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Índice

Agradecimientos
Prólogo
Introducción
Capítulo 1. Describiendo la fe
Capítulo 2. Campeones de fe
Capítulo 3. La fe y su providencia
Capítulo 4. Evidencia
Capítulo 5. Beneficios
Capítulo 6. Tipos de fe
Capítulo 7. Moviéndonos en fe
Capítulo 8. Manifestaciones
Capítulo 9. Fe y Ac tud
Conclusión
Acerca del Autor
Otros Libros
Agradecimientos
Primero, quiero agradecer a Dios por darme la asignación y la
encomienda de escribir sobre este tema. Sé que es una semilla que
germinará en muchos corazones. Dios me llamó desde niño para ser su
servidor, me llamó desde joven a estar en su ministerio, por poner su
fe en mí. Agradezco a mi esposa, Ana María Vientos, por empujarme a
seguir escribiendo y por creer en mí en todos mis proyectos de vida.
Agradezco a mis cuatro hijos, Damelys Rebeca, Miqueas Jr., Isaac David
y Nathan Jeremiah, por darme la bendición de ser su padre, ellos me
han ayudado a ser mejor, a formar carácter y a tener paciencia.
Agradezco a toda la congregación que pastoreo, Iglesia Torre Fuerte, y
a todos mis colegas que de una forma u otra han aportado en mi vida
para que mi fe crezca.
Prólogo
El tulo «Fe que trasciende» nos habla de la fe que se inicia en un
momento, en un punto determinado, donde se origina un evento que
marca tu vida, tu existencia, tu razón y sen do de ser en esta erra;
una fe que ha pasado por todo un proceso de crecimiento, maduración
y fortalecimiento.
Fe que trasciende es una fe que surge muchas veces en las
adversidades de la vida, que es producto de un largo camino de
sufrimiento, de padecimientos.
Fe que trasciende retrata las circunstancias de la vida en las que el
empo es el mejor aliado y muchas veces resuelve el problema, pero
que, a su vez, se puede volver un factor contrario de acuerdo y
conforme a la mentalidad, ac tud y espíritu que permee la persona
que está viviendo en carne propia dichas circunstancias.
Pero para ella, la adversidad no fue el fin, sino el camino hacia la
victoria.
Fe que trasciende retrata el cuadro en donde las adversidades no
son el fin, sino el camino hacia la victoria triunfante sin retroceso.
Fe que trasciende refleja y proyecta a la vez un cambio en nuestra
vida y an cipa el milagro portentoso que necesitamos. Usted podría
preguntarse por qué.
1. Porque la Fe que trasciende es aquella fe profunda y verdadera
que produce visión en las personas, de tal manera que pueden ver el
futuro antes de que este llegue.
2. Porque la Fe que trasciende nos libra del orgullo, del ego
enfermizo y de la vanidad en los procesos de la vida.
3. Porque la Fe que trasciende es aquella fe que supera el desgaste
sico y emocional.
4. Porque la Fe que trasciende es aquella fe que se superpone a las
crí cas, al qué dirán y a las burlas.
5. Porque la Fe que trasciende es aquella fe que mueve montañas.
6. Porque la Fe que trasciende es aquella fe que hace ver posible lo
imposible.
7. Porque la Fe que trasciende es mucho mayor que toda
jurisprudencia, legislación, dogma, doctrina, parámetro humano o
limitaciones personales.
La Fe que trasciende es la fe por excelencia producto de una certeza
inconmovible y de convicciones firmes.

DR. GABRIEL-ELÍAS PAULINO M.D., Psy.D., TH.D., PH.D.


Ministro cris ano, Maestro, Pastor, Médico-Psicoterapeuta, Psicólogo Clínico, Conferencista,
Rector de Bcc Adonai-Elohim Chris an University Inc., Groveland, Florida 34736
Introducción
Al mirar la historia de la vida de muchos hombres y mujeres de
Dios, me di cuenta de que todos los que hacen historia enen ciertas
caracterís cas en común: aprendieron a escuchar, a esperar, a confiar,
a amar y a servir. Ellos no solo cumplieron con Dios, sino que fueron
premiados por su confianza y ac tud hacia lo prome do. Hicieron
historia al permanecer enfocados en su asignación, esto les produjo
sen do, significado y valor a sus vidas, a la vida de su familia y
generaciones. Ninguno vivió vidas perfectas, algunos temieron en
muchas ocasiones, otros dudaron, mientras que otros siguieron
adelante, aunque no entendían el proceso. Muchos de ellos vivieron
creyendo que su futuro sería mejor, que el Dios que los llamó
contestaría sus pe ciones, otros murieron sin ver lo prome do con sus
ojos sicos, pero nunca dudaron que su generación vería lo prome do.
Es por eso por lo que escribo este libro.
Deberíamos hacernos estas preguntas: ¿Soy un hombre o mujer de
fe? ¿Qué dicen de mí? ¿Qué dirán de mí cuando ya no esté en esta
erra? ¿Ve la gente fe en mí? ¿Ve la gente que permanezco
concentrado en mi propósito, aunque no en enda? ¿Ve la gente que
soy consistente sin quejarme? Nuestra vida está llena de preguntas
que muchas veces ignoramos, pero la realidad es que nuestras
ac tudes y respuestas dictarán el nivel de fe que hay dentro de cada
uno de nosotros.
En este libro explicaré ciertas historias y definiré lo que todo
hombre y mujer necesita para vivir una vida llena de promesas
cumplidas y a la vez ser un ejemplo a seguir para las próximas
generaciones. Hubo hombres y mujeres que adoptaron una ac tud
segura y confiada de que su Dios proveería todas las cosas.
En el An guo Testamento vemos que la fe era una referencia a la
revelación de la voluntad de Dios en la Torá (Diccionario enciclopédico
de exégesis y teología bíblica).
La fe es un tema de mucha importancia para todos. Todos
necesitamos la fe, no importando el trasfondo de donde hayamos
venido.
«La fe es el elemento que produce que hagamos cosas y tomemos
riesgos que nunca pensamos tomar».
La fe te dará fuerzas que no enes, te convencerá de creer en cosas
que tu mente natural no puede entender. La fe te mantendrá de pie, la
fe es lo que me ha guiado en mi caminar. La fe te empujará a estudiar,
te ayudará a dejar de analizar tanto y la fe te moverá a lugares donde
nunca imaginaste estar.
Todos los que han logrado algo en la vida enen un grado de fe.
Tienen fe en que lo que se proponen lo lograrán, enen fe en que son
capaces de hacerlo y lograrlo, enen fe en que su vida ene un des no
garan zado. Todo lo que logramos a diario ene un grado de fe, todo
lo que esperamos en la vida lo recibimos por fe y todo lo que
disfrutamos a diario es logrado por la fe. La fe es esencial. La fe ve lo
imposible, la fe recibe lo imposible, la fe cree lo imposible, la fe es lo
que ata lo nada a lo todo. La fe es la invitación que le hacemos a Dios a
que nos use a su manera y de acuerdo con su voluntad.
La fe te llevará a entender cosas que tu mente no puede procesar.
Esto es FE.
Capítulo 1
Describiendo la fe
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve» (Hebreos 11:1 RVR1960).

En el Nuevo Testamento, La Biblia dice que es sustancia, Hebreos


11:1. Se nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera. La palabra
certeza, es la palabra griega es jupóstasis, que significa sustancia. De
hecho, hay versiones, como la RVA, que u lizan la palabra sustancia en
lugar de certeza.
«Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la
demostración de las cosas que no se ven» (Hebreos 11:1 RVA).
En el An guo Testamento la palabra usada es EMUNAH:

Emunah significa algo seguro, algo establecido, algo fiel y en lo que


podemos confiar y creer que es verdad. Es la misma palabra «Así sea»
o Amén.
Es decir, cuando alguien dice amén, está afirmando que sus
palabras o las palabras del que habló son parte de su credo o de su fe.
Para los hebreos, la palabra ‫ אמונה‬es confianza, fe.
En Habacuc 2:4 dice: «He aquí que aquel cuya alma no es recta, se
enorgullece; mas el justo por su fe vivirá». Este verso del An guo
Testamento es FIDELIDAD. Esta palabra y texto es afirmado por Pablo
en Romanos 1:17 que dice: «Porque en el evangelio la jus cia de Dios
se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá».
«Mas el justo por la fe vivirá».
En el An guo Testamento, la palabra más común para «creer» es
he’emin, la forma hiphil de aman, que da a entender que lo
prome do, lo dicho es algo que ya está establecido o es inmutable.
La palabra butach es construida por beth, que significa «confiar
en», «apoyarse sobre» o «tener fe». Es descansar confiadamente.
En el Nuevo Testamento hay dos palabras para fe, son las palabras
pis s y pisteuein.
Pis s denota una convicción fundada sobre la confianza en una
persona y su tes monio, que, según este carácter, se dis ngue del
conocimiento que descansa sobre la inves gación personal y la
confianza misma sobre la que descansa una convicción (L. Berkhof).
Pisteuein, como verbo, sirve para traducir otra palabra, he’emin,
que expresa la idea de la fe en el sen do de asen r con la palabra de
Dios y la de confiada fe en Él (L. Berkhof).
Volviendo al texto, podemos decir entonces que la fe es sustancia.
Sustancia es toda aquella materia cuyas propiedades y
caracterís cas son estables y homogéneas. Por ejemplo: «El agua es
una sustancia líquida».
También se llama sustancia a la esencia o la parte más importante
de algo. Por ejemplo: «La sustancia del sermón estuvo en el medio o al
final».
Sustancia es también el conjunto de caracterís cas propias de una
cosa, que son estables y no varían. Sustancia también se refiere
al valor, la u lidad o la trascendencia de algo: «Sus aportes a la opinión
pública resultan de poca sustancia» (significados.com).
«La fe es la sustancia de las cosas que se esperan»
Lo que se espera, primero comienza con la sustancia de lo que se
confiesa y/o lo que se pide. Por ejemplo: «Yo tendré una casa grande».
El dicho «Yo tendré» es la sustancia de lo que vas a recibir, la casa
grande.
En otras palabras:
«La fe es la materia prima de las cosas que deseamos».
Sin materia prima es imposible construir lo que se desea, de igual
forma, sin fe es imposible tener lo que tanto se desea.
La fe es realmente la única garan a de que recibiremos lo que le
pedimos al Señor; de hecho, la NVI traduce este mismo versículo con
estas palabras: «Ahora bien, la fe es la garan a de lo que se espera, la
certeza de lo que no se ve» (Hebreos 11:1 NVI).
«Sin fe no hay garan a de nada».
El Apóstol San ago expresa: «Pero pida con fe, no dudando nada;
porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada
por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal
haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8 El hombre de doble ánimo
es inconstante en todos sus caminos» (San ago 1:6-8).
La fe es la sustancia, la garan a, la certeza, el fundamento, la
seguridad y la materia prima necesaria para que recibamos lo que
pedimos.
R. S. Arush dijo: «He llegado a la conclusión de que la raíz de todo
el sufrimiento humano no es más que la carencia de la autén ca fe. Por
medio del perfeccionamiento de la fe, se sa sfacen todas las carencias
espirituales y materiales. Por lo tanto, la esencia del trabajo espiritual
del hombre en este mundo es perfeccionar su fe»
Creo firmemente que la fe es el elemento más importante de la
vida, porque es la llave maestra para abrir cualquier puerta en la vida.
Es la base fundamental de todas las cosas en el mundo y por medio de
la fe lograrás todas las bendiciones del mundo. Esa llave es muchas
veces mal usada o no usada lo suficiente. Si las personas usaran la fe,
obtendrían cosas, lograrían propósitos y cumplirían sueños.
«LA FE ES NUESTRA VERDADERA GARANTÍA».
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera…».
«LA FE ES LLAMAR LO QUE NO ES COMO SI FUERA».
«Es, pues, la fe… la convicción de lo que no se ve».
Podemos decir que la fe es esperar por cosas que todavía no has
visto, pero el que ene fe lo espera pacientemente. En otras palabras,
la fe en esperar cosas no ene nada que ver con las que enes ahora,
sino con las que esperas. Debo explicar esto, la fe no es convicción de
lo desconocido, porque podemos conocer por fe lo que no podemos
ver. La fe es la convicción de lo que no se ve. No se puede tener fe en
cosas que desconocemos, debemos tener fe en cosas que no vemos,
pero que sabemos que existen. Los hombres y mujeres de fe viven con
convicción de lo que no han visto, esto es vivir por fe. La fe entonces es
la cer dumbre y la prueba final de que algo que no se ve es una
realidad. Es por esta razón que la sucesión de hombres que creyeron
cosas no vistas, son llamados héroes de fe.
La fe es la convicción de lo que no se ve, es llamar a las cosas que
no son como si fueran.
«La fe es un reto que conver rá nuestras vidas en una
aventura…».
Sin embargo, la duda es una soga, cuerda o cadena que nos ata a lo
mismo y al pasado.
• La fe inspira, pero la duda te paraliza.
• La fe es emocionante, pero la duda te deprime.
• La fe te da esperanza, mientras la duda te oprime.
• La fe es vida, mientras la duda es muerte.
• La fe da sabor a tu vida, mientras que la duda te quita el
ape to.
• La fe es valiente, mientras que la duda te quita la fuerzas.
• La fe persiste, pero la duda te empuja a rendirte.
• La fe produce alegría, pero la duda produce tristeza.
• La fe perfecciona tu visión, pero la duda pone un velo en tus
ojos para que no veas más allá.
La Biblia es el libro más inspirador y el que más te enseña a
caminar y a vivir en fe. La fe en Dios es la que produce luz en tu vida, y
no habrá luz si no hay fe en Dios.
Esto de llamar lo que no es como si fuera va más allá de una
confesión posi va, la verdadera fe es una certeza total basada en la
confianza en Dios y sus promesas. Pablo dijo: «Pues la Escritura dice:
Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado» (Romanos 10:11).
En esto consiste la verdadera fe, en creer al 100 % a Dios sin tener
ninguna duda en nuestros corazones, estando persuadidos por
completo de que la fidelidad de Dios jamás nos fallará. Dios nunca
falla, Él nunca miente ni nunca cambia.
Mi intención con este libro es que tú le creas a Dios, que le creas a
Dios en medio de cualquier situación, que le creas a Dios en medio de
tu crisis, que le creas a Dios que Él abrirá una puerta para , que le
creas a Dios acerca de tu ministerio, con tu matrimonio, con tus hijos y
que cada cosa que emprendas en endas que Dios hará lo que ha
prome do. Si nos atrevemos a creer, a tener fe, podemos
experimentar grandes cosas en nuestra vida y disfrutar de una vida
cris ana excelente. Jesús les enseñó a sus discípulos a tener fe:
«Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto
os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el
mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que
dice, lo que diga le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que
pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá» (Marcos 11:22-
24).
«Creed que lo recibiréis», ¡qué expresión tan imponente y especial!
Creed es impera vo, es una demanda y una afirmación a la vez. Vemos
que el problema no es pedir, el problema muchas veces es creer que lo
recibiremos.
Aquí vemos un ejemplo del poder de Dios, y Dios no está
exagerando, lo que sí quiere decirnos es que, si enes fe, todo es
posible. La clave es no dudar nada, llénate de convicción y declara que
lo que no es, será por la fe en Él. Creerle a Dios te ayudará a moverte
de tu zona de confort hacia lo que amas y fuiste creado para recibir.
Tes monio. Por la gracia de Dios, llegué a ser maestro de escuela.
Un día, al salir de la escuela, llegando a mi casa, escuché una voz que
me decía: «Miqueas, deja eso, yo te voy a bendecir». Entendí que Dios
quería que dejara de dar clases y me dedicara a hacer construcción.
Les confieso que de construcción no sabía nada, menos de empresas,
pero entró en mí una convicción tan grande que, al siguiente día, fui a
la escuela y presenté mi carta de renuncia. Esa misma semana, Dios
permi ó que personas me llamaran para hacerles trabajos de limpieza
y para arreglar ciertas cosas, así comenzó el proceso de preparación en
mi vida. Hoy, después de más de vein cinco años desde que recibí esa
palabra, he construido decenas de casas, edificios, escuelas, iglesias y
muchos negocios. Creerle a Dios ha producido que cientos de personas
hayan trabajado en mi empresa y Dios me ha bendecido grandemente.
Le creí a Dios y hasta ahora no me ha quedado mal. Creerle a Dios
exige tomar decisiones drás cas muchas veces. Créeme que nadie va a
entender los pasos que tomamos en fe, recuerdo que muchos me
decían que estaba loco, pero la convicción que tenía por dentro era
absoluta. No le permi a nadie robar esa palabra, ni robar el propósito
de Dios en mi vida. Hoy puedo ver que obedecer a Dios produjo en mí
un más alto nivel de fe y confianza. Puedo tes ficar que esa decisión
produjo que hoy sea pastor, sea empresario y dueño de muchas
empresas, también me dio la bendición de poder estudiar y vivir una
vida de abundancia que produce finanzas para su reino. Entendí que,
cuando Dios reta nuestra fe, siempre es para darnos más…
Es pues la fe…
• La fe es virtud, un poder celes al que nos ayuda a movernos en
las etapas de la vida. Cada etapa de la vida del ser humano
necesita otro nivel de fe.
• La fe es parte del fruto del Espíritu.
• La fe es considerada un arma defensiva en la armadura del
cris ano y representa el escudo con el cual podemos apagar
todos los dardos del enemigo.
• La fe cons tuye un regalo de Dios y es contado entre los nueve
dones del Espíritu Santo a través del cual podemos ver la mano
de Dios moverse aun en medio de las más di ciles e
improbables circunstancias.
• La fe es el medio por el cual podemos agradar a Dios.
• La fe es tan importante en la vida de los cris anos porque, si
bien es cierto que es un don, un regalo de Dios, también es una
virtud que debe alimentarse con el fin de crecer en ella.
Entonces podemos dejar claro que la fe es el elemento principal
para vivir una vida confiada en Aquel que ene el poder de ayudarnos
a vivir la vida proveyendo lo que ha prome do y así cumplir su
propósito en esta erra.
«Tu fe te ha salvado…»
Capítulo 2
Campeones de fe

