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La siguiente es una traducción sin fines de lucro de la novela

web Re:Zero kara Hajimeru Isekai Seikatsu.

El autor original de la obra es Nagatsuki Tappei, cuyo trabajo se


encuentra disponible en japonés, en la siguiente página:

http://ncode.syosetu.com/n2267be/

La traducción y edición al inglés corre por parte de


TranslationChicken y su grupo de traductores.

Para poder leer los nuevos capítulos y estar al tanto de las


últimas noticias sobre Re:Zero, visita el siguiente enlace:

http://traduccionesisekai.blogspot.com/
El anime adaptó los primeros 9 volúmenes de la novela ligera.
Sin embargo, no animó todos los capítulos del volumen 9.

En la siguiente recopilación, encontrarán los interludios del arco


3 que no fueron adaptados por el anime.
Interludio I
Un momento en el carruaje de dragón

El carruaje de dragón emitía un leve traqueteo mientras bajaba


por el camino. Se encontraba bajo protección divina, por lo que,
cualquier ruido o balanceo que hiciera, era apenas perceptible.

Subaru dejó que su cuerpo se relajara en aquella calma que


había. En retrospectiva, probablemente era la primera vez que
montaba en un carruaje tan tranquilo.

Si lo obligaran a elegir, aquella primera vez en que se dirigieron


a la Capital desde la Mansión Roswaal podría haber sido la mejor,
pero, en ese momento, debido a su propia torpeza, el viaje fue
bastante más movido y hubo pocos momentos para disfrutar del
paseo. Sin embargo, gracias a ese mismo viaje en carruaje,
algunas cosas 1 le salieron bien a Subaru más adelante, por lo
que tampoco podía considerar que aquella hubiera sido una
mala experiencia.

Y las siguientes veces que se subió a un carruaje, se encontraba


más preocupado de llegar rápido al territorio de Roswaal,
debido al conflicto que había con el Culto de la Bruja, por lo que
tampoco pudo relajarse y disfrutar del viaje en dicha situación.
Como resultado, ésta era la primera vez que Subaru realmente

1 Cuando Subaru y Otto eran perseguidos por Petelgeuse (capítulo 25,


minuto 12:50 del anime), Subaru lanzó el Evangelio de Petelgeuse para
situar a Petelgeuse en el borde del campo de efecto de la Protección
Divina de la Evasión del Viento. Ese plan funcionó muy bien y Petelgeuse
fue parcialmente aplastado por esa zona entre la barrera, antes de que
la manga de su túnica fuera atrapada por el eje de la rueda del carruaje
de Otto.
montaba un carruaje de dragón sin preocupaciones ni
impaciencia.

Sin embargo,

Subaru: Oye... Petra, ¿no crees que estás demasiado cerca?

Petra: No lo creo. ¿Ocurre algo malo Subaru?

Petra, la pequeña niña que miraba a Subaru con sus redondos


ojos y cabello café rojizo, estaba sentada a su izquierda y, desde
que comenzó el viaje, había estado tomando su mano mientras
se mantenía bien apegada a él.

Al principio, él pensó que era debido al miedo, pero hasta ahora


le había estado sosteniendo la mano con una gran sonrisa.

Subaru: Me siento como un padre. ¡La intuición de padre que


no sabía que tenía está comenzando a emerger...!

Petra: Hasta ahora onee-chan ha sido bastante astuta. Pero


no importa, todavía queda bastante tiempo para alcanzar la
capital.

Emilia: Petra, lo que pasó antes era, mmm… no era lo que


parecía. Verás, tenía algo muuuy importante que hablar con
Subaru. No es que estuviera intentado acapararlo ni nada por el
estilo.

Petra: Jmpf. Jamás perderé contra ti, onee-chan.


Emilia habló tímidamente, ante lo cual Petra contestó
intimidantemente. Subaru no entendía exactamente qué estaba
pasando; pero, teniendo en cuenta las palabras de Petra y el
modo en que las dijo, Subaru pudo deducir que Petra no actuaba
como si odiara a Emilia, sino más bien parecía estar jugando con
ella. Pero Emilia, que no estaba acostumbrada a lidiar con niños,
estaba preocupada de verdad.

Subaru: Emilia-tan, no te lo tomes tan a pecho. Es solo una


niña. Deberías reír, tomártelo con una sonrisa, smile
ampliamente e ignorarlo.

Emilia: No actuaré como una engañabobos solo porque se


trate de una niña.

Subaru: ¿Quién dice «engañabobos» hoy en día?

Emilia: Mpf, otra vez te burlas así de mí.

Emilia apretó sus labios con cara de pocos amigos y Subaru no


pudo evitar reír mientras soltaba un Perdón, perdón . Al ver
esto, Petra tiró de su manga a modo de queja, por lo que también
tuvo que prestarle atención a ella.

Rodeado por una chica linda a cada lado, Subaru había sido
bendecido por un desarrollo bastante raro para él.
Lamentablemente, una se encontraba postergando la respuesta
a su confesión y, en el caso de la otra, aun debían pasar, por lo
menos, unos 3 años antes de poder esperar algo.
—En este momento, Subaru y compañía se encontraban
montando un carruaje de dragón que iba bajando por la
Carretera Lifaus, camino a la capital. Era un carruaje distinto al
que había sido llenado con piedras mágicas explosivas, y el
conductor era un hombre de la Brigada de jóvenes de Arlam.
Adentro iban Subaru, Emilia y los niños.

Por consideración, todo el mundo decidió silenciosamente dejar


a Subaru y Emilia solos, pero Petra se metió animadamente
como si nada.

Como se había entrometido descaradamente en su tiempo a


solas, Subaru obviamente se había molestado un poco, o por lo
menos así habría sido en otras circunstancias, pero en la
situación actual, que Petra se interpusiera de esa manera, era
más bien de ayuda.

Hacía solo unos momentos atrás, Subaru había soltado un


montón de palabras extremadamente embarazosas. Además,
intentando lucir genial, le había dicho a Emilia que no le
importaba esperar la respuesta a su confesión, pero las llamas
del amor de Subaru ardían vigorosamente y, sumado a la
sensación de logro al haber llevado todo lo sucedido a una
conclusión satisfactoria, era incapaz de frenar sus sentimientos.

En el peor de los casos, como compensación podría haber


acabado pidiendo algo más que simplemente recostarse en su
regazo.

Subaru: Wow, eso estuvo cerca. Después de ir tan lejos para


lucir genial, hay un límite para lo que uno puede o no hacer.

Petra: ¿Qué—?
Subaru: Me refiero a cómo me has salvado, Petra. Oh, sobre
eso, parece que mantuviste tu promesa de no dejar a Emilia-tan
sola. Buen trabajo, muy buen trabajo~.

Petra: Ejeje~.

Dando unas suaves palmaditas en la cabeza de la pequeña niña


que lo estaba mirando, Subaru expresó doblemente su
agradecimiento. Si ella u otro de los niños no hubieran tomado
de la mano a Emilia, probablemente se habría forzado de nuevo
y habría terminado herida. Que no haya ocurrido así y que
Subaru pudiera ver los frutos de su esfuerzo, fue solo gracias a
los niños y a las otras personas que lo ayudaron, incluyendo a
Petra.

Realmente había sido bendecido por quienes le rodeaban.


Demasiado bendecido.

Subaru: Hay tantas personas a las que tengo que dar las
gracias una vez que todo esto se calme…

Crusch, Ferris y Wilhelm, de la facción de la propia Crusch.


Odiaba admitirlo, pero también Julius y los miembros de los
Colmillo de Hierro de la facción de Anastasia. También tenía que
hablar con el poco memorable Russell Fellow, y cumplir esa
promesa de darle el teléfono celular.

Era lamentable que tuviera que engañar a Russell sobre el


verdadero valor del celular; pero, considerando la felicidad que
Subaru obtuvo a cambio, lo mejor será pretender que se trata de
algo poco importante. Lo siento Russell.
『 Subaru: Tengo que pensar en un montón de cosas. 』

Primero, definitivamente tenía que averiguar qué demonios


había estado haciendo Roswaal todo este tiempo. Además,
debía hablar con Anastasia y con Crusch acerca de cómo
repartirse las hazañas de la derrota de la Ballena Blanca y de
Pereza. Sobre todo, en lo referido a la Ballena Blanca; ya que, de
ser ciertas las palabras de Crusch, entonces Subaru podría
obtener algún reconocimiento por ello.

No es que Subaru estuviera buscando honor y prestigio, pero si


su reputación lograba subir, aunque fuera un poco, definitiva-
mente sería algo de ayuda para Emilia y su facción. No le
importaba que los demás pensaran que era un caradura por
pedir reconocimiento.

Y después de zanjar estos asuntos a corto plazo, quedaría


asegurar la Aldea de Arlam y regresarla a la normalidad. El
futuro parecía lleno de dificultades. —Pero, antes de todo eso,
había otro puente que Subaru tenía que cruzar.

Subaru: Ahh, umm, Emilia-tan... Tengo algo importante que


hablar contigo, pero...

Emilia: ¿Sí, de qué se trata?

Emilia había puesto uno de sus dedos sobre su plateado cabello


y lentamente giró su cabeza posando su mirada en Subaru. Sus
ojos de color amatista estaban llenos de confianza y, al mirarlos,
Subaru sintió que todas sus acciones habían valido la pena. Sin
embargo, no podía eliminar el miedo que tenía al pensar en
cómo esos mismos ojos reaccionarían ante lo que tenía pensado
decir a continuación.
Subaru tenía un asunto pendiente que no podía evitar y que
tarde o temprano debía contarle a Emilia. —Naturalmente se
trataba acerca de Rem.

Volviendo al tema de a quiénes Subaru debía gratitud, en cada


una de las repeticiones que tuvo que vivir, no había nadie que le
hubiera ayudado de todo corazón más que Rem.

Gracias a su profundo amor y dedicación, fue capaz de curar


amablemente el corazón completamente roto de Subaru,
entregándole la resolución que requería para ponerse de pie y
enfrentarse a su destino.

Si no hubiese sido por aquel momento, Subaru no habría sido


capaz de llegar tan lejos. Sin Rem, él jamás habría logrado
escapar del infierno llamado «renunciar».

Rem se había mantenido a su lado y continuó apoyándolo


durante su más amargo y doloroso momento. Hacia ella, que
había hecho tanto por él, Subaru había desarrollado un profundo
afecto y admiración.

Hasta ahora, Subaru había creído, de todo corazón, que sus más
preciados sentimientos serían solamente para una persona. De
hecho, la única persona en su mente todo este tiempo, siempre
había sido Emilia y nadie más. Sin embargo, la existencia de Rem
había evocado algo que ocupaba el mismo espacio en el corazón
de Subaru que sus inalterables sentimientos por Emilia.

Y así, Subaru tomó una clara decisión. Siendo realistas, algunos


podrían pensar que se trataba de algo mal visto, pero debido a
su incapacidad para decidirse por una o por la otra,

—Decidió quedarse con ambas, Emilia y Rem.


Además, Rem ya le había dado su permiso para esta insolente
idea. 2 Sólo faltaba persuadir a Emilia. Rem le había dicho que
hablaran juntos con ella, pero,

Subaru: Si sigo dependiendo de Rem incluso para esto,


entonces definitivamente seré el peor de los peores.

Aunque Rem estuviera dispuesta a tomar parte en aquella


conversación, era responsabilidad de Subaru comenzar esa
discusión. Después de todo era su idea la de recibir el amor de
ambas chicas, por lo que era un obstáculo que tenía que
enfrentar por sí mismo.

Tomó un respiro, pensó en lo que diría mientras su corazón latía


a mil por hora. Forzosamente levantó su mirada que hasta ahora
había estado divagando por la habitación, y miró directamente a
Emilia. Ella estaba mirándolo de vuelta. Superlinda.

Subaru: Tengo que hablar de algo muy difícil contigo, pero me


gustaría que pudieras escucharme tranquilamente. Natural-
mente también tendré que hablarlo con su hermana tarde o
temprano, pero... Primero quería discutirlo contigo.

2 Antes de pelear contra la Ballena Blanca, Rem y Subaru conversaron


bajo el árbol de Flugel (capítulo 19, minuto 18 del anime), pero la
escena fue cortada. Rem le dice a Subaru que está triste de no ser la
persona que esté a su lado compartiendo sus problemas. Subaru le dice
que ama a Emilia, pero que, cuando mira a Rem, su corazón también se
agita. Entonces se ríe de sí mismo por ser una persona despreciable.
Rem le dice que lo ama, y que sería feliz de ser su segunda esposa.
Subaru le dice que, si Emilia estuviera de acuerdo con eso, él sería más
que feliz con la idea. Entonces Rem le dice que hará todo lo posible por
persuadir a Emilia cuando se encuentren de nuevo.
Emilia: ¿...Sí?

