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Diáconos, siervos calificados para la Iglesia

Introducción
Cuando pienso acerca de la palabra “diácono” recuerdo a un cierto hombre austero
que me agarró por la oreja y me llevó afuera de mi clase de escuela dominical. Odio
admitirlo, ¡pero esto sucedió por varias ocasiones! En mis días de juventud los diáconos
representaron la autoridad en la iglesia. En la mayoría de las iglesias donde crecí ellos
eran los líderes espirituales de la iglesia. En muchas iglesias de hoy son el cuerpo
gobernante, aun el pastor puede ser empleado y puede trabajar para los diáconos.
Muchas personas en las iglesias parecen tener el título de diácono porque con viene
con honor y respeto en la comunidad. Otras iglesias no tienen a diáconos. En otras
iglesias aún, en particular en iglesias litúrgicas, los diáconos son identificados como un
suborden de los sacerdotes. Sirven en una orden clerical manteniendo las facilidades o
administrando el negocio de la iglesia.

I. UN ESTUDIO DE LOS DIÁCONOS


Sin embargo, si debemos comprender el significado bíblico de diácono, necesitamos
eliminar cualquier definición preconcebida. Pablo se refiere al oficio de diácono cuatro
veces en 1 Timoteo (vv. 8, 10, 12, 13). En ese pasaje estudiaremos la responsabilidad de
los diáconos en la iglesia. Comprenda que de ninguna forma la Escritura presenta a los
diáconos como inferior a los ancianos o pastores. De hecho, usted encontrará que las
aptitudes para ser un diácono no son diferentes a aquellas para ser anciano. Las aptitudes
para ambos examinan el carácter, la vida del hogar, el liderazgo, y el compromiso de la
vida personal de un hombre para servir en la iglesia de Señor.
En 1 Timoteo 3:8-13 Pablo dice: “De la misma manera, también los diáconos deben
ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias
deshonestas, sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. Que también
éstos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan
como diáconos. De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino
sobrias, fieles en todo. Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que
gobiernen bien sus hijos y sus propias casas. Pues los que han servido bien como
diáconos obtienen para sí una posición honrosa y gran confianza en la fe que es en
Cristo Jesús.” Como usted puede ver, no hay menos de un premio en la madurez
espiritual y en la pureza moral para un diácono cuándo se compara a un anciano.

A. Una Visión General de los Diáconos


Las palabras griegas “diakonos” (“siervo”), “diakonia” (“servicio”) y “diakoneo”
(“servir”) son usados al menos cien veces en el Nuevo Testamento. El sentido original
de esas palabras referidas al pasaje, en 1 Timoteo 3 “diakonos” es transcrito más que
traducido. En sólo dos pasajes del Nuevo Testamento los traductores de la versión King
James eligieron transcribir esos términos en vez de traducirlos (cuatro veces en 1
Timoteo 3:8-13 del Fleo y una vez en Filipenses 1:1).
1. Su significado original
“Diakonia” originalmente se refería a servir mesas. “Diáconos” era probablemente la
palabra para mesero. Eventualmente “diakonia” fue ampliado para querer decir
cualquier clase de servicio.
2. Su significado específico
El significado de “diáconos” es primordialmente poco específico para sus usos en 1
Timoteo 3 y Filipenses 1:1. Sólo en esos dos casos los editores la transcribieron, como
para apartarlo en un sentido específico para referirse a un grupo de personas selectas
asignados para servir a la Iglesia.
3. Su significado general
Cualquier otro uso de “diakonos, diakonia, y diakono” es general, no necesariamente
en lo referente a cualquier oficio específico en la iglesia. Los escritores del Nuevo
Testamento las usaron como utilizamos nosotros las palabras siervo, servir, y servicio.
Vamos a una estación de servicio para gasolina. Cuando jugamos tenis servimos la
pelota. Servimos a nuestro patrón. Servimos a nuestra nación.
