Está en la página 1de 13

TÍTULO: El síndrome de Jonás

TEXTO: Jonás 1:7-16

INTRODUCCIÓN

 Hoy continuamos con nuestra serie del libro de


Jonás. Y voy comenzar haciendo un breve resumen
de lo que hemos aprendido hasta ahora para los que
no han estado presentes en las anteriores semanas y
para que nos pongamos en contexto.

 El tema que le hemos dado al libro de Jonás es


“Viviendo en la voluntad de Dios”. Y esto porque
Jonás que era un profeta, un hombre comisionado
por Dios para llevar un mensaje; tomo la decisión de
desobedecer al Señor. Y a través de ese acto de
desobediencia, hemos ido aprendiendo algunas
cosas importantes.

 En el primer mensaje vimos que para vivir en la


voluntad de Dios, hay tres recomendaciones
fundamentales: 1) No sigas tu corazón, porque él es
engañoso nos lleva por caminos peligrosos. En
cambio, la Palabra de Dios es verdadera. Por lo
tanto, la primera lección es: no sigas tu corazón,
sigue la Palabra.

 La segunda recomendación es 2) No huyas de Dios.


No hay lugar donde puedas esconderte de Él, pero
además es perjudicial apartarse. Sólo en su
presencia hay una vida plena.

 La tercera recomendación es 3) Mira a las personas


como Dios las ve. Con el mismo amor y misericordia
que Dios te ha mirado a ti. No es fácil, solemos
dejarnos llevar por nuestros juicios y perspectivas
humanas.

 En el segundo mensaje, Luis nos habló de las


consecuencias de alejarnos de la voluntad de Dios.
(primero aprendimos como no alejarnos, pero él se
aleja y entonces vemos las consecuencias en los
versículos 4-6).

 La primera es que: 1) vienen las tormentas.


 La segunda 2) es que afectamos a otras personas. A
veces decimos: “es mi vida, no afecta a nadie más”
pero la verdad es que cuando vivimos en
desobediencia va a haber terceros afectados.

 Por último, cuando nos apartamos de la presencia de


Dios 3) Entramos en una espiral espiritual
descendente. Jonás iba cada vez descendiendo más:
primero a Jope, luego al barco, luego a la parte más
baja del barco, y esto era como una ilustración del
viaje espiritual del profeta.

 Justamente ese descenso espiritual ocasionó una


grave enfermedad en el corazón de Jonás. Hay
enfermedades físicas que comprometen las
funciones vitales, hacen que el cuerpo no trabaje
como debería hacerlo cuando está saludable.

 De la misma manera hay enfermedad espiritual.


Apartarnos de la voluntad de Dios nos lleva en una
espiral espiritual descendente. Y entonces nos
enfermamos, y nuestras actitudes, nuestra conducta,
nuestra fe, no funcionan como deberían hacerlo
cuando hay sanidad espiritual.

 Y hoy quiero hablarles de lo que he llamado “El


síndrome de Jonás”, porque vamos a ver cuáles son
los síntomas de esa enfermedad espiritual que es
causada cuando nos alejamos de la voluntad divina.

 Es evidente desde el mismo comienzo de la historia


que había algo en el corazón de Jonás que no estaba
del todo bien. Por eso no obedeció en principio. Pero
a medida que se fue apartando, los síntomas se
hicieron más evidentes.

 El mensaje de hoy nos va a ayudar a hacer un


diagnóstico de nuestra condición. Alguno al final
quizás dirá “estoy sano”, otros probablemente
descubrirán para su asombro, que padecen del
síndrome de Jonás.

 Entonces, el primer síntoma de esta enfermedad es:


1. INCONGRUENCIA

 V. 7-9

 Cuando Jonás dice esto es curioso, porque afirma


que él “teme” al Dios del cielo. Y la Biblia afirma que
el temor de Dios es el principio de la sabiduría. Sin
embargo a este punto Jonás no parece muy sabio.

 Sus decisiones, una tras otra han mostrado poca


sabiduría. Además, si uno teme (no miedo
paralizante, sino temor reverente) a alguien, le
obedece. Pero lo que Jonás está haciendo es todo lo
contrario. Está huyendo del Dios que supuestamente
teme y adora. Esto es tremendamente incongruente.

 Y los marineros que están entrevistándolo lo notan,


por eso vemos en el V.10

 Esta conducta de Jonás podríamos catalogarla como


una “incongruencia religiosa”. Estaba huyendo de la
voluntad de Dios y aún así sigue apelando a sus
apellidos religiosos: “yo soy hebreo” “soy del pueblo
de Dios” “sirvo al Dios altísimo”, etc.

 Incluso podemos percibir algo de orgullo. “Yo sigo al


único Dios verdadero, todos ustedes están
equivocados, son unos paganos”.

 Y aunque tuviera razón, la verdad es que cuando


decía estas palabras, su vida no encajaba con lo que
afirmaba. Si es cierto que eres hebreo, que sirves a
Dios, entonces ¿qué haces tan apartado de su
voluntad?..

 Recuerdo hace algunos años tuve una compañera de


trabajo que era Testigo de Jehová… Vivía como todo
el mundo, le gustaba la fiesta, etc. Uno en primera
instancia no sospecharía que se trataba de una
persona religiosa. Pero curiosamente cuando
teníamos oportunidad de hablar de un tema
espiritual, ella sacaba su orgullo religioso. (yo soy
TDJ, no creo tal o cual cosa. Los cumpleaños en la
oficina).
 Eran sus convicciones y yo no las compartía pero
intentaba respetarlas. No obstante es difícil respetar
las convicciones de alguien cuando es tan
incongruente.

