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2019
BOSQUE DE LETRAS
BOLETÍN DE LA FEDERACIÓN COLOMBIANA DE ESTUDIANTES FORESTALES (FECEF)
BOSQUE DE LETRAS 2019
Comité editorial
Daniel Mauricio Díaz Rueda (damdiazru@unal.edu.co)
Ingeniero Forestal UNALMED. Consejero FECEF.
Alejandro Reyes Ballesteros (alejandro.reyesb@hotmail.com)
Ingeniero Forestal UDFJC. Consejero FECEF.
Diagramación
Yeny Andrea Vélez Martínez (yavelezm@unal.edu.co)
Ingeniera Forestal. UNALMED.
Portada
“Toé amarillo” (Brugmansia suaveolens), Solanaceae.
(Por: Diana Rosalba Granados, Artista Plástica, drgranadosm@unal.edu.co)
Contraportada
“Usos del toé amarillo” (Brugmansia suaveolens), Solanaceae.
(Por: Diana Rosalba Granados, Artista Plástica, drgranadosm@unal.edu.co)
Contacto
tejidoforestalfecef@gmail.com
FECEFcolombia
Federación Colombiana De Estudiantes Forestales
BOSQUE DE LETRAS 2019
CONTENIDO Página
2. ARTÍCULOS INFORMATIVOS
- Un regreso al pasado a través de la dendroarqueología .......................... 4
- La dendrocronología como alternativa de investigación en parcelas per-
manentes ................................................................................................. 10
- Reconstrucción del clima en los troncos de los árboles .......................... 15
- Dendrocronología tropical: Un breve recorrido por su historia ............... 18
3. FLORA COLOMBIANA
- Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso (Leguminosae), la desconocida
y tímida habitante de los bosques secos del departamento de Antioquia .. 22
4. FAUNA COLOMBIANA
- El bocachico del Magdalena (Prochilodus magdalenae) ........................ 28
5. PÍLDORA BIOGRÁFICA
- Don Álvaro Lema Tapias: Ética y Fraternidad. “Ser personas antes que
Ingenieros” .............................................................................................. 33
6. CONEXIÓN CULTURAL
- Acróstico al Bosque Seco Tropical .......................................................... 37
Porque no hay quinto malo, en esta edición de “Bosque de letras”, seguimos hacien-
do el esfuerzo de consolidar este boletín como una ventana fresca y abierta para que
los forestales en formación, y los más avezados en el oficio, sigamos documentando
nuestro quehacer, en esta aciaga época que le impone tantos retos ambientales a la
humanidad.
La Píldora biográfica fue dedicada en esta ocasión al muy querido y admirado pro-
fesor Álvaro Lema Tapias, un íntegro forestal paisa, que se hizo y ejerció la docencia
en la Nacional, y que da ejemplo en lo profesional e inspira en lo personal con sus
dotes artísticas. La sección Conexión cultural contiene un bello acróstico inspirado
en uno de nuestros más preciados y amenazados ecosistemas, el bosque seco tropical.
Yo estudié forestal porque… contiene la crónica de Cristian Escobar Camargo, un
forestal que como estudiante lideró eficazmente procesos estudiantiles y en la actua-
lidad se desempeña satisfactoriamente en el ejercicio. Finalizamos con las secciones
Resúmenes y Próximos eventos académicos, con el balance de tres eventos de carác-
ter nacional e internacional, que tuvieron lugar en 2019, y la información sobre cuatro
más que tendrán lugar en 2020.
Por último, deseamos que el esfuerzo de recopilar y poner a su disposición esta in-
formación de interés para el gremio, siga siendo de agrado y utilidad para la comu-
nidad forestal colombiana. También reiterar una vez más la invitación a participar de
este espacio con sus contribuciones, asumiéndolo, si así lo quieren, como un ejercicio
creativo, que para los más novatos sirva de entrenamiento para el ingreso al templado
mundo de las publicaciones.
Comité editorial,
Diciembre, 2019
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BOSQUE DE LETRAS 2019
2. ARTÍCULOS INFORMATIVOS
A lo largo de la historia los bosques han proporcionado al hombre todo tipo de recur-
sos y materias primas para su sustento. El aprovechamiento de estas materias primas
ha dependido de las necesidades sociales, del conocimiento de estas, de la capacidad
de extracción y transformación en productos aptos para el consumo y de la oferta que
provee el entorno con base a la composición de especies vegetales (Piqué & Huerta,
2006).
Los impactos producidos por antiguas sociedades humanas en la cobertura vegetal
(Piqué & Huerta, 2006), con frecuencia han sido estudiados por los arqueólogos, quie-
nes evalúan estos cambios en el ambiente mediante restos de madera carbonizada en
yacimientos o estructuras antiguas que aún se encuentran en pie (Carrión, 2005).
Métodos en dendroarqueología
Recolección muestras
Es necesario evaluar y demostrar que los árboles del área de estudio, los cuales están
directamente relacionados con las muestras de yacimientos y de construcciones, reú-
nan las condiciones básicas para ser usados en investigaciones dendrocronológicas,
es decir, que produzcan anillos visibles y anuales cuyos anchos están correlacionados
significativamente con parámetros climáticos de alcance regional (Stokes & Smiley,
1968). Si esto se comprueba, según el principio de uniformidad (Speer, 2010), pode-
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BOSQUE DE LETRAS 2019
mos asumir que los procesos que gobiernan la respuesta de dichas especies arbóreas
ante las variaciones climáticas no han cambiado significativamente desde la época que
se intenta reconstruir. Por lo tanto, la dendrocronología sería aplicable no solo a las es-
pecies que se encuentran en pie, sino también para las muestras de madera carbonizada
o de construcciones (Ghezzi & Rodríguez, 2015).
