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¿Qué hacemos enseñando a leer tan

pronto?
¿A qué viene tanta prisa?
Belinda Haro Castilla.

Blog: siembraestrellas

Fecha de publicación 02/09/2020

Un año más inicio el curso escolar reflexionando, las personas que conocéis el blog
Siembra Estrellas, a mí personalmente y el equipo del que formo parte Comunicarnos,
ya sabéis que continuamente me cuestiono sobre algunos aspectos relacionados con la
enseñanza y aprendizaje de nuestros niños/as, en los últimos años mis preguntas giran
mucho entorno a este tema: el aprendizaje del proceso lector.

El año pasado como coordinadora del equipo de Comunicarnos y tras haber tenido
la suerte de conocer a Gracia Jiménez, Nuria Calet y Sylvia Defior abríamos nuestro
Programa Comunicarnos, cuyo objetivo es el desarrollo del lenguaje oral y habilidades
para el aprendizaje de la lectura, y ese programa comienza con una cita de la que para
nosotras es una de “nuestras maestras”.

Hemos de tener en cuenta que la lectura es una actividad compleja y muy sofisticada,
normalmente esto no es algo que percibamos las personas que ya dominamos este aprendizaje,
y se nos ha olvidado lo complejo de un proceso que ya hemos automatizado. Al contrario que el
lenguaje que es natural, y que se aprende por mera exposición a un contexto donde se habla, el
aprendizaje de la lectura no es un aprendizaje natural porque ha de ser enseñado de forma
sistemática e instrumental.

La adquisición del proceso de la lectura es uno los aprendizajes más importantes que van
a hacer los niños/as en el contexto escolar, ya que va a ser “la puerta de entrada” a otros
aprendizajes, a otras materias, va a ser el que nos permita acceder a la gran mayoría de los
aprendizajes que se van a dar en las distintas áreas.

¿Qué dicen otros autores y distintos estudios sobre el inicio del proceso
lectoescritor? ¿Qué “se necesita antes” y a qué edad podría comenzarse?

Cada vez conocemos más sobre este proceso, el aprendizaje de la lectura, que lleva
muchos años estudiándose y curiosamente, leas el autor que leas (con cierta fiabilidad y
evidencia…. dejemos fuera a los Glenn Doman y similares…) todos terminan dirigiéndose al
mismo lugar:

“A la edad de cinco o seis, cuando los niños se exponen a las primeras clases de lectura,
ya tienen un conocimiento experto de la fonología. También poseen un vocabulario de miles de
palabras y han dominado las estructuras gramaticales básicas de sus lenguas. Este
conocimiento indudablemente existe en un conjunto organizado de circuitos del habla que están
a la espera de la palabra escrita”

Stalisnas Dehaene. “El cerebro lector”

Las personas encargadas de estudiar el proceso de adquisición de la lectura, que llevan


años y años investigando parecen confluir todos en varias cosas.

Por un lado, la importancia primaria del desarrollo del lenguaje oral, del que ya
hablábamos en cursos anteriores y que queda muy claramente recogido en la cita de Gracia
Jiménez, y en la misma línea, pero con otras palabras, vemos en el párrafo anterior a Stalisnas
Dehaene haciendo referencia al conocimiento de la fonología, vocabulario, estructuras
gramaticales…. como un conjunto de circuitos “previos” que van a dar paso posteriormente a
que podamos adquirir “el tan ansiado proceso de la lectura”.

Este mismo autor señala, referido al componente visual de la lectura :

“Lo seguro es, que a una edad cercana a las cinco o seis años, cuando un niño comienza
a leer, el proceso clave de reconocimiento visual invariante ya está funcionando, aunque todavía
tiene una plasticidad máxima. Este período resulta particularmente propicio para la adquisición
de formas visuales nuevas como las letras y las palabras”

Por otro lado, y después de leer ambos párrafos podemos observar la referencia a la edad
entorno a los 5 o 6 años es el momento en el que niño está preparado, y claro de aquí surge la
pregunta que da título a este pequeño artículo de opinión, ¿qué hacemos enseñando a leer tan
pronto? ¿pero cuál es la prisa?.

