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Revista de la Educación Superior

Vol. XXXIV (2), No. 134, Abril-Junio de 2005, pp. 63-79. ISSN: 0185-2760.

LA DIALÉCTICA DE LA ESPERANZA
Y LA DESILUSIÓN EN POLÍTICAS DE
EDUCACION SUPERIOR EN MÉXICO

Rollin Kent Resumen


Serna*
M éxico está transitando hacia un nuevo
estadio de desarrollo que genéricamente se denomina “moderniza-
ción”. En los últimos 15 años las políticas públicas se han transfor-
mado, buscando definir y realizar un nuevo paradigma de relaciones
entre el Estado y la educación superior. El surgimiento de un nuevo
Estado desarrollista caracteriza esta transición que se ha empeñado
en un programa continuo de reformas sociales e institucionales para
adaptar a la sociedad y la economía mexicanas al blanco móvil de la
globalización. De este modo, la modernización es una serie de políticas
estatales encaminadas a un fin determinado, acorde con un modo de
producción dominante; sin embargo, los costos de esta política se
reflejan en la tensión permanente entre dos lógicas: la política de la
planeación tecnocrática y la configuración histórica de las diversas
* Una versión anterior comunidades universitarias donde se aplican estas políticas.
de este texto fue
presentado como
ponencia en la VII Palabras clave: Políticas públicas, globalización, educación superior.
Conferencia del Comité
Latinoamericano de
Abstract

M
Administración para
el Desarrollo (CLAD),
Cd. de Panamá, octubre
de 2003. éxico is moving towards a new stage
Profesor Titular of development – the so-called “modernization”. In the past 15 years,
Facultad de
Administración public policies have undergone transformation seeking to define and
Benemérita create a new paradigm in the relations between the State and higher
Universidad Autónoma education. The emergence of a new development focused State is
de Puebla, México
Correo e: the key factor of such a transition strongly striving for a continuous
rkent@puebla.megared program of social and institutional reforms in order to adapt Mexican
.net.mx
society and economy to the mobile goal of globalization. Therefore,
modernization is a set of state policies aimed towards a given goal in
compliance with the ruling production mode. The cost of such policy,
however, is observed in a growing stress between two logical thoughts:
the technocratic planning policy and the historical configuration of
university communities to which such policies are applied.

Key words: Public policies, globalization, higher education.

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la dialéctica de la esperanza y la desilusión en políticas de educación superior

Sueño con serpientes, con serpientes de mar, cerrada, a la ineficiencia, y a la inflexibilidad de las
Con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan instituciones públicas, particularmente el sistema
Lo que puedan arrebatarle al amor. educativo. En dicho transcurso se han sucedido
Oh, oh, oh . . . la mato y aparece una mayor.
Oh, oh, oh, . . . con mucho más infierno en digestión tres administraciones federales, incluyendo el
primer gobierno no priísta en la historia con-
Silvio Rodríguez
temporánea del país. Se dio inicio a un proceso
de descentralización a la vera del cual los niveles
Presentación estatal y municipal de gobierno juegan roles cada
vez más importantes en la política pública. Todos
Este texto es un ensayo. Propone una interpre- los analistas y comentaristas coinciden en que los
tación basada en materiales y datos generados cambios políticos, sociales y culturales experi-
por investigaciones propias y ajenas; pero su mentados en dicho lapso son extensos.
finalidad principal es saltar más allá de los datos Es necesario señalar, de entrada, que el ímpetu
para expresar inquietudes y suscitar controver- reformador no ha sido exclusivo de la educación
sias1. La pregunta nodal es ¿qué ha cambiado en superior mexicana. En la mayoría de los países
la educación superior mexicana a una década y del mundo contemporáneo y desde diversas pers-
media de políticas de modernización? Lo que sigue es pectivas políticas los gobiernos han apostado a
un diagnóstico crítico sin pretensión de formular reformar y expandir sus respectivos sistemas de
propuestas u opciones. educación superior. Este furor reformista se ha
En 1989 la administración federal entrante apoderado de los ministerios de educación de
propuso la modernización de la economía y las todos los países de Europa Occidental, toman-
instituciones públicas mexicanas con el fin de do impulso de la decisión tomada por la Unión
superar la larga crisis de los años ochenta durante Europea de crear un espacio educativo europeo.
los cuales el antiguo modelo económico se deba- Desde la caída del muro de Berlín, los países
tía frente a los profundos cambios en el entorno de la zona oriental, como Polonia, Hungría, la
internacional. Los mexicanos conocemos los 15 República Checa, Bulgaria y Rumania, se han
años transcurridos desde aquel momento como embarcado también en la ruta de las reformas.
el periodo de la modernización, es decir, la apertu- En Asia se observa un impulso semejante en
ra de la economía, la privatización de empresas Filipinas, la India, Taiwán, Malasia, Singapur,
públicas, el énfasis en la inversión privada como Corea del Sur y Australia. En África el ímpetu
principal motor de la economía y la aplicación de es menos extendido pero no se pueden olvidar
una batería de políticas públicas caracterizadas los esfuerzos del Banco Mundial por inducir
generalmente como neoliberales en materia edu- cambios en los países del África Subsahariana,
cativa y social en general. El periodo señalado apresados en la red del endeudamiento, mientras
se ha caracterizado por un imperecedero frenesí que por su parte la República Sudafricana inició
gubernamental, es decir en la multiplicación de un ciclo de reformas educativas a partir de la caída
programas de todo tipo formulados y aplicados del régimen de apartheid.
con vistas a la eficiencia, eficacia y calidad de los Estas experiencias han sido documentadas
servicios públicos. El subtexto, no siempre muy en diversos medios. Las revistas especializadas en
oculto, fue la crítica al estatalismo, a la economía la materia, como Higher Education, Higher Edu-

1
Viene al caso la compacta afirmación de Federico Reyes Heroles acerca de los científicos sociales: “Atrapados en una
galopante especialización, hablar de lo evidente se vuelve poco común. El criticadísimo riesgo del especialista siempre
está allí: saber cada vez más de cada vez menos hasta saber todo de nada” (Reyes Heroles, 2004: 34)