Los individuos son seleccionados en las condiciones más extremas posibles, que re-
gistren la señal climática muy fuertemente (Ghezzi & Rodríguez, 2015). En cada árbol
se extraen al menos dos muestras tomadas a la altura del pecho (1,3 m) en direccio-
nes perpendiculares, utilizando barrenos y registrando también otras mediciones como
diámetro, altura y coordenadas individuales. Adicional a la información anterior, es de
gran ayuda para los análisis posteriores, tomar datos descriptivos generales como pen-
diente, exposición, cobertura del suelo y componentes edáficos (Alejano et al., 2017).
Las muestras deben ser ubicadas en molduras o soportes de madera con las traqueidas
y fibras orientadas verticalmente (Alejano et al., 2017). Para facilitar la visualización
de los anillos, las muestras son lijadas con abrasivos de diferente grano, siendo el últi-
mo, el más fino. El proceso de lijado produce una superficie limpia, donde es posible
observar la estructura celular de los anillos de crecimiento (Lizeaga, 2010). Se requie-
re el uso de un microscopio o lupa para observar las muestras y atlas de anatomía de la
madera o muestras de referencia para determinaciones taxonómicas (Piqué & Huerta,
2006).
Las muestras son comparadas visualmente entre las obtenidas de los árboles en pie y
las de los yacimientos o construcciones (Alejano et al., 2017). Se identifican y marcan
los anillos de crecimiento bajo un estereomicroscopio de alta resolución. El espesor de
los anillos es medido con herramientas que combinan dispositivos deslizantes, codi-
ficadores lineales y estereoscopios análogos o digitales. Entre estos destacan “Velmex
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
a
b
c
Figura 1. Muestras de anillos de árboles comparadas con muestras de yacimientos arqueológicos o es-
tructuras arquitectónicas. a. Construcción antigua. b. Árbol longevo. c. Árbol de referencia. (Ilustración
por: Maria Fernanda De Los Ríos Monsalve).
Las relaciones se realizan con base en los cambios en los niveles de crecimiento que
se observan en los anillos, hechos que pueden producirse por cambios en la densidad
forestal (Tapia & Dussart, 2013). Dentro de un bosque la competencia entre especies
influye en gran medida en el crecimiento individual. En el interior de un bosque, donde
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BOSQUE DE LETRAS 2019
la competencia por el acceso a los recursos es alta, el crecimiento será más limitado,
y generará anillos de crecimiento estrechos. Por el contrario, en áreas abiertas esta
competencia se reduce, los individuos ven aumentada su capacidad de crecimiento
del tallo, lo que dará lugar a anillos más anchos. Los factores humanos (explotación
intensiva de las formaciones vegetales, tala sistemática de ramas, etc.) también son
fundamentales en el ritmo de crecimiento del individuo (Carrión, 2005).
Es posible que con el avance que ha tenido la dendrocronología a nivel tropical, los
arqueólogos en esta región encuentren esta herramienta útil para determinar las fechas
de piezas de madera, lo cual sin duda representará una información invaluable para la
arqueología.
Bibliografía:
ALEJANO, R., WAZNY, T., VÁZQUEZ-PIQUÉ, J., GARCÍA, I. & M. DOMÍNGUEZ-DELMÁS. 2017.
Bosques milenarios y patrimonio cultural en Andalucía: la dendrocronología como herramienta para estudiar las
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ARCHILA, S. 1986. Investigación arqueológica en el noroccidente de Boyacá. Bogotá: Universidad de los Andes.
ARCHILA, S. 2005. Arqueobotánica en la amazonía colombiana. Un modelo etnográfico para el análisis de ma-
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
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BOSQUE DE LETRAS 2019
Los anillos de crecimiento contienen información precisa de los sucesos que influye-
ron en el desarrollo del individuo durante su vida. En las últimas décadas las investi-
gaciones dendrocronológicas se han dedicado principalmente a encontrar relaciones
climáticas con los anillos de crecimiento (Worbes, 1989). No obstante, en los anillos
también es posible evidenciar procesos ecológicos como sucesión ecológica, demo-
grafía y competencia intra e inter-especifica (Brienen et al., 2016; Schöngart et al.,
2017). Por ejemplo, anillos estrechos, en tanto no ocurran fenómenos ambientales, ni
cambios abruptos en el clima, pueden indicar que el individuo está compitiendo por
recursos con sus vecinos (Dunisch et al., 1999). Sin dejar de lado que los anillos en
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
algunas especies son marcas genéticas reguladas por el ambiente que reflejan las con-
diciones del lugar en donde se encuentren (Brookhouse, 2006). Varios estudios revelan
que la formación de anillos de crecimiento en los trópicos se debe principalmente a
cambios drásticos en la precipitación, o a condiciones hipotóxicas durante algún pe-
riodo de inundación (Giraldo & del Valle, 2011; Schongart et al., 2012).
Figura 1. Mapa con las ubicaciones de los estudios de anillos de crecimiento en los trópicos. El color
de fondo muestra la precipitación en el trimestre más seco con áreas azules que marcan las áreas que
reciben más de 300 mm durante el trimestre más seco (Fuente: WorldClim).