Debido a su vacilación, Subaru había hecho una introducción


innecesaria que solo había confundido a Emilia. Agonizando por
su debilidad al exponer las cosas de una manera tan pobre y
confusa, Subaru desesperadamente rebuscó en su cerebro por
palabras.

Su cabeza iba a toda máquina, más rápida de lo que nunca había


ido en estos pocos días. Sus sinapsis trabajaban tan intensa-
mente, que parecía que fueran a desprender chispas mientras
intentaban encontrar la frase correcta.

Subaru: En realidad, es sobre Rem. Rem me dijo que yo le g...


uhhh, te imaginas lo que quiero decir, ¿no? Y, teniendo en cuenta
esa confesión, supongo que lo que voy a decir es algo egoísta,
pero...

El sudor lentamente comenzó a correr por su frente mientras


hablaba. Parecía que estuviera disculpándose más que cualquier
otra cosa, pero pensó que Emilia, quien era buena adivinando,
podría entender fácilmente lo que intentaba decirle.

En frente de Subaru, quien estaba cubierto de sudor, Emilia


levantó su mano y le dijo,

Emilia: Espera. Subaru, relájate. No sé qué intentas decir,


pero me doy cuenta de que te estás esforzando muuucho para
poder explicarte. Eres un buen chico, así que cálmate un poco.

Subaru: ¡Diciendo que soy «un buen chico» se siente como si


mi clasificación hubiese caído en picada! Aunque es verdad que
no me estoy comportando como un hombre. Sí, lo diré
claramente. Umm, entonces... en realidad Rem también me dijo
que me amaba, por lo que si Emilia-tan siente lo mismo... las dos
podrían estar conmigo, ¡¿o algo así?!

Dejándose llevar por la situación, Subaru dejó caer dos grandes


bombas. Incluso él sentía repulsión por lo que él mismo acababa
de decir. Por supuesto, la respuesta de Emilia podría ser igual a
la de él o completamente en contra, acompañada de una mirada
de decepción y desdén.

Después de imaginar tal horrible posibilidad, Subaru miró


nerviosamente a Emilia y

Emilia: ………

La respuesta de Emilia fue completamente diferente a lo


esperado por Subaru.

Ella frunció el ceño, a la vez que ponía suavemente uno de sus


dedos sobre sus propios labios, como quien piensa
profundamente, analizando lo que acababa de decirle Subaru.
Tal vez ella estaba pensando en cómo castigarlo. —Y,
finalmente, rodeada de una atmósfera que no admitía broma
alguna,

Emilia: Subaru.

Subaru: ¿Sí?

Inmediatamente después de escuchar su nombre, Subaru miró


directamente a Emilia.
Ella también lo miró directamente, encontrándose con una
mirada llena de resolución. Sin embargo, la mirada de Emilia
sólo mostraba desconcierto. Subaru era incapaz de comprender
su reacción.

Y entonces, las siguientes palabras que salieron de su boca,


sobrepasaron por mucho la comprensión de Subaru.

Emilia: —¿Quién es Rem?


Interludio II
¡Vamos a comer!

Mientras el carruaje de dragón se balanceaba de lado a lado,


Rem sólo podía pensar en él. Su nombre había aparecido de la
nada en su cabeza.

Suavemente alzó la mirada, entrecerrando los ojos frente al


radiante brillo del sol. Delante de ella iba una larga fila de
carruajes llena de soldados heridos tras la batalla contra la
Ballena Blanca.

Solo las heridas más urgentes habían sido tratadas y más de


alguno todavía estaba seriamente malherido. Pero, a pesar del
dolor, una leve sonrisa podía verse en sus rostros, propia de una
sensación de regocijo al haberse cumplido un largo sueño.
Después de tantos años, ver su deseo hecho realidad era mucho
más importante que cualquier lesión o incluso que la propia
muerte. Y ahora, después de haber logrado su objetivo,
regresaban triunfantemente a la Capital.

Al ver todo esto, Rem se odiaba a sí misma al no ser capaz de


soportar el dolor en su corazón.

Crusch: Pareces inquieta Rem. ¿Todavía estás preocupada


por él?

Rem: ... Crusch-sama.

En el lugar del que provenía la voz que acababa de escuchar, se


encontraba Crusch, sentada directamente al lado de Rem.
Envuelta completamente en vendajes, era increíble que Rem
pudiera actuar como si nada hubiera pasado a pesar de lo serias
que eran sus heridas; sin embargo, no era capaz de ocultar su
falta de energía. El hecho de que fueran en un carruaje en vez de
haber montado directamente en un dragón, fue también porque
a Crusch no le parecía bien pedirle a Rem que se montara en uno
de ellos en su estado actual, así que decidió acompañarla, por lo
menos hasta que pudieran ver la Capital.

Sintiendo la mirada inquieta de Rem, Crusch se encogió de


hombros.

Crusch: Comparado con esto... dijo moviendo su cabeza,

Crusch: Él tiene a Wilhelm y a Ferris, los élites de la expedición,


y también a Ricardo y su compañía de mercenarios, para
ayudarle. Además, Anastasia debe haber predicho este giro de
acontecimientos, por lo que, aunque la fuerza del adversario
fuese preocupante, creo que no perderán.

Rem: Aun así, no puedo evitar preocuparme.

Crusch: Todavía no puedes eliminar ese desasosiego, ¿eh?...


Cuando el obstáculo se encuentra frente a uno, es posible
esforzarse para superarlo. Pero cuando el obstáculo está frente
a otros, no hay mucho que podamos hacer... Ah, supongo que no
se me da bien consolar a los demás, mis disculpas.

Viendo que Rem se hundía aún más en su desasosiego, Crusch


se dio cuenta de lo contraproducente que fueron sus palabras y
bajó la mirada al suelo.
Al observar a la normalmente seria y fría Crusch actuar de
manera tan distinta a la esperada, las comisuras de Rem no
pudieron evitar formar una sonrisa. Al ver esa reacción, Crusch
asintió alegremente con la cabeza.

『 Crusch: Sí, así está mejor. Natsuki Subaru ya lo dijo antes,


«una sonrisa le queda mejor a Rem», ¿no? Aunque el momento
en que lo dijo no tenía mucho sentido, no por eso deja de ser
menos cierto.

Rem: Crusch-sama... ¿Sabía que cuando sonríe da una


impresión completamente distinta? Normalmente luce bastante
severa, pero cuando se ríe se vuelve...

Crusch: Ya me lo habían dicho antes, pero me sigue


molestando. Aunque supongo que, al evitar sonreír por
cualquier cosa, a los demás se les hace bastante difícil
apreciarme...

Rem no estaba segura de tomar ese comentario como una


broma o no, pero al ver la suave sonrisa de Crusch, ella también
terminó sonriendo. «Coraje y orgullo». Para Rem, a quien
siempre le había faltado confianza, Crusch era la mujer ideal.
Pero claro, en el corazón de Rem, el más alto honor siempre
estaría reservado para únicamente su hermana Ram.

Crusch: Se están enfrentando al Culto de la Bruja... Aunque su


aparición era más o menos predecible considerando la identidad
de Emilia, hay que tener mucho cuidado hasta que sepamos más
de ellos. Natsuki Subaru sabe eso, pero seguramente Lord
Mathers también tendrá algún plan, ¿no?
Rem: La profundidad de los pensamientos de mi maestro… es
imposible de conocer para mí. Aunque me lo preguntes, no
sabría qué responder.

Crusch: Qué mal. Ahora que somos aliados, un poco de infor-


mación no me vendría nada mal.

Puede que aquella conversación haya sido para evitar que Rem
se hundiera en pensamientos negativos… De hecho, gracias a
Crusch, Rem no se había quedado sola y hundida en
preocupaciones. Aun así, lo que había dicho, era un muy buen
punto. Un hombre como Roswaal L. Mathers debería haber
tenido un grandioso plan para todo esto. Obviamente las
acciones de Subaru servían para promover los objetivos de su
maestro al mismo tiempo que restauraba su reputación perdida.

De hecho, al derrotar a la Ballena Blanca, su reputación ya había


sobrepasado con creces a la que tenía antes.

—Héroe Natsuki Subaru

Para Rem, cuyo corazón y futuro habían sido salvados por él, ese
título era más que acertado. Considerando además el brillante
futuro que aún podía llegar a traer, también estaba
sobradamente justificado.

Y así, estar junto al radiante héroe, desde algún lugar cercano,


donde él se voltease ocasionalmente para asegurarse de que
ella siguiera a su lado... Si Rem pudiera estar en un lugar así,
entonces ella sería feliz y no desearía nada más en ese mundo.

Cuando Subaru aparecía en su mente, el corazón de Rem se


llenaba siempre de confusión.
Se volvía cálido, y quizás calmado. Y, aun así, se llenaba también
de dolor, ansiedad, anhelos y preocupaciones.

Darle tanta felicidad y sufrimiento a su corazón al mismo tiempo,


era algo que solo Subaru podía hacer.

Con una sonrisa en sus labios, los pensamientos de Rem viajaron


hacia el futuro... El futuro de ella y Subaru.

Mirando de reojo el rostro de Rem, Crusch suspiró aliviada.


Acariciando la funda de su espada con sus dedos, sus ojos se
fijaron en silencio sobre el camino frente a ellas. Sus
pensamientos eran sobre el largo viaje a la Capital.

Crusch: ………¿eh?

Rem: ¿.........?

Crusch entrecerró sus ojos al mismo instante que Rem oyó un


ruido y alzó la cabeza.

Lo que Crusch vio fue algo extraño acerca del carruaje de dragón
que iba delante. El ruido que Rem oyó venía de la misma
dirección. De hecho, aquello que les llamó la atención a ambas
era lo mismo.

Ante los ojos de Crusch, el carruaje de dragón frente a ella se


había «desintegrado». A los oídos de Rem, el preludio del
«colapso» resonaba como el ruido de la lluvia al caer.

Una niebla de sangre pulverizada. La imagen del carruaje de


dragón en frente de ellas, de pronto se había convertido en un
lamentable borrón.
El dragón de tierra, el carruaje y todos los heridos que iban
adentro, habían sido completamente arrancados del suelo y
destrozados sin ninguna misericordia por una abrumadora
devastación.

Crusch: ¡—! ¡ATAQUE ENEMIGO!

Su garganta sorprendida se retrasó solo unos instantes antes de


que Crusch lanzara el grito de guerra. Con Crusch al frente, el
resto de los carruajes sintieron la crisis y se prepararon para la
batalla.

Rem, alejando toda sensación de daño y cansancio, con su lucero


del alba3 en mano, se puso de pie enseguida — al otro lado de la
niebla de sangre se veía la sombra vertical de un hombre.

Se preguntaba quién era ese hombre, que de pronto apareció


ante sus ojos, de pie en medio del camino.

Sin ninguna arma ni armadura, sin ninguna clase de miedo. Sin


demostrar ni compasión ni malicia ni intención alguna.

Crusch: —¡¡APLÁSTALO!!

La orden de Crusch se escuchó a toda fuerza desde la plataforma


del conductor. Inmediatamente el caballero a cargo del dragón
aflojó las riendas en respuesta. Con un solo grito, el dragón de

3 ElLucero del alba es un arma, con forma de maza, cuya característica


principal es que su cabeza armada se compone de una esfera ferrada o
plomada de donde parten clavos o púas. De ahí su similitud con el
símbolo de un lucero.
tierra comenzó la embestida con el carruaje, con una fuerza
capaz de triturar a cualquier víctima que tocase.

Sin desviarse del objetivo, iban directo a un choque frontal con


la figura de pie frente a ellos. El hombre no demostraba ninguna
intención de hacerse a un lado. Y así como así, los dos objetos
colisionaron. Un cuerpo delgado a punto de ser hecho trizas por
el—

Rem: ¡Crusch-sama!

Mientras gritaba, Rem tomó a Crusch por la cintura a la vez que


saltaba con ella fuera del carruaje. No había tiempo para
alcanzar al conductor, pensó Rem al caer, mordiéndose los
labios.

Y entonces, un instante después,

Hombre: Cielos, basta ya. Ni siquiera había hecho nada y ya


intentaron aplastarme hasta la muerte. Pero bueno, una
persona no debería hacer eso. No señor.

Habló con un tono relajado propio de un hombre que


tranquilamente pasea por un parque, que está tomando el sol o
algo por el estilo.

Si no fuera por los escombros destrozados de lo que solía ser el


carruaje de dragón, Rem no habría encontrado esta escena tan
extrañamente horripilante.

