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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO PUNO


FACULTAD DE ENFERMERIA
ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA
MUJER EN TIEMPOS MODERNOS LA CIUDAD DE PUNO

CURSO: Realidad Nacional y Politicas Publicas

DOCENTE:
M.Sc. : LEÓN ISAAC QUISPE HUARANCA
DISCENTES:
CONDORI MAMANI CONCEPCION EMILY

CHAMBI FLORES ALICIA

FLORES CALLIZANA ANGYE ELIZABETH

LUQUE CALCINA MARIA PIEDAD

SEMESTRE: V GRUPO: B

PUNO-PERU

LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN TIEMPOS


MODERNOS LA CIUDAD DE PUNO
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

INTRODUCCIÓN

Las mujeres constituyen la mitad de la població n mundial. Histó ricamente han estado
confinadas al mundo privado y su aporte al desarrollo de la sociedad ha sido
visibilizado a través de la naturalizació n del trabajo de reproducció n bioló gica y social.
Desvalorizadas y subordinadas al poder masculino han vivido discriminadas y
desprovistas de derechos. Durante el siglo XX las mujeres se han ido incorporando
masivamente al mundo pú blico insertá ndose aceleradamente en el trabajo productivo
y en la acció n comunitaria y social y, má s lentamente, en el á mbito político. A pesar de
ello, la situació n de discriminació n y subordinació n en que viven persiste y se
reproduce constituyendo un freno al desarrollo individual y de la sociedad en su
conjunto.
Las formas histó ricas en que se vive la ciudadanía son distintas y diferenciadas para
hombres y para mujeres y los derechos aunque aparentemente iguales no valen lo
mismo. Las razones para sostener tal afirmació n son de cará cter socio genérico, es
decir, que se refieren directamente a las formas de construcció n social de las
identidades masculina y femenina fundadas en condiciones de discriminació n,
desigualdad y exclusió n hacia las mujeres.

La instauració n de la democracia tras avasallantes dictaduras ha permitido en


América Latina el fortalecimiento de la ciudadanía puesta de manifiesto,
principalmente, a través de la participació n social y política de las personas en el
compromiso colectivo por el bienestar comú n y la lucha constante por proteger los
derechos reconocidos en las cartas magnas.

En el caso específico de las mujeres, los procesos de redemocratizació n han permitido


cristalizar la importancia del rol femenino má s allá de la reproducció n y se ha logrado
que poco a poco las instancias pú blicas abran paso a su incorporació n y participació n
como ciudadanas de hecho. Sin embargo, la ciudadanía plena es un reto presente para
las mujeres que, a pesar de los logros conseguidos, no se consolida con garantías que
la respalden e igualdad de oportunidades que las ubiquen como coprotagonistas en el
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escenario político contribuyendo de este modo al fortalecimiento de la sociedad civil


y, como señ ala Judith Astelarra, a la ampliació n de la democracia (2002:9).

En el Perú la participació n de la mujer en la política peruana se desarrolla en un


campo donde todavía existen y son numerosas, y demasiado arraigadas, las barreras
que obstaculizan el empoderamiento de las mujeres y su participació n en los espacios
de poder. No se trata só lo de “querer estar” sino de “poder estar” presentes en la toma
de decisiones que afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres.

Cuando nos referimos a la participació n política de las mujeres surgen dos preguntas
recurrentes: qué cambios implica en el modo de hacer política y qué impacto tiene en
la vida de las otras mujeres.
En tiempos en que el mercado se impone sobre la ciudadanía impulsar la participació n
de las mujeres en los espacios de decisió n formales es fundamental, pero mujeres
comprometidas con la democracia y con la tarea de transformar la situació n femenina
en nuestras sociedades.
Son importantes los mecanismos existentes para promover esta participació n, pero
ello no garantiza el compromiso de género ni la vocació n democrá tica de las mujeres
que optan por la política.
La participació n política de las mujeres es esencial para la construcció n de la
democracia de nuestro país, pero debe ser una participació n autó noma, eficiente y
comprometida, que permita a las mujeres desarrollar todas sus capacidades.
Precisamente esta trabajo apunta a propiciar una espacio de reflexió n y de debate
sobre este tema y animar a las mujeres que tengan vocació n para actuar en política a
que lo hagan, pero marcando la diferencia frente al modo lamentable en que opera
hoy el ejercicio del cargo político en nuestro país, salvo excepciones.
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I.- REFERENCIA HISTÓRICA

1.1.- UNA VISIÓN INTERNACIONAL

La participació n de la mujer en la política es relativamente reciente en la historia


moderna. Son contadas las mujeres que han podido ocuparlos cargos má s altos del
Poder político, Cuando se habla de este tema generalmente se piensa que la
participació n de la mujer en la política es mayor en los países desarrollados, pero no
es así, esto no depende de la riqueza o la pobreza. Las mujeres constituyen má s de la
mitad dela població n en todos los países y, sin embargo, continú an ocupando una
minoría en los altos cargos del Poder Ejecutivo de los respectivos gobiernos y en
aquellos sujetos a elecció n popular.

