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Número 5

2019

BOSQUE DE LETRAS
BOLETÍN DE LA FEDERACIÓN COLOMBIANA DE ESTUDIANTES FORESTALES (FECEF)
BOSQUE DE LETRAS 2019

Comité editorial
Daniel Mauricio Díaz Rueda (damdiazru@unal.edu.co)
Ingeniero Forestal UNALMED. Consejero FECEF.
Alejandro Reyes Ballesteros (alejandro.reyesb@hotmail.com)
Ingeniero Forestal UDFJC. Consejero FECEF.

Kevin Asdrúbal Flórez Ciro (kaflorezci@unal.edu.co)


Estudiante de Ingeniería Forestal UNALMED.

Diagramación
Yeny Andrea Vélez Martínez (yavelezm@unal.edu.co)
Ingeniera Forestal. UNALMED.

Portada
“Toé amarillo” (Brugmansia suaveolens), Solanaceae.
(Por: Diana Rosalba Granados, Artista Plástica, drgranadosm@unal.edu.co)

Contraportada
“Usos del toé amarillo” (Brugmansia suaveolens), Solanaceae.
(Por: Diana Rosalba Granados, Artista Plástica, drgranadosm@unal.edu.co)

Contacto

tejidoforestalfecef@gmail.com
FECEFcolombia
Federación Colombiana De Estudiantes Forestales
BOSQUE DE LETRAS 2019

CONTENIDO Página

1. NOTA EDITORIAL ............................................................................... 3

2. ARTÍCULOS INFORMATIVOS
- Un regreso al pasado a través de la dendroarqueología .......................... 4
- La dendrocronología como alternativa de investigación en parcelas per-
manentes ................................................................................................. 10
- Reconstrucción del clima en los troncos de los árboles .......................... 15
- Dendrocronología tropical: Un breve recorrido por su historia ............... 18

3. FLORA COLOMBIANA
- Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso (Leguminosae), la desconocida
y tímida habitante de los bosques secos del departamento de Antioquia .. 22

4. FAUNA COLOMBIANA
- El bocachico del Magdalena (Prochilodus magdalenae) ........................ 28

5. PÍLDORA BIOGRÁFICA
- Don Álvaro Lema Tapias: Ética y Fraternidad. “Ser personas antes que
Ingenieros” .............................................................................................. 33

6. CONEXIÓN CULTURAL
- Acróstico al Bosque Seco Tropical .......................................................... 37

7. YO ESTUDIÉ FORESTAL PORQUE…


- Cristian Escobar Camayo (Ingeniero Forestal – Universidad del Cauca).. 38

8. RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS


- X Congreso Colombiano de Botánica ..................................................... 41
- VIII Congreso Colombiano de Estudiantes en Ciencias Forestales ........ 42
- XXV Congreso Forestal Mundial ............................................................ 44

9. PROXIMOS EVENTOS ACADÉMICOS


- IX Congreso Colombiano de Estudiantes en Ciencias Forestales ........... 47
- V Congreso / VI Congreso Iberoamericano del Caribe de Restauración
Ecológica ................................................................................................ 47
- 7° Congreso Mundial de Palmas ............................................................. 48
- 4ª Conferencia Mundial de la Teca 2020 ................................................. 48
BOSQUE DE LETRAS 2019
1. NOTA EDITORIAL

Porque no hay quinto malo, en esta edición de “Bosque de letras”, seguimos hacien-
do el esfuerzo de consolidar este boletín como una ventana fresca y abierta para que
los forestales en formación, y los más avezados en el oficio, sigamos documentando
nuestro quehacer, en esta aciaga época que le impone tantos retos ambientales a la
humanidad.

En esta oportunidad, toda la sección de Artículos informativos gira en torno a las


diferentes aproximaciones de la dendrocronología, una interesante disciplina que cada
vez toma más fuerza en el Trópico. Dicho enfoque derivó de la propuesta que le hizo el
profesor Jorge Giraldo a sus estudiantes, quien dicta un curso sobre dicha temática en
la Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín. Por su parte, la sección Flora
colombiana versa sobre la recientemente descrita Luetzelburgia jacana, una fabácea
de los bosques secos de Antioquia, que por mucho tiempo pasó desapercibida ante los
ojos botánicos. En la sección Fauna colombiana encontrarán una reseña sobre una
especie que cada vez habita menos en nuestros ríos, y que hace parte de la dieta básica
de las comunidades ribereñas del Magdalena: el bocachico (Prochilodus magdalenae).

La Píldora biográfica fue dedicada en esta ocasión al muy querido y admirado pro-
fesor Álvaro Lema Tapias, un íntegro forestal paisa, que se hizo y ejerció la docencia
en la Nacional, y que da ejemplo en lo profesional e inspira en lo personal con sus
dotes artísticas. La sección Conexión cultural contiene un bello acróstico inspirado
en uno de nuestros más preciados y amenazados ecosistemas, el bosque seco tropical.
Yo estudié forestal porque… contiene la crónica de Cristian Escobar Camargo, un
forestal que como estudiante lideró eficazmente procesos estudiantiles y en la actua-
lidad se desempeña satisfactoriamente en el ejercicio. Finalizamos con las secciones
Resúmenes y Próximos eventos académicos, con el balance de tres eventos de carác-
ter nacional e internacional, que tuvieron lugar en 2019, y la información sobre cuatro
más que tendrán lugar en 2020.
Por último, deseamos que el esfuerzo de recopilar y poner a su disposición esta in-
formación de interés para el gremio, siga siendo de agrado y utilidad para la comu-
nidad forestal colombiana. También reiterar una vez más la invitación a participar de
este espacio con sus contribuciones, asumiéndolo, si así lo quieren, como un ejercicio
creativo, que para los más novatos sirva de entrenamiento para el ingreso al templado
mundo de las publicaciones.

Comité editorial,
Diciembre, 2019

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BOSQUE DE LETRAS 2019
2. ARTÍCULOS INFORMATIVOS

Un regreso al pasado a través de la dendroarqueología

Por: Maria Fernanda De Los Ríos Monsalve


Estudiante de Ingeniería Forestal- Universidad Nacional de Colombia- Sede Medellín

A lo largo de la historia los bosques han proporcionado al hombre todo tipo de recur-
sos y materias primas para su sustento. El aprovechamiento de estas materias primas
ha dependido de las necesidades sociales, del conocimiento de estas, de la capacidad
de extracción y transformación en productos aptos para el consumo y de la oferta que
provee el entorno con base a la composición de especies vegetales (Piqué & Huerta,
2006).
Los impactos producidos por antiguas sociedades humanas en la cobertura vegetal
(Piqué & Huerta, 2006), con frecuencia han sido estudiados por los arqueólogos, quie-
nes evalúan estos cambios en el ambiente mediante restos de madera carbonizada en
yacimientos o estructuras antiguas que aún se encuentran en pie (Carrión, 2005).

Los arqueólogos hacen uso de herramientas como la dendroarqueología, rama de la


dendrocronología, que consiste en la datación de construcciones y objetos arqueo-
lógicos usando los anillos de crecimiento de los árboles (Gutiérrez, 2009). El uso de
los anillos ha permitido a los arqueólogos datar las cicatrices de árboles producidas
por los nativos americanos, incluso verificar y datar obras de arte o instrumentos mu-
sicales antiguos (Speer, 2010). Más aún, ha sido posible reconstruir un registro del
tiempo y un archivo de los acontecimientos pasados, contribuyendo así a ampliar el
conocimiento sobre las interacciones entre nuestros antepasados y su entorno natural
en períodos específicos de tiempo (Gutiérrez, 2009; Domínguez, 2015).

La primera contribución conocida de la dendrocronología a la arqueología fue hecha


por Andrew E. Douglass, el padre de la ciencia de los anillos, quien determinó con
exactitud la fecha de ocupación de 45 sitios arqueológicos en el sureste de Estados
Unidos (Speer, 2010).

Los yacimientos arqueológicos presentan limitaciones debido a que la materia orgá-


nica se encuentra poco preservada, siendo escasa. Sólo en casos excepcionales, como
ambientes saturados de agua y con poca oxigenación, muy secos, o constantemente
congelados, favorecen la preservación de materiales orgánicos, útiles para los arqueó-
logos (Piqué & Huerta, 2006). Lo anterior implica que gran parte de los hallazgos
arqueológicos y los mayores beneficios de la investigación dendroarqueológica en
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS

maderas recuperadas de contextos históricos (Creasman et al., 2015), se ha dado en el


hemisferio norte (Morales et al, 2013).
El propósito de este texto es presentar algunos métodos empleados en estudios arqueo-
lógicos, en los que se analizan anillos de crecimiento, tanto de árboles vivos como de
yacimientos arqueológicos o de estructuras de madera antiguas.

Métodos en dendroarqueología

Muchos de los métodos empleados en dendroarqueología son similares a los usados en


la dendrocronología básica, tales como el cofechado, el cual consite en la preparación
de muestras y estandarización de las series de anillos. Los métodos como la selección
del sitio no aplica, pues el muestreo estaría determinado por la localización del sitio
arqueológico. Tapia & Dussart (2013) proponen algunos pasos útiles para llevar a cabo
un análisis dendroarqueológico. En orden secuencial deberían ser : (1) recolección
del material, (2) tratamiento de las muestras, (3) conteo y medición de los anillos de
crecimiento (4) control de calidad del fechado y (5) establecimiento entre patrones de
crecimiento y disturbios pasados. A continuación, abordaré brevemente cada uno.

Recolección muestras

Para el muestreo de edificaciones, Lizeaga (2010) realizó cortes en vigas en rodajas de


2-5 cm de espesor, buscando un corte que permitiera la observación de los anillos de
crecimiento, en particular, el último anillo de crecimiento formado en la pieza. Tam-
bién es posible tomar núcleos extraídos con un taladro y broca especial (Ghezzi & Ro-
dríguez, 2015); los cuales son almacenados, etiquetados y posteriormente procesados
para su análisis (Alejano et al., 2017).

Al momento de muestrear en yacimientos es muy importante individualizar cada uno


de los elementos constructivos (postes, vigas) y documentar bien su morfología, po-
sición, relación con otros elementos, etc. Durante el proceso de extracción y posterior
tratamiento, puede sufrir un deterioro mayor si la conservación no es buena (Carrión,
2005).

Es necesario evaluar y demostrar que los árboles del área de estudio, los cuales están
directamente relacionados con las muestras de yacimientos y de construcciones, reú-
nan las condiciones básicas para ser usados en investigaciones dendrocronológicas,
es decir, que produzcan anillos visibles y anuales cuyos anchos están correlacionados
significativamente con parámetros climáticos de alcance regional (Stokes & Smiley,
1968). Si esto se comprueba, según el principio de uniformidad (Speer, 2010), pode-
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BOSQUE DE LETRAS 2019

mos asumir que los procesos que gobiernan la respuesta de dichas especies arbóreas
ante las variaciones climáticas no han cambiado significativamente desde la época que
se intenta reconstruir. Por lo tanto, la dendrocronología sería aplicable no solo a las es-
pecies que se encuentran en pie, sino también para las muestras de madera carbonizada
o de construcciones (Ghezzi & Rodríguez, 2015).

