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Fuentes Primarias
ofrecen un testimonio de primera mano o evidencia directa acerca de un tema que se esté
investigando. Vienen por testigos que experimentaron los hechos y los documentaron. A
menudo, estas fuentes se crean en el momento en que ocurren los eventos, pero las fuentes
primarias también pueden incluir memorias e historias orales registradas tiempo después de los
sucesos. Algunos tipos de fuentes primarias son: documentos originales (incluyendo extractos o
notas de reuniones, fotografías, bocetos contemporáneos; así como obras creativas: poesía,
Considerando que, el tema de nuestro interés es, específicamente, la historia global del
cristianismo, en las próximas secciones de este trabajo, se estudiará cuáles son las fuentes
primarias para la historia de la Iglesia, las dificultades y fortalezas que las mismas nos presentan;
las fuentes no bíblicas que avalan parte de dicha historia, y, por último, se presentarán algunas
conclusiones.
comenta que una de las dificultades, relativas a las fuentes primarias, es que las principales son
los cuatro Evangelios, los cuales se encuentran compilados en un libro cristiano, el Nuevo
muerte de Jesús, en griego, en lugar de arameo que era el idioma que él hablaba. Pero, además,
1
“Library Research Guide for the History of Science: Introduction, What is a Primary Source?”, Harvard
University, acceso el 30 de octubre de 2020. https://guides.library.harvard.edu/HistSciInfo/primary.
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es evidente que los autores no escribieron siguiendo los criterios de la historiografía moderna,
sino que incluían los aspectos de la vida y enseñanzas de Jesús que consideraban más
significativos. Así, Marcos y Lucas muestran signos de identificación con el mundo gentil a
pesar de que Jesús y sus seguidores eran judíos. Mateo, que era judío, al menos culturalmente,
evidencia un alto grado de asimilación dentro del mundo gentil; y el Evangelio atribuido a Juan,
que es muy diferente a los tres anteriores, en ciertas partes llega a ser “vigorosamente anti-
judío”.2 Es decir, estas fuentes primarias muestran para algunos cierta distancia temporal con
Jesús el judío y sus primeros seguidores (judíos también), por lo que se cree que, mucho de lo
que afirman, dan señales de ser una reelaboración del Jesús histórico hecha tiempo después y en
suele argüir también en cuanto a los otros documentos neotestamentarios. De estos, los más
antiguos son las cartas del apóstol Pablo, escritas en los años 50 del primer siglo, las cuales eran:
Dicho de otro modo, las cartas paulinas, no pretendían ser tratados históricos (aunque
pudieran contener ciertos elementos históricos), sino que tenían más bien una clara intención de
es que Pablo mismo no conoció de forma directa a Jesús, sino que recibió una revelación
sobrenatural. Esto, para los historiadores representa una dificultad, pues, es una fuente que
podrían considerar no del todo objetiva y fiable.4 Por otra parte, el resto de los documentos del
2
Maurice Casey, Jesus of Nazareth: An Independent Historian´s Account of His Life and Teaching (New
York, NY: T&T Clark International, 2010), 1-2.
3
Helmut Köster, Introducción al Nuevo Testamento (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1988), 496-497.
4
Otro problema, el cual no hay espacio suficiente en este trabajo para abordar, es el de la crítica textual que
ha puesto en tela de juicio la autoría de seis de las epístolas paulinas: Colosenses, Efesios, 2 de Tesalonicenses y las
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Nuevo Testamento, probablemente no fueron escritos por testigos directos de la vida de Jesús.