En la mayoría de los casos “diakonia” es traducido “ministerio” o “servicio”. En
algunos casos es traducido “administración” debido al contexto. En Hechos 11:29 es
traducido “socorro” porque el servicio al que se refería era dar recursos a las personas
que sufrían de una carestía.
B. Un Ejemplo de Diakonos
El original y significado más limitado de “diakonia” tienen que ver con servir la comida.
1. Juan 2:5, 9 - Cuando Jesús estaba en las bodas en Cana, “Su madre dijo a los que
servían… [Gr., “diáconos” – los meseros], Haced todo lo que os dijere” (v. 5). Luego el
versículo 9 dice: “Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde
era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo”. En este
pasaje “diáconos” fue usado para un grupo de meseros en una boda
2. Lucas 4:39 La suegra de Pedro se puso muy enferma. Después de que Jesús la sanó,
el texto dice: “y levantándose ella al instante, les servía [Gr. Diakoneo].” El contexto
implica que ella ministró sirviendo una comida.
Otros tres textos en los evangelios utilizan “diáconos” en referencia a servir una
comida (Lucas 10:40; 17:8; Juan 12:2).
C. El Significado de Diakonos
1. Nivel uno – servicio general
“Diáconos” fue ampliado de su significado limitado para aplicarse a toda clase de
servicio en general.
a) Romanos 13:4- Aquí “diáconos” se usa para describir a un funcionario público o a
un criado. Tales oficiales castigan a los malhechores y recompensan a aquellos que
hacen bien.
b) Juan 12:26-Jesús dijo: “Si alguno me sirve, sígame” Seguir a Jesús constituye
“diakonia” – servicio o ministerio.
Como los evangelistas y escritores de las epístolas adaptaron el término en un sentido
amplio para toda clase de servicio espiritual, basados en lo que Jesús dijo, identificaron
el seguir a Cristo con servirle. El servicio espiritual es el énfasis principal de la vida
cristiana. Cualquier cosa que hacemos en obediencia a la Palabra de Dios es servicio. En
ese sentido todos estamos en el ministerio. De ningún sentido los diáconos prestan
servicio y los demás observan. No hay un nivel de liderazgo hecho de ancianos y
pastores, un nivel de servicio hecho de diáconos, y un nivel de espectador hecho
levantado de todos los demás creyentes. No hay una audiencia en la iglesia, todos
estamos en el ministerio, todos hemos sido llamados a someternos nosotros mismos al
Señor Jesucristo. Él dijo: “donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno
me sirviere, mi Padre le honrará.” (Juan 12:26). Todos nosotros somos Sus siervos.
c) 1 Corintios 12:4-5 – Dentro de este rango amplio de servicio, “hay diversidad de
dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios [Gr. “diakonia”],
pero el Señor es el mismo.”
Todos los cristianos están en alguna forma de servicio espiritual. Todo son diáconos
en ese sentido general porque todos nosotros debemos prestar servicio de diversas
maneras.
d) 2 Corintios 9:1- “en cuanto a la ministración para los santos…” Aquí Pablo
empieza un debate acerca de nuestro papel común de servir a los santos. Todos estamos
comprometidos en el servicio. Servimos a Dios cada vez que obedecemos Su Palabra y a
Su Espíritu. Cada vez que hago lo que es correcto, ofrezco un servicio a Él. Y servimos
el uno al otro cuando conocemos las necesidades de cada quien.
e) Efesios 4:11-12 – “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para
la obra del ministerio [Gr. “diakonia”]”. Mi trabajo como anciano y pastor es madurar a
los santos para que puedan servir a otros.
Todos nosotros somos llamados siervos de Cristo, estamos bajo sus órdenes. Cristo es
nuestro Señor y nuestro amo. Él nos ha invitado a entrar a un servicio espiritual. Le
servimos obedeciendo la Palabra de Dios, siguiendo la dirección del Espíritu de Dios,
sometiéndonos a la autoridad de la iglesia, y supliendo las necesidades de aquellos a
nuestro alrededor. Es una cosa decir, “me enorgullezco de poder servirle a mi país,” o
“me enorgullezco de haber servido a esta gran causa”. Pero eso no se acerca a poder
decir “que he sido invitado a entrar al servicio del Rey de reyes y Señor de señores –
Jesucristo mismo”. Ese es nuestro llamado elevado y sagrado – la vocación a la cual
hemos sido llamados (Ef. 4:1).