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cation Management y Higher Education Policy, han • Instalar la evaluación como práctica constan-
dedicado muchas páginas a describir el cúmulo te, de las instituciones, los profesores y los
creciente de reformas en educación superior en alumnos.
muchos países. Se multiplican los congresos y • En la gestión de las instituciones había que
conferencias internacionales dedicados a difun- evaluar más los resultados que los medios y
dir y debatir las fórmulas reformadoras, muchas los insumos, mostrando sus resultados a la
de las cuales han surgido de los escritorios de sociedad.
consultores en economía y expertos en gestión • El gobierno debía propiciar la competencia
que asesoran a los gobiernos. entre instituciones e impulsar la creación de
La experiencia mexicana es una de tantas. nuevas instituciones tanto públicas como
privadas.
La herencia de la década perdida • Someter la política laboral (contratación y
de los ochenta y el giro hacia la promoción de académicos) a la evaluación,
modernización y vincular su salario a la calidad de su desem-
peño.
Hace una década Gilberto Guevara Niebla • Regular la admisión de estudiantes a las ins-
(1992) publicó un libro intitulado La catástrofe tituciones.
educativa. Hoy quizá pocos recuerdan que este • Fortalecer el posgrado y la investigación.
título expresaba un consenso muy amplio: el que • Establecer estímulos fiscales para el desarro-
la educación en México era una zona de desastre, llo tecnológico en empresas y su vinculación
heredada de la crisis de los años ochenta, que no con las instituciones de educación superior.
sólo fue una crisis económica sino una crisis de un • Profesionalizar la gestión de las instituciones,
modelo de crecimiento y de instituciones y de poniéndola en manos de personas moral y
expectativas, entre ellas las educativas. No había académicamente probadas.
consenso en cómo hacerlo pero todos coincidían
en que era necesario cambiar el rol del estado en Si escucháramos esto hoy en día, tal vez di-
la educación. De hecho, muchos se preguntaban ríamos “¡Pues qué triviales propuestas! ¿No está
si el Estado acaso jugaba algún papel o tenía al- sugiriendo lo que toda institución de educación
gún propósito eficaz en sus complejas y caóticas superior debería hacer de manera normal y coti-
interacciones con las instituciones de educación diana?” Al decir esto, nos daríamos cuenta de la
superior. Algunos se preguntaban por la pérdida distancia que nos separa de aquellos momentos
de capacidad estatal para fijar prioridades públicas de grave crisis de la educación superior mexi-
y coordinar tan vital sector de la sociedad mexi- cana. Y nos daríamos cuenta de que la política
cana (Kent, 2001; Grindle, 1995). del Estado consistió, en primer lugar, en poner a operar
Una propuesta influyente de la época, a las instituciones sobre una base elemental, mínima,
expresada por el entonces Subsecretario de de decoro académico y administrativo. Recuperar la
Educación Superior e Investigación Científica, funcionalidad básica de las universidades e insti-
Antonio Gago (1989), afirmó que era necesario tutos fue en sus inicios el objetivo de la reforma
crear un contexto de exigencias de cambio para de la educación superior. Este primer objetivo,
instituciones educativas estancadas, sin futuro y entonces, consistió en poner las bases de un
con un pasado desprestigiado que no servía más sistema operante de educación superior a partir del
como referente y seña de identidad. El maestro revoltijo de instituciones que fueron surgiendo
Gago hizo las siguientes propuestas, las cuales se a lo largo del siglo XX. Ello significó establecer
convertirían en programas de gobierno: normas y estándares comunes para el ingreso y

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la obtención de los títulos, establecer y legitimar de nueva gestión pública podría caracterizarlo. Bus-
procedimientos de control y aseguramiento de caremos poner de manifiesto las distintas lógicas
la calidad (en cuya ausencia habían florecido las que se tensionan en este escenario.
instituciones entonces existentes), y desarrollar En efecto, en el clima de la época se pensa-
las funciones propiamente superiores como la in- ba que estas instituciones habían desviado su
vestigación y el posgrado (en instituciones que se función de desarrollar nuevo conocimiento.
habían centrado fundamentalmente en la función No estaban cumpliendo con su tarea elemental
de enseñanza profesional). de formar nuevas generaciones a la altura de la
Pero a este objetivo le acompañó otro, el de contemporaneidad. Era indispensable remover-
espolear a la educación superior mexicana hacia las, pero no había ya fe en su potencial interno
el siglo XXI, con todo lo que el discurso actual de reformabilidad propia. Se había agotado el
afirma al respecto: mejorar la calidad, rendir discurso de la reforma universitaria, históricamen-
cuentas, promover la competitividad, contribuir te promovido por la izquierda. Fue entonces el
al desarrollo científico y tecnológico, aportar Estado quien tomó la batuta reformadora de las
cuadros flexibles y adaptables a una economía instituciones públicas de educación superior. En
internacionalizada, entre otros objetivos pareci- cuanto a las instituciones privadas, éstas habían
dos2. El Estado enfrentó la necesidad de resolver demostrado su adaptabilidad a los tiempos,
simultáneamente dos retos que históricamente ofreciendo carreras profesionales tradicionales
en los países “centrales” o “desarrollados” se (Derecho, Administración) a los vástagos de las
habían dado de manera consecutiva, en momen- élites que huían de las universidades públicas.
tos diferentes. En la dificultad de resolver dos Pero nada más: no parecían ofrecer otra visión
dilemas históricamente consecutivos de manera de la universidad como institución dedicada
simultánea reside la problemática de fondo que a impulsar las fronteras del conocimiento, a
enfrenta la educación superior de países “en cuestionar las realidades para imaginar otras,
transición” como México. para emprender tareas intelectualmente auda-
Al mismo tiempo, no hay que olvidar el cam- ces y difíciles. La equidad tampoco era un tema
biante escenario político y administrativo en el preocupante para ellas, como no podía ser de
México de los años noventa. La democratización, otra manera en un esquema de mercado. Por
la descentralización y la apertura económica son su parte, los institutos tecnológicos se habían
algunos de los rasgos que marcaron este proceso. vuelto poco imaginativos, engranajes que giraban
Todo el tablero se agitó al mismo tiempo. en torno a la gran burocracia federal centraliza-
Los gobiernos de la modernización han da que los enmarca pero perdiendo de vista la
intentado cumplir estos objetivos mediante una contribución que idealmente se podía esperar de
serie de estrategias que han evolucionado en ellos, la vinculación con empresas y el impulso
espiral. El sentido general de esta evolución ha al desarrollo regional.
sido el movimiento hacia una creciente ingenie- En suma, al final de la década perdida de los
ría social. La peculiar mezcla de instrumentos años ochenta, los principales modelos institucio-
de políticas, típicos del neoliberalismo, con una nales en la educación superior mexicana habían
creciente presencia estatal en las instituciones de llegado a sus límites. No sólo se sufría de una
educación superior configura este híbrido pano- carencia financiera evidente en el sector público,
rama. Afirmaremos más adelante que la etiqueta sino que mostraban signos de agotamiento en

