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2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

A. LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA, 2:1-16

En el primer capítulo de la carta de Pablo a los Romanos, les enseñó claramente que
los que ignoran a Dios están justamente condenados por Él. No tienen ninguna justicia propia
que sea aceptable a Dios porque han rechazado por su propio y libre albedrío la revelación
que Dios hizo acerca de Sí mismo a sus antepasados, así también a través de las cosas que
hizo.

1. Condenados por sí mismo, v. 1

v. 1 Cuando una persona habla de los pecados de otros,


siempre habrá alguien que estará 100% de acuerdo con todo lo que
dice. Mientras Pablo hablaba de los que ignoran a Dios y su descenso
a la idolatría y completa perversión alguien aprobaba todo lo que
decía con sus "amenes". De repente Pablo voltea, le mira y le dice:
¡"Eres inexcusable"! ¿Quién es? Es la persona que juzga a los
demás; que se considera mejor que los demás; es el buen ciudadano;
la persona de una moralidad recta—según su propio criterio—que
confía en su superioridad de raza, lenguaje, cultura y educación.

Leyendo los vv. 9-14 vemos que Pablo está hablando a judíos y gentiles. Los judíos se
consideraban mejores que los gentiles porque la ley que observaban condenaba los actos
impíos de los gentiles. Los judíos podían decir "amén" a todo lo que Pablo decía porque
siempre habían creído que los gentiles eran personas depravadas que se encontraban bajo el
juicio divino.

Los judíos, sin embargo, no eran los únicos que decían: "Amén". Entre los gentiles
había personas que mantenían una moralidad más alta que los demás. Igual que los judíos se
sentían justos delante de Dios y dignos de señalar a los otros "paganos" que en verdad
merecían el justo juicio de Dios. Aún hoy en día muchos se consideran "buenas personas" y
piensan que por sus buenas obras serán salvas.

Pero no es la estimación del hombre lo que determina la aceptación o la culpabilidad


de la persona delante de Dios, sino la estimación del Dios justo y santo. Dios ve más allá de
la fachada de respetabilidad y cultura y contempla el corazón del hombre. Dios ve en el
corazón y en la mente del hombre moralista las mismas maldades que éste condena en los
demás. El Señor Jesús condenó esta misma actitud en los fariseos, mostrándoles que el
pecado no es exclusivamente el acto externo del mismo, sino un corazón pecaminoso que da
a luz el acto (Mt. 5:21-22, 27-28):

"Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: 'NO MATARÁS' Éx. 20:13 y:
'Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte.' Pero Yo les
digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la
corte; y cualquiera que diga: 'Insensato (Inútil)' a su hermano, será culpable
ante de la corte suprema (el Sanedrín); y cualquiera que diga: 'Idiota', será
merecedor del infierno de fuego… Ustedes han oído que se dijo: 'NO
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Éx. 20:14
COMETERÁS ADULTERIO.' Pero yo les digo que todo el que mire a una mujer
para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. "

Dios considera el pecado que está naciendo en el corazón de igual gravedad que el acto
mismo.

Los que ignoran a Dios pecan en contra de la luz que tienen y el moralista, quien muchas
veces tiene mucha más luz que el que ignora a Dios, ha hecho lo mismo. El hombre moralista
puede decir cuáles son las leyes, y cuáles cosas son pecado, pero hinchado por el orgullo de su
propia justicia, hace las mismas cosas que condena en los demás.
Fuimos a visitas a unos amigos católicos en Bogotá. Estaban muy contentos al vernos de
nuevo e invitaron a sus familiares a la casa para conocernos. Nos brindaron una Coca-Cola, y a los
demás un whisky. Al hablar a solas con nosotros la señora se justificaba diciéndonos que no es
pecado tomar bebidas alcohólicas porque el primer milagro que hizo nuestro Señor fue el de
cambiar el agua en vino en las bodas de Caná. El pecado está en emborracharse, dijo. Ella
condenaría la irresponsabilidad de un hombre que llegara a la casa borracho después de gastar el
sustento de su familia.

A medida que pasaban las horas, nuestros amigos no dejaron que las El hombre moralista
copas de sus invitados estuvieran vacías, y cuando nosotros, poco antes de
igualmente se condena a
la medianoche, les pedimos disculpas y les dijimos que teníamos que irnos,
nos despidieron con los ojos rojizos. Pensaban que todavía tenían el control sí mismo, puesto que
de sí mismos, pero yo temía por los que iban a salir de allí más tarde y
hace las mismas cosas.
manejar a su casa. Como personas respetables, y aun religiosas, condenan
la borrachera, pero hacen lo mismo.

2. Condenado por el juicio de Dios, vv. 2-16

a. Basado en la verdad, vv. 2-3

vv. 2-3 Dios juzgará a la persona que se escandaliza por los pecados de otros mientras que
él hace las mismas cosas (DHH):

"Pero sabemos que Dios juzga conforme a la verdad cuando condena a los que así
se portan."

El juicio de Dios será justo y según la verdad, y no habrá lugar para preferencias ni
excepciones. El hombre respetable será igualmente juzgado al lado del que ignora a Dios. "Su
cultura" y su religiosidad no le salvarán, al contrario, será juzgado con más severidad debido a que
ha recibido más luz (Lc. 12:47-48):

"Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó Dios juzgará con la
ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que
misma medida a lo que
no sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo
el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que le ignoran y a los que
mucho le han confiado, más le exigirán." se creen buenos.
2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

b. Según su culpa acumulada, vv. 4-5

v. 4 A veces los hombres piensan que Dios ha olvidado su pecado por no haberles castigado
inmediatamente. Lo que no saben es que Dios odia el pecado (Is. 59:2):

"Pero las iniquidades de ustedes han hecho separación entre ustedes y Dios,
y los pecados le han hecho esconder Su rostro para no escucharlos."

