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Principios biomecánicos en el

diseño de prótesis completas


16 marzo, 2018

Raquel Castillo de Oyagüe / Profesora Colaboradora del


Departamento de Prótesis Bucofacial de la Facultad de Odontología U.C.M.

Andrés Sánchez Turrión. Profesor Titular del Departamento de


Prótesis Bucofacial de la Facultad de Odontología U.C.M / Benjamín
Serrano Madrigal
Profesor Asociado del Departamento de Prótesis Bucofacial de la
Facultad de Odontología U.C.M. / María Isabel Sánchez Jorge.
Máster en Prótesis bucofacial. Facultad de Odontología U.C.M.
Madrid
Puesto que la edentación constituye una patología compleja, en el
tratamiento de un paciente totalmente desdentado es un error considerar
como objetivo final la construcción de una prótesis completa.

Resumen
Puesto que la edentación constituye una patología compleja, en el tratamiento
de un paciente totalmente desdentado es un error considerar como objetivo
final la construcción de una prótesis completa. La prótesis debe ser entendida
como un medio para lograr el objetivo real, que es rehabilitar el complejo
estomatognático de un paciente individual. Para que la prótesis completa
permita la recuperación de la estética dentofacial, y de funciones tan
importantes como la masticación, la deglución y la fonación, deben tenerse en
cuenta una serie de principios que guíen y justifiquen el diseño más apropiado
en cada caso para optimizar la retención, soporte y estabilidad de dicha
prótesis y en definitiva su funcionamiento biomecánico, del que dependerá, en
buena medida, el éxito y durabilidad de nuestro tratamiento.

Palabras clave
Prótesis completa. Retención. Adhesión. Soporte. Estabilidad.

Introducción
El paciente totalmente edéntulo debe ser considerado como un enfermo en el
más estricto sentido de la palabra 1. La edentación constituye una enfermedad
lenta, progresiva y crónica 2 que plantea una problemática compleja, y deriva
en una serie de alteraciones locales y generales, que van desde la pérdida de la
función masticatoria con el subsiguiente deterioro nutricional; las alteraciones
en el habla y la afectación de la estética; hasta la modificación de los hábitos
de conducta y sus repercusiones psíquicas en el ámbito socio-laboral (Figura
1).
Por todo ello, en el tratamiento de un paciente totalmente desdentado es un
error considerar como objetivo final la construcción de una prótesis completa.
La prótesis no constituye un fin, sino un medio para lograr el objetivo real,
que es rehabilitar el complejo estomatognático de un paciente individual 3. La
finalidad de la prótesis completa es realizar una restauración morfofisiológica
del paciente edéntulo, permitiendo la recuperación de la estética dentofacial, y
de funciones tan importantes como la masticación, la deglución y la fonación.

Principios biomecánicos en prótesis completa


Existen distintos tipos de fuerzas que pueden actuar sobre las prótesis como
consecuencia del desarrollo de las funciones orales de los pacientes. Las
fuerzas de tracción son cargas verticales que actúan en sentido opuesto al de
inserción de las prótesis. Las fuerzas compresivas son cargas verticales que
actúan en el sentido de inserción de la prótesis. Las fuerzas horizontales son
cargas latero-laterales, de flexión y rotación. En la práctica, las fuerzas que
actúan sobre las prótesis son cargas complejas de cuya descomposición
vectorial se obtienen los componentes de fuerza anteriormente descritos. Las
prótesis completas, gracias a su diseño, deben ser capaces de contrarrestar o
anular todas las cargas que actúen sobre ellas. Hoy se puede considerar que la
biomecánica de las prótesis consiste en su funcionamiento basado en tres
principios: retención, soporte y estabilidad.

