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PLANIFICACIÓN GEOGRAFÍA HISTÓRICA BÍBLICA.

Dispersión de las naciones luego del diluvio


Este mapa de T en O, desde la primera edición impresa de Etimologías de Isidoro,
identifica a los tres continentes conocidos como poblados por los descendientes de
Sem (Sem), Iafeth (Jafet) y Cham (Cam).
Génesis 10:1 – “Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet,
a quienes nacieron hijos después del diluvio”
Comenzamos este estudio viendo como de los descendientes de Noé se pobló la
tierra, y de estos surgieron todas las naciones, en el estudio de este capítulo
veremos el significado de la descendencia de Noé y de lo que llego a ser hasta día
de hoy, comencemos….
De los hijos de Noé proviene toda la humanidad como bien hemos dicho; en otras
palabras, todo ser humano es “hijo de Noé”.
Según la tradición judía, los descendientes de los hijos de Noé llegaron al número
70, y de ellos provienen las 70 naciones que poblaron el mundo.
GENEALOGÍA DE LOS HIJOS DE NOÉ:
Génesis 10:2-7 –” Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y
Tiras. (3) Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. (4) Los hijos de Javán:
Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. (5) De éstos se poblaron las costas, cada cual,
según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones. (6) Los hijos de Cam:
Cus, Mizraim, Fut y Canaán. (7) Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y
Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán”

Las genealogías de la Biblia suelen ser tratadas con mucho menos respeto que las
secciones más estrictamente narrativas, pero son sin embargo dignas de un
cuidadoso estudio.
En la actualidad es costumbre dividir la población del mundo en tres líneas raciales:
los caucásicos (esencialmente, el hombre blanco), los negroides y los mongoloides.
La Tabla de las Naciones también divide a la raza humana en tres grupos raciales:
los Jafetitas (caucásicos, indoeuropeos), los Camitas (negroide y mongoloide) y los
Semitas (hebreos, árabes, etc)
Donde posiblemente reposo el arca de Noe.
El macizo del Ararat, con un diámetro de unos 40 kilómetros en la frontera turco-
iraní, contiene la montaña más alta de Turquía. Según la Biblia, allí encalló el arca
en la cual Noé, con sus tres hijos y las respectivas esposas de los cuatro, más
parejas de diversos animales, sobrevivieron al Diluvio Universal.

Donde se encontraba Sinar, Ur de los caldeos y El recorrido de Abraham


desde Ur de los caldeos hasta llegar Harán. (1600kl)

La familia de Abram de Ur de los caldeos, que se trasladó desde Ur y fuera a


Canaán, pero decidieron quedarse en Harán.

Un día, el Señor vino a Abram y le dijo:” Abram, sal de tu tierra y de la casa de tu


padre, y vete a la tierra que Yo te mostraré.”
Y el Señor le prometió: “Y haré de ti una grande nación y te bendeciré, y
engrandeceré tu nombre, y todas las personas en la tierra serán bendecidos a
través de ti.”
Entonces Abram empacó todas sus pertenencias; tomó a Saray, su mujer; Lot, su
sobrino, ya que el padre de Lot había muerto, todos sus siervos y todos sus
rebaños y se fue a la tierra prometida por Dios.
Abram tenía 75 años cuando salió de Harán.

El viaje fue muy largo y tardó varios meses. Echa un vistazo al mapa y ver lo lejos
que estaba. Yo lo busqué y son 1,400 km. Ese es un largo camino para recorrer con
todos sus siervos y animales.
Cuando llegaron al lugar donde se produjo el gran árbol de Moré en un lugar llamado
Siquén, el Señor se apareció a Abram y dijo: “Mira, voy a dar esta tierra a sus hijos.”
Y, como era costumbre en aquellos tiempos, Abram construyó un altar al Señor allí
para marcar el lugar donde Dios había hecho la promesa a él.
Entonces Abram y su familia viajaron un poco más al sur y ellos alzaron sus tiendas
en un lugar llamado Betel y allí construyeron un otro altar al Señor.
Después de un tiempo, hubo hambre en la tierra y no podía conseguir suficiente
comida para ellos mismos y para los animales, así se fueran a Egipto por un tiempo
hasta que el hambre ya no era, y luego regresaron.
Así Abram le dio a Lot la primera opción de donde quería vivir y Lot escogió un lugar
con un montón de agua cerca de la ciudad de Sodoma.
Abram se fue a otro lado y vivió en la tierra de Canaán.
Muchos años después, durante una hermosa noche estrellada Dios se apareció a
Abram otra vez, como tantas veces antes, y dijo: “¡Abram, no tengas miedo! Yo te
protegeré y te recompensará enormemente”

