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ESCORBUTO

El escorbuto se reconoció por primera vez en los siglos XV y XVI como una enfermedad grave
de los marinos en viajes largos por mar, pues no tenían acceso a alimentos frescos, incluyendo
frutas y verduras (véase el Capítulo 11). Antes de la era de la investigación sobre vitaminas, la
marina inglesa estableció como práctica suministrar limones y otros frutos cítricos a los
navegantes para evitar el escorbuto.

La vitamina C o ácido ascórbico es un nutriente esencial y necesario para la formación y


mantenimiento saludable del material intercelular (véase el Capítulo 11); que es como un
cemento que une células y tejidos. En el escorbuto, las paredes de los vasos sanguíneos muy
pequeños, los capilares, carecen de solidez y se vuelven frágiles, sangran y sufren hemorragias
en diversos sitios. La carencia moderada de vitamina C puede incidir en una cicatrización pobre
de las heridas.

DEFINICION: El escorbuto es una enfermedad ocasionada por el déficit de ácido ascórbico. Este
es también conocido con el nombre de vitamina C. (1) La tasa normal de ácido ascórbico en el
plasma humano es de 1 mg, por cada 100 cm3. La leche materna concentra siete veces esa
cifra. Los requerimientos diarios, para un adulto normal, son de 15 a 25 mg diarios.

Etimología

La palabra llegó al español a través del francés scorbut, desde su origen en los Países Bajos, del
bajo sajón medio schorbûk o el temprano neerlandés moderno schorbuyck, aproximadamente
"ruptura de vientre".

Fisiopatología

La síntesis normal del colágeno depende de la hidroxilación correcta de la lisina y la prolina


(para obtener hidroxiprolina e hidroxilisina) en el retículo endoplásmico. Dicha hidroxilación la
llevan a cabo la lisil y prolil hidroxilasa, enzimas que necesitan el ácido Ascórbico (vitamina C)
como coenzima. La deficiencia de ácido ascórbico impide la correcta hidroxilación de éstos, por
tanto se obtienen cadenas de procolágeno defectuosas y la síntesis no puede finalizarse
correctamente.

Manifestaciones Clínicas

Las características de la enfermedad consisten en pápulas perifoliculares hiperqueratósicas en


las que los pelos se fragmentan y caen; hemorragias perifoliculares; púrpura que se inicia en la
parte posterior de las extremidades inferiores y acaba confluyendo y formando equimosis;
hemorragias en los músculos de los brazos y las piernas con flebotrombosis secundarias;
hemorragias intraarticulares; hemorragias en astilla en los lechos ungueales; afectación de las
encías, sobre todo en personas con dientes que comprenden hinchazón, friabilidad,
hemorragias, infecciones secundarias y aflojamiento de los dientes; mala cicatrización de las
heridas y reapertura de las recientemente cicatrizadas; hemorragias petequiales en las
vísceras; y alteraciones emocionales. Pueden aparecer síntomas similares a los del síndrome
de Sjögren. En estados terminales son frecuentes la ictericia, el edema y la fiebre, y pueden
producirse súbitamente convulsiones, shock y muerte.

Se pueden presentar los siguientes síntomas y signos:

cansancio y debilidad;

encías inflamadas que sangran fácilmente en la base de los dientes (Foto 35);

hemorragias en la piel (Foto 36);

otras hemorragias, por ejemplo, sangrado nasal, sangre en la orina o en las heces, estrías
hemorrágicas debajo de las uñas o hemorragias subperiósticas; demora en la cicatrización de
las heridas;

anemia.

Un sujeto con escorbuto que muestre algunos de los síntomas anteriores, aunque no parezca
muy gravemente enfermo, puede fallecer de repente por insuficiencia cardíaca.

Aunque el escorbuto es una enfermedad relativamente rara, la inflamación y sangrado de las


encías es bastante frecuente en ciertas regiones geográficas y puede deberse a falta de
vitamina C. La carencia subclínica de vitamina C también puede ocasionar una cicatrización
lenta de las heridas o úlceras. Los pacientes que se van a someter a cirugía deben recibir
vitamina C si muestran carencia.

La anormalidad en los niveles de vitamina C puede también contribuir a la anemia durante el


embarazo.

Escorbuto infantil (enfermedad de Barlow)

El escorbuto algunas veces se da en niños, por lo general entre los dos y los 12 meses, que son
alimentadas con biberón y leche procesada de marcas de calidad inferior. El calor
frecuentemente destruye la vitamina C al procesar la leche. A las buenas marcas de leche
procesada se las fortifica con vitamina C para evitar el escorbuto.