La retención es la propiedad que tienen las prótesis para que no se produzca su


extrusión, y por tanto su desestabilización en el sentido vertical de inserción;
es decir, es la capacidad de dichas prótesis de oponerse a las fuerzas de
tracción. Es factible que los músculos de la cavidad bucal actúen aumentando
la retención y con ello también la estabilidad de las prótesis. El buccinador, el
orbicular de los labios y los músculos linguales son claves en este aspecto. A
medida que cambian la forma y tamaño de los tejidos de soporte protético (o
apoyo basal) se tornan más importantes las fuerzas musculares fisiológicas en
la retención de las prótesis. Además, con frecuencia las prótesis tienen un
efecto psicológico negativo sobre el paciente y los influjos nerviosos que se
producen afectan a la secreción salival y subsiguientemente también a la
retención. Eventualmente el paciente adquiere la habilidad de retener sus
dentaduras mediante sus músculos bucales 4.

El soporte es la propiedad que tienen las prótesis para que no se produzca su


impactación sobre las estructuras de apoyo (fibromucosa y hueso
subyacentes); es decir, es la capacidad de dichas prótesis de oponerse a las
fuerzas de compresión. La zona de soporte protésico (o apoyo basal) se va
reduciendo a medida que se reabsorbe el reborde residual. Cuando se emplean
prótesis desajustadas durante largos periodos de tiempo, el borde residual
puede reabsorberse gravemente. Si las crestas están muy reabsorbidas, el área
que soporta la prótesis se reduce y la mucosa que la rodea disminuye el grosor
y la elasticidad (Figuras 2-11). La consecuencia es que el borde residual es
incapaz de soportar adecuadamente la carga oclusal. Mediante un rebase a
tiempo, puede conseguirse una mejora en el soporte, la estabilidad oclusal y la
eficacia masticatoria 5.
La estabilidad es la propiedad que tienen las prótesis para conservar su
posición de reposo o de volver a ella después de haber realizado movimientos
funcionales; es decir, es la capacidad de dichas prótesis de oponerse a las
fuerzas horizontales, de cizallamiento y rotación. A veces el paciente se queja
de que la prótesis superior tiende a aflojarse al sonreír o durante otras formas
de expresión facial. Este problema surge cuando el frenillo vestibular lateral,
que se desplaza hacia atrás durante la función, tropieza con un borde
demasiado grueso de la prótesis superior en la zona de la escotadura
vestibular. Además, es conveniente que los ángulos distales de la base
protética sean finos para que el desplazamiento de la apófisis coronoides no
interfiera con la estabilidad de la prótesis (Figuras 12 y 13).

Desde el punto de vista anatómico y debido al patrón de reabsorción ósea,


ambos maxilares se separan progresivamente en la zona anterior; de modo que
el maxilar superior se vuelve bucalmente cada vez más pequeño. En prótesis
completa la relación intermaxilar es favorable para la disposición normal de
los molares cuando la línea de unión entre la línea media de la mandíbula y la
del maxilar superior forma un ángulo mayor de 80º respecto al plano oclusal.
Un ángulo menor de 80º con relación al plano de oclusión exige un montaje
de dientes en mordida cruzada o en posición de borde a borde; lo que origina
problemas de espacio lingual o de estabilidad masticatoria de las prótesis
(Figuras 14-16) 6. Por otra parte, en contra de lo que se pensaba, se ha
observado que la actividad de la lengua durante el habla parece contribuir más
a la estabilización de las prótesis que a su desplazamiento, sabiendo que los
movimientos verticales que acompañan a la fonación son significativamente
más numerosos en sentido de inserción que en sentido opuesto o de
desinserción 7. En un dentado, el espacio neutro es aquel en el que están
situados los dientes y donde se neutralizan las fuerzas de la musculatura
lingual y yugal. Puesto que en un edéntulo, la lengua invade dicho espacio y la
musculatura orbículo-buccinatoria se torna más fláccida, a la hora de
seleccionar y montar los dientes deben tenerse en cuenta la magnitud y
localización del espacio neutro, ya que es el lugar donde irán ubicados
idealmente los dientes de las prótesis 8.