2. Nivel dos – servicio espiritual
En Romanos 12:4-7 Pablo dice: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos
muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros,
siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De
manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de
profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio [Gr., diakonia], en servir
[Gr. “diakoneo]”.
Aquí Pablo identifica dones especiales de servicio. Es paralelamente a su uso de los
dones de ayuda en 1 Corintios 12:28. Dios excepcionalmente ha designado a algunas
personas para servirle. Mientras que todos están en el servicio de Cristo, algunos han
sido especialmente dotados por el Espíritu de Dios para servirle.
En 1 Corintios 16:15 Pablo dice: “Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es
las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio [Gr. “diakonia”] de los
santos.”. La familia entera fue caracterizada por el servicio a otros. Todos nosotros
debemos servir a otros, pero algunos de nosotros somos especialmente dotados en esa
área.
3. Nivel tres – servicio oficial
En mi opinión el único argumento bíblico específico del oficio de diácono está en 1
Timoteo 3. Constituye un tercer nivel de servicio espiritual además del servicio general
de cada creyente y el servicio espiritual de creyentes específicos. Los diáconos prestan
servicio en una aptitud oficial como siervos de la iglesia. Nosotros podemos llamarles
fácilmente siervos.
a) La similitud con los ancianos
Aunque son siervos, no se supone que diáconos hagan todo el trabajo – deben ser
modelos de virtud espiritual para todos los demás. En ese sentido están junto a los
ancianos. Los ancianos y los diáconos no están en planos espirituales diferentes. Los
ancianos han recibido autoridad porque ejercen el poder de la Palabra de Dios en su
enseñanza. Pero los diáconos deben ser iguales a los ancianos en todos los demás
aspectos. De hecho, no hay diferencia en sus cualidades espirituales.
b) La diferencia con los ancianos
Mientras que los diáconos deben ser tan piadosos como los ancianos, difieren de ellos
en términos de su habilidad para enseñar. La autoridad de los pastores y ancianos se basa
en su proclamación y exposición de la Palabra de Dios. Sin embargo, justo al lado de los
ancianos vienen aquellos que aplican lo que ha sido enseñado y cuyas vidas no son
menos piadosas que las de ellos. Los diáconos deben levantar a la congregación a un
nivel más alto de virtud espiritual, no se distinguen entre sí como personas
anormalmente piadosas que la congregación nunca podría esperar imitar.
En Filipenses 1:1 Pablo dirige su carta a “los ancianos y diáconos [Gr., diáconos]” en
Filipos. Esa podría ser una referencia a los diáconos oficiales, o podría ser simplemente
una referencia a los líderes y los seguidores en un sentido general. Sin embargo, las
referencias en 1 Timoteo 3 son definitivamente específicas acerca del oficio de diácono.
D. Las Supuestas Referencias a Diakonos
Algunos han sostenido la opinión de que hay otras referencias específicas para los
diáconos a otra parte en la Escritura. Examinaremos esas supuestas referencias.
1. Referente a ciertos hombres
a) Pablo: Algunos creen que Pablo fue un diácono. Ese es un asunto principal para
aquellos que apoyan la autoridad del diácono en la iglesia. Pero Pablo fue un apóstol, no
un diácono. Él mismo dijo, “soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio” (Rom.
11:13). La palabra griega traducida “ministerio” es diakonia. Pablo decía que él se
gloriaba en de servir a Cristo. Él fue un diácono en un sentido general y no específico.