“Pero, Señor,” dijo Abram: “Yo soy viejo y no tengo un hijo. ¿Quién recibirá esta
recompensa?” Entonces Dios dijo: “Mira el cielo y tratar de contar las estrellas, te
prometo que va a tener más hijos que estrellas. Esta tierra llamada Canaán será de
ellos”.
Donde llevo los sacrificó, donde se separó de Lot.

Donde se encuentra ubicada Sodoma y Gomorra, ahora es lugar desértico.


El fuego del cielo la destruyó por causa de su impiedad (Gén. 18:20; 19:24-28; Dt
29:23; Isa 1:9; Jer 23:14; 49:18; Am 4:11; Sof. 2:9; Mat 10:15).
Algunas declaraciones hechas por autores clásicos describen una región quemada
por una catástrofe ígnea, ubicada al sur del Mar Muerto, donde se encontraban
varias ciudades destruidas y cuyos restos consumidos por el fuego todavía eran
visibles en sus días. Se dice que de las fisuras del terreno emergen gases tóxicos
(Dt. 29:23). Los geólogos han encontrado petróleo y gas natural en la región ubicada
en los alrededores del extremo meridional del Mar Muerto, que es a la vez una zona
frecuentemente sacudida por terremotos; de manera que encontramos aquí todas
las condiciones necesarias para que se produjera la catástrofe que describe la
Biblia. Además, Jebel Usdum, el *Monte de Sodoma*, en la costa sudoccidental del
Mar Muerto, está constituido en un 50% por sal pétrea. Se cree que durante la
catástrofe que provocó la destrucción de Sodoma, parte de esta sal habría volado
violentamente y cubierto a la mujer de Lot, la que así tomó la forma de una estatua
o columna de sal (Gén. 19:26).
Salida de canana a Egipto de Abraham.

1. (Génesis 12:10) La fe de Abram fue probada con una hambruna.


Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá;
porque era grande el hambre en la tierra.
a. Hubo entonces hambre en la tierra: Abram no se equivocó en estar preocupado
por el hambre y alimentar a su familia, pero Abram se equivocó en pensar que Dios
no proveería sus necesidades en el lugar donde le había pedido que viviera.
Después de todo, Dios llamó a Abram a Canaán, no a Egipto.
(Génesis 12:16-20) Abram deja Egipto después de haber sido reprendido por un rey
pagano.
E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos,
criadas, asnas y camellos. Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes
plagas, por causa de Saraí mujer de Abram. Entonces Faraón llamó a Abram, y le
dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu
mujer? ¿Por qué dijiste: ¿Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para
mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. Entonces Faraón dio
orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que
tenía.
Recorrido de Isaac

Los campamentos de Isaac (gen 25 11-35 29


Beer-lahai-roi o pozo del viviente que me vem, eb cades y bered.
Gerar.
Isaac paso por allí cuando esperaba que Eliezer le trajese una esposa de
Mesopotamia. Gen. 24.62y se instaló allí después de la muerte de Abraham.
Rehoboth (AI SI de Beerseba)
Cuidad donde los siervos de Isaac cavan un pozo, significa lugares amplios.
Encuentran un respiro de sus problemas con los pastores, ubicado al S.E. de
beerseba.
Beerseba, aquí hizo paz con los filisteos y Jacob lo engaño.
Hebrón (allí se encontró con Jacob y ahí murió)

Salida de Jacob hacia Harán y de Harán hacia la tierra.