Las mujeres constituyen la mitad de la població n mundial. Histó ricamente han estado
confinadas al mundo privado, y su aporte al desarrollo de la sociedad ha sido
visibilizado a través de la naturalizació n del trabajo de reproducció n bioló gica y social.
Desvalorizadas y subordinadas al poder masculino, han vivido discriminadas y
desprovistas de derechos. Durante el siglo XX, las mujeres se fueron incorporando
masivamente al mundo pú blico, insertá ndose aceleradamente en el trabajo
productivo y la acció n comunitaria y social y, má s lentamente, en el á mbito político.

1.2.- EN AMERICA LATINA

América Latina ha estado en la vanguardia de la promoció n de cambios normativos


institucionales para enfrentar la posició n de las mujeres en la esfera política. Uno de
los mecanismos má s utilizados en este sentido ha sido las cuotas electorales de
género, ya sea por un partido político o por un Estado. La adopció n de estas medidas
ha generado profundos debates políticos y normativos a lo largo de América Latina, ya
que los supuestos y principios que han sustentado la defensa de dichas medidas
interpelan conceptos fundamentales para la convivencia de la comunicad política,
tales como el sentido de la democracia, de la representació n, el principio de igualdad y
el rol del Estado para modificar condiciones de desigualdad que cruzan cada una de
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nuestras sociedades. Estos debates pú blicos no han estado acompañ ados de


conocimiento equivalentes que permitan entender la causas por las cuales no existe
una participació n igualitaria de género. De igual manera se da en el Perú En las
condiciones actuales, en donde recién se inicia con la equidad de género en algunos
sectores y en otros lugares en donde persisten profundas desigualdades entre
mujeres y hombres, en donde la discriminació n hacia la mujer está presente en las
actividades cotidianas, hace falta, hoy má s que nunca, de nuestro trabajo organizado y
honesto, de nuestra perseverancia y convicció n democrá tica.

Nina Pacari (2001) sostiene que En Latinoamérica la participació n política de las


mujeres indígenas es reciente. Si bien existen casos que evidencian el importante
avance cuantitativo y cualitativo de las mujeres en general, no es menos cierto que, en
lo que atañ e a la mujer indígena, este avance es aú n incipiente. En Ecuador en
particular y América Latina en general, la historia de encuentros y desencuentros que
han tenido los pueblos indígenas con el sistema político ha causado, entre otras, una
fuerte discriminació n y exclusió n de las mujeres indígenas. Gallardo Paz, Eliana
(2006) quien nos decía que A partir de la década de los añ os noventa, una de las
principales conquistas de los movimientos y organizaciones de mujeres en
Latinoamérica fue lograr que tanto los organismos internacionales como las
representaciones nacionales y locales, incluyeran en sus agendas el tema de equidad
en los espacios de representació n y decisió n, tarea que demandó la puesta en marcha
de estrategias diversas de, con y entre los partidos políticos, las organizaciones de
base, los organismos no gubernamentales, el empresariado y las comunidades
histó ricamente marginadas, como los grupos étnicos. “El interés de las mujeres por
participar en el quehacer político data de mucho tiempo atrá s. Sin embargo, a partir
de la década del setenta, los movimientos de mujeres desarrollaron esfuerzos para
sistematizar y cuantificar la presencia femenina en espacios de elecció n popular. Una
década después, ya con experiencia acumulada, se dio un giro significativo en la
orientació n del conocimiento y de la informació n, para centrarse en el estudio de los
géneros y sus relaciones – intragenéricas, revalorizando los intereses y necesidades
de las mujeres a partir de las transformaciones en el sistema político de los países
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latinoamericanos” .Segú n Nina Pacari investigadora del instituto para la democracia y