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BOSQUE DE LETRAS 2019
La dendrocronología puede contribuir al desarrollo de planes de manejo forestal soste-
nible. Aunque esto no es nuevo, en Myanmar e India durante el siglo XIX fue enviado
Sir Dietrich Brandis a desarrollar un plan de manejo forestal sostenible, siendo uno
de los primeros científicos en aplicar anillos de crecimiento en el Trópico (Schöngart
et al., 2017). En muchas regiones tropicales y particularmente en Colombia, las res-
tricciones impuestas por la autoridad ambiental para regular el aprovechamiento de
especies forestales no siempre tienen una base científica. Normalmente se emplea el
diámetro mínimo de corta (asignado de forma arbitraria), junto con los volúmenes
máximos de aprovechamiento en determinadas áreas para las cuales aplicaría el per-
miso o concesión. No obstante, rara vez existe corroboración por parte de la autoridad
ambiental de la correcta ejecución del permiso. Tales precarias regulaciones legales
conllevan al detrimento y degradación del bosque. A ello se suma que son desconoci-
dos los tiempos para la siguiente cosecha o ciclo de corta y rara vez se garantizan los
mecanismos de regeneración, al ser sustraídos (aprovechados) todos los individuos
adultos. Todo ello imposibilita realizar nuevas cosechas con base en las existencias
remanentes (del Valle, 1998; Schöngart et al., 2010). Aparte de esto, también se ha de-
mostrado que la relación tamaño-edad dentro y entre especies logra ser muy diferente
(Brienen et al., 2016). En Bolivia, por ejemplo, hay bastante flexibilidad en las nor-
mas técnicas para el manejo, se realizan informes de los diámetros mínimos de corta
basados en distribuciones diamétricas, se generalizan a todas las especies sin tener en
cuenta características ecológicas y especificas del sitio (Fredericksen et al., 2003). La
dendrocronología puede dar más información sobre cómo evaluar y ajustar las prácti-
cas actuales de manejo forestal para aumentar el nivel de sostenibilidad (Schöngart et
al., 2010).
Las muestras dendrocronológicas pueden ser tomadas de forma destructiva o no des-
tructiva. Se puede tomar toda la rodaja de una parte del árbol de la especie talada, lo
que puede ser más preciso en la búsqueda de características ambientales del sitio y
demás análisis dendrocronológicos. También se tiene el método no destructivo en el
que son tomadas comúnmente por medio de un barreno de incrementos (Beltran &
Valencia, 2013). En ambos casos para la adecuada visualización de los anillos, las
muestras deben ser procesadas cuidadosamente. Normalmente se realizan procesos de
lijado con papel abrasivo que va de 60 a 600 gramos/pulgada2. A veces la leve humec-
tación con agua durante la observación puede mejorar los contrastes en los límites de
crecimiento (Worbes, 1995).
Algunas dificultades pueden surgir también con la aplicación de la dendrocronología,
ocasionadas por el desconocimiento de algunos aspectos asociados al muestreo. La
obtención de muestras con barreno en puntos inapropiados como contrafuertes del
fuste (allí se encuentra la madera de compresión), derivará en una muestra con anillos
perdidos, falsos o difusos y en una baja detección de la variabilidad ambiental.
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
Speer (2010) documentó como algunas especies son en extremo sensibles a la variabi-
lidad ambiental. Por ejemplo, breves sequías durante periodos lluviosos pueden inducir
la formación de anillos falsos. También pueden presentarse micro anillos, producto de
incendios o defoliaciones parciales o totales (Worbes, 1995). En contraste, los anillos
difusos se dan principalmente cuando los árboles tienen condiciones de crecimiento
óptimas, y tienden a crecer la mayor parte del periodo de crecimiento (Speer, 2010;
Worrall et al., 1977). Para darle mayor validez a los estudios dendrocronológicos, se
recomienda realizar análisis de radiocarbono (14C), un marcador isotópico que per-
mite datar la fecha de formación de productos orgánicos como la madera (Bormann &
Berlyn, 1981). El método se basa en el efecto de las explosiones de bombas atómicas
a finales de los años 50 y principio de los 60, lo cual condujo a un aumento consi-
derable de la concentración de 14C en la atmósfera, conocido como bomb peak. En
consecuencia, el "pico de las bombas" de mediados de los años 60 es detectable por
mediciones de radiocarbono en cualquier árbol en la tierra que estaba creciendo en ese
momento, permitiendo establecer dataciones precisas e incertidumbre máxima de un
año (Worbes, 1995).
La diversidad vegetal de la región tropical es única en el mundo, por tanto, aún hay
mucho por descubrir. Se debe promover más el uso de la dendrocronología, lo que per-
mitirá conocer la fisiología de los árboles y la interacción ambiental con los procesos
ecológicos.
Bibliografía:
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
Para estudiar el clima pasado, más allá de los registros tomados por el hombre, surgió
la dendroclimatología, disciplina dedicada a obtener información climática a partir del
estudio de los anillos de crecimiento de los árboles y establecer relaciones para des-
cribir qué variables atmosféricas favorecen o limitan su crecimiento (Giraldo, 2011).
Para ello se deben identificar y datar los anillos, asignando a cada uno de ellos el año
calendario exacto de formación (Gutiérrez, 2009), para poder reconstruir de esta ma-
nera eventos cronológicos que pudieron haber afectado o perturbado a los árboles en
esos años (Lara et al., 1994). El ancho de los anillos va a depender de varios factores,
como la edad del árbol, la genética de la especie, entre otros, pero las condiciones
ambientales son un factor determinante en ellos, ya que el crecimiento va a ser mayor
cuando las condiciones sean más favorables y lo contrario cuando haya factores limi-
tantes, en ese caso el anillo será más pequeño (Fig. 1) (Juárez & Ardisson, 2005).
Figura 1. Anillos de crecimiento en la especie Fraxinus udhei. Foto por: Daniela Ramírez.