Para el que cree nada le es imposible y la fe nos ex ende al futuro a


conquistar grandes promesas sin importar lo imposibles que estas
parezcan. El Capítulo 11 del Libro de Hebreos está dedicado a todos
aquellos grandes héroes que por medio de su fe alcanzaron gran
tes monio y grandes promesas.
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen tes monio los
an guos. 3 Por la fe entendemos haber sido cons tuido el universo por
la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía. 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín,
por lo cual alcanzó tes monio de que era justo, dando Dios tes monio
de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.5 Por la fe Enoc fue
traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso
Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo tes monio de haber agradado
a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario
que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de
los que le buscan. 7 Por la fe Noé, cuando fue adver do por Dios acerca
de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa
se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la
jus cia que viene por la fe. 8 Por la fe Abraham, siendo llamado,
obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió
sin saber a dónde iba. 9 Por la fe habitó como extranjero en la erra
prome da como en erra ajena, morando en endas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba la ciudad que
ene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 Por la fe
también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y
dio a luz aun fuera del empo de la edad, porque creyó que era fiel
quien lo había prome do. 12 Por lo cual también, de uno, y ese ya casi
muerto, salieron como las estrellas del cielo en mul tud, y como la
arena innumerable que está a la orilla del mar. 13 Conforme a la fe
murieron todos estos sin haber recibido lo prome do, sino mirándolo
de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran
extranjeros y peregrinos sobre la erra. 14 Porque los que esto dicen,
claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen
estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían
empo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celes al; por lo
cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha
preparado una ciudad. 17 Por la fe Abraham, cuando fue probado,
ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su
unigénito,18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada
descendencia;19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de
entre los muertos, de donde, en sen do figurado, también le volvió a
recibir. 20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas
venideras. 21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de
José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. 22 Por la fe José,
al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento
acerca de sus huesos. 23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido
por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no
temieron el decreto del rey. 24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó
llamarse hijo de la hija de Faraón,25 escogiendo antes ser maltratado
con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del
pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los
tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el
galardón.27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se
sostuvo como viendo al Invisible. 28 Por la fe celebró la pascua y la
aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no
los tocase a ellos. 29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por erra seca;
e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.30 Por la fe
cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. 31 Por la fe
Rahab la ramera no pereció juntamente con los
desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. 32 ¿Y qué más
digo? Porque el empo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de
Sansón, de Je é, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que
por fe conquistaron reinos, hicieron jus cia, alcanzaron promesas,
taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo
de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en
batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 35 Las mujeres
recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron
atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor
resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de
esto prisiones y cárceles.37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a
prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá
cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angus ados,
maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los
desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la erra.
39 Y todos estos, aunque alcanzaron buen tes monio mediante la fe, no

recibieron lo prome do; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para


nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros»
(Hebreos 11).
• Abel, por su fe, fue inmortalizado como Justo.
• Enoc, por su fe, fue librado de la muerte.
• Noé, por su fe, condenó al mundo existente y rebelde y
construyó un mundo nuevo con su casa y sus generaciones.
• Abraham, por su fe, obedeció. A pesar de que él pronos có
que su cuerpo era contrario y Sara ya no podía parir, produjo
hijos y dejó un legado a toda la humanidad. Sara dio a luz en su
vejez.
• Abraham, por esta misma fe, le ofreció a su hijo Isaac a Dios
creyendo que Dios era suficiente poderoso para levantarlo de
los muertos.
• Isaac y Jacob, por fe, bendijeron a sus hijos.
• Por fe, José profe zó que Dios sacaría a su pueblo de Egipto y
dio orden acerca de sus huesos.
• Por fe, los padres de Moisés arriesgaron sus vidas al esconder
al niño y ocultarlo del Faraón creyendo que él sería el libertador
de su pueblo.
• Moisés, por la fe, renunció a los placeres temporales de Egipto
y se entregó al oprobio de su pueblo con tal de ganar las
riquezas espirituales.
• Por la fe, Josué junto a los israelitas creyeron que Dios les
entregaría la ciudad amurallada de Jericó y conquistarían su
paso a la erra prome da.
• Por la fe, Rahab la exramera, escondió a los espías porque
sabía que alcanzaría misericordia del Dios de ellos.
Esa fe le produjo confianza a estos hombres y mujeres en un Dios
que ene el poder sobre el pasado, presente y futuro. La fe determina,
da autoridad y credibilidad en alguien que ene autoridad, fama,
reputación y tes monio de que ha podido, puede y siempre podrá
hacer cosas sobrenaturales, Dios mismo.
Nuestra vida debe funcionar basada en lo que creemos y
confiamos. Debemos tener fe en Dios, fe en la Palabra de Dios, fe en la
vida que Dios nos da, fe en su Espíritu Santo, entender que la fe
transforma todo, que la fe cambia toda circunstancia, que la fe aviva
todo lo que está apagado y muerto. Debemos entender que la fe
promueve, la fe te hace trascender, pero a la vez, quebranta. La fe
es mula los sen dos, la fe te hace un facilitador de los bienes, dones y
destrezas del reino. Si crees, la fe te da todo lo que pidas y aún más. La
fe no se mueve en lo carnal, la fe opera en lo sobrenatural y te ayuda a
romper paradigmas y quiebra fortalezas mentales. La fe es un don
inmerecido dado a los hombres para operar desde una plataforma
natural y recibir beneficios sobrenaturales.
«La fe abre toda puerta cerrada y reaviva todo cuerpo muerto».
Capítulo 3
La fe y su providencia
• La fe no es pensar posi vamente o declarar que creemos en
algo. No es lo que se dice en inglés «Wishfull thinking» o
pensar deseosamente.
• La fe es aquello que da sustancia a lo que esperamos, puesto
que te une en un solo espíritu a Aquel que provee todas las
cosas.
Ejemplo: Cuando conocemos las leyes esenciales de la naturaleza,
podemos estudiar los elementos necesarios que exige una planta para
que produzca al cien por uno. Se busca una semilla, esa semilla se
puede evaluar y verificar si está sana, saludable y produc va. Se puede
evaluar el suelo donde esa semilla va a ser sembrada, se evalúa si el
terreno debe ser húmedo, seco, si le debe dar mucho sol, o poco sol.
Se puede evaluar si ese po de semilla requiere mucha agua o poca
agua. Se puede estudiar el mejor empo para sembrar esa semilla, en
cuál mes del año y cómo debe estar la luna, si debe ser luna llena, luna
creciente o luna bajante. Todo esto se puede evaluar y conocer, porque
la naturaleza ene leyes dadas que son inquebrantables.
Así mismo funciona la fe: cuando conocemos las Escrituras,
podemos entonces operar como los principios funcionan y
obtendremos el mejor resultado.
Las palabras son de mucha importancia para que eso que
esperamos lo recibamos. La Biblia declara que «de la abundancia de
nuestro corazón habla la boca», así que tu boda dictará dónde está
puesta tu confianza, dónde está tu corazón y dónde está conectado tu
futuro.
Miremos lo que las Escrituras dicen sobre la prominencia de la fe.
• En 2 Pedro 1:1, Nuevo Testamento Versión Recobro, dice: «A
los que se les ha asignado, en la jus cia de nuestro Dios y
Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra».
• La fe viene de Dios. Él nos asigna a cada uno de nosotros fe, no
solo es el dador de la fe, sino que también es el autor, creador,
inventor, descubridor, progenitor, padre, productor, fundador,
innovador, causante, ejecutor escritor, poeta, ensayista,
dramaturgo y libre sta de nuestra fe.
• Dios es el originador de nuestra fe. Es el causante, generador
de nuestra fe. Hebreos 12:2 dice: «Puestos los ojos en Jesús, el
autor y perfeccionador de nuestra fe».
• Esta palabra, perfeccionador, significa: el que profundiza,
mora, impulsa, ajusta, eleva, anima, amplía, potencia, refina,
aumenta, refuerza, incrementa, intensifica, hace funcionar con
precisión y a la vez pone a punto. Da a entender que Dios es el
que, como una caja fuerte, produce que combine todos los
elementos necesarios para que tú abras esa caja fuerte que
todos los tesoros que ene dentro te ayudan a poner a punto
todas tus cualidades y destrezas espirituales para que el cielo
envíe bendición hasta que sobre y abunde.
Esta fe es generada en Dios mismo; como hombre, no puedo
originar fe ni la fe se origina dentro de mí, porque nadie nace con la
habilidad natural de creer.
Tengo dos niños pequeños, y desde muy chicos, yo les enseñaba a
arrojarse desde la cama o de algún mueble sobre mí. Ellos temían
porque veían la altura, y lo natural es ese sen do de supervivencia, las
alturas producen temores, el temor a caerse es natural, pero yo les fui
dando confianza de que, si se lanzaban, yo estaría ahí para celebrar su
riesgo. Ellos comenzaron a poco a poco lanzarse, ya no les tengo que
rogar que se lancen, ellos por confianza en mí simplemente se lanzan y
yo les celebro.
Si tratamos de conseguir fe por nuestra propia fuerza de voluntad,
nos vamos a desalentar, desilusionar y nos vamos a acobardar.
Terminaremos deprimidos y desfallecerá nuestra confianza. ¿Por qué?
Porque nosotros no somos la fuente de la fe. La fe proviene de Dios.
Dios nos asigna o nos da fe.
¡Jesús es el originador de nuestra fe!

¿Cómo alcanzamos, logramos, cosechamos, recibimos y


obtenemos la fe?

