasher. Cuantas más cicatrices,
mayor es la formación del sanador.
Su mirada se fijó en una figura familiar, de hombros anchos
y una explosión de calor se extendió a través de ella cuando
reconoció a su compañero. Laarn estaba ocupada tratando
a un guerrero al otro lado de la habitación, su chaqueta

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colgada del gancho al final de la cama mientras se inclinaba
para atender lo que parecía una pierna rota.
Caminando hacia él, miró hacia otro lado mientras veía el
hueso en el muslo del guerrero, la bilis que se elevaba
cuando Laarn hizo un movimiento brusco Hubo un crujido y
un sonido suave que pudo ser un grito ahogado del guerrero
en la cama. Entonces Laarn se enderezó, sus labios
formaron una línea sombría mientras miraba al joven
sanador, su impresionante selección de cicatrices parecía
apenas curadas.
- Toma el relevo desde aquí, Renza. Comprueba que el
hueso se ha fundido correctamente y ciérralo. Asegúrate de
revisar la retroalimentación nerviosa para asegurarnos de
que no hay ningún daño que debamos atender -Ordenó
Laarn.
- Sí, Lord Healer -El sanador más joven se deslizó en su
lugar y Laarn se dio la vuelta, su rostro rompiéndose en una
amplia sonrisa al instante en que vio a Jessica.
- Mi amor... ¿qué estás haciendo aquí?

***

Había sido una larga mañana, por lo que la vista de su


compañera en frente a él era una distracción bienvenida.
Laarn sonrió para ella cuando dio un paso adelante,
instantáneamente a su lado para tomar su brazo. Estaba
cargando a su niña, su hija y no pudo evitar la oleada de
orgullo cuando su mirada barrió su hinchado vientre en
valoración. Había hecho eso, le había dado ese hija. Su hija.

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- Quería verte -Dijo ella, un pequeño puchero curvado con el
labio inferior mientras captaba la leve reprimenda en su voz.
Debería estar descansando... le habían dicho que debería
estar descansando. Las otras mujeres humanas le habían
dicho que debería estar descansando ¿Estaba
descansando? No. En cambio, estaban haciendo el viaje
desde sus cómodos cuartos a la sala de curanderos.
Su mirada se dirigió a Xaandril por un momento, notando el
ligero toque de la mano de Jess en el brazo del gran
guerrero. Los celos surgieron por un momento pero lucho
por contrarrestarlos. Xaandril era un hombre honorable,
Laarn le confiaría su vida, la vida de Jessica y el bebé.
Nunca actuaría de manera deshonrosa hacia la pareja de
Laarn.
- Gracias, general -Dijo con una pequeña inclinación de su
cabeza, sabiendo muy bien que Xaandril, se había
asegurado de que Jessica tomara la caminata a un ritmo
tranquilo y no se esforzara demasiado.
- Itaal llevará a cabo tu chequeo, si deseas proceder a su
estación. Lo consultaré en unos momentos.
- Por supuesto, Lord Healer. Lady Jessica.
Xaandril se despidió con un pequeño movimiento de cabeza,
caminando a través del centro del pasillo hacia la estación
del sanador indicado. Itaal se quedó esperando, sus manos
detrás de su espalda en la postura clásica relajada. A Laarn
le había entretenido descubrir que era algo que también
usaban los militares humanos. Un manierismo común que
proporcionaba más pruebas de que estaban vinculados.
- Entonces, mi amor... -Se giró hacia Jess y la atrajo hacia
sus brazos. Que estaban en el centro de la sala de
sanadores no le molestaba ni un ápice. Jess era la mujer que
amaba, la mujer que había despertado las marcas de
apareamiento a la vida alrededor de sus muñecas y si quería

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mostrar a todos lo que sentía por ella, lo haría- ¿Que era tan
importante que no podías esperar a que viniera a ti? -Se
inclinó para rozar un beso sobre sus labios.
Incluso pesada con la niña, encajaba perfectamente contra
él. Pero se había dado cuenta de eso, a medida que se
desarrollaba su embarazo, se apoyó más en él, como si
buscara su fuerza para reforzar su propia cuenta. La
preocupación repentina se disparó a través de él, y extendió
una mano sobre su estómago.
- ¿Estas bien? ¿Tienes algún dolor?
- ¡Ahí tienes, directo en modo sanador! -Se río entre dientes,
estirándose para acariciar su mejilla y tirar de su cabeza
hacia abajo para otro beso- Estoy bien, mi amor. Solo
necesitaba moverme, me siento como una ballena de
malvavisco tumbada en la cama todo el día. Y pensarías que
estaba en peligro de morir de hambre con la cantidad de
comida que los sirvientes siguen trayendo. Hay mucho de
eso...
- Bueno... -dijo, eligiendo sus palabras con cuidado-
Necesitas la nutrición ahora para ti y para el bebé...
Desde que comenzó a mostrar, Jess se había obsesionado
con su tamaño y cuánto peso estaba cogiendo con el
embarazo. No entendía por qué. Para sus ojos estaba
perfecta y los cambios en su cuerpo solo aumentaron su
deseo y la necesidad de ella.
- Y... las damas lo dijisteis vosotras mismas. Nuestro pastel
de chocolate no engorda -le recordó- sacando su... lo que
los humanos decían ... su as en la manga.
- Bueno, esto es cierto -admitió y el pequeño fruncido del
ceño entre sus cejas se desvaneció bajo una brillante
sonrisa mientras se inclinaba para besarla de nuevo. Este
era más profundo, más caliente y no podía evitar meter su
mano en su cabello suelto para sostenerla todavía saqueaba

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sus labios. Cuando levantó la cabeza, estaba respirando de
manera irregular, sus ojos oscuros y sus labios llenos de su
beso.
- ¡Laarn! -Se quejó, todavía aferrándose a él- Estamos en
público… ¡todos pueden vernos!
- Déjalos mirar -Gruñó- Y si sigues mirándome así, tendrán
mucho que ver.
- ¡Laarn!
Esta vez su jadeo fue casi escandalizado y no pudo ayudar
con su amplia sonrisa.
- ¿Qué? Soy un hombre apareado... es asunto mío.
Cuando y donde muestro mi aprecio por el regalo de la dama
que la diosa me ha concedido.
La acercó más para plantar un prolongado beso en sus
labios. Se inclinó hacia él, su cuerpo suave y sus labios
flexibles mientras se rendía a él. Sin embargo, no tuvo la
oportunidad de saborear el beso, porque en ese momento
las puertas dobles al final del pasillo se abrieron, el sonido
de las pisadas pesadas y los gritos de los guerreros
anunciando aún más pacientes. Se separó con un suspiro.
- Mantén ese pensamiento para más tarde, amiga mía.
Tengo trabajo para que atender.

