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En el DG, Wolfgang Weingart fue fundamental para la nueva ola que acabó llamandose
posmoderna. Él se formó como componedor de textos en Basilea, Suiza, y luego fue
profesor en esa ciudad. Memorizó obligado las respuestas correctas a los problemas
de diseño según sus manuales de tipografía, cambiar las normas estaba fuera de
discusión, y se vió empujado a provocarlas para demostrar que la tipografía era un
arte.
Afirma en la revista Druckspiegel que "la fotocomposición tipográfica convierte a
la tipografía en un juego sin normas", texto que los editores no publicaron en su
totalidad por miedo a perder lectores.
Utilizó tipos de imprenta para investigar las relaciones básicas entre letras
(cuerpo, color tipográfico, legibilidad), experimentaba espaciando palabras y
letras hasta la inintelegibilidad.
Su obra espontanea, intuitiva y emocional influenció al diseño americano.
Realizó en 168 un cartel minimalista en base a la letra N para una pelicula a
proyectar en la escuela de Ulm que era "simple, ordenado, estático", y luego en
1971 la portada para Typografische Monatsblatter flotando letras sobre Times Square
que era "complejo, caótico, fracturado", estilo que emplearía aun más con el
tiempo.
Es un primer indicio de que el diseño estaba empenzando a cuestionar su compromiso
racional y adoptaba formas cada vez menos fijas y más abiertas.
A finales de los 70 le encargaron diseñar carteles para museos e instituciones, y
su obra cambió radicalmente. Armó un cartel superponiendo collage sobre una base
filmica y transfiriendolos directamente a la plancha litográfica. Sus complejos
espacios pictóricos sin precedentes, fusionaban tipografía, elementos gráficos y
fragmentos de fotografías, perfiles irregulares formas fortuitas y texturas
comprimidas. Weingart fragmentaba, giraba y superponía en una geometría cubista que
encarnaba un nuevo tipo de espacio gráfico autorreferencial. En buenas manos, el
diseño gráfico podía ser un medio de expersión artistica autónoma.
Sin embargo aunque los diseñadores gráficos no las hubieran adoptado, las nuevas
ideas culturales se extendían a otros ámbitos: Robert Venturi publicó "Complejidad
y contradicción en la arquitectura" abogando por elementos hibridos, distorsionados
e incoherentes más que puros, directos o claros, invirtiendo el famoso axioma
moderno "más no es menos". Venturi, Denise Scott Brown y Steven Izenour mostraron
estas ideas en Las Vegas Strip, un análisis detallado que animó a los diseñadores
gráficos a aceptar el diseño vernacular como una forma de liberarse de la
modernidad.
A finales de los 80 los grafistas irían mucho más lejos en su intento de conformar
la complejidad y la ambigüedad de la experiencia moderna, sin embargo la mayoría de
los primeros diseñadores posmodernos siguieron aceptando las normas tipográficas
establecidas y centraron su atención en lo que ocurría alrededor del texto. Un
ejemplo de posmodernidad absoluta es la revista Fetish por Jane Kosstrin y David
Sterling: una edición de 1980 que habla sobre materiales sintéticos subraya titulos
y textos con gruesos filetes, sobre fragmentos irregulares de papel pautado,
espaciados de letras en distintos grosores, aunque los textos principales mantienen
columnas y cajas ordenadas. Presentan un diseño gráfico informal, lúdico,
pluralista y confiada en el valor de la cultura popular.
A fines de los 80 surgió un recurso de aspecto tridimensional por parte del grupo
Memphis (fundado en Milán tomando el nombre de una canción de Bob Dylan). Según la
historiadora Barbara Radice "estos diseños son ensamblajes y aglomerados,
decoraciones que se superponen, se entrecruzan, se agregan y fluyen en conjunto,
orientado hacia la concentración sensorial, ya que la verdadera comunicación no
solo transmite información sino que exige un intercambio de fluidos y tensiones; no
pretenden saber lo que la gente necesita sino que se arriesgan a imaginar lo que
quiere".
En Gran Bretaña no había ningún empeño en definir que existía una nueva tendencia
como reacción a la modernidad, quizás porque ésta nunca había sido un estilo tan
dominante en la gráfica británica; se identificó mucho más que en USA con la
cultura joven y la música pop, con diseñadores situados fuera de la corriente
dominante del diseño profesional quizás sí como gesto podemoderno, actuando como
una herramienta creativa con la que los jóvenes se comuincaban entre ellos cuya
importancia tardó cierto tiempo en ser reconocida al no preocuparse por ser
accesible a otros profesionales fuera de su circulo.
Los norteamericanos tampoco reconocieron estos nuevos trabajos británicos; no
supieron de Neville Brody hasta que se publicó su colección a finales de los 80, o
de Peter Saville quien fue otro gran diseñador posmoderno (al menos más que los
citados por escritores norteamericanos de la época).
Si estos diseñadores británicos constituyeron la nueva ola fue por asociación: sus
figuras clave (Barney Bubbles, Saville, Brody y Malcolm Garret) realizaron diseños
para músicos de la nueva ola post-punk. El estilo era similar en espíritu al punk
suizo de Weingart y Friedman de la misma época, cargados un simbolismo subjetivo al
estilo April Greiman.