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
Bibliografía:
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BOSQUE DE LETRAS 2019
Durante mucho tiempo se creyó que los anillos en los árboles solo se formaban en es-
pecies de zonas templadas; se pensaba que su ausencia en las zonas tropicales se debía
a la falta de periodos estacionales anuales (Rozendaal & Zuidema, 2011). Sin embar-
go, desde 1898 Sir Dietrich Brandis (botánico y forestal) ya había utilizado los anillos
de crecimiento en el trópico, desarrollando un sistema silvícola sostenible con teca
(Tectona grandis) en India y Birmania, según documentó Worbes (2002). De acuerdo
con lo documentado por Rozendaal & Zuidema (2011), en 1927 Coster demostró la
existencia de anillos de crecimiento anuales en varias especies de árboles tropicales.
En la década de los años 10 y 20, del siglo XX, investigadores como Coster, Geiger,
Moll y Janssonius estudiaron la formación de anillos en árboles tropicales, encontran-
do relación entre la precipitación, los periodos fenológicos y el desarrollo del xilema
(Worbes, 2002). No obstante, todas estas investigaciones fueron publicadas en alemán
y debido a la guerra, quedaron desconocidas por la comunidad científica durante mu-
cho tiempo.
En 1931, Hendrick Petrus Berlage (astrónomo y meteorólogo neerlandés), utilizó los
hallazgos de Coster e incursionó en el campo de la dendroclimatología tropical, al
relacionar los datos de una cronología de 400 años de teca (T. grandis), con la preci-
pitación de la Isla de Java, Indonesia. Berlage encontró una correlación entre el ancho
de anillos y la precipitación de junio - octubre (es decir, el periodo de lluvias en esta
región), con lo que determinó que la cantidad de días lluviosos y no la cantidad de llu-
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
via total, es el factor que más influye en el crecimiento de teca (Pumijumnong, 2013).
Otro acontecimiento histórico en el estudio de los anillos de los árboles tropicales, lo
propició Mariaux, en los años 60 del siglo pasado, con sus investigaciones en múlti-
ples países de África occidental. Allí estudió algunas de las maderas más importantes
y propuso una metodología simple que le permitió encontrar el crecimiento anual del
xilema, a través de heridas en el cámbium vascular de la madera denominadas “Venta-
nas de Mariaux” (Worbes, 2002).
A principios de los años 70 se estableció una relación afortunada entre una rama de
la ecología, denominada dendrocronología y una rama de la física nuclear, la ciencia
del radiocarbono (14C) (Kromer, 2009). La buena relación de estos dos campos de la
ciencia se debe a que ambos son poderosos métodos de datación, y son complementa-
rios en muchos aspectos: la dendrocronología suministra fechas con precisión anual y
a una escala regional; por su parte, el radiocarbono tiene una aplicación a nivel global,
debido a su rápida difusión en la atmosfera. El radiocarbono requiere calibraciones
independientes y la dendrocronología cumple muy bien esta función, ya que la celu-
losa de los anillos de los árboles es una medida directa del 14C en el año de desarrollo
de estos (Kromer, 2009). Con esta importante relación se lograron realizar curvas de
calibración de 14C, con ayuda de los árboles para diferentes zonas del mundo, que
permitieron posteriormente conocer la edad de los árboles tropicales, demostrar la
anualidad de sus anillos y reconstruir señales climáticas del pasado en muchos lugares
de la región tropical (Kromer, 2009; Worbes, 2002).
y ecológicos. Algunas de esas investigaciones son: Ramírez & del Valle, 2011, 2012;
Giraldo & del Valle, 2011, 2012; Herrera & del Valle 2011; Giraldo, Giraldo & del
Valle, 2012; del Valle, Guarín & Sierra, 2014; Guarín & del Valle, 2014; Guarín, del
Valle, & Sierra, 2014; López, del Valle, & Giraldo, 2014; Herrera et al., 2017; Inga &
del Valle, 2017.
Figura 1. El profesor Jorge Ignacio del Valle sujetando una muestra de Urapán (Fraxinus uhdei (Wenz.)
Lingelsh.) de aproximadamente 30 años. Foto por: María Isabel Vásquez.
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ARTÍCULOS INFORMATIVOS
Bibliografía:
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21
BOSQUE DE LETRAS 2019
3. FLORA COLOMBIANA
Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso (Leguminosae), la descono-
cida y tímida habitante de los bosques secos del departamento de
Antioquia
Por: Diego Alejandro Zapata Correa.
Zootecnista - Universidad Nacional de Colombia - Sede Medellín
Curador Herbario Forestal UDBC, Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Historia taxonómica
El género Luetzelburgia fue establecido por Harms en 1922 y honra al botánico Ale-
mán Philipp von Luetzelburg (1880–1948), quien contribuyó al conocimiento de la
flora de los bosques secos de la Catinga en el noreste de Brasil (Cardoso et al., 2014).
El género Luetzelburgia comprende 14 especies que van desde arbustos hasta grandes
árboles y está relacionado con los géneros Sweetia, Vatairea y Vataireopsis (Cardoso
et al., 2014). Estos géneros presentan frutos samaroides con una cresta o ala lateral
sobre la cámara que alberga la semilla (Cardoso et al., 2014). La mayoría de especies
del género están concentradas en bosques secos estacionales, particularmente en la
Catinga brasilera (Queiroz et al., 2017) y en enclaves secos en el norte y oeste de la
Amazonía, así como en los valles interandinos bolivianos (Cardoso et al., 2014).