***

- Recuérdame que necesito encontrar a un sexy alienígena


y quedar embarazada. Pronto.

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Kenna Reynolds suspiró mientras miraba la mesa del
comedor en la suite de Jess. Los criados acababan de
terminar de desplegar la comida ligera de la tarde que Jess
había pedido, lo que significaba que no había una pulgada
de la superficie de madera visible bajo montañas de comida.
No se habría sorprendido al escuchar el gemido de las patas
bajo el peso.
- ¿Otro sexy alienígena ? ¿El general no te hace la corte por
estos días? -Jess dirigió una mirada de reojo a su amiga
mientras sostenía un tenedor, notando que los ojos de
Kenna se habían deslizado a la torta de chocolate de alado.
Como siempre lo hacía Kenna lo tomó, agarró un plato y
seleccionó una gran porción de la golosina de aspecto
decadente. Pero, a pesar de su aspecto, el pastel era una
versión disfrazada de raciones de campo Latharian, fue
diseñado para patear el metabolismo de un guerrero a toda
velocidad para lidiar con el extra de energía.
En otras palabras, como Laarn le había recordado antes, era
un placer que no te hacía engordar. La boca de Jess se hizo
agua por la consistencia esponjosa del mousse pero antes
de que pudiera cortarse una rebanada, el bebé le dio un
rápida patada. Suspiró, girándose hacia la fuente de
verduras y amontonándolas en su plato.
- Pequeño parásito torpe -gruñó mientras se frotaba el
estómago- Me alegraré cuando salgas y pueda comer lo que
yo quiera.
Se dejó caer en el sofá frente a Kenna con toda la gracia de
un hipopótamo volteado, mastica el equivalente alienígena
de un palo de zanahoria. vio a Kenna paladear el pastel con
pura y absoluta envidia. Una ventaja de estar embarazada y
el tamaño de una, debería ser el hecho de que pudiese
comer lo que le gustará. Debería. En su lugar, había sido
molestada con una niña que sabía exactamente qué era
saludable para que comieran mamá y ella, así como a un

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caballo de tiro. Una que no tenía miedo de usar cuando
mamá, también conocida como la lacaya gestacional, no
hacía lo que le decían.
Kenna levantó una ceja.
- ¿La niña sigue dándote “jip”? -Preguntó, entre un bocado y
el siguiente.
- Siempre. Es tan mandona como su maldito padre - Jess
frotó el dolor en su estómago otra vez con una sonrisa
cariñosa. Debe haber llegado a un punto o algo así cuando
antes estaba caminando hacia la sala de sanadores. No
puedo esperar a que nazca para que pueda golpear sus
cabezas. Será épico. Debería vender palomitas de maíz.
Pero... -dijo- no respondiste mi pregunta sobre Xaan.
Kenna arrugó la nariz, el plato ahora vacío sostenido en su
regazo mientras se sentaba con las piernas cruzadas en el
sofá opuesto a Jess.
- No sé qué está pasando allí. La mitad del tiempo parece
interesado... el resto del tiempo es como una maldita
estatua, sus hombres lo llaman el general frío como la
piedra, ¿sabes? Puedo ver lo que quieren decir -dejó
escapar un suspiro, pasando su mano por su pelo. Su
expresión era dolorosa mientras miraba a Jess- ¿Estoy
haciendo el ridículo por un chico que no está interesado en
mi? Me dirías si lo fuera, ¿no?
Jess resopló.
- ¿Me estás preguntando? No pensé que Laarn supiera que
su pene era para otra cosa que no era orinar al principio.
Estoy segura que Xaan está interesado. Simplemente tienen
una forma extraña de mostrarlo.
Kenna resopló.

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- ¿Quieres decir, como, en absoluto? ¿Por qué no son ellos
más como Tarrick y Karryl? Cat y Jane supieron desde el
principio que estaban interesados.
Jess se frotó su tripa otra vez, con cuidado de mantener la
mueca fuera su cara. Incluso un indicio de incomodidad era
suficiente para tener a sus amigas, los traidoras, corriendo
para convocar a Laarn. Estaba harta con ser envuelta en
algodón. Ella estaba embarazada, por el amor de Dios, no a
las malditas puertas de la muerte.
- Bueno... Jane no es un buen ejemplo, ¿verdad? -Jess le
hizo un guiño- Asusta como a la mierda a la mitad de los
guerreros con los que Karryl y ella entrenan y lo guio a un
baile justo antes de que aceptara aparearse. No lo he
mencionando, voló los cerebros de F’Naar. Creo que es por
eso que la mitad tienen miedo de reclamar una hembra
humana ahora. Podrían conseguir una Jane.
- Muy bien, joder. Deben estar asustados. Me comería la
mitad de ellos para desayunar -Kenna sonrió.
- Sí, pero prefieres comerte a un cierto general guapo, ¿no
es así? Quizás deberías desafiarlo y reclamarlo en lugar de
esperar a que lo haga.
Kenna parpadeó, su expresión sorprendida por un momento
pero dentro de un latido del corazón Jess pudo ver los
engranajes trabajando detrás de sus ojos.
- Ahora es una idea, ¿no? -sonrió, inclinándose hacia
adelante para dejar su plato vacío sobre la mesa entre ellos-
Así que… ¿Cuándo me vas a decir que estás de parto?