No importaba cómo lo miraran, aquel hombre no se veía para


nada fuera de lo ordinario.
Su cuerpo era largo y delgado, y su ordenado cabello blanco no
era ni muy largo ni muy corto... ni siquiera tenía algo raro en él.
Sus ropas negras no eran ni extravagantes ni lamentables y su
rostro ni siquiera era de los que destacaban. Tenía una
apariencia tan normal que, sin importar dónde lo pusieras, no se
vería nunca fuera de lugar y, si te lo encontraras por la calle,
probablemente lo olvidarías a los 10 segundos de haberlo visto.

Pero el hecho era que, después de entrar en contacto con este


hombre, el dragón de tierra había sido partido en dos, antes
siquiera de poder dar un paso más y, entonces, junto con el
conductor y el carruaje, fueron destrozados en un sinfín de
pedacitos imperceptibles.

Lo más escalofriante de todo fue que, a pesar de que Rem nunca


le quitó la mirada de encima, todo lo que vio fue a ese hombre
simplemente parado ahí.

Sin hacer nada, simplemente parado ahí, el hombre había


sobrevivido a la colisión contra el carruaje de dragón que lo
había embestido, y todavía continuaba de pie como si nada.

Crusch: Gracias Rem por salvarme, pero... parece que la


situación sigue igual de mala.

Aún sobre los brazos de Rem, Crusch le agradeció, se puso de pie


y, en ese mismo instante, desenvainó su espada. En cuanto al
caballero que conducía el carruaje bajo sus órdenes y que había
sido destrozado en miles de pedacitos, Crusch sintió un fuerte
dolor en su corazón, y entrecerró sus ojos.
Crusch: Después de asesinar cruelmente a mi súbdito, no
creas que esto va a terminar fácilmente... ¿Quién eres tú?

Con su espada desnuda, reluciente de instinto asesino, lanzó


aquellas palabras al hombre, quien, al escucharla, se tocó la
barbilla y comenzó a asentir con la cabeza, como si hubiera
entendido.

Hombre: Ah, ya veo, ya veo... sí, sí. No sabes quién soy. Pero
yo sé quién eres. La Capital entera lo sabe... de hecho, todo el
país te conoce... En estos momentos eres el principal tema de
conversación. Después de todo eres candidata para ser la nueva
Gobernante. Incluso yo, que suelo estar desconectado del
mundo, puedo imaginar lo que significa ese gran peso.

Crusch: Tus palabras triviales terminan ahora. Responde a mi


pregunta o, la siguiente vez, te mataré.

Hombre: ¡Eso es bastante extremo! Pero si no fuera así, no


serías capaz de gobernar un país. Sí, este sentimiento, de verdad
que no lo entiendo para nada... El deseo de llevar una corona, y
todas las responsabilidades que ello conlleva. ¿Cómo podría
alguien entenderlo? Ah, ah, pero, aunque no lo comprendo, no
discreparé contigo. No soy tan arrogante como para eso. No
como tú...

Sin prestar ninguna atención a Crusch, el hombre continuó


hablando sin parar.

Y entonces,
Crusch: —Como dije antes, esa fue tu última oportunidad.

Cuando Crusch fríamente pronunció aquellas palabras, su brazo


blandió con fuerzas una espada de viento.

La magia de viento de Crusch, combinada con su esgrima, era


capaz de liberar un corte invisible. Conocido como «el corte de
los cien hombres». Se trataba de un poderoso corte de ultra
largo alcance que podía cortar el cuerpo de un hombre sin que
éste pudiera siquiera notar desde dónde provino el ataque ni de
quién.

En el pasado, cuando la mabestia «Gran Conejo» apareció en las


planicies del condado de Karsten, ella cortó a todas las
mabestias bajo las órdenes del Gran Conejo en la que fuera su
primera batalla. Desde ese momento, la condesa Crusch Karsten,
se adjudicó el título de «el corte de los cien hombres».

Incluso la piel de adamantino4 de la Ballena Blanca fue abierta


por su espada, lo cual jugó un importante papel en la caída de
aquella colosal mabestia. Y, comparado con la Ballena Blanca,
ese pequeño y frágil cuerpo no tenía ninguna oportunidad de
poder resistirlo...

Sin embargo,

Hombre: Atacar a alguien que todavía no termina de hablar...


¿Dónde están sus modales?

4 El adamantino es un mineral mitológico, prácticamente indestructible.


Ladeando la cabeza, como haciendo alarde de no haber tomado
ningún daño, el hombre simplemente seguía ahí.

Su existencia no había sido afectada en absoluto por un corte


que había sido capaz de atravesar la armadura de la Ballena
Blanca. El cuerpo de ese hombre —No… incluso sus ropas
estaban indemnes. No se defendió del ataque, más bien fue algo
completamente diferente y desconocido.

Crusch no podía hacer nada más que contener el aliento,


mientras que Rem había quedado completamente atónita luego
de ver algo tan fuera de todo ámbito de la comprensión. En
frente de ellas, el hombre suspiró por primera vez, y procedió a
hablar en un tono lleno de disgusto.

『 Hombre: Oye. Estaba hablando. ¿No es verdad que estaba


hablando justo ahora? ¿Es que acaso me equivoco? Tengo todo
el derecho a hablar... No creo que sea necesario que diga esto,
pero, no interrumpir a alguien cuando está hablando... ¿no es
algo de sentido común? Son completamente libres de escuchar
o no lo que estoy diciendo, eso no me importa, pero ¿qué es lo
que intentan hacer al no dejarme hablar?

Mientras despotricaba, el hombre ocasionalmente pisoteaba


con fuerza el suelo con una expresión de desagrado en el rostro.
Y así como así, apuntó con su dedo a las dos enfrente de él, que
ahora estaban completamente sin habla.

Hombre: Y ahora están calladas. ¿Qué es esto? Están escu-


chando. Estaban escuchando, ¿verdad? ¿Acaso no les pregunté
algo? Entonces denme alguna respuesta, eso sería lo normal,
¿verdad? Ni siquiera harán eso, no quieren hacerlo. Ah, ah,
libertad. Esa es su libertad. Me ven regañando y quieren
matarme, y cuando les hago una pregunta, me ignoran como al
viento. Entonces, ¿así será? ¿así es? Bueno, son libres de hacer
lo que quieran. Muy bien, digamos que así es como es. Pero
entonces, ¿qué se supone que significa eso?

Mirando a las dos enfrente suyo completamente calladas,


preparadas para un ataque, ladeó la cabeza mientras las
observaba con sus agudos ojos y entonces, con una voz ahogada,

Hombre: Están ignorando mi Derecho —Una de mis pocas


posesiones, ¿verdad?

Un escalofrío subió por la espalda de Rem. El hombre dio un paso


al frente, mientras levantaba uno de sus brazos, creando una
leve brisa.

Entonces, en la misma línea en que su brazo se levantó —la


tierra, el aire y el mundo, se partieron en dos.

Girando, girando y girando, el brazo cercenado de Crusch voló


por los aires… Todavía sujetando la vaina de su espada, el brazo
cayó acompañado de un rocío de sangre. Crusch, incapaz de
mantenerse en pie debido al impacto, cayó sobre el suelo,
convulsionando del dolor y de la inmensa pérdida de sangre.

Rem: ¡Crusch-sama!

Aturdida por unos segundos, Rem corrió junto a Crusch. Colocó


sus manos sobre la herida y, con lo poco que le quedaba de
maná5, usó todas sus fuerzas para detener el sangrado.

5 El maná es la fuente de energía de la magia.


El hombro de Crusch estaba cubierto en un brillante carmesí. Su
carne, huesos, nervios y arterias habían sido perfectamente
cortados. Un ataque limpio y experto. Rem suspiró con una, más
bien, inapropiada admiración.

Crusch: Ferris... oh... ¿Tú?

Bajo las curativas manos de Rem, Crusch miraba con los ojos
desenfocados, murmurando algo inentendible y, con su brazo
derecho restante, sujetaba firmemente la rodilla de Rem.
Prueba de que aun poseía fuerzas para vivir.

Crusch apretó los dientes, soportando el dolor.

Rem observaba todos los movimientos del hombre. No tenía


ninguna manera de defenderse de sus golpes. Ante el más
mínimo signo de ataque, lo único que Rem podría hacer era
alejarse de un salto con Crusch.

En ese momento, se dio cuenta de algo extraño: por alguna


razón Crusch y Rem estaban completamente solas. ¿Por qué no
había venido nadie a ayudarlas? En esta crítica situación, con su
lord gravemente herida, ¿por qué los caballeros que no se
acobardaron ni siquiera ante la Ballena Blanca—

Joven: Ah, de verdad... ¡Comí y comí, pero todavía no es


suficiente! ¡Es gracias a eso que seguimos viviendo! ¡Comer,
masticar, morder, destrozar, moler, mascar, chupar! ¡BEBER
GLOTONAMENTE! ¡COMER GLOTONAMENTE! AH— ¡TERMINÉ!

De repente, por detrás, vino la voz estridente y desgarradora de


un adolescente.
Al igual que el primer hombre, la voz del joven envió escalofríos
por toda la espalda de Rem. Su cuerpo rígido se giró para poder
mirarle. El joven estaba de pie entre varios carruajes vacíos,
cubierto de sangre, de pies a cabeza.

Su largo cabello café oscuro se extendía hasta sus rodillas. Su


cuerpo era corto, más o menos de la misma altura de Rem y,
quizás, 2 o 3 años más joven —probablemente no mucho más
viejo que los niños de la aldea cercana a la mansión.

Bajo su cabello, solo un delgado andrajo empapado de sangre,


cubría su delgado cuerpo. Cada porción de su piel estaba
cubierta de sangre. Naturalmente, ni una gota de esa sangre era
de él. Era de los caballeros que yacían a sus pies.

Mientras Crusch y Rem se encontraban en un punto muerto con


el hombre en frente de ellas, los caballeros se habían
enfrentado al enemigo que tenían detrás. Al final, antes de que
Rem fuera capaz de sentir cualquier combate, la batalla ya había
terminado.

Rem: Tú, eres...

Su voz temblaba. Con Crusch en sus brazos, Rem retrocedió


hasta que ambos enemigos se encontraron en su campo de
visión. La sangre del hombro de Crusch había teñido el suelo de
rojo. Ahora, el aire se tornó frío, como burlándose de su
debilidad, de su miedo.

Al escuchar la pregunta, el hombre y el joven se miraron el uno


al otro.
Como si lo hubieran practicado, asintieron entre ellos y,
entonces, con la misma sonrisa trastornada de violento placer,
anunciaron su nombre:

Hombre: ¡Arzobispo del Pecado del Culto de la Bruja «Codicia»,


Regulus Corneas!

Joven: ¡Arzobispo del Pecado del Culto de la Bruja


«Glotonería», RAY BATENKAITOS!
Ray: Cuando sentimos que nuestra mascota había sido
asesinada vinimos a echar un vistazo. Pero entonces, ¡AH! —
¡QUÉ COSECHA TAN DELICIOSA! ¡Es buena, es bastante buena, es
muy buena, es genial, es maravillosa, es increíble, es asombrosa,
es extraordinaria! ¡Es ESPECTACULAR! ¡Pasión! ¡Amor! ¡Odio!
¡Cortesía! ¡Oh ALEGRÍA! ¡Y TRISTEZA! Eso es, ¡eso es! ¡ESO ES
COMPLETAMENTE MERECEDOR DE SER COMIDO!

«Culto de la Bruja» —y «Arzobispo del Pecado».

Cuando esas palabras alcanzaron los oídos de Rem, se quedó


paralizada en el lugar.

Con una expresión de regocijo, el joven golpeó fuertemente el


suelo mientras se reía a carcajadas con extraños ruidos.

Girando, como si danzara, sus brazos apuntaron a los caballeros


caídos y luego los miró como demostrando una abrumadora
compasión.

Ray: ¡Qué MARAVILLOSO! Venir personalmente a alimentarme.


Últimamente ha sido bastante difícil encontrar personas con
carácter. Pero ahora, ¡he redescubierto la GRATIFICACIÓN
LARGAMENTE PERDIDA de mi hambre!

Regulus: Eso es lo que no entiendo de ti, Batenkaitos. Tu


hambre no es hambre de verdad, y el que se llena ni siquiera eres
tú. ¿Por qué no puedes estar satisfecho con tu forma de ser? Lo
único que de verdad poseemos es aquello que podemos
sostener con ambas manos y llevar con nuestros dos brazos. Si
fueras capaz de entender eso, serías capaz de controlar tus
deseos, ¿no?
Ray: No necesitas sermonearme, viejo. No me gustan los
sermones. Tampoco es que esté en desacuerdo con lo que
acabas de decir, es solo que no me interesa. Para ser honesto,
mientras no pase hambre — ¡NO ME IMPORTA NADA MÁS!