asistencia electoral (2006) “En Latinoamérica la participació n política de las mujeres
indígenas es reciente. Si bien existen casos que evidencian el importante avance
cuantitativo y cualitativo de las mujeres en general, sin embargo es un avance
incipiente para las mujeres indígenas. En América Latina en general y en Ecuador en
particular, la historia de encuentros y desencuentros que han tenido los pueblos
indígenas con el sistema político ha causado una fuerte discriminació n y exclusió n de
las mujeres indígenas “En general, las experiencias de participació n de los pueblos
indígenas en política son recientes y mú ltiples. Unas son positivas y otras no. En todo
caso, estas experiencias han ido posibilitando cada vez má s la construcció n de nuevas
perspectivas que promuevan cambios en la regió n y en las sociedades en su conjunto,
para que la mujer indígena juegue un rol cada vez má s destacado en ellas. Así mismo
Fassler, Clara. (Enero 2007).

Massolo, Alejandra (2007) nos dice que. Durante las ú ltimas tres décadas, en América
Latina y el Caribe se ha instaurado o reinstaurado la democracia y así se han obtenido
logros significativos relacionados con la política y la legislació n con la política y
legislació n de los derechos de la mujer, la discriminació n, violencia familiar, derechos
reproductivos y acciones afirmativas. En la medida en que las mujeres lleguen a
constituir una “masa crítica” el poder ejecutivo, legislativo y municipal, podrá n tener
mayor capacidad para influir en los debates y en la agenda política de sus países,

Una de las marcas má s distintivas de América Latina en las décadas que enlazan el
siglo XX con el XXI, es la creciente presencia de las mujeres como actoras colectivas – e
individuales – de los escenarios pú blicos y políticos, para contribuir en la construcció n
de una cultura latinoamericana de derechos. Sin embargo, es necesario reconocer las
diferentes prá cticas que contiene el movimiento social de mujeres latinoamericanas
de manera de evitar, caer en una simplificació n empírica y un reduccionismo político,
que llevan a enfocar la atenció n en las prá cticas má s visibles de la protesta, tales como
la confrontació n con el Estado, o a sobredimensionar el impacto en las políticas del
Estado, y dejar de lado o en el anonimato prá cticas menos visibles que se dan a nivel
de la vida cotidiana. Tanto la discriminació n, descalificació n, agresiones verbales y
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físicas, así como el acoso político, son problemas que afectan e inhiben el derecho a la
participació n y el desempeñ o eficaz de las mujeres en los cargos de elecció n
municipal, en prá cticamente todos los países latinoamericanos reportados en
testimonios, noticias periodísticas, denuncias y comentarios, pero aú n no se han
colocado como problemas prioritarios de investigació n en la agenda de los estudios de
género, ni en la agenda de los estudios municipales.

1.3.- PERU

En la época del gobierno de Fujimori, se dio una gran persecució n a las lideresas de
diferentes organizaciones. Desde entonces no les quedó otra alternativa que volver a
trabajar desde sus bases, para no perder de vista las estrategias que les ha permitido
avanzar a las mujeres peruanas. Este es el punto de vista de Melania, mujer indígena,
quien inició sus actividades como lideresa de una federació n provincial de mujeres, y
que luego pasó a ser Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres del Perú .
Desde estos espacios que se trabajaron propuestas y se fortaleció el tejido social. Esta
situació n fue observada por el gobierno de Fujimori, el cual adoptó medidas para no
permitir el desarrollo de las organizaciones, pues advirtió como un peligro el hecho de
que organizaciones autó nomas se vayan consolidando. Las lideresas fueron
perseguidas. Algunas murieron en el proceso organizativo. Esto obligó a replegarse al
movimiento de mujeres y volver a sus roles productivos y reproductivos en el campo.

Solas, sin ningú n tipo de apoyo, pero con toda decisió n, se pusieron a trabajar por la
defensa de sus derechos, como la participació n de las mujeres de los Andes. Siempre
lo han hecho así, de la misma manera como crían los animales o siembran quinua o
mashua.

Para enfrentar la grave crisis decidieron conformar clubes de madres, cuya misió n era
trabajar solidariamente en beneficio de la comunidad, en la bú squeda de los servicios
má s elementales para vivir: la salud, la alimentació n, el agua. De esta manera
reactivaron su participació n en la comunidad para plantear alternativas que permitan
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mejorar sus condiciones de vida. Para consolidar su presencia política, decidieron


apoyar y trabajar por la Ley de Cuotas, a fin de potenciar la participació n de las
mujeres en la política. Iniciaron con el 25 por ciento de participació n de las mujeres,
de manera obligatoria, en las listas de los partidos políticos. Sin embargo,
lamentablemente, ya en la prá ctica electoral los hombres siempre van primeros, y las
mujeres, con su 25 por ciento, son consideradas aú n como relleno de las listas de
candidatos.