Jacob tenía setenta y siete años cuando dejó Beer-seba para ir a la tierra de sus
antepasados, donde pasó los siguientes veinte años de su vida, en las
inmediaciones de Harán.

Siquem
Jacob levantó un campamento frente a Siquem a su regreso de Padán-aram, y
compró algo de terreno en aquel lugar. (Gé 33:18–34:31.)image

Por orden de Dios, Jacob partió de Siquem, pero antes tomó todos los dioses
extranjeros y aretes que poseía su casa y los enterró debajo del árbol grande que
estaba cerca de Siquem. (Gé 35:1-4.)

Posteriormente, los hijos de Jacob apacentaron sus rebaños cerca de la ciudad, lo


que seguramente pudieron hacer sin peligro debido a que el “terror de Dios”, que
había evitado que los pueblos vecinos persiguieran a Jacob por lo ocurrido en
Siquem, todavía ejercía algún efecto en ellos. (Gé 35:5; 37:12-17.)
Cuando los descendientes de Jacob, los israelitas, entraron en la Tierra Prometida
después de su estancia de más de dos siglos en Egipto, enterraron los huesos de
José “en Siquem, en la porción del campo que Jacob había adquirido de los hijos
de Hamor”. (Jos 24:32.)

La historia de José hasta llegar a Jesús.

40 años del pueblo de Israel en el desierto.


Su destino era la tierra de Canaán, pero Moisés no tomó la ruta más corta, la que
extendiéndose unos 400 kilómetros a lo largo de la arenosa costa mediterránea
pasaba justo por Filistea, territorio enemigo de Israel. Tampoco atravesó la vasta
región central de la península del Sinaí, con su pedregosa meseta abrasada por el
sol. Más bien, condujo al pueblo hacia el sur por la angosta llanura litoral. Erigieron
el primer campamento en Marah, donde Jehová convirtió agua amarga un dulce. *
Después de partir de Elim, murmuraron por causa del alimento, y Dios les dio
codornices y luego maná. En Refidim volvieron a quejarse por el agua, derrotaron a
los amalequitas que los atacaban, y el suegro de Moisés instó a este a apoyarse en
hombres capaces (Éx, caps. 15-18).
Moisés llevó a los israelitas a las montañas que se alzaban más al sur y los hizo
acampar al pie del monte Sinaí. Allí el pueblo recibió la Ley, construyó el tabernáculo
y ofreció sacrificios. En el segundo año se dirigieron al norte a través de un “desierto
grande e inspirador de temor”, y parece que les tomó once días llegar a la zona de
Qadés (Qadés-barnea) (Dt 1:1, 2, 19; 8:15). Por ceder al temor que les infundió el
informe negativo de diez espías, vagaron treinta y ocho años (Nú 13:1–14:34). Entre
otros lugares, se detuvieron en Abroná y Ezión-guéber, y luego regresaron a Qadés
(Nú 33:33-36).

Cuando por fin llegó el momento de que se encaminaran a la Tierra Prometida, no


marcharon directamente al norte, sino que rodearon el corazón de Edom para subir
por “el camino del rey” (Nú 21:22; Dt 2:1-8). Para toda una nación que llevaba
consigo niños, animales y tiendas, no fue una senda fácil de recorrer, pues su
trazado descendía serpenteando hasta el fondo de imponentes desfiladeros como
los de Zered y Arnón (cuya profundidad supera los 500 metros), para luego
ascender por el lado opuesto (Dt 2:13, 14, 24).

