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Módulo 6: Educación e historicidad.

Unidad 3: Crisis del Estado educador e


identidades en la sociedad globalizada.

Semana 8: Impacto de las políticas


neoliberales en el sistema educativo
mexicano.

Actividad 2: Educación para la


ciudadanía.

Tutora: Profesora Graciela Gutiérrez Raygoza


Alumna: Ariana Valles Montelongo
Grupo “G”, Rio Grande
La enseñanza de la historia se puede seguir en
prácticamente todos los programas de historia
del mundo, en especial cuando se trata de
sembrar el nacionalismo.

En el análisis de las relaciones entre política,


historia e identidad nacional, destaca que la
preocupación por la comprensión popular del
pasado apareció a mediados del siglo XIX,
cuando los Estados, especialmente aquellos
con instituciones democráticas oficiales, se hicieron con el propósito de inculcar
valores patrióticos o nacionales (Boyd, 2000).

Por lo tanto, para perfilar una educación que señale a una ciudadanía pro-activa,
retomo el punto de Pagés donde menciona que la historia debe ubicarse en el
presente.

Ese punto se me hace benéfico porque la historia en las escuelas proporciona a


los alumnos la oportunidad para desarrollar un sentido de identidad, respeto,
tolerancia y empatía a través del conocimiento y la apreciación, la valoración de su
propia herencia social y cultural y de sus tradiciones. Y como una sociedad pro-
activa establece las directrices de información y asume el pleno control de su
conducta, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas
y audaces para generar mejoras en sus contextos.

De esta manera, es desde el presente que se formulan preguntas a la historia y se


busca encontrar respuestas a las mismas, ¿y si es así en la historia, por qué no ha
de serlo también en la enseñanza?

Por ello, la historia impartida en las aulas es el referente básico para que los
jóvenes y niños aprendan a construir su futuro, aportando lo mejor de sí mismos a
la sociedad.

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