Jonás. Y voy comenzar haciendo un breve resumen de lo que hemos aprendido hasta ahora para los que no han estado presentes en las anteriores semanas y para que nos pongamos en contexto.
El tema que le hemos dado al libro de Jonás es
“Viviendo en la voluntad de Dios”. Y esto porque Jonás que era un profeta, un hombre comisionado por Dios para llevar un mensaje; tomo la decisión de desobedecer al Señor. Y a través de ese acto de desobediencia, hemos ido aprendiendo algunas cosas importantes.
En el primer mensaje vimos que para vivir en la
voluntad de Dios, hay tres recomendaciones fundamentales: 1) No sigas tu corazón, porque él es engañoso nos lleva por caminos peligrosos. En cambio, la Palabra de Dios es verdadera. Por lo tanto, la primera lección es: no sigas tu corazón, sigue la Palabra.
La segunda recomendación es 2) No huyas de Dios.
No hay lugar donde puedas esconderte de Él, pero además es perjudicial apartarse. Sólo en su presencia hay una vida plena.
La tercera recomendación es 3) Mira a las personas
como Dios las ve. Con el mismo amor y misericordia que Dios te ha mirado a ti. No es fácil, solemos dejarnos llevar por nuestros juicios y perspectivas humanas.
En el segundo mensaje, Luis nos habló de las
consecuencias de alejarnos de la voluntad de Dios. (primero aprendimos como no alejarnos, pero él se aleja y entonces vemos las consecuencias en los versículos 4-6).
La primera es que: 1) vienen las tormentas.
La segunda 2) es que afectamos a otras personas. A veces decimos: “es mi vida, no afecta a nadie más” pero la verdad es que cuando vivimos en desobediencia va a haber terceros afectados.
Por último, cuando nos apartamos de la presencia de
Dios 3) Entramos en una espiral espiritual descendente. Jonás iba cada vez descendiendo más: primero a Jope, luego al barco, luego a la parte más baja del barco, y esto era como una ilustración del viaje espiritual del profeta.
Justamente ese descenso espiritual ocasionó una
grave enfermedad en el corazón de Jonás. Hay enfermedades físicas que comprometen las funciones vitales, hacen que el cuerpo no trabaje como debería hacerlo cuando está saludable.
De la misma manera hay enfermedad espiritual.
Apartarnos de la voluntad de Dios nos lleva en una espiral espiritual descendente. Y entonces nos enfermamos, y nuestras actitudes, nuestra conducta, nuestra fe, no funcionan como deberían hacerlo cuando hay sanidad espiritual.
Y hoy quiero hablarles de lo que he llamado “El
síndrome de Jonás”, porque vamos a ver cuáles son los síntomas de esa enfermedad espiritual que es causada cuando nos alejamos de la voluntad divina.
Es evidente desde el mismo comienzo de la historia
que había algo en el corazón de Jonás que no estaba del todo bien. Por eso no obedeció en principio. Pero a medida que se fue apartando, los síntomas se hicieron más evidentes.
El mensaje de hoy nos va a ayudar a hacer un
diagnóstico de nuestra condición. Alguno al final quizás dirá “estoy sano”, otros probablemente descubrirán para su asombro, que padecen del síndrome de Jonás.
Entonces, el primer síntoma de esta enfermedad es:
1. INCONGRUENCIA
V. 7-9
Cuando Jonás dice esto es curioso, porque afirma
que él “teme” al Dios del cielo. Y la Biblia afirma que el temor de Dios es el principio de la sabiduría. Sin embargo a este punto Jonás no parece muy sabio.
Sus decisiones, una tras otra han mostrado poca
sabiduría. Además, si uno teme (no miedo paralizante, sino temor reverente) a alguien, le obedece. Pero lo que Jonás está haciendo es todo lo contrario. Está huyendo del Dios que supuestamente teme y adora. Esto es tremendamente incongruente.
Y los marineros que están entrevistándolo lo notan,
por eso vemos en el V.10
Esta conducta de Jonás podríamos catalogarla como
una “incongruencia religiosa”. Estaba huyendo de la voluntad de Dios y aún así sigue apelando a sus apellidos religiosos: “yo soy hebreo” “soy del pueblo de Dios” “sirvo al Dios altísimo”, etc.
Incluso podemos percibir algo de orgullo. “Yo sigo al
único Dios verdadero, todos ustedes están equivocados, son unos paganos”.
Y aunque tuviera razón, la verdad es que cuando
decía estas palabras, su vida no encajaba con lo que afirmaba. Si es cierto que eres hebreo, que sirves a Dios, entonces ¿qué haces tan apartado de su voluntad?..
Recuerdo hace algunos años tuve una compañera de
trabajo que era Testigo de Jehová… Vivía como todo el mundo, le gustaba la fiesta, etc. Uno en primera instancia no sospecharía que se trataba de una persona religiosa. Pero curiosamente cuando teníamos oportunidad de hablar de un tema espiritual, ella sacaba su orgullo religioso. (yo soy TDJ, no creo tal o cual cosa. Los cumpleaños en la oficina). Eran sus convicciones y yo no las compartía pero intentaba respetarlas. No obstante es difícil respetar las convicciones de alguien cuando es tan incongruente.
Pero ojo, no hablo sólo de este grupo religioso
específico. Cualquiera de nosotros como cristianos podemos llegar a experimentar este lamentable síntoma.
