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ANÁLISIS URBANÍSTICO

TALLER CABALLERO-FLORIANI
FAPyD-UNR
2016

Profesor titular Héctor Floriani


Profesor Adjunto Roberto Kawano
Equipo Docente Graciela Baglione
Gustavo Chialvo
Ana María Cicchini
Leticia Leonhardt
Mariana Monge
Adscriptos Melina Ludmer
Victoria Milicich

FICHA: TRAZADO & TEJIDO

Roberto Kawano
Introducción

Según el geógrafo M. R. G. Conzen hay tres componentes que, interconectados,


constituyen la dimensión física del hecho urbano:

 el plano, conformado por el sistema de calles como matriz que divide el suelo
urbano en público y privado;
 el parcelamiento, tanto urbano como rural, que configura el patrón de usos del
suelo;
 el agregado edilicio, la manifestación tridimensional de las estructuras físicas
dispuestas sobre las parcelas. 1

Este dibujo de Richard Tobias nos muestra estos tres estadios: el plano genético –las
calles que configuran la “trama” de la ciudad–, el parcelamiento de la tierra y el
agregado edilicio con los usos que en ellos se desarrollan –que se entretejen
conformando el “tejido”. Podría verse la relación entre estos elementos como un
proceso de articulación espacial y temporal entre elementos que presentan un alto
grado de resistencia al cambio (la trama y, en menor medida, el parcelamiento) y otros
que presentan una menor resistencia frente a las lógicas de transformación del
espacio urbano (el agregado edilicio y los usos). Esta relación entre elementos de
mayor “dureza” y elementos más “blandos” es fundamental para entender el modo en
que se van transformando el paisaje y las actividades en nuestras ciudades.

Las componentes básicas de la ciudad, según M. R. G. Conzen


Fuente: KOSTOF, S., The City Shaped, London, Bulfinch Press, 1999

Trazado

En la ciudad, la trama, el trazado, es el componente que, al definir las manzanas,


determina a grandes rasgos la separación entre el suelo público –las calles, plazas,
parques– y el suelo privado –la mayoría de las parcelas.

Por otra parte, la trama asume generalmente un papel “fundacional”, ya que el trazado
de nuevas calles habilita, al menos potencialmente, nuevas áreas urbanas: expande la
planta de la ciudad y, en cierto modo, se constituye como uno de los elementos que
definen algunos de los aspectos que hacen a la “vocación” de los sectores urbanos

1 Cfr. KOSTOF, Spiro, The City Shaped. Urban Patterns and Meanings Through History, London, Bulfinch Press, 1999, pp. 25-26.

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que “inaugura”, a partir de sus características espaciales –ancho, largo–, de su
ubicación en la planta urbana –central, pericentral, periférica–, de la escala de su
incidencia –territorial, urbana, barrial. Se trata, en definitiva, de un componente que
potencia y condiciona, cualitativa y cuantitativamente, los procesos de urbanización.
Por estos motivos, es común que en las oficinas municipales dedicadas a la
planificación, de un modo bastante simplista, se llame “urbanización” al trazado de
nuevas calles.

Además, como bien observa Aldo Rossi, la trama hace referencia a un tiempo
determinado del desarrollo de la ciudad –es decir, su propia “rigidez” la convierte en un
elemento que prácticamente no sufre modificaciones a lo largo del tiempo, razón por la
cual se termina consolidando como una verdadera “marca” física prácticamente
indeleble que remite a un momento fundacional de la ciudad o de un sector de la
misma (al momento en el cual se trazaron las calles). Por el contrario, el tejido, a
través de los constantes procesos de sustitución, se suele mostrar como un
componente en el cual coexisten edificaciones levantadas en distintos momentos. Es
por este motivo que el tejido suele presentarse como una “marca” física que hace
referencia al proceso de transformación de la ciudad, y no a un momento fundacional,
como ocurre con la trama.