Cuando recibimos a Cristo es porque el Espíritu Santo nos convence


de pecado y de juicio, dando a entender que la fe es obtenida cuando
escuchamos la Palabra de Dios.
Romanos 10:17 nos dice: «Así que la fe proviene del oír, y el oír, por
medio de la palabra de Cristo» (Versión Recobro).
La fe que habla en este versículo es la primera fe necesaria como
combinación a esa caja fuerte, la fe en la salvación. Nadie puede
salvarse por sí solo, nadie puede ser salvo por persuasión humana.
Juan 1: 12 nos revela la fuente de nuestra salvación: «Mas a todos los
que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios».
Ser hechos hijos de Dios nos es dado por amor y por creer en el
mensaje del evangelio. Pablo en Romanos 10:17 explica el proceso de
cómo obtenemos esa fe.
La Biblia LBLA declara así: «declara que la fe «viene» «…por el oír, y
el oír, por la palabra de Cristo» (Romanos 10:17). Ahora bien, para
comprender el sen do ilocu vo de este versículo no siempre
adver do, notemos el siguiente breve diagrama.
Extracto del libro de J. A. Torres Q. «Decisionismo o evangelismo
bíblico». Estudio histórico teológico exegé co de la an escrituralidad
del decisionismo. Pág. 291-294.
Pablo quiere darle énfasis a que la predicación del evangelio ene
mucho que ver en cuanto a cómo se ob ene la fe. Cuando se habla del
evangelio, se habla sobre las buenas nuevas de Cristo, mensaje de
salvación por medio de la redención por la sangre de nuestro Rey y
Salvador Jesucristo.
Esta fe, basada en las buenas nuevas en Romanos 10:8, 14-16,
predicada en el verso 15 y anunciada es para todos sin dis nción. Esta
fe entonces es obtenida por el oír, pero el oír con fe.
Hoy en día, hay muchas personas que oyen, pero no escuchan. Oír
algo te da la bendición de tomar decisiones y aprovechar o despreciar
lo que se oye. Oír es citado por Pablo de Isaías donde habla de un
anuncio diciendo: «Mas no todos obedecieron al evangelio…»
(Romanos 10:16). Es de aquí, entonces, que Pablo va a revelar, o más
bien a aclarar, cómo es que este anuncio puede ser
creído, añadiendo: «así que la fe proviene de oír de la palabra de
Cristo» (Romanos 10:17).
La idea de Pablo es que escuchemos a Cristo o la palabra referente
a Cristo para explicar que aquella piedra que desecharon los
edificadores ha venido a ser la cabeza del ángulo, Cristo mismo. Los
judíos de la época tenían su confianza en sus leyes y rudimentos, pero
aquí Pablo les está dando a entender que Cristo ha venido a ser la
fuente de nuestra salvación y su mensaje es lo que abre el reino de
Dios a nuestro favor.
Pablo explica que esta verdad es para todos:
«Mas ¿qué dice? Cerca de está la palabra, en tu boca y en tu
corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que, si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree
para jus cia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la
Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será
avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el
mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le
invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo» (Romanos 10:8-13).
Jesús es el Rey de todos, es por tanto que este mensaje es acerca
de Cristo y esta es la fuente de fe, el mensaje de Cristo. Este mensaje
no es solo para nosotros, sino que todos los seres humanos pueden
tener fe si permi mos que entre a nuestro corazón el mensaje de
Cristo.
Wilckens dice: «La fe (viene) del mensaje que se debe escuchar… [y]
el mensaje (proviene) de la palabra de Cristo» Ahora bien, el énfasis
soteriológico de este versículo sin duda es que la fe «proviene» de
escuchar, pero de escuchar el kerugma de Cristo. No existe entonces,
una pre-fe premiada, solo credulidad humana. La latencia de la fe
salvífica en concordancia a la elección de Dios se deriva del oír la
Palabra en cuanto a Cristo: el evangelio. Y esto, porque Dios decidió
que el oír el κήρυγμα (kérugma→ «contendido») cristológico, sea el
agente sustancial crea vo (v. 1 Corin os 1:21).
El profesor Carballosa, (Carballosa 1994:215) afirma: «no se trata
simplemente de la acción, o el acto de oír, sino, el oír el "contenido" del
evangelio».
Calvino (Calvino 1961:276) dijo: «…la predicación ha sido la causa
de su fe...».
El hecho de que aparentemente emerja (después) del hombre, no
quiere decir que emane de él. Por lo tanto, y en términos prác cos: no
es la circunstancia evangelical, ni el evangelista de turno, ni la oración,
ni la decisión humana, sino, el ῥῆμα (jrẽma→ mensaje) evangelical
de Dios el relevante en el proceso de salvación de los escogidos.
¡Qué gran verdad!
La idea de que la fe viene por el oír y el escuchar el mensaje de
Jesús nos da el poder de ser hechos hijos de Dios.
A la vez que somos hijos, entonces Jesús nos dice: «El que ene
oídos para oír, oiga…» (Mateo 11:15; 13:9,43; Marcos 4:9, 23; Lucas
8:8; 14:35. Apocalipsis 2:7, 11, 17,29; 3:6, 13,22).
Nuestro trabajo es escuchar, Jesús nos envía a seguir escuchando
su voz y su mensaje. ¡Ocupemos nuestros oídos espirituales para que
vivamos en expecta vas y listos a recibir todo lo que el cielo ene para
nosotros!
El fruto de cada uno demuestra su nivel de escuchar a Jesús. Yo
creo que cada persona ene la obligación de escuchar, pero no todos
obedecen esa voz y es por esta razón que a veces no hay frutos…
«Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los
misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado» (Mateo
13:11).
Quienes oyen y abrazan el evangelio es porque han recibido la
gracia de que sus sen dos espirituales se han abierto, han sido
atraídos por Dios.
Juan dice: «Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no
le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero» (Juan 6:44).
«Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a
los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19 Pues está
escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el
entendimiento de los entendidos» (1 Corin os 1:18-19).
«Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero

nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente


tropezadero, y para los gen les locura; 24 mas para los llamados, así
judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios» (1
Corin os 1:22-24).
Romanos 10 es de suma importancia, porque muchos buscan fe
por otro lado, la fe solo viene por el oír y el oír a Cristo.
«Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios
por Israel, es para salvación. 2 Porque yo les doy tes monio de que
enen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la
jus cia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han
sujetado a la jus cia de Dios; 4 porque el fin de la ley es Cristo, para
jus cia a todo aquel que cree. 5 Porque de la jus cia que es por la ley
Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por
ellas. 6 Pero la jus cia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón:
¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); 7 o, ¿quién
descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los
muertos). 8 Mas ¿qué dice? Cerca de está la palabra, en tu boca y en
tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree
para jus cia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la
Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será
avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el
mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le
invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo. 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y
cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber
quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como
está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de
los que anuncian buenas nuevas! 16 Mas no todos obedecieron al
evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.18 Pero digo:

¿No han oído? Antes bien, Por toda la erra ha salido la voz de ellos, Y
hasta los fines de la erra sus palabras. 19 También digo: ¿No ha
conocido esto Israel? Primeramente, Moisés dice: Yo os provocaré a
celos con un pueblo que no es pueblo; Con pueblo insensato os
provocaré a ira. 20 E Isaías dice resueltamente: Fui hallado de los que no
me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por mí. 21 Pero
acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo
rebelde y contradictor» (Romanos 10).
La fe no llega por esfuerzo humano, no llega por mo vación
personal, no llega por las personas que tenemos alrededor, ni tampoco
llega por tener amigos que enen fe, la fe viene por la palabra de
Cristo.
Cuando tenemos una experiencia con Cristo y su mensaje, vivimos
entendiendo que no hay nada que nos pueda separar de ese amor de
Cristo.
Romanos 8, si somos hijos amados, entonces somos más que
vencedores en Él.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predes nó
para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él
sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predes nó, a
estos también llamó; y a los que llamó, a estos también jus ficó; y a los
que jus ficó, a estos también glorificó. 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si
Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no esca mó ni a
su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos
de Dios? Dios es el que jus fica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo
es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está
a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién
nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angus a, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está
escrito: Por causa de somos muertos todo el empo; Somos contados
como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más
que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es
en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8:28-39).
Esta fe en Cristo nos da seguridad, confianza, nos confirma como
personas dependientes de Él, nos lleva a una realidad existencial, es
la esencia necesaria para que las cosas surjan, es la base de
sustentación de lo que se espera; es decir, el fundamento que
sustenta lo que se espera.
La fe también es la convicción de lo que no se ve. Esta fe nos
convence de lo que no vemos. Por lo tanto, es la evidencia, la prueba
de lo que no se ve.
Cristo vino a vivir en nosotros para que disfrutemos su reino aquí
en la erra, no es algo que podemos verificar con nuestros cinco
sen dos sicos, pero la Palabra de Dios nos asegura este hecho, llegó
entonces a ser portador de la existencia de Cristo en mí.
«… Cristo en vosotros, la esperanza de gloria» (Colosenses 1:27).
Capítulo 4
Evidencia

Nosotros los creyentes debemos entender que nuestra fe está basada


en la certeza de que Dios hará todo aquello que ha dicho, que lo hará
en su empo y a su manera. Cuando pedimos no pedimos a lo loco,
pedimos de acuerdo con su palabra y su voluntad, con el fin de
agradarlo aun con nuestras pe ciones.
Yo le enseño a la Iglesia Torre Fuerte que aprendí de mi a
Encarnación Vientos a escribir mis oraciones. Ella tenía una libreta
donde escribía con lujos y detalles todas sus oraciones, como, por
ejemplo, si alguien tenía un dolor de piernas, ella dibujaba una pierna
y el lugar específico del dolor, pedía por sanidad y daba gloria a Dios
porque ya lo había hecho. Vi muchísimos milagros crea vos,
bendiciones financieras y hubo muchísimos tes monios. Al escribir la
oración puedes volver a leerla y te das cuenta si tu oración es una
oración egocéntrica o no, si tu oración da gloria a Dios o no, si tu
oración va de acuerdo con la voluntad de Dios y si es bíblica. Cuando
pidamos a Dios, hagamos lo mismo, seamos específicos, démosle gloria
a Dios, y con fe, veremos milagros como nunca vistos.
• La fe es descrita como seguridad y confianza.
«En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera
que se acerca a Dios ene que creer que él existe y que recompensa a
quienes lo buscan» (Hebreos 11:6 NVI).
Cuando decimos que tenemos fe en Dios, estamos afirmando que
Él es real en nuestras vidas, que es el rey de nuestra existencia y que es
quien puede contestar y concedernos nuestras pe ciones, que puede
cumplir nuestros sueños. Esta afirmación agrada y alegra el corazón de
Dios. Esta fe es la prueba de que nuestra confianza está en aquel que
ene todo el poder en el cielo y en la erra para concedernos todo lo
que nuestro corazón anhela. A tal manera de que sabemos que un día
Él nos va a recompensar.
Si estás viviendo un momento di cil en tu vida, sigue creyendo,
sigue confiado en el Señor y verás en su empo todo sueño cumplido.
He pasado empos di ciles en mi vida, he tenido pérdidas financieras,
he tenido fracasos en muchas áreas, pero siempre he tomado la
decisión de mantenerme fiel a sus promesas. Todos nosotros vamos a
ser probados en algún área de nuestra vida, estas pruebas siempre van
a permi rle a Dios que tome control de nuestras áreas débiles y que, a
la vez, perfeccione nuestra fe, nuestra confianza y nuestro
conocimiento bíblico.
• La fe es lo que revela a Dios.
«Yo soy el Señor, y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios.
Aunque tú no me conoces, te fortaleceré, 6 para que sepan de oriente a
occidente que no hay ningún otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay
ningún otro» (Isaías 45:5-6 NVI).
No hay otro Dios fuera de Él. Aunque no lo veas, Él existe, Él opera,
Él hace y Él está con nosotros. «¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es
por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no esca mó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de
Dios? Dios es el que jus fica» (Romanos 8:31-33).
Este verso nos da la seguridad de que Dios sí quiere bendecir
nuestras vidas, de que sí quiere cumplir cada uno de nuestros sueños,
de que sí es su voluntad entrar en nuestras oraciones y cumplir cada
cosa que le pedimos. El SÍ de Dios nos ayudará a caminar en una fe más
profunda. Hay muchas personas que piensan que Dios ene un
lenguaje del NO, pero la realidad es que, si somos hijos y a la vez
herederos con Cristo, entonces podemos pedir cualquier cosa y Dios
nos la dará.
• La fe es un regalo de Dios.
«Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto
no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, 9 no por obras,
para que nadie se jacte»
(Efesios 2:8-9 NVI).
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas

obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en


ellas» (Efesios 2:8-10 RVR1960).
Cristo ha puesto fe en el corazón del hombre. Es nuestra decisión
qué hacer con esa fe, cómo usarla y cómo disfrutarla. Cuando una
persona recibe un regalo, esa persona decide si valora el regalo, lo
descuida o lo regala. Si decidimos valorar el regalo de Dios que es la fe,
podremos disfrutar de todo lo que el cielo ene para nosotros. En este
verso, no solo vemos la fe como un regalo, sino que la gracia de Dios es
el regalo inmerecido de Dios para que caminemos confiados en que su
gracia, la fe y hacer su voluntad es lo que nos ha atraído a Dios.
Muchos han abusado de ese regalo, muchos han abusado del regalo de
la salvación, muchos han perdido el norte de sus vidas al tratar de vivir
una vida desordenada llena de avaricias y de lujos innecesarios.
Creo firmemente que Dios siempre está presto para darnos lo que
pedimos y mucho más. Les tes fico esto: Desde que Dios nos dio la
palabra de que íbamos a comprar un edificio para la iglesia, varios
hermanos y yo comenzamos a buscar edificios, casas y templos.
Recuerdo que salíamos casi todos los días y recorríamos las calles de
nuestra ciudad, orábamos constantemente para que Dios nos diera un
lugar para congregarnos. Recuerdo que me gustó un lugar, era un
restaurante, comencé a negociar con los dueños y les confieso que me
apresuré, les di una palabra de que íbamos a comprar el lugar.
Comenzamos los papeles y todas las ges ones, pero sin dinero y sin
una aprobación del banco. Me lancé sin pensar, Dios no me dijo que
era el edificio, Dios no me confirmó, Dios no me abrió puertas, el
negocio nunca se dio, pero aprendí a hacer las cosas con más
paciencia, aprendí lo que era necesario para obtener un templo,
aprendí a moverme en fe y a esperar en el empo de Dios. Nunca nos
aprobaron el lugar para el templo, pero Dios vio mi esmero, Dios vio mi
esfuerzo y vio que yo estaba dispuesto a todo con tal de tener una casa
para servirle.
Hoy tenemos un hermoso templo, era un templo católico, Dios nos
dio no solo el templo, nos dio el convento, la casa parroquial, una
escuela y nos dio un edificio de seis familias. Dios nos dio más de lo
que yo al principio estaba buscando. Así es Dios.
Te insto a que con es, Él te dará más de lo que estás pidiendo…
No permitamos que nuestra ambición, avaricia o avidez dañe la
visión. Siempre he pensado que hay una línea muy fina entre visión y
ambición. La idea de Dios es darnos todo de acuerdo con su voluntad,
pero que agrade a Dios.
«Este don es para que agrades a Dios en tu vida y que todo lo que
pidas sea para glorificar su nombre».
• La fe es dada a cada uno con una medida, pero requiere
humildad.
«Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de
Dios, os ruego que cada uno de vosotros, en adoración espiritual,
ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. 2 No
os amoldéis al mundo actual, sino sed transformados mediante la
renovación de vuestra mente. Así podréis comprobar cuál es la
voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. 3 Por la gracia que se
me ha dado, os digo a todos vosotros: Nadie tenga un concepto de sí
más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con
moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. 4 Pues, así
como cada uno de nosotros ene un solo cuerpo con muchos
miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, 5
también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo,
y cada miembro está unido a todos los demás. 6 Tenemos dones
diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es
el de profecía, que lo use en proporción con su fe; 7 si es el de prestar
un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 8 si es el de
animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados,
que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el
de mostrar compasión, que lo haga con alegría» (Romanos 12:1-8
CST).
Este punto es muy importante, porque tener fe requiere humildad.
Muchos quieren demostrar cosas que no pueden controlar, pero ese
don de fe requiere que vivamos vidas humildes entendiendo que nos
necesitamos los unos a los otros. Hay personas que actúan como que
no necesitan a otros, que no necesitan de otros y que son súper
hombres y mujeres. Lo que nos enseña este verso es que Dios te dará
fe basado en tu humildad.
Podemos aumentar esa fe a la medida en la que le dejamos obrar
en nuestros corazones y transformarnos más a la imagen de Cristo.
La humildad producirá en nosotros una mayor habilidad de
dependencia de Dios, esta ac tud nos ayudará a aumentar la fe.
«… Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se cons tuye
enemigo de Dios. 5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu
que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? 6 Pero él
da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia
a los humildes. 7 Someteos, pues, a Dios; resis d al diablo, y huirá de
vosotros. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores,
limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros
corazones. 9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en
lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y él os
exaltará» (San ago 4: 4-10).
«Impresionantes los beneficios de la humildad».
Capítulo 5
Beneficios

