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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA PROFESIONAL DE ESTOMATOLOGÍA

RESUMEN

ASIGNATURA: CIRUGÍA II
DOCENTE: INDIRA PICHIHUA
ALUMNAS: LAYDI MARÍA ANCCO MAYHUIRE
SHARMELY PRADA ZAMOARA
SOLANCH CCONAYA RODAS

CICLO: VI
3.
LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA
ESTUDIOS PREOPERATORIOS
HEMOSTASIA
3.1. LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA
La intervención quirúrgica consiste en la realización de una serie de fases siguiendo
unos principios científicos bien definidos y aplicando una secuencia de gestos
manuales adecuados, para así conseguir unos fines u objetivos terapéuticos
preestablecidos. Consta de tres períodos perfectamente diferenciados:
1. Período Preoperatorio.
2. Período Peroperatorio (también puede denominarse Intraoperatorio).
3. Período Postoperatorio.
3.1.1. PERÍODO PREOPERATORIO
Abarca desde la realización de la anamnesis, de la exploración clínica, de los estudios
radiológico y complementarios que sean imprescindibles para efectuar un correcto
diagnóstico -todo lo cual dará lugar o no a una indicación quirúrgica- hasta la
preparación del paciente para la ejecución del acto quirúrgico.
De los exámenes de laboratorio que con más frecuencia se efectúan destacaremos:
1. Biometría hemática: Recuento de glóbulos rojos, valor del hematocrito,
determinación de la hemoglobina, recuento y fórmula leucocitaria, recuento de
plaquetas.
2. Pruebas de hemostasia.
3. Examen general de orina: Volumen en 24 horas, color, pH, densidad, presencia de
proteínas, glucosa, productos de degradación -cuerpos cetónicos, urobilina,
urobilinógeno.
4. Bioquímica sanguínea: Enzimas, proteínas, carbohidratos, lípidos, minerales
(oligoelementos), productos de degradación metabólica, etc.
5. Estudio de los electrolitos (sodio, potasio, cloro), del equilibrio ácido-base y de la
oximetría.

Así tenemos una serie de "perfiles básicos" como son:


- Hemograma completo.
- Estudio básico de la hemostasia.
- Perfil preoperatorio.
- Perfil hepático.
- Perfil renal.

3.1.1.1. La preparación física


La preparación física de la paciente previa a la Cirugía Bucal comprende:
- Recomendar la ingestión de alimentos de forma moderada 2 o 3 horas
antes de la intervención.
En tales situaciones de que haya una sedación general, el paciente deberá estar en
ayunas, antes de la intervención quirúrgica; este período de ayunas será de 4 horas
cuando se quiera efectuar una sedación consciente.

RECOMENDACIONES PREVIAS A LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA


3.1.1.2. LA PREPARACIÓN PSÍQUICA LA PREPARACIÓN PSÍQUICA DEL PACIENTE
PREVIA A LA CIRUGÍA BUCAL COMPRENDE:
- Educar e informar previamente al paciente a fin de que conozca los detalles más
importantes o los que puedan ocasionarle ansiedad o temor.
- Ganarse la confianza del paciente y conseguir una afinidad e interrelación adecuadas.
Nuestra conducta debe inspirar confianza sin llegar a límites que rocen la petulancia;
es importante explicar y contestar convenientemente todas las preguntas que se nos
formulen y sobre todo debemos escuchar al paciente con atención.
- El ambiente del centro o clínica en general, y especialmente de la zona quirúrgica, no
tiene que ser traumatógeno.

3.1.1.3. LA PREPARACIÓN MEDICAMENTOSA


La preparación medicamentosa puede comprender distintos apartados, aunque
generalmente se da una mayor importancia a la preanestésica con el fin de sedar al
paciente.
Los objetivos primordiales de la premedicación en Cirugía Bucal son:
- La reducción de los aspectos psicológicos negativos, generalmente referidos a la
ansiedad, la aprensión, el miedo, la hiperexcitabilidad o la hipersensibilidad para el
dolor.
- La minimización de los fenómenos inflamatorios propios de todo postoperatorio,
especialmente del dolor y de la tumefacción.