Existen diversas maneras de clasificar los distintos tipos de trama. Spiro Kostof, por
ejemplo, habla de:

1. Patrones “orgánicos”: se desarrollan “espontáneamente” sin un plan previo,


atendiendo a la topografía y a la vida diaria de los ciudadanos. “La forma resultante
es irregular, no-geométrica, ‘orgánica’, condicionada por calles quebradas y
sinuosas y por espacios abiertos definidos azarosamente. En relación con los
procesos que, a lo largo del tiempo, dan como resultado este tipo de patrón, podría
hablarse de ‘evolución no planificada’ o de ‘crecimiento instintivo’”. 2

Piazza del Campo, Siena


Fuente: KOSTOF, S., The City Shaped, London, Bulfinch Press, 1999

2 Ibidem, p. 43.

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2. Retícula: el modo simple y racional de ordenar el suelo mediante calles que se
entrecruzan en ángulos rectos, es, por lejos, el patrón más utilizado
universalmente para las ciudades planificadas. “No existe una mejor solución
urbana que este esquema estandarizado para topografías dispares, para una
distribución igualitaria de la tierra, o para el parcelamiento y la comercialización del
suelo”. 3

Plano de fundación de San Juan de la Frontera, 1562


Fuente: TERÁN, F. de; COLOMER, M. (eds.), El urbanismo en el Nuevo Mundo, Madrid, Secretaría General Técnica, 2002

3. Diagramas: están fuertemente vinculados a los modelos utópicos e ideales.


Suelen manifestarse, en términos de diseño, a través de formas geométricas
perfectas: círculos y distintos tipos de polígonos, y obedecen a rígidas normas en
lo que hace a la expresión de la centralidad –radios convergentes o alineaciones
axiales. Su utilización puede obedecer a razones de índole religiosa, militar,
política, símbolica, funcional o de control social. 4

Srirangam, India
Fuente: KOSTOF, S., The City Shaped, London, Bulfinch Press, 1999

3 Ibidem, p. 95.
4 Cfr. ibidem, pp. 162-205.

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4. La “gran maniera”: el ejemplo por excelencia son los grandes trazados barrocos.
Sus principales características son: “(a) un espacioso ensemble urbano, grandioso
y totalizador, ‘anclado’ a puntos focales distribuidos por toda la ciudad; (b) los
puntos focales, estratégicamente colocados para ‘dramatizar’ la topografía, y
unidos uno con otro mediante líneas directas y fluidas de comunicación; (c) una
preocupación por el landscaping de las calles principales […]; (d) el diseño de
‘vistas’ o ‘paisajes’ urbanos; (e) los espacios públicos entendidos como escenarios
para los monumentos; (f) profusión de ‘efectos dramáticos’, como fuentes, etc.; (g)
un tejido denso y compacto para la vida diaria”. 5

Washington D.C., 1792 (L’Enfant)


Fuente: REPS, J. W., The Making of Urban America, Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1965

Otra forma de clasificar los tipos de trama, es a partir de su relación con la macroforma
de la ciudad. En relación a este punto, Kevin Lynch, en La buena forma de la ciudad, 6
propone la siguiente clasificación:

1. La estrella. Se trata de una estructuración radial con un centro único dominante


del cual salen las principales vías rápidas, sobre las que se sitúan los centros
secundarios y los usos más intensivos. A intervalos, se disponen de manera
concéntrica autopistas que enlazan los ejes radiales.

Palmanova, 1593 (Braun y Hogenberg, Civitates Orbis Terrarum)


Fuente: MORRIS, A. E. J., Historia de la forma urbana, Barcelona, Gustavo Gili, 1995

5 Ibidem, p. 211.
6 Cfr. LYNCH, Kevin, La buena forma de la ciudad, Barcelona, Gustavo Gili, 1985.

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2. La ciudad lineal. Se basa en una línea de transporte continua a cuyos lados se
ubican los usos intensivos de producción, residencia, comercio y servicio. Los
usos menos intensivos, o más molestos, ocupan franjas de espacio paralelas en
la zona posterior.

Ciudad Lineal, 1894 (Soria y Mata)


Fuente: BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna, Barcelona, Gustavo Gili, 1996

3. La ciudad rectangular en parrilla. Consiste en una red de calles rectangulares


que dividen el suelo urbano en bloques idénticos y puede extenderse en cualquier
dirección. En su forma ideal no existen límites ni puntos centrales, y cualquier uso
puede ocurrir en cualquier lugar. Además, el suelo puede parcelarse, distribuirse y
comercializarse fácilmente.

Milton Keynes, Inglaterra


Fuente: KOSTOF, S., The City Shaped, London, Bulfinch Press, 1999

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4. La red axial barroca. Son un conjunto de nodos de valor simbólico, visual o
funcional, distribuidos conectados armónicamente entre sí por medio de arterias
que diseñadas como enfoques visuales de los mismos.