Finalmente alcanzaron el monte Nebo. Míriam había muerto en Qadés; Aarón, en


el monte Hor, y ahora moría Moisés teniendo a la vista la tierra en la que había
deseado entrar (Dt 32:48-52; 34:1-5). Le correspondió a Josué introducir a Israel en
ella, y así llegó a su fin una travesía que había comenzado cuarenta años atrás (Jos
1:1-4).
Ubicación de las 12 tribus y separación.
De todas las tribus, la de Leví se dedicó al sacerdocio por mandamiento divino, por
lo que no se le asignó tierra. En cuanto a José, en el reparto de las doce tribus se
trató como tribu a cada uno de sus descendientes, es decir, sus hijos Efraín y
Manasés, dado que eran poderosos y podrían conquistar las tierras que les
asignaba;17 es por esto por lo que a Efraín y a Manasés se les otorgó tierras entre
los doce, sin que se mencione a la tribu de su padre, José (de la que ambos eran
representantes).

La división geográfica que se practicó fue la siguiente:

La tribu de Judá obtuvo el territorio de la parte occidental del mar Muerto,


conteniendo los desiertos de Idumea.
La de Simeón o Simón, al oeste de la de Judá y confinada al sur con el desierto y a
la parte occidental con el Mediterráneo y los filisteos.
La de Benjamín tenía al sur la de Judá y por el este lindaba con el Jordán y el Mar
Muerto.
La de Dan se hallaba al norte de la de Simeón.
La de Efraín estaba al norte de las de Dan y Benjamín, lindando al este con el
Jordán.
La de Manasés, una parte estaba al oriente del Jordán y la otra tenía el territorio a
la parte del norte de la de Efraín.
La de Isacar tenía al oriente al Jordán, al sur la segunda mitad de Manasés y por el
oeste llegaba hasta el Mediterráneo.
La de Zabulón estaba situada al norte de la de Isacar.
La de Aser tenía al este las de Zabulón y Neftalí, al norte el Líbano y por el oeste
Fenicia y el Mediterráneo.
La de Neftalí estaba entre la de Aser y primera mitad de Manasés y tenía al norte el
Líbano y al sur la de Zabulón.
La de Rubén y la de Gad estaban a la parte oriental del Mar Muerto y del Jordán.
En cuanto a las ciudades levíticas y de refugio se constituyeron como tales las
siguientes: Hebrón, Lábala, Jether, Ain, Gabae, Ion, Gazer, Cesión, Bet-Horón,
Kibsaim, Damna, Masal, Ceder, Jaser, Manain, entre otras. Las doce tribus se
agruparon en dos reinos: Judá (esencialmente la tribu de Judá, la de Benjamin y
parte de la de Leví, que no tenía tierras) e Israel (todas las demás).
Jeroboán, un oficial de Salomón, regresó de Egipto y subió con el pueblo para
pedirle a Rehoboam (sucesor del trono de Salomón) alivio de todas las cargas que
su padre había puesto sobre ellos.
Rehoboam, contrario a la petición, aumentó las penalidades, por lo que las 10
tribus del norte se rebelaron e hicieron rey a Jeroboán.
Rehoboam solo se quedaría con Judá, Benjamín y la tribu de Leví, que
proporcionaba los sacerdotes y que no disponía una parte asignada del territorio
de Israel.
Jesús en palestina, lugares relacionados con el Salvador, palestina, samaria,
galilea, el cruce del mar.

Belén, donde se esperará que naciera Jesús.


Egipto donde se refugió Jesús
Nazareth donde se crio Jesús
Betabara donde fue bautizado
Cana de galilea primer milagro
Galilea, 18 meses
Jerusalén, Nazaret, capernaun
Ministerio en Perea
Tres viajes:
a. Capernaun. Samaria, pera, Betania, Jerusalén
b. Betabara, Betania, el retiro a Efraín
c. Pera, Jericó, Betania
Semana de la pasión betanea al templo
De Betania al aposento alto
De aposento alto a Getsemaní
De Getsemaní a la casa de Caifás
De Caifás a Pilato
De Pilato a herodes y regreso
Pilato al calvario
Los viajes del apóstol Pablo.