Hay miles de beneficios producidos por la fe en Dios y en su palabra,


pero quisiera compar rles algunos de estos para que vivamos
confiados cada día más en lo que Dios nos ha prome do. Creo
firmemente que cada uno de nosotros tenemos la bendición de recibir
cada uno de ellos de acuerdo con nuestra fe.
El primer beneficio que tenemos por fe es la salvación y el perdón
de todos nuestros pecados.
1. Por fe recibimos el perdón y la salvación.
El don de Dios en Cristo nos produjo la gracia de que Jesús un día
nos diera la oportunidad de ser hechos hijos de Dios. Es por esta razón
que la fe es esencial para nuestra vida espiritual y recibir el perdón de
cada uno de nuestros pecados, los pasados, los presentes y aun los
futuros.
«Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para
que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna»
(Juan 3:16 NVI).
Jesús murió por y por mí, y es imposible que Dios nos deje ahora,
es imposible que después de haber muerto en una cruz por nuestros
pecados, nosotros seamos condenados por el pecado. Si ponemos
nuestra fe en Jesús y creemos que Dios lo levantó de los muertos,
somos salvos y no veremos muerte.
2. Jesús hace morada en nosotros por fe.
Jesús le dijo a Zaqueo: «Es necesario que more en tu casa». Zaqueo
no le había pedido eso, pero cuando Zaqueo vio a Jesús y quiso
conocerlo, Jesús conociendo su corazón, le dijo que moraría en su casa.
La fe que pongamos en Jesús nos ayudará a vivir vidas llenas de Él y
nuestro corazón nunca estará triste, si Cristo en mí, esperanza de vida.
«Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de
sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo ín mo de su ser, 17
para que por fe Cristo habite en sus corazones…» (Efesios 3:16-17 NVI).
Cuando Cristo entra, produce la fe que necesitamos para que
nuestros corazones se abran y Jesús entre y comience el Espíritu Santo
a morar en nuestros corazones.
3. La fe vence al mundo.
«Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la
victoria que vence al mundo: nuestra fe» (1 Juan 5:4 NVI).
Cada uno vive vidas llenas de tentaciones, pero la fe nos ayuda a
vencer todo lo carnal en nosotros. El Espíritu Santo nos ayuda a hacer
morir lo terrenal en nosotros para que Cristo reine en nuestras vidas.
Nos da fuerzas para elegir agradar a Dios y ser portadores de vida en
vez de muerte. Somos hechos a imagen de Dios.
4. La fe es el escudo que nos protege de ataques malignos.
«Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden
apagar todas las flechas encendidas del maligno» (Efesios 6:16 NVI).
Esta fe nos protege y nos man ene firmes. Hay personas que
ignoran la batalla espiritual, tenemos luchas fuertes cada día, pero Dios
nunca nos dejará solos. Él por la fe nos ha dado una armadura para
sobrellevar los ataques del maligno. El escudo del que nos habla este
versículo era un escudo grande que usaban los soldados romanos para
avanzar en el terreno de batalla. Cuando intentamos avanzar en
nuestro andar con Jesús pueden surgir dudas y ataques por varios
frentes. Si te aferras bien al escudo de la fe y aprendes a usarlo,
lograrás apagar esos ataques del maligno.
5. La fe te abre puertas.
«—¿Qué quieres que haga por ? —le preguntó. —Rabí, quiero ver
—respondió el ciego. 52 —Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha
sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el
camino» (Marcos 10:51-52 NVI).
La fe nos abre puertas para los milagros más grandes que nunca
hemos visto. Esta fe es la certeza de que Dios puede hacer hasta lo que
a nuestros ojos parece y es imposible. Abre la puerta para que Dios
haga cosas sobrenaturales, cosas que pedimos y proclamamos
libremente.
6. La fe nos da la oportunidad de nuevos comienzos.
«Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo
viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Corin os 5:17 NVI).
En fe somos nuevas criaturas, lo viejo queda atrás, y comienza a
hacer que las cosas se renueven en nosotros. Es por tanto que
podemos comenzar de nuevo llenos de esperanza, seguros de que
nuestro Dios quitará todo lo que en un empo fue malo, doloroso y
vergonzoso en nuestras vidas y nos ayuda a mirar hacia adelante con
paz y confianza de que Él ene seguro nuestro futuro.
7. La fe nos asegura un lugar en la familia de Dios.
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1:12). «Pues todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús» (Gálatas 3:26).
La fe produce que seas parte de una familia, así que nunca, pero
nunca digas que estás solo o sola, la fe te dio el derecho y la legalidad
de ser parte de su cuerpo, de su familia y de su reino. Y sí, hijos,
herederos…
8. Por fe somos jus ficados por Cristo.
«…En él es jus ficado todo aquel que cree» (Hechos 13:39).
«Concluimos, pues, que el hombre es jus ficado por fe sin las obras de
la ley» (Romanos 3:28).
La jus ficación nos hace libres de cualquier condenación de pecado
y de juicio, esto nos produce que ya no tengamos que vivir una vida
condenados y tristes, tenemos la vida en Cristo, somos más que
vencedores y somos libres de la maldición de la ley y del pecado. Así
que te insto a que vivas la vida que Dios te da, libre de condenación,
libre de maldiciones y libre de tu mal pasado. Eres libre, eres santo y
estás redimido por Jesús.
Eres libre de culpa…
9. La fe te da gozo y te produce paz con Dios.
«…Aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y
glorioso» (1 Pedro 1:8).
«Jus ficados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio
de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5:1).
Este beneficio es producido al confiar plenamente en que Dios te
liberó de todo po de maldición, de todo po de pecado y de todo po
de juicio. Somos hechos bendición, somos hechos amigos de Dios por
medio de esta fe tan preciosa. Nuestra confianza en su resurrección
nos dio la paz que todo ser humano necesita para vivir en esta erra
donde hay aflicción y tristeza. Hoy, yo declaro sobre tu vida este verso,
«ten paz», todo va a estar bien…
10. La fe te sana.
«Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará…»
(San ago 5:15).
Este beneficio de la fe es una herramienta para nuestro beneficio.
El verso lo dice claro, la oración de fe… Esto nos debe provocar a que
cada oración que hagamos, la hagamos con un espíritu correcto,
reconociendo que no debemos venir a Dios como esclavos, sino como
hijos. Esta ac tud es a la que Dios se refiere, la oración creyendo y
confiando que a quien pedimos es nuestro Padre, nuestro Ayudador,
nuestro refugio y nuestra fuerza, Él es nuestro amigo. Pidamos con fe y
veremos cómo nuestros cuerpos siempre estarán confiados en que
Dios sana al enfermo, Dios levanta al caído y Dios restaura todo lo que
esté debilitado.
11. La fe es nuestra guía.
«…Por fe andamos, no por vista» (2 Corin os 5:7).
Recuerdo una de las historias más lindas del An guo Testamento,
cuando Eliseo le preguntó a su criado: «¿Qué ves?», y el criado dijo:
«Nada, pero veo una pequeña nube que sube del mar». El profeta le
dijo: «Corre, porque gran lluvia se acerca». Cuando nuestra vida está
conectada a Dios por medio de la fe, nuestros ojos verán cosas
insignificantes, pero Dios ve cosas sobrenaturales. Estas cosas nos
deben ayudar a caminar en las cosas que sobrepasan nuestro
entendimiento, cosas que el camino de la fe nos guiará a disfrutar lo
que nunca nuestros ojos sicos pueden ver.
Tes monio: Recuerdo meses después de haber fundado la Iglesia
Torre Fuerte, en el año 2008. Traje a un hombre de Dios a predicar,
recuerdo que había como veinte personas. De momento, comenzó a
decir: «Veo que Dios le entregará un lugar donde hay varios edificios.
Veo una escuela, veo casas que serán parte de la propiedad, veo un
templo con ventanas grandes en los lados, veo un estacionamiento
grande y veo mul tudes». Les confieso que yo miré hacia atrás donde
estaban las personas y en ese momento dije entre mí: «Wow, cómo
Dios hará eso con tan poca gente». Mis ojos sicos no podían ver lo
que Dios almacenaba para nuestra iglesia. Ni mis ojos ni mi mente
podían entender cómo sería eso, pero lo creí en fe. Hoy, todo eso y
mucho más se ha hecho realidad en nuestro ministerio. Damos dos
reuniones los domingos, tenemos estacionamiento para más de ciento
cincuenta automóviles, dos casas, un templo grande, una escuela de
más de quince mil pies cuadrados, edificios de apartamentos y mucho
más. Aunque mis ojos sicos en ese momento no lo vieron, puse mi fe
en Dios y Él ha hecho como prome ó.
Si miramos por simple vista, lo hacemos tal y como el mundo lo
hace, pero cuando andamos por fe, nuestros pasos se dirigen hacia el
cielo afirmados en nuestra confianza en Dios.
12. La fe nos san fica.
«Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las nieblas a
la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe
que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los san ficados»
(Hechos 26:18).
Esta fe nos da acceso al poder de nuestra san ficación. Este
proceso comienza en Él y por Él.
13. La fe nos une a Dios.
«En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la promesa» (Efesios 1:13).
Esta fe nos ayuda a tener relación con Él a través del Espíritu Santo.
El Espíritu nos sella, nos da pertenencia, nos hace suyos por su obra
transformadora. Ya no somos nuestros, somos de Él por fe…
14. La fe nos da poder.
«…Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte:
Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible» (Mateo
17:20).
«…Al que cree todo le es posible» (Marcos 9:23).
La fe nos da poder para declarar cosas sobrenaturales, nos da la
osadía, la valen a y el coraje de no conformarnos con el estatus quo y
vivir por encima de lo natural. Esta fe nos une con los propósitos y el
poder de Dios. Las montañas de dificultades solo se vencen por medio
del poder de la oración de fe.
Recuerdo que, en una ocasión, mientras estábamos en un pasadía
en alta mar, nuestro bote se encendió en fuego. Mi amigo y yo no
sabíamos qué hacer, pero comencé a orar, a pedirle a Dios por un
milagro. De momento, Dios permi ó que el fuego cesara y nuestro
bote encendiera y llegáramos a la orilla. Fue un milagro de Dios, Dios
nos libró de la muerte.
Sé que tú que estás leyendo este libro pudieras describir uno o dos
milagros que Dios ha hecho en tu vida, esto es hecho por ese poder
que se llama fe.
15. La fe produce paciencia.
«Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia»
(San ago 1:3).
Este verso es muy importante para nosotros hoy, es lamentable
que muchas personas con carencia de fe siempre están tomando
decisiones fuera de la voluntad de Dios.
David Guzik dice lo siguiente: «La fe es probada a través de las
pruebas, y no es producida en las pruebas. Las pruebas revelan qué
po de fe tenemos, no debido a que Dios no sepa qué po de fe
tenemos, sino para hacer nuestra fe evidente a nosotros mismos y a
aquellos que están alrededor de nosotros. Las pruebas no producen fe,
pero cuando las pruebas se reciben con fe, estas producen paciencia;
pero la paciencia no es inevitablemente producida en empos de
prueba. Si las dificultades se reciben con incredulidad y quejas, las
pruebas producen amargura y desaliento. Este es el porqué de
San ago cuando nos exhorta a "tened por sumo gozo". El "tened por
sumo gozo" es la respuesta de la fe en los empos de prueba».
16. La fe te man ene enfocado hasta tu coronación.
Pablo dijo: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. 8 Por lo demás, me está guardada la corona de jus cia,
la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino
también a todos los que aman su venida» (2 Timoteo 4:7-8).
No hay nada más importante en la vida que terminar nuestra
carrera aquí en la erra con victoria y dignidad. Solo la fe nos puede
garan zar que llegaremos hasta el final y que obtendremos nuestra
corona.
«Tu vida está garan zada en Dios por la fe…».
Capítulo 6
Tipos de fe