Todos nosotros, sea cual sea nuestro ministerio, es para rendir servicio a Dios. Pero el
oficio de Pablo fue el de un apóstol. Pablo habló de su servicio muchas veces, pero él
estaba siempre seguro en decir que él era un apóstol (e.g., 2 Cor. 10-12).
b) Timoteo: En 1 Timoteo 4:6 Pablo dice a Timoteo: “Si esto enseñas a los hermanos,
serás buen ministro [Gr. Diáconos] de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de
la buena doctrina que has seguido.” Basados en este versículo algunos han dicho que
Timoteo fue un diácono, y un buen diácono en lo que a eso se refiere. Pero se sabe que
Timoteo no fue un diácono en el sentido tradicional. En 2 Timoteo 4:5 Pablo le dice:
“haz obra de evangelista, cumple tu ministerio [Gr., diakonia]”. La “Diakonia” de
Timoteo fue su oficio como un evangelista proclamador y un papel de predicador bien
definido del oficio de diácono.
c) Tíquico: En Efesios 6:21 Pablo llama a Tíquico “fiel ministro” [Gr., “diáconos”].
Tres veces en efesios Pablo utilizó diakonos, pero nunca en una forma técnica. Él
siempre acostumbraba esto con referencia a un servicio general. Por eso no podemos
asumir que Tíquico era un diácono.
d) Epafras: En Colosenses 1:7 Pablo llama a Epafras: “fiel ministro” [Gr., “diáconos”].
Pablo también se refirió a sí mismo como “diáconos” en Colosenses 1:23, 25. Puesto
que estamos seguros de que Pablo no se llamaba diácono, es improbable que tampoco él
llamara a Epafras así.
2. Referente a Hechos 6
Muchas personas creen que los primeros diáconos en la iglesia son los siete hombres
referidos en Hechos 6. Sea lo que hayan sido esos hombres, nunca son llamados
diáconos.
a) El relato
Hechos 6:1 dice: “en aquellos días [el tiempo de la Pascua]… como creciera el
número de discípulos”. Hay tantos como veinte mil creyentes en Jerusalén, un buen
porcentaje de ellos peregrinos que vinieron a la ciudad para las fiestas. Cuando creyeron
en Cristo, muchos se quedaron y pasaron a formar parte de la iglesia.
Hubo dos clases de judíos en el mundo: judíos palestinos (aquellos que vivieron en
Palestina) y los judíos helenísticos (aquellos que habían sido nacidos y surgidos fuera de
Palestina en el mundo griego). Los judíos helenísticos viajarían por Jerusalén para la
Pascua.
(1) El problema
Con semejante gran número de judíos helenísticos uniéndose a judíos palestinos como
cristianos dentro de un crecimiento rápido de la iglesia, surgió un problema. Hechos 6:1,
“hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos
eran desatendidas en la distribución diaria.” Pudieron haber existido varios centenares
de viudas en la iglesia que necesitaban auxilio, muchas de ellas eran judías helenistas.
Cuidando a los pobres y necesitados
Las viudas cristianas vinieron a ser del cuidado de la iglesia – una función de la
iglesia heredada de una práctica judía común. El pueblo judío tenía – y a un tiene – un
compromiso fuerte de cuidar de los pobres y necesitados. Ese compromiso se basó en la
instrucción de Dios en el Antiguo Testamento. Con el paso de los años desarrollaron una
manera sofisticada de suplir necesidades. William Barclay nos dice que cada mañana de
viernes en la sinagoga dos coleccionistas iban al mercado y a las casas a reunir dinero y
bienes para dar a los pobres y necesitados. Esos recursos eran entonces distribuidos para
aquellos necesitados en la comunidad.
Aquellos que tenían una necesidad temporal recibían justo la adecuada cantidad para
sobrellevar su dificultad; aquellos que requería un apoyo normal recibían suficiente para
catorce comidas dos comidas al día durante siete días. Llamaron a esa distribución el
“Kuppah” o Canasta. Además de una colección diaria de comida hecha de casa en casa
para aquellos que estaban en una situación de emergencia y necesitaban comida para ese
día. Esa distribución era llamada el Tamhui, o Bandeja (The Acts of the Apostles, ed.
Philadelphia: Westminster, 1976 revisado, p. 51).