París, Francia
Fuente: KOSTOF, S., The City Shaped, London, Bulfinch Press, 1999

5. La tracería. Es un tipo de asentamiento de baja densidad en el que las vías de


tráfico están muy espaciadas, y los intersticios los ocupan espacios libres
inmensos, terreno de cultivo o tierra “virgen”. Los usos urbanos activos enfrentan
de forma continuada las vías y ocupan sólo escasas profundidades.

Broadacre City, 1932 (Frank Lloyd Wright)


Fuente: ROSENBAUM, A., Usonia, Washington D.C., The Preservation Press, 1993

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Tejido

Como ya se observara, el tejido está conformado por las parcelas y las edificaciones y
los usos que albergan. En nuestro medio, los edificios y los usos suelen estar sujetos a
constantes modificaciones a través del tiempo. Por el contrario, no es habitual que la
estructura parcelaria sufra alteraciones significativas –al menos en el corto y mediano
plazo.

El tejido es la manifestación tridimensional de la relación que se establece entre las


estructuras físicas y los espacios libres. Es una construcción social que expresa las
vinculaciones entre los usos y los modos de ocupación del suelo. Mediante su grado
de concentración, su estado de conservación y sus características tipológicas
dominantes, el tejido expresa los perfiles sociales y culturales de los habitantes de una
ciudad; es decir, es la manifestación sensible del modo en que una sociedad decide
auto-representarse en el espacio.

Igualmente, la densidad y los usos son de vital importancia para caracterizar al tejido,
pero también para cualificar al espacio público: una densidad poblacional adecuada,
una mixtura adecuada de residencia con determinados usos terciarios distribuidos
equilibradamente son, entre otros, los factores que garantizan la vitalidad del espacio
público y, desde el punto de vista de la movilidad, determinan los desplazamientos que
deben realizar los habitantes para acceder a los servicios básicos.

Dentro de los tres componentes que definen al tejido, el parcelamiento generalmente


asume un rol fundacional en tanto condiciona de manera decisiva los desarrollos
urbanísticos futuros (como ocurre con la trama). Esto es porque las dimensiones y las
formas de las parcelas posibilitan y/o desalientan el desarrollo de determinados usos,
así como la utilización de determinadas tipologías edilicias. Por ejemplo, un lote de
determinadas medidas podrá ser útil para la construcción de una vivienda individual,
pero tal vez no lo sea para levantar una torre de oficinas. Del mismo modo, las
dimensiones de un terreno pueden habilitar futuros usos comerciales pero no ser
adecuadas para la instalación de industrias o para la explotación agropecuaria.

Según Petroni y Kenigsberg, 7 los tejidos se clasifican en urbanos, suburbanos y


rurales. El tejido urbano se caracterizaría por la alta concentración de actividades
secundarias, terciarias y residenciales y por una alta o mediana compacidad de la
edificación; el suburbano, por la preeminencia de los espacios libres y los usos
residenciales, y por densidades edilicias bajas. Finalmente, en el tejido rural
predominan las grandes áreas libres destinadas a la explotación agropecuaria y un
muy bajo nivel de concentración del edificado. 8

Resulta evidente que el sentido de esta clasificación se basa en los aspectos


cualitativos a los que, históricamente, han remitido las palabras “urbano”, “suburbano”
y “rural”. Hoy, no obstante, los dos primeros términos remiten a realidades muy
disímiles difíciles de catalogar bajo una misma categoría. Recorriendo muchas de
nuestras ciudades, por ejemplo, podemos distinguir fácilmente distintos tipos de tejidos
urbanos. Y lo mismo ocurre con los suburbios. De algún modo, en la actualidad, hablar
de tejidos urbanos o suburbanos, sirve para dar cuenta de determinadas cualidades –
intensidad y diversidad de usos, cantidad y cualidad de flujos, ubicación relativa en la

7 PETRONI, Carlos; KENIGSBERG, Rosa Kratz de, Diccionario de Urbanismo, Buenos Aires, Cesarini Hermanos, 1966, p. 136.
8 Cfr. ibidem, pp. 136-137.

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planta urbana– que no se corresponden de manera directa con una formalización
espacial específica.