Actualmente, para las elecciones seccionales del 18 de noviembre, nos corresponde el


30 por ciento’, dice Melania, quien explica también que en el Perú la participació n es
ascendente, hasta completar el 50 por ciento y llegar a la equidad. En esta perspectiva,
hemos emprendido todo un proceso de sensibilizació n de las mujeres en la
comunidad para que se preparen y acepten participar en esta lid electoral’. La
situació n ha mejorado un poco a pesar de que muchas veces los hombres aú n no
reconocen la capacidad de las mujeres.

Los partidos políticos de alguna manera han asumido el compromiso de contar con el
30 por ciento de mujeres, pero el problema está en que no aceptan que esta
participació n sea de manera alternada. Melania reconoce que a raíz de la
implementació n de esta Ley se cuenta con má s mujeres en el Congreso y han logrado
22 regidoras (concejalas).

Las mujeres queremos una vida má s equitativa. Los talleres han sido importantes para
sensibilizarnos’, pero ahora buscan nuevos á mbitos de expresió n, donde se pueda
valorar má s la capacidad de las mujeres. Melania afirma que ’por estas razones
consideramos que la participació n de las mujeres en los niveles de decisió n son de
vital importancia para el desarrollo de los pueblos ya que damos una nueva
perspectiva a las grandes decisiones y que son de interés comunitario, no individual’.

En el Perú se está n implementando políticas de desarrollo de las mujeres en estos


ú ltimos añ os vemos la participació n de las mujeres en la política como es el caso de
lima donde dos mujeres lucharon por la alcaldía.
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II.- PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA SOCIEDAD:

La participació n de la mujer en la sociedad en la actualidad se está tomando en cuenta


en algunas organizaciones. Las mujeres cuentan hoy con espacios formales dentro de
las estructuras de las organizaciones, estos espacios no han sido gratuitos ya que han
tenido que confrontarse, luchar para generar procesos de discusió n de sus derechos
como mujeres al tiempo que apoyan las demandas de sus pueblos y organizaciones.
Este trabajo reflexiona en las distintas formas que adopta la participació n de las
mujeres, en los levantamientos indígenas y en espacios formales como son las
organizaciones sociales. MÉ NDEZ TORRES, Georgina (Diciembre,2009).La
participació n de las mujeres en muchos á mbitos sociales es escasa, y si existe es solo
por designació n mas no porque sean ellas las que tengan una participació n activa en
los distintos actores sociales, bien claro nos dice la autora que estas mujeres han
tenido que luchar por conseguir un reconocimiento social y participació n dentro de
sus comunidades u organizaciones. La participaron de la mujer no se ha dado de
forma activa en ciudades mucho menos en comunidades, ya que a un no existe
participació n o la debida valoració n a las mujeres, si bien se ha dicho que en las
organizaciones sociales se pretende hacer partícipes a las mujeres y en algunos casos
existe esta participació n pero no es tan notoria. Para poder representar a una
organizació n, casi siempre mandan a los hombres, porque en su supuesto son
personas de respeto por lo tanto son ellos los que toman las decisiones estén o no de
acuerdo las mujeres, no existe una equidad de género hacia el sector femenino, se
puede decir que solo las hacen participes de las organizaciones, como pantalla para
que la sociedad no piense que existe discriminació n hacia ellas.

III.- LA MUJER Y LA TOMA DE DECISIONES

Entender a la mujer en la en la toma de decisiones, es entender que la participació n


política se está dando a má s profundidad por parte de las mujeres, “Enfrentar los
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retos y generar el cambio mientras que las mujeres celebran en todo el mundo el Día
Internacional de la Mujer, el examen de la participació n femenina en la toma de
decisiones ofrece una oportunidad para evaluar en qué forma se está n escuchando sus
voces en los directorios, los parlamentos y los tribunales.

Programa Rural Costa “á rea de apoyo a los gobiernos locales, “participació n política
de la mujer en la cuenca del Chilló n”Pgs, 124, Lima Perú .2008).Desde mi punto
de vista, la mujer hoy en día está entrando en espacios políticos se nota má s su
presencia en distintos espacios de la sociedad, por otro lado, Fuller dice que “la mujer
fue tomada en cuenta y ganado importancia a lo largo de estas ultima décadas, que
han partido de los movimientos feministas para promover la igualdad de oportunidad.
(Norma Fuller, 1993; Dilemas de la femineidad, mujeres de clase media en el Perú . 3
ed. lima pontificia universidad cató lica del Perú . Fondo editorial, agosto.1998). 