Conocer bastante sobre construcción me ha dado la bendición de


poder hablarles sobre la fe desde esta perspec va: se necesita una
herramienta específica para cortar una madera, se necesita un mar llo
para incrustar un clavo y se necesita un taladro para poder enroscar un
tornillo. Al no conocer los pos de fe, podemos cometer el error de
usar un po de fe para lo equivocado o de tratar de usar el mismo po
de fe para todo.
Necesitamos usar el po de fe requerida para diferentes
situaciones, no es que no tengamos fe, es que no sabemos usar la fe
correctamente o no conocemos los pos de fe correctamente porque
no las conocemos. Ni tú ni yo podemos pedirle a la gente que tenga
algo que no conocen o no han experimentado.
1. La fe fluctuante.
Esta palabra viene del griego prosdokao, que significa inestable,
inconstante, de doble ánimo.
Este po de fe la enen hombres y mujeres que creen en una
palabra, pero al tener que esperar, al tener que aferrarse a lo que
creen y al enfrentarse a pruebas di ciles, comienzan a tomar
decisiones y a moverse por sus propias fuerzas, abandonan su lugar y
comienzan a quejarse.
Pedro creyó, pero al ver la tempestad, dudó y se comenzó a hundir
(Mateo 14:22-33). No permitamos que el desánimo ni la mente nos
quiten el enfoque de lo que hemos creído.
2. La fe suspicaz o incrédula.
Muchos creen, pero a la vez dudan. La incredulidad es un po de
fe, su e mología original es oligospis a que significa: dificultad para
creer, incredulidad y desobediencia.
Este po de fe muchas veces le cree a la gente, pero no le cree a
Dios. Cree en supers ciones, cree en amuletos y le cree al horóscopo, a
los santeros, a los adivinos, pero no le cree a Dios ni a su Palabra. Les
creen más a las men ras del diablo que a Dios.
Pablo en 2 Corin os 11:3 dice: «Pero temo que como la serpiente
con su astucia engañó a Eva, vuestros sen dos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo».
Hay veces que somos engañados por nuestros propios
sen mientos, y ponemos más confianza en las cosas terrenales, las que
podemos mirar, gustar y ver que en las cosas espirituales que son las
verdades de Dios. Aún más, muchas personas son seducidos, son
atraídos y son fascinados por personas que aparentan piedad, por
predicadores que quieren con sus talentos impresionar a la gente con
magias y morisquetas, haciendo espectáculos y espectáculos sin
discernir lo que enseñan y lo que predican.
Pablo dijo: ¿Quién os fascinó, quién os embrujó, quién los hechizó?
(Gálatas 3:1). La palabra de Dios es nuestra única fuente de verdad y la
más segura.
3. La poca fe.
Es triste que varias veces Jesús le tuvo que decir a sus propios
discípulos hombres de poca fe. Esta palabra «poca fe» viene del griego
oligopistos y significa falta de confianza y haber creído sin obrar lo que
se ha creído.
Los discípulos habían creído, pero no actuaron de acuerdo con lo
que creyeron, no hicieron nada, ellos no se movieron por la guía del
Señor Jesucristo y el poder de su palabra. Mira a Mateo 17: 14-21, son
personas que creen, pero no avanzan, no an cipan, no progresan y no
prosperan en las áreas espirituales por causa del afán y las ansiedades.
Mateo 6:25-34 dice:
«Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
ves r. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el
ves do? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celes al las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por
mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el ves do,
¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no
trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su
gloria se vis ó así como uno de ellos.30 Y si la hierba del campo que
hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará
mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues,
diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué
ves remos? 32 Porque los gen les buscan todas estas cosas; pero
vuestro Padre celes al sabe que tenéis necesidad de todas estas
cosas.33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su jus cia, y todas
estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de
mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su
propio mal».

El hombre y la mujer que son de poca fe se desesperan,


temen, se estancan y se paralizan frente a las dificultades de
la vida (Mateo 8:23-27).
El hombre y la mujer de poca fe muchas veces no dan
prioridad a las cosas espirituales ni al señorío de Cristo, por
las cosas de la carne, cosas materiales que muchas veces son
las que nos obstaculizan la vida espiritual. Mira a Mateo
17:14-21 y Mateo 16:5-12.

«Él les dijo: —¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces,
levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una
gran calma» (Mateo 8:26 RVR1995).

Pedro fue reprendido por su poca fe, esta fe fue causada


por la duda. «Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo
sostuvo y le dijo: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?»
(Mateo 14:31 RVR1995).
La poca fe fue demostrada al olvidarse de los milagros que
ya había visto. «Dándose cuenta Jesús, les dijo: —¿Por qué
discu s entre vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis
pan?» (Mateo 16:8 RVR1995).

4. La fe que salva.
Este po de fe no necesita métodos humanos ni necesita religión.
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe»
(Efesios 2:8-9).
Es una combinación o composición de fe y gracia, del original
griego pisteuo que significa tener fe con respecto a Dios, a Cristo, a su
palabra y a su poder salvador por gracia y gen leza.
«Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío, primeramente, y
también al griego. 17Porque en el evangelio la jus cia de Dios
se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá» (Romanos 1:16-17).
5. El po de fe sencilla.
Viene del griego pehito y significa seguridad, libertad, confianza y
fidelidad a la Palabra de Dios.
Este po de fe es como una semilla que para que dé fruto hay que
alimentarla con la Palabra de Dios, para que vaya creciendo y
entendiendo las verdades de Dios y la persona se fortalezca, se
endurezca y a la vez se defienda de cualquier po de doctrina errónea.

«Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros,


hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va
creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda
para con los demás» (2 Tesalonicenses 1:3).
«Mirad que nadie os engañe por medio de filoso as y
huecas su lezas, según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo»
(Colosenses 2:8).

6. La fe magna.
Este po de fe, magna, viene del griego tosoutos, es un po de fe
segura, firme y que ha madurado. Es una fe que se ha perfeccionado
por creerle a Dios, creer en el poder de Cristo y en las verdades escritas
en su Palabra.
«Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6
y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralí co,
gravemente atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi
techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque también yo
soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo
a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os

digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Y os digo que vendrán
muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac
y Jacob en el reino de los cielos; 12 mas los hijos del reino serán echados
a las nieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 13
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su
criado fue sanado en aquella misma hora» (Mateo 8:5-13).
Aun Jesús se maravilló de esta fe.
7. La fe perfeccionada.
Del griego pis s, que significa: credibilidad, ingenuidad, verdad,
rec tud, darle el crédito a la palabra de Dios, confianza, garan a y
esperanza segura.
Es una fe perfecta y completa. Cuando llegamos a tener este po
de fe, no dependemos de doctrinas de hombres ni de tradiciones de
hombres.

Cuando tenemos este po de fe, podemos disfrutar todo


lo que Dios ene para nosotros, disfrutamos de su amor, del
evangelio y de servir a Dios y su reino sin prejuicios y sin
complejos. Es una fe madura que puede en amor trastornar el
mundo (Colosenses 2:8).
Esta era la palabra de FE que predicaron los
apóstoles para trastornar al mundo entero.
Esta fe no condena a nadie, sino que los ayuda a que sean
transformados por la Palabra. Es una fe madura que busca
siempre agradar a Dios y su Palabra.
Capítulo 7
Moviéndonos en fe

Sería imposible hablar de moverse en fe sin tener el tes monio de


esto. El moverse en fe, ¡wow!, podría hablarles de miles de cosas para
tratar de explicarles lo que verdaderamente significa moverse en fe. La
realidad es que muchos hablan de fe, conocen los conceptos de fe,
pueden predicar un mensaje de fe, pueden recitar de memoria muchos
versos que hablan de fe, pero el moverse en fe es completamente otra
cosa. Quisiera poner algunos elementos personales y bíblicos para
poder llegar a esta dimensión de moverse en fe. No hay un patrón, no
hay paso uno, dos, tres y cuatro de cómo nos movemos en fe, pero sí
creo que el moverse en fe comienza con morir al yo, a la opinión
interna, morir a lo que la gente cree que debemos hacer, a la opinión
de la gente y, a la vez, vivir solo para agradar a Uno, Dios.
Uso este verso como base: Lucas 14:26.

«Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre,


y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo» (Reina Valera 1960).
«Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a
su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus
hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo»
(NVI).
«Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tendrá que
amarme más que a su padre o a su madre, más que a su
esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos o a sus
hermanas. Ustedes no pueden seguirme, a menos que me
amen más que a su propia vida» (TLA).

El moverse en fe ene que llevarnos a la vida de estos grandes


hombres y mujeres de la historia, ejemplos como Abraham, cuando
tuvo el encuentro con Dios y recibió en su corazón el llamado de Dios
para su vida y cuál era el propósito de Dios para su vida y generación,
tuvo la valen a, la osadía y la habilidad de ir a una erra que no
conocía, donde no conocía la gente, tuvo que dejar a su padre y todo lo
que conocía, simplemente porque quería agradar y llegar a cumplir el
propósito para el que lo había llamado. Esta ac tud y desprendimiento
de lo humano lo hizo el Padre de la fe.
El moverse en fe es creer que esa revelación que tuviste de Dios es
veraz, es tu misión de vida y es lo que Dios quiere y ene para y para
tu generación.
Recuerdo cuando era muy joven, tenía solo diecisiete años, Dios se
reveló a mi vida y me dijo: «Miqueas, sal de Paterson, NJ, y múdate a la
ciudad de Irvington, NJ. En esa zona te haré parte de un avivamiento».
Eso se me me ó por los huesos, produjo que algo muriera en mí. Eso
significaba dejar a mis amigos de escuela, dejar las amistades del
barrio, dejar a la gente que conocía y mudarme a un lugar donde
nunca había ido. Pero esa voz fue tan poderosa, tan significa va que
provocó que ya yo no estuviera conforme en ese lugar, sino que tenía
obligatoriamente que mudarme. Esa palabra todavía es parte de mi
vida, ya han pasado varias décadas y sigo creyendo que veré el
avivamiento prome do, y seré parte importante de esa promesa.
El moverte en fe producirá que mueras a tus propios sueños para
que los de Dios se hagan una realidad. Recuerdo que toda mi vida
quise ser maestro de escuelas, estudié, me sacrifiqué y hasta lloré con
tal de graduarme y ser eso que siempre soñé. Comencé a dar clases,
me sen a súper emocionado y dando lo mejor de mí, hasta que Dios
habló a mi vida: «Miqueas, deja eso, yo te voy a bendecir, haz
construcción». Era la misma voz que me había hablado sobre dejar la
ciudad donde me había criado, la misma voz que hablaba a mi espíritu.
Yo conocía esa voz, yo sabía que no había forma de pelear contra esa
voz, no iba a ganar, mis argumentos iban a ser insuficientes e inú les.
Al escuchar esa voz, creí a tal punto que al día siguiente puse mi carta
de renuncia para nunca más enseñar en una escuela pública. Yo tomé
la decisión de creerle a Dios a pesar de que muchos me cri caron y no
podían creer que tomara esa decisión. Moverte en fe muchas veces
producirá que la gente que está alrededor de no vea lo que Dios ve,
te presionen, te cri quen y te juzguen.
El moverte en fe significa morir a , muchas veces morir a lo que
más amas, morir a tu orgullo, morir a lo que conoces, morir a lo que
muchas veces tenemos como seguridad y depender completamente
del Dios que te llamó.
La realidad es que el moverte en fe siempre producirá un estado de
soledad. Nadie puede moverse en fe con un grupo de personas,
porque moverse en fe es algo personal. Cuando Dios le habló a
Abraham, le dijo que saliera él, obvio que tenía que llevarse a su mujer,
pero él decidió llevarse a su sobrino Lot, y eso fue un error.
El moverse en fe exige que le creas a Dios la primera vez y que
camines creyendo que el que llama ene los mejores y más exitosos
planes para nosotros.
El moverse en fe te enseña a vivir una vida completamente rendida
a su voluntad. No hay nada ni nadie que pueda ayudarte en ese
movimiento, no hay personas adecuadas que puedan estar con go en
ese viaje de fe; más bien, Dios comienza a sacar de tu vida gente que
puede ser un estorbo y un peso para . No te preocupes si Dios saca
gente de tu vida, es parte del proceso para llevarte a lugares nunca
vistos.
El moverse en fe exige que obedezcamos como niños. El acto de
obediencia a Dios nos llevará a ser cargados por su propósito sin
importar los procesos de vida y los obstáculos. Es como cuando le digo
a mis hijos que se lancen de un lugar alto que yo los esperaré, ellos se
lanzan sabiendo que yo los cuidaré y que nada malo les sucederá.
El moverse en fe demuestra dónde enes tu amor depositado.
Muchas veces la gente dice que se mueve en fe, pero su mente y
corazón no están en eso que profesan. El moverse en fe requiere que
tengamos nuestro corazón ligado a Dios en todas las áreas de nuestras
vidas.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29
Porque a los que antes conoció, también los predes nó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predes nó, a estos
también llamó; y a los que llamó, a estos también jus ficó; y a los que
jus ficó, a estos también glorificó» (Romanos 8:28-30).
Dios requiere que nuestro corazón esté ligado al de Él, y que su
propósito sea nuestro propósito: «a los que conforme a su propósito
son llamados». El moverse en fe nos llevará a que Dios nos glorifique, y
seremos glorificados por nuestra obediencia.
Es obvio que muchos que fueron llamados por Dios tuvieron una
lucha interna con el propósito de Dios: Jeremías fue uno, también
Isaías, aun Samuel cues onó ciertas cosas, pero, ellos prefirieron hacer
la voluntad de Dios antes que su voluntad.
Cuando lleguemos a entender los designios de Dios y lleguemos a
comprender que su propósito es mejor que el nuestro, entonces nunca
habrá en nuestra vida una queja, nunca habrá en nuestra vida
murmuración, nunca habrá en nuestra vida complejos ni baja
autoes ma y nunca nos preocuparemos por nuestro futuro. El final de
los que son guiados y movidos por y en fe es que seremos glorificados
por el que nos llamó.
Tú entonces te preguntarás: «¿Y cómo lo hago? ¿Cómo puedo
hacer que mi vida tenga la produc vidad que Él quiere que tenga?
¿Cómo hago para que Dios me mueva como Él quiere?
La respuesta es simple:
Pablo dijo: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la
fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí»
(Gálatas 2:20).
El que llega a entender este verso podrá hacer cosas
sobrenaturales en Cristo, por Cristo y vivir la vida de fe que siempre
Dios ha querido que vivamos aquí en la erra.
El moverse en fe requiere que Cristo sea el centro, que sea nuestra
vida, que sea nuestro todo, que sea nuestro mayor amor, que
entendamos que Él nos ama con amor eterno, que nos ama tanto que
estuvo dispuesto a entregarlo todo para que tú y yo tuviéramos vida,
tuviéramos propósitos y que tuviéramos un futuro en Él.
«No envidie tu corazón a los pecadores, antes vive siempre en el
temor del Señor; 18 porque ciertamente hay un futuro, y tu esperanza
no será cortada» (Proverbios 23:17-18 LBLA).
El moverse en fe producirá que todas las bendiciones de Dios
lleguen a tu vida, porque aun tu oración es producida y guiada por su
propósito y voluntad.
«Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues
qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que
escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos» (Romanos
8:26-27).
«Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte,
ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo
por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro»
(Romanos 8:37-39).
El que se mueve en fe está seguro de que nada ni nadie lo puede
separar del amor de Dios.
Capítulo 8
Manifestaciones

¿Qué manifiestas cuando eres un hombre o una mujer de fe? El


mejor ejemplo está en San ago 2.