2
El Plan Nacional de Educación 2001-2006 da expresión formal a este conjunto de objetivos.

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tanto que modelos educativos; o más precisa- que no siempre se basaban en los resultados de
mente no habían desarrollado plenamente sus las evaluaciones (Kent et al., 1998).
respectivas funciones en un sistema educativo Diversificar el sistema fue otro eje fundamen-
que se diferenciaba cada vez en lo formal sin tal de esta política. Por un lado, fue cancelada la
ofrecer una real diversidad de opciones educati- expansión del sector universitario público (salvo
vas (Gago, 1989; Moura Castro y Levy, 1998). escasas excepciones). Por otro se crearon a lo
largo de los años noventa más de 150 institucio-
Las decisiones tomadas nes públicas de educación superior tecnológica.
En este esfuerzo considerable, por cierto poco
Había que hacer algo. Y el único agente disponi- apreciado y a menudo desdeñado por la litera-
ble para iniciar estos cambios era el Estado. Para tura académica por no corresponder al formato
alivio de unos y escándalo de otros, recurrió a universitario, apareció un nuevo sector de institu-
una combinación heterodoxa de instrumentos ciones tecnológicas de dos años de estudios con
de mercado y de minuciosa ingeniería estatista. un esquema curricular y de gobierno diferente
En el sector de universidades públicas, se incre- al tradicional. La nueva oleada expansiva de los
mentó, mediante fondos competidos, la urgente institutos tecnológicos de cuatro años se alejó
inversión en infraestructura y servicios académi- del viejo modelo de gestión centralizada, colo-
cos básicos, devastados por los años de crisis. cando en manos de los gobiernos de los estados
Se desarrollaron programas de mejoramiento la facultad de co-financiarlos y coordinarlos. A
y evaluación de la calidad y los esquemas de partir de la administración de Vicente Fox, apare-
competitividad en la asignación de estímulos cen nuevas instituciones llamadas universidades
salariales a los académicos. Se promovió la di- politécnicas, que a diferencia de antaño son pla-
versificación de fuentes de ingreso y sometió la neadas e instaladas a petición de los gobiernos
asignación de subsidios a un control cada vez estatales con financiamiento compartido entre la
más minucioso. federación y los estados. Los impactos sociales y
La evaluación figuró desde el principio de la los problemas operativos de este nuevo universo
década de los noventa como un tema nodal, y institucional están por conocerse.
quizá por ser motivo de intensa oposición inicial Por su parte, el sector privado, el de mayor
por parte de las universidades públicas, su de- pujanza en este periodo (como en casi todos
sarrollo real fue desigual y un tanto accidentado. los países en desarrollo), recibió un trato gu-
A pesar de lo afirmado por Antonio Gago, al bernamental de laissez-faire por el Estado. Sólo
principio el énfasis se puso en la evaluación de a principios de la actual década se ha venido a
insumos y procesos, y puesto que esta manera colocar en la agenda la regulación del sector
de hacer las cosas demostró ser menos amena- privado; pero es un fenómeno reciente, ya que
zante de lo que temían algunas instituciones, la durante más de una década las instituciones
evaluación se fue legitimando progresivamente. privadas de educación superior, con toda su
Hay también actualmente una serie de controles consabida variedad de estilos y calidades, han
financieros sobre el gasto que las instituciones crecido a galope. Algunas, al no verse obliga-
deben de acatar. No obstante, el asunto clave –la das a satisfacer criterios mínimos de calidad, se
evaluación de resultados y sobre todo su articu- acomodan a una demanda estudiantil creciente,
lación con decisiones financieras– fue continua- producto del cambio demográfico y la expansión
mente aplazado. Un asunto de preocupación en del bachillerato. Otras, las universidades priva-
este sentido fue la evidencia creciente de que los das académicamente consolidas dan la batalla
criterios de asignación financiera seguían obede- también, extendiendo su alcance regional (e
ciendo, en su mayor parte, a criterios poco claros incluso continental, como el caso del Instituto

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la dialéctica de la esperanza y la desilusión en políticas de educación superior

Tecnológico y de Estudios Superiores de Mon- el énfasis creciente en la reforma de la gestión


terrey) y ofreciendo programas académicos en institucional, la planeación estratégica y la rendi-
ocasiones innovadores pero sobre todo status y ción de cuentas, las autoridades ejecutivas de las
capital social: egresar de una buena universidad instituciones cobran mayor relevancia frente a los
privada permite sobreponerse a las limitaciones cuerpos colegiados de las instituciones (López
de un mercado profesional estancado y cada vez Zárate, 2003). Los organismos de evaluación
más segmentado3 (De Garay, 2002; Bartolucci, y acreditación que hoy operan, generalmente
2002; Muñoz Izquierdo, 1996; López-Acevedo en forma independiente de las instituciones,
et al., 2000). Una parte de la creciente demanda constituyen un actor de creciente importancia
estudiantil ha buscado pero no ha encontrado al fortalecerse progresivamente la exigencia de
lugar en las instituciones públicas, y ha emigrado control de calidad y rendición de cuentas. Los
hacia las instituciones privadas de menor costo, medios masivos de comunicación han incre-
no obstante que carecen de información sobre mentado notablemente su presencia en el de-
el servicio ofrecido (Coronel, 2004; Peña, 2005). bate educativo, influyendo sobre la formación
Este mercado expansivo y no regulado es hoy de la agenda de políticas. En suma, el panorama
motivo de debate y crítica por parte de rectores actual es irreconocible para un observador que
de universidades públicas y privadas, que piden al se hubiese dormido en 1990 para despertar en
Estado una intervención reguladora. En efecto, 2005. Es relevante hacer notar que todo esto
un asunto clave que emerge actualmente es el ocurrió sin cambios en la legislación federal y,
de proporcionar información al cliente sobre salvo algunas excepciones importantes, sin que
calidades y precios en el mercado de educación fueran alteradas en lo sustancial las estructuras
superior que se ha vuelto diversificado y com- de gobierno de las IES públicas (Kent, 1998;
plejo. Ornelas, 1998).
A este reacomodo político e institucional
Un nuevo escenario: cambios en corresponde por supuesto un cambio cultural.
los campos político y cultural de la El clima social es actualmente muy distinto al
educación superior de fines de los años ochenta. Sobre todo hay
que resaltar el contraste entre el pesimismo
Así, el tablero de actores resultó marcadamente educativo de hoy y el optimismo reformador
transformado. La autoridad federal dejó de ser de antaño. Sin duda, los cambios en el entorno
el único actor gubernamental al incorporarse cultural constituyen una variable fundamental
cada vez más los gobiernos de los estados al en la explicación de las políticas educativas, al
financiamiento, la planeación y la evaluación de legitimarse unos valores e ideas, que desplazan
la educación superior. Desde principios de la a otros. Hoy en día no hablamos de transformar
década pasada, mediante la introducción de a la sociedad mediante una reforma universitaria
mecanismos como los estímulos al desempeño promovida por instituciones autónomas, críticas
académico y otros, fue desactivado el sindica- y combativas; hablamos de vencer las inercias
lismo universitario, actor que había jugado un universitarias para modernizar la economía,
papel fundamental en el periodo anterior. Con promover la transparencia y la cercanía con el