IV.- PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER.

La participació n política y ciudadana es un derecho de las mujeres


demisma manera que lo es de los varones. Ellas pueden y debenparticipar en el
gobierno del país, directa e indirectamente así como en la toma de decisiones
políticas…”. Elegir y ser elegidas como autoridad pú blica, participar en procesos de
consulta para expresar su acuerdo o desacuerdo con decisiones o con la gestió n de
autoridades políticas entre otras, es un derecho de hombre y mujeres…”muchas veces
se limita la participació n de la mujer en el á mbito pú blico y político por considerarlo
como un espacio de los hombres y por lo tanto ajeno a las mujeres y de difícil acceso
para ellas. (Derechos Humanos y
Medioambiente,”ARUSA” los derechos de la mujer en las leyes peruanas“ejemplar n.17 
pá gs., 11, 2009, editorial “PACIFICO”) La participació n de la mujer en política tiene
muchos bemoles y una influencia socio -cultural donde es la sociedad el que establece
ciertos roles, y la participació n política de la mujer esta relegada o no es del orden
prioritario, má s bien es el varó n al que se le asigna ese rol, pero las mujeres han
tratado y tratan de revertir esa forma de asignar el rol. Las mujeres venimos
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participando de diversas formas, una de ellas es la incorporació n de nuestras


demandas en la agenda pú blica y
laconstrucció n de una institucionalidad estatal responsable de laformulació n y
coordinació n de políticas pú blicas de equidad de género. Las organizaciones
tradicionales de las mujeres, como los comedores autogestionarios, los comedores
populares y los comités de vaso
deleche, son un claro ejemplo de participació n política. Lasorganizaciones como actor
as colectivas gana el derecho a serinterlocutoras del gobierno central, los gobiernos
locales y el congreso.

(Manual de formació n política y gestió n local y gestió n local con equidad de género
(flora Tristá n y escuela mayor de gestió n municipal,2007, pg, 62, lima Perú ).

La participació n de la mujer en la vida política en la ciudad de Puno es escasa a pesar


de que en los espacios políticos existe cada vez má s presencia de la mujer, de igual
manera la legislació n ya exige má s espacios de participació n de la mujer claro ejemplo
es el de la cuota minina de mujeres en los partidos políticos como requisito para
poder ser considerados dentro de las contiendas electorales, en este contexto la
participació n de la mujer en el escenario político es considerable, pero se da el caso
que las mujeres tienen aú n el temor de poder dirigir o representar a una organizació n
o tener influencia en la toma de decisiones en la ciudad de Puno.

En los “trabajos realizados en el departamento de Puno, las mujeres entrevistadas


acerca de sus opciones políticas y preferencias de candidatos (en un 90 % preferían
elegir para la presidencia a una varó n, cualquiera fuera la opció n política que esta
profesara, porque el varó n tiene un “cará cter”, el argumento para no elegir a una
mujer era que las mujeres son muy sensibles y que no tenían la experiencia debida
para poder afrontar por ejemplo una guerra y crisis econó mica. Asociació n
Departamental de Mujeres Campesinas de Puno (2009). A lo largo de su historia, la
mujer campesina puneñ a ha ido forjando una tradició n y un cambio de lucha en la
defensa de sus derechos. Protagonistas infaltable de las histó ricas jornadas de lucha
por la repercusió n de las tierras, firme y decidida en los paros y huelgas campesinas,
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activa y desafiante en las marchas y movilizaciones. Pero, también atenta y consciente


en los congresos y escuelas de capacitació n, la mujer puneñ a construye su camino y
tiene en la asociació n Departamental de Mujeres Campesinas de Puno, ADEMUCP, uno
de sus principales instrumentos para seguir luchando por un destino, mejor para el
desarrollo de la regió n de Puno. Esta plataforma está pensada desde las mujeres
campesinas, como un instrumento que afirma una propuesta para ser difundida y
ampliada desde las diversas organizaciones de mujeres a nivel regional, y sea
convertida en políticas de estado mediante la incidencia en distintos espacios de
concertació n a nivel nacional, regional y local, con nuestras fuerza organizativa y así
promover la participació n de las mujeres en las instancias de decisió n de los
diferentes sectores, á mbitos y niveles, adoptando medidas que garanticen su igualdad
de acceso, capacitá ndolos y buscando superar las barreras que limitan su
participació n debido a las responsabilidades familiares asumidas, quechuas y aimaras
y así participar activamente en los presupuestos participativos con propuestas de
desarrollo local, la participació n de las mujeres en las estructuras de poder y toma de
decisiones son el ejercicio plano de la ciudadanía.