La fe sin obras es muerta

«Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que ene fe,
y no ene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si un hermano o una
hermana están desnudos, y enen necesidad del mantenimiento de
cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos,
pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué
aprovecha? 17 Así también la fe, si no ene obras, es muerta en sí
misma. 18 Pero alguno dirá: Tú enes fe, y yo tengo obras. Muéstrame
tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que
Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y
emblan. 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es
muerta? 21 ¿No fue jus ficado por las obras Abraham nuestro padre,
cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó
juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las
obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le
fue contado por jus cia, y fue llamado amigo de Dios. 24 Vosotros veis,
pues, que el hombre es jus ficado por las obras, y no solamente por la
fe. 25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue jus ficada por obras,
cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Porque
como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está
muerta» (San ago 2:14-26).
La Teología del trabajo dice lo siguiente: «San ago retoma el tema
del trabajo de forma concreta, aunque en vez de usar la palabra
«trabajo» u «obra» en singular (del griego ergon), usa el plural
«obras» (del griego erga). Es por esto por lo que algunas personas
creen que, cuando San ago habla de «obras», se refiere a algo
diferente al «trabajo». Sin embargo, erga y ergon simplemente son la
forma plural y singular de la misma palabra. San ago está describiendo
toda clase de obra y todo po de trabajo, obras de bondad, como darle
alimento al que ene hambre, obras de ayuda con lo concerniente a la
obra de Dios; y aún más, soy de los que creen que las obras van más
allá de un simple servicio comunitario, creo que hay que trabajar
sicamente en el templo, arreglar lo que haya que arreglar para así
producir mejora en lo que es el edificio del templo y la mejoría de todo
lo que ene que ver con el culto a Dios, eso no debe ser solo por un
empo, este trabajo es con nuo.
Hay quienes solo se enfocan en la fe desde la perspec va de
Gálatas 2:16, donde dice: «el hombre no es jus ficado por las obras de
la ley, sino mediante la fe en Jesucristo», pero San ago está diciendo
otra cosa.
Lo que San ago está tratando de explicar es,
«enséñame que enes fe trabajando».
El versículo 2:14 dice: «¿De qué sirve, hermanos míos, si
alguno dice que ene fe, pero no ene obras?».
San ago no estaba hablando de las obras de la ley. Él simplemente
dijo que la fe que salva a la persona producirá obras, obras de fe.
San ago llegó a decir: «Así también la fe, si no ene obras, es
muerta en sí misma» (San ago 2:17).
La fe entonces ene que ser demostrada con trabajo, debe ser
mantenida con labor y se manifiesta haciendo obras dignas de
bendición. Tú y yo no podemos decir que tenemos fe si no lo
demostramos con nuestras acciones. Tú y yo tenemos cada día la
oportunidad de demostrar nuestra fe haciendo obras que glorifiquen a
Dios.
San ago quiere que nuestra fe esté a la par con el trabajo
que realizamos a diario. No puede haber jus ficación por
obras porque no puede haber buenas obras a menos que ya
haya fe (confianza) en Dios.
Lo que San ago quiere decir es que cualquier fe que no
conduzca a trabajar o a hacer obras está muerta, es decir, no
es fe en lo absoluto.
«Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así
también la fe sin obras está muerta» (San ago 2:26).
San ago no les ordena a los cris anos que trabajen por los
necesitados en vez o además de poner su fe en Cristo. Él
espera que los cris anos trabajen en beneficio de los que
enen necesidad como resultado de haber puesto su fe en
Cristo.
Nuestra fe cris ana siempre debe conducirnos a la
prác ca de buenas obras y con una ac tud correcta hacia el
servicio. San ago dice: «Ya ves que la fe [de Abraham]
actuaba juntamente con sus obras…» (San ago 2:22 LBLA).
Lo que Abraham entendió fue que, para creer, hay que tomar
acciones que demuestren que verdaderamente creemos y
por tanto actuaremos en movimiento a eso que se nos ha
prome do.
No podemos separar nuestra fe cris ana de nuestro
trabajo personal. NO DEBEMOS decir: «Creo en Jesús y voy a
la iglesia, pero prefiero mantener mi fe personal fuera del
trabajo». Este po de fe está muerta. En lo laboral es donde
mejor podemos demostrarle al mundo lo que creemos.
Trabajemos como para el Señor y seamos un ejemplo de
dignidad, esfuerzo y diligencia. Dios nos ha hecho luces en
medio de las nieblas; por eso, en vez de cri car las nieblas,
debemos encender una luz. Esa luz es la que el mundo
necesita para tener un encuentro con Jesús.
San ago va más allá: «Vosotros veis que el hombre es jus ficado
por las obras y no solo por la fe» (San ago 2:24 LBLA).
Adam Clark dice: «Es evidente en este ejemplo que la fe de
Abraham no era simplemente creer que hay un Dios; sino un principio
que lo llevó a dar crédito a las promesas de Dios rela vas al futuro
Redentor y a implorar la misericordia de Dios: esto lo recibió y fue
jus ficado por la fe. Su fe ahora comenzó a obrar por amor, y por lo
tanto se encontró siempre obediente a la voluntad de su Hacedor.
Produjo frutos de jus cia; y sus obras jus ficadas demostraron la
auten cidad de su fe; y siguió disfrutando de la aprobación divina, que
no podría haber hecho si no hubiera sido así de obediente; porque el
Espíritu de Dios se habría contristado y su principio de fe habría
perecido. La obediencia a Dios es un requisito fundamental para
mantener la fe. La fe vive, bajo Dios, por obras; y las obras enen su
ser y excelencia en la fe. Ninguno puede subsis r sin el otro».
Creo que nadie puede recibir todo lo que el reino ene si no pone
su esfuerzo personal para lograrlo. La Biblia dice que Dios bendice al
diligente, y la diligencia se hace al tener fe y visión en algo más grande
que lo obvio y lo natural. No estoy hablando de salvación o fe salvífica,
sino de obtener todo lo que deseamos en esta erra y en el servicio del
reino de Dios.
• «Porque en Cristo Jesús nada valen la circuncisión ni la
incircuncisión, sino la fe que obra por el amor» (Gálatas 5:6
RVC). Nuestras obras son demostradas en amor, todo lo que
hacemos para Dios, todo lo que hacemos para la gente lo
debemos hacer por amor. Hay gente que hace muchas cosas,
pero como sus intenciones no salen del corazón con amor, sino
a conveniencia, para lucrarse o para recibir aprobación de los
hombres, esta fe es vana, muerta y sin frutos. Le pido a Dios
que revele en tu vida este capítulo de San ago 2 y que en
nuestros corazones no haya acepción de personas, que todo lo
que hagamos de hoy en adelante, lo hagamos para Él, por Él y
en Él, en amor…
• «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe» (2 Timoteo 4:7). Al final de nuestra vida,
pidamos a Dios que nuestra fe se haya mantenido guardada por
Él.
Estos versos ayudarán a perfeccionar tu fe:
• 1 Pedro 1:7
«Pero cuando la fe de ustedes sea puesta a prueba, como el oro,
habrá de manifestarse en alabanza, gloria y honra el día que Jesucristo
se revele. El oro es perecedero y, sin embargo, se prueba en el fuego; ¡y
la fe de ustedes es mucho más preciosa que el oro!» (RVC).
Pedro le está dando ánimo a los cris anos para que ellos le
permitan a Dios probar su fe, y a la vez que son probados, saldrá de
ellos alabanza, gloria y honra.

1 Juan 5:4

«Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la


victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe» (RVC). Las personas
pueden tratar de abusar de tu fidelidad, pueden tratar de abusar de ,
pero mantente firme, tu fe ha vencido todas las cosas. Eres más que
vencedor.

Romanos 14:1

«Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones».


El débil no se cri ca, se recibe, se ama y se tolera. Ellos necesitan de
gente como tú, que les dé palabras de ánimo y de esperanza.

1 Corin os 2:5

«Para que la fe de ustedes no esté fundada en la sabiduría de los


hombres, sino en el poder de Dios» (RVC).
Juan Calvino dijo: «Los corin os obtuvieron esta ventaja de haber
predicado a Cristo entre ellos sin depender de la sabiduría humana, y
confiando únicamente en la influencia del Espíritu, que su fe no estaba
fundada en hombres, sino en Dios. Si la predicación del Apóstol se
hubiera basado exclusivamente en el poder de la elocuencia, podría
haber sido derrocada por una elocuencia superior, y, además, nadie
diría que es una verdad sólida que se basa en la mera elegancia del
discurso. De hecho, puede ser ayudado por él, pero no debe descansar
sobre él. Por otro lado, eso debe haber sido lo más poderoso que
podría sostenerse por sí mismo sin ninguna ayuda extranjera. Por lo
tanto, cons tuye un elogio de elección de la predicación de Pablo, que
la influencia celes al brilló en ella tan claramente que superó muchos
obstáculos sin derivar ninguna ayuda del mundo. Se deduce, por lo
tanto, que no deben permi rse alejarse de su doctrina, que reconocen
que descansa sobre la autoridad de Dios. Pablo, sin embargo, habla
aquí de la fe de los corin os de tal manera que presenta esto como una
declaración general. Que sepamos entonces que es propiedad de la fe
descansar solo en Dios, sin depender de los hombres; porque requiere
tener tanta certeza para seguir que no fallará, incluso cuando sea
asaltado por todas las maquinaciones del infierno, sino que
perseverantemente soportará y sostendrá cada asalto. Esto no puede
lograrse a menos que estemos completamente persuadidos de que
Dios nos ha hablado y que lo que hemos creído no es una mera
invención de los hombres. Si bien la fe debe basarse adecuadamente
solo en la Palabra de Dios, al mismo empo no hay incorrección al
agregar este segundo accesorio, que los creyentes reconocen la
palabra que oyen que proviene de Dios por el efecto de su influencia».

Lucas 17:5

«Los apóstoles le dijeron al Señor: "Auméntanos la fe"» (RVC). Esta


debería ser nuestra oración cada día: «Dios, auméntanos la fe…».

Habacuc 2:4

«Aquel cuya alma no es recta, es arrogante; pero el justo vivirá por


su fe» (RVC).
Dios prueba nuestra fe, cada día es una buena oportunidad para
demostrarte a mismo y entender que la fe se mueve cuando somos
obedientes a Él. El justo vivirá por fe, así que no dudemos de nada, las
Escrituras son nuestro manual de vida para que, cuando entremos en
una prueba, busquemos en ella la solución, el confort y el regocijo de
que esa prueba lo único que va a hacer es llevarnos a dimensiones aún
más altas en fe y confianza.
Oro a Dios para que tú le permitas entrar en todas las áreas de tu
vida y que te perfecciones en fe, amor y esperanza. Dios te llamó, te
escogió y te redimió, y es imposible que Dios te deje ahora.
Oro a Dios por para que dures muchos años aquí en la erra y
cumplas todos los propósitos de Dios.
Oro para que en endas que estás a punto de ver el mover más
grande de Dios sobre y los tuyos.
Oro para que tu fe se perfeccione y que comiences un nuevo ciclo
de vida y que camines en fe, te muevas en fe y que tu fe trascienda a
otras generaciones.
Oro para que entres en nuevas dimensiones en el conocimiento de
las Escrituras.
Oro para que hoy Dios ponga más fe y gracia sobre .
Oro para que sigas creyendo, aunque aún no hayas visto lo que
esperas.
Oro para que no te rindas, para que no dudes de Dios y para que tu
fe sea madura.
Oro para que un día puedas poner todos los procesos, las
experiencias y la vida espiritual en un libro y trasciendas en historias y
experiencias de fe para que la otra generación que viene tenga
ejemplos a seguir.
Oro para que su palabra se haga realidad en y en todo lo que
haces, en labor, en trabajo y en servicio.
Capítulo 9
Fe y Actitud

La fe y la ac tud. Uno de los elementos necesarios para que las


promesas de Dios se cumplan en nuestra vida es la ac tud correcta. Es
lamentable que muchas personas tengan grandes promesas de Dios,
pero sus malas ac tudes no les permitan disfrutar de todo lo que el
cielo ene para ellos. Tú dirás: «Pastor, si Dios lo prome ó, Él lo ene
que cumplir». Bueno, eso está en debate, todo lo que tú escuchas no
necesariamente es de Dios, y todo lo que Dios dice, lo dice para
cambiar la dirección donde estás caminando. Las malas ac tudes que
adoptamos en el camino muchas veces son las que evitan que nosotros
podamos cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas.

¿Qué es ac tud?