(Hab. 1:13ª): "Muy limpios son Tus ojos para mirar el mal,
Y no puedes contemplar la opresión."

Dios nunca olvida el pecado, ni lo deja sin castigo (Job 10:14):

“Si pecara, me lo tomarás en cuenta,


y no me absolverías de mi culpa.”
(Os. 7:2) "…ellos no consideran en su corazón
que yo recuerdo toda su maldad.
Ahora les rodean sus hechos,
ante Mi rostro están."

La razón por la cual Dios no castiga el pecado A pesar de Su odio por el pecado Dios no
inmediatamente es por ser paciente y longánimo. Él quiere que
los hombres vean Su bondad hacia ellos aplazando el castigo juzga al pecador inmediatamente,
como una oportunidad pata arrepentirse. dándole tiempo a que se arrepienta.

i. ¿Qué es el arrepentimiento?

① No es un pesar de haber hecho una cosa, sino un cambio de actitud y una vida
transformada

La mayoría piensan que el arrepentimiento es: "el pesar de haber hecho algo malo." ¿Es éste
el significado bíblico del arrepentimiento? Cuando Juan el Bautista mandó a los israelitas, diciendo:
"Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mt. 3:2), ¿qué quiso decir? El
judaísmo de aquel entonces se había degenerado a tal punto que sólo practicaba una religión de
ritos externos y observancia de leyes y tradiciones. Juan no llamaba a la gente para que sintiera
pesar por su pecado, sino para que cambiara de actitud en cuanto a su pecado y se volviera al Señor
con todo su corazón, porque el mismo Rey se iba a manifestar y cumplir Su misión entre ellos (Mt.
3:5-12):

"Entonces Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán acudían a él;
y confesando sus pecados, eran bautizados por Juan en el río Jordán. Pero cuando
vio que muchos de los Fariseos y Saduceos venían para el bautismo, les dijo:
'¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? Por tanto,
den frutos dignos de arrepentimiento; y no piensen que pueden decirse a sí mismos:
"Tenemos a Abraham por padre", porque les digo que Dios puede levantar hijos a
Abraham de estas piedras. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto,
todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Yo, en verdad, les
bautizo a ustedes con agua para arrepentimiento, pero Aquel que viene detrás de mí
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es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitar las sandalias; Él los bautizará
con el Espíritu Santo y con fuego. El bieldo está en Su mano y limpiará
completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en
un fuego que no se apaga."

El Señor Jesús también predicaba el arrepentimiento del Juan el Bautista y el Señor Jesús
pecado en preparación para el reino de Dios, y criticaba la religión
de Su día por ser hipócrita y hueca. Añadió a Su mensaje de predicaron el arrepentimiento,
arrepentimiento la necesidad de creer las Buenas Nuevas, el esto es un cambio de actitud en
testimonio de Dios acerca de Su Hijo, el Mesías (Mr. 1:15):
cuanto al pecado que produce una
" 'El tiempo se ha cumplido,' decía, 'y el reino de Dios se ha vida transformada.
acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio.' "

Los fariseos y escibas no se consideraban "pecadores" y no veían su necesidad de


arrepentirse (Lc. 18:11-12):

"El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: 'Dios, te doy gracias porque
no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este
recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo
que gano.' "
Creían que sus actitudes en cuanto a la fe judía eran correctas, y en su orgullo no podían
comprender la razón de cambiarlas.

A diferencia de ellos hubo quienes recibieron el mensaje del arrepentimiento con gozo
porque sabían que eran pecadores y que necesitaban la ayuda de Cristo para reconciliarse con Dios
(Mr. 2:13-15):

"Jesús salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a Él, y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví (Mateo), hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los trinutos, y le
dijo: 'Sígueme.' Y levantándose, Lo siguió. Y sucedió que estando Jesús sentado a la
mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban
comiendo con Jesús y Sus discípulos; porque había muchos de ellos que Lo seguían.
"

Cuando los fariseos y escribas vieron cómo respondieron los "pecadores" al mensaje de
arrepentimiento, en vez de estar contentos por el cambio hecho en esas personas, criticaron al
Señor Jesús por haberse asociado con ellas (Mr. 2:16):

"Cuando los escribas de los fariseos vieron que Él comía con pecadores y
recaudadores de impuestos, decían a Sus discípulos: '¿Por qué Él come y bebe con
recaudadores de impuestos y pecadores?' "

Él les respondió diciendo que las personas sanas, o las que se consideran sanas, no
van a los médicos, mientras que las personas que saben que tienen una enfermedad buscan
su ayuda. De la misma manera, el Señor no vino aquí a este mundo para salvar a personas
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justas, o personas que se consideran justas, sino a pecadores que saben que lo son y quieren
encontrar una solución para su pecado (Mr. 2:17:
El Señor Jesús no vino a salvar personas
"Al oír esto, 'Los que están sanos no tienen necesidad que se creen justas, sino aquellos que
de médico, sino los que están enfermos; no he venido a
llamar a justos; sino a pecadores.' " reconocen que son pecadores perdidos.

Los fariseos y escribas se descalificaron a sí mismos para tomar parte en el plan de salvación
porque se estimaban aceptables a Dios por la justicia que supuestamente tenían. No podían recibir
la justicia que Cristo vino a traerles porque estaban demasiado ocupados estableciendo la suya
(Ro. 10:3):

"Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no


se sometieron a la justicia de Dios."