Podemos estar viviendo lejos de la voluntad de Dios,
en una espiral espiritual descendente, cada vez más enfermos, y aún así en medio de una reunión familiar pararnos, levantar la voz y decir “yo soy cristiano”. Y la gente verá la incongruencia y generará en los que no conocen a Cristo un rechazo.
Este es un síntoma lamentable. Ese orgullo religioso
pero sin estar lleno de Dios. Muchos dirán “yo soy cristiano evangélico”, “yo soy bautista”… “yo soy católico romano” ¡Tu no eres nada, si no estás cerca de la voluntad de Dios!
El segundo síntoma del síndrome de Jonás es:
2. EGOÍSMO
Jonás se encuentra ahora descubierto. Todo el
mundo se ha dado cuenta de que él es el responsable de la tormenta que están afrontando, y él entiende que la única solución para que el barco no naufrague es que él ya no esté en el barco.
Pero entonces dice algo que quizás pueda pasar
desapercibido pero me llama la atención. V.11-12. Él pide que lo lancen al mar, pero los marineros tienen miedo porque aquello era lo mismo que matarlo, y se cuestionaban seguramente: “Si lanzamos a este hombre al mar; el mismo Dios que ha provocado esta tormenta, nos enviará algo peor por matarlo”. Lo más sensato de parte de Jonás como persona que había fallado, era afrontar su responsabilidad y no evadirla. Tomar la decisión firme de lanzarse él mismo. Pero prefiere lanzarle la pelota a ellos…
Claro, tirarse del barco, para Jonás era lo mismo que
suicidarse, y en la concepción judía aquello era un pecado grave del cual no quería ser culpable.
Ese egoísmo es un síntoma del síndrome de Jonás.
Nos volvemos tremendamente egoístas cuando vivimos lejos de la voluntad de Dios, sólo pensamos en nuestros intereses.
Anécdota de mi tío Cheo y los policías intentando
apagar el pequeño incendio.
Uno espera una conducta así en personas sin temor
de Dios. Pero también los que afirmamos temer a Dios, podemos actuar de ese modo cuando padecemos el síndrome de Jonás. El tercer síntoma (podríamos llamarlo una consecuencia, pero vamos a colocarlo como síntoma), es:
3. VERGUENZA
Sufrir la vergüenza, quedar avergonzados.
Jonás era hebreo de hebreos, profeta de Dios,
hombre que hablaba directamente con el Creador, escuchaba su voz. Y cuando todo esto está ocurriendo, Jonás ha mostrado su incongruencia y su egoísmo.
En cambio, las personas que están en el barco junto
con él, que eran personas que no adoraban al Dios que hizo todas las cosas, es más, ni lo conocían, mostraron una compasión, humanidad y misericordia mucho mayor a las que mostró Jonás en esta situación. Es evidente que el profeta, enfermo como estaba a causa de apartarse de la voluntad de Dios, no le importaba la vida de las demás personas.
Dios lo envió a Nínive con un mensaje que podía
salvar la vida de muchos, y él decide irse en la dirección opuesta, porque no merecían perdón sino la muerte.
Ahora está en el barco, con personas que tampoco
conocen al Señor y aunque era culpable de la calamidad que les había sobrevenido, en medio de todo piensa “si algo me va a pasar, si tengo que morir, que sea responsabilidad de ellos y no mía”
Mira que poca estima por la vida de aquellos
hombres, y sin embargo aquellos hombres mostraron hacia Jonás, solidaridad, compasión, y trataron hasta el último momento de salvarle la vida. V.13 Arriesgaron su vida en un intento desesperado por salvar la vida de Jonás. V.14-16
Tenemos entonces a los que no eran hebreos
clamando a Dios, buscando hacer las cosas de acuerdo con su voluntad, teniendo temor de Él y ofreciéndole sacrificios de adoración. Mientras tanto Jonás hasta ahora no ha orado, ha actuado en desobediencia y está en el mar a merced de la tormenta…
El contraste es abismal… vergonzoso. El hombre de
Dios está derrotado, y aquellos a los que despreciaba y miraba por encima del hombro, ahora se han arrepentido, han clamado y adoran a Dios.
CONCLUSIÓN
Breve resumen, partiendo desde la espiral espiritual
descendente y pasando por los puntos.
La buena noticia es que este síndrome no es
incurable. La razón por la cual podemos padecer el síndrome de Jonás es que nos alejamos de la voluntad de Dios, de su presencia. De modo que la cura no es otra que venir delante de Él, en humildad, reconociendo nuestra condición y nuestra necesidad de ser sanados.
Si sientes que no vives de acuerdo con la voluntad
de Dios aunque dices que crees en Él. Si te das cuenta que la mayoría de las veces estás agobiado y cansado porque sólo piensas en tus propios intereses y actúas de forma egoísta. Si tu manera de hacer las cosas es motivo de vergüenza envés de orgullo.
Te felicito, eso se llama arrepentimiento. Reconocer
nuestra debilidad y manifestar nuestro deseo de ser transformados por el poder de Dios.
Acércate a Él y Él en su fidelidad te restaurará.
Jeremías 29:12-14 ¿Necesitas sanidad, perdón, reconciliación? ¡Ven a su encuentro!
Seguidor: Renunciar a mí mismo y seguir a Jesús para vivir el discipulado radical y la obediencia a Cristo. Experimentar una vida de fe radical y entrega total a Dios
Más Fortaleza En Tiempos Difíciles: Fortalecer Tu Relación Con Dios En Tiempos Difíciles. Encontrar Propósito, Significado, Paz Y Desarrollar Resistencia Y Resiliencia Emocional En El Dolor.