Los individuos son seleccionados en las condiciones más extremas posibles, que re-
gistren la señal climática muy fuertemente (Ghezzi & Rodríguez, 2015). En cada árbol
se extraen al menos dos muestras tomadas a la altura del pecho (1,3 m) en direccio-
nes perpendiculares, utilizando barrenos y registrando también otras mediciones como
diámetro, altura y coordenadas individuales. Adicional a la información anterior, es de
gran ayuda para los análisis posteriores, tomar datos descriptivos generales como pen-
diente, exposición, cobertura del suelo y componentes edáficos (Alejano et al., 2017).

Tratamiento de las muestras

Es necesario determinar si la madera es carbonizada, deshidratada (seca) o saturada de


agua. En caso de ser saturada, debe extraerse una lámina delgada de cada uno de los
planos, empleando una cuchilla afilada o micrótomo. Por su parte, las maderas secas,
requieren de hidratación para la extracción de las muestras. Las maderas carbonizadas,
debido a su fragilidad, pueden obtenerse fácilmente mediante fractura manual (Piqué
& Huerta, 2006).

Las muestras deben ser ubicadas en molduras o soportes de madera con las traqueidas
y fibras orientadas verticalmente (Alejano et al., 2017). Para facilitar la visualización
de los anillos, las muestras son lijadas con abrasivos de diferente grano, siendo el últi-
mo, el más fino. El proceso de lijado produce una superficie limpia, donde es posible
observar la estructura celular de los anillos de crecimiento (Lizeaga, 2010). Se requie-
re el uso de un microscopio o lupa para observar las muestras y atlas de anatomía de la
madera o muestras de referencia para determinaciones taxonómicas (Piqué & Huerta,
2006).

Conteo y medición de los anillos de crecimiento

Las muestras son comparadas visualmente entre las obtenidas de los árboles en pie y
las de los yacimientos o construcciones (Alejano et al., 2017). Se identifican y marcan
los anillos de crecimiento bajo un estereomicroscopio de alta resolución. El espesor de
los anillos es medido con herramientas que combinan dispositivos deslizantes, codi-
ficadores lineales y estereoscopios análogos o digitales. Entre estos destacan “Velmex
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS

TA Measurement System” que es una plataforma con tornillo micrométrico de despla-


zamiento con resolución de una micra. El dispositivo está provisto de una interfaz que
se conecta a una computadora para la transferencia, almacenamiento, y análisis de los
datos (Ghezzi & Rodríguez, 2015).

a
b
c

Figura 1. Muestras de anillos de árboles comparadas con muestras de yacimientos arqueológicos o es-
tructuras arquitectónicas. a. Construcción antigua. b. Árbol longevo. c. Árbol de referencia. (Ilustración
por: Maria Fernanda De Los Ríos Monsalve).

Control de la calidad del fechado

La calidad del fechado se evalúa usando el programa COFECHA (Holmes, 1983),


que calcula índices de correlación entre las series individuales del ancho de anillos, y
facilita de esta forma la tarea de identificar posibles errores tales como la presencia de
anillos ausentes o falsos. Esto permite efectuar las correcciones necesarias y sincroni-
zar las series de anchos de anillos de todos los árboles (Lizeaga, 2010; Tapia & Dussart
2013, Alejano et al., 2017).

Establecimiento de la relación entre patrones de crecimiento y disturbios pasados

Las relaciones se realizan con base en los cambios en los niveles de crecimiento que
se observan en los anillos, hechos que pueden producirse por cambios en la densidad
forestal (Tapia & Dussart, 2013). Dentro de un bosque la competencia entre especies
influye en gran medida en el crecimiento individual. En el interior de un bosque, donde
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BOSQUE DE LETRAS 2019

la competencia por el acceso a los recursos es alta, el crecimiento será más limitado,
y generará anillos de crecimiento estrechos. Por el contrario, en áreas abiertas esta
competencia se reduce, los individuos ven aumentada su capacidad de crecimiento
del tallo, lo que dará lugar a anillos más anchos. Los factores humanos (explotación
intensiva de las formaciones vegetales, tala sistemática de ramas, etc.) también son
fundamentales en el ritmo de crecimiento del individuo (Carrión, 2005).

La comparación de anillos entre muestras de madera de estructuras o yacimientos


arqueológicos con muestras de árboles longevos, permite identificar el momento de
construcción, así como definir la línea de tiempo de ocupación de asentamientos anti-
guos, o inferir información sobre la organización del suministro de madera. También
abordar problemas en los cambios en las prácticas de manejo forestal a lo largo de la
historia, la deforestación en diferentes períodos prehistóricos y el clima (Domínguez,
2015). Si bien en las zonas tropicales, específicamente en Colombia, existen proble-
mas de preservación de materiales orgánicos, algunas investigaciones han permitido
observar que los restos de madera carbonizados podrían ser analizados en un contexto
dendroarqueológico e identificados taxonómicamente a nivel de género (Capparelli et
al., 2009). Como lo demuestra Archila (2005), quien desarrolló un modelo etnográfico
para el análisis de maderas carbonizadas en la Amazonía colombiana. Su objetivo fue
realizar un completo examen sobre la selección prehistórica de la madera y el uso del
bosque tropical del Amazonas colombiano. Esta autora también destaca en trabajos
realizados en el altiplano cundiboyacense (Archila, 1985; 1986; Archila & Cavelier,
2006).

Es posible que con el avance que ha tenido la dendrocronología a nivel tropical, los
arqueólogos en esta región encuentren esta herramienta útil para determinar las fechas
de piezas de madera, lo cual sin duda representará una información invaluable para la
arqueología.

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8
ARTÍCULOS INFORMATIVOS

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BOSQUE DE LETRAS 2019

La dendrocronología como alternativa de investigación en parcelas


permanentes

Carlos Enrique Hernández Restrepo


Estudiante de Ingeniería Forestal -Universidad Nacional de Colombia– Sede Medellín

La dendrocronología es la ciencia encargada de datar los anillos de crecimiento de


los árboles, lo que contribuye a la investigación de interrogantes ambientales e histó-
ricos (Speer, 2010). Antes se creía que los árboles tropicales carecían de crecimiento
rítmico y no formaban anillos de crecimiento. No obstante, la presencia de anillos de
crecimiento en especies tropicales es más usual de lo que se creía hace tres décadas
(Brienen et al., 2016).

Antes de que la dendrocronología en el Trópico tuviera su auge, las parcelas perma-


nentes de monitoreo de la vegetación eran el único método para obtener informa-
ción fiable acerca del crecimiento de los árboles. Además del crecimiento, las parcelas
permanentes han sido usadas para estudiar la evolución de la composición florística
y estructural en el tiempo (Gutiérrez et al., 2015), caracterizar los patrones de diver-
sidad, distribución, competencia y coexistencia, así como para realizar estimaciones
de biomasa y evaluar los cambios de las comunidades vegetales en general (Ander-
son-Texeira et al., 2014). A pesar de las virtudes, las observaciones en dichas parcelas
suelen representar sólo una pequeña fracción de la vida de los árboles (Giraldo & del
Valle, 2011). En particular, cuando el propósito es estudiar crecimiento, competencia y
efectos del ambiente sobre el desarrollo de los árboles, los anillos de crecimiento son
superiores pues brindan información de toda la vida del árbol, desde la médula hasta
la corteza. Así las cosas, el objetivo de este artículo es presentar las virtudes que tiene
la dendrocronología sobre las parcelas permanentes como alternativa para estudiar las
trayectorias de vida de los árboles y evaluar los efectos del ambiente sobre su creci-
miento.

Los anillos de crecimiento contienen información precisa de los sucesos que influye-
ron en el desarrollo del individuo durante su vida. En las últimas décadas las investi-
gaciones dendrocronológicas se han dedicado principalmente a encontrar relaciones
climáticas con los anillos de crecimiento (Worbes, 1989). No obstante, en los anillos
también es posible evidenciar procesos ecológicos como sucesión ecológica, demo-
grafía y competencia intra e inter-especifica (Brienen et al., 2016; Schöngart et al.,
2017). Por ejemplo, anillos estrechos, en tanto no ocurran fenómenos ambientales, ni
cambios abruptos en el clima, pueden indicar que el individuo está compitiendo por
recursos con sus vecinos (Dunisch et al., 1999). Sin dejar de lado que los anillos en
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
algunas especies son marcas genéticas reguladas por el ambiente que reflejan las con-
diciones del lugar en donde se encuentren (Brookhouse, 2006). Varios estudios revelan
que la formación de anillos de crecimiento en los trópicos se debe principalmente a
cambios drásticos en la precipitación, o a condiciones hipotóxicas durante algún pe-
riodo de inundación (Giraldo & del Valle, 2011; Schongart et al., 2012).

En condiciones tales como la sequía, la reducción de la concentración de auxinas fo-


menta la producción de poros (tejido conductor de agua) de diámetro pequeño, lo que
evita el embolismo (Beltran & Valencia, 2013). Dicha información es útil, pues per-
mite establecer el tipo de estrategias que las plantas tienen para sobrevivir a períodos
prolongados de sequía o exceso de agua (Goldstein & Santiago, 2016; Tyree & Ewers,
1991). Por ejemplo, especies del género Cordia que crecen en sitios más secos son
más resistentes a la embolia que las que crecen en sitios más húmedos (Choat et al.,
2007). Esto permite aumentar el aporte científico a futuras investigaciones sobre cam-
bio climático. Las cronologías de árboles de bosques que hayan atravesado eventos de
sequía, podría revelar los mecanismos de resistencia de esas especies a los fenómenos
de estrés (Goldstein & Santiago, 2016). Tal conocimiento puede ser crucial para inge-
niar alternativas de conservación frente al cambio climático.

Worbes (1989), encontró en la Amazonía distintos patrones en el ancho de los anillos,


que eran explicados por las condiciones de la vegetación de diferentes rodales fores-
tales. Por ejemplo en la especie Tabebuia barbata los anillos de crecimiento fueron
de mayor espesor en condiciones de alta iluminación y nutrientes. En contraste, los
árboles de esta especie, creciendo en el sotobosque y suelos más pobres, presentaron
anillos de crecimiento mucho más estrechos. Los estudios sobre dendrocronología en
el trópico han incrementado notablemente en los últimos años, logrando probar la for-
mación de anillos en especies que crecen en múltiples condiciones ambientales, desde
el nivel del mar hasta el límite de la vegetación arbórea (Brienen et al., 2016; Schön-
gart et al., 2017; Worbes, 1989), llegando a un total de 130 estudios (Fig. 1) (Brienen
et al., 2016).