22
FLORA COLOMBIANA
A B
Figura 1. Luetzelburgia jacana D.B.O.S. Cardoso A. Detalle de las flores B. Detalle de las sámaras con
cresta o ala lateral sobre la cámara que alberga la semilla. Fotos por: Jaider Jiménez-Montoya. U. de
A. 2018.
A pesar de que Espinal (1986) menciona que “algunos ejemplares han sido coleccio-
nados para el estudio”, hasta el momento no se han encontrado depósitos bajo su nu-
meración en los herbarios. A este respecto, el profesor León Morales Soto plantea que
la recolectó varias veces ya que era una de las especies habituales de estudio dentro de
23
BOSQUE DE LETRAS 2019
Distribución y hábitat
Hasta el momento la especie sólo ha sido registrada en los bosques secos asociados al
cañón del río Cauca en Antioquia (Fig. 2), entre los municipios de La Pintada pasando
por Santa Fé de Antioquia hasta Ituango, entre los 400 y 950 m de altitud. El árbol se
encuentra de manera aislada en potreros, cercas vivas o creciendo en pequeños rema-
nentes de bosque perturbado. Las poblaciones son escasas y dispersas, y el número de
individuos adultos es muy reducido.
Geográficamente la especie colombiana difiere del resto de especies del género al te-
ner una distribución al norte ampliamente disyunta. Así mismo el enclave seco donde
crece L. jacana presenta mayor precipitación y menor estacionalidad en relación a los
25
BOSQUE DE LETRAS 2019
hábitats donde crecen la mayoría de especies del género (Da Cruz et al., 2018). La evi-
dencia molecular sugiere que L. jacana representa un linaje geográficamente aislado
por cerca de cuatro Millones de años (Da Cruz et al., 2018).
Conservación y Amenazas
De acuerdo con Da Cruz et al. (2018), L. jacana debería considerarse como una espe-
cie en peligro crítico (CR), debido a la dramática desaparición de su hábitat y las pocas
localidades donde ha sido registrada.
26
FLORA COLOMBIANA
A B
Bibliografía:
CARDOSO, D.B.O.S., QUEIROZ, L.P. & H.C. LIMA. 2014. A taxonomic revision of the South American papi-
lionoid genus Luetzelburgia (Fabaceae). Bot. J. Linn. Soc. 175: 328–375.
DA CRUZ, D. T., IDÁRRAGA, Á., BANDA, K., COGOLLO, Á., VAN DEN BERG, C., DE QUEIROZ, L. P.,
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931-943. doi:10.12705/675.6
ESPINAL, L.S. 1986. Los Árboles de Antioquia. Universidad Nacional de Colombia, Seccional Medellín, Facul-
tad de Ciencias, Departamento Ciencias de la Tierra. Medellín. 251 Pp.
QUEIROZ, L.P., CARDOSO, D., FERNANDES, M.F. & MORO, M.F. 2017. Diversity and evolution of flowe-
ring plants of the Caatinga Domain. Pp. 23–63 in: Silva, J.M.C., Leal, I. & Tabarelli, M. (eds.), Caatinga: The
largest Tropical Dry Forest Region in South America. Cham: Springer.
27
BOSQUE DE LETRAS 2019
4. FAUNA COLOMBIANA
El bocachico del Magdalena (Prochilodus magdalenae)
Descripción general
Con un periodo de vida de alrededor de cuatro años, las hembras pueden llegar a poner
entre 80.000 y 1’000.000 de huevos aproximadamente. Su primera madurez sexual se
da cuando alcanza un tamaño de entre 23 y 25 cm, razón por la cual su talla mínima
legal de pesca es de 25 cm, al menos para las poblaciones del río Magdalena, pues en
las del río Sinú, esta talla es de 20 cm, y en el río Atrato es de 22 cm para hembras y de
20 cm para machos (IAvH, 2012). Su distribución altitudinal va desde los 0 hasta los
1000 m.s.n.m, aunque hay una población en el Alto Cauca que alcanza los 1500 msnm,
debido a las suaves pendientes del río. Esta población posiblemente se verá afectada
por la construcción de la represa de HidroItuango.
28
FAUNA COLOMBIANA
Aspectos ecológicos
Los peces que logran sobrevivir a esta migración buscan afluentes laterales de los ríos
o corrientes mansas para desovar y fecundar a la próxima generación, realizando la
llamada “bajanza”, que si bien es mucho menor en número a la subienda, es otro reto
para los individuos adultos que buscan llegar nuevamente a sus zonas de alimentación.
En la gran cuenca del río Magdalena también realizan una segunda migración anual
(no reportada en las otras cuencas donde la especie existe), de menor intensidad que
la primera y tiene lugar entre los meses de Julio – Agosto, en la subida, y retorno en
los meses de Septiembre – Octubre. Ambas migraciones coinciden con los periodos
reproductivos evidenciados por el aumento de las larvas en el río (IAvH, 2012).
Hoy en día es una de las especies con mayor grado de vulnerabilidad debido a su alta
tasa de pesca comercial (Atencio, 2013). En la gran cuenca del río Magdalena, en los
mejores momentos históricos de captura del pez, este producía cerca del 50 % de la
pesca total, con unas 40.000 ton anuales. Pero todo cambió con la sobrepesca, estimán-
dose una disminución de casi 90 % en los últimos años.
En el año 2002 fue reportada como una especie en Peligro Crítico de extinción, prin-
29
BOSQUE DE LETRAS 2019
Tanto así, que hoy en día es una especie de cultivo como alternativa a la sobrepesca,
aunque no se ha determinado aún las rentas económicas de esta práctica (Atencio,
2003). De lo que sí hay reportes es del cultivo de alevinos de bocachico para repo-
blamiento, práctica que de algún modo ha logrado estabilizar la pesca en un punto de
carga no perjudicial; aunque en algunas zonas, por el poco control o la falta de cultura
ecológica de la especie, se explota por debajo de la talla mínima legal de captura, ha-
ciendo poco practica la repoblación con alevinos (Atencio, 2003).
