Las familias se consideran como la estructura fundamental de la sociabilidad
humana. Son constituidas por hombres y mujeres. Las familias son una realidad dinámica, en proceso, que se transforman en el transcurso de las vidas de las personas, a través de las diferentes etapas del ciclo de vida, a través de la historia, según los contextos culturales, siendo afectadas por los cambios sociales, políticos, religiosos, económicos y culturales de las sociedades. Lo que caracteriza a las familias es que están fundadas sobre relaciones de alianza, de afinidad y por lazos de consanguinidad. Estas relaciones constituyen sistemas de parentesco los que son construidos culturalmente, ahora bien, un hogar se refiere a corresidencia o cohabitación de un grupo de personas. La “unidad familiar” se refiere a una organización social, un microcosmos de relaciones de producción, de reproducción y de distribución, que cuenta con una estructura de poder interna. Esta pequeña organización está integrada por personas de diferente sexo y edad, cuyo propósito es la convivencia prolongada. A pesar de que las familias contienen un espacio de refugio también puede ser de riesgo. Reproducen jerarquías y privilegios, tanto de género como otros tipos de diferencias sociales, y juegan un papel fundamental en la subordinación de las mujeres. Generalmente se da una subordinación de la mujer a los deseos y necesidades del cónyuge y los hijos, así como la subordinación de los/as hijos/as al padre, las familias forman parte de las relaciones de poder, autoridad y control. La sociedad otorga el papel de crianza de los hijos y de mantener la familia unida. Las familias son espacios primarios y primordiales en la construcción y organización de los géneros y las relaciones de género, a pesar de que existen más espacios donde hombres y mujeres aprenden cómo comportarse, esta es la pauta inicial ya que estructura la forma de ser, hacer y pensar de varones y mujeres. También es en las familias donde se distribuyen recursos, tareas y actividades para el desarrollo de trabajos reproductivos y productivos, favoreciendo en la familia la desigualdad de género ya que aquí se articula lo doméstico y lo productivo con criterios de género. Los significados y las vivencias de qué es una familia son diferentes para cada uno de los miembros del hogar, según edad, género y posición al interior del hogar, es diferente para el padre, la madre y los hijos, dependiendo si son varones o mujeres. El modelo de familia predominante o hegemónico en las sociedades latinoamericanas es la familia nuclear monógama heterosexual, compuesta por un hombre, su mujer y sus hijos. El varón tiene el papel de proveedor, la mujer de reproductora o dedicada a las tareas domésticas y de crianza, este modelo también se vincula a la familia patriarcal tradicional. La familia nuclear como tipo ideal representa un modelo optimista de familia, que trabaja bajo el supuesto que existe un conjunto de necesidades universales que son o deben ser cumplidas por la familia, sin reconocer necesidades e intereses diferentes para cada uno de sus miembros. Como se ha mencionado anteriormente, las familias van cambiando y entre los cambios significativos en las familias y los hogares puede señalarse la reducción de su tamaño, las formas de constitución, su estructura y también su dinámica interna. Aparecen otros tipos de hogares como son las parejas sin hijos, hogares sin núcleo conyugal, el aumento de los hogares monoparentales, los de jefatura femenina, entre otros. A su vez, los cambios experimentales en la vida de las mujeres han afectado a la dinámica familiar y cuestionan los papeles tradicionales que anteriormente se habían asignado. Uno de los cambios más relevantes es que la mujer ha entrado en el ámbito laboral. A pesar de la diversidad en las familias, se han mantenido las relaciones de genero inequitativas. Las transformaciones no necesariamente se han orientado hacia la mayor igualdad y equidad entre los géneros, aunque en algunos aspectos hay avances importantes. Actualmente se la llegado a una comprensión distinta de las familias, como un espacio de derechos de modo que, las familias son un cuerpo intermedio entre la persona y la sociedad y por ello deviene en objeto de preocupación y de políticas públicas. El Estado ha sido un actor fundamental en la relación con las familias. Éstas han sido apoyadas por los Estados en la consecución del bienestar y el desarrollo de sus miembros a través de diversos mecanismos, políticas y servicios, como por ejemplo en la violencia intrafamiliar. Existen 3 a tres estereotipos de lo que son las familias: • Las familias son familias nucleares • Las familias se componen de un hombre proveedor y una mujer dueña de casa. • Las familias distribuyen sus recursos de manera equitativa entre sus miembros y no tienen conflictos internos. El problema es que estos modelos ideales no tienen una correspondencia con la realidad de la mayoría de las familias, además que promueven y mantienen inequidades de género.