Figura 1. Mapa con las ubicaciones de los estudios de anillos de crecimiento en los trópicos. El color
de fondo muestra la precipitación en el trimestre más seco con áreas azules que marcan las áreas que
reciben más de 300 mm durante el trimestre más seco (Fuente: WorldClim).
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BOSQUE DE LETRAS 2019
La dendrocronología puede contribuir al desarrollo de planes de manejo forestal soste-
nible. Aunque esto no es nuevo, en Myanmar e India durante el siglo XIX fue enviado
Sir Dietrich Brandis a desarrollar un plan de manejo forestal sostenible, siendo uno
de los primeros científicos en aplicar anillos de crecimiento en el Trópico (Schöngart
et al., 2017). En muchas regiones tropicales y particularmente en Colombia, las res-
tricciones impuestas por la autoridad ambiental para regular el aprovechamiento de
especies forestales no siempre tienen una base científica. Normalmente se emplea el
diámetro mínimo de corta (asignado de forma arbitraria), junto con los volúmenes
máximos de aprovechamiento en determinadas áreas para las cuales aplicaría el per-
miso o concesión. No obstante, rara vez existe corroboración por parte de la autoridad
ambiental de la correcta ejecución del permiso. Tales precarias regulaciones legales
conllevan al detrimento y degradación del bosque. A ello se suma que son desconoci-
dos los tiempos para la siguiente cosecha o ciclo de corta y rara vez se garantizan los
mecanismos de regeneración, al ser sustraídos (aprovechados) todos los individuos
adultos. Todo ello imposibilita realizar nuevas cosechas con base en las existencias
remanentes (del Valle, 1998; Schöngart et al., 2010). Aparte de esto, también se ha de-
mostrado que la relación tamaño-edad dentro y entre especies logra ser muy diferente
(Brienen et al., 2016). En Bolivia, por ejemplo, hay bastante flexibilidad en las nor-
mas técnicas para el manejo, se realizan informes de los diámetros mínimos de corta
basados en distribuciones diamétricas, se generalizan a todas las especies sin tener en
cuenta características ecológicas y especificas del sitio (Fredericksen et al., 2003). La
dendrocronología puede dar más información sobre cómo evaluar y ajustar las prácti-
cas actuales de manejo forestal para aumentar el nivel de sostenibilidad (Schöngart et
al., 2010).
Las muestras dendrocronológicas pueden ser tomadas de forma destructiva o no des-
tructiva. Se puede tomar toda la rodaja de una parte del árbol de la especie talada, lo
que puede ser más preciso en la búsqueda de características ambientales del sitio y
demás análisis dendrocronológicos. También se tiene el método no destructivo en el
que son tomadas comúnmente por medio de un barreno de incrementos (Beltran &
Valencia, 2013). En ambos casos para la adecuada visualización de los anillos, las
muestras deben ser procesadas cuidadosamente. Normalmente se realizan procesos de
lijado con papel abrasivo que va de 60 a 600 gramos/pulgada2. A veces la leve humec-
tación con agua durante la observación puede mejorar los contrastes en los límites de
crecimiento (Worbes, 1995).
Algunas dificultades pueden surgir también con la aplicación de la dendrocronología,
ocasionadas por el desconocimiento de algunos aspectos asociados al muestreo. La
obtención de muestras con barreno en puntos inapropiados como contrafuertes del
fuste (allí se encuentra la madera de compresión), derivará en una muestra con anillos
perdidos, falsos o difusos y en una baja detección de la variabilidad ambiental.
12
ARTÍCULOS INFORMATIVOS

Speer (2010) documentó como algunas especies son en extremo sensibles a la variabi-
lidad ambiental. Por ejemplo, breves sequías durante periodos lluviosos pueden inducir
la formación de anillos falsos. También pueden presentarse micro anillos, producto de
incendios o defoliaciones parciales o totales (Worbes, 1995). En contraste, los anillos
difusos se dan principalmente cuando los árboles tienen condiciones de crecimiento
óptimas, y tienden a crecer la mayor parte del periodo de crecimiento (Speer, 2010;
Worrall et al., 1977). Para darle mayor validez a los estudios dendrocronológicos, se
recomienda realizar análisis de radiocarbono (14C), un marcador isotópico que per-
mite datar la fecha de formación de productos orgánicos como la madera (Bormann &
Berlyn, 1981). El método se basa en el efecto de las explosiones de bombas atómicas
a finales de los años 50 y principio de los 60, lo cual condujo a un aumento consi-
derable de la concentración de 14C en la atmósfera, conocido como bomb peak. En
consecuencia, el "pico de las bombas" de mediados de los años 60 es detectable por
mediciones de radiocarbono en cualquier árbol en la tierra que estaba creciendo en ese
momento, permitiendo establecer dataciones precisas e incertidumbre máxima de un
año (Worbes, 1995).

La diversidad vegetal de la región tropical es única en el mundo, por tanto, aún hay
mucho por descubrir. Se debe promover más el uso de la dendrocronología, lo que per-
mitirá conocer la fisiología de los árboles y la interacción ambiental con los procesos
ecológicos.

El nuevo reto en la actualidad es continuar con las investigaciones en dendrocronolo-


gía y vincular esta herramienta con las parcelas permanentes, donde podrían a llegar a
ayudar a validar información y de algún modo ser complementarias, permitiendo una
mejor comprensión del cambio climático actual. A su vez, los resultados de dichos es-
tudios mejorarán la toma de decisiones sobre el momento óptimo de aprovechamiento
de especies forestales y ayudará a establecer estrategias de aprovechamiento o conser-
vación mucho más acertadas.

Bibliografía:

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14
ARTÍCULOS INFORMATIVOS

Reconstrucción del clima en los troncos de los árboles

Daniela Ramírez Rodríguez


Estudiante de Ingeniería Forestal -Universidad Nacional de Colombia- Sede Medellín

Conocer el clima ha sido siempre de gran importancia para la humanidad, ya que de


esta manera se puede determinar qué zonas del planeta son más óptimas para ser ha-
bitadas (Zuta, 2001). En la actualidad puede saberse sin dificultad la temperatura del
aire de ayer o cuanto llovió la semana pasada en cualquier lugar del mundo, basta con
acceder a internet. Incluso podemos obtener cualquier tipo de información climática
de varias décadas atrás, ya que existe un amplio registro de ellas. Sin embargo, esto no
siempre fue así; para recrear el clima del pasado ha sido necesario recurrir a diferen-
tes métodos de registro, como los perfiles de polen, los anillos de crecimiento de los
árboles o las fluctuaciones de los glaciares (Lara et al., 1994). Si conocemos las con-
diciones ambientales que han ocurrido en el pasado, analizándolas se puede predecir
de alguna manera el futuro.

El hombre ha perturbado la naturaleza a su antojo sin ser consciente del respeto y el


cuidado que el entorno merece. En consecuencia, la degradación acelerada del planeta
se hace cada vez más evidente, dificultando la adaptación de las especies a estos cam-
bios, poniéndolas en peligro. Existe un creciente interés por entender las variaciones
en el clima global y la influencia de estas en los ecosistemas naturales y cómo afectan
a la población humana (Yepes & Silveira, 2011). Por tanto, poder conocer los momen-
tos en los que, en el pasado, ocurrieron eventos climáticos catastróficos o importantes,
permite prepararse en caso de que se repitan y conocer las consecuencias ecológicas
que estos puedan traer, como: extinciones masivas por cambios abruptos en el clima,
enfermedades relacionadas con las variables climáticas, inundaciones o sequías, fenó-
menos como El Niño y La Niña, incendios, entre otros (Barriendos et al., 2000).

Teniendo en mente estas inquietudes, resulta interesante entender cómo la vegetación


puede ayudar a visualizar hechos ocurridos en el pasado. Los árboles, además de traer
beneficios como capturar CO2, purificar el aire, regular el clima, entre otros, son los
organismos más grandes y longevos sobre la tierra (Gutiérrez, 2009). Esto se debe a su
crecimiento continuo o rítmico en el cual aumentan de tamaño a lo largo del tiempo.
Son organismos sésiles, pasan toda la vida registrando acontecimientos que de alguna
manera pudieron afectar su crecimiento, es decir, pueden narrar historias de sucesos
ocurridos en el planeta con el paso de los años, entre ellos el clima (Gutiérrez, 2009).
Este registro lo hacen por medio de los anillos de crecimiento, en respuestas a factores
endógenos y ambientales. Ello se convierte, en los árboles, en una de las herramientas
15
BOSQUE DE LETRAS 2019

más importante para estimar su edad, su tasa de crecimiento o reconstruir variables


ambientales del entorno en el cual se desarrolló (Juárez & Ardisson, 2005), y ayudar
a comprender cómo ha cambiado el clima a partir de esta huella que se ha marcado
sobre ellos.

Para estudiar el clima pasado, más allá de los registros tomados por el hombre, surgió
la dendroclimatología, disciplina dedicada a obtener información climática a partir del
estudio de los anillos de crecimiento de los árboles y establecer relaciones para des-
cribir qué variables atmosféricas favorecen o limitan su crecimiento (Giraldo, 2011).
Para ello se deben identificar y datar los anillos, asignando a cada uno de ellos el año
calendario exacto de formación (Gutiérrez, 2009), para poder reconstruir de esta ma-
nera eventos cronológicos que pudieron haber afectado o perturbado a los árboles en
esos años (Lara et al., 1994). El ancho de los anillos va a depender de varios factores,
como la edad del árbol, la genética de la especie, entre otros, pero las condiciones
ambientales son un factor determinante en ellos, ya que el crecimiento va a ser mayor
cuando las condiciones sean más favorables y lo contrario cuando haya factores limi-
tantes, en ese caso el anillo será más pequeño (Fig. 1) (Juárez & Ardisson, 2005).

Figura 1. Anillos de crecimiento en la especie Fraxinus udhei. Foto por: Daniela Ramírez.

16
ARTÍCULOS INFORMATIVOS

De esta manera, se puede llegar a recolectar bastante información de cualquier sitio


de interés, al analizar los anillos de la mayor cantidad de árboles de la misma especie,
para obtener una serie de valores que permitan relacionar directamente alguna anoma-
lía con el clima. Dependiendo de la edad de los árboles muestreados, se puede llegar
a cubrir espacios temporales de hasta 5000 años y así poder reconstruir eventos del
clima pasado cuando no existían medidas directas de este (Juárez & Ardisson, 2005).
En conclusión, los árboles, más específicamente la madera en este caso, se convierten
en archivos o fuentes de información climática y ambiental tanto anual como estacio-
nal y sus aplicaciones pueden llegar a ser innumerables con la ayuda de la dendrocli-
matología. Los árboles se convierten en registros muy valiosos de gran calidad, que
pueden ayudar a estudiar el pasado en casi toda la superficie terrestre. Aún hay mucho
que aprender de ellos, son muchos los misterios del pasado que pueden ayudar a re-
solver.

Bibliografía:

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34). ISSN: 1810-8369

17
BOSQUE DE LETRAS 2019

Dendrocronología tropical: Un breve recorrido por su historia

Por: Alejandro Torres López


Estudiante de Ingeniería Forestal –Universidad Nacional de Colombia– Sede Medellín

La dendrocronología es una disciplina científica conformada por múltiples principios,


técnicas y metodologías que permiten datar los anillos formados en la madera de los
árboles (Speer, 2010). Esta disciplina es considerada como una de las técnicas más im-
portantes en el registro de procesos históricos o ambientales y sus cambios naturales o
antrópicos. Esta ciencia utiliza los árboles como mecanismo de monitoreo ambiental,
los cuales funcionan como indicadores biológicos durante su vida; con base en esto,
puede ser aplicada en árboles muy antiguos, a fin de generar durante periodos largos,
registros de temperaturas pasadas, eventos de lluvias, movimientos en masa, incen-
dios forestales, ciclones, fluctuaciones de un río, entre otras (Speer, 2010). A su vez,
también es una herramienta importante para la reconstrucción del crecimiento de los
árboles, conocer su ontogenia de una manera detallada; siendo información útil en es-
tudios de silvicultura de bosques plantados o naturales, facilitando su manejo forestal
(Tomazello & Cardoso, 1999).