3.1.1.3.1. PREMEDICACIÓN ANSIOLÍTICA


Ya hemos mencionado la ansiedad como un componente psíquico capaz de
incrementar la sensación de dolor. El hecho de reducir el estado de ansiedad no sólo
tiene importancia desde el punto de vista de la relación psicológica que se establece
entre odontólogo y paciente, y que sin duda facilita el tratamiento.

3.1,1.3.2. PREMEDICACIÓN ANALGÉSICA Y ANTIINFLAMATORIA


Nadie ha dudado de la eficacia de los tratamientos farmacológicos y físicos efectuados
en el postoperatorio, pero hoy en día al conocerse mejor las bases fisiológicas de la
inflamación y del dolor, resulta lógico intentar actuar justo cuando se inician los
mecanismos desencadenantes sin esperar a que se instauren los múltiples círculos
viciosos propios de este fenómeno.

3.1.1.3.3. AMORTIGUACIÓN DE LAS FUNCIONES VEGETATIVAS


En la mayoría de tratados se menciona la administración preoperatoria de atropina
para evitar reacciones -bradicardia, hipotensión- originadas por reflejos vegetativos;
también se usa por su efecto parasimpaticolítico cuando el paciente padece una
sialorrea.
3.1.1.3.4. PREMEDICACIÓN ANTIBIÓTICA
Puede hacerse una profilaxis antimicrobiana por dos vías; uno a nivel tópico -de la
mucosa bucal- con diferentes colutorios a base de antisépticos, y por vía sistémica, que
ya es una verdadera "premedicación antibiótica".

3.1.1.3.5. PREMEDICACIÓN HEMOSTÁTICA


A diferencia de lo que se ha dicho para la "premedicación antibiótica" la posición del
odontólogo ha de ser más pasiva ante una diátesis hemorrágica -su problemática será
discutida detalladamente más adelante- en lo que concierne a la premedicación
farmacológica específica para esta situación, ya que es competencia clara del
hematólogo.

3.1.2. PERÍODO PEROPERATORIO O INTRAOPERATORIO


El acto quirúrgico propiamente dicho; en él se incluyen todos los pasos preparatorios
del campo quirúrgico, la técnica quirúrgica indicada en cada caso, y la reparación de
los tejidos. Uno de los pilares básicos de la Cirugía Bucal es que se realice con asepsia;
por ello deberán aplicarse una serie de medidas destinadas al paciente, al cirujano y
sus ayudantes.

3.1.3. PERÍODO POSTOPERATORIO


Comprende el lapso de tiempo entre que finaliza la intervención quirúrgica y el
momento a partir del cual puede considerarse que el paciente ya ha recuperado su
estado normal. En Cirugía Bucal varían mucho la importancia y la envergadura de las
manipulaciones quirúrgicas por lo que es difícil homogeneizar las medidas
postoperatorias. Sin embargo puede admitirse que generalmente este periodo
comprende entre 3 y 7 días, y que los cuidados y tratamientos a prescribir pueden ser
de aplicación local y general.

3.1.3.1. TRATAMIENTO LOCAL


Es el que se efectúa sobre la zona o herida postoperatoria y sobre el conjunto de la
cavidad bucal. Consiste en:
-Limpieza de la herida con suero fisiológico estéril que elimine restos o detritus que
puedan contaminarla.
-Compresión con gasa seca estéril sobre la zona operatoria, para facilitar la
hemostasia. Esta acción mecánica sobre los tejidos suturados puede durar de 30
minutos a 1 ó 2 horas.
- Pasadas las primeras 24 horas podrán iniciarse los enjuagues bucales con el fin de
mantener una buena higiene de la herida operatoria y de la cavidad bucal. Los
enjuagues precoces y violentos pueden desalojar el coágulo e interrumpir el proceso
normal de curación.