El que se considera como “primer viaje” de Pablo comenzó en el año 45 y terminó


en el 49. Junto con Bernabé, un judío chipriota convertido al cristianismo, Pablo viajó
a través de la isla de Chipre, la patria de Bernabé, predicando el Evangelio en varias
sinagogas. Luego zarparon de Pafos, en la costa suroeste de Chipre, y llegaron al
puerto de Perga, en Anatolia, la actual Turquía.
Desde Perga llegaron finalmente a Antioquía de Pisidia, donde Pablo comenzó a
difundir la palabra entre la comunidad judía local. Inicialmente, su mensaje fue muy
bien recibido, lo que se concretó en una invitación a hablar durante el sabbat (el día
santo para los creyentes judíos), pero parte de la comunidad pronto sintió envidia
de la fuerte popularidad de que gozaba un predicador extranjero y terminaron
expulsando a Pablo de la ciudad.

Pablo y Bernabé partieron entonces hacia Konya, una ciudad al sur de Ankara, en
la actual Turquía, pero se vieron obligados a partir de nuevo, esta vez hacia la
cercana ciudad de Listra. Aquí Pablo sanó a un enfermo y la comunidad pagana
local comenzó a creer que había sido enviado por Dios. Sin embargo, muy pronto,
las mismas personas que se enfrentaron a él en Konya llegaron a Listra e instigaron
a un grupo de lugareños a apedrear a Pablo, obligándolo a huir. Luego llegó a la
ciudad de Derbe, también en la actual Turquía, y desde allí de vuelta a Listra, Konya
y finalmente Antioquía de Siria en el Orontes, una ciudad de la antigua Siria ahora
en la actual Turquía, desde donde se originó su viaje. Aquí Pablo informa de que, a
través de su mensaje, muchos paganos conocieron la palabra de Dios.

Segundo viaje
El segundo viaje de Pablo comenzó en el año 49 y terminó en el 52. Esta vez, Pablo
se puso en camino para revisar las primeras comunidades cristianas que ayudó a
fundar durante su primer viaje.

Le acompañaban Silas, un miembro destacado de la primera comunidad cristiana,


y Timoteo, el hijo de un griego que era un compañero estimado de Pablo. El grupo
se dirigió a Listra, luego a través de Frigia, un antiguo reino en el río Sangarios en
la actual Turquía; luego a Galacia, un área en las tierras altas del centro de Anatolia,
también en la actual Turquía, que fue habitada por el pueblo galo del período
helenístico, y finalmente a Troad, una ciudad en el noroeste de Anatolia, en la actual
Turquía.

Aquí Pablo tuvo una visión de un hombre pidiéndole que llevara el Evangelio a
Macedonia, así que luego partió para llegar al continente europeo por primera vez.
A través de Samotracia, una isla griega en el norte del mar Egeo, y Neápolis,
conocida hoy como la ciudad griega de Kavala, llegaron a Filipos, una ciudad
romana en el primer distrito de Macedonia, que hoy en día es uno de los lugares
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en Grecia.
Aquí Pablo disfrutó de la hospitalidad de Lidia, una mujer que trabajaba como
comerciante de telas púrpuras, de la ciudad de Tiatira. No obstante, un grupo de
hostiles locales no tardó en presionar a las autoridades para que arrestaran a Pablo
y a sus compañeros. Sin embargo, gracias a un terremoto providencial, el grupo
logró escapar de la cárcel de Filipos. Al final, los magistrados locales se enteraron
de que Pablo y sus compañeros de viaje eran ciudadanos romanos y los dejaron
oficialmente libres. La comunidad de filipenses pronto creció hasta convertirse en
un importante centro cristiano, al cual Pablo más tarde dirigió la Carta de Pablo a
los Filipenses.

Después de Filipos, el grupo llegó a Tesalónica, en la actual Grecia septentrional,


donde fueron recibidos por Jasón, un judío que se había convertido al cristianismo.
Aquí Pablo realizó muchas conversiones, pero se vio rápidamente forzado a irse
después de que un grupo de judíos locales denunciara sus actividades de
evangelización a las autoridades paganas locales.