Porque parece ser, que los estudiosos del tema, señalan que hasta esta edad no suelen
estar “preparadas” nuestras estructuras para recibir este aprendizaje. Ahora es el momento en
que alguien levanta la mano y dice: “sí, ellos dirán lo que quieran, pero hay niños que han
aprendido y pueden aprender a leer antes”, y efectivamente así es. Pero mi pregunta es, ¿quién
ha sido el que ha impuesto “la esclavitud” de tener que enseñar a 25 o 30 niños (no nos
engañemos las ratios de 20…en pocos centros educativos) a leer desde los 3 años? Por varios
motivos, uno lo que nos señalan los estudios, dos que muchos de nuestros niños no están
preparados para la adquisición de este proceso a esas edades tan tempranas, con las posibles
consecuencias negativas para éstos y tres, como veremos más adelante, el currículum marcado
para el segundo ciclo de infantil en la gran mayoría de comunidades españolas (salvo alguna
como Madrid), no marca que haya que enseñar a leer.

Hay autores como podríamos señalar a Juan Cruz Ripoll Salceda, al que tuve la
oportunidad de escuchar recientemente en un curso que señalan “cuánto más adelantemos el
inicio de la lectura, más tiempo tendremos que dedicarle”. Siempre me planteo y os planteo
una pregunta ¿cómo es posible que dedicándole tres años más al aprendizaje de la lectura
(ahora se comienza en infantil de 3 años) sea justo el momento en el que llegan los niños con
más problemas al primer ciclo de primaria? Y mi siguiente pregunta/afirmación es….algo
debemos de estar haciendo no muy bien ¿ no?.

¿Qué dice nuestro currículum al respecto?

En concreto, en lo que al currículum se refiere y voy a hacerlo concretamente en base a


lo que establece el de mi comunidad autónoma, Andalucía, pero que en realidad no varía mucho
en lo que se pide en el resto.

En la Orden de 5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el Currículo correspondiente


a la Educación Infantil en Andalucía en el que se señala como uno de sus objetivos primordiales:

“g) Utilizar el lenguaje oral de forma cada vez más adecuada a las diferentes situaciones
de comunicación para comprender y ser comprendido por los otros.

h) Aproximarse a la lectura y escritura en situaciones de la vida cotidiana a través de


textos relacionados con la vida cotidiana, valorando el lenguaje escrito como instrumento de
comunicación, representación y disfrute.”

Y tras esta brevísima incursión en nuestra legislación os vuelvo a preguntar…¿en qué


momento ponen en el currículum que el niño de infantil tenga que salir leyendo y escribiendo?,
aproximarse es una cosa, y salir leyendo otra bien distinta. Ahora es el momento en que alguien
levanta la mano para mencionar frases como:

“ es que los padres dicen…..”

“ es que el equipo directivo…..”

“ es que mis compañeras hacen….”

“ es que el inspector dice….”

Pues mi respuesta es (con todos mis respetos a todas estas figuras) que en primer lugar
hay que conocer nuestra propia legislación, el currículum que nos marca qué debemos enseñar
en cada etapa y por otro lado, sería bastante interesante conocer cómo aprende “el cerebro
lector” para disponernos a enseñar y en qué momento debemos hacerlo. Tendremos que
conocer qué dice la investigación al respecto, y ,con todos mis respetos, muchas de las personas
que “inculcan una prisa devastadora por este aprendizaje” no conocen ni lo uno (el currículum)
ni lo otro (cómo se aprende a leer) , y vuelvo a echar mano de una cita de Dehaene:
“Quienes toman decisiones en nuestros sistemas educativos, oscilan con los vientos
cambiantes de las reformas pedagógicas, y a menudo ignoran descaradamente como aprende a
leer el cerebro en realidad”.