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Capitulo dos

- Adelante, viejo... ¿o te ha apareado o te has vuelto lento y


gordo?
Laarn silbó entre sus dientes ante la burla de su hermano y
bloqueó el golpe obvio a su costado.
- No más que tú, cachorro insolente -Gruñó y disparó dos
golpes rápidos en la cara de su Litaan. Tarrick se río
mientras bailaba fuera de alcance, girando para otro ataque.
Como cualquier conjunto de gemelos, el argumento sobre la
edad era tan viejo como lo eran y a menudo mencionado.
Laarn mantuvo la guardia cerrada mientras observaba a su
hermano. Eran idénticos en altura, constitución y capacidad
de combate, por lo que tuvo que mantener su inteligencia
cuando entrena con Tarrick. Incluso aunque no era un
guerrero en el sentido tradicional de la palabra, los
juramentos de sanador tenían prioridad, siendo el más joven,
por unos pocos minutos, su hermano limpiaría el piso con él
no haría nada bueno par su orgullo masculino o por prestigio
en el clan.
Así que mantuvo su guardia alerta y su atención en su
oponente. A pesar de que el borde del círculo en el que
luchaban estaba rodeado de guerreros Siempre era lo
mismo cuando los guerreros mayores K'Vass entraban en el
ring. Otros guerreros abarrotaban el salón para mirar...
algunos para admirar la velocidad y la fuerza de Tarrick y él
intercambiando golpes, golpes que hubieran incapacitado o
incluso matarán guerreros menores... pero algunos vinieron
puramente para ver a los sobrinos del Emperador luchan.
Laarn, sin embargo, se enfrentó para aclarar su mente. La
lucha, el combate puro, era una forma de meditación. Sólo

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estaba aquí y ahora. No te preocupas por el futuro o el
pasado. No hay segunda adivinación o retrospectiva. Había
acción y reacción. Reacción a la reacción: una cadena de
eventos que eran puramente el presente. Cada segundo era
vivido solo para llegar al siguiente.
En este momento, ascendido a la posición del Lord Healer,
apareado con su bella Jessica y por convertirse en el primer
padre de un Lathar hembra en una generación... Laarn
realmente necesitaba la distracción.
- Además -Se echó hacia atrás, asintiendo a las marcas
alrededor las propias muñecas de Tarrick- No soy el único
hombre apareado aquí, ¿verdad?
Torció y lanzó una serie de rápidos golpes y puñetazos, la
mayoría de los cuales aterrizaron en la caja torácica de su
hermano y levantó una ceja.
- Tal vez deberíamos mirar tu horario de entrenamiento o
Karryl tendrá que asumir el mando como comandante de
guerra.
Tarrick gruñó y bloqueó el último golpe de una serie,
cayendo al suelo y barriendo una pierna dura en ambas de
Laarn. Acostumbrado a esa táctica, Laarn solo se echó a reír
y saltó hacia atrás del camino. Tarrick se puso de pie, una
exhibición impresionante de fuerza y agilidad en un guerrero
tan grande.
- Ah, ahora Lord Healer esta anticuado -bromeó- Karryl no
necesita desafiar por mi orden, Daaynal le ha dado uno de
los suyos.
- ¿De Verdad? ¡Es una excelente noticia! -Placer en nombre
de su amigo llenó a Laarn, hasta que casi se perdía el
gancho de derecha que llegaba a su cara. Dejó de hablar un
segundo para poner atención a la lucha.

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No haría nada para que el Lord Healer se vuelva para su
turno negro y azul... e incluso peor para él egresa a casa con
Jess de esa manera. Desde que se quedó embarazada, se
había vuelto tan protectora con él. Sospechaba que tenía
mucho más que ver con el ataque purista que casi había
terminado su vida, que tenía miedo de algo... cualquier
cosa... alejándolo de ella, o viceversa. El tiempo, sin
embargo, sería un gran sanador y nada alguna vez los
separaría de nuevo.
- Es un guerrero menos engreído con un ojo en mi faja. Solo
un mil más en el clan para tratar -Tarrick se río entre dientes,
la conversación entre ellos fluyendo a medida que se movían
entre combinaciones de combate, golpes de aterrizaje que
habrían caído machos menores. Frunció el ceño a mitad de
un paso lateral y asintió a algo detrás de Laarn.
- Aviso. Entrante…
En una pelea, Laarn normalmente no habría creído una
palabra que su Litaan dijera, pero la frase humana llamó su
atención y e volvió para ver a Kenna en su visión periférica.
Dejó caer la guardia al instante y se volvió hacia ella.
Normalmente nunca hubiera dado la espalda a un guerrero,
ni siquiera a su propio hermano, pero la expresión en su
rostro casi detuvo su corazón en su pecho.
- ¿Kenna? ¿Está todo bien? ¿Jessica está bien?
Ella asintió una vez, enérgicamente.
- Todo bien, pero vas a necesitar prepararte, doc. Ah, y trae
tu armadura de batalla. Esta a punto de caer y está
maldiciendo una puta tormenta, amenazando con retirar
ciertas partes de tu anatomía... con una cuchara roma.

***

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Dar a luz, como Jess estaba descubriendo rápidamente,
definitivamente no es un paseo por el parque. En ningún
lugar cerca de ello. A lo largo de su embarazo, no se había
preocupado por la parte entre estar embarazada y ya no
estarlo. Si seguro, había sido consciente de que habría dolor
involucrado y empujando, pero…
- Te lo estoy diciendo -Le gritó a los curanderos que la
rodeaban- Yo no puedo empujar algo del tamaño de una
maldita sandía fuera de un agujero del tamaño de un puto
limón, ¿comprendes?
Ante la mera mención de su vagina, varios sanadores
retrocedieron pálidos. Otra dura contracción de dolor
envuelta alrededor de su estómago y gruñó, aferrándose a
un lado de la cama.
Kenna la había llevado a la sala de sanadores, pero luego la
había abandonado a la carrera a las tiernas misericordias de
un grupo de médicos que nunca habían visto a una mujer
embarazada de su propia raza, No importa que fuera una
humana.
- Oh, por el amor de Dios -rompió cuando la contracción
había pasado, subiéndose a la cama- ¿Qué hacéis cuando
la Oonat está embarazada?
- ¿El ganado? -Un ceño fruncido cruzó en una de las cejas
de los sanadores cuando se aventuró hacia adelante y activó
la cama de diagnóstico. Buscó en su memoria por su
nombre. Itaal, uno de los protegidos de Laarn.
Se encogió de hombros, su atención se centró en las
lecturas de un arco holográfico sobre su protuberancia del
tamaño de un granero.

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- Tenemos corrales de parto instalados en la parte posterior
del salón para ellos. En general, se apiñan y dan a luz a los
propios jóvenes. Si hay algún problema, luego intervenimos
quirúrgicamente.
- Ah -asintió- También tenemos cesáreas en la Tierra.
Son bastante comunes.