Durante mucho tiempo se creyó que los anillos en los árboles solo se formaban en es-
pecies de zonas templadas; se pensaba que su ausencia en las zonas tropicales se debía
a la falta de periodos estacionales anuales (Rozendaal & Zuidema, 2011). Sin embar-
go, desde 1898 Sir Dietrich Brandis (botánico y forestal) ya había utilizado los anillos
de crecimiento en el trópico, desarrollando un sistema silvícola sostenible con teca
(Tectona grandis) en India y Birmania, según documentó Worbes (2002). De acuerdo
con lo documentado por Rozendaal & Zuidema (2011), en 1927 Coster demostró la
existencia de anillos de crecimiento anuales en varias especies de árboles tropicales.
En la década de los años 10 y 20, del siglo XX, investigadores como Coster, Geiger,
Moll y Janssonius estudiaron la formación de anillos en árboles tropicales, encontran-
do relación entre la precipitación, los periodos fenológicos y el desarrollo del xilema
(Worbes, 2002). No obstante, todas estas investigaciones fueron publicadas en alemán
y debido a la guerra, quedaron desconocidas por la comunidad científica durante mu-
cho tiempo.
En 1931, Hendrick Petrus Berlage (astrónomo y meteorólogo neerlandés), utilizó los
hallazgos de Coster e incursionó en el campo de la dendroclimatología tropical, al
relacionar los datos de una cronología de 400 años de teca (T. grandis), con la preci-
pitación de la Isla de Java, Indonesia. Berlage encontró una correlación entre el ancho
de anillos y la precipitación de junio - octubre (es decir, el periodo de lluvias en esta
región), con lo que determinó que la cantidad de días lluviosos y no la cantidad de llu-
18
ARTÍCULOS INFORMATIVOS

via total, es el factor que más influye en el crecimiento de teca (Pumijumnong, 2013).
Otro acontecimiento histórico en el estudio de los anillos de los árboles tropicales, lo
propició Mariaux, en los años 60 del siglo pasado, con sus investigaciones en múlti-
ples países de África occidental. Allí estudió algunas de las maderas más importantes
y propuso una metodología simple que le permitió encontrar el crecimiento anual del
xilema, a través de heridas en el cámbium vascular de la madera denominadas “Venta-
nas de Mariaux” (Worbes, 2002).
A principios de los años 70 se estableció una relación afortunada entre una rama de
la ecología, denominada dendrocronología y una rama de la física nuclear, la ciencia
del radiocarbono (14C) (Kromer, 2009). La buena relación de estos dos campos de la
ciencia se debe a que ambos son poderosos métodos de datación, y son complementa-
rios en muchos aspectos: la dendrocronología suministra fechas con precisión anual y
a una escala regional; por su parte, el radiocarbono tiene una aplicación a nivel global,
debido a su rápida difusión en la atmosfera. El radiocarbono requiere calibraciones
independientes y la dendrocronología cumple muy bien esta función, ya que la celu-
losa de los anillos de los árboles es una medida directa del 14C en el año de desarrollo
de estos (Kromer, 2009). Con esta importante relación se lograron realizar curvas de
calibración de 14C, con ayuda de los árboles para diferentes zonas del mundo, que
permitieron posteriormente conocer la edad de los árboles tropicales, demostrar la
anualidad de sus anillos y reconstruir señales climáticas del pasado en muchos lugares
de la región tropical (Kromer, 2009; Worbes, 2002).

En las últimas décadas la dendrocronología con especies tropicales ha tenido un gran


auge, como lo demuestran numerosos estudios que reportan gran cantidad de espe-
cies con anillos anuales (Worbes, 1999a, 2002; Rozendaal & Zuidema, 2011; Giral-
do, 2011; Zuidema et al., 2012; Brienen et al., 2016). El cúmulo de evidencias sobre
anillos anuales en el trópico ha obligado a cambiar el antiguo paradigma de la no
formación de anillos en especies tropicales. El nuevo paradigma sugiere que las es-
pecies tropicales forman anillos de crecimiento anuales por las fluctuaciones de la
precipitación anual: en climas húmedos tropicales que presentan uno o varios perío-
dos ecológicamente secos (déficit hídrico), en ambientes inundados periódicamente
(llanuras aluviales) por anoxia en la raíz y en estuarios, debido a la variabilidad en la
concentración de sal.

En Colombia la mayor contribución a la dendrocronología tropical ha sido encabezada


por el profesor Jorge Ignacio del Valle Arango (Fig. 1), quien ha luchado incansable-
mente por romper paradigmas en la ciencia. Tanto del Valle como sus estudiantes, de
diferentes generaciones a nivel de pregrado, maestría y doctorado, se han interesado
por estudiar los anillos de los árboles y su relación con diferentes factores ambientales
19
BOSQUE DE LETRAS 2019

y ecológicos. Algunas de esas investigaciones son: Ramírez & del Valle, 2011, 2012;
Giraldo & del Valle, 2011, 2012; Herrera & del Valle 2011; Giraldo, Giraldo & del
Valle, 2012; del Valle, Guarín & Sierra, 2014; Guarín & del Valle, 2014; Guarín, del
Valle, & Sierra, 2014; López, del Valle, & Giraldo, 2014; Herrera et al., 2017; Inga &
del Valle, 2017.

Los acontecimientos anteriormente mencionados dan cuenta de la evolución de la den-


drocronología en la región tropical. Muchos de los protagonistas son pioneros y sus
contribuciones el motor de partida o inspiración de posteriores investigadores de esta
ciencia, hija de la ecología y la paleoclimatología. En la actualidad, ya no se habla más
de inexistencia de anillos en los árboles tropicales, el paradigma ha evolucionado. Los
ecólogos modernos, cada vez más interesados en las historias que narran los árboles,
han empezado a interesarse por la dendrocronología para extraer información fisioló-
gica o ambiental, brindada únicamente por los anillos de los árboles.

Figura 1. El profesor Jorge Ignacio del Valle sujetando una muestra de Urapán (Fraxinus uhdei (Wenz.)
Lingelsh.) de aproximadamente 30 años. Foto por: María Isabel Vásquez.
20
ARTÍCULOS INFORMATIVOS

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21
BOSQUE DE LETRAS 2019

3. FLORA COLOMBIANA
Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso (Leguminosae), la descono-
cida y tímida habitante de los bosques secos del departamento de
Antioquia
Por: Diego Alejandro Zapata Correa.
Zootecnista - Universidad Nacional de Colombia - Sede Medellín
Curador Herbario Forestal UDBC, Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Historia taxonómica

El género Luetzelburgia fue establecido por Harms en 1922 y honra al botánico Ale-
mán Philipp von Luetzelburg (1880–1948), quien contribuyó al conocimiento de la
flora de los bosques secos de la Catinga en el noreste de Brasil (Cardoso et al., 2014).

Generalidades en Luetzelburgia Harms

El género Luetzelburgia comprende 14 especies que van desde arbustos hasta grandes
árboles y está relacionado con los géneros Sweetia, Vatairea y Vataireopsis (Cardoso
et al., 2014). Estos géneros presentan frutos samaroides con una cresta o ala lateral
sobre la cámara que alberga la semilla (Cardoso et al., 2014). La mayoría de especies
del género están concentradas en bosques secos estacionales, particularmente en la
Catinga brasilera (Queiroz et al., 2017) y en enclaves secos en el norte y oeste de la
Amazonía, así como en los valles interandinos bolivianos (Cardoso et al., 2014).

Descripción de Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso (Leguminosae)

Árbol de hasta 16 m de alto. Hojas compuestas, alternas, imparipinnadas de 7-9 fo-


liolos. Foliolos elípticos, cartáceos, opuestos o subopuestos, margen conspicuamente
denticulado hacia el ápice y glabro sobre ambas superficies. Inflorescencia terminal
compuesta de ~ 4 panículas piramidales (Fig. 1). Eje de la inflorescencia, pedicelos y
brácteas verdes con tricomas adpresos cafés. Flores de 7.8–9.6 mm, zigomorfas con
cáliz verde campanulado, pétalos rojo-violeta con la parte central blanquecina y au-
riculados en la base. 10 estambres ligeramente unidos en la base. Ovario pubescente
con estilo glabro. Sámaras de 7.3–8.8 cm, glabras, color verde con crestas laterales
sobre la cámara de la semilla y ala apical ovalada con ápice redondeado (Da Cruz et
al., 2018). Al caer del árbol las sámaras se tornan café claro.

22
FLORA COLOMBIANA

A B

Figura 1. Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso A. Detalle de las flores B. Detalle de las sámaras con
cresta o ala lateral sobre la cámara que alberga la semilla. Fotos por: Jaider Jiménez-Montoya. U. de
A. 2018.

Breve historia de su descubrimiento

La primera evidencia de la existencia de esta especie la hizo Sigifredo Espinal en


su libro Los Árboles de Antioquia (Espinal, 1986). El árbol aparece en el listado de
especies que describe como Vatairea sp. La detallada descripción que presenta y los
datos asociados a su distribución coinciden de manera inequívoca con la ahora descri-
ta Luetzelburgia jacana (Leguminosae). Para la época no se tenía registro del género
Luetzelburgia en territorio colombiano, entonces la alternativa más cercana de ubicar
la especie dentro de la familia Leguminosae era Vatairea. Incluso algunos ejemplares
botánicos también han sido identificados en herbario como Machaerium sp.

A pesar de que Espinal (1986) menciona que “algunos ejemplares han sido coleccio-
nados para el estudio”, hasta el momento no se han encontrado depósitos bajo su nu-
meración en los herbarios. A este respecto, el profesor León Morales Soto plantea que
la recolectó varias veces ya que era una de las especies habituales de estudio dentro de
23
BOSQUE DE LETRAS 2019

las salidas del curso de Dendrología de la Universidad Nacional de Colombia – Sede


Medellín. En efecto, poco después de la aparición de la publicación, Jorge Mario Vé-
lez, curador del Herbario “Gabriel Gutiérrez Villegas” – MEDEL, encontró algunos
ejemplares de la entonces recién descrita Luetzelburgia jacana, recolectados por el
profesor Morales en colección del LECA (Laboratorio de Ecología y Conservación
Ambiental) de la UNALMED. Los ejemplares L. Morales, 1718 y L. Morales, s.n de
marzo de 1981 representan la segunda muestra botánica de la especie en un herbario.
Éstos infortunadamente no fueron citados en la publicación que respalda la descrip-
ción de la nueva especie.

La primera muestra botánica de la especie, hasta ahora, la realizó el célebre y recorda-


do Alwyn H. Gentry en 1979 en un remanente de bosque ubicado entre el municipio de
Ciudad Bolívar y el corregimiento de Bolombolo, en el municipio de Venecia, suroeste
del departamento de Antioquia. Para este incansable recolector de plantas estuvieron
reservados muchos hallazgos en el Trópico. La muestra colectada por Gentry tenía
una particularidad; correspondía a una rama con frutos desprovista de hojas, lo cual es
muy característico del género que al momento de florecer o fructificar las ramas estén
sin hojas.

