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UTH
Catedra: Ergonomía
N° de cuenta: 201810110232
Campus: Choluteca
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Índice
Introducción……………………………………………………………………pág. (3)
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Introducción
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Objetivo General
Objetivos Específicos
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Contenido
Una correcta iluminación es esencial para ver, sin dificultades, las tareas que se
realizan en el puesto de trabajo y, también, en las zonas de paso, las vías de
circulación, las escaleras o los pasillos. Si la iluminación es deficiente, aumenta
la posibilidad de que los trabajadores cometan fallos y como consecuencia
puedan producirse accidentes. Y no sólo eso, también provoca fatiga visual que
deriva en otros problemas como dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, mal
humor.
El estudio del fenómeno de la visión abarca el estudio del medio emisor, así
tendremos las diferentes fuentes de luz, la luz natural y artificial, que excita a
nuestros ojos permitiéndonos la visión, el medio y su influencia, la naturaleza de
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la luz, el color, las características de la tarea a realizar y el receptor: la fisiología
y el funcionamiento del ojo y los factores que influyen en la visión.
Una vez conocida la importancia del sentido de la visión, así como su inseparable
condición junto con la iluminación, debemos preguntarnos cuáles son los riesgos
a los que se encuentran expuestos los trabajadores por una mala o deficiente
iluminación, así como las repercusiones sobre la visión del individuo.
Medidas preventivas
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Las bombillas, fluorescentes o lámparas de bajo consumo deberán
llevar pantallas que los oculten a la visión directa para evitar
deslumbramientos.
Parámetros a considerar
La eficacia del «sistema visual» se mide en términos de «rendimiento visual». El
término «rendimiento visual» se emplea para cuantificar la aptitud de un individuo
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para: detectar, identificar y reaccionar ante los estímulos visuales existentes en
su campo de visión.
El «rendimiento visual» depende de 2 cosas: de las características de la tarea y
de la percepción visual del operador. A su vez, la percepción visual del operador
está influenciada por las características del entorno visual (nivel de iluminación,
deslumbramiento, estímulos visuales que pueden distraer su atención, etc.)
Las principales «funciones visuales» implicadas en la ejecución de la tarea
visual, funciones que, en última instancia, intervienen en la percepción y el
reconocimiento de las formas, son las siguientes:
La percepción de luminancias
La luminancia: Es el parámetro de estímulo visual más primario; la sensación
de luminosidad o brillo de una superficie es la sensación visual más simple.
Recordemos que la luminancia de una superficie o fuente luminosa es la
intensidad de luz emitida por cada unidad de superficie. En fuentes secundarias
esto depende de la reflectancia de la superficie y del nivel de iluminación.
El ojo humano tiene la facultad de adaptarse a muy distintos niveles de
luminancia.
El nivel al que se encuentra adaptado el ojo en un momento dado se conoce
como «luminancia de adaptación». Hay que tener en cuenta que el ojo necesita
tiempo para adaptarse a un nivel diferente de luminancia.
El tiempo de adaptación cuando la luminancia crece es pequeño, comparado con
el requerido cuando la luminancia disminuye (en este último caso se pueden
requerir varios minutos). Durante ese intervalo de tiempo, un trabajador puede
quedar «cegado» o su capacidad de visión notablemente disminuida. Por esta
razón, se recomienda introducir períodos de adaptación antes de comenzar a
trabajar en ambientes poco iluminados después de haber permanecido en otro
muy iluminado.
Otro aspecto importante que debemos considerar, es que, en condiciones
normales, un aumento de luminancia conlleva una mejora del rendimiento visual.
Esta mejora crece hasta un punto en el que ya no aumenta más, aunque siga
aumentando la luminancia.
La mejora se manifiesta, sobre todo, cuando se ejecutan trabajos minuciosos o
de poco contraste. Sin embargo, en tareas visuales bien contrastadas y que no
precisan la percepción de detalles finos, el rendimiento visual máximo se
consigue con niveles moderados de luminancia.
Para una tarea dada, el aumento de luminancia se puede conseguir
incrementando el nivel de iluminación. Éste es el fundamento de las tablas de
alumbrado, donde para cada tarea se estima el nivel mínimo de iluminación
necesario para alcanzar el máximo rendimiento visual.
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La percepción del contraste
La mayor parte de la información visual que recibimos no se debe a la
luminancia, sino a las variaciones de luminancia que detecta el ojo en el campo
visual, es decir, al contraste de luminancias.
La sensibilidad del ojo a la detección del contraste también aumenta con la
«luminancia de adaptación». En general, esta sensibilidad crece hasta llegar a
una luminancia media del fondo de unas 100 Cd/m 2. Naturalmente, esta
luminancia depende tanto del nivel de iluminación como de la reluctancia de las
superficies del entorno.
Aunque después se verá con mayor detenimiento, conviene adelantar que el
contraste de la tarea se puede ver afectado negativamente en los siguientes
casos:
a) Cuando existe un deslumbramiento perturbador, debido a las fuentes
luminosas cercanas a la línea de visión. Esto disminuye la percepción del
contraste.
b) Cuando existen reflexiones de velo, debido a la reflexión de fuentes de luz
sobre la tarea. Esto produce una reducción real del contraste.