El pueblo judío no hizo énfasis en una persona dando a otro necesitado; hicieron
énfasis en que los recursos deberían ser dados a la sinagoga a fin de que los hombres
sabios en posiciones de liderazgo los pudiesen distribuir correctamente.
La iglesia adquirió la práctica de la sinagoga. Pero una discusión sucedió en la iglesia
cuando los judíos helenísticos se quejaron de que sus viudas no recibían su parte justa de
la comida que era distribuida.
(2) La solución
¿Cómo resolverían el problema de los líderes de la iglesia?
(a) El dilema de los doce
Hechos 6: 2 dice: “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y
dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.”
Esa es una línea indicada de demarcación: Algunas personas en la iglesia necesitan
enseñar la Palabra de Dios y otros necesitan encargarse del negocio de la iglesia. Esa
línea de demarcación se mantiene intacta en las epístolas pastorales. La prioridad para
los apóstoles no era dejar la Palabra de Dios para distribuir comida. Estaban tratando de
discipular a miles de nuevos convertidos. Eso era una tarea tremenda que no podrían
pasar tiempo determinando cómo traer equidad en lo tocante a la distribución de comida.
(b) La decisión de los doce
Hechos 6:3 dice, “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen
testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este
trabajo.”
Note que fueron señalados para una tarea específica. No hay referencia a un oficio en
ese versículo. Luego el versículo 4 dice: “Y nosotros persistiremos en la oración y en el
ministerio [Gr., diakonia] de la palabra”.
Los únicos usos de “diakonia” son en referencia a los apóstoles (v. 4) y para la
“diakonia” diaria de servir a las viudas (v. 1). No hay ningún lugar donde los siete
hombres sean llamados diáconos. Los apóstoles realizaron su servicio (proclamar la
Palabra) y las personas realizaron la de ellos (distribuir comida a las viudas). Pero esos
dos versículos no se refieren a los diáconos específicamente.
Basado en Hechos 6:2, la iglesia pos-apostólica de Roma permitió solo siete diáconos
para distribuir artículos a los pobres. Pero no creo que el Espíritu Santo intentó de
Hechos 6:2 establecer un orden.
(c) La delegación de los doce
Hechos 6:5-6 dice: “agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban,
varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a
Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los
apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.”
d) La respuesta
Hay tres razones de porque no creo que esos siete hombres fueron diáconos reales.
(1) El uso general de diakonia
Lucas (el autor de Hechos) utilizó a “diakonia” en un sentido general para querer
decir servicio. La única vez que es usado con referencia a ciertos individuos está en el
versículo 4, donde está vinculada con los apóstoles.
El Nuevo Testamento nunca se refiere a los siete hombres como diáconos. De hecho,
el libro de Hechos nunca se refiere a los diáconos, algo que esperaríamos si esos siete
hombres fueron los primeros de un nuevo orden. Uno esperaría que ellos fueran
evidentes en Hechos 11 cuando una carestía sucedió en Judea. Hechos 11:29-30 indica
que la iglesia en Antioquía como un todo, no un orden especial de diáconos, fueron
enviados para ayudar a los ancianos en Judea.
(2) La naturaleza específica de la tarea
Esos siete hombres fueron escogidos para una tarea específica. Eran honestos como
para poderles confiar dinero, y eran llenos del Espíritu y de sabiduría así es que podrían
discernir las necesidades de las personas. No fueron escogidos crisis por una sola
ocasión, no instalados en un oficio de tiempo completo. Si habían sido escogidos como
diáconos, pudiéramos esperar que hubieran aparecido más tarde en el libro de hechos.
Interesantemente todos los siete tenían nombres griegos. Si fueran un grupo en
desarrollo de diáconos en la iglesia en Jerusalén, parece extraño que todos ellos hubiesen
sido judíos griegos. Pero si estuviesen señalados para una tarea específica de ayuda a
viudas helenistas, tiene sentido que las personas escogerían a griegos para hacer eso.
Sin embargo, Hechos 6 nos provee de una mirada preliminar de la función de
diáconos. Aquí los apóstoles fueron asignados a la Palabra y a la oración mientras que
los siete cuidarían de una cierta tarea. Ese tipo de organización es básico para la iglesia.