V.- LA MUJER EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS

Entender la participació n de la mujeres en el proceso del gobierno local, es entender


de có mo hoy la mujer es participe en los espacios políticos, en este caso la
participació n política de la mujer, desde mi punto de vista, el ingreso de las mujeres a
los espacios pú blicos es de entrar a la democracia .La participació n de la mujer en lo
político es el agregado del crecimiento, es de ingresar un nuevo elemento a un
determinado grupo. Por otro lado, se dice que “la participació n política de la mujer de
clase media se da sobre la base de su experiencia profesional y su militancia política
en niveles de decisió n de gobierno y en algunos espacios de poder, aunque no en
grandes proporciones” (Programarural costa “á rea de apoyo a los gobiernos locales
“participació n política de la mujer en la cuenca del Chilló n”Pgs, 124, Lima
Perú .2008).Sin duda en la actualidad en 60% de las mujeres que está n en espacios
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políticos no tiene una profesió n, son pocas las que sí tuvieron y tienen un estudio
profesional.

VI.- MUJER, DEMOCRACIA Y CIUDADANÍA

Razones socioeconó micas , étnico culturales y de género, han determinado que


nuestra democracia discrimine a muchos sectores dela població n posibilitando, entre
otros, que el poder sea un patrimonio fundamentalmente masculino: la participació n
activa de la mujer se ve limitada por: estar menos informadas, el auto marginamiento
y la baja estima son producto de la socializació n de las mujeres en una sociedad con
roles de género muy diferenciados, falta de políticas destinada exclusivamente a las
mujeres. “las condiciones de igualdad o desigualdad a las que acceden todas las
personas a los derechos civiles, sociales y políticos; evidencian como hay quien puede
hacerlo má s fá cil y rá pidamente que otros como individuos o como grupos y cuá les
son las dimensiones Ciudadanas que está n má s desarrolladas. Para el caso de las
mujeres, el aná lisis muestra que existen relaciones de poder desiguales entre hombres
y mujeres, en detrimento de estas ú ltimas, no solo en si vida cotidiana sino con
relació n al poder político. La construcció n y fortalecimiento de la ciudadanía de la
mujer pasa por reconocer su diferencia esencial para de allí presionar y negociar por
el reconocimiento a ser sujeto de derechos y responsabilidades, los cuales deberá n
estar garantizados mediante la existencia de mecanismos, estructuras e instituciones
de poder que los respalden”. ( Programa rural costa “á rea de apoyo a los gobiernos
locales ”participació n política de la mujer en la cuenca del Chilló n”Pgs, 124,Lima Perú .
2008).

VII.- MUJER, POLÍTICA Y PODER.

Dentro de la sociedad actual en la que se vive las decisiones políticas han venido
siendo tomadas en la mayoría de los casos por un solo(varó n), y por lo tanto viene a
ser justa el reclamo por parte de sus pares (mujer) en cuanto a participació n
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“entonces la participació n política es la capacidad e iniciativa a promover una acció n


colectiva en busca de transformació n en l marco del poder social ”esta capacidad
siempre la han obtenido los varones , de modo que el ejercicio de poder de alguna
manera por los varones. La participació n política está íntimamente ligada al concepto
de poder, que es utilizado como mecanismos de discriminació n de los grupos
marginales, entre estos, las mujeres. La participació n política, no solamente alude
ejercicio electoral y a la incidencia en la política gubernamental, sino también al
desarrollo de acciones dirigido a transformar la sociedad, la constitució n, el
fortalecimiento de individuos y empoderamiento de grupo (Guía de liderazgo para la
participació n política de las mujeres en el á mbito local, 2009, pgs, 27).