Itaal palideció ante sus palabras, sus manos todavía en la


consola en frente de él.
- ¿En hembras fértiles de tu propia especie? Las tasas de
mortalidad debe ser astronómicas.
- ¿Tasa de mortalidad? -no entendió lo que quería decir por
un momento, pero entonces sus ojos se ensancharon-
¿Quieres decir que la hembra no sobrevive la intervención
quirúrgica para extirpar al bebé?
El largo cabello de Itaal bailaba sobre sus hombros mientras
sacudía su cabeza.
- No. No pondríamos a un niño Latharian en riesgo de
preservar la vida del transportista. Hay muchos más oonat.
- Buuueno.
El estado de ánimo de Jess cayó en picado cuando otra
contracción se apoderó de ella, agarró los costados de la
cama, se le quedaron los nudillos blancos y trató de recordar
su respiración. Bastante jodidamente duro cuando se sentía
como si la estuvieran cortando en dos.
- El parto parece bien establecido ahora -Itaal agregó con
voz baja.
Asintió, recostada en la cama. Era como un maldita tortuga
volcada como estaba.
- ¿Cuántos centímetros he dilatado?

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La cara de Itaal se volvió gris, luego verde y luego blanca.
- Yo no lo sé...
- No verificas... -siseó mientras retrocedía para unirse a los
otros sanadores, todos los cuales la miraban como si fuera
su peor pesadilla y la inminente muerte horrorosa
combinadas- No, no lo comprobarás ¿Podrías?

Todos los hombres sacudieron la cabeza, varios empujando


a Itaal, quien parecía haber sido nominado, de mala gana,
como su portavoz.
- No. Lord Healer Laarn nos advirtió a todos que nadie te
mirará o te tocará.. allí.
- Voy a matarlo ¿Cómo se supone que voy a dar a luz si
ninguno de los doctores me va a tocar? -gruñó, se tenso
mientras otra ola de dolor la inundaba.
Las contracciones eran mas cercanas y más rápidas ahora,
lo que significaba que no estaba lejos de dar a luz. Joder...
¿por qué no insistió en que Laarn fuera a buscar a una
partera o diecisiete de la Tierra?
Demonios, incluso un ordenado lo haría si hubieran visto el
interior de Una suite de trabajo. Cualquier cosa sería mejor
que un puñado de sanadores aterrorizados de mirarla a su
manera porque era la compañera de Healer.
- Sencillo -Respondió una voz profunda desde la puerta-
Porque siempre estaré a tu lado para ayudarte.
- ¡Laarn! -Gritó de alivio cuando la alta forma de su apuesto
compañero entró en la habitación, dispersando a los
reunidos dispersando a los sanadores reunidos como hojas
en el viento.
- Itaal, quédate -ordenó- El resto de ustedes... ¿No tienen
otros pacientes que atender?

THE MAN OF STARS 22


La mirada dura que barrió sobre la pequeña multitud sugirió
que sino lo habían hecho, sería mejor que encontraran algo,
o crearía pacientes de entre su número. Jess se rio entre
dientes mientras una estampida salía por la puerta.
- Oye niña, ¿cómo estás? -abrió los ojos para encontrar a
Kenna a su lado. Aceptó la ayuda de la otra mujer para
sentarse, sonriendo por su cuidado, la otra mujer coloco las
almohadas detrás de ella.
- No está mal, aparte del hecho de que me están rasgando
en dos -Kenna arrugó la nariz.
- Se siente como una mierda, pero pasará y entonces
tendrás a tu bebé y te olvidarás de todo. Te lo prometo.
- ¿Has asistido a partos antes? Preguntó Laarn, moviéndose
alrededor de ellas y haciendo algo a la cama. Las pantallas
sobre Jess cambiaron para mostrar vistas ampliadas de su
matriz y... otras áreas.
- Mierda -respiró- ¿Es mi culo tan grande?
- Estás embarazada -Kenna se río entre dientes- Así que
está permitido. Y sí -se dirigió a Laarn- Cuatro hermanas
mayores dejando caer mocosos con alarmante regularidad.
Había visto más nacimientos en la colonia que un doctor
antes de los diez años ¿Por qué crees que fui a la flota?
- Estás reclutada entonces.
Laarn asintió, sacando su chaqueta y se acerco a la cama.
La sensación de las grandes manos de su compañero sobre
su estómago hinchado envió una ola de alivio a través de
ella.
Estaba aquí. Todo estaría bien.
- Sí señor -Kenna respondió, militar hasta la médula aunque
Laarn no era un oficial y ya no estaban en el espacio terrano,

THE MAN OF STARS 23


Laarn le lanzó una pequeña sonrisa de agradecimiento
mientras examinaba a Jess. Itaal mantuvo su distancia y se
quedó en las consolas de control en el cabecero de la cama
durante todo el procedimiento. Sonrió para sí misma. Si
hubiera podido hacer su trabajo con los ojos cerrados, lo
habría hecho, pero aun así... podía sentir la curiosidad
rodando de él en ondas.
- Laarn -Dijo suavemente, llamando la atención de su
compañero entre las contracciones. Se estaban volviendo
más y más fuertes cada vez, por lo que no estaba segura de
cuánto tiempo le quedaba para hablar- Si tus guerreros
estarán uniéndose a los humanos, más de nosotras nos
quedaremos embarazadas ¿No tendría sentido para tus
sanadores ser entrenados en el parto?
El conjunto de expresiones de Laarn. No necesitaba ser un
genio para adivinar la batalla interna entre el sanador que
buscaba el conocimiento por el bien de su raza y un
compañero posesivo que no quería que cualquier otro
macho incluso viera a su pareja de esa manera.
- Sí... ¡No! -Gruñó. Otra contracción y Jess gruñó de nuevo
a través de los dientes.
- ¡Entonces eres un maldito idiota y los bebés morirán! ¿Es
eso lo que quieres?
Agarró la mano de Kenna, agarrándose con los nudillos
blanco, mientras empujaba hacia abajo la necesidad
instintiva de luchar contra el dolor y respiraba a través de él.
- Ya viene... Ya viene... Eso es, niña. Lo tienes más fácil que
una marcha de ruta, pero estos maricas no podrían
hacerlo,¿eh?
Kenna la entrenó a través de la cresta de la ola, sosteniendo
su mano y alisando su húmedo cabello hacia atrás desde su
frente. Mierda, estaba sudando cubos ¿Cuándo había

THE MAN OF STARS 24


sucedido eso? Dejó caer la cabeza sobre las almohadas y
cerró los ojos.
- ¿Cuanto tiempo más?
- Aún no estás completamente dilatada -Dijo Laarn desde el
fondo de la cama- Todavía será un tiempo, mi amor.
Kenna siseó entre sus dientes, disparando al curandero alto
un mirada.
- Hombres -siseó en voz baja- Cualquiera que sea la especie
-Levantó la voz y llamó su atención- Doc... ¿podrías darle
querer darle algo para el dolor?