Un modo más preciso de clasificar el tejido, se basa en la consideración de sus


características morfológicas y funcionales, con independencia de su localización en la
planta urbana.

Así, los tejidos pueden clasificarse de las siguientes maneras:

1. Según la ocupación del suelo:

1.a. Tejido compacto: cuando los edificios son contiguos, y predominan los
áreas construidas por sobre las áreas abiertas.

Barcelona, Eixample.
Fuente: s.d.

1.b. Tejido disperso: cuando las construcciones están separadas unas de


otras, y predominan los espacios libres por sobre los edificados.

Periferia de Buenos Aires


Fuente: TERÁN, F. de (dir.), La ciudad hispanoamericana, Madrid, CEHOPU, 1997

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2. Según el volumen construido:

2.a. Tejido de alta densidad: cuando se da un aprovechamiento intensivo del


suelo.

Rockefeller Center, 1932 (Reinhard & Hofmeister; Corbett, Harrison & Mac Murray; Hood & Fouilloux)
Fuente: CIUCCI, G. et alt., La ciudad americana de la guerra civil al New Deal, Barcelona, Gustavo Gili, 1975

2.b. Tejido de media densidad: cuando el aprovechamiento del suelo es


intermedio.

Conjunto de viviendas en calle José Hernández, Rosario


Fuente: s.d.

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2.b. Tejido de baja densidad: cuando el aprovechamiento del suelo no es
intensivo.

Letchworth Garden-city, Inglaterra


Fuente: s.d.

3. Por la variedad de las edificaciones en cuanto a tipologías, alturas:

3.a. Tejido heterogéneo: es, en general, resultado del laissez-faire en cuanto


a las regulaciones, o de un dispar nivel de inversiones inmobiliarias. Está
constituido por construcciones de diversas alturas que responden a
distintas tipologías, por espacios vacantes que se alternan con lotes
edificados.

Área central de Rosario


Fuente: s.d.

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3.b. Tejido homogéneo: suele ser indicio de fuertes regulaciones y de niveles
“parejos” de inversión. Se caracteriza por la preeminencia de una determinada
tipología edificatoria que confiere unidad al paisaje urbano.

Berna, Suiza
Fuente: KOSTOF, S., The City Shaped, London, Bulfinch Press, 1999

4. De acuerdo a la variedad o especialización de los usos que albergan:

4.a. Tejidos diferenciados: Cuando en una ciudad, o en un sector de una


ciudad, las actividades se distribuyen obedeciendo a estrictas normas de
zonificación.

Conjunto habitacional FONAVI ,barrio Centenario, Santa Fe


Fuente: s.d.

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4.b. Tejidos mixtos: Cuando en una ciudad, o en un sector de una ciudad,
prevalecen la mezcla y superposición de usos.

Paraná, área central


Fuente: s.d.

Bibliografía:

BENEVOLO, Leonardo, Historia de la arquitectura moderna, Barcelona, Gustavo Gili, 1996.


CIUCCI, Giorgio; DAL CO, Francesco; MANIERI-ELIA, Mario; TAFURI, Manfredo, La ciudad
americana de la guerra civil al New Deal, Barcelona, Gustavo Gili, 1975.
KOSTOF, Spiro, The City Shaped. Urban Patterns and Meanings Through History, London,
Bulfinch Press, 1999.
LYNCH, Kevin, La buena forma de la ciudad, Barcelona, Gustavo Gili, 1985.
MORRIS, Anthony Edwin James, Historia de la forma urbana, Barcelona, Gustavo Gili, 1995.
PANERAI, Philippe R., Forma urbanas: de la manzana al bloque, Barcelona, Gustavo Gili,
1986.
PETRONI, Carlos; KENIGSBERG, Rosa Kratz de, Diccionario de Urbanismo, Buenos Aires,
Cesarini Hermanos, 1966.
REPS, John W., The Making of Urban America, Princeton, New Jersey, Princeton University
Press, 1965.
ROSSI, Aldo, La arquitectura de la ciudad, Barcelona, Gustavo Gili, 1982.
TERÁN, Fernando de (dir.), La ciudad hispanoamericana. El sueño de un orden, Madrid,
CEHOPU, 1997.
TERÁN, Fernando de; COLOMER, María (eds.), El urbanismo en el Nuevo Mundo, Madrid,
Secretaría General Técnica, 2002.

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