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Carlos Pérez Morales, ssp

Los gestos en el rito de la Comunión


Antonio Lara Polaina

Tener la experiencia de vivir la Eucaristía comprendiendo cada momento desde


una raíz más profunda es una cosa buenísima. Y ver ahora los gestos que se
emplean en el momento del rito de la comunión, tiene que hacernos entrar en una
comprensión del misterio que ahí se realiza que podamos dar testimonio no solo
de palabra, sino con la vida.
Vemos que existen elementos que serán inamovibles y que no cambiaran jamás, y
otros que son adaptables o que se han ido mejorando con el paso del tiempo,
ejemplo claro es la oración del padre nuestro, que será una institución que
aparecerá en el rito romano hasta el siglo V. Esta oración, que se une al gesto
hermoso y expresivo de las «manos elevadas» al cielo, con las palmas abiertas,
del presidente de la celebración nos invitara pues junto con el embolismo y la
doxología con que el pueblo cierra esta parte a pedir para el pueblo la gracia de
que no nos falte nunca el alimento espiritual, que es la Eucaristía.
Este primer momento se vera acompañado por el gesto de la paz, que se trata de
un gesto sobrio y simbólico, que se en recientes fechas se ha hecho con poca
fidelidad a lo que verdaderamente significa, convirtiéndolo en un mero saludo, y,
en muchas ocasiones, alargándolo innecesariamente, y ¿cuál es el sentido
profundo de este gesto? ...es claro, no podemos acercarnos al altar, si no nos
acercamos antes al hermano. No podemos recibir el «sacramento de la
Eucaristía» sin estar en comunión con el «sacramento del hermano» (san Juan
Crisóstomo, In Math. Hom. 50, 3-4), si estamos acercándonos al mismo «gesto
pascual» de la Última Cena, tenemos que estar justamente como en aquel gesto,
unidos a Cristo, pero también a los hermanos. Y a propósito de este gesto que
nosotros los católicos hacemos como un «memorial» y que de una manera
general y extensiva la Iglesia no ha dejado de realizar en cada Eucaristía, es un
gesto que debe tener todo su realce, evitando que se convierta en una mera
rúbrica, este será pues el centro del «rito de comunión» pues aquí el sacerdote va
a partir y distribuir el cuerpo y la sangre de Cristo mismo, por eso, en el Misal se
subraya la «fuerza y la importancia de signo»
Los ritos preparatorios para recibir la Sagrada Comunión están pensados para
ayudar a todos al encuentro con el Señor, constituyen una imagen elocuente, que
los fieles contemplan mientras oran también en silencio y se preparan
espiritualmente, antes
de acercarse a recibir el Cuerpo del Señor en la Comunión. La Eucaristía es
comida y bebida, banquete, convite pascual, participación en el sacrificio de Cristo
(cf OGMR 85), recibido por los fieles «debidamente dispuestos, como alimento
espiritual» (OGMR 80).

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