Según 1 Timoteo 3 los ancianos deben enfocar la atención en enseñar la Palabra y
supervisar a la iglesia mientras los diáconos se enfocan implementando y aplicando la
Palabra.
(3) El papel del anciano implícito de los hombres
Hechos 6 nos da un precedente histórico de la función de los diáconos, pero los siete
hombres no fueron diáconos reales. De muchas formas fueron más como ancianos.
Hechos 6: 7 dice: “Y crecía la palabra del Señor”. ¿Por qué aumentó? Porque los
apóstoles tuvieron libertad de invertir tiempo para la Palabra y la oración. Los versículos
7-8 continúa: “y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén;
también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. Y Esteban [uno de los siete], lleno
de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo”. ¿Pudo ser que
los demás hicieron lo mismo? Esos siete hombres bien pudieron haber sido evangelistas
especialmente dotados que salieron afuera en la ciudad realizando señales, y maravillas,
y actos poderosos al ir predicando.
Se sabe que Felipe, otro de los siete, fue un predicador poderoso, y milagroso (Hechos
8:5-8). Si los otros cinco fueren como Esteban y Felipe, fueron más bien como apóstoles
que como diáconos.
II. EL TRASFONDO DE 1 TIMOTEO 3
Pablo escribió 1 Timoteo cerca del 64 D.C. La iglesia había estado en existencia por
aproximadamente treinta años. (Cristo fue crucificado poco después del 30 A.D.)
Timoteo estaba sirviendo como pastor de la iglesia en la iglesia de Éfeso – una iglesia
que había crecido y se había desarrollado inicialmente bajo Pablo por tres años (Hechos
20:31), y luego bajo líderes adiestrados por Pablo.
Se había vuelto aparente para Pablo que la iglesia en Éfeso necesitaba no sólo
maestros de la Palabra que servirían como supervisores y ancianos, sino que también los
administradores y trabajadores para implementar lo que los ancianos les enseñaron. Un
número creciente de personas se había levantado en lugares de servicio oficial. Entonces
Pablo dio a Timoteo instrucciones sobre el tipo de hombres que él debería escoger para
hacer ese trabajo.
Hay un nivel de servicio en el que todos estamos comprometidos, un nivel de servicio
para aquellos específicamente dotados para servir, y un nivel de servicio de personas
capacitadas que representan e implementan la autoridad de los ancianos y pastores de la
iglesia. No sabemos exactamente cuándo se establecieron los papeles de los ancianos y
los diáconos en la iglesia, pero sabemos que para cuando Pablo escribió 1 Timoteo esos
oficios fueron reconocidos y ocupados por modelos de virtud espiritual. Los ancianos y
los diáconos comparados y contrastados,
Primera Timoteo 3:8-13 no menciona nada acerca de los deberes específicos de los
diáconos. Pero trata las características personales, al igual que la sección sobre los
ancianos en los versículos 1-7.
1. Los ancianos
Si tuviese que definir mi tarea como pastor y anciano, la resumiría simplemente
diciendo esto: Gané, enseñé, entrené y envié. No tenemos que trabajar duramente para
determinar qué se supone que haremos. Debemos enseñar la Palabra de Dios. ¿Por qué?
Para ganar a personas para Cristo. ¿Por qué? Para que puedan crecer en la fe. ¿Por qué?
Para que puedan ser entrenados para ganar personas para Cristo. Luego los enviamos a
hacer esa misma cosa.
2. Los diáconos
Los diáconos ayudan a los ancianos a implementar su tarea. La distinción entre los
dos es que la Escritura dice que los ancianos deben enseñar. Eso no quiere decir que los
diáconos no puedan enseñar o no deban enseñar. Ciertamente deberían ser fuentes de
doctrina sana. También deberían estar llenos de fe, llenos del Espíritu, llenos de
sabiduría, y tener buena reputación al igual que los hombres en Hechos 6. Deben ser
personas de integridad. Manifestar que los diáconos no son maestros principales en la
iglesia no quiere decir que sean ignorantes teológicamente. Primera Timoteo 3:9 dice
que ellos mantienen “el misterio de la fe con limpia conciencia.” Eso quiere decir que no
sólo saben la verdad, sino que también viven la verdad.
