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LA MODERNIDAD LIQUIDA

“Yo no soy optimista pero tengo esperanza. Tengo esperanza en la razón y la conciencia humanas, en
la decencia. La humanidad ha estado muchas veces en crisis. Y siempre hemos resuelto los
problemas. Estoy bastante seguro de que se resolverá”.

di Gabriela Castori Es polaco y sociólogo.


Vive y enseña, desde hace muchos
años, en la ciudad inglesa de Leeds.
Zygmunt Bauman (82 años) es un
agudo pensador social y crítico de
nuestro tiempo. Innovador y
revolucionario a la hora de describir
fenómenos y tratar de desentrañarlos,
se plantea concretamente qué pueden
hacer las ciencias sociales frente a una
sociedad cada vez más desarticulada,
más insegura y más vulnerable… Una
sociedad líquida, como él acostumbra
decir.
Poco común, sin duda, el término elegido por Bauman para definir nuestro estilo de
vida actual. “Lo líquido” describe una característica física de los cuerpos, un concepto
que no parece de buenas a primeras algo fácil de compatibilizar con la problemática
social. Sin embargo, leyendo a Bauman no sólo se disfruta de la ilustrativa carga
semántica del término, sino que además se advierte la trayectoria de la idea. En
efecto, son varios sus colegas, de distintas culturas y épocas, que históricamente
vienen dibujando ideas parecidas a “lo líquido” para definir algo bastante indefinible.
Veamos qué palabras elige Bauman para intentarlo:
“Durante mucho tiempo intenté captar los rasgos característicos de esta época y ahí
surgió el concepto de ‘lo líquido’. Es un concepto positivo, no negativo. Como dice la
enciclopedia, lo fluido es una sustancia que no puede mantener su forma a lo largo del
tiempo. Y éste es el rasgo de la modernidad entendida como la modernización
obsesiva y compulsiva. Una modernidad sin modernización es como un río que no
fluye. Lo que llamo la modernidad sólida, ya desaparecida, mantenía la ilusión de que
este cambio modernizador acarrearía una solución permanente, estable y definitiva de
los problemas, la ausencia de cambios. Hay que entender el cambio como el paso de
un estado imperfecto a uno perfecto y el estado perfecto se define desde el
Renacimiento como la situación en la que cualquier cambio sólo puede ser para peor.
Así, la modernización en la modernidad sólida sólo transcurría con la finalidad de
lograr un estadio en el que fuera prescindible cualquier modernización ulterior. Pero en
la modernidad líquida seguimos modernizando, aunque todo lo hacemos hasta nuevo
aviso. Ya no existe la idea de una sociedad perfecta en la que no sea necesario
mantener una atención y reforma constantes. El sentimiento dominante es ‘la
inestabilidad’ asociado a la desaparición de puntos fijos en los que situar la confianza.
Desaparece la confianza en uno mismo, en los otros y en la comunidad”. (Entrevista
citada por Daniel Gamper, Ñ, julio de 2004).
TODO SE HA VUELTO INESTABLE
Y ESO NOS CREA INSEGURIDAD
La vida ‘líquida’ es la manera habitual de vivir en nuestras sociedades modernas
contemporáneas, que también se han vuelto ‘líquidas’, como nuestras decisiones,
nuestros modos de trabajar, de amar, de capacitarnos, de relacionarnos y también, de
pensarnos. Qué decir de la vida política y su altísima cualidad de ‘líquida’, fluctuante,
insegura, no confiable, imprevisible y carente de grandes metas.
Aún en nuestra vida doméstica, concretamente en los alimentos que componen
nuestro menú diario, lo light es otro modo de dejarle lugar a lo ‘líquido’ en nuestra
cocina. Alimentos que parecen ser una cosa y son otros, sabores que “imitan a”,
avances y nuevos miedos desde las novedades que acerca la biotecnología a la
industria de alimentos: todo sucede a ritmo vertiginoso sin darnos tiempo a evaluar, a
elegir, a tomar nuestros propios criterios de elección y dejamos que otros lo hagan por
nosotros.
La lectura de algunos títulos de los muchos libros escritos por Bauman, nos permite
seguir la trayectoria de su pensamiento y la profundidad filosófica que recorre su obra.
Sus descripciones precisas del entorno, sus reflexiones encadenadas, sus referencias
continuas a otros investigadores de lo social, atrapan al lector que se siente
interpretado y explicitado frente a la perplejidad que muchas veces lo angustia ante el
caos de lo cotidiano.
La globalización, consecuencias humanas; Modernidad y ambivalencia; Modernidad y
holocausto; En busca de la política; Vidas desperdiciadas (sobre la producción de
“residuos humanos”, el gravísimo tema de las poblaciones migrantes y refugiados); y
la saga de “lo líquido”: Amor líquido; Vida líquida; Modernidad líquida; y ahora, hace
unos meses: Miedo líquido - La sociedad contemporánea y sus temores.

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