3.1.3.2. TRATAMIENTO GENERAL


Las actitudes y prescripciones postoperatorias de carácter general van orientadas a
minimizar las reacciones de los tejidos intervenidos que son en cierto modo fisiológicas
tales como el edema o la aparición de dolor.
OPIÁCEOS MENORES
Participan de las propiedades de los opiáceos mayores pero con una potencia
notablemente menor y con muy poca capacidad de causar dependencia. Sus
representantes de uso clínico más frecuente son la codeína y el dextropropoxifeno.

ANALGÉSICOS NO ANTIINFLAMATORIOS
Esencialmente son los derivados del paraaminofenol cuyo representante más conocido
es el paracetamol, se absorbe bien y rápidamente por vía oral. Se metaboliza en el
hígado y se excreta por la orina, la dosis recomendada es de 600-900 mg cada 4 ó 6
horas, siempre por vía oral. Una de sus ventajas, al tener una buena absorción
gastrointestinal, es la rapidez con que se obtienen niveles plasmáticos terapéuticos,

Tiene también efecto antipirético; a grandes dosis puede llegar a producir necrosis
hepática.

ANALGÉSICOS ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDALES


En este apartado juntamos -quizás un poco forzadamente- el ácido acetilsalicílico y sus
derivados con los analgésicos antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) ya que tienen
muchas características en común; todos estos fármacos son esencialmente analgésicos
y antipiréticos pero cuando se quiere que tengan una acción antiinflamatoria se
deberán administrar a dosis bastante más altas.

3.1.3.2.3. Tratamiento antibiótico


La prescripción de este tipo de fármacos en el período postoperatorio vendrá
condicionada a dos criterios: las indicaciones de la profilaxis de una enfermedad
infecciosa a distancia, y la prevención de la infección de la zona intervenida.

3.1.3.3. Controles postoperatorios


En el período postoperatorio es preciso controlar una serie de funciones o problemas
potenciales que pueden influenciar muy seriamente en su desarrollo.

3.2.1.4. Valvulopatías
Se han de analizar los problemas que pueden suscitarse por varias razones:
- Estado de descompensación hemodinámica (comprobar el grado de insuficiencia
cardíaca
- Posible tratamiento con antivitaminas K, se debe conocer el mantenimiento y actuar
con el consentimiento del hematólogo, sobre todo si ha sido intervenido
quirúrgicamente y lleva una prótesis valvular.
- Recordar que en la patología de la válvula mitral deberá hacerse la profilaxis de la
endocarditis bacteriana, inexcusable cuando el tratamiento odontológico comporte un
sangrado; recuérdese que la anestesia intraligamentosa obliga a efectuar la profilaxis
en todo paciente susceptible.
3.2.2. HIPERTENSIÓN ARTERIAL
Para diagnosticar a un individuo de hipertensión, éste debe tener una tensión arterial
sistólica (TAS) igual o superior a 140 mmHg, o bien una tensión arterial diastólica (TAD)
igual o superior a 90 mmHg; sin embargo estas cifras deben calcularse tras hacer el
promedio de tres lecturas -efectuadas en tres visitas distintas- de su tensión arterial.
La prevalencia estimada de la hipertensión arterial en la población adulta es
aproximadamente de un 20%; si afinamos más, observaremos que en nuestro ámbito
por encima de los 45 años una cuarta parte de los hombres y más de una tercera parte
de las mujeres son hipertensos.
Su trascendencia es importante puesto que una hipertensión no controlada puede
inducir una insuficiencia renal, un agravamiento de una enfermedad cardiovascular, y
está estrechamente relacionada con la producción de accidentes vasculares cerebrales

3.2.3. ENFERMEDADES RENALES


Las causas y manifestaciones de las nefropatías son muy numerosas y variadas. La
insuficiencia renal puede ser crónica o aguda, y su control se efectúa con estudios
bioquímicos básicamente mediante el aclaramiento de la creatina que permite conocer
la tasa de filtración glomerular; son también útiles otras determinaciones como la urea
en sangre, el ionograma y el equilibrio ácido base, el estudio cualitativo y cuantitativo
de la proteinuria, las pruebas de secreción y reabsorción del túbulo renal, etc.