VIII.- VIDA POLÍTICA EN LAS ORGANIZACIONES SOCIALES

La participació n política puede definirse como toda actividad de los ciudadanos


dirigidos a intervenir en la designació n de sus gobernantes o a influir en la formació n
de la política estatal. Comprende las acciones colectivas o individuales, legales o
ilegales, de apoyo o depresió n, mediante las cuales una o varias personas intentan
incidir en las decisiones acerca del tipo de gobierno que debe regir una sociedad, en la
manera como se dirige al estado en dicho país, o en decisiones especificas del
gobierno que afecta a una comunidad o a sus miembros individuales”. La participació n
política es el derecho que tenemos todos los ciudadanos y ciudadanas para intervenir
en los asuntos de interés colectivo relacioná ndonos con las autoridades locales,
regionales y nacionales. Podemos participar de manera individual o a través de una
organizació n. Los derechos de la participació n política reconocidos por nuestras leyes
son: el derecho a participar en la toma de decisiones, el derecho a participar mediante
consulta, derecho a tener acceso a la informació n y derecho a la fiscalizació n y control
de la actividad pú blica. (Manual de formació n política y gestió n local y gestió n local
con equidad de género; flora Tristá n y escuela mayor de gestió n municipal, 2007,
pg,60, lima Perú ).
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IX.- PARTICIPACIÓN CIUDADANA

La participació n ciudadana es participació n política, ya que significa la intervenció n


directa de la ciudadanía en las actividades pú blicas, sin estar relacionada con la
participació n mediada por los partidos políticos ni con el ejercicio del derecho al voto.
Por actividades pú blicas nos referimos a todas aquellas actividades que realiza el
Estado en todas sus expresiones, tanto en el plano nacional como municipal.
(GallardoPaz, Eliana, Liderazgo Político de las mujeres en el á mbito local,Direcció n
General de Planeació n Primera edició n: pg, 185, diciembrede 2006, México).

X.- APRECIACIÓN PERSONAL

En las condiciones actuales del país, en donde la pobreza se extiende y abraza a má s


personas en todo contexto social, en donde persisten profundas desigualdades entre
mujeres y hombres, en donde la discriminació n hacia la mujer está presente en las
actividades cotidianas, hace falta, hoy má s que nunca, de un trabajo organizado y
honesto, de perseverancia y convicció n democrá tica.

Es alarmante, confirmar la desigualdad de acceso y oportunidades, es que a las


mujeres se les aplica requisitos de calidad que no se les aplican a los hombres, quienes
han dominado el escenario pú blico político de los municipios. La política municipal es
má s selectiva con las mujeres que con los hombres, son má s exigentes los requisitos
que se le tiende a imponerles, los costos de participar son mayores que los asumidos
por los hombres; es decir, un tratamiento desigual denominado benevolencia
androcéntrica que exige requisitos má s altos a las mujeres, no establecidos
formalmente. La participació n política de las mujeres es muchas vece. Los méritos son
relevantes para salir elegidas, pero lo que se considera méritos en el varó n no se
consideran méritos en la mujer. A la mujer se le reclama honestidad, generosidad,
compasió n, trabajo fuerte y consistente; a los varones se les pide firmeza, capacidad
de gobernar, experiencia técnica. El argumento de que las mujeres carecen de
capacidad y experiencia es injusto y sesgado: primero, porque no representan pruebas
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de que los hombres garantizan capacidad y experiencia; y segundo, porque en


América Latina abundan –lamentablemente - malos o mediocres gobiernos locales, la
gran mayoría encabezados por hombres. “Aunque la ley de cuotas ha impulsado la
inserció n de las mujeres en los gobiernos locales; en el presente período municipal en
términos cuantitativos ha habido un retroceso, las dificultades en la gestió n y la
marginació n y maltrato a las regidoras han desanimado a muchas mujeres.