- No puedo aconsejarlo -Itaal se levantó de su estación-


Mientras que los humanos y Lathar son genéticamente las
mismas especies, somos mucho más mejorado. Nuestras
respuestas al dolor están muy alteradas y por lo tanto
nuestro medí...
- Guárdame los detalles, doc -Jess siseó cuando otra ola la
alcanzó- Y consígueme algunas drogas antes de que
alcance ese maldito monitor y tú seas el que necesite
drogas.

***

Laarn, Lord Healer de todo el Imperio Latharian, sabía todo


lo que había que saber sobre la batalla, sobre las lesiones
de combate y sobre cada enfermedad y dolencia que su
pueblo había tenido que cruzar. Su conocimiento era tan
expansivo como las cicatrices que marcaba su rango en su

THE MAN OF STARS 25


cuerpo eran profundas. Pero no sabía absolutamente nada
sobre el parto.
Había leído todos los textos históricos. Había estudiado las
palabras de los anteriores señores sanadores y observó
todos los registros históricos. Incluso había usado las IAs de
la sala de curación para ejecutar simulaciones de escenarios
de parto improvisadas. Lo que significaba, había pensado
que estaba preparado, que la medicina Latharia, siendo
mucho más avanzada que el de la humanidad, significaba
que no tenía que tirar de cualquier especialista humano.
Pero frente a la realidad de su compañera en el parto, en el
dolor, se dio cuenta de que era una carga de draanth.
Mientras que había estado estudiando el parto Latharian, el
trabajo humano y el parto.
Era una cosa completamente diferente.
La pelvis es mucho más pequeña en humanos, sub vocalizó
a Itaal, quien estaba a cargo de la estación de monitoreo. Si
el bebe viniera de nalgas, tendríamos que girarlo antes de
que entrara en el canal de parto. De hecho, Itaal envió de
vuelta a través del enlace, nada en su comportamiento o en
su expresión para indicar que Laarn y él se estaban
comunicando silenciosamente. Laarn estaba agradecido.
Llámalo orgullo profesional, pero no quería que ninguna de
las dos mujeres supieran lo mucho que estaba... ¿Cuál era
la frase humana... ? Cagándose a sí mismo por no saber qué
demonios estaba haciendo.
Aunque no era de nalgas, afortunadamente. Pero los
registros no decían nada sobre este nivel de dolor, envió,
incapaz de mantener la nota de preocupación por su voz
mental. Todo lo que había leído indicaba que el parto era
una experiencia tranquila y serena, el bebé llegaba en un
ambiente tranquilo. Jess, su expresión se torció con la
concentración y el dolor, parecía todo menos tranquilo y
sereno.

THE MAN OF STARS 26


- Respira a través de eso, niña -Kenna, todavía al lado de
Jess, la urgió mientras agarra con fuerza la mano de la futura
madre- Tú tienes esto.
La mirada aguda que le disparó a Laarn claramente decía
que alguien tenía que hacerlo porque no lo había hecho. La
vergüenza lo llenó y cuando la próxima contracción se había
calmado, hizo un gesto a Itaal para que tomara su lugar y
convocó a la marina para reunirse con él fuera con un tirón
de su cabeza.
Apenas habían salido tenía a la mujer humana sobre él, sus
ojos se iluminaron de ira.
- ¿Qué diablos estás haciendo allí? -Preguntó- Dale algo
para el jodido dolor ya. Está cansada y cuanto más tiempo
pasa tratando de combatir el dolor, más agotada acabará ¿Y
el agotamiento? Déjame decirte que eso no es bueno ¿Las
madres cansadas que luchan y tienes dificultades en el
parto? Que mueren las madres y bebes ¿Me oyes?
- Alto y claro -Laarn suspiró, pasando una mano por su pelo-
Estoy fuera de mi elemento. El trabajo Latharian no es nada
como esto. No hay dolor, no hay lucha, tan lejos como pude
ver en el archivos. Esto... esto es bárbaro. Tiene tanto dolor
y yo no sé qué hacer...
- Te diré lo que vas a hacer -La expresión de Kenna era
firme- Vas a dejar de enloquecer por ahí. Tú vas a volver allí
y haz lo que puedas para aliviar su dolor. Utiliza tus lujosas
máquinas, engánchala y saca a ese maldito bebé. Porque si
no lo haces, estará en problemas muy rápido. Y deja que te
diga -dio un paso adelante y lo golpeó con fuerza en el
pecho- Si dejas que mi amiga o su bebé mueran, te mostraré
lo que los humanos quieren decir cuando dicen que la
hembra de nuestra especie es mucho más letal que el
macho.
Laarn asintió, frunciendo el ceño.

THE MAN OF STARS 27


- Puede haber un camino…
No se lo explicó, simplemente regresó a la habitación para
encontrar a Itaal consolando a su compañera en parto. Por
un momento, posesividad. Quería levantar su cabeza, pero
luego se dio cuenta de la mirada dolorida en la cara del
sanador más joven.
^- Creo que podría haber aplastado los huesos de mi manos
-Itaal dijo mentalmente- ¿Cómo sobrevivieron los humanos
como raza si sus mujeres pasan por esto para dar a luz?
^- No tengo ni idea. Sus hembras deben ser mucho más
fuertes de lo que incluso pensamos.
- Poner las unidades en línea -Ordenó en voz alta,
caminando hacia la estación de guanteletes. No entendía el
parto humano, pero tenía que confiar en que Jess haría lo
que necesitaba hacer. Que sus instintos se activaran pero lo
que podía hacer era aliviarse algo de su dolor.
- De inmediato, mi señor -Itaal renunció a su posición por la
cama, dejando a Jess jadeando. Otra oleada de dolor cruzó
su rostro y Laarn sabía que otra contracción iba en aumento-
¿Me quieres en el enlace, por si acaso?
Laarn negó con la cabeza, pero luego detuvo el movimiento
y asintió en su lugar.
- Sí, pero permanece en el fondo a menos que veas algo que
me he perdido que requiere atención inmediata. Observa,
aprende... más de nuestros sanadores necesitan entender el
proceso del parto humano mejor.
- Entendido, mi señor.
- Sólo un poco más, mi amor -Laarn se inclinó sobre Jess,
quitándose el cabello empapado de sudor de su frente para
poner un suave beso allí- Y el dolor se habrá ido. Lo prometo.
Asintió, logrando una rápida sonrisa.