3.2.4. ENFERMEDADES PULMONARES


El normal funcionamiento del aparato respiratorio es fundamental para asegurar el
aporte de oxígeno a la sangre y a todos los tejidos, y la eliminación del anhídrido
carbónico (CO2). La retención de CO2 producirá una acidosis respiratoria; al contrario,
la hiperventilación inducirá una alcalosis respiratoria. Para estudiar la función
respiratoria pueden indicarse: - Análisis de los gases en sangre arterial. - Pruebas
funcionales respiratorias. Sólo los problemas respiratorios graves pueden contraindicar
alguna técnica de Cirugía Bucal que, por lógica precaución, deberá desarrollarse con el
paciente hospitalizado. Como norma general, en el paciente con patología
broncopulmonar, debe irse con suma cautela cuando se quieran administrar fármacos
que puedan producir una depresión respiratoria; en este mismo sentido puede decirse
que se beneficiarán del aporte de oxígeno, pero si éste es excesivo, el resultado será
contraproducente puesto que la eliminación del estímulo hipóxico puede inducir una
hipoventilación e incluso una apnea

3.2.5. ENFERMEDADES HEPÁTICAS


Se ha de partir de la base que muchos fármacos -y entre ellos los empleados en la
anestesia general- son hepatotóxicos; ésta es una de las razones que hacen
aconsejable la anestesia locorregional en el paciente con insuficiencia hepática.
Cuando hablamos de insuficiente hepático entendemos esencialmente el paciente
cirrótico y el que sufre una hepatitis crónica activa, enfermedades estrechamente
relacionadas con el antecedente de una hepatitis sérica y el hábito alcohólico; con esto
queremos desmarcar otras entidades como la patología biliar, y muy especialmente el
paciente que ha pasado una hepatitis ya que no obligatoriamente quedará después
con una insuficiencia hepatocelular. Uno de los problemas que ha habido hasta ahora
es que no disponíamos de ninguna prueba que nos informase sobre el estado funcional
del parénquima hepático tal como sucede por ejemplo con el aclaramiento de la
creatinina para el caso del riñón.
El progreso terapéutico que ha significado el transplantamiento del hígado ha obligado
a buscar algún parámetro eficaz, entre los cuales está curiosamente implicada la
lidocaína. La lidocaína inyectada endovenosamente a dosis subterapéuticas -1 mg/kg-
es rápidamente metabolizada, en su paso por el hígado, por una oxidasa hacia un
metabolito que se conoce como monoetilglicinxilidido (MEGX); la determinación de
este MEGX en intervalos controlados, durante los 15 primeros minutos, permite
efectuar una curva que es indicadora de la actividad funcional hepática

3.2.6. PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA


En este tipo de pacientes hay que temer alteraciones de la conducta importantes -y a
veces imprevisibles- así como interacciones medicamentosas variadas tanto con los
fármacos que el paciente toma habitualmente como con los que nosotros podemos
usar o prescribir.
Los pacientes dentofóbicos -bajo este término quedarían englobados desde los que
sufren simples neurosis reactivas hasta los psicópatas- precisan una premedicación
adecuada al tipo de intervención a realizar; siempre se deberá ser muy prudente y
contar con el asesoramiento del psiquiatra - o del internista-.
Hay que recordar que estos pacientes suelen exigir a veces extracciones dentarias o
intervenciones quirúrgicas de muy diversa índole para solucionar "algias" cuyo origen
no es orgánico y su tratamiento es solamente psiquiátrico. Dentro de este apartado
podemos ver pacientes afectados por las siguientes patologías:
- Fobias. Ataques de ansiedad o pánico.
- Depresión, ya sea reactiva, endógena o iatrogénica.
- Psicosis maníaco-depresiva, en sus formas maníaca, depresiva o cíclica.
- Esquizofrenia.