Factores para lograr retención, soporte y estabilidad


Los principales factores que permiten lograr retención, soporte y estabilidad
en una prótesis son la adhesión, la presión atmosférica y la estabilidad oclusal.
La adhesión es la fuerza de atracción que mantiene unidas las moléculas de
distinta especie química. La acción de la adhesión en las prótesis completas
viene dada por la atracción de las moléculas de la saliva y las del acrílico de
las bases, y por la relación entre la saliva y la fibromucosa subyacente. Esta
fuerza de adhesión es la misma que se produce al interponer unas gotas de
líquido entre dos cristales, de modo que la fuerza necesaria para separarlos
será mayor que si no existiera líquido interpuesto entre ellos. Los factores de
los que depende la adhesión son la cantidad de superficie en contacto, la
correspondencia entre distintas superficies y las características del menisco
salival interpuesto.

Cuanto mayor sea la cantidad de superficie, mayor será la adhesión, por lo que
es evidente que en el maxilar superior resultará más fácil lograr una mayor
adhesión. La cresta alveolar ideal en cuanto a la adhesión estaría compuesta
por un hueso de buena calidad, resistente y apenas reabsorbido; recubierto
uniformemente de mucosa sana y tirante, sin fosas, salientes ni cantos agudos.
No existirían cicatrices, arrugas ni hipertrofias hísticas que pudieran afectar
negativamente a la colocación de la prótesis. Por desgracia, estas condiciones
ideales no son en absoluto frecuentes, especialmente en la mandíbula. Del
mismo modo, cuanto mejor sea la correspondencia de las superficies, mayor
será la adhesión. Por tanto, se buscará la máxima congruencia entre las bases
de acrílico y la fibromucosa; lo que exige que las impresiones sean lo más
exactas posible (Figuras 17 y 18). Asimismo, será necesario realizar rebases
periódicos para adaptar la prótesis a los cambios que van experimentando los
tejidos de soporte subyacentes. Entre las características del menisco salival
que condicionan la adhesión, destacan la regularidad del menisco salival, la
viscosidad y cantidad de la saliva y la capacidad de humectación del material
de la base protética. Cuando una prótesis sufre pequeños desplazamientos, la
cohesión (fuerza que une moléculas semejantes) entre las moléculas de la
saliva permite que dicha prótesis recupere su posición inicial. Por ello, es muy
importante la regularidad del menisco salival, ya que si tuviese irregularidades
no se produciría una correcta movilidad de la prótesis (las prótesis no
regresarían a su lugar tras pequeños desplazamientos), y disminuiría la
adhesión. La viscosidad de la saliva facilita la adhesión, mientras que la
fluidez de la misma causa el efecto contrario. Sin embargo, es importante que
la saliva tenga una cierta viscosidad, pero dentro de unos límites; ya que una
saliva demasiado espesa y viscosa —la cual se compone de mucus espeso
proveniente de las glándulas palatinas—, es suficiente para desplazar la
prótesis de su ubicación correcta4. La cantidad y consistencia de la saliva
afectan a la estabilidad, retención y confortabilidad de las prótesis. Mientras
un exceso de saliva complicará la toma de impresiones y constituye una
molestia para el paciente, la ausencia de saliva o xerostomía presenta
inconvenientes más graves. La humedad, como se ha visto, es necesaria para
que actúen los factores habituales de la retención y si no hay saliva, la
retención de las prótesis se ve menoscabada. Aún más, la ausencia salival a
menudo produce la adhesión de mejillas y labios a la base protética de un
modo incómodo 4. El bienestar durante el uso de las prótesis depende en
buena medida de la capacidad lubricante de la saliva y su rico contenido en
factor de crecimiento epidérmico, que resulta esencial para la protección de la
mucosa y la estimulación de la cicatrización de las heridas. La sequedad de la
mucosa oral compromete la retención de las dentaduras y puede producir
molestias en la mucosa o úlceras en las zonas de apoyo de las prótesis. Por
otra parte, la sensación de quemazón, la alteración de las percepciones
gustativas, la halitosis y los problemas para la fonación, la masticación y la
deglución del bolo alimenticio anulan el placer de la comida. Un flujo salivar
inadecuado, tanto cuantitativa como cualitativamente, constituye una causa
frecuente de mala tolerancia tisular a las prótesis completas convencionales,
ya que limita los movimientos labiales y linguales normales, dificultando la
deglución. Reduce la retención y dificulta la adaptación a las prótesis nuevas.
Se ha observado que existe una estrecha correlación entre la secreción de las
glándulas palatinas y la retención y grado de aceptación de las prótesis
superiores, al mismo tiempo que también existe correlación positiva entre la
secreción de las glándulas submaxilares y sublinguales y la retención y
comodidad de las prótesis inferiores 9. Finalmente, cuando la capacidad de
humectación de la base protética es alta, la adhesión se ve favorecida,
mientras que sucede lo contrario cuando es baja dicha humectabilidad. Esto
resulta ventajoso para las prótesis completas, frecuentemente fabricadas de
acrílico, cuya humectabilidad supera la de otros materiales como los metales.