Pero el problema no es solo la sobre explotación del recurso, pues esto obedece al
consumo excesivo que obliga a la pesca del animal, sumado con la precariedad de
alternativas alimenticias y económicas en las regiones, el abandono del estado y la po-
breza de las poblaciones humanas que viven en dichas zonas, que hace que no solo el
30
FAUNA COLOMBIANA
bocachico, sino muchas otras especies, corran con el riesgo inminente de su extinción
en el futuro cercano, incluida la nuestra.
Quisiera concluir este escrito de una manera diferente, enfocada al lector casual, ese
lector que como yo, decidió lanzarse a aprender un poco del mundo de los peces, espe-
rando poder superar esa barrera autoimpuesta y a tener gusto por su “mundo” y cam-
biar (ojalá para bien) el modo en el que vemos a los peces, especialmente al bocachico.
Me gustaría poder dilucidar un poco su contexto cultural, y de paso, mi relación con
este pez. Yo crecí en el valle del Magdalena Medio, en el municipio de La Dorada
(Caldas), una región amante del pescado y de la pesca, además de la ganadería. Re-
cuerdo que mis primeras visitas a la plaza veía a un pez de ojos muy saltones, de cuer-
po cilíndrico aplanado, de boca semiabierta - como pidiendo perdón - y de un color
azulado grisáceo, ese fue el bocachico que yo conocí.
31
BOSQUE DE LETRAS 2019
vez primera y con ojos de científico, un saco flotador (vejiga natatoria), detallar más a
fondo como se unen las escamas a su cuerpo, y, en fin, todo lo que un doctor Frankens-
tein desearía.
Bibliografía
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Prochilodus magdalenae inducido dos veces en un mismo año. Revista MVZ Córdoba, 18(1), 3304-3310.
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JARAMILLO-VILLA, U. & L.F. JIMÉNEZ-SEGURA. 2008. Algunos aspectos biológicos de la población de
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MALDONADO-O, J.A., ORTEGA, A; USMA, O., GALVIS, V., VILLA F.A., VASQUEZ, G. & S. PRADA.
2005. Prochilodus magdalenae Steindachner; Peces de los Andes de Colombia. Catálogo de la biodiversidad de
Colombia.
32
BOSQUE DE LETRAS 2019
Cuando me pidieron escribir una semblanza del profesor Álvaro Lema, me sentí suma-
mente honrado en primera instancia, y en segunda preocupado. Sí, muy preocupado,
porque poner en líneas a una persona que admiro tanto, a la que le agradezco tanto, a
la que le debo tanto, a la que me siento orgulloso de contar entre mis amigos, no podría
ser objetivo ni mucho menos. Pero también estoy seguro que alguien que lo conozca,
así sea un poquito como yo, no diferirá en lo más mínimo de lo que aquí preciso de-
cirles. Y es que esta es una de esas claras ocasiones, en la que las palabras se quedan
cortas para hacerle justicia a alguien, que con su humildad y sobre todo con su ejem-
plo, nos enseñó a ser personas antes que ingenieros.
Álvaro de Jesús Lema Tapias nació un 16 de Junio de 1943. Es hijo de Daniel y Leo-
nisa, miembro de una familia de 14 hijos, de los cuales sobrevivieron 8, dos mujeres
y 6 varones. Aún quedan 4 con vida, todas excelentes personas, y en palabras de Don
Álvaro: “de todos y particularmente por dos de ellos supe que la generosidad existe”.
Don Daniel, su padre, fue un campesino de Altamira, Betulia, maestro de escuela a los
12 años ante la ausencia del maestro oficial en la escuelita donde hizo primaria, apren-
dió inglés solo, autodidacta en muchas cosas, entre ellas la pintura y la música, y sobre
33
PÍLDORA BIOGRÁFICA
todo un gran ser humano. Su madre, Leonisa, de Amagá, maestra de escuela, y para-
fraseando a Don Álvaro nuevamente: “creo que era más inteligente que Daniel, de un
sentido común descomunal, excelente conversadora y de una generosidad inusitada”.
Las historias de su familia siempre fueron lo más anhelado para mí en sus clases, en-
tre regresiones y transformaciones, entre derivaciones, integraciones y modelaciones
siempre estaban sus recuerdos decorándolo todo. No existía un teorema que no estu-
viera acompañado de la verdadera reflexión a través de los ojos de sus padres, ense-
ñándonos siempre a definir como prioridades de nuestras propias vidas a la familia, a
través de su ejemplo. Las demostraciones matemáticas siempre tenían calor de hogar
para nosotros los privilegiados.
Ejerció como director del Departamento de Ciencias Forestales en 1988, 2000 y 2004.
Fue director de carrera de Ingeniería Forestal entre 1986 y 1988 y director del Posgra-
do en Bosques y Conservación Ambiental en 1996. También fue Vicedecano Acadé-
mico de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de 1999 a 2001. Dirigió innumerables
tesis, trabajos de grado, pasantías, proyectos de investigación y extensión, todos ellos
de excelente calidad y con propósitos de hacer país desde la academia.
Don Álvaro le entregó materia prima de altísima calidad al sector forestal del país,
formador de los mejores ingenieros en inventarios forestales y manejo de bosques.
Pero su mayor aporte en mi impresión es la humanización del profesional, el sentido
crítico y sobre todo la ética en el trabajo. Siempre nos recordaba el privilegio de estar
estudiando en la Universidad Nacional y en especial ser un estudiante de Ingeniería
Forestal, pues nos decía literalmente: “Es una oportunidad que no todos tienen, ni
siquiera el mismo presidente de la República”.