«Glotonería» Batenkaitos sucumbió ante un ataque de risa


trastornada, mientras que «Codicia» Regulus se encogió de
hombros desinteresadamente.

Dos Arzobispos del Pecado apareciendo en un mismo lugar al


mismo tiempo. Rem se hundió en sus pensamientos.

En términos de fuerza, derrotar a esos dos era imposible.

Aunque había logrado detener el sangrado de Crusch, todavía se


encontraba en una situación crítica. Y, ya sea que los caballeros
estén muertos o comatosos, tampoco podían pelear.

Para sanar a Crusch, Rem tuvo que usar más maná del que le
quedaba... aunque si entraba en modo ogro, sería capaz de
absorber maná de la atmósfera y dar algo de pelea. Pero contra
ellos dos, la victoria era algo inconcebible.

Por un lado, estaba la perfecta ofensiva y defensa de «Codicia».


Conocido como alguien capaz de capturar una ciudad entera por
su cuenta completamente desarmado. Era imposible conocer el
alcance completo de su poder. Y, por otro lado, se encontraba
«Glotonería», quien era igual de formidable. A pesar de que sus
habilidades eran desconocidas, había sido capaz de eliminar un
ejército entero en cuestión de segundos. No importaba qué, Rem
era incapaz de vislumbrar la victoria.
Rápidamente escaneó el campo de batalla. Los carruajes tirados
por raigars 6 no se veían por ninguna parte. Los mercenarios
demihumanos 7 eran los encargados de transportar a los
soldados heridos —y a la cabeza de la Ballena Blanca. Puede que
se hayan escapado durante el caos y se retiraran a toda
velocidad camino a la Capital. Quien los comandaba
probablemente era el vice-capitán de los Colmillo de Hierro —
Hetaro—, brillante e ingenioso, con un gran sentido común y
juicio...

Si se le diera el tiempo suficiente, a lo mejor podría regresar con


refuerzos.

Pero, aunque ese fuera el caso —jamás llegarían a tiempo para


Rem.

Rem: La Ballena Blanca...

Regulus: ¿Oh?

6 Losraigars eran los animales que usaban de montura los mercenarios


demihumanos bajo el mando de Ricardo. Son como una especie de lobos
grandotes.

7 La palabra «demihumano» no se encuentra aceptada actualmente por


la RAE. De todas formas, será utilizada por nosotros para diferenciarla
de «semihumano». En inglés, «semi» y «demi» indican dos cosas
completamente distintas. «Semi» indica mitad. En el caso de Emilia, ella
es «semielfa» porque es mitad humana y mitad elfa. Por otro lado,
«demi» indica «menos que», lo que significa que «demihumano» se
refiere a alguien que, a pesar de tener rasgos humanos, no alcanza a
serlo. Si fueran mitad humanos, se les llamaría «semihumanos», pero al
tener una porción menor de sangre humana, el término correcto debería
ser «demihumano».
Ray: ¿Eh?

Ella murmuró suavemente y ambos Arzobispos del Pecado


ladearon sus cabezas.

Mantuvo el aliento un instante. Había encontrado una forma de


ganar tiempo. Antes de que ellos perdieran el interés, continuó.

Rem: ¿Quieren la Ballena de vuelta? Porque nosotros


estamos transportando su cabeza cercenada camino a la Capital
justo ahora.

Ray: ¿Cabeza? Ah, estaba empezando a preguntarme qué era


ese extraño olor. Lo que ocurra con la cabeza de todas formas
no me importa. Está muerta, puedes traerla, ¿pero de qué va a
servir? Si quisiéramos, siempre podemos hacer otra...
Demoraría más o menos la misma cantidad de tiempo en criarla.

Diciendo esto, Batenkaitos chasqueó su cuello y rechinó los


dientes,

Ray: Comparado con eso... dijo forzosamente,

Ray: Comparado con una Ballena muerta, estamos más


interesados en LA GENTE QUE LA MATÓ. Después de 400 años,
POR FIN alguien mató a esa cosa. Y a pesar de que nosotros
estábamos esperando un banquete... ¡AH! ¡ESTO FUE MÁS ALLÁ
DE NUESTRAS EXPECTATIVAS!
Su cabeza se sacudía de arriba abajo, su largo cabello se
balanceaba salvajemente, el joven reía con saliva volando de su
boca, chasqueando sus dientes mientras lo hacía.

Ray: ¡Amor! ¡Cortesía! ¡Odio! ¡Obsesión! ¡Logro! ¡Reunidos,


llevados a ebullición y tragados enteros! ¡LA GRATIFICACIÓN!
¿Acaso hay alguna otra cosa en el mundo más DELICIOSA? No,
no, no, no, no, no, no, no, no, no, no lo hay, no lo hay, ¡NO LO HAY!
¡BEBER GLOTONAMENTE! ¡COMER GLOTONAMENTE! ¡Entonces!
¡Mi Corazón! ¡Mi Estómago! ¡¡Mi ALEGRÍA y GRATIFICACIÓN se
ESTREMECEN!!

Incomprensible.

Perdiendo el control, Batenkaitos rompió en una estridente y


convulsiva risa. Lentamente, Rem fijó la mirada en Regulus, y
Regulus le saludó con su mano.

Regulus: Lamentablemente, a diferencia de él... Yo estoy aquí


por pura coincidencia... No fue mi intención para nada... Por
supuesto, ¿tengo un hambre y deseos como él? Pensar en tener
tales deseos egoístas y sin sentido... ¡A diferencia de su
estómago insatisfecho que lo tortura, yo, por otra parte, estoy
completa y absolutamente, contento conmigo mismo!

Extendiendo sus brazos como una cruz, Regulus permaneció


enfrente de Rem con una expresión absolutamente refrescante.

El brazo izquierdo de Crusch había sido cercenado y, sin


embargo, los dos brazos de aquel hombre eran todavía capaces
de doblarse y girar. Era un acto de hacer alarde de su propia
existencia.
Regulus: Conflicto, odio eso... Para mí, simplemente disfrutar
de la calma y seguridad de una vida normal es suficiente. No
tengo ninguna otra necesidad más que esa. El estático,
inmutable tiempo y yo, son lo mejor. Debido a que mis manos
son pequeñas y débiles, para mí, solo por mí, para proteger las
escasas posesiones que tengo, debo usar toda mi fuerza. Esa es
la clase de frágil existencia que tengo.

Regulus enfatizó sus dichos formando un puño con su mano.


Una mano que había reclamado incontables vidas y el brazo de
una mujer. Tal explicación había ido demasiado lejos.

Ya sea Ray, un lunático en el éxtasis de una risa trastornada, o


Regulus, un hipócrita autocomplaciente y charlatán, cierta-
mente ambos eran del Culto de la Bruja.

Una tormenta de furia hirviente se creaba en su corazón.

Rem recostó a Crusch, que aún respiraba con dificultad, sobre la


planicie cubierta de césped. Forzó sus temblorosas piernas a
ponerse de pie. En su mano, sostenía su lucero del alba y,
exprimiendo la última gota de su agotado maná, lanzas de hielo
se formaron en el aire a su alrededor.

Al ver esto, las expresiones de Ray y Regulus cambiaron.

Regulus: ¿Es que nadie estaba escuchando? ¿Acaso no dije


que no quería pelear? Si vas a tomar una actitud como esa,
entonces, entonces, estás ignorando mis deseos... Eso es violar
mi Derecho. Una de las pocas posesiones que se me ha permitido
tener... Mi propiedad. Tomada de mí. —Para mí, que tengo pocos
deseos, esto es imperdonable.
Rem: Ya basta, Cultistas de la Bruja.

Levantando su cabeza en dirección a Regulus, Rem pronunció


estas palabras con firmeza y resolución.

Hacia la decepcionada mirada de Regulus, Rem sacudió sus


cadenas de hierro.

Rem: Tarde o temprano un héroe aparecerá. Y todo el dolor y


sufrimiento que su autocomplacencia y engreimiento han
causado al mundo, será bien sabido por él. Quien Rem ama
profundamente, el único e inigualable, héroe.

Ray: Eh, un héroe. ¡Estaremos esperando ansiosamente a ese


tipo! ¡Si tanto crees en él, eso quiere decir que debe estar
DELICIOSO!

Aplaudiendo con sus manos, y su cuerpo inclinado hacia


adelante, Ray Batenkaitos sacó su lengua en dirección a Rem.
Sus ojos no eran los de un hombre viendo a un enemigo, mucho
menos a una mujer. Eran los ojos de una bestia hambrienta
mirando su comida.

Los caballeros caídos detrás de Batenkaitos comenzaron a


borrarse hasta volverse indistinguibles.

Su existencia, su posición, nada de esto era comprensible por


Rem. ¿Por qué estaban ahí tirados, quiénes eran y qué relación
tenían con ella?
Igual que la pesadilla de la existencia de alguien siendo borrada
por la niebla de la Ballena Blanca. Lo que significaba que el
maestro de la Ballena, "Glotonería", poseía la misma Autoridad.

—Sirvienta Jefa de la mansión del Margrave Roswaal L. Mathers,


Rem.

Intentando proclamar su identidad, Rem sacudió su cabeza.

En este momento, el nombre que ella en verdad quería decir era,

Rem: Solo soy alguien que es querida por la persona que ama.
Compañera del Héroe, a quien amo más que a nada en este
mundo, sin importar qué. La compañera de Natsuki Subaru,
Rem.

Un puro y blanco cuerno surgió de su frente, y una gran cantidad


de maná se dirigió hacia su cuerpo desde la atmósfera.

Su cuerpo lleno de nuevas fuerzas, la cadena de su lucero del


alba retorciéndose y traqueteando, las lanzas de hielo alrededor
de ella repiqueteando en anticipación.

Abrió los ojos, asimilando el mundo y sintiendo la atmósfera. En


su mente, ella podía ver su rostro.

Rem: Prepárense Arzobispos del Pecado. ¡El héroe de Rem


traerá el castigo sobre ustedes!

Levantando su lucero del alba, al mismo instante que sus lanzas


de hielo salieron disparadas, el cuerpo de Rem se lanzó a toda
velocidad.
En respuesta, la boca de Batenkaitos se ensanchó completa-
mente abierta y llena de colmillos.

Ray: ¡¡Qué maravilloso!! —Ah, ¡tal PASIÓN! ¡¡VAMOS A


COMER!!

Choque contra choque, y en ese instante ella pensó—

Ojalá que, al darse cuenta de que ya no estoy, pueda causarle


aunque sólo sea una pequeña marca en su corazón.

—Solo eso, fue lo que Rem deseó en su último momento.


Interludio III
Para ambos, una promesa

—Tendida en la cama, su expresión era serena. Para Subaru,


parecía como si ella estuviera durmiendo.

Sus pestañas son tan largas... pensó aturdido, mientras


observaba sus ojos cerrados. Normalmente ella intentaba
mantenerse inexpresiva, pero, mientras dormía, una suavidad
propia de su edad aparecía en sus mejillas. Ahora que lo pensaba,
Subaru nunca la había visto dormir.

Ella siempre despertaba antes que él y se dormía después de él.


Subaru sabía que, para mantener su determinación, ella siempre
había intentado enterrar su lado infantil. Pero esa fachada
obstinada había colapsado numerosas veces frente él.

Ya sea sorprendida o avergonzada. Disgustada o a punto de


llorar. O después de haber abierto sus corazones, su sonrisa
reluciente bajo sus lágrimas. Debería haber tantas otras, tantas
otras oportunidades para verlas otra vez—

—Rem.

Incluso al decir su nombre, acariciando su suave y blanca mejilla,


no hubo respuesta alguna. En aquella cama, ella se mantenía
bajo un sueño profundo. El vestido de sirvienta tan familiar que
ella normalmente usaba y la cinta blanca que adornaba su
cabello tan azul y hermoso como el cielo, ya no estaban.

Las ropas que utilizaba en su trabajo y durante las batallas —ya


no tenía necesidad de usarlas más.
Ahí está.

En la habitación, silenciosa y estancada, como si el tiempo se


hubiera detenido, alguien llamó a Subaru.

Girando lentamente, aunque de mala gana, miró detrás de él.


Era una joven mujer, con largos cabellos que se balanceaban
suavemente. Llevaba puesto un simple, pero elegante vestido
de noche azul oscuro, e incluso al caminar hacia él, ella parecía
rebosante de gracia.

Pero todos sus movimientos tenían una ligera confusión


vacilante en ellos; lo que, combinado con la elegancia de su
persona, daban una impresión más bien extraña. Subaru no
podía evitar sentirse incómodo cerca de ella.

Mujer de Pelo Largo: Ella...

Subaru: Todavía sin cambios. Aunque no pueda hacer nada,


pensé que, por lo menos, podría quedarme aquí con ella. Aunque
supongo que esas no son más que palabras cobardes.