Además de la adhesión, la presión atmosférica es otro de los agentes que


contribuyen a la retención, soporte y estabilidad de las prótesis completas.
Siempre que una prótesis se encuentra en reposo, la presión interna (negativa)
se iguala a la presión externa. La presión atmosférica interviene únicamente
cuando se generan fuerzas dislocantes que tienden a expulsar la prótesis, de
forma que aparece una presión negativa entre la prótesis y la fibromucosa. La
actuación de la presión atmosférica es relativamente elevada al ser resultado
de la diferencia entre la presión externa e interna. Requiere que el sellado
periférico de las prótesis sea óptimo, de modo que no se introduzca nada de
aire ante la presencia de fuerzas dislocantes para que pueda desarrollarse un
efecto de ventosa. Esto no significa que haya que sobreextender las prótesis
más allá de lo necesario, ya que si se hiciera, los tejidos blandos desplazarían
la prótesis durante los movimientos funcionales. Además, si la prótesis fuera
excesivamente retentiva aparecerían zonas de presión excesiva que generarían
reabsorciones óseas y úlceras de decúbito. Existe una zona conflictiva para el
sellado periférico, concretamente la zona posterior de la prótesis maxilar, que
debido a los movimientos del paladar blando tiende a desinsertarse cuando
entra aire por esa zona. Por tanto, el límite de la prótesis debe situarse
ligeramente posterior a la línea de Postdam, de manera que los movimientos
del paladar blando no influyan negativamente en su estabilidad.
Antiguamente, buscando conseguir una estabilidad mejor, se colocaba una
ventosa en la cara palatina interna de la prótesis superior. Pero estas ventosas
podían provocar perforaciones en el paladar.

Por último, la disposición de los dientes y el esquema oclusal son factores


muy importantes para la estabilidad y el funcionamiento de una dentadura. En
prótesis completa, la estabilidad oclusal se consigue mediante una oclusión
balanceada bilateral, que constituye el modelo oclusal que ofrece las mejores
condiciones de distribución de la presión sobre las estructuras de soporte bajo
una prótesis completa durante la masticación de los alimentos 10. En una
oclusión balanceada bilateral se cumplen las condiciones siguientes: los
dientes están montados en la prótesis en una posición de relación céntrica, de
modo que se crea un THIOP (oclusión céntrica o situación en la que coinciden
la posición dentaria de máxima intercuspidación con la posición condílea en
eje de bisagra terminal); en lateralidad se registra el máximo número de
contactos posibles tanto en el lado de trabajo como en el lado de no trabajo y
en protrusión aparecen múltiples contactos, tanto en el grupo anterior como en
el grupo posterior, de forma bilateral y simultánea (Figuras 19-23).