THE MAN OF STARS 28


- Todavía no significa que vuelvas a tener sexo, guapo.
Jamás.
No era lo suficientemente estúpido como para responder a
eso, no con ella en su estado actual. Sonrió mientras se
ponía los guanteletes del enlace.
- Interfaz neuronal lista, unidad quirúrgica en línea…
Inicializando enlace ascendente -Itaal dijo en el fondo- Traer
paciente en línea... fusionando transmisiones... Su paciente,
mi señor.
Laarn siseó cuando el dolor lo golpeó, concentrándose en su
abdomen inferior. Por un momento, la mera escala de esto
tomó su aliento y su asombro ante los humanos aumentó
exponencialmente, Sólo había experimentado tales niveles
de dolor con lesiones graves de combate. Por un momento,
la arrogancia natural que le habían inculcado desde su
nacimiento que los Lathar eran superiores en todo trató de
reafirmarse, pero luchó contra ello.
Con calma se concentró en su paciente. Lentamente, captó
las señales de dolor y se deslizó entre ellos y el cerebro de
Jess, evitando que registrara la agonía que recorría su
cuerpo.
- Un poco menos -abrió los ojos y le habló directamente a él-
Necesito sentir algo para saber cuándo presionar.
Asintió, cada instinto en él como un sanador y su compañera
discutiendo mientras le permitía a sus nervios registrar más
dolor.
- Ahí -asintió- Eso es bueno. Entiendo.
Durante las siguientes horas, Laarn contuvo la marea del
dolor, permitiendo que su cuerpo sea maltratada y
deteriorada de una manera que ningún sanador de su raza
había experimentado antes. Sus rasgos se tensaron,

THE MAN OF STARS 29


necesitaba sostener la tortura de Jess mientras trabajaba
para traer a su hijo al mundo
- Empuja... eso es todo, niña - Kenna animó, comprobando
entre los muslos cubiertos de sábanas de Jess- Puedo ver
la cabeza del bebé. Un empujón más y estará aquí. Lo
prometo.
^- Entendí esto, mi señor -la voz mental de Itaal se abrió
paso a través del enlace a Laarn- Déjame llevar la carga
para que puedas ayudar a tu hija a nacer.
^- Gracias.
Laarn asintió mientras el sanador más joven se deslizaba en
el enlace detrás de él y tomó la carga.
- Estoy aquí, Jess -Murmuró, uniéndose a Kenna y con la
intención de ayudarla con el nacimiento del bebé. Pero justo
en ese momento Jess gritó, el sonido lleno de dolor y triunfo.
Kenna se quedó sin aliento y luego sonrió mientras
levantaba un pequeño bulto. El fino y débil lloro ya era
música para los oídos de Laarn.
Su hija nació segura.

La primera hembra de su raza... la primera princesa real...


por una generación.
La primera esperanza para una nueva generación.

THE MAN OF STARS 30


Capitulo tres

- Aún no te has acostado... desde hace mucho tiempo,


¿comprendes? -Jess sonrió a su compañero mientras yacía
con su hija en sus brazos. Se sentó junto a ellas, su brazo
alrededor de los hombros de Jess y el otro alrededor del
bebé envuelto con cuidado contra su pecho. Estaba tan
cerca a ellas como era posible de conseguir sin estar
realmente en la cama. Le sonrió.
- Hace una hora, volví otra vez. Ahora es solo un mucho
tiempo. Creo, mi hermosa y pequeña compañera, esperaré
a ver lo que me dices mañana antes de comentarlo.
- Estúpido sanador -murmuró, pero no podía ayudar con la
pequeña sonrisa mientras miraba a su hija- Hola cariñito -
susurró, acariciando la delicada y pequeña mejilla con un
dedo reverente- Es bueno conocerte finalmente.
Como si supiera de que le estaban hablando, el bebé abrió
los ojos y Jess se quedó sin aliento. Los ojos verdes de
Laarn le devolvían la mirada, llena de conocimiento y
sabiduría.
- Tiene un alma vieja -Murmuró Laarn, viendo lo que Jess
estaba viendo, como el bebé les parpadeó a ambos- Y será
muy poderosa, hermosa como su madre.
- Tiene mi cabello - Jess jadeó de alegría, acariciando la fina
parte superior de la cabeza del bebé. El pelo de Kallson. Es
una maldición.
- ¿Una maldición? -Laarn frunció el ceño, mirándola y luego
a el bebé- Me parece normal ¿Cómo puede el cabello ser
una maldición?
Se río entre dientes.

THE MAN OF STARS 31


- Espera hasta que no pueda hacer nada con su pelo. Es una
cosa de mujeres.
- Tenía un cabello salvaje y hermoso en mi visión. Como el
tuyo pero... ¿más grande?
- Sí, ese es el pelo Kallson. Bien, va a odiarlo como yo.
Jess vio como los ojos de su hija se cerraban. Los mantuvo
sacudiéndolos abiertos como si no quisiera dejar de mirar a
sus padres. La fascinación era mutua. Jess no pensaba que
alguna vez necesitará volver a dormir, no si pudiera mirar la
visión de la perfección en sus brazos.
- ¿Te dijo su nombre? -Preguntó fascinada por la conexión
entre Laarn y su hija. Aunque Jess la llevaba bajo su
corazón, Laarn había conectado con ella en un nivel que
Jess nunca pudo- Cuando hablaste con ella... antes.
No necesitaba decir nada más. Su bebe había alcanzado a
Laarn cuando Jess estaba muriendo, una profunda herida
abdominal poniendo en peligro tanto su vida como la vida del
bebé. Laarn negó con la cabeza.
- Era solo una visión del futuro. De la mujer en la que se
convertirá. Realmente no charlamos.
- Daaynalina -Una voz anunciaba desde la puerta. Ambos
miraron hacia arriba para encontrar al Emperador llenando
el marco- Como la primera princesa real nacida durante una
generación, debería por supuesto llamarse así.
- Absolutamente no -Dijeron Laarn y Jess al unísono.
Entonces tuvieron la experiencia única de ver al Emperador
Latharian, posiblemente el hombre más poderoso y
peligroso de la totalidad del Universo, sin palabras. Su boca
se abrió y se cerró, pero ningún sonido emergió de sus
labios. Itaal encontró otro lugar donde estar. Rápidamente.
- ¿No? -Daaynal parpadeó- Ahora es una palabra que la
gente no dice a mí a menudo.