Al contrario de aquellos que estaban tratando de justificarse a sí mismos, tenemos el ejemplo


de otras personas que reconocieron su pecado y necesidad de la justicia que únicamente Dios puede
dar: La mujer "pecadora" que lavó los pies del Señor con sus lágrimas (Lc. 7:37-30, 47-48, 50b):

"Había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró de que jesús
estaba sentado a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con
perfume; y poniéndose detrás de Él a Sus pies, llorando, comenzó a regar Sus pies
con lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza, besaba sus pies y los ungía
con el perfume… 'Por lo cual te digo que sus pecados que son muchos, han sido
perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama.'
Entonces Jesús le dijo a la mujer: 'Tus pecados han sido perdonados… Tu fe te ha
salvado, vete en paz.' "

Zaqueo (Lc. 19:2, 8b-10):

"Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era
rico… dijo a Jesús: 'Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he
defraudado a alguien, se lo restituiré cuadriplicado.' 'Hoy ha venido la salvación a
esta casa, ' le dijo Jesús, 'ya que él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del
Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.' "

La mujer samaritana (Jn. 4:6-7, 17-18, 28-29, 39-42):

"…y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto
al pozo. Era cerca del mediodía. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús
le dijo: 'Dame de beber.' … 'No tengo marido, ' respondió la mujer. Jesús le dijo:
'Bien has dicho: "No tengo marido", porque cinco maridos has tenido, y el que ahora
tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad'… Entonces la mujer dejó su
cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres: 'vengan, vean a un hombre que me ha
dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?'… Y de aquella ciudad,
muchos de los Samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba
testimonio, diciendo: 'Él me dijo todo lo que yo he hecho.' De modo que cuando los
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Samaritanos vinieron, rogaban a Jesús que se quedara con ellos; y Él se quedó allí
dos días. Muchos más creyeron por Su palabra, y decían a la mujer: 'Ya no creemos
por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos Le hemos oído, y sabemos que Éste
es en verdad el Salvador del mundo.' "

Lo que jesús quería no era únicamente un sentimiento de pesar por el pecado, sino vidas
transformadas (Lc. 5:8-19):

"Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: '¡Apártate de mí, Señor,
pues soy hombre pecador!' Porque el asombro se había apoderado de él y de todos
sus compañeros, por la gran pesca que habían hecho; y lo mismo les sucedió también
a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón:
'No temas; desde ahora serás pescador de hombres.' "

Habiendo escuchado el mensaje de Pedro en el Día de


El verdadero arrepentimiento
Pentecostés, que términó con la siguiente afirmación: "a este Jesús a
quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo", Los empieza con un cambio de
judíos que le escucharon fueron profundamente conmovidos y dijeron: actitud en cuanto al Señor
"Hermanos, ¿qué haremos?" Pedro no les dijo que tenían que afligirse
o tener un gran pesar, más bien les dijo, "Arrepiéntanse" (Hch. 2:36- Jesús, llegando a reconocerle
38). Debían tener un camcio de actitud en cuanto a Jesús. Le habían como Dios quien vino en forma
crucificado como impostor y blasfemador. Ahora debían cambiar de
actitud reconociéndole como el Mesías e Hijo de Dios y creyendo que humana para salvarle.
murió en la Cruz como el Cordero de Dios para quitar sus pecados.

El hecho de que algunas personas lloren al sentir convicción de pecados, mientras que otras
no lo hacen, no es indicio de que quienes lloran hayan tenido una convicción más creíble. Nunca
debemos medir la sinceridad de la salvación de una persona por la cantidad de lágrimas que
derrame. Nuestra salvación depende de lo que Cristo hizo por nosotros, no de la intensidad de dolor
de corazón experimentado. La pesadumbre no puede aplacar la ira de Dios, ya que el Señor
Jesucristo satisfizo las demandas de Su justicia en contra de nosotros (1 Jn. 2:2; 4:10):

"Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no El arrepentimiento no es un pesar por el


sólo por los nuestros, sino también por los del mundo
entero… En esto consiste el amor: no en que nosotros pecado. No tenemos que aplacar la ira de
hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a Dios con nuestro pesar, ya que esto lo
nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por
hizo el Señor Jesús en la Cruz.
nuestros pecados."

Alguien dirá: "¿No dice en 2 Co. 7:10 que 'la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios
produce un arrepentimiento que conduce a la salvación'? " Es cierto, pero, ¿qué quiere decir esta
frase en su conteto? Hay que leer los versículos 8 y 9 para poder entenderlo:

"Si bien los entristecí con mi carta, no me pesa. Es verdad que antes me pesó, porque
me di cuenta de que por un tiempo mi carta los había entristecido. Sin embargo,
ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los al llevó
al arrepentimiento" (NVI).
2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

La primera carta de Pablo a esta iglesia (1a Corintios), les había contristado porque Pablo
tuvo que reprenderles fuertemente en cuanto a varios asuntos. Aunque le dio pesar escribirles de
esa manera, no lo lamentaba, porque por medio de la carta el Espíritu Santo les convenció de su
pecado. La tristeza que sintieron al ser convencidos por Él les condujo al arrepentimiento,
motivándoles a confesarlo—un cambio de actitud en cuanto a su pecado— y restaurar su comunión
con Dios.