3
Hay evidencias de que los egresados de las universidades públicas se colocan en puestos de menor nivel e ingreso que
los egresados de las universidades privadas consolidadas; también se puede hipotetizar que la clave para obtener buen
empleo como profesionista es el prestigio de la universidad y las redes sociales del individuo, es decir el capital social en
términos de Pierre Bourdieu.

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mundo empresarial. En el curso de esta trans- Varias investigaciones recientes afirman que a
formación cultural, se produjo la desaparición de la sombra de los programas gubernamentales
unas figuras y la aparición de otras nuevas. En se observan cambios poco felices en el tejido
muchos casos se trata de un real desplazamiento académico de la docencia y la investigación (Are-
de unos agentes por otros distintos, pero tam- chavala y Solís, 2001; Acosta, 2002; Bartolucci,
bién los hay que supieron despojarse del viejo 2002; Chavoya, 2002; Kent et al., 2003), en los
discurso para adoptar el nuevo y así sobrevivir criterios que guían decisiones en materia de con-
a los cambios. En este desplazamiento, los pro- tratación y promoción de académicos (Comas,
fetas progresistas de la reforma universitaria 2003), y en las formas de asignación interna de
pasan a la sombra y vienen a ser sustituidos recursos. Otros autores señalan las disparidades
por los nuevos emprendedores de la moder- en las respuestas de distintas instituciones a los
nización educativa. Kerr (1986) nos dice: “La programas gubernamentales (Loría, 2003). Algu-
educación superior puede y debe ser mejor ges- nas universidades públicas han respondido con
tionada, planeada, organizada, evaluada; y esto agilidad; otras lo han hecho medianamente y no
para esto se requieren expertos en planeación pocas han respondido en lo mínimo. Es válido,
y administradores capaces, no líderes carismáti- asimismo, preguntarse si las instituciones que
cos ni intelectuales críticos. El estudiante es un respondieron positivamente se encuentran ya en
cliente y el profesor un empleado especializado sus límites de reforma dentro de sus esquemas
del que se pide productividad, no imaginación organizacionales actuales, y otras no tienen espe-
o criterio independiente”. Las demandas de la ranzas de empezar a responder. Y algunas de las
sociedad y la economía son ahora los principales respuestas institucionales más visibles podrían
referentes externos para el campo académico, ser catalogadas como reflejos condicionados
cuya identidad se ve desdibujada y subordinada de un modernismo irreflexivo, un modernismo
a un discurso economicista, producido por los chato que se limita a implantar en lo mínimo
campos político y económico. los requerimientos gubernamentales con el fin
de obtener recursos financieros adicionales. No
La dialéctica de la modernización es posible tampoco cerrar los ojos a la persis-
desilusionada tencia del síndrome de los enseñaderos, que ahora
se manifiesta claramente en la efervescencia del
Sin duda, era necesario ser más eficientes, me- posgrado, nuevo escenario de la “masificación”
jorar las relaciones con las empresas, evaluar y que se creía superada.
medir el mejoramiento de la calidad, en suma era Así, en el giro más reciente hacia la planeación
necesario cambiar el viejo modelo académico. estratégica se aprecia una cierta frustración con
Ahora bien, se impone la duda si la eferves- la primera generación de políticas de moderniza-
cencia modernizadora de los años noventa ha ción de la última década. Se han sucedido los
producido los efectos esperados por el relato programas de evaluación, de Mejoramiento del
optimista de los gurús del management, o si ha Profesorado (PROMEP), de fondos competidos
engendrado efectos no esperados y perversos. para mejorar las instalaciones y la infraestructura
Quiero sugerir que subyacente a este clima hay académica, de exámenes de ingreso y egreso, y de
un escepticismo hacia lo que se ha logrado. Ha acreditación. Es innegable que estos esfuerzos
ido emergiendo una opinión crítica acerca de los fueron necesarios y que han tenido el efecto de
resultados de los programas gubernamentales levantar el piso, así sea desigualmente, de la edu-
aplicados a las instituciones públicas y la aparen- cación superior pública. Sin embargo, se puede
te ausencia de políticas hacia el sector privado. decir que la apuesta por el efecto de la acumulación

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la dialéctica de la esperanza y la desilusión en políticas de educación superior