Mujer de Pelo Largo: Aun así, esto... la haría feliz, ¿no?

Viendo la expresión alicaída de Subaru, la mujer tímidamente


intentó consolarlo con ese comentario. Pero al oír esto, Subaru
le lanzó de vuelta una mirada furiosa, amarga y cruel a la vez.
Sus sentidos se habían agudizado frente a sus palabras y sus
ojos se enfocaron en los suyos. Sin darse cuenta, estaba a punto
de perder el control. Dándose cuenta de su reacción, la joven
mujer colocó sus manos sobre sus labios, Lo siento , se
disculpó.
Mujer de Pelo Largo: Dije algo fuera de lugar y le causé dolor,
¿no?

Subaru: No... no, soy yo quien debería disculparse. Solo


estaba desahogando la ira que tengo reprimida... Si me sigo
comportando así, Rem estaría muy, muy enojada conmigo, ¿no
crees? «No deberías herir los sentimientos de las personas de esa
manera, Subaru-kun», o algo así me diría.

Se encogió de hombros y dijo aquello imitando suavemente la


voz de Rem.

En su mente, escuchó su voz diciendo aquellas palabras. Una voz


que solo él podía oír.

Su imitación no se parecía en nada a ella, pero no quedaba nadie


en el mundo que pudiera señalar eso.

Contra las palabras y gestos vacíos de Subaru, la mujer


tristemente bajó la mirada y se sujetó la muñeca izquierda con
la mano derecha.

Como si una sombra se hubiese interpuesto entre ellos, la


habitación volvió a estar en silencio.

—Este sentimiento tan familiar…

Natsuki Subaru no debería comportarse así, ¿no? Subaru


sacudió la cabeza en su corazón.

Hundirse en las profundidades de un océano de desesperación


era fácil, sobre todo si lograba que aquella penetrante angustia
desapareciera del todo. Pero no era propio de él —Como el
hombre en quien ella creía, como el hombre que Rem amaba
más que a nada en el mundo, Natsuki Subaru no debía actuar así.

Nunca.

Subaru: …¿Me estabas buscando, entonces?

Mujer de Pelo Largo: Sí, quería llevar a cabo una reunión con
todos los presentes, así que les pedí a todos que se reunieran en
el salón, si eso está bien con...

Asintiendo con expresión de haber sido salvada por alguien, la


mujer fue directa al grano. Pero entonces se detuvo a medio
camino y frunció el ceño de una manera bastante incómoda. Le
tomó un rato a Subaru darse cuenta de esto.

Subaru: Mi nombre es Natsuki Subaru.

Mujer de Pelo Largo: ...Lo siento, Natsuki Subaru-sama. Me


aseguraré de recordarlo. A pesar de que me han dicho lo mucho
que le debo... Por favor perdóneme. ¡Acepte mis disculpas!

Subaru: Era inevitable. Debe haber un montón de cosas que


necesitas recordar ahora, así que no te preocupes por eso.

Como una manera de demostrar que estaba muy, muy


arrepentida, la joven mujer inclinó la cabeza.

Pero entonces, al ver cómo se recuperaba con una gracia


perfecta, incluso femenina, Subaru no pudo evitar sentir una
incongruencia surrealista apuñalándolo en el pecho. Pero ni
siquiera Subaru era tan temerario como para decirlo en voz alta.

Sacudiendo la cabeza, Subaru decidió dejar eso de lado y se puso


de pie.

Dirigiéndose a la chica en la cama, gentilmente tocó el cabello


sobre su frente.

Subaru: Vuelvo enseguida, Rem.

Respiraba suavemente, ella realmente existía.

Ésta era la única existencia que le quedaba a Rem, quien había


sido olvidada por todo el mundo—excepto Subaru, en cuya
espalda todavía podía depender y quien se giró para mirar a la
joven mujer.

Subaru: El salón, ¿cierto? No los hagamos esperar, vamos.

Mujer de Pelo Largo: Sí, vamos, Natsuki Subaru-sama.

Dijo con su cabeza ligeramente inclinada hacia adelante con una


suave sonrisa. Ella parecía en ese momento como sacada de
algún sueño —Su largo, verde cabello, fluyendo con ella en cada
momento.

Odiando tener que admitir esto, Subaru miró hacia otro lado,
escondiendo una genuina sonrisa que apareció en su rostro.

Subaru: Gracias por venir a buscarme, Señorita Crusch.


Diciendo este nombre, Subaru agradeció a la mujer de pelo largo
— quien parecía haberse convertido en una persona
completamente diferente.

※ ※ ※ ※ ※

—Para cuando Subaru llegó a la Capital, todo había terminado.

La conversación que había tenido con Emilia en el camino, se


había ido de su mente.

La chica sentada a salvo junto a él... Subaru debería sentirse feliz


y aliviado habiendo, por fin, por fin, logrado salvarla. Pero frente
al implacable galope del dragón del carruaje, lo único que había
en la mente de Subaru, era la otra chica.

Emilia: —¿Quién es Rem?

Luciendo confundida, ella ladeó la cabeza al decir esto.

Perturbado, intentó encontrar el menor atisbo de una broma,


algo en su voz, en su expresión, esperando escuchar en
cualquier momento las palabras Era broma~ salir de su
boca...

Ni siquiera Petra o los demás niños la recordaban.

Habiendo confirmado este hecho con todos en el carruaje,


Subaru le ordenó al conductor regresar a la Capital
inmediatamente y a toda prisa. En su rostro podía verse la
desesperada expresión de alguien montado sobre la misma
muerte.

Imposible. Debía haber algún error.


Todo había salido tan bien. Todos habían sido salvados. El
objetivo había sido cumplido. A pesar de haber tenido que
soportar tanto dolor y sufrimiento, de haber recibido tantas
cicatrices en su corazón que nunca jamás podrían sanar, todo
había salido bien al final.

Pero, aun así—

※ ※ ※ ※ ※

¡Ajá! ¡Es Subaru-kyun! ¡Impresionante Crusch-sama… ¡Se las


arregló para encontrar a este caprichoso gato perdido!

Alguien les habló al ver a ambos en el pasillo, de camino al salón.

Moviéndose de un lado a otro con un corto vestido, liberado de


los atuendos de caballero, y con orejas similares a las de un gato
que se movían de un lado a otro. Ferris caminó hacia ellos y
gentilmente sujetó las manos de Crusch.

Crusch: Ferris-sa—

Ferris: ¡Llámeme solo Ferris! Ferris y Crusch-sama se conocen


desde hace mucho tiempo, nyan. Si añade -san a mi nombre,
moriré de soledad y desesperación, nyan.

Sujetando con una de sus manos la mano de Crusch, Ferris usó


la otra para darle una palmadita en el hombro. Ante tal afectiva
interacción, Crusch se veía como si no supiera qué hacer, pero al
final terminó por aceptar la situación por lo que era y, diciendo
Lo siento , inclinó la cabeza.
Crusch: Para volver a como era antes... Aunque sea difícil,
daré lo mejor de mí, Ferris... Sí. Sólo Ferris.

Ferris: Está bien, nyan, porque Ferris ha sido siempre el


compañero de Crusch-sama y siempre estará a su lado. Y al
pensar en estar con una versión tan linda de usted, Ferris podrá
encontrar muchas otras razones para prendarse de Crusch-
sama, nyan. ¡Solo pensar en eso, hace feliz a Ferris, nyan!

Juguetonamente balanceando las manos de Crusch de arriba a


abajo, Ferris le lanzó un beso.

Mientras las miraba, la incomodidad creciente en el corazón de


Subaru se volvía intolerable.

Aunque Crusch había cambiado tan drásticamente, Ferris la


trataba igual que siempre y la aceptaba tal cual, lo que iba más
allá de lo que Subaru podía comprender.

Detrás de la sonrisa de Ferris, ¿qué tan grande sería la lucha


interna que debía tener? Subaru no lo sabía, aun así, solo pensar
en eso lo había llenado de emoción.

Ferris: Subaru-kyun, vamos al salón, nyan. Emilia-sama y el


viejo Wilhelm nos están esperando.

Subaru: ...Sí.

Sus pensamientos debían de haber agregado algo a su voz, pero


Ferris no parecía haberse dado cuenta de ello. Diciendo Por
aquí, Crusch-sama , Ferris la llevó de la mano.
Entre la sutil atmósfera que se había creado entre Subaru y
Ferris, Crusch intentó esconder la incertidumbre que había
aparecido entre sus cejas. Los miró a ambos, primero a uno y
después al otro y, al final, terminó por no decir nada y,
silenciosamente, siguió por detrás los pasos de Ferris.

Tomando un profundo aliento, Subaru se mordió los labios y


cerró los ojos.

Su mente se encontraba al límite. Su corazón estaba desolado.


En ese estado, él no quería ver a nadie. Pero no quedaba más
remedio. Esta vez no crearía excusas para consolarse a sí mismo.

Porque lo último que quería hacer, era culparla por su dolor.

Después de un largo retraso, hicieron su entrada al salón de esta


manera.

Notando que todas las miradas se posaron sobre él, Subaru miró
alrededor del salón. Además de sí mismo, había cuatro personas
presentes. Emilia, Wilhelm y, un paso delante de él, Crusch y
Ferris.

Al ver que era el último en entrar, Subaru cerró la puerta tras de


él y, con toda naturalidad, se sentó junto a Emilia.

Emilia: Subaru...

Subaru: No pasa nada. Ya me he calmado un poco Emilia-tan


—Yo… Estoy mejor.
Ante la voz preocupada de Emilia, Subaru respondió en un tono
alegre. Solo que sus ojos no la miraron. De hecho, no era capaz
de mirarla para nada.

Si se encontrara con los ojos de Emilia ahora, habría revelado


una parte despreciable de él. Solo pensar en eso, le provocaba
un incontrolable pavor.

Ferris: Ahora que todos están aquí, ¡vamos a comenzar!

Con el sonido de una palmada, la atención de todos se centró en


Ferris. Hubiese sido imposible para Crusch liderar una reunión en
su estado actual, así que ese trabajo había quedado para él.

Dando una mirada rápida a todos los presentes, Ferris caminó al


frente de la habitación con uno de sus brazos en el aire.

Ferris: Ya que no hay ninguna objeción, vamos a evaluar


nuestra situación.

Y así, con una sonrisa, una reunión de la que cada uno esperaba
algo completamente diferente, comenzó.

—Después de la batalla contra la Ballena Blanca, en su camino


de vuelta a la Capital, Rem, Crusch y la expedición punitiva, que
traían consigo a los soldados heridos y a la cabeza de la Ballena
Blanca, fueron emboscados por dos Arzobispos del Pecado.

La mitad de la expedición fue asesinada. Los mercenarios demi-


humanos que los acompañaban se retiraron inmediatamente,
evitando así su aniquilación.
Ferris: Cuando el vicecapitán Hetaro regresó con los
caballeros de la Capital a la escena, los Arzobispos del Pecado ya
se habían ido, nyan. Solo quedaban los cuerpos de nuestros
caballeros y…

Crusch: Personas como yo... ¿verdad?

Crusch había fruncido el ceño frente a las últimas palabras de


Ferris, mordiéndose los labios. Con una expresión abatida, debió
haber pensado que todo fue su culpa.

Para ella, la «Crusch» en la historia de Ferris podría muy bien


haber sido otra persona.

Porque—

Crusch: ¿Mi memoria fue borrada... por un Arzobispo?

Ferris: Seguramente, nyan. Yo mismo atendí al resto de los


pacientes en el mismo estado que Crusch-sama. Sus recuerdos
han desaparecido completamente y no hay nada que la magia
de Ferris pueda hacer al respecto, nyan. Incluso ahora, Ferris no
tiene idea de cuál puede ser la causa...

Wilhelm: Arzobispo del Pecado, «Glotonería». Esta


Autoridad— debió de ser él.

Wilhelm asintió de manera grave y, con una seria mirada


observó a Crusch. Pero, al ver a Crusch encogerse bajo su mirada,
Wilhelm cerró sus ojos en disculpa.
Wilhelm: He sido desconsiderado con el estado de Crusch-
sama y la he asustado. Estoy tremendamente apenado. Todavía
tengo mucho que aprender.

Crusch: No... Yo debería disculparme por ser una líder tan


inútil... A pesar de que me he esforzado enormemente en
recordar todo lo que pueda sobre Wilhelm-sama...

Al escuchar a Crusch llamarle «Wilhelm-sama», el viejo


espadachín se avergonzó.

Ver a su líder jurada sufriendo tanto... La culpa y vergüenza de


haber fallado en protegerla llenó de dolor el rostro de Wilhelm.
Echando un vistazo a Subaru, quien en este momento debía
estar llevando el mismo sentimiento en su corazón, Wilhelm
parecía entenderle.