Tomando en cuenta el contexto de esta manera, vemos que la "salvación" de que se trata en
2 Co. 7:10 no es la salvación del alma, sino la retauración de la comunión del creyente con el
Padre. El arrepentimiento no se limita a la salvación eterna de una persona, sino que también
incluye el cambio que cada uno de nosotros, como creyentes, debemos tener al ser convencidos de
pecado en nuestra vida por el Espíritu (2 Ti. 2:25):

"Debe reprender tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios


Al ser convencido de su
les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la
verdad." pecado, por el Espíritu
Santo, el creyente, triste,
(Ap. 2:5, 16; 3:3ª, 19): "Recuerda, por tanto, de dónde has caído y
arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio. Si no, vendré por haberle ofendido,
a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes… Por tiene un cambio de actitud
tanto, arrepiéntete; si no, vendré a ti pronto y pelearé contra ellos
por su pecado y lo
con la espada de Mi boca… Acuérdate, pues de lo que has recibido
y oído; guárdalo y arrepiéntete… Yo reprendo y disciplino a todos confiesa a Dios.
los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete."

② No es abandonar el pecado como prerrequisito para la salvación

Hoy en día muchos evangelistas y escritores de tratados ponen el arrepentimiento como un


requisito para la salvación. Dicen que el pecador tiene que "arrepentirse" antes de poner su fe en
el Señor Jesús. Definen el arrepentimiento como "dejar el pecado y no volver a él". De esta manera
exigen del pecador algo que le es imposible hacer. Una persona inconversa nunca puede dejar de
pecar porque es esclava del pecado, de su naturaleza pecaminosa y de Satanás (Ro. 6:16; Pr. 5:22):

"De sus propias iniquidades será presa el impío,


y en los lazos de su pecado quedará atrapado."

(Jer. 13:23): "¿Puede el etíope mudar su piel,


o el leopardo sus manchas?
Así ustedes, ¿podrán hacer el bien
estando acostumbrados a hacer el mal?"

(Jn. 8:34): "Jesús les respondió: 'En verdad, en verdad os digo que todo el que comete
pecado es esclavo del pecado;' "

El Señor Jesús vino para librar a los pecadores de la esclavitud (Lc. 4:18):
LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA

"EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ,


PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES.
ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS.
Y LA RECUPERACIÓN DE LA VISTA A LOS CIEGOS;
PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS;" Is. 61:1

El Señor Jesús dijo a Saulo en el camino a Damasco (Hch. 26:17 b-18):

"…los Gentiles, a los cuales Yo te envío, para que abras sus ojos a fin de que se
conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban,
por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados."

(Ro. 8:1ª, 2): "…ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús…
Porque la ley del Espíritu da vida en Cristo. Jesús te ha libertado de la ley del pecado
y de la muerte."

En su primera carta a la iglesia en Tesalónica, Pablo les recordó (1 Ts. 1:9 b):

"…se convirtieron de los ídolos a Dios."

No les dijo que habían abandonado primero a los ídolos y, luego, buscaron a Dios. No fueron
dos pasos, sino uno solo. Al creer el mensaje del Evangelio, ya no había cabida para la confianza
en los ídolos.

Leví (Mateo) también dio un solo paso cuando el Señor le llamó a seguirle (Lc. 5:28):

"Y él, dejándolo todo, se levantó y Lo seguía."

Al seguir al Señor, dejó atrás todo lo que pertenecía a su vida anterior. Basta predicar el
Evangelio e invitar a los pecadores a poner su fe en la obra consumada de Cristo, sin agregarle
condiciones.

Tampoco Pablo, al convertirse al Señor, tuvo que abandonar primero su misión de


persecución, sino que el hecho de creer en el Mesías Jesús puso fin a su misión anterior, dándole
una dirección muy distinta a su vida. Cuando le contó se conversión al rey Agripa, dijo (Hch.
26:19-20):

"Por tanto, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, sino que
anunciaba, primeramente a los que estaban en Damasco y también en Jerusalén, y
después por toda la región de Judea, y aun a los gentiles, que debían arrepentirse y
volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento."

La vida de Pablo fue transformada al creer las Buenas Nuevas del Mesías Jesús, y el que
antes fuera el perseguidor más celoso de la Iglesia se convirtió en el más ardiente propagador del
Evangelio. De la misma manera, los que creyeran el mensaje de Salvación por boca de Pablo,
deberían tener vidas transformadas, no siguiendo el rumbo de los incrédulos, sino lo que se espera
de un hijo de Dios (Ef. 4:17, 22-24):
2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

"Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no anden así como andan
también los Gentiles (paganos), en la vanidad de su mente… que en cuanto a la
anterior manera de vivir, se despojen del viejo hombre, que se corrompe según los
deseos engañosos, y que sean renovados en el espíritu de su mente y se vistan del
nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y
santidad de la verdad. "

(Tit. 2:11-14): "Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a


todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos,
vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo
Jesús. Él se dio por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD Y PURIFICAR PARA
SÍ UN PUEBLO PARA POSESIÓN SUYA, Dt. 7:6-8 celoso de buenas obras."

Los efesios y los cretenses no tenían que hacer "obras dignas de arrepentimiento" a fin de
calificarse para la salvación. Estas "obras" no preceden al arrepentimiento, sino son el "fruto" de
una actitud nueva, el resultado evidente de la nueva vida en Cristo (Mt. 3:8, RV60):

"Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento." Una persona no tiene que "abandonar el

Un naranjo no lo es por el fruto que da, sino que produce pecado y no volver a él" antes de ser
naranjas por ser ya un naranjo. De igual modo, una persona salvo. El arrepentirse es parte integral
arrepentida, no lo es por hacer "obras dignas de
de creer y el cambio de vida es
arrepentimiento", sino que demuestra por sus obras que se ha
arrepentido ya. evidencia visible del arrepentimiento.