El diccionario la describe de esta forma: «La ac tud (del


la n ac tūdo) puede ser definida como la manifestación de un estado
de ánimo o bien como una tendencia a actuar de un modo
determinado».
Según la psicología, la ac tud es el comportamiento habitual que
se produce en diferentes circunstancias.
Tu ac tud determina tu vida anímica, psíquica y moral. Las
ac tudes están patentadas por las reacciones repe das de una
persona.
Muchas personas enen promesas de Dios, ellos comienzan a
trabajar bien, pero cuando se encuentran con un conflicto en medio
del proceso, rápidamente su ac tud cambia y hay muchos que lo ran
todo, todo lo que trabajaron por mucho empo, lo botan en un
segundo.
Este po de ac tud es la que evita que la persona prospere, genere
y tenga el fin que esperaba.
Si la persona no se nutre, no busca, indaga y permite a Dios que
cambie sus ac tudes, esa persona por más que ore, ayune y se
consagre, Dios no le dará nada, porque los dones de Dios no se pueden
mal usar con ac tudes que van en contra del reino de Dios.
Las Escrituras son claras cuando buscan hombres idóneos, hombres
de verdad, mujeres sabias, todo esto ene que ver con la ac tud.
Nuestra vida demostrará si tenemos verdadera fe al mantener una
ac tud calmada, solemne y confiada de que cada palabra que Dios dijo
se va a cumplir en su empo.
Debemos tener una ac tud de fe, posi va y confiada de que en
cada situación nos mantendremos enfocados en Dios y en sus palabras.
Hubo hombres que mantuvieron la mejor ac tud en medio de su
prueba; por ejemplo, Job. Aunque su situación fue di cil, al perderlo
todo, perdió a sus hijos, perdió su ganado, perdió sus propiedades,
perdió su cosecha, aun su propia salud, pero mantuvo su fe y confianza
en Dios.
Hombres como David que, a pesar de sus muchas batallas, siempre
mantuvo una ac tud de fe confiando en que Dios lo libraría de todo
po de ataque.
Hombres como Pablo, que dijo: «Todo obra para bien». Eso es una
ac tud extraordinaria. Fue más allá, dijo: «A los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien». Su confianza era tal que un día,
mientras estaba en una cárcel junto a Silas, las Escrituras dicen que
cantaban alabanzas a Dios. Esto es una ac tud correcta de fe.
Esta ac tud de fe es aquella que persevera. Persevera en la palabra
recibida en el corazón, persevera a pesar de sus dudas, persevera a
pesar de sus incapacidades, persevera a pesar de que muchos se les
oponen, persevera a pesar de que otros no creen en ellos. La ac tud
de fe madura te ayudará a que puedas entender este verso:
«¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angus a,
o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está
escrito: Por causa de somos muertos todo el empo; Somos contados
como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más
que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es
en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8:35-39).
El poder confesar estas palabras demuestran una ac tud de fe que
es inquebrantable. Pablo dice: «Soy más que vencedor en Cristo». Él
está seguro, inequívoco, está persuadido de que su vida está segura en
Dios. Cuando tenemos una ac tud de fe correcta, no le permi mos a
nuestra mente dudar. La fe no le permite a nuestra mente que el miedo
entre y haga daño, no permite que entre lás ma y autocompasión.
Tampoco le permi mos a la mente optar por cosas que son de la carne
y no del espíritu. La mente juega un papel importante en el desarrollo
de nuestra fe y la ac tud correcta hacia Dios y su propósito.
Yo conozco personas que al pedir algo y sin esperar el empo de
Dios, ellos se frustran, pelean con Dios, maldicen a Dios y aun se van
de la iglesia. ¡Qué ignorancia tan grande! La ac tud correcta es creerle
a Dios hasta que el empo del cumplimiento llegue.
Las Escrituras describen varias ac tudes necesarias para lograr el
obje vo y esperar correctamente lo que esperamos. Sí, es verdad,
vivimos en un mundo lleno de problemas, de vanidades, de pecado y
de frustraciones. Job dijo que el hombre que nace de una mujer es de
pocos días y llenos de problemas (Job 14:1).

«Por lo tanto, aborrecí la vida, porque el trabajo que se


lleva a cabo debajo del sol es triste para mí, porque todo es
vanidad y aflicción de espíritu» (Eclesiastés 2:17).
Versículo 23: «porque todos sus días son tristezas y su
trabajo tristeza; sí, su corazón no descansa en la noche».
Todos nosotros enfrentamos constantemente problemas
en un mundo lleno de problemas. Inclusive en el matrimonio,
que es una bendición. Pero aun Pablo dijo: «…si te casas, …
tendrás aflicción de la carne…» (1 Corin os 7:28 RVA-2015).
Jesús dijo a sus discípulos: «En el mundo tendréis
aflicción…» (Juan 16:33).
Hoy cada uno de nosotros tenemos problemas en
nuestras familias, problemas con nuestros amigos, problemas
de parte de nuestros trabajos, problemas económicos,
problemas por enfermedades, problemas por todas partes,
pero estas aflicciones reflejarán lo que tenemos por dentro,
revelarán nuestra condición espiritual. Cómo las enfrentamos
y cómo reaccionamos ante ellas reflejan quiénes somos y en
quién confiamos.
Las pruebas revelarán si nuestra fe es una fe viva o una fe
muerta, si es una fe genuina o no. Las pruebas evidencian la
legi midad de mi fe porque puedo ver cómo mi fe se conduce
en los problemas.

La ac tud que mostramos ante los demás cuando nos encontramos


en diversas pruebas y cuánto empo de acercamiento tomamos hacia
Dios y Su Palabra dictará si nuestra fe está verdaderamente fundada
sobre una palabra de Dios o en prejuicios y filoso as huecas. San ago
1:2-12 muestra ciertas ac tudes que todo cris ano debe tener cuando
pasamos por diversas pruebas.
1. Ac tud de gozo.
«Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas» (San ago 1:2).
Tener mucho gozo cuando estemos en la prueba. ¡Wow! ¡Qué cosa
tan di cil! ¿Gozarme cuando estoy sufriendo, cuando he pasado por
una pérdida de algún ser querido? ¿Gozarme cuando he perdido mi
trabajo? ¿Gozarme cuando tengo una enfermedad terminal? ¿Gozarme
y tener ac tud de gozo cuando he perdido a mi esposa, hijos, trabajo,
etc.? Nadie podrá gozarse por todas estas circunstancias duras de la
vida si no ene fe en Jesucristo.
Esta virtud es dada por gracia para aquellos que enen una fe viva
y no muerta. Pablo en Filipenses 4:4 dice: «Regocijaos en el Señor
siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!».
Esta ac tud de fe en Cristo es lo único que nos puede dar gozo.
«Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce
paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis
perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. 5 Y si alguno de
vosotros ene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con fe, no
dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar,
que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No
piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8 El
hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. 9 El
hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10 pero
el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la
hierba. 11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se
seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se
marchitará el rico en todas sus empresas» (San ago 1: 2-11).
Nadie que no haya sufrido puede tener la habilidad de tener una
ac tud de fe correcta, porque este gozo está marcado por el
sufrimiento. Las personas que han pagado un precio en sufrimiento y
que han encontrado la fe y el gozo en medio de esas pruebas enen la
habilidad de disfrutar su vida en Dios. Yo te insto, por favor, pasa
gozoso tu prueba, pasa tu proceso dando gracias, no te rindas en
medio del camino, no te rindas, puedes estar cerca de tu meta.
He sufrido grandes pérdidas en mi vida, mi corazón ha sido roto
miles de veces, he sen do que lo he perdido todo varias veces, he
sen do que mi vida ha sido puesta en un molino, he sido quebrantado
demasiadas veces, he muerto a mí mismo miles de veces, pero en todo
esto, he confiado en que Dios cumplirá su propósito en mí, en mi
familia, en mi ministerio y en mi generación. Soy un hombre feliz
porque sé que cada palabra que Dios da, en su empo, Él la cumplirá.
2. La ac tud de paciencia.
«Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia…» (v.3).
Con la fe viva, que es la verdadera fe, el creyente genuino estará
capacitado y preparado para poner en prác ca la paciencia en medio
de las pruebas. Lo que produce las pruebas de fe es el incremento de la
paciencia y la paciencia es perseverancia. La paciencia y la
perseverancia van juntas. Ambas palabras surgen del mismo vocablo
del idioma griego. San ago nos dice que, durante la prueba, la
paciencia traerá perseverancia y que, a su vez, el que persevera es
porque ene paciencia.
Quiero resaltar la primera palabra con la que comienza el versículo
3:
«Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce
paciencia…». Somos dotados por la gracia con paciencia y
perseverancia. El Salmo 40:1-3 dice: «Esperé pacientemente a Jehová y
Él se inclinó a mí, oyó mi clamor y me sacó del pozo de la desesperación
y colocó mis pies sobre una roca y estableció mi andar. Él puso un
cán co nuevo en mi boca».
Cada vez que salimos de una prueba dura, nuestra fe es
incrementada, nuestro gozo es perfeccionado y nuestra paciencia es
establecida. Esto a la vez va a producir un cán co nuevo dentro de ,
de ahí es de donde han salido las mejores canciones de adoración,
después de una gran crisis, después de un grave problema, después de
que tu fe fue probada como el fuego. Recuerdo que, cuando estaba
pasando por la prueba más dura de mi vida, al principio trataba de
orar, pero no tenía fuerzas, trataba de leer, pero no tenía la mente para
eso, pero comencé a adorar, pasaba muchas horas de la noche orando,
adorando, lágrimas salían de mis ojos, muchas noches de soledad,
miles de pensamientos; pero llegó un momento donde comencé a
reírme, entró un gozo inexplicable dentro de mí, comencé a adorar
diferente, comencé a creer diferente, comencé a disfrutar mi vida
diferente. Hoy puedo escribir este libro de fe, porque la gente ene
que saber, la gente ene que leer, la gente ene que experimentar lo
que es la verdadera fe. Muchos te miran, pero no conocen tu historia,
muchos te cri can, pero no conocen tus procesos para que Dios
perfeccionara tu fe. Tú no recibirás cosas sobrenaturales a menos que
logres con los procesos de Dios adquirir las ac tudes de fe que vivirán
con go toda una vida.
3. La ac tud de la oración.
«Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar» (v.6).
Si queremos gozarnos, si queremos tener paciencia, si queremos
ver cumplidas cada una de las promesas de Dios para nosotros,
necesitamos aprender a orar con una ac tud de fe en oración. Orar
con una ac tud de fe es la llave maestra para que todo lo que usted
necesita en la vida, Dios se lo dé por su gracia. La oración es como una
llave que abre los cielos a su favor. El verso 5: «si alguno de vosotros
ene falta de sabiduría, pídala a Dios…».
Hay que pedir en oración con una ac tud de fe. El verso dice pida.
Es un mandato, pide, pide con fe no dudando nada. Versos 5 y 6: «Y si
alguno de vosotros ene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con
fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra».
Por muchos años viví una vida cris ana triste, frustrado, sin gozo y
ni hablar de paciencia, ¿por qué? Porque no tenía la convicción del
poder de la oración. Pero Dios, que es rico en misericordia, me hizo
pasar por procesos duros en la vida que me introdujeron a la vida
espiritual y a orar con una ac tud de fe. Les confieso que cuando Dios
te revele estos tres puntos y ac tudes necesarias para lograr tu
obje vo, vivirás una vida llena de gozo, de bendición y Dios en esta
etapa te podrá confiar muchas cosas de su reino.
La fe es el elemento número uno para agradar a Dios. Por esta gran
fe, puedes confiar en que Dios te abrirá las puertas necesarias para que
cumplas su misión en la erra. Eres una bendición, eres un hombre o
mujer de fe, así que camina confiado, camina creyendo con la ac tud
correcta y Dios te engrandecerá…
Conclusión
Primero quiero agradecer a Dios por darme la bendición de ser su
hijo, ser su amado y ser su servidor. Si hay algo que anhelo en mi vida
es que Dios se lleve la gloria en todo, pero mientras Dios ponía estas
palabras en mi mente y en mi corazón, subieron a mi mente muchos
temas que podía poner en este libro, temas como «La fe», «El poder de
la fe», «La fe y tu propósito», «La fe y tu des no», «La fe que te da lo
que tu corazón desea», «La fe que abre puertas a tu favor», «Vive la fe,
«La fe que te da finanzas», «La fe que te da herencia», «La fe que
rompe ciclos y quebranta maldiciones», y por úl mo, «La fe que te
quita la preocupación». Pero al final me di cuenta de que para ser
gente de fe tenemos que trascender.
Es interesante que la palabra trascender ene varios sinónimos que
merecen ser estudiados y entendidos.

Trascender es manifestarse
Trascender es difundirse
Trascender es divulgarse
Trascender es extenderse
Trascender es propagarse

