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IMPORTANCIA DE LA SOCIOLOGIA DEL TRABAJO

La sociología de trabajo no es, principalmente, dar normas de conducta, recetas para resolver los
problemas concretos, sino difundir racionalidad, ofrecer conocimientos, hacer más comprensibles
los procesos sociales del grupo como un todo, con sus subgrupos y grupos de referencia. Podrá así
contribuir al funcionamiento óptimo, pero no es su tarea inmediata decir en qué consiste este
funcionamiento o cómo se consigue. Su interés por los problemas económicos –productividad,
estabilidad, pérdidas por conflictos, etc.- es indirecto. Aunque en estos campos sus aportaciones,
con base en investigaciones realizadas en diferentes grupos, puedan ser muy prácticas para
comprender realmente el problema y plantear correctamente su solución.

Por otra parte, el interés del punto la sociología del trabajo no se refiere a la estructura humana
concreta de una empresa específica, es decir, a las personas individuales que trabajan en ella y al
modo como se relacionan personalmente con quienes les rodean. Es la psicología la que puede dar
racionalizaciones o consejos prácticos sobre la conducta de los individuos; por eso en cualquier
empresa, sin importar su tamaño, puede ser conveniente contar con la colaboración de un
psicólogo que ayude en los procesos de selección, de adaptación a las tareas y de solución a los
pequeños conflictos cotidianos.

La sociología de las organizaciones tiene más importancia en el contexto de las grandes empresas
o instituciones, donde los procesos de grupos adquieren una entidad difícilmente abarcable, e
incluso inabarcable a simple vista, o por pura intuición. El sociólogo se podrá ocupar de esta forma
de las causas estructurales del conflicto, de las funciones y conflictos del sistema de
comunicaciones, de los grupos informales, de los prejuicios que impiden la cooperación y otros
temas afines, cuya repercusión en la vida cotidiana de la empresa es evidente. También en la
pequeña empresa estos problemas tienen su importancia, con frecuencia por los
condicionamientos externos del entorno sociopolítico en el que se encuentran.

La perspectiva sociológica puede aportar una visión de las organizaciones a sus direcciones que
enriquezca su manera de plantear y enfocar los problemas cotidianos o los extraordinarios.

Pero no debemos olvidar que la sociología de la empresa, como saber específico, no proporciona a
los hombres de acción recetas sino conocimientos; por eso, su tarea no es determinar qué opción
resulta más conveniente en un momento concreto para una empresa determinada; pero tampoco
puede perjudicar a las decisiones prácticas que los que han de decidir se dejen enriquecer con
mayores y pertinentes conocimientos.

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