Considerando todos estos textos, podemos ver que en vez de un sentimiento de pesar por el
pecado o el abandono de él como prerrequisito para la salvación, el arrepentimiento es un cambio
de actitud y mente en cuanto a:

❶ El Padre y el Señor Jesús

Como vemos en el relato del sermón de Pedro en el Día de Pentecostés, los que fueron
convencidos debían tener un cambio de opinión en cuanto al Señor Jesús. Le crucificaron
por blasfemador porque dijo que era el Hijo de Dios, pero para ser salvos tenían que aceptar
por fe que "Dios Lo ha hecho Señor y Cristo" (Hch. 2:36b). El arrepentimiento carece de
valor si no va acompañado de una fe genuina en el Señor Jesucristo como Dios y Salvador.

Cuando una persona llega a Cristo, lo que creía antes, sea lo Junto con el creer está un cambio
que sea, tiene que cambiar. Los tesalonicenses al creer en el
Evangelio ya no creían en sus ídolos sino en Dios. Aun una de opinión y actitud en cuanto al
persona que ha sido criada en una sociedad "cristiana" Señor Jesús. A pesar de lo que
experimenta un cambio de pensar en cuanto al Señor Jesús
pensábamos de Él antes, ahora es
cuando cree. Ya no es un asunto de que "Cristo murió por
todos los pecadores del mundo", sino "El Señor murió en mi nuestro Dios y Salvador.
lugar". Pasa de lo impersonal a lo personal.
LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA

❷ El Pecado

El inconverso se deleita en su pecado (Ef. 2:1-3, NVI):

"En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus trangresiones y pecados, en los
cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que
gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven
en la desobediencia. En ese tiempo también todos nosotros viviamos como ellos,
impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y
nuestros propósitos. Como los demás éramos por naturaleza objeto de la ira de
Dios."

Por medio del arrepentimiento el pecador acepta la evaluación divina de su pecado,


rechazando la suya. Cuando zaqueo recibió al Señor Jesús en su casa, él también aceptó el
mensaje del Señor, creyendo en Él. Además, su perspectiva de pecado tuvo un cambio
diametralmente opuesto a la que tenía. En vez de estafar a la gente como solía, decidió
devolver por cuadriplicado todo lo que había procurado deshonestamente (Lc. 19:8, DHH):

"Zaqueo se levantó entonces y le dijo al Señor: 'Mira, Señor, voy a dar a los pobres
la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro
veces más."

Zaqueo no fue salvo por haber cambiado de deshonesto a El arrepentido ha cambiado lo


honesto, sino por haber creído en el Señor Jesús. El dejo su pecado
debido a que era nueva criatura por la fe en Cristo. Parte de su que pensaba acerca de su
arrepentimiento tenía que ver con dejar el pecado y actuar de una pecado y lo ve como Dios lo ve.
manera completamente distinta. Sin embargo, esto fue el resultado de
haber creído y no un paso anterior al creer.

③ El ejemplo del hijo pródigo

Podemos ver estos dos aspectos del


arrepentimiento ilustrados en la parábola del
hijo pródigo. El hijo pródigo representa a los
pecadores incrédulos del tiempo de Jesús,
personas que habían rechazado las normas
divinas de la Palabra de Dios (Lc. 15:1-3):

"Todos los recaudadores de impuestos y los


pecadores se acercaban a Jesús para oírle;
y los fariseos y los escribas murmuraban:
'Este recibe a los pecadores y come con
ellos.' Entonces Él les dijo esta parábola…"

El Señor jesús llegó precisamente cuando estos "pecadores" estaban en "la marranera",
miserables en su pecado como lo era el hijo pródigo (Lc. 15:14-16):
2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

"Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a
pasar necesidad. Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y
él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Y deseaba llenarse el estómago de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. "

El hijo pródigo volvió en sí, y se dio cuenta que no La parábola del hijo pródigo ilustra el
había razón alguna para seguir en su miseria ya que había
arrepentimiento, y cómo el pecador cambia
abundante comida en la casa de su padre. Su actitud hacia
su pecado cambió reconociendo que había pecado contra de opinión en cuanto a su pecado y a Dios.
Dios y contra su padre (Lc. 15:17-18):

'Entonces, volviendo en sí, dijo: "¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan
de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré:
'Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ' "''

De la misma manera, los pecadores, al escuchar al Señor Jesús,


llegaron a saber que el Padre Dios tiene provisiones abundantes para
todos los Suyos, y su actitud hacia su pecado cambió al darse cuenta
de la enormidad de dicho pecado contra Él.

La actitud del hijo pródigo hacia su padre cambió, porque pudo ver
que su padre era bueno, que lo perdonaría y lo aceptaría (Lc. 15:19):

"… ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de
tus trabajadores."

Así también, los pecadores, confiaban en la palabra de Jesús, y su


actitud hacia Dios cambió, viéndole como un Padre amoroso que los
perdonaría y aceptaría a pesar de sus pecados.

Convencido del perdón y la bondad de su padre, el hijo pródigo


emprendió su viaje de regreso a casa. Cuando su padre lo vio acercándose,
corrió a él y lo abrazó, mientras el hijo confesó que lo que a él le parecía
antes como una aventura era pecado contra su Dios y su padre (Lc. 15:20-
21):

'Levantándose, fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre


lo vio u sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo
besó. Y él le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no
soy digno de ser llamado hijo tuyo." '

De igual modo los pecadores convencidos por Jesús del perdón y


bondad de su Padre Dios, decidieron acercarse a Él y encontaron que les
estaba esperando en amor. Ellos también confesaron a Dios su error, aceptando delante de Él que
habían pecado.

El arrepentimiento del hijo pródigo implicaba:


LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA

❶ un cambio de actitud hacia su padre (Dios), viéndole como un Padre perdonador;


❷ un cambio de dirección, que va hacia Él en vez de buscar el pecado; e
❸ incluía un cambio en la manera de pensar en cuanto a su pecado, viéndolo como Dios lo
ve y no como lo veía antes como una aventura.