Como maestra de audición y lenguaje, junto con mis compañeros/as de orientación y


pedagogía terapeútica, en demasiadas ocasiones nos encontramos con muchas quejas referidas
a las dificultades en el proceso lectoescritor de nuestros alumnos, tanto en infantil (que no lo
entiendo por los motivos expuestos) como en primaria, a veces desgraciadamente llegamos
hasta secundaria. Siguiendo con lo que nos marca nuestra legislación (referido en concreto a la
comunidad autónoma de Andalucía) y haciendo referencia a la atención a la diversidad, en
concreto la orden del 8 de marzo de 2017 en su anexo I (PROPUESTAS Y ORIENTACIONES PARA
FAVORECER LA ESTIMULACIÓN DEL DESARROLLO) nos explican concretamente que aspectos
tendríamos que trabajar dentro de nuestra clase como medidas de atención a la diversidad de
forma general, es decir, antes de que el niño/a tenga dificultades, para toda la clase. Y en
concreto en el área de comunicación y lenguaje para los alumnos de segundo ciclo de infantil
señala (copio la imagen tal y como se presenta en la orden):

Y nuevamente nos encontramos con la importancia del lenguaje expresivo y comprensivo,


del lenguaje oral, y en cuanto a la PREPARACIÓN PARA LA LECTURA Y ESCRITURA (léase bien la
palabra PREPARACIÓN) nos habla aspectos que según los distintos autores son los que van a
“hacer posible” el aprendizaje de la lectura.

Entonces…. ¿qué necesita un niño para aprender a leer?

Una pregunta muy amplia y difícil de responder en tan solo un par de líneas, pero
reduciéndolo a la mínima expresión

“El aprendizaje de la lectura supone conectar dos conjuntos de regiones cerebrales que ya
están presenten en la infancia: el sistema de reconocimiento de objetos y el circuito del lenguaje”

“Antes de que los niños se expongan a su primera clase de lectura, su desarrollo lingüístico
y visual previo debe tener un papel esencial en preparar sus cerebros para este nuevo ejercicio
cultural”

Dehaene (El cerebro Lector)


Traducido a un lenguaje más asequible y refiriéndonos a las etapas iniciales (donde el niño
comienza el aprendizaje de la lectura) es algo tan complejo y sencillo al mismo tiempo como
asegurarnos de que nuestros niños/as tienen un desarrollo lingüístico que les ayude, además
que tengan un conocimiento fonológico que les permita identificar, reconocer y manipular los
sonidos del habla, cuando el niño/a tenga todo esto “claro”, y pueda diferenciar los fonemas
llegaríamos a lo que llamamos “principio alfabético” que consiste en unir esas imágenes visuales
(letras) con sus sonidos.

Luego vendrán muchos más aspectos, vocabulario, velocidad de denominación, capacidad


de realización de inferencias…. pero ahora en la enseñanza inicial nos vamos a referir a otros. Y,
en nombre en este caso de Sylvia Defior, nos vamos a parar un poco en uno de los que
fundamentalmente provoca grandes problemas en la adquisición de la lectura en las etapas
iniciales, las habilidades fonológicas. Son tres las dimensiones de la fonología donde las personas
con problemas en la adquisición de este aprendizaje presentan más dificultades:

- Conciencia fonológica (reflexión y manipulación de los sonidos del lenguaje)


(Defior&Tudela, 1994; Defior&Serrano 2011a; 2011b; Liberman et al 1974;
Wagner&Togersen, 1987) + Conciencia de parámetros prosódicos.
- Memoria verbal: amplitud de memoria y memoria operativa verbal (repetición de
dígitos, palabras, pseudopalabras)
- Acceso rápido a las representaciones fonológicas en la memoria (nombrar objetos,
colores, números….

