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Fernanda Castrillón

Código: 1425781
Referencia Bibliográfica: Wertsch, J (1998). Carretero (Comp.) Desarrollo y Aprendizaje. Buenos
Aires. Ed. Aique. Un enfoque sociocultural de la acción mental, p, 29-48.

Resumen:

Los procesos mentales están inherentemente unidos a escenarios culturales, históricos e


institucionales, por tanto el hecho de analizar al individuo operando en un vacío sociocultural trae
consigo limitaciones para la Psicología contemporánea en la discusión de importantes problemas
sociales. Las implicaciones de considerar que para explicar los procesos mentales es necesario
situarse fuera del individuo, se analizan mediante tres constructos: acción, el plano del
funcionamiento interpsicológico y la mediación.

La acción significa cambio y no solo en la persona que la realiza sino también en el medio
circundante, no se puede pensar en ella cuando se habla de un individuo aislado. El plano
interpsicológico de funcionamiento hace referencia al plano social, a las relaciones con otros, de
las cuales se realiza una internalización para que pasen al plano intrapsicológico, sin decir con esto
que ambos planos sean idénticos, pues la manera como se individualizan conocimientos de un
mismo medio es diferente. La mediación es el proceso por el que las herramientas y los signos se
incorporan a la acción humana y la transforman; los instrumentos mediacionales desarrollados
culturalmente pueden transformar y darle determinada dirección a como se realiza una acción que
en otras circunstancias sería totalmente diferente, en cuanto a esto es posible decir que la
mediación fundamenta el contexto de una determinada acción.

De esta forma se tiene que la relación entre los escenarios culturales, históricos e institucionales y
el funcionamiento mental está dada por la situacionalidad sociocultural de una acción mediada, la
cual se aprecia primeramente en el plano interpsicológico y después de una forma particular en el
plano intrapsicológico.

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