de insumos no ha producido los beneficios espe- las visiones a 2006 de la institución y las de
rados4. Había que dar otro paso. sus DES; mejorar y, en su caso, asegurar la
calidad de la oferta educativa y de la gestión;
cerrar brechas de calidad al interior de las
El giro hacia la planeación
DES y entre las DES y cumplir con las me-
estratégica tas-compromiso en los ámbitos institucional
y de las DES, en los tiempos previstos.
A partir de 2001 se introduce el Programa In- • La asignación de recursos extraordinarios
tegral de Fortalecimiento Institucional (PIFI) para el desarrollo del PIFI 3.0 tomará en
que integra en un solo proceso los diversos cuenta la evaluación del comité dictamina-
programas existentes y obliga a las universida- dor que para tal propósito se conforme y el
des públicas, con énfasis en sus facultades y de- esfuerzo de superación académica y de gestión
partamentos, a elaborar planes a mediano plazo que la institución esté dispuesta a realizar en el
con sus respectivos indicadores de desempeño. periodo 2003-2006 (ídem).
La documentación del PIFI 3.0 pone énfasis en
los siguientes aspectos (SESIC, 2003): La exigencia de una planeación cada vez más
minuciosa, ahora llevada a nivel de los depar-
• Las dos primeras etapas del PIFI constituyeron tamentos, escuelas y facultades, viene acompa-
la fase de transición entre los diferentes pro- ñada de la descripción de las características del
gramas de apoyo a las universidades públicas Paradigma de un Programa Educativo de Buena
que se crearon en la década de los noventa, y Calidad (ídem):
el PIFI 3.0 que busca consolidar la planeación
participativa e integral en sus tres niveles (ins- • Una amplia aceptación social por la sólida
titucional, DES y CAPE) poniendo énfasis en formación de sus egresados;
la planeación del desarrollo de las DES y sus • Atas tasas de titulación o graduación;
protagonistas principales, los cuerpos acadé- • Profesores competentes en la generación,
micos (CA), así como en el cumplimiento de aplicación y transmisión del conocimiento,
los compromisos adquiridos. organizados en cuerpos académicos;
• El PIFI 3.0 debe concentrar su atención en el • Un currículo actualizado y pertinente;
fortalecimiento académico de las DES [facul- • Procesos e instrumentos apropiados y confia-
tades y escuelas]. . .donde es necesario ahora bles para la evaluación de los aprendizajes;
concentrarse en un ejercicio de Planeación • Servicios oportunos para atención individual
Estratégica. y en grupo de los estudiantes;
• Para ello se deben repasar y actualizar, en su • Infraestructura moderna y suficiente para
caso, los objetivos generales y particulares, apoyar el trabajo académico de profesores y
sus estrategias y proyectos que permitirán a alumnos;
la institución y a sus DES alcanzar su visión • Sistemas eficientes de gestión y administra-
a 2006. Al mismo tiempo se analizarán los ción y;
indicadores de desempeño institucional y se • Un servicio social articulado con los objetivos
establecerán metas-compromiso del programa educativo.
• El PIFI actualizado (3.0) debe contener pro-
yectos cuidadosamente calendarizados cuyos En suma, se describe lo que dicta el sentido
objetivos y estrategias deben permitir: lograr común para un programa de enseñanza univer-

4
Agradezco al Mtro. Jaime Vázquez, Vicerrector de Docencia de la BUAP, su punto de vista al respecto.

70
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sitario, lo que elementalmente debería atender Las paradojas del control estatal en
una institución de educación superior. No parece tiempos de libre mercado
trivial que se dé por supuesto que una universi-
dad mexicana requiera auxilio del gobierno para ¿Cómo nos podemos explicar esta creciente
definir un programa educativo de buena calidad. presencia gubernamental en las instituciones
La precisión del discurso expresa la desazón con universitarias? ¿No es cuando menos paradójico
que se ha diagnosticado el limitado alcance de que esto suceda en una época que favorece las so-
las reformas intentadas en los años anteriores. luciones de mercado en vez del intervencionismo
Se atribuye el origen del déficit de calidad a una estatal? Para responder, es ilustrativo mirar hacia
gestión institucional defectuosa de variables la experiencia europea y lo que se ha llamado la
muy elementales del proceso académico. ¿Por “revolución de la nueva gerencia pública” (new
qué persisten tales defectos elementales a una public management) en la educación superior de
década de haberse lanzado la modernización de varios países del continente europeo.
la educación superior? La nueva gerencia pública (Merrien, 2000;
Ciertamente se podría argumentar que la Dima, 2001) apuesta en teoría por el “timoneo
introducción de la planeación estratégica obe- a distancia” de las instituciones, enfatizando la
deció a la necesidad de racionalizar e integrar planeación estratégica, la descentralización,
la profusión de programas federales que fueron la desregulación y la rendición de cuentas. Es
surgiendo en los años noventa. En efecto, bien una aparente retirada del modelo jerárquico de
podría ser el caso. la coordinación estatal y un movimiento hacia
Todo apunta a una más puntual y selectiva un modelo contractual. También implica el aban-
asignación de recursos en función de la calidad dono de las formas de gobierno democráticas o
demostrada al nivel de la dependencia académica colegiales, pues claramente se favorecen estruc-
(como el discurso modernizador designa a los turas gerenciales fuertes y eficaces. Así, de las ins-
departamentos y facultades). Se puede justificar tituciones universitarias se esperaría que asuman
esta vuelta de tuerca en términos del recono- la responsabilidad de su propio destino. Deben
cimiento de que las instituciones de educación por tanto formular sus propios planes estratégi-
superior son generalmente organizaciones de cos, y se les invita a demostrar el uso efectivo de
base pesada (Clark, 1990) donde la autoridad aca- los recursos y las evidencias de que sus objetivos
démica se encuentra instalada en el nivel de los se están alcanzando. El control de calidad y la
centros de trabajo disciplinarios y profesionales. rendición de cuentas forman, en consecuencia,
Así, se estaría impulsando un formato de planea- parte integral de la estrategia gerencial.
ción que respeta las características peculiares de Además, el modelo de la nueva gerencia
las instituciones académicas. pública implica un nuevo equilibrio entre los
No son argumentos menores. Pero quiero grupos de interés (stakeholders) implicados en la
insistir aquí en que otra faceta de la decisión operación de las universidades: los estudiantes,
de proceder hacia una ingeniería más precisa los académicos, las empresas, los grupos co-
residiría en una frustración creciente ante los munitarios, y las dependencias del gobierno.
pobres resultados obtenidos anteriormente con En este enfoque, los modos tradicionales de
programas de la modernización. Me permito mando jerárquico o de gobierno colegiado son
usar la canción de Silvio Rodríguez, “Sueño con hechos a un lado.
serpientes”, como metáfora de la dialéctica de la En concreto, según el paradigma contractual
modernización desilusionada: se buscó matar a entre gobiernos e instituciones de educación su-
la serpiente, pero inevitablemente aparecía una perior, aquellos definen los servicios a contratar,
mayor y tal vez más infernal. mientras que éstas se comprometen a generarlos