 Pero ojo, no hablo sólo de este grupo religioso


específico. Cualquiera de nosotros como cristianos
podemos llegar a experimentar este lamentable
síntoma.

 Podemos estar viviendo lejos de la voluntad de Dios,


en una espiral espiritual descendente, cada vez más
enfermos, y aún así en medio de una reunión
familiar pararnos, levantar la voz y decir “yo soy
cristiano”. Y la gente verá la incongruencia y
generará en los que no conocen a Cristo un rechazo.

 Este es un síntoma lamentable. Ese orgullo religioso


pero sin estar lleno de Dios.
 Muchos dirán “yo soy cristiano evangélico”, “yo soy
bautista”… “yo soy católico romano” ¡Tu no eres
nada, si no estás cerca de la voluntad de Dios!

 El segundo síntoma del síndrome de Jonás es:

2. EGOÍSMO

 Jonás se encuentra ahora descubierto. Todo el


mundo se ha dado cuenta de que él es el
responsable de la tormenta que están afrontando, y
él entiende que la única solución para que el barco
no naufrague es que él ya no esté en el barco.

 Pero entonces dice algo que quizás pueda pasar


desapercibido pero me llama la atención. V.11-12. Él
pide que lo lancen al mar, pero los marineros tienen
miedo porque aquello era lo mismo que matarlo, y se
cuestionaban seguramente: “Si lanzamos a este
hombre al mar; el mismo Dios que ha provocado esta
tormenta, nos enviará algo peor por matarlo”.
 Lo más sensato de parte de Jonás como persona
que había fallado, era afrontar su responsabilidad y
no evadirla. Tomar la decisión firme de lanzarse él
mismo. Pero prefiere lanzarle la pelota a ellos…

 Claro, tirarse del barco, para Jonás era lo mismo que


suicidarse, y en la concepción judía aquello era un
pecado grave del cual no quería ser culpable.

 Ese egoísmo es un síntoma del síndrome de Jonás.


Nos volvemos tremendamente egoístas cuando
vivimos lejos de la voluntad de Dios, sólo pensamos
en nuestros intereses.

 Anécdota de mi tío Cheo y los policías intentando


apagar el pequeño incendio.

 Uno espera una conducta así en personas sin temor


de Dios. Pero también los que afirmamos temer a
Dios, podemos actuar de ese modo cuando
padecemos el síndrome de Jonás.
 El tercer síntoma (podríamos llamarlo una
consecuencia, pero vamos a colocarlo como
síntoma), es:

3. VERGUENZA

 Sufrir la vergüenza, quedar avergonzados.

 Jonás era hebreo de hebreos, profeta de Dios,


hombre que hablaba directamente con el Creador,
escuchaba su voz. Y cuando todo esto está
ocurriendo, Jonás ha mostrado su incongruencia y su
egoísmo.

 En cambio, las personas que están en el barco junto


con él, que eran personas que no adoraban al Dios
que hizo todas las cosas, es más, ni lo conocían,
mostraron una compasión, humanidad y misericordia
mucho mayor a las que mostró Jonás en esta
situación.
 Es evidente que el profeta, enfermo como estaba a
causa de apartarse de la voluntad de Dios, no le
importaba la vida de las demás personas.

 Dios lo envió a Nínive con un mensaje que podía


salvar la vida de muchos, y él decide irse en la
dirección opuesta, porque no merecían perdón sino
la muerte.

 Ahora está en el barco, con personas que tampoco


conocen al Señor y aunque era culpable de la
calamidad que les había sobrevenido, en medio de
todo piensa “si algo me va a pasar, si tengo que
morir, que sea responsabilidad de ellos y no mía”

 Mira que poca estima por la vida de aquellos


hombres, y sin embargo aquellos hombres mostraron
hacia Jonás, solidaridad, compasión, y trataron hasta
el último momento de salvarle la vida. V.13
Arriesgaron su vida en un intento desesperado por
salvar la vida de Jonás.
 V.14-16

 Tenemos entonces a los que no eran hebreos


clamando a Dios, buscando hacer las cosas de
acuerdo con su voluntad, teniendo temor de Él y
ofreciéndole sacrificios de adoración. Mientras tanto
Jonás hasta ahora no ha orado, ha actuado en
desobediencia y está en el mar a merced de la
tormenta…

 El contraste es abismal… vergonzoso. El hombre de


Dios está derrotado, y aquellos a los que despreciaba
y miraba por encima del hombro, ahora se han
arrepentido, han clamado y adoran a Dios.

CONCLUSIÓN

 Breve resumen, partiendo desde la espiral espiritual


descendente y pasando por los puntos.

 La buena noticia es que este síndrome no es


incurable.
 La razón por la cual podemos padecer el síndrome
de Jonás es que nos alejamos de la voluntad de
Dios, de su presencia. De modo que la cura no es
otra que venir delante de Él, en humildad,
reconociendo nuestra condición y nuestra necesidad
de ser sanados.

 Si sientes que no vives de acuerdo con la voluntad


de Dios aunque dices que crees en Él. Si te das
cuenta que la mayoría de las veces estás agobiado y
cansado porque sólo piensas en tus propios
intereses y actúas de forma egoísta. Si tu manera de
hacer las cosas es motivo de vergüenza envés de
orgullo.

 Te felicito, eso se llama arrepentimiento. Reconocer


nuestra debilidad y manifestar nuestro deseo de ser
transformados por el poder de Dios.

 Acércate a Él y Él en su fidelidad te restaurará.


Jeremías 29:12-14 ¿Necesitas sanidad, perdón,
reconciliación? ¡Ven a su encuentro!

También podría gustarte