Todo el que trasciende deja frutos tangibles, no solo para sus hijos,
sino también para sus nietos. La gente ene que ver en nosotros los
resultados de nuestra fe, que muchos imiten nuestra fe, que vean que
vivimos y disfrutamos de lo que habla nuestra boca. Esto me lleva a
recordar varios tes monios que he vivido personalmente.
El bebé. En los comienzos de Torre Fuerte, a pocas semanas
después de haber inaugurado, llegó a nuestra congregación una señora
con su hija. Me di cuenta de que eran puertorriqueñas, las saludé y las
volví a invitar a nuestra reunión de la próxima semana. Cuando
llegaron el próximo domingo, mientras orábamos, Dios puso en mi
corazón orar por la muchacha; todavía no conocía su historia, pero le di
una palabra de fe: «Dios te dará hijos». Ella comenzó a llorar y
bendijimos su vida y se fue a su casa. Al mes siguiente, me llamó
asombrada: «Pastor, estoy embarazada y por muchos años tratamos de
tener hijos, pero me dijeron que era estéril, esa palabra de fe produjo el
milagro». Hoy, Denise ene una niña de doce años y un varón de siete,
eso es trascender. Hay palabras de Dios que trascienden no solo a una
generación, sino a muchas generaciones. Este tes monio es uno de
muchos, donde una palabra de fe trastorna, cambia y direcciona la vida
de una persona, una familia y una generación. Creo firmemente que
toda palabra que sale de la boca de Dios ene y debe cambiar el
rumbo de nuestras vidas, debe provocar que nos movamos, debe
provocar que se manifieste el hombre interior, que salga lo mejor de
nosotros.
Sanidad. Toda persona que trasciende en fe vivirá experiencias en
su vida que Dios usará como herramientas para su asignación y
ministerio. Nadie puede hablar con autoridad de algo que no haya
vivido, nadie puede hablar de criar hijos si nunca ha tenido uno, nadie
puede hablar de sanidad y ministrar sanidad sin que haya sido
milagrosamente sanado por el poder de Dios a través de la fe. En
octubre del año 2000, mientras iba a ver una propiedad con un amigo,
tuvimos un grave accidente, una muchacha pasó la luz roja e impactó
la movilidad (minivan) donde íbamos, impactó en la puerta del
pasajero donde yo estaba sentado. El impacto fue tan fuerte que todos
los vidrios del vehículo explotaron y nos volcamos de tan fuerte
impacto. Cuando quise salir del vehículo, mis piernas no respondían,
me sacaron y me pusieron en el pavimento, me llevaron en una
ambulancia y cuando llegamos al hospital, rápidamente me hicieron
rayos x (placas) y descubrieron que tenía mi espina dorsal destruida,
mis vértebras estaban desintegradas, los médicos le dijeron a mi
familia que nunca más caminaría, que estaría en una silla de ruedas
para siempre y que iba a tener dificultades. Me pusieron en una cama
de madera y me ataron a ella. Allí clamé a Dios, clamé como nunca.
Recuerdo que la iglesia comenzó a orar por mí, mi familia comenzó a
orar por mí; pero de alguna forma dentro de mí había un sen do de fe,
sabía que Dios podía hacer un milagro. Recuerdo que pasó el primer
día, el segundo día, todavía me tenían atado a esa cama de madera, no
podía mover sino las manos. De momento, en mi interior comencé a
declarar que Dios me podía sanar, le dije: «Dios, tu palabra dice que Tú
eres el Dios que sana, así que sana mi columna vertebral, restáurame
por completo, el mundo debe y va a ver que Tú eres el Dios que sana y
voy a tes ficar que Tú enes el poder para sanar el cuerpo y tes ficaré
de esta sanidad. Sáname para que otros crean». De momento, sen
que mis pies comenzaron a moverse, fue poderoso, en ese momento
comencé a pedir que los doctores llegaran al cuarto. Les pedí que por
favor me desataran de esa cama, les prome que me quedaría
tranquilo. Ellos vinieron y me desataron. Cuando los doctores se fueron
del cuarto, con mis brazos comencé a empujarme poco a poco hasta
que mis pies colgaran de la cama, cuando mis pies tocaron el suelo,
sen como si me hubiesen puesto electricidad, como si más de dos mil
vol os hubiesen penetrado mi cuerpo. Algo sobrenatural pasó en todo
mi cuerpo. En ese momento, me pude poner de pie. ¡Wow! Todavía
recuerdo esa experiencia tan espectacular. Llamé a los doctores y les
pedí que volvieran a hacerme los exámenes, que me hicieran placas,
que me volvieran a hacer todo po de exámenes. Cuando volvieron los
resultados, mis vértebras estaban todas en su lugar, los pedazos de
huesos habían vuelto a su lugar. El médico comparó las dos placas, no
lo podía creer. Yo les grité: «Fue Dios quien hizo el milagro, Dios sanó
mi cuerpo». Los doctores hicieron más exámenes y a los dos días ya yo
estaba en mi casa. Nunca he sufrido de la espalda, nunca más he
tenido síntomas. Dios es el que sana el cuerpo. Gloria a Dios por el
poder sanador. Eso es fe que trasciende.
Ministerio. Fue en el año 2008. Siendo un pastor de jóvenes, en
una ocasión fui a la Isla de Puerto Rico. Recuerdo que me invitaron a
un servicio especial de jóvenes. Allí, mientras escuchaba el mensaje, lo
que tenía en la mente era que en pocas horas viajaría hacia los Estados
Unidos. Recuerdo que el predicador terminó su sermón, y al terminar,
dije: «Pasaré al frente para que oren por mí y rápidamente voy al
aeropuerto». Así lo hice, pasé adelante, pero nadie oraba por mí. De
momento, pasó un joven por mi lado, puso su mano sobre mi cabeza y
me dijo: «Hoy comienza tu ministerio». Me reí por dentro: «Ja, ja, ja,
ese joven no sabe que soy el pastor de jóvenes y me di la vuelta y me
fui». Lo que no sabía era que, en ese momento, Dios estaba diciendo lo
mismo en Nueva Jersey, Estados Unidos. ¡Wow! Esas palabras
produjeron un cambio en nuestro medio ambiente, recuerdo que ahí
comenzó un proceso que en ese momento no entendía. Cuando le
comenté al pastor lo que habíamos recibido, no entendió. En fin, nadie
entendió, pero Dios sí sabía lo que estaba haciendo. Esto provocó que
unas semanas más tarde saliéramos en fe para abrir nuestro
ministerio. Todo lo que pasó y cómo Dios abrió puertas fue una
aventura de fe, hoy puedo mirar hacia atrás y ver la mano poderosa de
Dios en todo esto. La fe que trasciende provocará que pasen cosas que
no en endas, que te lances en fe y que le creas a Dios, aunque nadie
en enda. Créeme, si entendiésemos, nunca nos lanzaríamos, nunca
tomaríamos riesgos y nunca nos extenderíamos a cosas que son
hechas una realidad solo por la fe.
Tu ministerio es por fe, tu futuro está seguro en fe, tu vida está
segura en fe. Puedo mirar hacia atrás y ver las maravillas de Dios en
nuestro ministerio, puedo ver cómo Dios te da todo lo que necesitas en
el ministerio, Dios pone una visión para cumplir en el ministerio y Dios
te dará más de lo que nunca puedas imaginar en el ministerio. Cuando
Dios ene planes con go, Dios pondrá gente que rete tu fe y te ayude a
salir de tu zona de confort para cumplir la misión de Dios aquí en la
erra.
Hay otro tema que es de suma importancia, las finanzas… Muchos
creen que Dios los puede salvar, los puede liberar, los puede sanar,
pero enen dudas de que Dios le dará los mejores empos de su vida
en las finanzas. Tú puedes caminar en fe en tus finanzas haciendo lo
que la Biblia enseña, prac cando los principios bíblicos, educándonos
financieramente, trabajando en los malos hábitos que afectan el ser
diligentes, eliminando deudas innecesarias, ordenando las finanzas,
ahorrando, sembrando para recoger, invir endo en cosas tangibles y
dando con generosidad.
«La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza
con ella» (Proverbios 10:22).
Es voluntad de Dios que tú y yo seamos prosperados y que
disfrutemos el fruto de nuestra labor, eso es, si lo hacemos con fe.
Eclesiastés 3:10-13 dice lo siguiente: «Yo he visto el trabajo que Dios ha
dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11 Todo lo
hizo hermoso en su empo; y ha puesto eternidad en el corazón de
ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios
desde el principio hasta el fin. 12 Yo he conocido que no hay para ellos
cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; 13 y también que es
don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su
labor».
Estos versos son poderosos y tenemos que reconocerlos.

1. Dios dio el trabajo para ocuparnos en él.


2. El trabajo es hermoso.
3. El trabajo ene un empo, no puedes ser esclavo del
trabajo.
4. Dios puso eternidad en el corazón del hombre.
5. Tu fe es más grande y poderosa que tu propio cuerpo, así
que estarás sembrando para la próxima generación.
6. No hay cosa mejor que alegrarte y vivir en paz esta vida.
7. Hacer el bien en fe es lo que Dios busca.
8. «Y también que es don de Dios que todo hombre, coma, y
beba, y goce los beneficios de toda su labor».

Es empo de gozar cada etapa de la vida, es empo de vivir


confiados en que el que puso eternidad en nosotros nos va a cuidar,
nos va a bendecir y nos va a hacer trascender.
«La fe que trasciende…»
Acerca del Autor
El Dr. Miqueas Vientos nació en Isabela, Puerto Rico. Hoy en día es
pastor fundador de la Iglesia Torre Fuerte en la ciudad de Elizabeth, NJ,
desde 2008. Ha enseñado a nivel universitario en varios países de
La noamérica, Puerto Rico y en los Estados Unidos. Conferencista,
maestro, predicador, mentor de empresarios, inves gador bíblico,
consejero familiar y amante de la Palabra de Dios. Obtuvo el
Bachillerato en Computer Science & Electronic (Devry University,
1994), Bachillerato en Teología y Ministerio (Lee University, 1998),
Maestría en «The Chris an University», en 2003. Doctorado en
Ministerio, en 2006. Maestría en Psicología familiar, en 2010.
Desde muy joven, Dios lo llamó a ser empresario, fundador y
dueño de Vientos Investments, compañía de bienes y raíces. Fundador
de Vientos Home Improvements desde 1996. Fundador de Golden
Shear School of Cosmetology Elizabeth, NJ, en 2019. Escritor de varios
libros, incluyendo Procesos, Esculpido, Manual de Vida 1, 2, 3.
Actualmente, maestro de la Universidad BBC Adonai Chris an
University, vive en Elizabeth, NJ. Casado con la Pastora Ana María
Vientos y es padre de cuatro hermosos hijos: Damelys Rebeca,
Miqueas Jr., Isaac David y Nathan Jeremiah Vientos.
Otros Libros
Procesos
Este libro viene por la gran necesidad que existe dentro del pueblo
cris ano de tener una base sencilla, clara y bien definida en cuanto a
las cosas necesarias y vitales para un ministro competente en el siglo
XXI.
En muchos países donde he tenido la bendición de enseñar y
predicar, me he dado cuenta de que la mayoría de los líderes no enen
un guía, no enen dirección ni formación para lo que se requiere, para
ser un líder que trascienda.
Hay cosas, áreas y temas en el ministerio que son importantes,
esenciales y obligatorio conocerlas para poder servir a Dios y a su
pueblo. Áreas no solo en lo espiritual, sino también en lo intelectual, lo
natural, lo financiero y matrimonial.
La carencia de información, la falta de enfoque y el temor han
producido que muchos líderes de hoy no desarrollen líderes que sean
competentes para la necesidad que existe en este siglo XXI.
Te invito a caminar conmigo en un proceso sencillo, pero muy
efec vo en el trabajo pastoral, profé co y administra vo. Sé que
nuestra experiencia te ayudará y te alineará a que seas el mejor líder
de tu grupo, el mejor de tu generación y que hagas que cada persona
que esté a tu alrededor sea impactada con tu vida y la vida de tu
ministerio aquí en la erra.

Manual de Vida. Volúmenes 1, 2 y 3


Este manual cumple una misión mul facé ca, ya que nutre
diferentes áreas de la vida de un nuevo creyente en Cristo. Presenta
temas en el área espiritual, mental, emocional e intelectual,
produciendo fundamentos esenciales en la vida del nuevo discípulo.
También con ene estudios sobre salvación, gracia, oración, el estudio
de la Palabra de Dios, la doctrina de Cristo, entre otros.
Este te dará una apertura espiritual para que los nuevos discípulos
conozcan los primeros pasos en este caminar en Dios. Sé que, con la
ayuda de un líder y la oración de pastores efec vos, lograrás tener
discípulos fieles y comprome dos con el Espíritu Santo para cumplir el
propósito de Dios para cada individuo.

Esculpidos
Cada vez que te miras al espejo, ¿qué ves? Esa pregunta se la hizo
un padre a su hijo de cuatro años. El niño sin tener la mínima idea de lo
que el padre le quería decir, dijo jocosamente: «Me veo despeinado».
El padre le volvió a preguntar y le dijo: «Sé más específico, hijo. Dime
qué ves». El niño en su ternura e inocencia le contestó: «Papi, veo que
estoy más flaco que tú». El padre se rio por el chiste que su hijo le hizo,
lo abrazó y le dio un besito. Después de abrazarlo, el papá le volvió a
preguntar: «Hijito, de veras, ¿qué ves en el espejo?». El niño esta vez
no le pudo contestar a su pregunta, pero le hizo un comentario: «Papi,
no sé». Pero en ese momento, el niño le hizo una pregunta al papá:
«Papi, ¿y qué ves tú?». El padre se rio y lo volvió a abrazar: «Si vieras lo
que yo veo, y supieras lo que significas para mí, entenderías cuánto te
amo».
Este libro está dedicado a cada individuo que hoy está luchando
con cosas que estorban su existencia, a personas que han sufrido un
trauma en su vida, a personas que le dicen a Dios: «Dios, mira la edad
que tengo y pareciera que no puedo superar esos fracasos del
pasado», a personas que trataron por todos los medios de hacer las
cosas bien y de alguna manera se les derrumbó lo que habían
construido. Está dedicado a aquellos que estamos rotos por dentro,
que, aunque riamos por fuera, estamos desesperados por que alguien
nos descubra y nos pueda abrazar, salir del anonimato emocional y ser
libres para poder gozar como otros gozan.
Los Profetas y la Profecía
Los temas que tenemos por delante son temas que todo cris ano,
todo laico y todo ministro de Jesucristo debe dominar. Hoy más que
nunca necesitamos un avivamiento de conocimiento bíblico para saber
lo que Dios está diciendo para este siglo XXI. Creemos firmemente que,
en estos empos finales, Dios está levantando el espíritu profé co
porque los empos son cortos. Desde Adán hasta hoy, Dios siempre ha
usado personas capacitadas por Él mismo para hablar a su pueblo. Los
an guos siempre solían usar a los profetas para recibir dirección de
Dios en casi todas las áreas de su vida. Los reyes consultaban a un
profeta para que les diese dirección en cuanto a si iban a la guerra o
no, y con quién. Algunos buscaban videntes para tomar decisiones en
cuanto a moverse de un lugar a otro. Otros buscaban a los profetas
para que los dirigieran y les enseñaran las Escrituras con tal de estar
alineados con el propósito de Dios.
Desde el principio, Dios ha provisto profetas para que sean la voz
de Dios en el mundo. Las Escrituras son claras en decir que los profetas
no eran para ayer, sino que son para hoy y para los días que se
avecinan. Una de las señales que muestran que estamos en los úl mos
empos es el regreso ac vo del ministerio profé co.

Códigos y Principios financieros


Eres el próximo en línea. Estas palabras son para todos aquellos
que, como yo, hemos tenido que esperar nuestro turno; para todos los
que han esperado por una promoción; para aquellos que han visto que
a otros se les ha servido antes que a ellos y lo de ellos todavía no ha
llegado.
Este libro nació en mi corazón hace muchos años. Desde joven, he
creído y he esperado el empo oportuno para dar a conocer lo que hay
en mi ser interior. Es por tanto que esperar ha sido mi mejor medicina.
Si estás esperando, te declaro el próximo en línea, y si estás en línea,
has esperado por el turno de otros, has visto a muchos tener lo que tú
tanto has soñado tener, has visto a otros que a tu parecer han
esperado menos y ya enen lo que esperaban. Si estás esperando
todavía, este libro es para , eres el próximo en línea para cumplir tus
sueños, eres el próximo en línea para recibir lo que tanto has esperado,
eres el próximo en línea para abrir esa empresa que has soñado y
enes por dentro, eres el próximo en línea para ser ese empresario
que tanto has visionado.
Mi obje vo es que este libro te transforme de tal manera que
puedas recibir todo lo que el cielo ene para y disfrutes de los
beneficios. Ayudarás a muchos siendo un canal de bendición financiera
y serás un modelo para quienes te siguen.

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