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la dialéctica de la esperanza y la desilusión en políticas de educación superior

de acuerdo con ciertas normas de cantidad y superior mexicanas es un giro al timoneo a dis-
calidad. A cambio de recibir fondos, la universi- tancia, la metodología contractual aquí descrita
dad define autónomamente su manera de operar; representaría la creación de pseudo-mercados en el
tiene la facultad de modificar su organización sector público de la educación superior. Sería la
interna y reglamentación. A la institución se le respuesta a una frustración creciente a lo largo
juzgará por sus resultados. de los años de la modernización con los diversos
Ahora bien, según algunos analistas (Merrien, experimentos realizados en materia de evalua-
2000), en la práctica este paradigma ha tenido ción, programas de estímulos, financiamiento
consecuencias importantes no previstas por la focalizado y reformas administrativas.
teoría. Como era previsible, se ve reforzada No obstante, hay diferencias importantes
la estructura ejecutiva de la universidad, en des- entre el caso mexicano y el europeo. La primera
medro de la toma de decisiones colegiada. Los diferencia radica en el monto de recursos que se
directivos universitarios y sus mandos interme- juegan en los contratos entre gobiernos e insti-
dios se ven sometidos a una fuerte presión para tuciones de educación superior. Si dicho monto
generar resultados y, en consecuencia, impulsan es una proporción significativa de los ingresos de
cambios internos acordes con los planes estra- una institución, el efecto será importante. Pero si,
tégicos produciendo información ad hoc para los como en el caso mexicano, asciende entre 5% y
evaluadores. Se reduce el margen de maniobra 7% de dichos ingresos, es poco lo que se puede
financiero, al incrementarse relativamente la pro- esperar de la planeación estratégica. La segunda
porción de financiamiento etiquetado para diferencia estriba en los ciclos de planeación.
programas específicos. En el caso mexicano son anuales, sometiendo a
Las universidades se esfuerzan por establecer las instituciones a un ritmo intenso y continuo
formas de cooperación con empresas, si bien el de preparación de documentos e indicadores
alcance real de este esfuerzo varía mucho entre en plazos cortos. Esta metodología tiende, en
instituciones y regiones. Aunque el discurso la práctica, a minar la fuerza de la planeación
reafirma una actitud distante por parte del Es- estratégica, creando una situación en la que los
tado, en algunos casos se produce al contrario costos podrían anular los magros beneficios ob-
un mayor control estatal sobre los procesos tenidos y los ciclos de maduración de cambios
universitarios. Esto viene a limitar la autonomía académicos vendrían a ser atropellados por la
sustantiva y procedimental 5 de las universidades, o necesidad gubernamental de mostrar resultados
más precisamente los márgenes dentro de los en plazos cortos.
cuales puede ser ejercida la autonomía. Es necesario señalar también que, a contrape-
No deja de ser reveladora la cercanía de esta lo de la intención del PNE 2001-2006 de impul-
descripción de los efectos de la nueva gerencia sar la innovación y la flexibilidad, en el esquema
pública en algunas universidades europeas con del PIFI permanece incuestionada la estructura
la experiencia mexicana relatada anteriormente. académica tradicional de disciplinas y profesio-
En efecto, desde la óptica de tal propuesta de nes. Incluso se ve reforzada por la operación
gerencia, no existe la paradoja señalada en la del PIFI, de los Comités Interinstitucionales de
pregunta inicial de esta sección. Si lo que se Evaluación de la Educación Superior (CIEES) y
está produciendo en las políticas de educación de las diversas formas de acreditación y certifica-

5
En la literatura sobre educación superior se distingue entre la autonomía sustantiva, consistente en decidir sobre contenidos
y programas académicos, y la autonomía para efectuar procedimientos comunes de la gestión universitaria (en lo laboral,
administrativo, financiero, etcétera). Dicho esto, se reconoce que no hay una frontera nítida entre ambas.

72
Rollin kent serna

ción de programas que están en marcha6. Habría pactos habían emergido al calor de la expansión
que preguntar si la apuesta por la evaluación, no regulada de los años setenta y posteriormente
la certificación y la acreditación –ingredientes habían mostrado su inoperancia para todo fin
claves del proceso PIFI– no solamente vendrían educativo en el curso de la crisis financiera de
a desinflar la búsqueda de la innovación sino a los años ochenta. Para caminar en esta dirección
robustecer los moldes académicos tradicionales había que modificar las reglas del financiamien-
en el sistema de educación superior. ¿Estaría la to, particularmente la relativa a la asignación de
planeación estratégica en vías de reforzar las plazas y los apoyos financieros para mejorar in-
expectativas y “misiones” tradicionales que se fraestructura y equipo. Se introdujo la evaluación,
plantean los directivos académicos? y puesto que se hizo a contrapelo de la opinión
de la mayoría de los actores institucionales, ésta
El nuevo desarrollismo y su tuvo en este primer periodo un carácter benevo-
impotencia lente. Al mismo tiempo, se mantuvo la postura
de laissez-faire hacia el cada vez más dinámico
La modernización ya no es novedosa ni recien- sector privado.
te pues ha acumulado una historia de 15 años, Segundo periodo (1994-2000). Al constatar que las
y en dicho periodo se ha transformado el rol respuestas institucionales dejaban algo que desear,
del estado. Generalmente se afirma que en la se avanzó la tuerca regulatoria con la política
actualidad el Estado mexicano ha adoptado ple- de mejoramiento del personal académico. Se
namente una política neoliberal. Pero en materia entendía como una inversión estratégica que
de políticas de educación superior, esta etiqueta produciría cambios en la organización y gestión
es sólo parcialmente acertada, pues como hemos académica de las universidades. Al mismo tiem-
señalado la creciente regulación parece ser la tónica po se profundizó la diversificación de la oferta
de la relación entre el Estado y las institucio- pública, al extenderse la red de universidades
nes públicas de educación superior en México. tecnológicas e institutos tecnológicos, nuevos
¿Cómo conciliar estas dos percepciones? La in- formatos no-universitarios que por añadidura
terpretación que propongo es la del surgimiento serían financiados y gestionados por las entida-
de un nuevo estado desarrollista que se ha empeñado des federativas, dando así un impulso a la descen-
en un programa continuo de reformas sociales tralización. Se mantuvieron y se diversificaron
e institucionales para adaptar a la sociedad y la los fondos competidos. Ante los pocos resulta-
economía mexicanas al blanco móvil de la glo- dos logrados con la evaluación benevolente, se
balización. Se pueden discernir varias fases en buscó robustecerla introduciendo el tema de la
este proceso desde 1989 a la actualidad: acreditación (que agregaba el componente de
la rendición de cuentas).
Primer periodo (1989-1994). Siguiendo el diag- Tercer periodo (2000-2005). El desencanto
nóstico inicial de la crisis universitaria, la nueva por los resultados en materia de mejoramiento
política de modernización adoptó como punto de la calidad y por la lentitud en los cambios
de partida la necesidad de desmantelar las redes institucionales condujo a un nuevo intento por
políticas que tenían trabadas a las universida- regular más de cerca a las universidades públi-
des públicas en pactos de inmovilidad. Dichos cas, la planeación estratégica. Esta fórmula de

6
Por cierto, se da por supuesto que un programa certificado por un organismo profesional o bien evaluado por los CIEES
cumple con los requisitos elementales de un buen programa. Es ingenuo este supuesto, pues no pone en duda la calidad
(confiabilidad y validez) de los mecanismos y organismos de evaluación de la calidad. Ver el documento de CHEA (2003).