Por otro lado, Ferris, cuya actitud hacia Crusch no flaqueaba


ante nada, parecía ignorar completamente los sentimientos de
Subaru...

Ferris: Ya nos hicimos cargo del Arzobispo del Pecado


«Pereza». Y ahora tenemos a «Glotonería» y a «Codicia». Hay un
límite para lo que podemos hacer, nyan. Algo tan extraño como
la aparición de dos Arzobispos del Pecado al mismo tiempo… Me
sorprendería si la aparición de Emilia-sama no tuviera nada que
ver.

Emilia: ¿Y-Yo?
Su nombre había sido repentinamente mencionado. Emilia miró
a Ferris con una expresión de sorpresa. Asintiendo con la cabeza,
Ferris continuó.

Ferris: El Culto de la Bruja nunca pasaría por alto la existencia


de una semielfa como Emilia-sama. Normalmente suelen ser
tranquilos y raritos en las sombras, pero ahora, de la nada,
causan todo este jaleo. Obviamente ambas cosas están
relacionadas.

Mientras escuchaba las especulaciones de Ferris, Subaru se


cruzó de brazos y meditó sobre una conversación que habían
tenido hace un tiempo.

La noche anterior a la batalla contra la Ballena Blanca, cuando


Subaru discutió con Ferris y Crusch la posibilidad de un ataque
de los Cultistas de la Bruja, ambos aceptaron sus sospechas
rápidamente, lo que significaba que debía haber algún
precedente...

Emilia: Pues, umm... La verdad es que no sé mucho sobre ese


Culto de la Bruja, pero... al decir que son de la Bruja, ¿se refieren
a la «Bruja de la Envidia», ¿cierto?

Levantando su mano nerviosamente, Emilia pronunció aquella


pregunta completamente inesperada.

Subaru no estaba seguro de haber oído bien y las expresiones de


Wilhelm y Ferris se congelaron. Las únicas personas que no se
encontraban atónitas frente a esas palabras eran Crusch y la
propia Emilia.

Al ver sus reacciones, Emilia se puso aún más nerviosa.


Emilia: ¡Lo siento! Puedo ver por sus reacciones que eso es
algo que debería saber, pero nadie me ha hablado de ello. De
verdad.

Subaru: Pero... Emilia-tan... Tú sabes de la Bruja. Fuiste tú


quien me dijo...

La primera vez que se conocieron, ella le dijo que se llamaba


«Satella», por lo que, después de haber muerto, él la llamó por
ese nombre. Pero, la rabia que ella sintió en ese momento...
daba a entender que sabía que ese nombre estaba prohibido.

Pero Emilia sacudió su cabeza ante las palabras de Subaru,

Emilia: Cerca del bosque donde vivía, había una pequeña


aldea... Ellos me odiaban debido a mi parecido con la Bruja de la
Envidia... Así que, sé cómo todo el mundo considera a la Bruja,
pero algo como el Culto de la Bruja...

Ferris: ¡Por ahora dejemos de lado cómo vivía Emilia-sama en


el pasado, nyan! ¡¡Pero pensar que ni siquiera conoce al Culto de
la Bruja con todo lo que ha ocurrido, me parece indignante,
nyan!!

Con los hombros levantados en signo de burla, las manos de


Ferris se dejaron caer con un suspiro.

Viendo esta actitud por parte de Ferris, la rabia de Subaru creció


y, mirando directamente a los ojos de Ferris, le replicó.
Subaru: ¿Cómo puedes decir algo así? ¿Sabes cuánto coraje
se requiere para admitir que hay algo que no conoces? ¿Qué hay
de malo en preguntar lo que sea necesario?

Ferris: ¡Subaru-kyun es bastante persuasivo, nyan! ¡De


verdad que son maestro y sirviente, nyan!

Ferris se burló implacablemente del evidente disgusto de


Subaru...

Subaru estuvo a punto de levantarse indignado —Pero,

Crusch: Ferris. No puedo dejar pasar lo que acabas de decir.


Discúlpate ahora mismo.

Justo antes de que las fuerzas de Subaru inyectaran sus piernas,


aquellas palabras de reproche resonaron en la habitación.

Con un vestido de noche azul oscuro, y una actitud hasta ahora


frágil y tímida, de un momento a otro ella se transformó —
majestuosidad y fiereza, su mirada era la de un Caballero.

Crusch: Tal como Natsuki-sama acaba de decir, preguntar lo


que uno desconoce no es merecedor de ninguna burla. Ni
siquiera tú tienes derecho a ello, ¿entendido?

Ferris: ...Entendido, Crusch-sama.

Sus severas palabras se fueron apaciguando. Crusch pareció


regresar a la chica de suave hablar de hace solo unos momentos.
Aun así, ni los ojos de Subaru ni los de Ferris pudieron contener
su asombro por haber escuchado a esta frágil y femenina joven
decir algo propio de la impresionante Crusch del pasado.

Ferris: Emilia-sama, por favor acepte mis disculpas por mi


rudeza. Subaru-kyun, tú también.

Subaru: Tú... no, está bien. Mejor hablemos sobre el Culto de


la Bruja ahora. Emilia-tan quiere oírlo. Y, para ser honestos, yo
tampoco conozco todos los detalles.

Al escuchar que Subaru se resignó parcialmente, Ferris


aliviadamente respondió con un Entendido-nyan . Con un
dedo suavemente colocado sobre su labio inferior, Ferris dio una
vuelta con su corto vestido.

Ferris: Primero que nada, tal como Emilia-sama acaba de


decir, el Culto de la Bruja es una organización que adora a la
«Bruja de la Envidia». Desde la imparable aparición de la bruja
hace 400 años, estos fanáticos han estado activos. Para la Orden
de los Caballeros, cualquier afiliado de esta organización debe
ser asesinado al momento de su avistamiento.

Emilia: Asesinado al momento de su avistamiento... Son


personas, ¿cómo pueden dar una orden tan horrible?

Ferris: Los del Culto de la Bruja no dudarían en quemar una


aldea o una ciudad entera solo para cumplir sus metas. De hecho,
la aldea cerca de la mansión de Lord Roswaal estuvo a punto de
caer víctima de estos Cultistas. Incluso, uno de los Arzobispos
del Pecado que tomó parte en la emboscada, una vez fue capaz,
completamente desarmado y por su propia cuenta, de capturar
una ciudad entera del Imperio de Vollachia en el Sur.

Emilia pestañeaba constantemente como si fuera incapaz de


asimilar lo que estaba escuchando. Subaru entendía su reacción,
ya que los horrores del Culto de la Bruja, habían sido grabados
profundamente en su corazón.

Incluso ahora, él usaba a Petelgeuse como una unidad estándar


de medida para la locura.

Pero, en términos de fuerza, «Codicia» sonaba como alguien a un


nivel completamente diferente al de Petelgeuse.

Ferris: Esperen, esperen, me estoy saliendo del tema, nyan...


Los Arzobispos del Pecado del Culto de la Bruja, nombrados en
honor a las otras seis Brujas del Pecado, excluyendo a Envidia,
son los ejecutivos de la organización.

Emilia: Las otras seis brujas... eran «Pereza», «Codicia»,


«Glotonería», «Lujuria», «Ira» y «Orgullo», ¿verdad?

Ferris: Sí, y entre ellos «Pereza» y «Codicia» son


especialmente conocidos. Codicia, como ya dije antes, es
conocido por aniquilar ciudades enteras. Pereza, por otra parte,
parece estar detrás de cada disturbio causado por el Culto de la
Bruja. Pero, Pereza acaba de ser preciosamente eliminado por
nuestra expedición punitiva, nyan... ¿No es verdad, Subaru-
kyun?
Subaru: Sí... Pereza está muerto. Lo vi desintegrarse con mis
propios ojos. No hay duda al respecto.

Subaru confirmó las palabras de Ferris, mientras su mente


revivía los últimos momentos del abominable Petelgeuse.

Gritando el nombre de Subaru, lleno de odio... Incluso después


de tanto tiempo, aquel sonido no dejaría sus oídos. Como una
maldición, continuaba atormentándolo...

—¿Será esa la causa detrás del cruel destino de Subaru?

Ferris: Todavía quedan cinco Arzobispos del Pecado. Dos de


ellos responsables de emboscar a Crusch-sama. Sus
movimientos están siempre envueltos en misterio y, aun
después de 400 años intentando erradicarlos, no es mucho lo
que se ha logrado. En cuanto a su objetivo... Se dice que
pretenden revivir a la Bruja de la Envidia.

Subaru: ¡¿Revivir... a la Bruja?!

Incapaz de ignorar aquellas palabras, Subaru dio un salto


volcando su silla.

Las chicas se sobresaltaron; y mientras Subaru sacudía sus


manos de arriba a abajo,

Subaru: Pero revivirla... ¿Acaso eso es posible? La Bruja ha


estado muerta por 400 años, ¿verdad? Hacer que alguien
muerto vuelva a la vida...
Wilhelm: Subaru-dono, la Bruja de la Envidia no está muerta.
Su vida aún está conectada al borde de este mundo.
Desafortunadamente.

Al agitado Subaru, Wilhelm calmadamente reveló este hecho.

Sin palabras, Subaru miró a Wilhelm, encontrándose con sus


ojos, serios y severos.

Wilhelm: Cerca de la «Gran Cascada», se encuentra el templo


de la piedra del sello. La Bruja está ahí. Su indestructible esencia
sellada en el interior. Ya que, ni siquiera el poder del Dragón y
del Santo de la Espada combinados, pudieron destruirla.

Subaru: Sellada... Puede que haya escuchado algo así antes...


Pero para revivirla, ¿por qué no simplemente destruyen el sello?

¿Dónde había escuchado eso antes? Pero, más importante, era la


pregunta que acababa de hacer...

...Si la Bruja había sido sellada, lo único que necesitarían era


romper el sello, pero en cambio, cada vez que una semielfa
aparecía, ellos causaban estragos en el mundo mediante
asesinatos y destrucción sin sentido. ¿Qué es lo que intentaba
hacer el Culto de la Bruja? Pero, frente a la pregunta de Subaru,
Wilhelm sacudió la cabeza.

Wilhelm: Acercarse al templo es virtualmente imposible.


Primero, hay una cantidad ínfima de maná cerca de la Gran
Cascada. Bajo esas circunstancias, nadie podría soportar el
miasma de la Bruja. Y, segundo, jamás podrían cruzar al otro
lado de la red de vigilancia de los «Sabios».

Subaru: ¿Los Sabios...?

Ferris: Shaula la Sabia, junto a la primera generación de los


Santos de la Espada y el Dragón Volcánica, fueron los héroes
que sellaron a la Bruja de la Envidia, nyan. Después de aquello
se retiraron a la «Atalaya de Pléyades», cerca de la Gran Cascada.
Pero se retiraron sólo parcialmente, ya que, incluso ahora,
continúan vigilando a quienes aún intentan revivir a la Bruja. —
O por lo menos, eso es lo que cuenta la historia.

Subaru: Tienen que estar... bastante viejos...

Cuatrocientos años es bastante tiempo, incluso para unos Sabios.


Pero eso era otro tema. Subaru decidió olvidarlo para que Ferris
pudiera continuar.

Subaru: Bueno, ahora sabemos por qué la Bruja no puede ser


liberada del sello, pero entonces ¿cómo planean revivirla?

Ferris: Aunque me lo preguntes, nyan, Ferris no es parte del


Culto de la Bruja así que tampoco lo sé. Lo único que podemos
hacer es torturar a algún cultista hasta que lo escupa todo,
nyan.

Pasando de la pregunta de Subaru, Ferris puso una expresión de


«me rindo».
Y aunque Subaru no había quedado satisfecho con la respuesta,
no tenía sentido seguir preguntando.

En todo caso, Emilia asintió.

Emilia: Así que es por eso que todos me tratan así... ¿Pero por
qué Puck no me dijo nada?

Subaru: ¿Tendrá Puck algo que decir? ¡Quiero preguntarle un


montón de cosas!

Emilia: Puck no me responde... A pesar de que parece haberse


materializado... Solo sé que está por aquí en algún lado...

Viendo cómo Emilia se encogía en su asiento, ni siquiera a


Subaru se le ocurrió decir «no pasa nada, no pasa nada». De
hecho, absolutamente tenía que hablar con Puck.

Además, era imposible predecir dónde ni cuándo el Arzobispo del


Pecado «Glotonería» aparecería. Por lo que la contribución de
Puck en el tema era crucial.

Ferris: Eso es todo lo que hay que saber sobre el Culto de la


Bruja, nyan. Así que, dejando ese tema de lado, vamos a discutir
un poco sobre el futuro.

Subaru: ¿Sobre el futuro...?