• Litio. La administración de preparados de litio, como el Plenur, exige controles


periódicos por sus efectos lesivos sobre el riñón, que pueden llegar a ser irreversibles.
En ocasiones produce diarrea y vómitos que pueden provocar deshidratación y
desequilibrio electrolítico.
• Neurolépticos. Estos fármacos, de los que el haloperidol es el más conocido, pueden
producir efectos secundarios como somnolencia, psicosis tóxica, alteraciones
extrapiramidales.

3.2.7. PATOLOGÍA NEUROLÓGICA


Dentro de este apartado destacaremos los pacientes epilépticos, tanto por la
prevalencia no despreciable de esta enfermedad como porque presentan una
patología característica -hipertrofia gingival inducida por hidantoínas- que puede
motivar nuestra intervención. Son pacientes algo lábiles que, ante una intervención
quirúrgica, pueden desencadenar una crisis aguda; su presentación está favorecida por
el estrés, fármacos empleados en la anestesia.
Un ataque epiléptico puede hacer peligrar la vida del paciente -si no se resuelve
dentro de un límite de tiempo razonable- sobre todo por las lesiones cerebrales que
puede inducir la hipoxia; ésta es consecuencia de:
- Pérdida de la función de la musculatura torácica y espasmo de la glotis, ambos
durante la fase de contracciones tónicas.
- Obstrucción de las vías aéreas superiores por cuerpos extraños (prótesis del paciente,
instrumental con el que trabajábamos, etc.) y secreciones (saliva, sangre producida al
morderse la lengua).

3.2.8. ENFERMEDADES ENDOCRINAS


Dentro de este apartado repasaremos distintas enfermedades:
3.2.8.1. Diabetes mellitus
En estos pacientes existe una alteración en el metabolismo de los hidratos de carbono
y los lípidos que puede agravarse por la realización de una intervención quirúrgica. La
diabetes es una enfermedad producida por un defecto en la producción o secreción de
insulina lo que dificulta mantener una glucemia normal.
Los pacientes mal controlados o con cuadros graves deberán ser hospitalizados siendo
tributarios de la modificación de su pauta habitual, en este caso generalmente de la
insulina.
Estos cambios deben ser efectuados por el endocrinólogo quien controlará
estrechamente al paciente, en especial si la intervención quirúrgica a practicar debe
ser realizada bajo anestesia general.

3.2.8.2. Obesidad
Es indiscutible que la obesidad es un factor de riesgo para la anestesia general y para la
sedación consciente, pero demasiado a menudo olvidamos que también lo es -en
menor grado, evidentemente- para la anestesia locorregional.
A esto hemos de añadir toda una serie de condiciones asociadas, de las que
destacaremos las que corresponden al sistema cardiovascular: hipertensión,
insuficiencia cardíaca, alto riesgo de coronariopatía, etc., y además también es fácil
que sea diabético.