El brasilero Domingos Cardoso al ver la muestra de Gentry (N° 24248) en el herbario


del Missouri Botanical Garden (MO) tuvo la certeza de que se trataba de una especie
de Luetzelburgia. Sin embargo su distribución geográfica estaba por fuera del rango
conocido hasta entonces para el género (Cardoso et al., 2014). Además de esto, faltaba
conocer en detalle las flores y las hojas.

En una salida del curso de Dendrología de la Universidad Nacional de Colombia –


Sede Medellín en octubre de 2012 al municipio de Sopetrán, recolecté con flores una
atípica leguminosa con el margen de los foliolos denticulados. El profesor Mauricio
Sánchez atinó en comentar que probablemente correspondía al género Vatairea. El
ejemplar botánico quedó depositado en el Herbario del Jardín Botánico de Medellín –
JAUM como Vatairea erythrocarpa (Ducke) Ducke, con mi número de registro (27).
Ocho años después las ramitas del árbol que me llamó la atención, y del cual quise
dejar una evidencia en herbario, representaron el holotipo de una nueva especie y el
primer registro del género Luetzelburgia en Colombia. La colección de Gentry quedó
en la descripción de la especie como un paratipo.

El epíteto específico "jacana" rinde homenaje al colectivo colombiano de educación


ambiental Jacana Jacana, quienes han contribuido a la conservación a través de la
educación especialmente en niños, destacando la importancia de preservar los bosques
24
FLORA COLOMBIANA

secos colombianos y su diversidad (Da Cruz et al., 2018).

Distribución y hábitat

Hasta el momento la especie sólo ha sido registrada en los bosques secos asociados al
cañón del río Cauca en Antioquia (Fig. 2), entre los municipios de La Pintada pasando
por Santa Fé de Antioquia hasta Ituango, entre los 400 y 950 m de altitud. El árbol se
encuentra de manera aislada en potreros, cercas vivas o creciendo en pequeños rema-
nentes de bosque perturbado. Las poblaciones son escasas y dispersas, y el número de
individuos adultos es muy reducido.

Figura 2. Distribución de Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso en el departamento de Antioquia.


Fuente: registros de herbario y observaciones personales.

Geográficamente la especie colombiana difiere del resto de especies del género al te-
ner una distribución al norte ampliamente disyunta. Así mismo el enclave seco donde
crece L. jacana presenta mayor precipitación y menor estacionalidad en relación a los
25
BOSQUE DE LETRAS 2019

hábitats donde crecen la mayoría de especies del género (Da Cruz et al., 2018). La evi-
dencia molecular sugiere que L. jacana representa un linaje geográficamente aislado
por cerca de cuatro Millones de años (Da Cruz et al., 2018).

Conservación y Amenazas

De acuerdo con Da Cruz et al. (2018), L. jacana debería considerarse como una espe-
cie en peligro crítico (CR), debido a la dramática desaparición de su hábitat y las pocas
localidades donde ha sido registrada.

En la finca El Rodeo ubicada en la vereda El Tunal de Santa Fé de Antioquia se en-


cuentra una de las poblaciones más representativas de la especie. Los predios, que
pertenecen al señor Eduardo Vargas, son cuidados con esmero y dedicación por su
hermano Guillermo. Allí la nueva especie ha contado con suerte, pues se conserva una
de las áreas naturales más grandes y representativas de bosque seco en la región del
occidente antioqueño. En muy pocos lugares se tiene certeza del futuro de esta nueva
especie. De manera indiscriminada desaparecen las escasas coberturas vegetales en el
occidente para dar paso a proyectos urbanísticos y civiles, la mayoría motivados por el
auge turístico de la región.

En el Arboretum y Palmetum León Morales Soto de la Universidad Nacional de Co-


lombia sede Medellín crece en el anonimato un individuo de L. jacana de aprox. 6
m. Según el mismo profesor Morales, el origen más probable de este individuo es
producto de unos árboles que había en la antigua vía de San Jerónimo a Santa Fé de
Antioquia, visitados en las salidas de Dendrología, en las que se solía traer material
para enriquecer la colección. En ese entonces era frecuente visitar el callejón donde se
encontraba la población de L. jacana (Fig. 3). En éste sitio, entre otras cosas, habitaba
una señora que le decía “guayacán pelaojo” al árbol, porque cuando lo usaban como
leña se le irritaban los ojos, según los testimonio del profesor León Morales.

Retos para su conservación

Se hace necesario desarrollar estrategias que busquen entender la biología reproduc-


tiva de la especie, conocer su distribución geográfica, monitoreo de poblaciones y al
mismo tiempo implementar programas de propagación en vivero para futuros repobla-
mientos.

26
FLORA COLOMBIANA

A B

Figura 3. Hábitat de Luetzelburgia jacana. A. Remanentes de bosque seco en Santa Fe de Antioquia,


vereda El Tunal (Foto por: Diego A. Zapata) B. Individuo de L. jacana en el Arboretum (LMS) de la U.
Nacional, sede Medellín. (Foto por: Daniel Díaz Rueda)

Bibliografía:

CARDOSO, D.B.O.S., QUEIROZ, L.P. & H.C. LIMA. 2014. A taxonomic revision of the South American papi-
lionoid genus Luetzelburgia (Fabaceae). Bot. J. Linn. Soc. 175: 328–375.
DA CRUZ, D. T., IDÁRRAGA, Á., BANDA, K., COGOLLO, Á., VAN DEN BERG, C., DE QUEIROZ, L. P.,
PENNINGTON, R. T., LAVIN, M. AND CARDOSO, D. B. 2018. Ancient speciation of the papilionoid legume
Luetzelburgia jacana, a newly discovered species in an inter Andean seasonally dry valley of Colombia. Taxon, 67:
931-943. doi:10.12705/675.6
ESPINAL, L.S. 1986. Los Árboles de Antioquia. Universidad Nacional de Colombia, Seccional Medellín, Facul-
tad de Ciencias, Departamento Ciencias de la Tierra. Medellín. 251 Pp.
QUEIROZ, L.P., CARDOSO, D., FERNANDES, M.F. & MORO, M.F. 2017. Diversity and evolution of flowe-
ring plants of the Caatinga Domain. Pp. 23–63 in: Silva, J.M.C., Leal, I. & Tabarelli, M. (eds.), Caatinga: The
largest Tropical Dry Forest Region in South America. Cham: Springer.

27
BOSQUE DE LETRAS 2019

4. FAUNA COLOMBIANA
El bocachico del Magdalena (Prochilodus magdalenae)

Por: Kevin Flórez Ciro


Estudiante de Ingeniería Forestal- Universidad Nacional de Colombia- Sede Medellín

Descripción general

El bocachico recibe por nombre científico el de Prochilodus magdalenae, siendo el


epíteto específico dado por su procedencia, la cuenca del río Magdalena, aunque esté
presente en otras regiones y países. Es un pez perteneciente a la familia Prochilodonti-
dae, de solo 3 géneros: Ichthyoelephas, Semaprochilodus, Prochilodus (siendo este el
más numeroso), y unas 21 especies.

Descrito por Steindachner en 1878,


este pez puede llegar a medir hasta 50
cm de longitud, aunque por lo gene-
ral se pesca de unos 30 cm, o menos.
Posee dientes diminutos en los labios
con una boca pequeña, carnosa y pro-
minente (chica, de ahí su nombre bo-
cachico), de cuerpo oblongo lanceo-
lado - cilíndrico aplanado. Presenta
una espina predorsal prominente y
punzante, es de color plateado uni-
forme, con tintes rojizos o amarillos
en las aletas y de escamas rugosas al Ilustración de un bocachico. Por: Kevin Flórez-Ciro.
tacto (Maldonado-O., 2005).

Con un periodo de vida de alrededor de cuatro años, las hembras pueden llegar a poner
entre 80.000 y 1’000.000 de huevos aproximadamente. Su primera madurez sexual se
da cuando alcanza un tamaño de entre 23 y 25 cm, razón por la cual su talla mínima
legal de pesca es de 25 cm, al menos para las poblaciones del río Magdalena, pues en
las del río Sinú, esta talla es de 20 cm, y en el río Atrato es de 22 cm para hembras y de
20 cm para machos (IAvH, 2012). Su distribución altitudinal va desde los 0 hasta los
1000 m.s.n.m, aunque hay una población en el Alto Cauca que alcanza los 1500 msnm,
debido a las suaves pendientes del río. Esta población posiblemente se verá afectada
por la construcción de la represa de HidroItuango.

28
FAUNA COLOMBIANA

Aspectos ecológicos

Esta especie realiza grandes migraciones, conocidas popularmente como “subiendas”


y “bajanzas”, que coinciden con el régimen bimodal de lluvias y estiaje -mal llamado
verano- del país. En el periodo lluvioso, el pez permanece en las ciénagas o en el fondo
del río alimentándose y aumentando su tamaño, para que al llegar la época de estiaje,
emprenda su viaje río arriba y cumpla el propósito de perpetuar su especie, época que
es aprovechada por los pescadores y la cual es conocida como “la subienda”, que ca-
sualmente coincide con la festividad religiosa de la Semana Santa.

Los peces que logran sobrevivir a esta migración buscan afluentes laterales de los ríos
o corrientes mansas para desovar y fecundar a la próxima generación, realizando la
llamada “bajanza”, que si bien es mucho menor en número a la subienda, es otro reto
para los individuos adultos que buscan llegar nuevamente a sus zonas de alimentación.
En la gran cuenca del río Magdalena también realizan una segunda migración anual
(no reportada en las otras cuencas donde la especie existe), de menor intensidad que
la primera y tiene lugar entre los meses de Julio – Agosto, en la subida, y retorno en
los meses de Septiembre – Octubre. Ambas migraciones coinciden con los periodos
reproductivos evidenciados por el aumento de las larvas en el río (IAvH, 2012).

Importancia del bocachico en la economía colombiana

Esta es la especie de pez económicamente más importante de Colombia, y por ende,


la más investigada (Jaramillo-Villa, 2008). Dada su importancia económica, se tienen
para su pesca unos lineamientos y directrices, principalmente en cuanto al tamaño
del pez, esto para evitar de alguna forma, su sobrepesca y explotación, siendo su talla
mínima legal de captura de unos 25 cm; un tallaje menor se considera peligroso para
la supervivencia de la especie, pues serían individuos no maduros sexualmente (IAvH,
2012).

Hoy en día es una de las especies con mayor grado de vulnerabilidad debido a su alta
tasa de pesca comercial (Atencio, 2013). En la gran cuenca del río Magdalena, en los
mejores momentos históricos de captura del pez, este producía cerca del 50 % de la
pesca total, con unas 40.000 ton anuales. Pero todo cambió con la sobrepesca, estimán-
dose una disminución de casi 90 % en los últimos años.

Estado de conservación y amenazas

En el año 2002 fue reportada como una especie en Peligro Crítico de extinción, prin-
29
BOSQUE DE LETRAS 2019

Fuente: IAvH, 2012.

cipalmente debido a su sobre explotación y al deterioro de sus hábitats. En 2012 su


categoría pasó a Vulnerable, gracias a las acciones tomadas por algunas instituciones
y al trabajo conjunto con los pescadores (IAvH, 2012). Sin embargo, su estado de
amenaza no ha sido aún evaluado por la Unión Internacional para la Conservación de
la Naturaleza (UICN).
A pesar de ser la especie de pez más estudiada en Colombia, no se cuenta con suficien-
tes estudios poblacionales (Jaramillo-Villa, 2008), ya que en un sentido estrictamente
biológico, la pesca de subienda y bajanza minimiza el potencial reproductivo de la
especie y es a todas luces una práctica irracional (IAvH, 2012), pues afecta directa-
mente a la deriva génica de la especie, causando daños irreversibles en la variabilidad
genética de la especie.