Por tanto, ¿sobre qué aspectos creéis que hay que incidir en etapas tempranas?. En
resumen, como señalan autores como Gerardo Aguado y Juan C. Ripoll :

“la conciencia fonológica es anterior al aprendizaje del lenguaje escrito y se relaciona con
habilidades propias del lenguaje oral….”

“De todos los métodos revisados, son los basados en las habilidades fonológicas, es decir
aquellos en los que se combina el entrenamiento en habilidades fonológicas con el conocimiento
de las letras y la práctica de la lectura, los únicos que están ampliamente respaldados por la
investigación”

“Para enseñar a leer con corrección es necesario que el alumno conozca el sonido que
corresponde a cada letra y a las combinaciones de las letras”

¿Qué hacemos en la escuela para la enseñanza del proceso lector?

En primer lugar, parece ser (y digo parece ser, porque los que investigan así lo están
demostrando) que en la escuela nos ponemos a enseñar a leer “antes de lo que toca” y antes de
lo que nos manda el currículum, en demasiados centros, que no digo que en todos.
Pero es que, además, parece ser, y digo parece ser porque sé, espero y deseo que cada
vez sean menos las personas que cumplen con esta afirmación:

"La escuela ha basado el acceso a la lectoescritura fundamentalmente en el proceso viso-


espacial y apenas ha sido consciente en su práctica pedagógica de la importancia y dificultad de
la vertiente sónica de la lectoescritura"

Rodríguez Jorrin (1987) citado por Calero y col. (1991)

Treinta y tantos años después, desgraciadamente, esto sigue siendo así en demasiados
colegios, se presta más tiempo y atención a la parte “visual” olvidando casi por completo la parte
verbal, auditiva y la relacionada con los aspectos previos del lenguaje oral.

Es por ello por lo que tenemos muchos niños de tres años que quizás aún presentan
muchos problemas de lenguaje oral pero ya están con la enseñanza visual de las letras, me
pregunto si corre mucha prisa, y me temo que sé la respuesta. Pero ya no es solo esto, es que,
además, no se trabaja sobre los sonidos directamente se trabaja sobre el NOMBRE de las letras
y vuelvo aquí a usar la cita de Gerardo Aguado y Juan C. Ripoll cuando en su libro “Enseñar a
leer. Cómo hacer lectores competentes” señalan:

“Pág 67. 3. Conviene enseñar los nombres de las letras?

Para leer con corrección es necesario que el alumno conozca el sonido que corresponde a
cada letra y a las combinaciones de letras como “gu”, “ll” o “ch” pero no es necesario que conozca
los nombres de las letras “

Alguien se estará echando las manos a la cabeza, pero no, inicialmente el niño no necesita
saber que esto “P” se llama “pe”, ni que esto “L” se llama “ele”, porque luego vendrán las
sorpresas como :

- Maestra: “la pe con la “a” “


- Niño: “maestra la pea”

- Niño: “Maestra maestra mira he escrito Pepe mira como lo he escrito PP”

Pues no, inicialmente no necesitan saber el nombre, más adelante en etapas posteriores
tendrán que saber que hemos decidido que “helado” lleve una letra H que se llama “hache” y
que encima no suena.

No me quiero extender más, hablando sobre las consecuencias negativas de una


dispedagogía a la hora de la enseñanza de la lectura. Quiero dejar solamente unas preguntas
¿no creéis que deberíamos replantearnos este tema? ¿por qué tenemos tanta prisa?.

Aquí podéis ver otras entradas en las que tocábamos algunos aspectos relacionados
con este artículo:

- El lenguaje oral: la base de cualquier método eficaz para la enseñanza de


la lectura.
- Importancia de la conciencia fonológica
- Importancia de la conciencia léxica
- Enseñanza de la lectoescritura
- ¿Por qué trabajar las rimas?
- Prevención y desarrollo de habilidades desde etapas tempranas
- Empezamos la casa por el tejado “las letras”

Belinda Haro Castilla

BIBLIOGRAFÍA

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¿La instrucción de lectura se basa en evidencias? Análisis de las prácticas de
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