Conclusión
Todo el mundo en la iglesia debe prestar servicio de algún modo. Algunos sirven con
dones únicos y una cierta cantidad prestan servicio en una aptitud oficial. Y pueden ser
hombre o mujer (1 Tim. 3:11). Son modelos de servicio para Cristo y Su iglesia. Las
aptitudes para tanto ancianos como diáconos son las mismas, pero los diáconos
funcionan bajo el liderazgo de los ancianos. No obstante, los diáconos, ya sea hombre o
mujer, deben ser considerados como líderes en la iglesia. Deben llevar la delantera en el
ejemplo. Cada iglesia necesita el liderazgo pastoral y el de servicio. No podríamos
lograr una cosa si no fuera por los hombres y mujeres que llevan la administración, la
implementación, y la aplicación de la Palabra de Dios.
Enfocándonos en los hechos
1. ¿En qué formas, las cualidades de los ancianos y los diáconos son paralelas?
2. Defina a “diakonia” y las palabras relacionadas “diáconos” y “diakoneo”. En la
mayoría de los casos, ¿cómo utilizaron los escritores del Nuevo Testamento estas
palabras
3. ¿Cuál era el significado original más limitado de “diakonia”?
4. ¿En qué sentido están todos los cristianos en el ministerio?
5. Lo que dice Romanos 12:7 indique acerca del servicio dado por algunas personas?
6. ¿En qué función difieren los ancianos de los diáconos?
7. ¿Por qué no pudo haber sido Pablo un diácono?
8. ¿Por qué Timoteo no pudo haber sido un diácono?
9. ¿Qué es lo que muchos asumen que sucedió en Hechos 6?
10. Según Hechos 6:1, ¿qué problema surgió en la iglesia en Jerusalén?
11. ¿Qué práctica adaptó la iglesia de la sinagoga? Explique.
12. ¿Cómo resolvieron el problema los líderes de la iglesia de Jerusalén?
13. ¿Por qué los siete hombres mencionados en Hechos 6:5 probablemente no fueron
diáconos? Explique cada razón.
14. Por qué Pablo escribió a Timoteo acerca de las cualidades para los ancianos y
diáconos?
15. Compare y contraste a los ancianos de los diáconos.
Reflexionando los Principios
1. Lea Juan 12:26. ¿Qué clase de personas honra Dios? ¿Significa esto que Él honra a
los ancianos y a los diáconos solamente, o a todos los creyentes? ¿Qué quiere decir
seguir a Cristo? Basado en sus respuestas, ¿demuestra su vida que es un seguidor de
Cristo? Un creyente verdadero simplemente no puede venir a la iglesia, escuchar el
sermón, disfrutar la comunión con las personas, y luego irse. Él o ella debe estar
activamente involucrado en servir a Cristo.
¿Qué puede hacer usted hoy para comenzar a cumplir con su papel como un seguidor
de Cristo? Para ayudarle a entrar en su tarea, aprenda de memoria Juan 12:26: “Si
alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si
alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”
2. Según Hechos 6:3, las personas que se buscaron eran hombres “de buen testimonio,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría”. Hechos 6:5 menciona que Esteban era también
lleno de “fe”. Esas características identifican a siete hombres de integridad. ¿Puede ser
usted caracterizado como una persona de integridad? En una escala del 1-10, ¿cómo se
calificaría en cada uno de esas cuatro características? ¿En cuál es usted más débil?
Hágale a su meta en esta semana para mejorar su andar cristiano en esa área. Por
ejemplo, si usted es más débil en su fe, busque “fe” en una concordancia y haga un
estudio de palabra sobre ese tema. O usted podría hacer una lista de todas las veces que
Dios ha sido fiel en bendecir su vida, y eso a su vez aumentará su fe en él.

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