Tanto así, que hoy en día es una especie de cultivo como alternativa a la sobrepesca,
aunque no se ha determinado aún las rentas económicas de esta práctica (Atencio,
2003). De lo que sí hay reportes es del cultivo de alevinos de bocachico para repo-
blamiento, práctica que de algún modo ha logrado estabilizar la pesca en un punto de
carga no perjudicial; aunque en algunas zonas, por el poco control o la falta de cultura
ecológica de la especie, se explota por debajo de la talla mínima legal de captura, ha-
ciendo poco practica la repoblación con alevinos (Atencio, 2003).

Pero el problema no es solo la sobre explotación del recurso, pues esto obedece al
consumo excesivo que obliga a la pesca del animal, sumado con la precariedad de
alternativas alimenticias y económicas en las regiones, el abandono del estado y la po-
breza de las poblaciones humanas que viven en dichas zonas, que hace que no solo el
30
FAUNA COLOMBIANA

bocachico, sino muchas otras especies, corran con el riesgo inminente de su extinción
en el futuro cercano, incluida la nuestra.

Anecdotario del bocachico

Quisiera concluir este escrito de una manera diferente, enfocada al lector casual, ese
lector que como yo, decidió lanzarse a aprender un poco del mundo de los peces, espe-
rando poder superar esa barrera autoimpuesta y a tener gusto por su “mundo” y cam-
biar (ojalá para bien) el modo en el que vemos a los peces, especialmente al bocachico.
Me gustaría poder dilucidar un poco su contexto cultural, y de paso, mi relación con
este pez. Yo crecí en el valle del Magdalena Medio, en el municipio de La Dorada
(Caldas), una región amante del pescado y de la pesca, además de la ganadería. Re-
cuerdo que mis primeras visitas a la plaza veía a un pez de ojos muy saltones, de cuer-
po cilíndrico aplanado, de boca semiabierta - como pidiendo perdón - y de un color
azulado grisáceo, ese fue el bocachico que yo conocí.

Una vez acompañé a unos amigos que eran


pescadores. Era tiempo de subienda y mu-
chos esperaban ganarse su agosto o bien
el pan de la semana con las pescas de esa
noche. Les habían dicho que por Puerto
Berrio (Antioquia), ya habían avistado al
bocachico, al nicuro y a otra cantidad de
peces cuyos nombres no logro recordar; y
que tenían que pescarlos pronto, antes de
que llegasen a Honda (Tolima) y se les es-
caparan de la subienda. Partimos en canoa
en la tarde a la isla donde iríamos a pescar
(bueno, yo no, yo solo estaba por acompa-
ñar y disfrutar de una nueva experiencia),
y en medio del majestuoso río Magdalena,
pude ver como muchos de estos peces sal-
taban, tal cual los delfines que uno ve en
los programas de NatGeo o Discovery, y
uno dio de lleno en mi cara, siendo la pri-
mera pesca del día (y mi única pesca).
Pescador organizando una sarta de bocachico y otros
Esta experiencia me bastó para acercarme peces en Nechí (Antioquia).
al mundo de la ictiología, pudiendo ver por Foto por: Kevin Flórez Ciro.

31
BOSQUE DE LETRAS 2019

vez primera y con ojos de científico, un saco flotador (vejiga natatoria), detallar más a
fondo como se unen las escamas a su cuerpo, y, en fin, todo lo que un doctor Frankens-
tein desearía.

Recuerdo también que hace no mucho, en Nechí (Antioquia), mientras realizaba un


muestreo fotográfico de aves, en una de las ciénagas de inundación del río Cauca, es-
taban unos pescadores, muy temprano en la mañana, pues no eran ni las 6 am, cuando
llegaron a la orilla. La persona con la que iba (mi guía) le abordó para saber que tenían
y que podía comprar. Yo, como analfabeta de peces que soy, me acerqué también a
mirar, y el pez que más tenían era bocachico, del cual mi compañero compró una sarta
(agrupamiento de pescados), llevándose unos 12 si no me falla la memoria, por unos
$ 20.000, pues no estaban muy grandes. Ahora me doy cuenta que la mayoría de esos
peces estaban por debajo del tallaje mínimo legal, y que, dichas ciénagas donde me
encontraba, fueron separadas del cauce del río (allí específicamente porque al río cre-
cer, dejaba bajo el agua a la carretera de acceso al municipio), restringiendo la salida
de los peces y evitando que pudieran hacer su migración. Esa práctica, junto con otras
igual o más destructivas, son las que tienen en riesgo la supervivencia de la especie.
En definitiva, podría decir que el bocachico es la especie de pez de agua dulce más
conocido, pero el que menos conocemos a la vez; aunque hace parte de nuestra idio-
sincrasia, gastronomía y economía. Está en nosotros ayudar a esta especie y como
conclusión, citaré el dicho de un amigo: “Conocer, para usar y conservar”.

Bibliografía

ATENCIO, V., KERGUELÉN, E., NAAR, E., & R. PETRO. 2013. Desempeño reproductivo del bocachico
Prochilodus magdalenae inducido dos veces en un mismo año. Revista MVZ Córdoba, 18(1), 3304-3310.
ATENCIO, V., KERGUELÉN, E., WADNIPAR, L. & A. NARVÁEZ. 2003. Manejo de la primera alimenta-
ción del bocachico (Prochilodus magdalenae). Revista MVZ Córdoba, 8(1), 254-260. https://doi.org/10.21897/
rmvz.1049
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DE RECURSOS BIOLÓGICOS ALEXANDER VON HUMBOLDT
(IAVvH). 2012. Libro rojo de peces dulceacuícolas de Colombia: pág, 48, 154 -159.
JARAMILLO-VILLA, U. & L.F. JIMÉNEZ-SEGURA. 2008. Algunos aspectos biológicos de la población de
Prochilodus magdalenae en las ciénagas de Tumaradó (Río Atrato), Colombia. Actualidades Biológicas, 30(88),
55-66.
MALDONADO-O, J.A., ORTEGA, A; USMA, O., GALVIS, V., VILLA F.A., VASQUEZ, G. & S. PRADA.
2005. Prochilodus magdalenae Steindachner; Peces de los Andes de Colombia. Catálogo de la biodiversidad de
Colombia.

32
BOSQUE DE LETRAS 2019

5. PÍLDORA BIOGRÁFICA (NACIONAL)

Don Álvaro Lema Tapias: Ética y Fraternidad


“Ser personas antes que Ingenieros”

Por: Oscar Andrés Sáenz Ruiz


Ingeniero Forestal - Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín
Magíster en Ingeniería Administrativa – U. Nacional de Colombia - Sede Medellín

Cuando me pidieron escribir una semblanza del profesor Álvaro Lema, me sentí suma-
mente honrado en primera instancia, y en segunda preocupado. Sí, muy preocupado,
porque poner en líneas a una persona que admiro tanto, a la que le agradezco tanto, a
la que le debo tanto, a la que me siento orgulloso de contar entre mis amigos, no podría
ser objetivo ni mucho menos. Pero también estoy seguro que alguien que lo conozca,
así sea un poquito como yo, no diferirá en lo más mínimo de lo que aquí preciso de-
cirles. Y es que esta es una de esas claras ocasiones, en la que las palabras se quedan
cortas para hacerle justicia a alguien, que con su humildad y sobre todo con su ejem-
plo, nos enseñó a ser personas antes que ingenieros.

Don Álvaro, no Ingeniero Álvaro ni Doctor Lema, no


Álvaro a secas ni Lema, Don Álvaro, ni siquiera Pro-
fesor (siendo esta una de mis palabras favoritas), ni
siquiera Maestro Lema (aunque suene bastante acerta-
do), el calificativo adecuado es DON Álvaro. Y es que
nadie que conozca en mi vida tiene más merecido el tí-
tulo de “Don”, que el propio Don Álvaro. Un Don que
no es simplemente ese referente respetuoso de antaño,
sino un manifiesto de profundo amor y reconocimiento
a un ser humano fantástico en toda la dimensión de
esta palabra. Un Don que hace apología a la misma
etimología como cualidad superlativa.
Foto por: Juan D. León Peláez.

Álvaro de Jesús Lema Tapias nació un 16 de Junio de 1943. Es hijo de Daniel y Leo-
nisa, miembro de una familia de 14 hijos, de los cuales sobrevivieron 8, dos mujeres
y 6 varones. Aún quedan 4 con vida, todas excelentes personas, y en palabras de Don
Álvaro: “de todos y particularmente por dos de ellos supe que la generosidad existe”.
Don Daniel, su padre, fue un campesino de Altamira, Betulia, maestro de escuela a los
12 años ante la ausencia del maestro oficial en la escuelita donde hizo primaria, apren-
dió inglés solo, autodidacta en muchas cosas, entre ellas la pintura y la música, y sobre
33
PÍLDORA BIOGRÁFICA
todo un gran ser humano. Su madre, Leonisa, de Amagá, maestra de escuela, y para-
fraseando a Don Álvaro nuevamente: “creo que era más inteligente que Daniel, de un
sentido común descomunal, excelente conversadora y de una generosidad inusitada”.

Las historias de su familia siempre fueron lo más anhelado para mí en sus clases, en-
tre regresiones y transformaciones, entre derivaciones, integraciones y modelaciones
siempre estaban sus recuerdos decorándolo todo. No existía un teorema que no estu-
viera acompañado de la verdadera reflexión a través de los ojos de sus padres, ense-
ñándonos siempre a definir como prioridades de nuestras propias vidas a la familia, a
través de su ejemplo. Las demostraciones matemáticas siempre tenían calor de hogar
para nosotros los privilegiados.

Don Álvaro se tituló como Ingeniero Forestal de la Universidad Nacional de Colombia


en 1972 e ingresó a laborar como docente en la misma Universidad en 1978. Veinte
años después de su graduación como Ingeniero, se convirtió en Magíster en Silvi-
cultura y manejo de bosques de la misma Universidad, su casa. Se jubiló legalmente
el 31 de diciembre de 2004 pero su labor docente no culmina nunca, pues aún dicta
cursos en el Área Curricular de Bosques y Conservación Ambiental pero sólo a las
6 am, pues su horario empieza muy temprano en la madrugada y culmina tempra-
no en la tarde. Como diría el mismo: “Me levanto con el gallo y me acuesto con las
gallinas”. Su trayectoria es más que impecable, reconocido con Docencia excepcio-
nal de forma consecutiva en los años 1993 a
2001. Obtuvo el “Premio a la extensión soli-
daria” por trabajo en los bosques de guandal
en 1992 y fue “Pluma de plata APUN” por la
Facultad de Agronomía en 1997. En 1999 fue
nombrado “Profesor Emérito” de la UN, en
el año 2000 fue elevado al título de “Maestro
Universitario” (título equivalente a un docto-
rado) y desde 2007 es “Profesor Honorario”
de la Universidad Nacional de Colombia. En
2014 la Asociación de Estudiantes de Inge-
niería Forestal de la UN-Medellín (Aseforun)
le confirió el reconocimiento como “el profe-
sor más dispuesto” en el periodo 2014-I, por
ser el profesor que en todo momento y lugar
estuvo dispuesto a brindar en palabras y ac-
ciones, una asesoría, un consejo profesional, Salida de práctica profesional ( campamento ) a
una orientación vital, buscando siempre que el Cáceres (Antioquia), en 1999.
Foto: Archivo personal de Oscar Sáenz Ruiz.
34
PÍLDORA BIOGRÁFICA
estudiante desarrollara al máximo su talento.