THE MAN OF STARS 32


- Mejor acostumbrarse a ello -Laarn aconsejó, su voz firme-
Porque no hay manera de que llame a mi hija Daaynalina.
Es un bocado draanthico. Y no es un verdadero nombre
femenino en absoluto.
- Miisan -Jess dijo en voz baja. Al sonido del nombre, la
madre de Laarn y la gemela de Daaynal, el bebé abrió los
ojos e hizo un gorgoteo complacido.
- Miisan...
Los susurros de Laarn y Daaynal se hicieron eco entre sí.
Entonces el Emperador se inclinó, con una expresión
extraña en su rostro. Si Jess fuera a adivinar, diría que
estaba conmovido.
- Tu haces a la casa real y a mi, un gran honor.
- Gracias -Laarn rozó un beso en la sien de Jess- Había
pensado que querrías nombrarla en la tradición humana, yo
no esperaba que escogieras un nombre Latharian.
- Bueno -extendió la mano para cepillar el delicado y suave
pelo de la parte superior de la cabeza del bebé recién
nombrado- Parece que los humanos son
Lathar de todos modos y sus mujeres lo están haciendo todo
posible Así que, ¿qué hay de Miisan Amanda K’Vass? Para
celebrar ambas culturas y nuestras dos madres...

***

- ¡LAARN! ¡Se ha ido! ¡El bebé se ha ido!


El grito de pánico de su compañera sacó a Laarn del sueño
en un instante. Se incorporó de golpe en el catre que tenía

THE MAN OF STARS 33


junto a su cama en la sala de sanadores. En un instante
estaba de pie y a su lado. Efectivamente, la cuna en la que
pusieron a su hija después de su alimentación hace unas
horas estaba vacía.
Jess giró sus ojos llenos de miedo, agarrando su brazo con
pánico.
- ¡Ellos la tienen, los puristas! De alguna manera han
conseguido entrar en el palacio otra vez.
- Ssshhh, shh. No la pueden tener -La tranquilizó, dejando
caer un beso contra su frente incluso cuando se
desenganchó de su agarre. El miedo lo atravesó, haciendo
que su corazón se acelerara y convirtiendo su sangre en
hielo.
Los puristas eran una plaga, eran Lathar que no creían en el
cruce, incluso para salvar a su raza, era un pecado contra la
oscura diosa que servían, no como el resto de los Lathar que
habían dejado firmemente en el pasado. Casi habían logrado
matar a Jess antes, así que pensó que podrían tener a
Miisan... tan pequeña e indefensa... casi lo detuvo en sus
pistas con pánico.
- La encontraré. Quédate aquí -Prometió, agarrando su
cinturón de las armas del gancho junto a la puerta mientras
salía de la habitación.
- ¡Sanadores! -Gritó mientras iba, sin importarle despertar a
los guerreros. Si tuvieran un ataque purista en sus manos,
esos guerreros querrían estar despiertos para defenderse a
sí mismos. Si un ataque purista secuestraba a su hija, los
quería despiertos para cazar el draanth. Y no solo los
pacientes, quería a cada guerrero en pie y armado. Listo
para pelear y protegerla.
Parpadeó cuando Itaal apareció en la puerta de una de las
habitaciones, su dedo contra sus labios mientras señalaba
el pasillo. Frunciendo el ceño, siguió el corredor que

THE MAN OF STARS 34


señalaba Itaal. Era uno de los caminos exteriores, con altos
arcos de piedra que miraban hacia la ciudad y las montañas
de más allá.
Parecían desprotegidos pero el brillo ocasional confirmaba
que las barreras energéticas estaban activas. Si fallaban las
contraventanas pesadas de acero de Terralon que se
colocaban y aseguraban el Palacio, se necesitarían armas
orbitales lo suficientemente poderosas para destruir el
planeta para atravesarlos e incluso entonces, las persianas
probablemente todavía estarían allí, flotando entre los
escombros, sin dañar.
- Y allí abajo está mi hermana, tu abuela y yo solíamos jugar
¿Puedes verlo? Justo allí por los árboles Herris. En algunos
meses, también correrás por ahí abajo.
Laarn siguió la voz profunda, su ansiedad comenzó a
reducirse al ver una figura alta y familiar al final del camino.
Daaynal estaba junto al muro de piedra, completamente
armado, con la pequeña forma de la pequeña hija de Laarn
sostenida tiernamente en sus brazos, por una fracción de
segundo, Laarn vislumbró el rostro del Emperador
completamente desprevenido. Vio el deleite y fascinación
con su sobrina nieta mientras acunaba su cabeza y la
arrullaba mientras le hacía gorgoritos.
- ¿Qué diablos crees que estás haciendo?
El hecho de que Daaynal pudiera ordenar la ejecución por
capricho de cualquier guerrero o la suya ni siquiera se le
ocurrió a Laarn cuando caminó hacia adelante, la furia justa
de un padre alimentando sus movimientos cuando asaltó a
su tío.
Daaynal parpadeó cuando se dio la vuelta, la sorpresa
evidente en su rostro.
- Le estaba mostrando a la nueva princesa el palacio.

THE MAN OF STARS 35


- ¡No puedes simplemente tomarla así! Jess está fuera de sí
por el pánico.
El ritmo cardíaco de Laarn comenzó a normalizarse cuando
arrastro una mirada evaluadora sobre su hija. Un mechón
del negro cabello de Daaynal estaba envuelto alrededor de
su puño, sus dedos se abrían y cerraban como si investigara
la textura de las hebras. Abruptamente, tiró del mechón,
haciendo girar a Daaynal. La mirada que le dio era mucho
más adelantada de lo que debería haber sido para un infante
de apenas unas horas.
- Hmmm, sí, dijo que ambos estarían preocupados -Daaynal
asintió, dándole una pequeña sonrisa tímida- Pero estaba
llorando y no quería despertar a ninguno de los dos.
Entonces, le dije que estaría perfectamente segura conmigo
y que su madre lo entendería.
Esta vez fue el turno de Laarn de parpadear.
- Puedes conversar con ella.
El emperador inclinó la cabeza.
- Por supuesto. Hay algunos beneficios para la línea de
sangre K’Saan. Aunque, como el último de mi línea, nunca
esperé sentir el toque de otra mente contra la mía nunca
mas. Miisan aquí es una doble bendición en ese sentido.
Su tío estaba solo. La realización sorprendió a Laarn y el
resto de su ira se disipó ¿Cómo podía estar enojado ahora?
Daaynal había ocupado el trono mucho más tiempo que
cualquier Emperador antes. Había sobrevivido, solo la diosa
sabía a cuántos intentos de asesinatos y golpes de estado.
Y a través de los años, nunca había logrado engendrar un
heredero, aunque Laarn sabía que lo había intentado. Y
cuando todo se redujo… con una historia como esa, la
princesa bebé no podría estar en manos más seguras. Le
ofreció una pequeña sonrisa.