3.2.8.3. Insuficiencia córtico-suprarrenal


A la situación de insuficiencia suprarrenal crónica puede llegarse por dos vías distintas:
de forma primaria por lesión destructiva de la cápsula. Estudio de la glucemia capilar
mediante tiras reactivas. suprarrenal -enfermedad de Addison-, o de forma secundaria
por insuficiencia de la adenohipófisis; sin embargo la etiología más frecuente es la
frenación iatrogénica, provocada por un tratamiento crónico con dosis importantes de
glucocorticoides.
Señalamos a continuación los principales problemas que pueden presentarse en estos
pacientes:
- Mayor propensión a sufrir lipotimias y síncopes, hecho que se ve además favorecido
al ser hipotensos y tener niveles de glucemia bajos.
- Retraso en la cicatrización y mayor susceptibilidad a las infecciones. Se hacen
necesarios la profilaxis antibiótica y un más estricto control postoperatorio

3.2.8.4. Hiperfunción córtico-suprarrenal

Para Commissionat y Rimet, el paciente afecto de hiperfunción de la corteza


suprarrenal (enfermedad de Cushing) presenta una gran labilidad psíquica, fragilidad
vascular -de los capilares- y alteraciones cardiovasculares como hipertensión arterial e
hipertrofia cardíaca; estas últimas representan una razón para no utilizar
vasocontrictores en la solución de la anestesia local.

3.2.8.5. Hipertiroidismo
El paciente hipertiroideo, sobre todo cuando está descompensado (estado de
tirotoxicosis), presenta un importante riesgo quirúrgico. En estos individuos, el estrés
emocional, los traumatismos, las infecciones, y la propia cirugía pueden desencadenar
una crisis tirotóxica.
El tratamiento consistirá en la administración de un antitiroideo como el
propiltiouracilo, yoduro potásico, propanolol -para antagonizar el componente
adrenérgico-, hidrocortisona, suero glucosado, y complejo vitamínico B.

3.2.8.6. Hipotiroidismo
El paciente hipotiroideo presenta a menudo, de forma asociada, patología
cardiovascular y además es muy sensible a la acción de cualquier fármaco, muy en
especial a los depresores del sistema nervioso central.
El tratamiento, siempre a cargo del endocrinólogo, consistirá en la administración de
levotiroxina (T4).

3.2.9. INMUNODEPRESIÓN
Los estados de inmunodepresión pueden obedecer a diversas etiologías, lo que nos
lleva a distinguir dos grandes grupos: las inmunodeficiencias primarias con una serie de
subeategorías según el tipo de células que estén comprometidas, la entidad más
representativa es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
El otro grupo lo constituyen las inmunodeficiencias secundarias, o sea aquellas que
forman parte de una enfermedad como puede ser la diabetes, la tuberculosis.

3. HEMOSTASIA:
3.1 POR PROBLEMAS QUIRÚRGICOS:
3.1.1 HEMORRAGIA Y HEMOSTASIA:
Como sabemos bien la hemorragia es toda salida sanguínea, ya sea provocada o por
incidente, podemos indicar una hemorragia anormal, por su duración o intensidad.
Una hemorragia bucal o maxilo se da por traumatismos, o por un acto quirúrgico, es
una de las complicaciones más frecuentes en el consultorio dental, puede ser como
una alteración hemostática, o también por accidentes intraoperatorios, por ejemplo:
fractura alveolar, desgarros gingivales, lesiones de la mucosa.
Para poder tener una cirugía bucal, sin ningún de estos inconvenientes, se puede saber
o indicar lo sgte:
- Aquel paciente que sufra de una enfermedad hemorrágica, puede ser
controlada por el hermatólogo.
- Paciente que esté en tratamiento medical con anticoagulantes.
- Paciente que tenga una discrasia hemática, suspender el acto quirúrgico.
3.1.2 POR INCIDENCIA Y PREVALENCIA:
La mayoría de las alteraciones son iatrogenias, y más frecuente por el tratamiento
(ingesta de medicamentos):
- Anticoagulantes orales.
- Antiagregantes plaquetarios.
- Fármacos Aines.
Los trastornos no iatrogénicos, no son frecuentes:
- Enfermedad de von Willebrand.
- Hemofilia verdadera.
En nuestro consultorio, cualquier alteración, lo detectaremos en la Historia Clínica, por
tanto, indicaremos si pondremos proseguir con el acto quirúrgico, o mandarle a su
médico cabecera.