Por ejemplo, aunque la tradición afirme que Mateo y Juan fueron escritos por los apóstoles
homónimos, no hay seguridad de que así haya sido. Lo mismo las epístolas de Pedro y Juan; y en
lo que respecta al primer libro que podría considerarse como una historia de la Iglesia, Hechos de
los Apóstoles, se discute si en efecto el uso de la primera persona del plural en ciertos pasajes, es
evidencia suficiente de que el autor era en efecto un compañero de viaje de Pablo, o si fue más
bien un compilador posterior, que pudo haber usado tanto tradiciones legendarias como material
documental.5 No cabe duda que la intención del autor era crear una obra histórica, pero opina
Koster que la incorporación de numerosos relatos de milagros demuestra que el autor compartía
con otros historiadores de su época una postura carente de crítica, lo cual hace que su relato se
parezca en muchas partes más a una novela de tema apostólico que a una obra histórica.6
Ahora bien, dicho todo lo anterior, ¿significa que no son confiables los documentos del
Nuevo Testamento? ¿no pueden considerarse como fuentes primarias? ¿Es imposible conocer
con relativa certeza los aspectos más importantes historia de la iglesia primitiva? De ninguna
manera, por varias razones. Primero, según el Dr. Marcus Burg, quien recoge la posición de la
crítica textual más reciente, todos los documentos neotestamentarios, salvo 2 de Tesalonicenses,
las cartas de Pedro y las pastorales, fueron escritos en el siglo primero, es decir, muy cerca de los
Palestina y extendiéndose luego al mundo gentil.7 Segundo, si bien es cierto que estos
documentos tenían una intención teológica, esto no los desacredita per sé como un registro de
tres pastorales. Se sabe que la pseudoepigrafía no pretendía necesariamente ser una práctica fraudulenta, sino que se
trataba de una realidad en el mundo antiguo; no obstante, como fuente histórica, a los documentos
pseudoepigráficos, sin dejar de reconocer su importancia y validez, suele atribuírseles un menor peso como fuentes.
5
Köster, 552.
6
Ibíd., 554.
7
Marcus Borg, “El Probable Orden Cronológico del Nuevo Testamento” en “El Orden Canónico y
Cronológico de los Escritos del Nuevo Testamento” (Notas del Dr. Carmelo Mercado para el curso La Biblia Como
Escritura Cristiana, Seminario Wesley, 2020), 3.
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sucesos y controversias que se dieron en esa época. Por ejemplo, nadie puede cuestionar que los
Hechos de los apóstoles, contienen valiosas noticias sobre los helenistas de Jerusalén y sobre el
sobre la de Antioquía.8 Lo mismo, las cartas paulinas, tanto las auténticas como las
pseudoepigráficas, nos dan pistas valiosísimas respecto a los asuntos enfrentados por aquellas
lo que se refiere a los evangelios, paralelamente al ministerio de Pablo, había cristianos que
conocieron a Jesús y a sus discípulos más cercanos y transmitían oralmente las historias de los
milagros, parábolas, dichos proféticos, y la pasión, que posteriormente fueron editadas en una
obra final.9 En otras palabras, aunque estas historias llegaron a la forma definitiva que hoy
conocemos en décadas posteriores, venían siendo compartidas en una sólida tradición oral desde
Posteriormente, hay también una serie de documentos no canónicos que resultan de gran
escritos de los padres apostólicos; y muy posteriormente, en el siglo IV, la Historia de la Iglesia
de Eusebio de Cesaréa, quien se encargó de compilar, organizar y publicar casi todo lo que se
sabe de los muchos cristianos que vivieron en los primeros siglos de la Iglesia; sin su aporte,
8
Köster, 552.
9
Ediberto López, Cómo se formó la Biblia (Minneapolis: Augsburg Fortress, 2006), 81
10
Justo L. González, Historia del Cristianismo, Tomo I (Miami, FL: Editorial Unilit, 1994), edición en
PDF, cap. 14.