Los principales problemas que sufren los pacientes portadores de prótesis


completas no balanceadas son que las prótesis se les mueven cuando comen y
que se introducen restos de comida bajo dichas prótesis 11. Del mismo modo,
el hecho de que los pacientes se quejen de que las prótesis se aflojen tras un
tiempo de permanencia en boca, es un signo que indica errores oclusales. Las
prótesis pierden su posición porque los contactos prematuros causan una
movilidad continua de las bases sobre la superficie de asiento 4. Se ha
observado que con una oclusión balanceada bilateral no se requiere una gran
fuerza oclusal para triturar los alimentos relativamente duros, y que la tensión
que reciben los tejidos de soporte es menor que con cualquier otro tipo de
esquema oclusal 4, 12. Para que el balanceado no se pierda cuando los
alimentos se introducen en la boca, el paciente deberá fragmentar los
alimentos y masticar simultáneamente por los dos lados de la boca 11. La falta
de balanceado oclusal genera que la prótesis se ladee sobre los tejidos de
soporte, con lo que se interrumpen el sellado y la retención 4, 12. Con una
oclusión balanceada bilateral, las fuerzas oclusales se transmiten a 90º del
hueso subyacente consiguiéndose así un alto nivel de estabilidad incluso en
crestas óseas reabsorbidas 11. Junto a la oclusión balanceada, otro
procedimiento que contribuye a la estabilidad oclusal en situaciones de carga,
consiste en la limitación del diámetro vestíbulo-lingual de las piezas
posteriores, de modo que la totalidad de la cara oclusal se proyecte sobre las
partes planas de la cresta alveolar 11. Es lo que se denomina “reducción de la
tabla oclusal” 3.

Limitaciones biomecánicas de las prótesis completas


La masticación de los alimentos con prótesis totales ayuda al paciente
edéntulo a nutrirse adecuadamente. Sin embargo, aún las prótesis totales
construidas bajo las mejores condiciones sólo poseen una eficacia masticatoria
equivalente a una fracción de la dentición natural 12. Se calcula que los
dientes naturales transmiten cargas cuatro veces más intensas en oclusión que
las prótesis completas convencionales, de modo que un paciente portador de
prótesis completas desarrolla fuerzas de aproximadamente 2,5 kg 13. Por otra
parte, la imposibilidad de obtener una buena estabilidad y retención en
pacientes con una gran reabsorción de sus rebordes alveolares dificulta que
estas prótesis puedan cumplir su misión rehabilitadora de las funciones orales
con eficacia. Como consecuencia de la pérdida dentaria desaparece la
propiocepción del ligamento periodontal, de modo que a pesar de la existencia
de mecanorreceptores en la mucosa oral, la sensibilidad deja de ser tan fina
ante las fuerzas excesivas y aumenta el riesgo de fractura de estas prótesis,
confeccionadas en acrílico, cuya resistencia es limitada y muy inferior a la de
los metales 12. Los procesos de reabsorción continuos en las crestas,
consecuencia directa de la pérdida dentaria, producen, incluso después del
tratamiento protésico, una disminución constante de la dimensión vertical con
reducción de la altura facial. Dicha pérdida de altura provoca una
anterorrotación de la mandíbula, lo que hace que los contactos anteriores de la
prótesis sean cada vez más fuertes, y que aparezcan contactos primarios en la
zona molar como consecuencia del patrón característico de reabsorción de la
cresta. Esto justifica la necesidad de revisiones y reajustes periódicos del
soporte y la oclusión de estas prótesis 6.

Discusión
La instauración de una prótesis completa en boca exige al paciente edéntulo
un esfuerzo de adaptación que será tanto mayor cuanto peor diseñada esté la
prótesis. En general, la mayor parte de los fracasos en los tratamientos
prostodóncicos, son consecuencia de una mala planificación, por lo que
deberá realizarse un diseño cuidadoso de las prótesis en cada caso para
optimizar los resultados terapéuticos.

El diseño de una prótesis deberá ir dirigido a minimizar los factores que


comprometan la retención, estabilidad y soporte adecuados para un correcto
funcionamiento biomecánico de la rehabilitación durante el desarrollo de las
funciones orales. De ahí la importancia de conocer las estructuras anatómicas
bucofaciales, las fuerzas que actuarán sobre las prótesis, y la forma de
aprovechar o evitar elementos favorecedores o comprometedores del buen
funcionamiento de las restauraciones.

Por todo ello, la sistematización en la práctica clínica, no debe hacernos


olvidar los principios básicos que deben guiar el diseño de una prótesis para
controlar y manejar a nuestro favor los factores biomecánicos de los que
dependerá en buena medida el éxito, confort y durabilidad de nuestros
tratamientos.

Correspondencia
Raquel Castillo de Oyagüe
Departamento de Estomatología I
(Prótesis Bucofacial)
Avda. Complutense s/n.

28040 Madrid
raquel .nk@telefonica.net

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