El cambio físico también es notable: de la marranera a la mansión del Padre, de las garras
del pecado a los brazos del Padre, del camino del infierno a camino al Cielo.

➃ El arrepentimiento es un proceso

Estos cambios de actitud no tienen lugar de un momento a otro, sino que se producen a través
de un proceso . empieza cuando el incrédulo en marcha hacia el infierno oye el Evangelio. El
Espíritu Santo usa la Palabra de Dios para convencerle de su pecado de no creer en Cristo; de la
justicia de Dios revelada en la muerte, resurrección y ascensión del Señor Jesús, del juicio de
Satanás y el pecado en la Cruz y del juicio de todos los que no creen (Jn. 16:8-11):

"Y cuando Él [Espíritu Santo] venga, convencerá (culpará) al mundo de pecado, de


justicia y de juicio; de pecado, porque no creen en Mí; de justicia, porque Yo voy al
Padre y no me verán más; y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido
juzgado."

El incrédulo deja de correr con tanto entusiasmo hacia el infierno, y presta más atención al
Evangelio. Sus opiniones en cuanto a su pecado empiezan a cambiar y está más de acuerdo con la
Verdad. Claro, en cualquier momento antes de ceer, él puede decidir rechazar la luz que ha recibido
y seguir su carrera hacia el infierno. Pero sigue prestando atención al Mensaje divino, el Espíritu
Santo le conducirá hacia Cristo, produciendo en élla fe para aceptar el Evangelio. Al creer en el
Señor Jesús como su Salvador, da media vuelta y emprende su caminar hacia el Cielo. Sus
actitudes y opiniones en cuanto a su pecado y al Señor Jesús habrán experimentado un cambio
completo.

¿Dónde, en ese proceso, podemos colocar el arrepentimiento? ¿Antes de creer? Es verdad


que el arrepentimiento se inicia antes de creer, pero si lo dejamos únicamente allí, estaríamos
diciendo que el incrédulo tiene que realizar un cambio de actitud y de dirección antes de creer,
loque le es imposible. ¿Qué tal si lo colocamos después de creer? La media vuelta se completa al
creer el Evangelio y la persona comprende su caminar hacia el Cielo, pero no podemos decir que
esto es todo lo que hay en el arrepentimiento, porque es indispensable que tenga en parte un cambio
de mente en cuanto a su pecado y al Señor Jesús aun antes de creer. Al considerar todo lo que
hemos estudiado, podemos ver que el arrepentimiento se inicia cuando el incrédulo en camino al
infierno escucha el Evangelio y el Espíritu Santo lo usa en su corazón para convencerle de su
pecado, y de Su justicia y de Su juicio divino contra Satanás y contra los incrédulos. El
arrepentimiento se completa cuando el pecador ha creído en Cristo y ha dado media vuelta en
cuanto a sus actitudes y la dirección de su vida, y ya está en camino al Cielo.

⑤ El arrepentimiento en relación con el v. 4


2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

v. 4 ¿Dónde encaja
esta descripción del
arrepentimiento con Ro.
2:4? El pasaje (2:1-16)
trata de la condenación del
moralista que se considera
mejor que los demás. Esta
clase de personas son como
los fariseos que se oponían
al Señor Jesús cuando ´´El
estaba aquí en la tierra.
Este "moralista" puede ver
las fallas de los demás y
está de acuerdo en que
Dios debe castigar a los
paganos y pecadores, pero
no puede ni quiere ver sus propias fallas.

Es como el hijo mayor en la parábola del hijo pródigo que no quiso entrar a la fiesta que su
padre hacía para celebrar la llegada de su hermano que había malgastado su herencia viviendo
perversamente. Aunque su padre le imploraba que entrara, rehusó hacerlo (Lc. 15: 25-32):

"Y su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó


a la casa, oyó música y danzas. Llamando a uno de los criados,
le preguntó qué era todo aquello. Y él le dijo: 'Tu hermano ha
venido, y tu padre ha matado el becerro engordado porque lo
ha recibido sano y salvo.' Entonces él se enojó y no quería
entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. Pero él le dijo
a su padre: 'Mira, por tantos años te he servido y nunca he
desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me
has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos; pero
cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con
rameras, mataste para él el becerro engordado.' Y su padre le
dijo: 'Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío
es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque
éste, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba
perdido y ha sido hallado. ' "

Los fariseos eran como este hijo mayor y criticaban al Señor


La persona moralista no acepta
Jesús por asociarse con "pecadores" y no aceptaron el
arrepentimiento de personas como Leví, Zaqueo y las prostitutas. que Dios tiene que salvarle,
porque no se considera pecador y,
Hoy en día hay personas que rehúsan aceptar el Evangelio
porque no se consideran "pecadoras". Aunque Dios les implora por lo tanto, rechaza el Evangelio
pacientemente a través de la proclamación del Evangelio, ellos y el sacrificio de Cristo por él.
rechazan Su amor y perdón. Obstinadamente rehúsan reconocer que
LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA

Dios está siendo longánimo y bondadoso con ellos. Como los fariseos en el tiempo de Jesús se
quedan afuera, y nunca entran a gozar de la salvación que Dios ofrece a todo aquel que cree.

ii. La ira de Dios se manifestará en contra de los no arrepentidos, v. 5

v. 5 Entre tanto que estas "personas buenas" se jactan de La ira de Dios se va acumulando
su pureza de fe y de vida se niegan a arrepentirse, la ira de Dios se
acumula como el agua detrás de un dique hecho de palos y tierra. para el moralista que rehúsa
Y, como el dique se revienta cuando el río crece, de la misma arrepentirse, lista para ser
manera vendrá el día que Dios ha prefijado para juzgar a todos los
pecadores, y Su ira que se habrá amontonado será derramada sobre derramada cuando Dios lo juzgue.
ellos.