Ejerció como director del Departamento de Ciencias Forestales en 1988, 2000 y 2004.
Fue director de carrera de Ingeniería Forestal entre 1986 y 1988 y director del Posgra-
do en Bosques y Conservación Ambiental en 1996. También fue Vicedecano Acadé-
mico de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de 1999 a 2001. Dirigió innumerables
tesis, trabajos de grado, pasantías, proyectos de investigación y extensión, todos ellos
de excelente calidad y con propósitos de hacer país desde la academia.
Don Álvaro le entregó materia prima de altísima calidad al sector forestal del país,
formador de los mejores ingenieros en inventarios forestales y manejo de bosques.
Pero su mayor aporte en mi impresión es la humanización del profesional, el sentido
crítico y sobre todo la ética en el trabajo. Siempre nos recordaba el privilegio de estar
estudiando en la Universidad Nacional y en especial ser un estudiante de Ingeniería
Forestal, pues nos decía literalmente: “Es una oportunidad que no todos tienen, ni
siquiera el mismo presidente de la República”.

Escriba lo que escriba siempre me quedaré corto ante todo lo que quisiera que conocie-
ran de él. Y como el espacio no es infinito, preciso cerrar esta pequeña semblanza ha-
ciendo énfasis en su muy exquisita forma de hablar y escribir. No enfatizaré en sus pu-
blicaciones académicas, pues todos crecimos con sus libros tan juiciosamente bordados
y llenos de ecuaciones construidas a mano durante tantos años de impecable docencia.
Me refiero a ese juglar que escribe con una mano y toca guitarra con la otra. Don Álva-
ro publicó su primera novela en 1979 de 169 páginas que tituló “Mis días están conta-
dos”. La publicó con la famosa Editorial Lealón de Medellín. En dicha casa editorial
hiló un par de publicaciones más: Su
primer libro de cuentos en 1982 de-
nominado “El último cigarrillo” y su
novela “La porqueriza” en 1984. En
1999 retomó la línea de publicar para
no privarnos de sus relatos, esta vez
en la editorial UPB, con su muy apa-
sionante historia “La maldición de la
canangucha” que relata sus vivencias
en el ejercicio de la profesión forestal
en la región del Araracuara, con un
tinte cosmogónico universal. Final-
mente, el centro de publicaciones de Décima mayor” amenizando los grados 2019-II de la Facultad
la Universidad Nacional de Colombia de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNALMED.
reconoce su gran talento y publica sus Foto por: Comunicaciones FCA.
35
BOSQUE DE LETRAS 2019
últimas dos novelas, “La deuda” (2002)
y “El taller” (2005). Algunos como yo
tienen sus libros, pero para aquellos que
no poseen este privilegio, en la bibliote-
ca Efe Gómez de la UN Medellín hay un
par de copias de algunos de ellos.
Y es que Don Álvaro es un regalo para
quienes tuvimos la suerte de haber coin-
cidido en este espacio - tiempo tan cor-
to, pues es la propia mística encarnada,
entendiendo ésta como la unión del Darío Ochoa, Álvaro Lema y Juan Diego León almorzando
alma humana con su motivación espiri- en “La cocina de Jairo” (Medellín), en 2006.
tual y divina. Cada una de sus palabras Foto: Archivo personal de Juan D. León Peláez.
son sinceras y siempre llenas de profun-
do cariño. Pacientemente nos acompañó de la mano por los modelos estocásticos,
el diseño experimental, el análisis de datos en entornos multivariados, la medición
forestal y la dasometría. Nos reconvino permanentemente a través de una prosa privi-
legiada, a ser pensadores críticos del mundo, pero primeramente a concebirnos como
un proyecto humanístico, con gran sentido de la fraternidad, inculcándonos antes que
la importancia de las medias y las desviaciones, la necesidad de los valores como el
respeto y la honestidad.

A Don Álvaro todavía se le encuentra en los pasillos de la Universidad Nacional, pues


esa siempre es su casa, eso sí, habrá que levantarse muy temprano y seguramente
estará iluminando con su particular forma de enseñar a los últimos afortunados que
se miden a madrugar todos los días a
clase de 6 am. Nunca le negará una
asesoría a nadie y menos una recon-
fortante conversación. El legado de
Don Álvaro persiste en muchos de
los que caminamos esos pasillos a
diario, pues por encima de todo la
convicción ética y humana que nos
dejó como enseñanza, se convirtió
en una especie de marca de los que
tuvimos la suerte de estar a su som-
bra. Gracias por tanto Don Álvaro.
De izq. a der: Esaú Ruiz, Álvaro Lema y León Ruiz, en la finca
Las palabras nunca alcanzan con us-
de Don Álvaro en Santa Elena ( Medellín, Antioquia ), en
ted.
2010. Foto por: Juan D. León Peláez
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BOSQUE DE LETRAS 2019

6. CONEXIÓN CULTURAL

Acróstico al Bosque Seco Tropical

Por: María Fernanda Rubio Valencia


Estudiante de Ingeniería Forestal - Universidad Distrital “Francisco José de Caldas”

Bastaba sentir la energía fresquecita,


Oxígeno emanado de las hojas vivas,
Suavecitas y verdes como malaquita,
Quedaban adornadas las ramitas,
Unas aves cardinalides y azulitas,
En su hábitat natural se sentían.

Soleados paisajes nos mostraban,


Enriquecidas con sus aguas coloradas,
Con las palmas, naranjitos y guayabas,
Otras vidas más sutiles sustentaban.

Todas las formas habidas y por haber, Foto por: María Fernanda Rubio Valencia.
Rodeaban esta tierra sin interés,
Originando un paraíso que hay que ver,
Para entender lo valioso de su trascender,
Infinitos son los bienes que nos brindan,
Comidita, buen abrigo y culturita,
Armadillos, venaditos y abejitas,
Las cactáceas, ceibas y burseras lo adornaban.

Foto por: María Fernanda Rubio Valencia.

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BOSQUE DE LETRAS 2019

7. YO ESTUDIÉ FORESTAL PORQUE...


Yo estudié forestal porque…

Por: Cristian Escobar Camayo


Ingeniero Forestal – Universidad del Cauca

Estoy en un relicto de bosque de esos que quedaron en medio de grandes potreros


porque sirven para mantener la sombra y el agua del ganado; estoy en labores de
campo y lejos de alguna gran ciudad; echando cabeza de cómo vine a parar a Tarazá
(Antioquia), a “sembrar arbolitos”. Es estimulante porque cada vez que lo hago, los
recuerdos siempre retornan a mi niñez; una niñez en la Colombia rural, en la Colombia
de los resguardos indígenas del Cauca, donde mi mamá me cargaba entre cabildos,
atendiendo su labor de docente del CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca).

Relicto de bosque en Tarazá (Antioquia). Foto por: Cristian Escobar

Desde que era un “mocoso” de siete años, más o menos, me gustan muchísimo los
paseos al río, porque eran incentivados por mi mamá, en una época en que supongo
ella fue pro-pachamama. Tengo grabada en mi memoria aquella escena de verdes mon-
tañas, piedras grises gigantes, y aguas cristalinas de un charco del río “Las Piedras”
del resguardo de Quintana, zona rural de
Popayán, que devela este placer de subir a
una roca, reflexionar un poco antes de sal-
tar, arriesgarse a hacerlo, sentir miedo o
ansiedad, y luego escuchar el zambullido,
después estar sumergido en un instante de
quietud, viendo los peces pasar y finalmen-
te ascender a la superficie para tomar aire
como recién nacido. Salto al río magdalena, San Agustín, Huila.
Foto por: Cristian Escobar.
38
YO ESTUDIÉ FORESTAL PORQUE...
En los siguientes años; los paisa-
jes, los peces, los insectos, casi
todos los animales que encontré
durante los paseos de olla fami-
liares y con amigos, me causaban
tal curiosidad que me iba a con-
sultar libros; a engomarme con
documentales de NatGeo, Ani-
mal Planet o Discovery Chan-
nel; y sobre todo a poner mucha
atención a cuanta historia de en-
cuentros con animales o viajes a Sir David Attenborough. Foto por: Emily Garner (para The
lugares inhóspitos habían expe- Telegraph).
rimentado las personas más adultas, para entender y aprender de la naturaleza, porque
soñaba con ser un explorador científico al estilo de “Sir David Attenborough”, y así ser
famoso por descubrir nuevos lugares y animales.

Creo que en los albores o si no a mitad de grado 11, cuan-


do estaba estudiando en el colegio, leí “Perdido en el ama-
zonas” del zipaquireño Germán Castro Caycedo. Para
mí ese libro incorporaba de alguna manera mis intereses
principales del momento, pues narraba detalladamente la
fauna y la flora de la Amazonía, exaltaba el misterio de
los nativos de la selva, me incentivaba a la aventura, y es-
pecialmente tenía lugar en la Colombia desconocida. El
libro hizo mantener mi querer y mirada durante el resto
de año en encontrar una carrera que me permitiera ganar-
me la vida profesionalmente visitando o viviendo en la
Amazonía, para conocer la anaconda, el jaguar, el águila
Portada del libro “Perdido en el arpía; convivir
amazonas”.
en una etnia in-
dígena no occidentalizada; caminar por días
entre ríos y selva; y aislarme de todo el bo-
drio de la ciudad. Sí, era una “huevonada”
toda idealista en la que andaba y tuve que
aterrizarla, sin perder la esencia de lo que
quería.

Estaba decidido a ser ecólogo, pero el pro-


39
BOSQUE DE LETRAS 2019
grama lo tenían solo dos universidades privadas en Colombia; a mi mamá no le alcan-
zaría la plata para pagarlas. Así que tocó aprovechar el buen Icfes logrado, y buscar
una carrera afín en la Universidad del Cauca. Entre biología e ingeniería forestal, elegí
la segunda porque según mis averiguaciones, sería mejor remunerada.

Como resultado del entusiasmo que me genera conocer lugares naturales, en especial
ríos donde se pueda nadar; quedar asombrado con la fotografía de documentales natu-
rales de la talla de “Sudamérica salvaje”; de emocionarme con el relato de “Perdido en
el amazonas”; y de hacer una comparación hosca entre carreras, eché cabeza, y fue así
como terminé en esta bella profesión, la cual me ha permitido recorrer muchas rutas,
entre ellas esta: ¡Tarazá! Me formé como ingeniero forestal de vocación y es por donde
voy caminando feliz, sigo descubriendo nuevos universos naturales y gente bonita del
campo, con sus maneras de percibir el mundo. En cada proyecto, en cada rincón de
Colombia aprendo y trato de poner mi granito de arena, mi arbolito para el bosque, mi
arbolito para pervivir.