Escriba lo que escriba siempre me quedaré corto ante todo lo que quisiera que conocie-
ran de él. Y como el espacio no es infinito, preciso cerrar esta pequeña semblanza ha-
ciendo énfasis en su muy exquisita forma de hablar y escribir. No enfatizaré en sus pu-
blicaciones académicas, pues todos crecimos con sus libros tan juiciosamente bordados
y llenos de ecuaciones construidas a mano durante tantos años de impecable docencia.
Me refiero a ese juglar que escribe con una mano y toca guitarra con la otra. Don Álva-
ro publicó su primera novela en 1979 de 169 páginas que tituló “Mis días están conta-
dos”. La publicó con la famosa Editorial Lealón de Medellín. En dicha casa editorial
hiló un par de publicaciones más: Su
primer libro de cuentos en 1982 de-
nominado “El último cigarrillo” y su
novela “La porqueriza” en 1984. En
1999 retomó la línea de publicar para
no privarnos de sus relatos, esta vez
en la editorial UPB, con su muy apa-
sionante historia “La maldición de la
canangucha” que relata sus vivencias
en el ejercicio de la profesión forestal
en la región del Araracuara, con un
tinte cosmogónico universal. Final-
mente, el centro de publicaciones de Décima mayor” amenizando los grados 2019-II de la Facultad
la Universidad Nacional de Colombia de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNALMED.
reconoce su gran talento y publica sus Foto por: Comunicaciones FCA.
35
BOSQUE DE LETRAS 2019
últimas dos novelas, “La deuda” (2002)
y “El taller” (2005). Algunos como yo
tienen sus libros, pero para aquellos que
no poseen este privilegio, en la bibliote-
ca Efe Gómez de la UN Medellín hay un
par de copias de algunos de ellos.
Y es que Don Álvaro es un regalo para
quienes tuvimos la suerte de haber coin-
cidido en este espacio - tiempo tan cor-
to, pues es la propia mística encarnada,
entendiendo ésta como la unión del Darío Ochoa, Álvaro Lema y Juan Diego León almorzando
alma humana con su motivación espiri- en “La cocina de Jairo” (Medellín), en 2006.
tual y divina. Cada una de sus palabras Foto: Archivo personal de Juan D. León Peláez.
son sinceras y siempre llenas de profun-
do cariño. Pacientemente nos acompañó de la mano por los modelos estocásticos,
el diseño experimental, el análisis de datos en entornos multivariados, la medición
forestal y la dasometría. Nos reconvino permanentemente a través de una prosa privi-
legiada, a ser pensadores críticos del mundo, pero primeramente a concebirnos como
un proyecto humanístico, con gran sentido de la fraternidad, inculcándonos antes que
la importancia de las medias y las desviaciones, la necesidad de los valores como el
respeto y la honestidad.
6. CONEXIÓN CULTURAL
Todas las formas habidas y por haber, Foto por: María Fernanda Rubio Valencia.
Rodeaban esta tierra sin interés,
Originando un paraíso que hay que ver,
Para entender lo valioso de su trascender,
Infinitos son los bienes que nos brindan,
Comidita, buen abrigo y culturita,
Armadillos, venaditos y abejitas,
Las cactáceas, ceibas y burseras lo adornaban.
37
BOSQUE DE LETRAS 2019
Desde que era un “mocoso” de siete años, más o menos, me gustan muchísimo los
paseos al río, porque eran incentivados por mi mamá, en una época en que supongo
ella fue pro-pachamama. Tengo grabada en mi memoria aquella escena de verdes mon-
tañas, piedras grises gigantes, y aguas cristalinas de un charco del río “Las Piedras”
del resguardo de Quintana, zona rural de
Popayán, que devela este placer de subir a
una roca, reflexionar un poco antes de sal-
tar, arriesgarse a hacerlo, sentir miedo o
ansiedad, y luego escuchar el zambullido,
después estar sumergido en un instante de
quietud, viendo los peces pasar y finalmen-
te ascender a la superficie para tomar aire
como recién nacido. Salto al río magdalena, San Agustín, Huila.
Foto por: Cristian Escobar.
38
YO ESTUDIÉ FORESTAL PORQUE...
En los siguientes años; los paisa-
jes, los peces, los insectos, casi
todos los animales que encontré
durante los paseos de olla fami-
liares y con amigos, me causaban
tal curiosidad que me iba a con-
sultar libros; a engomarme con
documentales de NatGeo, Ani-
mal Planet o Discovery Chan-
nel; y sobre todo a poner mucha
atención a cuanta historia de en-
cuentros con animales o viajes a Sir David Attenborough. Foto por: Emily Garner (para The
lugares inhóspitos habían expe- Telegraph).
rimentado las personas más adultas, para entender y aprender de la naturaleza, porque
soñaba con ser un explorador científico al estilo de “Sir David Attenborough”, y así ser
famoso por descubrir nuevos lugares y animales.
Como resultado del entusiasmo que me genera conocer lugares naturales, en especial
ríos donde se pueda nadar; quedar asombrado con la fotografía de documentales natu-
rales de la talla de “Sudamérica salvaje”; de emocionarme con el relato de “Perdido en
el amazonas”; y de hacer una comparación hosca entre carreras, eché cabeza, y fue así
como terminé en esta bella profesión, la cual me ha permitido recorrer muchas rutas,
entre ellas esta: ¡Tarazá! Me formé como ingeniero forestal de vocación y es por donde
voy caminando feliz, sigo descubriendo nuevos universos naturales y gente bonita del
campo, con sus maneras de percibir el mundo. En cada proyecto, en cada rincón de
Colombia aprendo y trato de poner mi granito de arena, mi arbolito para el bosque, mi
arbolito para pervivir.