Girando hacia Subaru a la vez que juntaba sus manos en una


palmada, Ferris, con una jubilosa sonrisa, dijo
Ferris: En pocas palabras, esta Alianza... vamos a disolverla,
nyan.

La atmósfera en el salón quedó congelada. Solo la mente de


Subaru se había acalorado.

Asimilando aquellas palabras, reflexionó un momento, tran-


quilamente mientras se lamía los labios.

Subaru: ¿Disolver la Alianza? ¿Qué es lo que intentas decir?

Ferris: Exactamente lo que escuchaste, nyan. Así como están


las cosas ahora, nuestra Alianza ha dejado de ser mutuamente
beneficiosa, nyan.

Al ver que Subaru fue capaz de mantener la compostura, la


expresión de Ferris reveló una pizca de admiración.

Aunque estaba más bien molesto por aquella expresión de Ferris,


Subaru se preguntó si él estaba usando a la Alianza como
moneda de cambio para obtener algún beneficio en la
negociación. Mientras más lo pensaba, más se tenía que
esforzar en mantener la calma. Aun así, su cabeza estaba casi
hirviendo.

Subaru: Dejando de lado los derechos de minería, entre todos


coordinamos nuestros esfuerzos para derrotar a la Ballena
Blanca y, ahora que ya está hecho, ¿quieres retirarte después de
cosechar los beneficios? Eso es bastante deshonroso, no
importa por dónde lo mires.
Ferris: Alberga más riesgos que beneficios, Subaru-kyun.

Subaru: ¿Qué?

Comparado con la actitud agresiva de Subaru, Ferris hablaba


casualmente mientras meneaba un dedo.

Ferris: ¿Nyan? «Glotonería» y «Codicia» apareciendo juntos


para empezar. Después de eliminar a «Pereza», una alianza con
la facción de Emilia-sama nos convertiría en un objetivo del
Culto de la Bruja... Considerando lo que le ocurrió a Crusch-
sama... ¿todavía crees que es beneficioso para nosotros formar
una Alianza con ustedes?

Subaru: Pues...

Echando un vistazo a la completamente diferente Crusch,


Subaru dudó un momento en rebatir el argumento de Ferris, ya
que, en el fondo de su corazón, el llevaba las mismas heridas.

Pero esta vez, no fue Subaru quien rebatió las palabras de Ferris.

Wilhelm: No estoy de acuerdo, Ferris.

Inclinándose hacia adelante en su asiento, la mirada severa de


Wilhelm alcanzó los ojos de Ferris. Los párpados de Ferris se
entrecerraron mientras dejaba escapar un ¿E~h? con una
débil sonrisa.
Ferris: ¿Qué quieres decir, nyan? Después de lo que «Glotone-
ría» le hizo a Crusch-sama, ¿cuál crees que sería el beneficio de
una Alianza que atraería al Culto de la Bruja hacia nosotros?

Wilhelm: Matar a «Glotonería»... Una oportunidad para vengar


a nuestra líder.

Ferris: ¿Venganza? ¿¡Acaso es más importante para ti que la


propia vida de Crusch-sama!?

En contra de Wilhelm, Ferris se negaba a ceder terreno.

En la mente de ambos pesaban con fuerza los sentimientos


sobre su líder.

Ferris: ¡Si continuamos lidiando con el Culto de la Bruja, sólo


conseguiremos que este desastre se vuelva a repetir! ¡En estos
momentos, Crusch-sama ni siquiera es capaz de protegerse a
ella misma! Si ese día llegara... Si se tratara solo de una herida
física o emocional, Ferris podría curarla... ¡Pero si llegara a morir,
todo habría terminado, ¿no?!

Wilhelm: Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados


mientras el culpable anda libre por ahí. Los recuerdos de Crusch-
sama... Si derrotamos al Arzobispo del Pecado, quizás pueda
recuperarlos. Rendirse tan pronto es demasiado precipitado.

Ferris: ¿Que al derrotar a ese bastardo sus recuerdos


volverán? Me parece Wilhelm... que pensar que sus recuerdos
pudieran ser devueltos sólo con matar a la cosa que se los
comió... ¿Estás soñando despierto o crees que esto es alguna
clase de cuento de hadas de mie—

Wilhelm: —¡¡Félix!!

Con un poderoso rugido, el aura del espadachín retumbó en la


habitación. Como si una ráfaga de viento se hubiese colado —
Esa fue la sensación de todos los presentes.

Aún estremecidos por la conmoción, sólo la mirada afilada de


Wilhelm permanecía intacta.

Wilhelm: Félix... Lo que acabas de decir, nunca vuelvas a


repetirlo en frente de Subaru-dono.

Ferris: ......Lo siento.

Llamado por su verdadero nombre, no una, sino dos veces,


Ferris cerró los ojos en dolor y arrepentimiento.

Los demás se quedaron mirando a Subaru, quien se encontraba


sentado nuevamente. Sus manos apretadas con fuerza,
levemente temblorosas, dejaban escapar un hilo de sangre
entre las aberturas de sus dedos, casi cubriéndolos por
completo.

Subaru: ......Emilia-tan.

Emilia: No te preocupes… No diré nada parecido a «lo


entiendo» o «todo estará bien»... Aunque intente con todas mis
fuerzas entender cómo te sientes... esa chica olvidada... debido
a que no soy capaz de entender nada, no importa lo que diga, no
estaría siendo justa contigo...

Subaru levantó la mirada. Entonces pudo ver las amatistas


pupilas de Emilia, llenas de tristeza.

En sus ojos vio un reflejo de sí mismo, de toda su debilidad... ¿Ese


era el Natsuki Subaru que ella veía?

...Como si hubiese sido rescatado por aquella tierna


consideración, Subaru sacudió la cabeza.

Subaru: Decir algo como «todo estará bien»... incluso si


rasgara mi boca intentándolo, no sería capaz de decirlo. Pero no
importa. Ferris, no te preocupes por eso. Yo... no me rendiré,
mientras haya el más mínimo atisbo de esperanza.

Ferris: En serio, nyan... A Subaru-kyun de verdad que no le


gusta rendirse...

Al ver a Subaru intentar actuar como si todo estuviera bien, el


semblante de Ferris rompió en una sonrisa. Pero su posición
seguía sin cambiar.

Ferris: En cuanto a Ferris, nyan, no estoy de acuerdo en


continuar con la Alianza. Regresaré a Crusch-sama a su
verdadero yo, ya verán. Así que deberíamos dejar de lado la
venganza contra «Glotonería» por ahora, nyan.

Wilhelm: Qué debemos hacer y cómo... Crusch-sama, usted


decide. No nos corresponde a nosotros hacerlo por usted.
Al final, todo recaía en ella.

Los ojos de ambos se centraron en ella y, habiéndolo


comprendido, Crusch asintió.

Crusch: Aún me falta mucho por saber. Y no puedo recordar


cómo era yo antes. Me gustaría dejarles claro que mantenerse a
mi alrededor podría desorientarles... Aun así, les agradezco que
hayan depositado en mí su estima y confianza. Y, en lo que a mí
concierne, me gustaría poder vivir a la altura de esas
expectativas. Debido a todo esto, daré lo mejor de mí.

A pesar de haber perdido sus recuerdos, parecía que la fortaleza


propia de su personalidad se había mantenido.

¿Cuál será el origen de la esencia de una persona? Viendo a


Crusch actuar de aquella manera una vez más, a pesar de haber
olvidado todo lo que conocía, Subaru no podía evitar hacerse esa
pregunta.

Pero, en cuanto a la Alianza, parece que la mejor opción era


posponer las negociaciones por el momento.

Ferris: En cualquier caso, si la persona que conoce toda la


información clave concerniente a la facción de Emilia-sama... Si
el Margrave Roswaal no está presente... Entonces, no hay nada
que podamos hacer, nyan. Así que, las negociaciones quedan
pospuestas hasta que el Margrave pueda asistir.

Crusch: Sí, eso será lo mejor. Entonces esta reunión—


Ferris: —Será un secreto. Así que pretendan que se trataba
de alguna otra cosa distinta a la Alianza, nyan.

Ferris lanzó una afilada mirada a Subaru, mientras decía aquello


con una voz inusualmente baja.

Subaru tragó saliva, pero sin ver ninguna razón para estar en
desacuerdo, asintió. Desde su perspectiva, esta decisión tenía
mucho sentido. Si el público supiera el estado actual de Crusch,
su posición como una de las candidatas más competentes se
desvanecería.

De hecho, las repercusiones de conocerse la amnesia de Crusch,


serían de la misma magnitud que el prestigio de haber derrotado
a la Ballena Blanca. Fue específicamente por este motivo que
Anastasia no había sido invitada a esta reunión.

Ferris: Dejando de lado a Julius, Anastasia seguramente


intentaría usar esta información para su beneficio. Menos mal
que esos chicos de ella no vieron el estado actual de Crusch-
sama, nyan.

Crusch: ...Pero ella estará presente en las negociaciones


sobre la victoria. ¿Qué haremos sobre eso?

Ferris: Podemos inventar alguna excusa y decir que Crusch-


sama se encuentra mal. Ferris pensará en algo. En cuanto a
Subaru-kyun, tu bando sólo necesita mantener el secreto,
¿entendido?
Pidiendo nada más que silencio, Ferris no permitiría más
enredos entre ambas facciones. Subaru, dándose cuenta de esto,
sólo pudo asentir.

Al final, la reunión concluyó sin haber logrado avance de ningún


tipo.

Aceptando la desesperada situación en la que se encontraban,


más que cualquier otra cosa, ambas facciones tenían en común
que sus respectivos futuros eran inciertos.

※ ※ ※ ※ ※

Subaru: Gracias por apoyarme ahí dentro, Wilhelm-san.

Después de la reunión en el salón, Subaru le dijo aquellas


palabras a Wilhelm, a la salida de la Mansión Karsten.
Deteniéndose, Wilhelm se giró hacia Subaru.

Wilhelm: Para nada. No fui de ninguna ayuda. Estoy


avergonzado de lo poco confiable que puedo llegar a ser. A pesar
de todo, fui incapaz de asistirle hoy.

Subaru: No digas eso. Si no hubiese sido por ti, no hubiésemos


sido capaces de derrotar a la Ballena Blanca. Y después de eso,
fuiste el único a quien pude confiarle el bienestar de Emilia y los
aldeanos. ¡Por eso estoy tremendamente agradecido!

A pesar de tratarse de palabras genuinas de gratitud, ni siquiera


ellas fueron capaces de animar el rostro de Wilhelm.
Nunca olvidando favores pasados, y siempre cargando con el
dolor de los demás en su interior. Este hombre... ¿Acaso no era
demasiado bueno para su propio bien? Subaru sonrió ante ese
pensamiento.

Subaru: La situación todavía no se ha consolidado del todo,


pero… ¿has tenido alguna oportunidad de visitar la tumba de tu
esposa? Puede que no sea suficiente consuelo, pero por lo
menos pudiste vengarla...

Wilhelm: ¡—!

Frente a las palabras de Subaru, el rostro de Wilhelm colapsó en


una profunda emoción.

Viendo aquellas oleadas entrelazadas de dolor y emoción,


Subaru no sabía qué hacer. Al ver la indecisión de Subaru,
Wilhelm se inclinó mucho.

Wilhelm: Subaru-dono, ¡debo disculparme!

Subaru: Espera, no hagas eso. No tienes nada de qué


disculparte. Soy yo quien debería agradecerte...

Wilhelm: No, eso no es verdad. Las palabras que dije en la


reunión no fueron basadas en un genuino deseo de ser su aliado.
Fueron sólo mis vanos y egoístas sentimientos los que me
llevaron a apoyar la Alianza. Por ocultar este hecho, estoy
profundamente avergonzado.

Sin entender las palabras de Wilhelm, Subaru frunció el ceño.


Al ver esto, Wilhelm se quitó el abrigo y remangó su manga
izquierda, revelando una herida vendada alrededor de su
hombro. A través de la venda se podía ver que las capas
inferiores estaban empapadas de sangre.

Subaru: ¿No te duele? Deberías ir con Ferris para que te vea


eso.

Wilhelm: Esta herida no puede ser curada. Fue causada por un


oponente que poseía la Protección Divina del «Dios de la
Muerte».

Subaru: ¿No puede ser curada?... Entonces, ¡Wilhelm-san!

Una herida incurable, incluso Subaru sabía cuál sería el


desenlace.

Normalmente, mientras el sangrado no pudiera ser detenido,


era como una cuenta atrás que ha sido puesta en la vida de uno.
Pero, a diferencia de Subaru, quien se veía lleno de aprehensión,
Wilhelm sacudió la cabeza tranquilamente.

Wilhelm: Mi vida no está en peligro por ahora.