THE MAN OF STARS 36


- Sólo dínoslo la próxima vez, ¿de acuerdo?

***

- Está felizmente dormida.


Jess sonrió mientras su compañero caminaba a través del
arco que separaba el área de la guardería de su cámara de
dormir. Después de muchas horas y más chequeos quería
pensar que Miisan y ella estaban libres de la sala de
sanadores. Estaba segura de que Itaal y los otros sanadores
lo habrían hecho algo para mantener al bebé allí para
observación.
- Por si acaso -Pero una mirada fulminante de Laarn puso fin
a eso. Le era difícil a un médico discutir, sin embargo,
cuando el equivalente Latharian del cirujano general era
quien firmaba la salida.
Sin embargo, no estaba segura de que todo fuera sobre las
pruebas. Por las tarde todos los guerreros encontraban
razones para estar en su habitación. Las excusas oscilaron
entre la comprobación de lecturas erróneas en el equipo
diagnóstico hasta asegurar que los sistemas de ventilación
funcionaran correctamente. Un guerrero, completo con
cinturón de herramientas, incluso llegó expresando
preocupación de que el sistema de iluminación estaba en el
espectro incorrecto para los ojos infantiles.
Si hubiera estado sola, podría haber estado preocupada.
Incluso aunque había frustrado con éxito un ataque purista
por sí misma, había sido con el elemento sorpresa y por
ser... bueno, humana. Todavía eran lo suficientemente raros

THE MAN OF STARS 37


en el imperio para la mayoría de los Lathar, ni idea de cómo
reaccionarían y qué harían después. Simplemente usó eso
para su ventaja. Pero uno a uno, incluso el guerrero Lathar
menos entrenado podría vencerla fácilmente.
Sin embargo, no estaba sola. No solo estaba con Laarn la
mayor parte del tiempo, pero muchos de su clan
encontraban razones para dejarse caer. No se había dado
cuenta de lo aterrador que podían ser los K'Vass hasta
ahora que no tenían por qué serlo.
Cada guerrero entrando a la habitación gravitó por la cuna.
Fue un poco dulce ver a tan grandes y duros hombres
reducidos a completos blandengues, era tan grande la
admiración de los cortesanos por su bebé y su hija celebró
con la corte riéndose y arrullándoles a los hombres
inclinados sobre la cuna como si fueran su propio personal
de entretenimiento.
Una cosa era segura, a Miisan no le faltarían "tíos" que se
prepararían para dar la vida por ella.
- No me sorprende. Ha tenido un día completo -Jess
respondió soñolientamente, viendo a Laarn cruzar la
habitación. Estaba vestido para la cama, pantalones de seda
sueltos que cabalgaban bajo sus caderas. Apreciaba la vista,
incluso si no podía hacer nada al respecto en este momento.
La medicina Latharia era increíble, pero incluso no podía
curar su cuerpo y mente femenina desde el parto en cuestión
de horas. Ambos, Itaal y Laarn le había dicho que tenía que
tomárselo con calma por el próxima par de días. Pero
cuando su marido se veía así...
La cama se hundió cuando se subió a su lado y un instante
más tarde fue envuelta en su fuerte abrazo.
- No es la única que ha estado ocupada hoy -murmuró, sus
labios contra su cabello- Fuiste tan valiente, mi amor. No

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tenía idea de que las mujeres humanas sufrían tanto durante
el parto.
Una sonrisa curvó sus labios, de todos los viejos chistes
sobre una mujer de parto, casi podía imaginar que es lo que
sentía un hombre cuando tenía la gripe, flotaba en el fondo
de su mente. Pero Laarn realmente sintió lo que era estar de
parto.
- Posiblemente eres el primer hombre en hacerlo. Es el
círculo de la vida -Dijo suavemente- ¿Sabías que en la
Tierra, como en la historia... las únicas mujeres en las
tumbas espartanas fueron las que murieron en el parto?
¿Sólo los hombres que consiguieron morir en la batalla?
Equipararon el trabajo con el combate.
- Obviamente una gente iluminada -retumbó profundamente
en su pecho mientras acariciaba con sus dedos las cicatrices
sobre su pecho. Una vez la había horrorizado pensar en el
dolor que había pasado para conseguirlos, le parecía
bárbaro. Ahora, sin embargo, los veía como parte de él. Una
parte del hombre al que amaba más que a la vida misma. El
guerrero alienígena del que se había enamorado, quien le
había dado una hijita perfecta.
Levantándose, rozó sus labios contra los de él. El roce
convertido en un largo y dulce beso.
- ¿Por qué fue eso? -Le preguntó, con una sonrisa en sus
labios cuando levantó la cabeza.
- Nada. Solo porque -negó con la cabeza, sabiendo que
realmente debería dormir un poco pero no podía, todavía
estaba emocionada por los acontecimientos del día y estaba
más que cómoda apoyada en el amplio pecho de Laarn-, lo
hicimos, finalmente esta aquí, somos padres -se retorció
para mirarlo fijamente- En caso de que te lo perdieras, Sr.
Kallson, te amo.

THE MAN OF STARS 39


- Oh... es el señor Kallson ahora, ¿verdad? -Se río entre
dientes, doblando su cabeza para frotar su nariz contra la de
ella- ¿Qué le pasó con mi señor?
- Pfft. Eso es solo para cuando quiero algo. Y no hay razón
por lo que no puedas tener un nombre humano, así como
uno Latharian, ¿lo hay?
- Ninguno en absoluto pero ninguno de ellos importa.
La cogió y la puso mas cerca a él, su toque suave mientras
la acunaba, movió la mano para colocarla sobre su corazón.
Sonrió mientras colocaba la suya encima de la de ella,
atrapándola bajo su palma más grande.
- Porque los únicos nombres o títulos que me importan son
el compañero de Jessica y el padre de Miisan. Y las amaré
a ambas hasta mi corazón lata su último latido en este reino
mortal.

THE MAN OF STARS 40


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