Así fue en los días de Noé, cuando él estaba construyendo el gran barco que Dios le mandó
que hiciera. Por 120 años Dios esperó pacientemente para que la gente considerara sus hechos y
se arrepintiera. Durante todos esos años mientras Noé les predicaba y les advertía, la ira de Dios
se acumulaba cada vez más, hasta el día que decidió castigarles, y fue entonces cuando a través
del diluvio destruyó al mundo entero.

c. Según sus obras a la luz de la Ley, vv. 6-11


Dios juzga sin acepción de personas en base
v. 6 Bajo el acuerdo de la Ley, Dios dijo que
juzgaría a todos los pecadores, judíos y gentiles, según sus al rechazo de éstas a la Verdad—"lo malo"—,
hechos, no solamente el acto externo, sino también el o a la fe que tienen en ella—"lo bueno."
motivo del corazón (Ec.12:14):

"Porque Dios traerá toda obra a juicio,


junto con todo lo oculto, sea bueno o sea malo."

v. 7 Este versículo no enseña una salvación por obras. Según el acuerdo de la Ley quien
obedeciera perfectamente a todas las leyes de Dios en su corazón y en sus hechos, sería
recompensado con la vida eterna (Lv. 18:5):

"Por tanto, guardarán Mis estatutos y Mis leyes, por los cuales el hombre vivirá si los
cumple; Yo soy el SEÑOR."

(Lc. 10:25-28): "Cierto intérprete de la ley (experto en la Ley de Moisés) se levantó, y


para poner a prueba a Jesús dijo: 'Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?'
Y Jesús le dijo: '¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?' Respondiendo él,
dijo: 'AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON
TODA TU FUERZA, Y CON TODA TU MENTE; Y A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.' Dt. 6:5;
Lv.19:18b
Entonces Jesús le dijo: 'Has respondido correctamente; HAZ ESTO Y VIVIRÁS.'
Lv. 18:5
"

Pero si una persona fallara en un solo punto llegaría a ser transgresor de toda la Ley (Stg.
2:10-11):
2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

"Porque cualquiera que guarda toda la Ley, pero falla en un punto, se ha hecho
culpable de todos. Pues el que dijo: 'NO COMETAS ADULTERIO' Éx. 20:14, también dijo:'NO
MATES' Éx. 20:13 Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en
transgresor de la Ley. "
Una persona podría ser salva si guardara toda
O si no matas pero mientes una sola vez, te has la Ley sin pecar, pero en el momento que peque
convertido igualmente en transgresor de la Ley. Según este
acuerdo, nadie podía ser salvo, porque todos han sea de hecho, palabra o aun en pensamiento, es
transgredido la Ley de Dios (Ec. 7:20): condenada como transgresor de la misma.

"Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque."

Pero Dios en Su gracia proveyó una manera por la cual el


hombre pecador, transgresor de la Ley, todavía puede ser
salvo.

¿Recuerdan la historia de Caín y Abel? Ambos trajeron una


ofrenda al Señor. La ofrenda de Abel fue aceptada, mientras
que la de Caín fue rechazada. Cuando Caín se desanimó por
no haber sido aceptada su ofrenda, Dios le dijo: "Si haces
bien, ¿no serás aceptado?" (Gn. 4:7ª). ¿Cuál fue el bien que
hizo Abel? Verdad, trajo un cordero y lo inmoló, derramando
su sangre delante del Señor, porque "sin derramaniento de sangre no se hace remisión de pecado"
(Hb. 9:22). Caín confiaba en las obras de sus manos, mientras que Abel confiaba en la provisión
divina. Para hacer el bien hay que aprovecharse de esta provisión divina, el sacrificio perfecto
(Jn. 6:28-29):

"Entonces le preguntaron [a Jesús]: '¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras
de Dios?' Jesús les respondió: 'Esta es la obra de Dios: que crean en El que Él ha enviado.'"

Que "hacer el bien" es creer el Evangelio, se ve en el contraste


entre los versículos siete y ocho. El no hacer el bien es contencioso y no
obedecer la Verdad, no creyéndola. El "hacer el bien" tiene que ser lo
opuesto al no hacer el bien, entonces "hacer
el bien" es estar de acuerdo con la Verdad
que dice acerca del sacrificio de Jesucristo
por su pecado. v. 8 El hombre inconverso
no es neutral en cuanto a la Verdad, es
"contencioso" (RV60), palabra que tiene la
idea de alguien que por su ambición egoísta
se alza en contra de la Verdad, creyendo que
su propia manera de pensar es mejor y forma
facciones en contra de la Verdad. A menudo
las personas que se jactan de su cultura, su buena crianza y su
religiosidad, son los que se oponen más a la Verdad. No están
dispuestos a reconocer su propia insuficiencia y su necesidad de la
LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA

justicia que sólo Dios puede dar. Fueron los fariseos, los más estrictos en cuanto a la religión judía,
los que se opusieron fanáticamente al ministerio del Señor Jesús.