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la dialéctica de la esperanza y la desilusión en políticas de educación superior

gestión de hecho forma parte de un paradigma operación aceptable. Pero ha sido muy difícil
más general en política educativa en México, dar el siguiente paso, delineado en los objetivos
pues simultáneamente se introdujo en la edu- del PNE 2001-2006. Aquí reside justamente la
cación básica mediante el Programa de Escuelas de explicación de una siempre mayor búsqueda de
Calidad. Se mantuvo y de hecho se profundizó mecanismos de control, que no hacen más que
la política de diversificación institucional, ahora insistir en una lógica que fortalece las instancias
con la creación de las universidades politécni- de planeación y evaluación sin necesariamente
cas, poniendo así la mesa para el surgimiento incidir para bien en el funcionamiento educativo
de sistemas estatales de educación superior en de las instituciones.
las entidades federativas. En este periodo se
formaliza la operación de la acreditación, en la Las dos lógicas dominantes del
que colaboran organismos públicos y privados, sistema y las subordinadas (y su
atravesándose así una frontera que hasta enton- agotamiento)
ces mantenía separados a los sectores. Sin duda
todo ello indica la creación de una política más Hay una explicación adicional de este síndrome:
sistémica para la educación superior. Al mismo la persistencia, o recomposición, de las redes
tiempo, se dan muestras de ejercer con mayor políticas que históricamente han enhebrado el
vigor los instrumentos legales disponibles para tejido de las instituciones públicas de educación
controlar la incontenible expansión de institucio- superior. Es de recordarse que una función, no
nes privadas, mediante una mayor coordinación explícita pero evidente, del primer impulso de la
entre federación y gobiernos estatales para el modernización consistió en fragmentar política-
otorgamiento de las Revalidaciones de Valor mente la base del sindicalismo, los movimientos
Oficial de Estudios y la cancelación de permisos estudiantiles y los partidos de oposición. Para
para algunas instituciones. Si estas medidas no poner en marcha la modernización, fue necesario
dejan satisfechos a los que quisieran un mayor disolver los viejos clientelismos locales, y poner
control de calidad en el sector privado, no dejan orden en la administración financiera, limitan-
de representar el final de la actitud tolerante de do el margen de autonomía financiera de los
años anteriores y de anunciar una postura más rectores, obligándolos a competir por fondos, e
abiertamente regulatoria por parte del gobierno intentando fortalecer el status de los académicos.
federal (y algunos estatales). La evaluación fue resistida al principio por su
Ahora bien, a lo largo de esta procesión hacia evidente intención de romper el aislamiento de
un desarrollismo más intervencionista persisten los grupos corporativos y llamarlos a cuentas.
los bajos índices de desempeño del sistema de Pero progresivamente fue aceptada en la medida
educación superior, su pobre vocación por en que pudo ser emasculada, pasando a ser uno
la innovación, la rigidez de sus estructuras, la de tantos ritos de observación obligada por la
repetición del viejo síndrome de expansión sin modernización7.
calidad ahora en el posgrado, y la subsistencia En gran medida los objetivos políticos de
de zonas oscuras en el universo institucional. Sin la modernización fueron logrados. En varias
duda se ha cumplido, así sea moderadamente, universidades públicas se produjeron cambios
el primer gran objetivo de la modernización: importantes en su estructura. En otras los
colocar a la educación superior en un plano de cambios han sido menos espectaculares. Pero

7
Ahora que el PIFI cierra el círculo de la evaluación y la planeación, está por verse si se modifica esta dinámica.

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en términos generales, se han visto fortalecidos dernización buscó erradicar? Un rector es un


los rectores en tanto que figuras ejecutivas frente ser político, pues para llegar al puesto tiene
a las coaliciones de antaño (como corresponde a que navegar exitosamente las aguas procelosas
una organización que se quiere eficiente). Los de la política universitaria8. En segundo lugar,
cuerpos colegiados han pasado a un segundo cambiaron poco las formas de gobierno en las
plano de importancia. Los sindicatos pesan re- universidades públicas, es decir se mantiene en
lativamente poco, y los movimientos estudian- pie la estructura de decisiones que prevalecía
tiles han pasado a mejor vida. Las entidades de antes de la modernización. En los casos en que
planeación han cobrado vigor, generándose efectivamente se han reformado estas estructu-
toda una capa de tecnócratas dedicados a pla- ras, el ejercicio real del poder universitario tiende
near y evaluar la actividad académica (de la que a sacrificar los valores del mérito académico en
se mantienen siempre separados) y a cumplir aras de la conveniencia política. En tercer lugar,
una función indispensable para participar en el las universidades estatales tienen lazos fuertes
juego de los fondos competidos: producir datos con los gobiernos de sus entidades, que las fi-
e indicadores y llenar los cada vez más numero- nancian en diversa medida y con los cuales ellas
sos formatos. Los expertos, algunos altamente tienden puentes para el intercambio de personal
calificados, acaban por expropiar el discurso de e influencia.
la calidad académica, representándolo en tanto Podemos entonces preguntar: ¿en qué aspec-
que interlocutores principales de los funcionarios tos la modernización ha sido funcional para el
gubernamentales. El sujeto de este discurso es re-florecimiento del campo político? ¿En qué di-
el tecnócrata; el académico y el estudiante son mensiones ha habido una afinidad electiva (Weber)
sus objetos. entre ambos? Permanecen vivas y en tensión dos
Pero no por ello se acabó con la naturaleza lógicas: la lógica tecnocrática de la moderniza-
política de esos organismos llamados universi- ción y la lógica de la realpolitik universitaria. No
dades públicas. El sistema político no ha dejado son ajenas una a otra. Precisamente lo que explica
de percibirlas como corporaciones políticas: les los sucesivos ciclos de intensificación regulatoria
teme, los busca en campaña, los evita en casos es el reconocimiento sobrentendido de que el
de conflicto, los utiliza cuando es conveniente. interlocutor real de la lógica modernizadora no
Y los actores universitarios responden por igual. son cuerpos académicos sino las corporaciones
En efecto, se produjo una recomposición de las políticas que gobiernan a las universidades, las
antiguas redes políticas: los actores de la polí- cuales no entienden razones académicas y a
tica universitaria han aprendido el lenguaje de las que es necesario tratar con controles cada
la modernización, y saben ahora moverse con vez más precisos. La espiral regulatoria tiene
las reglas del juego tecnocrático. Pero lo hacen su origen en la desconfianza hacia las fuerzas
persiguiendo sus finalidades políticas, no las de vivas de las universidades. Seguramente es una
la modernización. Los más exitosos han sabido desconfianza con bases.
poner al servicio de sus carreras políticas el dis- En cuanto a la excelencia, es decir la investiga-
curso y las herramientas de la modernización. ción científica, se encuentra instituida en nichos
¿A qué responde esta dinámica de recom- más o menos protegidos, según la fuerza de los
posición de un fenómeno que la primera mo- grupos científicos y los apoyos brindados desde