Casi siempre el primer signo de escorbuto infantil es el dolor en las extremidades. El niño llora
cuando mueve las extremidades o incluso si las tocan. Por lo general, se acuesta con las
piernas dobladas a la altura de las rodillas y los muslos, muy separados uno del otro y vueltos
hacia fuera, en lo que se ha denominado la «posición de patas de rana». Se observan
magulladuras en el cuerpo, aunque son difíciles de descubrir en la piel muy pigmentada de
niños con tez oscura o negra. Se pueden percibir protuberancias, especialmente en las piernas
y hemorragias en cualquiera de los sitios mencionados anteriormente, pero el sangrado no se
presenta en las encías a menos que el niño tenga dientes.

Datos de Laboratorio

Es frecuente la anemia normocrómica y normocítica, que se debe a las hemorragias tisulares.


La anemia puede ser macrocítica o megaloblástica en la quinta parte de los pacientes. Muchos
de los alimentos que contienen vitamina C también contienen folatos y las dietas que
provocan escorbuto también pueden inducir el déficit de éstos. Sin embargo, el déficit de ácido
ascórbico produce además un aumento de la oxidación del ácido formil tetrahidrofólico a
metabolitos innativos de folatos. No se conoce con exactitud si en la patogenia de la anemia
interviene también una alteración en la distribución y almacenamiento del hierro. La anemia
se corrige con el aporte de vitamina C y con la instauración de una dieta equilibrada.

Diagnóstico

En algunos hospitales se utiliza la determinación de los niveles de ácido ascórbico en las


plaquetas para establecer el diagnóstico de escorbuto, pues en esta enfermedad su valor suele
ser inferior a la cuarta parte de la cifra normal. Los niveles plasmáticos de la vitamina guardan
peor correlación con el estado clínico. En los lactantes, las alteraciones radiológicas óseas
pueden ser diagnósticas. La bilirrubina está a menudo elevada. La fragilidad capilar es anormal.

Tratamiento

Las dosis habituales en los adultos son de 100 mg tres a cinco veces al día por vía oral hasta
que se hayan administrado 4 gramos, siguiendo después con 100 mg/día. En los lactantes y
niños pequeños, la posología adecuada es de 10 a 25 mg tres veces al día. A la vez se establece
una dieta rica en vitamina C. Las hemorragias espontáneas suelen cesar en 24 horas, los
dolores musculares y óseos ceden con rapidez, y las encías comienzan a curar en dos a tres
días. Incluso los grandes hematomas o equimosis regresan en diez a doce días, aunque las
alteraciones pigmentarias en las zonas de grandes hemorragias pueden persistir durante
meses. La bilirrubina sérica se normaliza en tres a cinco días y la anemia se suele corregir en
dos a cuatro semanas o meses.

PREVENCIÓN

La carencia de vitamina C se puede evitar, en todas las sociedades con cierta facilidad, gracias
a un consumo suficiente de alimentos frescos, sobre todo generoso en frutas y verduras,
incluso hojas verdes. Las guayabas y otras frutas tropicales, por ejemplo, tienen un alto
contenido de vitamina C. Estos alimentos se describen en el Capítulo 28 y su contenido de
vitamina C se presenta en el Anexo 3.

Las medidas preventivas recomendadas son las siguientes:

mayor producción y consumo de alimentos ricos en vitamina C, como frutas y hortalizas;

suministro de hortalizas, frutas y jugo de frutas a todos los miembros de la comunidad, incluso
niños, a partir del sexto mes de vida;

suministro de concentrados de vitamina C si por algún motivo las dos medidas anteriores no
son posibles;

mejorar la horticultura, lo cual incluye la organización de huertos comunitarios y en los


hogares, y el suministro de hortalizas en pueblos y jardines escolares;

estimular un mayor uso de frutos silvestres comestibles y hortalizas que se sabe son ricos en
vitamina C (por ejemplo, amaranto, baobab);
acciones para evitar y desalentar el reemplazo de hortalizas frescas, frutas y otros alimentos
por productos enlatados y preservados, y promover el mayor consumo de frutas frescas y
jugos en vez de productos embotellados;

educación nutricional que debe incluir las razones y la necesidad de consumir alimentos
frescos, e instrucciones sobre la forma de disminuir la pérdida de vitamina C al cocinar y
preparar los alimentos.

CONCLUSION:

El organismo humano carece de la capacidad de sintetizar el ácido ascórbico, dado que


no posee la enzima L-gulonolactona oxidasa. Compartimos esta condición con todos
los primates, los murciélagos, los peces y algunos insectos.
El ácido ascórbico es indispensable para la generación y la reparación del colágeno.
Este es sustrato indispensable de todos los tejidos orgánicos y su alteración explica las
lesiones cutáneas, la dilatación cardíaca y las hemorragias viscerales que son
habituales hallazgos necrópsicos en estos desafortunados pacientes.

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