3.2 FASES DE LA HEMOSTASIA:


- HEMOSTASIA PRIMARIA (fase vascular y plaquetaria): se inicia la acción en la zona de
sangrado.
-COAGULACIÓN: Formación de trombina, coágulo hemostático.
-FIBRINOLISIS: Acción limitadora de todo el proceso.
TRASTORNOS DE LA HEMOSTASIA PRIMARIA:
- Alteraciones de la fase vascular, corticoterapia a largo plazo.
- Alteraciones cuantitativas de las plaquetas, trombocitosis y trombocitopenia.
- Alteraciones cualitativas de las plaquetas, tromboastenia de Glanzman y
trombopatía.
- Alteraciones cualitativas de las plaquetas y coagulación, enfermedad de Von.
TRASTORNOS DE LA COAGULACIÓN:
- Alteraciones de la fase I (formación de tromboplatina).
- Alteraciones de la fase II (conversión de protrombina en trombina).
- Alteraciones de la fase III (conversión de fibrinógeno en fibrina).
TRASTORNOS DEL SISTEMA FIBRINOLÍTICO:
- Numero de plaquetas y trombopenia.
EVALUACIÓN DEL RIESGO:
PROCEDIMIENTOS DE BAJO RIESGO:
- Profilaxis supragingival (tartrectomía).
- Restauraciones sencillas sin preparación subgingival.
- Tratamientos endodóncicos que no sobrepasen el ápice.
- Anestesias intraligamentosa e intraseptal.

PROCEDIMIENTOS DE RIESGO MODERADO:


- Profilaxis subgingival (curetaje subgingival).
- Restauraciones que incluyan una preparación subgingival.
- Exodoncias convencionales.
- Tratamientos endodóncicos que sobrepasen el ápice.
- Anestesias infiltrativas.

PROCEDIMIENTOS DE ALTO RIESGO:


- Técnicas quirúrgicas, periodontales e implantológicas, que incluyan
el levantamiento de un colgajo, o la eliminación de hueso alveolar, o que sean
extensas en superficie (más de 2 dientes).
- Anestesias troncales (o técnicas profundas).

PAUTAS ANTE UNA HEMORRAGIA BUCAL:


Instalaremos adecuadamente al paciente. Si está consciente y su estado
general es bueno, podrá estar semisentado o en decúbito lateral en espera de nuestra
intervención.
Ya que el paciente está en esta posición, hay que aspirar de forma metódica de su
cavidad bucal, luego se pasa a efectuar la limpieza de la región sangrante, esto permite
eliminar los coágulos de mala calidad.

EXAMEN CLÍNICO:
- Estudio de la zona de sangrado, o examen local, examinaremos
el coágulo para ver con certeza el o los puntos de sangrado,
explorando al mismo tiempo toda la cavidad bucal.

- Examen General, que evidenciará la importancia de la pérdida sanguínea.


Constataremos palidez facial, taquicardia, disnea, enfriamiento de las extremidades,

LA GRAVEDAD DE UNA HEMORRAGIA DEPENDERÁ DE DISTINTOS


FACTORES:

- De su duración.
- De la asociación intensidad-duración.
- De la existencia de alguna patología sistémica.
- De su intensidad, puede ser leve, moderada o severa.
-
LOS SIGNOS CLÍNICOS PERMITEN HABITUALMENTE EVALUAR LA PÉRDIDA SANGUÍNEA:

- Pérdida sanguínea de 650 cc a 1.000 cc, produce las manifestaciones clínicas


secundarias a la hipovolemia.
- Pérdida sanguínea de 1.000 cc a 1.500 cc del 25% al 30%, aparecerán los signos
propios del shock hipovolémico.
- Pérdida de más de 1.500 cc, o sea de más del 40%, El shock hipovolémico
puede ser incluso mortal, en función de la rapidez de la pérdida sanguínea.