8
Cuando Woodrow Wilson terminó su mandato en la presidencia de los EU, un periodista le preguntó si añoraba regresar
a la tranquilidad del campus de la Universidad de Princeton, de la que había sido presidente. Wilson respondió que de
ninguna manera, pues la política nacional era un juego de niños comparada con la sangrienta política universitaria.

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la dialéctica de la esperanza y la desilusión en políticas de educación superior

afuera por el Sistema Nacional de Investigadores, académica. Por otro lado, son varias las univer-
PROMEP y CONACyT9. Es de destacar que a lo sidades que carecen hoy de un reglamento para
largo de dos décadas –si aceptamos como primer el ingreso y la promoción de académicos que
hito de la modernización la creación del Sistema sea meritocrático y que realmente opere. En la
Nacional de Investigadores en 1984– el poder de práctica, la profesión académica de numerosas
los científicos se ha sabido implantar, y cuenta con universidades está regulada por el clientelismo.
mecanismos propios de defensa y movilización. Al lado de los profesores que gracias al PRO-
No obstante, la investigación científica no deja MEP cuentan ahora con el doctorado pululan
de subsistir en los márgenes de la dinámica los profesores que se han incorporado bajo
institucional de la mayoría de las universidades. otras reglas. La promoción favorece a los que
La política científica ha logrado defender a las están bien posicionados políticamente, no a los
comunidades de investigadores pero éstas no han que han acumulado credenciales académicas.
extendido su influencia al tejido universitario en Estas son las reglas del juego reales, las que
su conjunto. Ha sido una exitosa política de nichos imprimen su sello a los climas institucionales,
de excelencia. tan importantes para el mejoramiento de la
La dialéctica entre la esperanza y la desilusión calidad educativa. La brecha entre la legalidad y
lo es también entre el frenesí tecnocrático y la la práctica, tan entrañablemente arraigada en la
persistencia de las redes políticas y corporati- cultura política mexicana (Reyes Heroles, 2004)
vas que se recomponen dúctilmente ante las es un feroz disolvente del tejido académico. Se
demandas de la modernización. La tensión ha mantenido, ha seguido su marcha, a la sombra
entre las dos lógicas es constitutiva del campo de la planeación estratégica, la evaluación y el
universitario mexicano en la actualidad: se esti- financiamiento condicionado.
ran o se encogen, se desplazan en un sentido o La lógica dominante es la que nutre en su
en otro, renegocian sus marcos de acción. Pero seno a los liderazgos institucionales, mecanismo
al amparo de esta dialéctica no se conseguirá medular de reproducción institucional. Los lide-
dar nuevo impulso a las universidades, porque razgos –su calidad y su orientación– son tanto
la modernización no alcanzó a instalar un poder productos de la dinámica institucional como los
académico de nuevo tipo que idealmente llegase a más importantes indicadores del rumbo que ella
imponer sus valores a las dos lógicas dominan- ha seguido en la práctica. Los liderazgos son el
tes. La meritocracia no ha acabado de asentarse escaparate y el espejo de las instituciones. Así
como mecanismo regulador interno, salvo en los como algunos juegan el rol de aparatchiks de la
márgenes de la operación de las universidades. modernización, otros siguen el guión del cacique
Un ejemplo puede ilustrar la paradoja. Por un experto en control político. Por supuesto, tam-
lado, el gobierno federal se preocupa por for- bién puede haber liderazgos innovadores que
mar nuevas generaciones de profesores con altos promueven son factores decisivos de cambio en
grados académicos (PROMEP) y llega incluso los departamentos, escuelas y facultades. ¿Pre-
al extremo de crear la ficción burocrática de los dominan éstos últimos? Si se pudiera responder
cuerpos académicos, sustituyendo así una función afirmativamente, se podría hablar de un éxito
que naturalmente correspondería a la base importante de la modernización.

9
En una investigación sobre los efectos de las políticas de ciencia en ciertos ámbitos académicos, encontramos que en
algunas universidades públicas los investigadores científicos percibían a dichos organismos y programas como la palanca
que les permitía abrir espacios o incluso subsistir en un medio institucional poco interesado en la investigación científica.
Ver Kent et. al, 2003.

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Hay, por supuesto, otra lógica que no se ha ñanza y el aprendizaje no se puede esquivar el
mencionado aquí, la de la enseñanza y el apren- abordaje crítico de las formas de organización
dizaje. Esta lógica es de hecho invisible para las y gobierno en las universidades, esa marmita
políticas de modernización. La actividad propia donde se cuecen los valores, los climas éticos
y específicamente educativa se ha licuado en y las prácticas que constituyen a la docencia
una profusión de programas de financiamiento, como hecho social. Aquí se recompone ese teji-
evaluación, y planeación que tocan de soslayo la do relativamente intocado por la modernización
enseñanza pero no de frente. Esto se ha dicho pero claramente gestionado a sus anchas por la
muchas veces: la política hacia los académicos otra lógica dominante, la del clientelismo y la
ha sido muy selectiva, centrándose en los que conveniencia política.
producen conocimiento y dejando en manos Este modo de producción estaría llegando a su
de las coaliciones locales a los que la transmi- punto de agotamiento. En sus contradicciones
ten. La modernización simplemente no se ha reside el por qué del incumplimiento de los
ocupado de manera sustancial de la actividad objetivos de la modernización. Necesitamos
principal de las instituciones de educación su- pensar en un nuevo ciclo de políticas y un nue-
perior, la docencia. Nuevamente, para debatir vo paradigma de relaciones entre el Estado y la
seriamente sobre el mejoramiento de la ense- educación superior.

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