Por otra parte, la poca valoració n de las capacidades de gestió n de las mujeres, su
menor nivel educativo formal y el menor manejo del castellano, determina que en los
gobiernos locales se las asigne comisiones y tareas ligadas al rol reproductivo. Los
procesos descentralizados, regionalizació n y modernizació n del Estado, en curso
actualmente, son oportunidades para mejorar la participació n política de las mujeres
y generar mecanismos de avance en su situació n. Cabe señ alar que las regidoras son
un grupo sumamente heterogéneo desde diferentes perspectivas: ocupació n, nivel
educativo, manejo del idioma, edades, experiencia organizativa, perspectivas políticas.
Lo comú n en estas mujeres es su interés en mejorar su desempeñ o como autoridades.
”De igual manera la. Revista de la Red Nacional de la Mujer Rural (2008)Cuando se
trata el tema de la participació n política de las mujeres en los espacios de decisió n
formales es fundamental, pero mujeres comprometidas con la democracia y con la
tarea de transformar la situació n femenina en nuestras sociedades. Son importantes
los mecanismos existentes para promover esta participació n, como la Ley de Cuotas,
pero ello no garantiza el compromiso de género ni la vocació n democrá tica de las
mujeres que optan por la política. En este sentido, es un reto para las organizaciones,
especialmente para las feministas, promover un quehacer político diferente entre las
mujeres. De allí la importancia de propiciar espacios que se orienten a ese objetivo,
como el Programa de Formació n de Mujeres Líderes Locales y Regionales, que
impulsa el Centro Flora Tristá n en alianza con instituciones de las regiones. Trabajar
desde los espacios democrá ticos má s cercanos a las mujeres y de mayores
posibilidades de acció n y de alianza con la població n, de manera que vayan
construyendo una trayectoria política sensible a los intereses de la ciudadanía, sobre
todo de las mujeres. Especial énfasis se está dando a las mujeres rurales, quechuas y
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aimaras, histó ricamente excluidas del ejercicio de la política. Con las líderes se trabaja
acceso a recursos productivos, mecanismos de participació n ciudadana, planificació n
y gestió n del desarrollo, políticas pú blicas, ciudadanía, violencia, entre otros. Son
transversales los derechos humanos, género, interculturalidad y los derechos sexuales
y derechos reproductivos. La participació n política de las mujeres es esencial para la
construcció n de la democracia de nuestro país, pero debe ser una participació n
autó noma, eficiente y comprometida, que permita a las mujeres desarrollar todas sus
capacidades. Precisamente esta edició n de la revista Chacarera apunta a propiciar una
espacio de reflexió n y de debate sobre este tema y animar a las mujeres que tengan
vocació n para actuar en política a que lo hagan, pero marcando la diferencia frente al
modo lamentable en que opera hoy el ejercicio del cargo político en nuestro país, salvo
excepciones. Violeta Bermú dez (2003).

XI.- CONCLUSION

En el trabajo que se presentó se dio a conocer cuá l es el grado de participació n de la


mujer en la vida política de la ciudad de Puno.
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Debido a que a un estamos viviendo en una sociedad machista que relega a la mujer
tareas domésticas o actividades que tienen una grado menor de responsabilidad
dentro dela sociedad, no existiendo el respeto o valor que se debe dar hacia el sector
femenino de tal manera que la mujer tenga un debido reconocimiento en la sociedad y
su Participació n política propicie su rol en la democratizació n de las relaciones
sociales. No casualmente este proceso se puede mesurar desde los índices de equidad
de género e inclusió n de minorías y diversidad cultural a la construcció n de
ciudadanía con todas las discusiones que este concepto implica. La investigació n será
importante para conocer el nivel de participació n política de las mujeres de la ciudad
de Puno y siendo incorporadas en un porcentaje respectivo en las organizaciones
políticas y sociales logrando que las mujeres sean dueñ as de su propio destino y se
construya una equidad de género y la profundizació n de la democracia teniendo como
propó sito la libertad de la mujer en los espacios políticos y expresiones ciudadanas
para separar de las mujeres que actú an de las que sueñ an.

El grado de participació n de la mujer en la vida política es reducida en la ciudad de


Puno, al tener poco conocimiento y accesibilidad a la política

Existe una escasa participació n de la mujer en las organizaciones sociales de la ciudad


de Puno debido al temor a esas organizaciones por lo que no son participes y por lo
tanto no tienen conocimiento de las cosas que ocurren en el á mbito social y regional,
esto genera el desconocimiento a sus derechos como mujeres

La incorporació n de La mujer en la vida política conlleva a un desarrollo má s ó ptimo


en la ciudad de Puno, por lo tanto se desarrolla el liderazgo y participació n de todas
las mujeres.

BIBLIOGRAFIA
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General de Planeació n Primera edició n: pg., 185, diciembre de 2006, México).

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•MÉ NDEZ TORRES, Georgina (Diciembre, 2009)

•PACARI, Nina (2001)

•Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 2006 – 2010


Direcció n General de la Mujer: MIMDES, 1ª ed. 2005).

•Manual de formació n política y gestió n local y gestió n local con equidad de género; flora
Tristá n y escuela mayor de gestió n municipal, 2007, pg., 60, lima Perú ).

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•Programa Rural Costa “á rea de apoyo a los gobiernos locales, “participació n política de la
mujer en la cuenca del Chilló n” Pá gs., 124, Lima Perú . 2008).

• Asociació n Departamental de Mujeres Campesinas de Puno (2009).

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