Subaru: ¿Cómo puede ser? Esa herida... un ataque de ese


tipo...

Wilhelm: No recibí esta herida hoy ni ayer. Es de hace


bastante tiempo, pero recientemente volvió a abrirse. Y esto es
algo muy importante para mí.
Escuchando las palabras calmadas de Wilhelm, el pequeño
cuerpo de Subaru se estremeció y se contrajo. Sin saber por qué
reaccionaba de aquella manera, incluso las raíces de sus dientes
parecían no encajar bien en su mandíbula. Todo aquello venía
del «Demonio de la Espada» en frente de él... una increíble aura
capaz de congelar hasta el hígado de una persona.

Continuando con una calmada y gentil voz,

Wilhelm: Los efectos de la Protección Divina se vuelven más


fuertes cuando el dueño de la Protección está cerca. Cuando el
dueño del «Dios de la Muerte» se acerca lo suficiente, las heridas
que infringió a su oponente, se abren.

Subaru: Entonces, eso significa... que la persona que te causó


aquella herida hace tiempo... está cerca...

Wilhelm: La persona que hirió mi hombro izquierdo... Es la


anterior generación del «Santo de la Espada».

Al escuchar a Wilhelm, la respiración de Subaru se detuvo.

Mirando los ojos de Wilhelm, pudo apreciar un brillo frío de


emoción.

Wilhelm: Theresia van Astrea. La herida causada por mi


esposa se ha reabierto. Para poder descubrir la razón, necesito
continuar tras el Culto de la Bruja...

※ ※ ※ ※ ※
Completamente aturdido, Subaru entró en la habitación donde
Rem estaba durmiendo.

Desde que regresaron a la Mansión de Crusch, cada vez que


podía, iba a quedarse con ella.

Aunque él sabía que era imposible... en algún lugar de su


corazón, de su debilidad, esperaba que ella simplemente
despertara.

En este estado, ya no tenía ni el coraje ni el deseo de encarar a


Emilia. Quizás Emilia podría ser capaz de entenderlo, pero estar
a su lado ahora solo le traería dolor. A no ser que Subaru fuera a
buscarla, ella se mantendría alejada, dándole el tiempo que sea
necesario, aunque se encontrara preocupada por él.

Si Emilia estuviera aquí, él probablemente se largaría a llorar,


aunque sólo fuera para calmar un poco la debilidad de su
corazón.

Aunque él odiaba esa debilidad, no podía simplemente


arrancarla de sí.

Subaru: Rem... A pesar de que me dijiste que yo era fuerte,


yo... sin ti a mi lado, no puedo Rem... no puedo...

Nada cambió desde que había ido al salón.

Respirando suavemente. Su corazón aún latía. Pero aparte de


eso, no había ninguna otra señal de vida. En estos momentos,
solo el corazón de Subaru recordaba su existencia.

Pero,
Subaru: —Eres tú... ¿A qué has venido aquí?

Puck: ¿Que yo esté aquí es tan extraño? Incluso yo tuve


alguna clase de relación con esta chica antes, ¿verdad? Así que
venir de vez en cuando, ¿qué hay de malo en ello?

Subaru: Con qué cara dices eso...

Gentilmente tocando la frente de Rem, Subaru miró a su lado —


Flotando en el aire, había un pequeño gato gris meneando su
cola mientras lo observaba.

Puck: ¿Por qué me miras de ese modo? ¿Acaso hice algo?

Subaru: Esta vez… no hiciste nada. Ve a buscar a Emilia o lo


que sea, siempre y cuando te vayas a flotar a otro lado.

Puck: ¿Eso quieres? Me parece curioso que digas algo así.


Aunque mi libertad no se encuentra restringida, si esa chica se
metiera en problemas mientras no estoy cerca...

Frotándose el bigote, Puck murmuró tranquilamente. Entonces,


flotando a la altura del rostro de Subaru,

Puck: Sin embargo, creo que es mejor hablar con Subaru


ahora mismo.

Subaru: ...Actúas como si lo supieras todo. Realmente me


molesta.
Subaru miró a otro lado. Aun así, Puck esperó silenciosamente.

Subaru suspiró. Aunque seguirle dócilmente la corriente le


molestaba,

Subaru: No le dijiste nada a Emilia sobre el Culto de la Bruja...


¿Cuáles son tus intenciones?

Puck: No tengo ninguna intención. Si puedes vivir sin saber


algunas cosas, entonces no saberlas no tiene nada de malo. Si
Lía me lo hubiese preguntado, se lo habría dicho, pero nunca
preguntó... Gente como esa, si simplemente los ignoras,
entonces no tendrás que preocuparte de ellos, ¿verdad?

Subaru: Sí, es verdad que hay cosas que está bien no saber.
Pero en este caso es todo lo contrario para Emilia, ¿no? Esa chica
salió del bosque para convertirse en «Gobernante». ¡Está
luchando para ganar la Selección Real! Era imposible evitar al
Culto de la Bruja así. —Tú sabías sobre esto, por supuesto que
lo sabías.

Tratando de mantener la voz baja, Subaru intentó descubrir las


intenciones de Puck. Pero Puck, bamboleándose en el aire,
fácilmente esquivó las vigorosas palabras de Subaru.

Puck: La aparición del Culto de la Bruja... también sospeché


que podría pasar. Pero decírselo o no a Lía era algo completa-
mente diferente.
Subaru: ¡¿Incluso si eso significaba ponerla en peligro a ella o
a quienes la rodean?! ¡No sé qué estabas pensando, pero si las
cosas hubiesen pasado como debían, entonces Emilia habría—!

Puck: Ya veo... Hiciste un gran esfuerzo para salvar a Lía. Esta


chica también... se sacrificó para ayudarla. En ese caso, necesito
agradecerle a ella también...

Subaru: ¡—!

En ese momento, ignorando completamente todo y sin ningún


titubeo, Subaru lanzó su puño con toda su fuerza contra espíritu
en frente de él. El espíritu, fácilmente evitando el golpe,
estremeció su rostro en asombro.

Puck: ¿A qué ha venido esa reacción tan repentina?

Subaru: No te atrevas a tocar a Rem. No con tus manos, ni con


tus palabras...

Sorprendido de sí mismo, su voz se quebró lentamente.

Las emociones que brotaban de su corazón, quizás se habían


vuelto demasiado difíciles de soportar.

Con sus redondos ojos, Puck miró profundamente a Subaru, y


diciendo Ya entiendo , enderezó su pequeño cuerpo.

Puck: Dije algo desconsiderado, lo siento. No debí haberlo


hecho. En vez de esto... Hablemos un poco sobre «Glotonería».
Subaru: ¿…Hablar? ¿De qué servirá ahora?

Puck: Si logras entender la naturaleza de aquella cosa que se


comió el «Nombre» y los «Recuerdos» de esta chica, quizás
haya esperanza de lograr tu deseo, después de todo.

Reaccionando ante aquellas palabras, la cara de Subaru se


levantó de golpe. Al ver su reacción, Puck asintió. Entonces
comenzó a mover su pequeña nariz rosada mientras rebuscaba
en sus recuerdos.

Puck: La Autoridad de «Glotonería», en términos sencillos,


consiste en comer. Cuando él se come el «Nombre» de una
persona, todos los recuerdos de los demás, sobre aquella
persona, son tomados. Y cuando él se come los «Recuerdos» de
una persona, todos los recuerdos propios de esa persona son
tomados. Si ambos son tomados, tanto el «Nombre» como los
«Recuerdos», entonces esa persona se convierte en un
caparazón vacío. Un caparazón vacío no hace nada, ni jamás
podrá hacer nada. Esta chica está en ese estado.

Subaru: «Nombre»... «Recuerdos»…

Los «Recuerdos» de Crusch. Los «Recuerdos» y el «Nombre» de


Rem.

Tal es el efecto de la Autoridad de «Glotonería».

Subaru: Después de matar al Arzobispo del Pecado «Glotone-


ría»... ¿los recuerdos regresarán...?
Puck: Ni idea, me pregunto qué ocurriría. Vomitar todo lo que
ha comido... Aunque no es algo en lo que me guste pensar, ¿será
posible algo así? La única forma de saberlo es preguntándole al
tipo en cuestión.

Subaru: Pero la posibilidad existe, ¿verdad? Los recuerdos de


Rem, ¡la posibilidad de recuperar los recuerdos de Rem...!

Al darse la vuelta, Rem continuaba en su sueño profundo.

Todavía respirando suavemente. Su corazón aun latía. Su


cuerpo aún estaba vivo, solo que sus recuerdos y su nombre
habían sido comidos por un demonio.

Subaru: Arzobispo del Pecado «Glotonería» —Te aniquilaré


cueste lo que cueste.

Puck: Aun así, no estoy seguro de que sea algo tan simple...

Las últimas palabras de Puck no lograron entrar en la mente de


Subaru.

Subaru, justo ahora, estaba defendiendo aquel último


fragmento de esperanza como si fuera el último bastión de su
corazón.

—Cuando llegó a la Capital, descubrió a Rem después del


ataque. Y cuando supo que todo estaba perdido, sin un atisbo de
duda, Subaru se clavó un cuchillo en su propia garganta.
Lo que sintió en ese momento, ni siquiera él lo recordaba ahora.
Todo había salido tan perfectamente, más allá de las
expectativas de cualquiera — Pero la verdad era que, en ese
momento, no le importó tirar todos sus esfuerzos a la basura.

Si perdía a Rem… si eso significaba un futuro en el que ella no


estuviera… no importaba cuantas veces tuviera que volver a
soportar el mismo dolor, él lo haría. —Eso era lo único que
Subaru era capaz de recordar claramente.

Atravesando su garganta, cubriéndose de sangre, adolorido y


con un calor abrasador— perdió completamente la consciencia.

Cuando volvió en sí, lo que vio fue a Rem yaciendo en la misma


cama.

El punto de guardado se había movido hacia adelante. El lugar


de retorno había cambiado. Subaru vio el infierno y solo el
infierno.

¡De nuevo! Debía ser algún error, tenía que suicidarse de nuevo...
Pero Subaru dudó. No porque tuviera miedo al dolor o a la
muerte. Se había dado cuenta...

...Aunque lograse regresar al punto de guardado anterior, no


podría salvarla.

En el punto de guardado, anterior a la batalla contra Petelgeuse,


justo después de la batalla contra la Ballena Blanca, ya habían
pasado varias horas desde que Subaru y Rem tomaron caminos
separados. Era demasiado tarde para lograr alcanzarla antes de
la emboscada. E incluso si pudiera, significaría abandonar a
Emilia. Y aunque enviara a la expedición por su cuenta a salvar a
Emilia y él se apurase a llegar al lugar de la emboscada, ¿cómo
podría derrotar a dos Arzobispos del Pecado?

Para derrotar a Petelgeuse, la presencia de Subaru era


indispensable. Y el escape de Emilia no habría sido posible sin la
protección de Wilhelm.

Sacrificar a Emilia para salvar a Rem, o sacrificar a Rem para


salvar a Emilia —Sin sacrificar a alguna de ellas, era imposible
salvar a la otra.

Ante esta decisión imposible, Subaru dejó caer la daga que


sostenía sobre su garganta.

A diferencia de ser borrado por la niebla de la Ballena Blanca, el


cuerpo de Rem permanecía aquí pese a haber sido olvidada por
todo el mundo. Incapaz de hacer nada, Subaru simplemente se
sentó al lado de ella, completamente aturdido...

Pero el tiempo de permanecer hundido en crueles pensamientos


sin sentido, terminaba aquí y ahora.

Sosteniendo la mano de Rem, Subaru confirmó su resolución. De


una cosa estaba seguro,

—Yo, te los voy a—

Subaru: —Recuperar. Rem, voy a recuperar tus recuerdos,


cueste lo que cueste, ya verás.

Es una promesa. Justo en frente de tus ojos, el hombre del que te


enamoraste, se convertirá en el más grande héroe que el mundo
jamás haya visto.
Pero quizás todavía estaba a mitad de camino.

Subaru: Lo prometo... Tu héroe vendrá por ti. Solo espera un


poco más.

Levantó la cabeza mostrando los dientes. Era una declaración de


guerra.

Aquellos enemigos se arrepentirán de haber puesto sus manos


sobre lo más sagrado e inviolable para mí.

Porque yo, Natsuki Subaru, traeré el castigo sobre ustedes.

Subaru: Cueste lo que cueste. ¡¡—Cueste lo que cueste!!

Desde el día en que comenzamos desde cero, ya no soy capaz de


soportar ni un solo día sin pensar en estar contigo a mi lado.

Así que debo recuperarlos...

Los días perdidos, los días caminando contigo, y los días en los
que caminaré contigo de nuevo... Con mis propias manos, lo
prometo, ¡los traeré de regreso una vez más!

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