Entonces partieron hacia Berea, una importante ciudad portuaria de Macedonia,


ahora conocida como Veria, en Macedonia, en el norte de Grecia, pero el mismo
grupo que los echó de Tesalónica pronto los alcanzó y los obligó a dejar también
Berea.

El grupo volvió a los caminos y llegó hasta Atenas, que había sido gravemente
dañada por los ataques romanos en el año 146 a. C., pero que aún era considerada
la capital de la filosofía y el conocimiento de lo que entonces era el mundo conocido.
Aquí Pablo conversó con muchos intelectuales públicos tanto en sinagogas como
en plazas públicas y fue invitado a dar un discurso a los ciudadanos atenienses
desde el Areópago, una colina de mármol justo encima de la Acrópolis. Según Lucas
(Hch 17,11-33) es aquí donde Pablo pronunció su famoso discurso sobre “un Dios
Desconocido” a los pensadores paganos de Atenas.
De Atenas, Pablo se dirigió a Corinto, capital de la provincia romana de Acaya en el
actual centro-sur de Grecia. Aquí se alojó con el matrimonio cristiano de Priscila y
Aquila, que habían sido exiliados por el emperador romano Claudio en el 49-50. En
Corinto, Pablo participó en prolíficos discursos que originaron muchas
conversiones, pero fue víctima de la hostilidad de grupos de judíos locales. No
obstante, el procónsul romano Galio adoptó una postura neutral con respecto a la
misión religiosa de Pablo y decidió dejarlo libre.

Junto con Priscila y Aquila, Pablo zarpó hacia Siria, llegó a Éfeso y desde aquí a
Cesarea, en el actual centro-norte de Israel para, finalmente, regresar a Antioquía.
Tercer viaje
El tercer viaje de Pablo tuvo lugar entre los años 52 y 57. Primero regresó a Galacia
y Frigia para echar un vistazo a las comunidades que ayudó a establecer durante
sus viajes anteriores. Luego zarpó hacia Éfeso, una antigua ciudad griega en la
actual Turquía, que en ese momento era la capital de la provincia romana de Asia y
hogar del famoso templo de Artemisa-Diana, considerado una de las siete
maravillas del mundo. Aquí Pablo bautizó a 12 discípulos que habían recibido
previamente un bautismo penitencial por Juan el Bautista y, junto con sus
compañeros, ayudó a evangelizar a casi todos los habitantes locales.
Después de un descanso invernal en Corinto, Pablo regresó a Éfeso, pero la
hostilidad de los judíos locales lo obligó a partir hacia Antioquía, Siria. Desde aquí
partió hacia otras ciudades griegas, incluyendo las islas de Lesbos y Samos, y llegó
a Mileto, en la actual Turquía.

Aquí pronunció su famoso discurso dedicado a los “presbíteros de la Iglesia de


Éfeso”, en el que recomendó que los líderes de las comunidades que él ayudó a
fundar asumieran su misión y preservaran los valores de vigilancia, desinterés y
caridad. En el año 58, Pablo decidió dirigirse a Jerusalén, así que emprendió un
arduo viaje por mar con paradas en un nuevo puerto casi todos los días, incluyendo
las islas de Kos y Rodas en la Grecia de hoy en día. Finalmente llegó a Jerusalén,
donde se quedó con Mnasón de Chipre, una de las personas a las que ayudó a
convertir en uno de sus primeros viajes.
Luego Pablo visitó a Santiago, quien le aconsejó que hablara con los judíos más
tradicionalistas del Templo. Aquí Pablo fue reconocido por los judíos de las
provincias asiáticas y, una vez más, fue recibido con hostilidad. Claudio Lisias, el
tribuno romano local, intervino y encarceló a Pablo antes de saber que era
ciudadano romano. Aquí comenzó lo que muchos llaman la “Pasión de Pablo”, en
la que la dedicación de san Pablo a su misión evangelizadora lo llevó a ser
arrestado, golpeado, torturado y finalmente asesinado en Roma por orden del
emperador Nerón entre los años 62-64.

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