Yo en compañía de "Chicle", en la selva del Putumayo. Foto: Archivo personal de Cristian Escobar.
40
BOSQUE DE LETRAS 2019
El evento se realizó en diferentes escenarios en los que los estudiantes de las distintas
universidades participantes expusieron sobre temáticas como biometría forestal, ma-
nejo silvicultural, aprovechamiento de bosques nativos y plantados, sensores remotos,
SIG y teledetección, restauración ecológica, conservación de bosques, agroforestería,
sistemas silvopastoriles, valoración ambiental y servicios ecosistémicos. Los exposito-
res compartieron su experiencia académica en proyectos de investigación, permitiendo
así, un espacio de integración académica y cultural, que facilita la creación de alianzas
entre los estudiantes forestales del país. Por otro lado, también hubo exposición de
carteles por parte de los estudiantes, donde nos dieron un abrebocas de los proyectos
que se están realizando en la UIS.
Para finalizar el evento, se realizó una salida de campo al majestuoso cañón del río
Chicamocha, un lugar mágico que la mayoría de los participantes no conocían. Se hizo
un recorrido por los bosques dominados por el árbol endémico Cavanillesia chicamo-
chae, llamado comúnmente ceiba barrigona, que sobresale en el paisaje del bosque
seco tropical de Santander. Durante el recorrido se habló sobre la importancia y vul-
nerabilidad de esta especie, catalogada en peligro de extinción según la Unión Inter-
nacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los servicios ecosistémicos
que estos bosques brindan y las amenazas que han tenido que enfrentar. Finalmente,
se acordó que la novena versión del Congreso Colombiano de Estudiantes en Ciencias
Forestales se llevará a cabo en la Universidad del Tolima, Ibagué en 2020.
Salida de campo al cañón del río Guaca (cuenca del Chicamocha), entre San Andrés y Cepitá (Santander).
Foto por: Daniel Díaz-Rueda.
43
RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS
Del 29 de septiembre al
5 de octubre de 2019, la
Unión Internacional de Or-
ganizaciones de Investiga-
ción Forestal (IUFRO, por
sus siglas en inglés), tuvo
su XXV Congreso Mun-
dial en la hermosa ciudad
de Curitiba, Brasil. Este es
el evento de mayor acogi-
da e importancia en temas
forestales del mundo, cele-
brado cada cinco años, este
con una asistencia de más
de 2500 investigadores, de
93 países de todos los con-
tinentes. Foto por: Carlos Rodríguez.
Los temas principales del Congreso Mundial IUFRO 2019 fueron: 1) Bosques para
la gente, 2) Bosques y cambio climático, 3) Bosques y productos forestales para un
futuro más verde, 4) Biodiversidad, servicios ecosistémicos e invasiones biológicas, 5)
Interacciones bosques, suelo y agua, y 6) Comunicando, educando, enlazando y publi-
cando. Estos temas cuentan con subtemas que abarcan prácticamente todo el espectro
de la investigación, educación y aplicación del conocimiento forestal, y de esta manera
se posiciona como un evento de gran importancia, que resalta y evidencia ¿En qué? y
¿Para dónde? va la investigación de los bosques a nivel mundial.
En el evento se contaba con sesiones plenarias, sub plenarias, charlas técnicas, paneles
de expertos, sesiones de posters y salidas técnicas para todos los gustos. Así mismo,
se evidenció un compromiso mundial y conjunto por parte de los asistentes hacia la
promoción del manejo sostenible de los bosques y el cumplimiento de los objetivos de
desarrollo sostenible.
44
RESÚMENES DE EVENTOS ACADÉMICOS
Por otro parte, había una sala de exposición donde se encontraban cubículos de diferen-
tes patrocinadores del evento como la Corporación de Investigación Agropecuaria de
Brasil (EMBRAPA), FSC y el Servicio Forestal Brasilero, universidades con escuelas
forestales renombradas como la Universidad de Freiburg – Alemania, la Universidad
de Estocolmo – Suecia, la Universidad de British Columbia – Canadá y el Centro de
Investigación Forestal Asiático – China, entre otros, quienes daban a conocer investi-
gaciones, becas, productos y programas en torno a los bosques.
Los participantes del congreso fueron desde estudiantes de pregrado en temas relacio-
nados con ciencias forestales, hasta investigadores profesionales con nivel académico
posdoctoral, los cuales presenciaron charlas de personajes como Qu Dongyu (director
de la FAO), Vicki Christiansen (directora del Servicio Forestal de Estados Unidos), Te-
reza Cristina Correa da Costa Dias (ministra de agricultura de Brasil), Barbara Tavora
Jainchill (directora de asuntos forestales en el secretariado de Naciones Unidas), entre
otros igual de reconocidos y también tomadores de decisión, quienes seguramente
vuelven a sus países de origen con ideas nuevas y proyectos para lograr la sostenibili-
dad de los bosques.
Así mismo, la participación de Colombia estuvo bastante nutrida, pues fue el país
de Suramérica después de Brasil, que llevó más participantes, con académicos desde
45
BOSQUE DE LETRAS 2019
46
BOSQUE DE LETRAS 2019
9. PROXIMOS EVENTOS ACADÉMICOS
48
“Hemos aprendido que si no actuamos por nuestro futuro, na-
die dará el primer paso. Somos aquellos por quienes hemos
estado esperando”.
Greta Thunberg
Activista ambiental
Compañero forestal:
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próximo boletín al correo tejidoforestalfecef@gmail.com y así seguir tejiendo una red
cada vez más fuerte.