La persona que desobedeciera la Ley de Dios y rechazara aprovechar la provisión divina del
sacrificio por los pecados, sufrirá la "ira y enojo" de Dios. " 'Ira' (thumus), se tiene que distinguir
de 'enojo' (orgé) en que 'thumus' indica una condición más agitada de los sentimientos, una
explosión de ira debida a la indignación interna, en tanto que 'orgé' sugiere una condición más fija
o permanente de la mente, frecuentemente con vistas a tomar venganza. 'thumus' y 'orgé' están
emparejados en dos lugares en el Apocalipsis, en 16:19: 'del ardor [thumus] de Su ira [orgé]'; y
19:15: 'del furor [thumos] y la ira [orgé] del Dios Todopoderoso' (Vine). No sufrirá la ira de Dios
por un momento sino por toda la eternidad sin reposo (Ap. 14:10-11):

"…él también beberá del vino del furor de Dios, que está No estar a favor de la Verdad es
preparado puro en la copa de su ira. Será atormentado con estar en contra de ella y de la
fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del
Cordero. El humo de su tormento asciende por los siglos de persona que la dijo. Por eso
los siglos. No tienen reposo, ni de día ni de noche, los que sufrirán el ardor de la ira de Dios
adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la
marca de su nombre." por toda la eternidad.

vv. 9-11 Dios no tiene favoritos. Las bases de Su juicio son supremamente justas. Raza,
familia, trasfondo religioso, el cumplimiento de ritos como el bautismo o la cincuncisión, la
membresía en una iglesia, sus obras de caridad, etc., no impresionan en lo más mínimo a Dios. El
que hace lo malo, rechazando la Palabra de Verdad, e ignorando la provisión que Dios ha hecho
para nuestra salvación sufrirá tribulación cuando la ira de Dios le caiga encima, y sentirá
indescriptible angustia sin fin. Los primeros en ser juzgados serán los judíos, ya que son ellos los
que han recibido más luz, y después, a pesar de haber tenido menos luz, los gentiles. Nadie se
escapará.

Nadie, esto es, nadie fuera de los que hacen lo bueno. "Lo bueno" no se refiere a las buenas
obras, o ritos religiosos, sino a la fe en la Palabra de Dios, y en la obra de Dios: Su provisión para
el pecador, el cual consiste en un sacrificio para perdón del pecado. Dios tampoco tiene predilectos
en este aspecto. Todos los que creen, sin importar su raza, color, clase social, educación, trasfondo
cultural y religioso o sus buenas obras, serán premiados con "gloria, honra y paz" eternamente en
la presencia del Señor. Serán salvos de la ira de Dios únicamente porque esa ira cayó sobre el
Cordero de Dios, el Señor Jesucristo. Los judíos creyentes serán premiados primero, los gentiles
salvos después, pero igualmente serán premiados con la vida, gloria, honra y paz eternas, "porque
en Dios no hay acepción de personas."

d. Según el conocimiento de lo que Dios demanda del hombre, vv. 12-16

v. 12 Dios dio Su Ley a los judíos por medio de Moisés, y Dios les juzgará según esa Ley.
Los gentiles que no han tenido la Ley de Dios como los judíos no se escaparán porque Dios les
juzgará de acuerdo al conocimiento de Sus demandas que Él ha puesto en sus conciencias. Por
ejemplo, todas las personas en el mundo tienen una idea de lo que es bueno y lo que es malo. Hay
ciertas cosas que son consideradas pecado por casi todas las culturas, como por ejemplo, el
homicidio, el robo, el adulterio y la desobediencia a los padres. A pesar de esta revelación en el
2:1-16 LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE MORALISTA

corazón de cada persona, nadie ha vivido de acuerdo al conocimiento que tiene. Todos han pecado,
el judío en contra de la Ley escrita, y el gentil en contra del conocimiento de lo bueno en su
conciencia.

v. 13 El hecho de tener u oír la Ley de Dios no hace justos a los judíos, ni tampoco el no
tenerla hace automáticamente a una persona gentil injusta. Para que una persona sea justificada
por la Ley tendría que obedecerla sin fallar en lo más mínimo. Sin embargo, veremos que nadie
puede ser justificado por la Ley porque todos han pecado.

vv. 14-16 Al hacer lo que la Ley dice sin saberlo, el gentil demuestra que Dios ha puesto
algunos principios en su conciencia. Aunque no ha oído la Ley de Dios, su propia conciencia le
sirve como ley. El hombre por su maldad puede hacer daño a su conciencia, pero esto no cambia
el hecho de que Dios ha dado a cada persona una conciencia que puede diferenciar entre el bien y
el mal.

¿Es Dios injusto al condenar a la persona que nunca ha oído Su Palabra? No, porque aun las
personas más primitivas han violado sus propias conciencias con las cosas que hacen. Cuando
Dios juzgue a los hombres, todos se quedarán sin excusa, porque el judío tendrá la Ley que
testificará en su contra, y la conciencia del gentil testificará en contra de él. En el día del juicio,
Dios mostrará que los deseos y pensamientos que los hombres guardan en sus corazones, inclusive
en aquellos que se consideran religiosos y moralmente rectos, son malignos, corruptos y en contra
de Su voluntad. El veredicto será igual para todos: "¡condenado!" Todos aquellos que no hayan
creído la Palabra de Dios serán juzgados y condenados por el Señor Jesucristo (Ap. 20:11-15):

"Vi un gran trono blanco y a Aquel [el Señor Jesús] que estaba
sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se El judío ha violado la Ley
halló lugar para ellos. También vi a los muertos, grandes y de Dios, y el gentil ha
pequeños, de pie delante del trono, y los libros (rollos) fueron
abiertos. Otro libro fue abierto, que es el Libro de la Vida, y los pecado en contra de su
muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, conciencia; por eso
según sus obras. El mar entregó los muertos que estaban en él, y la
ambos serán igualmente
Muerte y el Hades (la región de los muertos) entregaron a los
muertos que estaban en ellos. Y fueron juzgados, cada uno según condenados.
sus obras. La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego.
Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. Y el que no se encontraba inscrito en el
Libro de la Vida fue arrojado al lago de fuego."

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