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Si bien Jesús fue un líder indiscutible de un movimiento que tuvo mucho impacto en el
primer siglo, también es verdad que no era un personaje de la alta política o la guerra, por lo cual
La más antigua corresponde a un texto escrito en griego por el historiador judío Flavio Josefo
alrededor del año 93,11 pero lamentablemente no se ha conservado en su forma original, sino con
extrapolaciones cristianas posteriores.12 Luego, a inicios del siglo segundo (112), Plinio el Joven,
gobernador de Bitinia, habla acerca de las prácticas de las comunidades cristianas en una carta
dirigida al emperador Trajano, pidiendo consejo en cuanto a cómo debía proceder respecto a
ellos,13 pues estaba perplejo al darse cuenta que nada de lo que hacían, parecía constituir causal
de castigo, al contrario, adoraban a Cristo como a Dios, celebraban una comida que en nada
contrariaba las leyes, y hacían votos de no cometer robo, adulterio u otros pecados.14
como los cristianos fueron el chivo expiatorio del emperador para intentar quitar de sí mismo las
sospechas de que él había iniciado el incendio en Roma. Lo cierto es que Tácito no creía que el
incendio en efecto haya sido iniciado por Nerón, o los cristianos, pero al mismo tiempo
profesaba abiertamente su animadversión hacia los creyentes. De cualquier manera, sus palabras
son muy valiosas por cuanto son uno de los testimonios más antiguos de la manera en que los
paganos percibían a los cristianos.15 Por último, Suetonio, recuerda que alrededor del año 49, el
emperador Claudio expulsó a los judíos de Roma por provocar disturbios a causa de “Cresto”. El
consenso es que “Cresto” es una deformación del nombre de Cristo, lo cual coincide con el
11
Samuel Fernández Eyzaguirre, Jesús, Los Orígenes Históricos del Cristianismo: Desde el Año 28 al 48
d.C., tercera edición (Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 2011), 27.
12
Köster, 510.
13
Fernández, 41.
14
González, cap. 6.
15
Ibíd.
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testimonio de la Biblia en Hechos 18:2-3, donde dice que Aquila y su esposa Priscila tuvieron
Conclusión
Luego de haber examinado las fuentes primarias de la historia de la Iglesia, a pesar de sus
reflejan de modo fiel muchos de los acontecimientos fundacionales del cristianismo; las
enseñanzas de los apóstoles respecto a la persona, obra y dichos de Jesús; las primeras
Palestina hacia el mundo gentil. En cuanto a las fuentes extrabíblicas, aunque algunos puedan
alegar que son insuficientes, la verdad es que a través de ellas se confirman cuestiones
fundamentales como la existencia misma de Jesús; el hecho de que se le atribuían prodigios; que
Si estos datos nos parecen demasiado modestos, es por falta de familiaridad con los
estudios de historia antigua. Para tener un juicio adecuado, deberíamos comparar lo que
sabemos de Jesús con lo que sabemos de sus contemporáneos […] No sólo sabemos más
de Jesús que lo que sabemos acerca de los que fueron crucificados junto a él, o de Simón
de Cirene, o de Gamaliel, o del Sumo Sacerdote; incluso si consideramos personajes tan
importantes como Pilato, Procurador de la Provincia de Judea por un largo período, o
Tito Livio, el gran historiador romano, nos daremos cuenta de que, en términos
comparativos, sabemos mucho de Jesús, por fuentes diversas y confiables.18
Bibliografía
Borg, Marcus. “El Probable Orden Cronológico del Nuevo Testamento” en “El Orden Canónico
y Cronológico de los Escritos del Nuevo Testamento”. Notas del Dr. Carmelo Mercado
16
Fernández, 42.
17
Ibíd.
18
Ibíd., 42-43.
Pernía 7
Casey, Maurice. Jesus of Nazareth: An Independent Historian´s Account of His Life and
Fernández Eyzaguirre, Samuel. Jesús, Los Orígenes Históricos del Cristianismo: Desde el Año
González, Justo L. Historia del Cristianismo. Tomo I. Miami, FL: Editorial Unilit, 1994. Edición
en PDF.
Harvard University “Library Research Guide for the History of Science: Introduction, What is a
https://guides.library.harvard.edu/HistSciInfo/primary.