Yo en compañía de "Chicle", en la selva del Putumayo. Foto: Archivo personal de Cristian Escobar.

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BOSQUE DE LETRAS 2019

8. RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS


X Congreso Colombiano de Botánica

Por: Daniel Mauricio Díaz Rueda


Ingeniero Forestal – Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín

En Florencia (Caquetá), la puerta de la Amazonía colombia-


na, y con la Universidad de la Amazonía como sede, del 18 al
22 de agosto de 2019, tuvo lugar el X Congreso Colombiano
de Botánica “20 años de promoción y divulgación del cono-
cimiento científico”, el evento bianual que reúne a los inves-
tigadores y estudiantes que de múltiples maneras contribuyen
al crecimiento de la ciencia noble en Colombia. El congreso
se dio en el marco de la conmemoración de las dos décadas de
la Asociación Colombiana de Botánica (ACB), entidad encar-
gada de organizarlo cada dos años de manera ininterrumpida.
El evento contó con una nutrida asistencia cercana a las 500
personas, y con una extensa programación comprendida por ocho ponencias magis-
trales, 22 simposios que contaron con 157 expositores, 148 ponencias orales y 181
carteles. Igualmente hubo siete cursos pre congreso, dos durante el evento, y tres más
post congreso.
Al término de dos de las jornadas académicas se proyectaron los documentales “Homo
botanicus” de Guillermo Quintero y “Cazadores de orquídeas” de Luis Eduardo Me-
jía Duque. También, en el marco del evento, se hicieron dos emotivos homenajes a
reconocidos botánicos nacionales: Álvaro Cogollo, por los méritos y contribuciones
al progreso de la investigación botánica en Colombia, y Dairon Cárdenas, por ser
uno de los investigadores botánicos que más ha estudiado la Amazonía colombiana,
alcanzando más de 52.000 colecciones botánicas, la mayoría recolectadas en esta re-
gión. De igual forma se hizo un homenaje póstumo a Humberto Emilio García Pinzón
(ex director Herbario UIS), y a Philip Arthur
Silverstone-Sopkin (ex director Herbario
CUVC), botánicos recientemente fallecidos.
Al término del congreso se premiaron los me-
jores trabajos en la modalidad de ponencia y
cartel, así como los ganadores de la maratón
botánica. También se anunció la sede elegida
para organizar el XI Congreso Colombiano de
Botánica en 2021, la cual fue la Universidad
Foto por: Daniel Díaz-Rueda de los Llanos, en Villavicencio, Meta.
41
RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS

VIII Congreso Colombiano de Estudiantes en Ciencias Forestales

Por: Heidy Caterine Caro Ayala


Estudiante de Ingeniería Forestal - Universidad Industrial de Santander- Sede Málaga

El VIII Congreso Colombiano de Estu-


diantes en Ciencias Forestales se llevó
a cabo en la Universidad Industrial de
Santander (UIS), sede Málaga, en el
marco del II Congreso de las Ciencias
Agrarias, y este a su vez dentro del U18
FEST, evento cultural que tiene como
lema “Ideas para transformar el mun-
do”, del 25 al 28 de septiembre de 2019.
Estudiantes, profesores y administrati-
vos de la universidad anfitriona fueron
los encargados de la organización del
evento. Se contó con la presencia de
aproximadamente 350 participantes en-
Foto por: Universidad Industrial de Santander
tre estudiantes, profesores y profesio-
nales de la Universidad del Tolima, la
Universidad del Cauca y la Universidad Industrial de Santander, sede Málaga, quienes
relataron su experiencia en la investigación desde las distintas universidades que ofre-
cen la carrera de Ingeniería Forestal.

El evento se realizó en diferentes escenarios en los que los estudiantes de las distintas
universidades participantes expusieron sobre temáticas como biometría forestal, ma-
nejo silvicultural, aprovechamiento de bosques nativos y plantados, sensores remotos,
SIG y teledetección, restauración ecológica, conservación de bosques, agroforestería,
sistemas silvopastoriles, valoración ambiental y servicios ecosistémicos. Los exposito-
res compartieron su experiencia académica en proyectos de investigación, permitiendo
así, un espacio de integración académica y cultural, que facilita la creación de alianzas
entre los estudiantes forestales del país. Por otro lado, también hubo exposición de
carteles por parte de los estudiantes, donde nos dieron un abrebocas de los proyectos
que se están realizando en la UIS.

Adicionalmente, se realizaron los juegos de ciencias agrarias que consistieron en un


circuito de desafíos basados en técnicas de crossfit, en los cuales un grupo de 10 estu-
diantes ponen a prueba su resistencia física y trabajo en equipo, para lograr completar
42
BOSQUE DE LETRAS 2019

las pruebas en el menor tiempo posible.

Para finalizar el evento, se realizó una salida de campo al majestuoso cañón del río
Chicamocha, un lugar mágico que la mayoría de los participantes no conocían. Se hizo
un recorrido por los bosques dominados por el árbol endémico Cavanillesia chicamo-
chae, llamado comúnmente ceiba barrigona, que sobresale en el paisaje del bosque
seco tropical de Santander. Durante el recorrido se habló sobre la importancia y vul-
nerabilidad de esta especie, catalogada en peligro de extinción según la Unión Inter-
nacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los servicios ecosistémicos
que estos bosques brindan y las amenazas que han tenido que enfrentar. Finalmente,
se acordó que la novena versión del Congreso Colombiano de Estudiantes en Ciencias
Forestales se llevará a cabo en la Universidad del Tolima, Ibagué en 2020.

Salida de campo al cañón del río Guaca (cuenca del Chicamocha), entre San Andrés y Cepitá (Santander).
Foto por: Daniel Díaz-Rueda.

43
RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS

XXV Congreso Forestal Mundial

Por: Carlos William Rodríguez Contreras


Ingeniero Forestal - Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Especialista en Gerencia de Recursos Naturales (UDFJC)

Del 29 de septiembre al
5 de octubre de 2019, la
Unión Internacional de Or-
ganizaciones de Investiga-
ción Forestal (IUFRO, por
sus siglas en inglés), tuvo
su XXV Congreso Mun-
dial en la hermosa ciudad
de Curitiba, Brasil. Este es
el evento de mayor acogi-
da e importancia en temas
forestales del mundo, cele-
brado cada cinco años, este
con una asistencia de más
de 2500 investigadores, de
93 países de todos los con-
tinentes. Foto por: Carlos Rodríguez.

Los temas principales del Congreso Mundial IUFRO 2019 fueron: 1) Bosques para
la gente, 2) Bosques y cambio climático, 3) Bosques y productos forestales para un
futuro más verde, 4) Biodiversidad, servicios ecosistémicos e invasiones biológicas, 5)
Interacciones bosques, suelo y agua, y 6) Comunicando, educando, enlazando y publi-
cando. Estos temas cuentan con subtemas que abarcan prácticamente todo el espectro
de la investigación, educación y aplicación del conocimiento forestal, y de esta manera
se posiciona como un evento de gran importancia, que resalta y evidencia ¿En qué? y
¿Para dónde? va la investigación de los bosques a nivel mundial.

En el evento se contaba con sesiones plenarias, sub plenarias, charlas técnicas, paneles
de expertos, sesiones de posters y salidas técnicas para todos los gustos. Así mismo,
se evidenció un compromiso mundial y conjunto por parte de los asistentes hacia la
promoción del manejo sostenible de los bosques y el cumplimiento de los objetivos de
desarrollo sostenible.
44
RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS
Por otro parte, había una sala de exposición donde se encontraban cubículos de diferen-
tes patrocinadores del evento como la Corporación de Investigación Agropecuaria de
Brasil (EMBRAPA), FSC y el Servicio Forestal Brasilero, universidades con escuelas
forestales renombradas como la Universidad de Freiburg – Alemania, la Universidad
de Estocolmo – Suecia, la Universidad de British Columbia – Canadá y el Centro de
Investigación Forestal Asiático – China, entre otros, quienes daban a conocer investi-
gaciones, becas, productos y programas en torno a los bosques.

Los participantes del congreso fueron desde estudiantes de pregrado en temas relacio-
nados con ciencias forestales, hasta investigadores profesionales con nivel académico
posdoctoral, los cuales presenciaron charlas de personajes como Qu Dongyu (director
de la FAO), Vicki Christiansen (directora del Servicio Forestal de Estados Unidos), Te-
reza Cristina Correa da Costa Dias (ministra de agricultura de Brasil), Barbara Tavora
Jainchill (directora de asuntos forestales en el secretariado de Naciones Unidas), entre
otros igual de reconocidos y también tomadores de decisión, quienes seguramente
vuelven a sus países de origen con ideas nuevas y proyectos para lograr la sostenibili-
dad de los bosques.
Así mismo, la participación de Colombia estuvo bastante nutrida, pues fue el país
de Suramérica después de Brasil, que llevó más participantes, con académicos desde

Asistentes colombianos en compañía de Brigitte Baptiste. Foto por: Carlos Rodríguez.

45
BOSQUE DE LETRAS 2019

pregrado hasta doctorado. Se destaca la participación de personas reconocidas en este


campo de investigación como Brigitte Baptiste (ex directora del Instituto de Investi-
gación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt) y Julián Chará (director de
investigaciones del Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Produc-
ción Agropecuaria – CIPAV).

Este evento llegó a su fin y no solo deja un intercambio de conocimientos y experien-


cias a los participantes, sino también un enriquecimiento cultural entre personas uni-
das por los bosques, con proyecciones, ideas y propuestas para llevar a cabo en todo el
mundo y aplicar mejoras por lo menos durante los próximos cinco años hasta 2024 en
Estocolmo, Suecia, donde será el próximo Congreso Forestal Mundial que espera re-
unir más y más generaciones de investigadores y profesionales que busquen un mejor
futuro de los bosques y la humanidad.

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BOSQUE DE LETRAS 2019
9. PROXIMOS EVENTOS ACADÉMICOS

IX Congreso Colombiano de Estudiantes en Ciencias Forestales

Lugar: Universidad del Tolima, Ibagué, Tolima, Colombia


Fecha: Junio-Julio de 2020 (sujeta a confirmación o cambios)
Información en: Enlace de página por definir

V Congreso / VI Congreso Iberoamericano del Caribe de


Restauración Ecológica

Lugar: Santa Marta, Colombia


Fecha: Julio 21 al 25 de 2020
Información en: https://redcre.com/
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PROXIMOS DE EVENTOS ACADÉMICOS

7° Congreso Mundial de Palmas

Lugar: Río de Janeiro, Brasil


Fecha: Agosto 10 al 13 de 2020.
Información en: http://palms2020.com/site/palms2020/world-palm-sympo-
sium-2020?fbclid=IwAR19tg_DsXaozptRnqdDpyUo7AlIvGrZZjEnboepsuDBoUxZ-
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4ª Conferencia Mundial de la Teca 2020

Lugar: Accra, Ghana


Fecha: 24 al 27 de agosto de 2020.
Información en: https://www.itto.int/es/events/4th_world_teak_conference_2020/

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“Hemos aprendido que si no actuamos por nuestro futuro, na-
die dará el primer paso. Somos aquellos por quienes hemos
estado esperando”.

Greta Thunberg
Activista ambiental

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