Los signos clínicos y la sintomatología dependerán de la cantidad y


la velocidad de sangrado; el orden de aparición sería éste:

• Neuropsíquicos: sensación vertiginosa.


• Ventilatorios: taquipnea.
• Cardiovasculares: taquicardia, hipotensión arterial.
• Metabólicos: sed.

ESTUDIOS DE LABORATORIO:

Hay que comprobar el volumen y la gravedad de la pérdida sanguínea, las cifras del
hematocrito y de la hemoglobina pueden mantenerse normales en los momentos
inmediatos y hasta en las primeras horas posteriores a la hemorragia.

Cuando descartamos una posibilidad de un trastorno de hemostasia, proseguiremos a


un tratamiento, paso a paso:

1. Limpieza de la zona sangrante y lavado con suero fisiológico estéril, ayudados


por una buena aspiración quirúrgica, de esta forma podremos detectar el foco
y la causa de la hemorragia.

2. Una vez conocida la causa, haremos la maniobra pertinente: coagulación o


ligadura del vaso sangrante.

3. Si se trataba de una alveolorragia postexodoncia, se procederá a realizar un


taponamiento del alvéolo con material hemostático.

4. Si se trata de una hemorragia traumática de los tejidos blandos se realiza la


compresión de la zona, con posterior ligadura o electrocoagulación del vaso
sangrante.

5. Si el sangrado procede de tejidos duros, debemos efectuar también la


compresión de la zona, y si ello no es suficiente, colocaremos cera de hueso.

6. Una vez yugulada la hemorragia, se remite el paciente, en función de su estado


general, a su domicilio o a un centro hospitalario.
7. Si la hemorragia no cesa a pesar de nuestras maniobras locales, se impone la
hospitalización para determinar su etiología.

NORMAS ESPECÍFICAS DE TRATAMIENTO:


Todo paciente que presente una alteración hemostática, este puede ser pautado,
decidido por su médico cabecera que es un hematólogo, en casos moderados o graves,
en algunas ocasiones se puede actuar en ámbito hospitalario.

MEDICACIÓN COMPATIBLE Y FÁRMACOS A EVITAR EN ESTOS PACIENTES:

La selección de fármacos que pueden utilizarse en el tratamiento, pre y post-


operatorio, se basa en evitar, pueden ser por 3 motivos:

- Porque interaccionan con los que toma el paciente (es el caso de los
anticoagulantes orales).
- Porque pueden inducir hemorragias (a nivel gastrointestinal).
- Porque agravan o descompensan la enfermedad de base (sería el caso
de los hepatópata).

Vamos a ofrecer un listado de fármacos a evitar, en la que el odontólogo puede


involucrarse:

FÁRMACOS DE LOS QUE SE TIENE UNA ALTA EVIDENCIA QUE PUEDEN


POTENCIAR A LOS ANTICOAGULANTES ORALES:
• Eritromicina
• Fluconazol
• Miconazol
• Metronidazol
• Piroxicam
• Fenilbutazona

FÁRMACOS DE LOS QUE SE TIENE ALGUNA EVIDENCIA QUE PUEDEN


POTENCIAR LOS ANTICOAGULANTES ORALES:
• Acido acetilsalicílico
• Naproxeno
• Sulindaco
• Acido mefenámico
• Flurbiprofeno
• Ketoprofeno
• Corticoides
• Penicilina G (a altas dosis)
• Ampicilina
• Cefalosporin
FÁRMACOS QUE PUEDEN INHIBIR LOS ANTICOAGULANTES ORALES:

• Clordiazepóxido
• Griseofulvina
• Barbirúricos

- FÁRMACOS CON RIESGO POTENCIAL DE PRODUCIR HEMORRAGIAS


GASTROINTESTINALES:

• Corticoides
• Ácido acetilsalicílico
• Fenilbutazona
• Piroxicam
• Naproxeno
• Indometacina

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