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VISIÓN E ILUMINACIÓN
Son muchos los aspectos fisiológicos que intervienen en la visión; sin embargo,
algunos de ellos cobran mayor importancia en el contexto de la iluminación y la
seguridad y la salud en el trabajo. Esos aspectos son:
Acomodación visual: Capacidad del ojo para enfocar nítidamente objetos a
diferentes distancias. Ocurre cuando cambia la longitud focal por la variación del
espesor del cristalino mediante la acción del músculo. Esta facultad se va
perdiendo con los años debido a que se reduce la elasticidad muscular, lo cual
se conoce como presbicia o vista cansada e implica el aumento de la distancia
focal y de la cantidad de luz necesaria para que se forme una imagen nítida.
Adaptación visual: Es la capacidad del ojo para adaptarse automáticamente a
variaciones de luminosidad. En este proceso interviene el iris, que actúa en forma
semejante al diafragma de una cámara fotográfica y regula la abertura de la
pupila, y también los cambios fotoquímicos en la retina. Cuando se pasa de
ambientes oscuros a luminosos la adaptación es muy rápida, pero en caso
contrario el ajuste es mucho más lento.
Agudeza visual: Es la capacidad de percibir y discriminar visualmente los
objetos o de distinguir dos puntos muy próximos entre sí. Es una medida del
detalle más pequeño que se puede diferenciar y está muy influenciada por el
nivel de iluminación. Si el nivel es bajo, como sucede por la noche, cuesta trabajo
distinguir detalles.
Contraste: Es la diferencia relativa entre una imagen y sus alrededores. Se
produce por desigualdades entre colores y brillos. A mayor contraste, mejor
visión, más particularización de detalles y menos fatiga visual. Una buena
iluminación contribuye al logro de un buen contraste y al aumentar el brillo se
compensan los bajos contrastes en colores.
Sombras: Las variaciones de iluminación de los objetos generan las sombras y
ellas contribuyen a mejorar la percepción del relieve. No obstante, si aparecen
grandes diferencias de iluminación, se pueden crear zonas en sombras que
impiden el buen despliegue de la capacidad visual.
Brillo: Constituye un factor de visibilidad y depende de la intensidad de luz que
recibe y de la proporción de luz que es reflejada.
Campo Visual: El campo visual del hombre está limitado a un ángulo de unos
180°en el plano horizontal y unos 130°en el plano vertical, 60° por encima del
plano que pasa por los ojos y 70° por debajo de dicho plano.
Tiempo: El proceso visual requiere de tiempo, de forma que el ojo pueda ver
pequeños detalles, incluso con bajos niveles de iluminación si se le da tiempo
suficiente. El aumento de luz facilita una rápida visión
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Atributos del color
Siempre que se elijan los colores, es válido recordar que ellos producen efectos
muy variados: mayor o menor visibilidad, sensación de calor o frio, sensación de
amplitud o estrechez, de libertad o encierro, de aumento o disminución de
tamaño, de alegría o tristeza, entre muchas más cosas. Los colores claros
reflejan más la luz, lo que permite un mayor aprovechamiento de la misma.
Amarillo, naranja y rojo: Son colores cálidos, de muy alta visibilidad, y su empleo
da la sensación de agrandar recintos. El amarillo y el naranja tienen mayor
visibilidad que el rojo, pues permite mayor reflexión de la luz. El rojo es más
poderoso, excitante, y sin duda ofrece mayor impacto visual.
Verde y azul: Son colores fríos, refrescantes y dan la sensación de alejamiento.
Se oponen al rojo. El verde inspira calma, tranquilidad mental y seguridad; por
ello se eligen en salas de descanso y de espera. El azul sugiere inmensidad y
se identifica con el frio del hielo y el acero.
Púrpura y violeta: Son colores profundos, serenos y relajantes, aunque algunas
personas los asocian con el duelo, lo que conduce a la depresión.
Riesgos
a. Molestias visuales y oculares
b. Aumento de la fatiga visual
c. Reducción del Rendimiento
d. Errores y accidentes
e. Disminución de la cantidad y calidad del trabajo
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Conclusión
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Bibliografía
http://www.segurmaniazurekin.eus/lecciones-seguridad/la-importancia-de-una-buena-
iluminacion-en-tu-puesto-de-trabajo/
https://blogs.imf-formacion.com/blog/prevencion-riesgos-
laborales/actualidadlaboral/importancia-de-la-iluminacion-y-la-vision-en-el-diseno-de-un-
puesto-de-trabajo/
https://esc-web-
dev.s3.amazonaws.com/staging/documents/LERGONOMIA_3_y_4_iluminacion.pdf?AWSAcces
sKeyId=AKIAWFY3NGTFNDEDHBGJ&Signature=p4rUq6dlfWMnuyHI2M0ZmJmWul0%3D&Expir
es=1608524527
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