Está en la página 1de 48

Portafolio de evidencias.

Instituto Politécnico Nacional


Escuela Superior de Medicina
Asignatura: Introducción a la Salud
Publica.
Grupo: 1CM7
Profra: Dra. María Eugenia Ortiz
Rodríguez.
Alumno: Pérez Guarneros David
Leonardo.
Portafolio de evidencias.

Tarea 1: Concepto de ética.

Conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en


una comunidad.

ÉTICA:

Es una rama de la filosofía dedicada a las cuestiones morales. La palabra ética


proviene del latín ethĭcus, y esta a su vez procede del griego antiguo ἠθικός (êthicos),
derivado de êthos, que significa 'carácter' o 'perteneciente al carácter'.

Referida al ámbito laboral, se habla de ética profesional y que puede aparecer recogida
en los códigos deontológicos que regulan una actividad profesional.

BIOETICA:

La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la conducta más
apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana como del resto
de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables
para la misma.

En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al


ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida
en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el
medio ambiente y al trato debido a los animales. Se han formulado una serie de
definiciones respecto a la disciplina de la Bioética, siendo una de ellas la adoptada por la
Unidad Regional de Bioética de la OPS (Organización Panamericana de la Salud), con
sede en Santiago de Chile y que, modificada por el S. J. Alfonso Llano Escobar en una
revista de la especialidad, define a la Bioética como «el uso creativo del diálogo inter y
transdisciplinar entre ciencias de la vida y valores humanos para formular, articular y, en
la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas planteados por la investigación
y la intervención sobre la vida, el medio ambiente y el planeta Tierra»

ETICA MÉDICA:

Todas las profesiones tienen sus propios estándares éticos. La ética médica es un
sistema de principios morales que se aplican a la práctica de la medicina clínica y la
investigación científica.

Entre los principios que rigen la ética en medicina encontramos los de honestidad,
cuidado, integridad, no discriminación y confidencialidad. Gracias a la ética médica, el
paciente tiene la seguridad de que su información personal será privada, o que se
respetarán sus deseos de atención mientras esté incapacitado

.La ética médica tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el más
ilustre médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha tenido una gran influencia
en el ejercicio de la profesión médica en los siglos posteriores.
Portafolio de evidencias.

La ética es la encargada de discutir y fundamentar reflexivamente ese conjunto de


principios o normas que constituyen nuestra moral. La moral es el conjunto de principios,
criterio, normas y valores que dirigen nuestro comportamiento. La moral nos hace actuar
de una determinada manera y nos permite saber que debemos hacer en una situación
concreta.1

La deontología médica es el conjunto de principios y reglas éticas que han de inspirar y


guiar la conducta profesional del médico. Los deberes que se imponen obligan a todos los
médicos en el ejercicio de su profesión, independientemente de la modalidad.

Principios de la ética médica

Todo profesional en la salud, debe tomar en cuenta estos principios los cuales son
fundamentales para éste:

Beneficencia

Autonomía

Justicia

No maleficencia (Primum non nocere).

PRINCIPIO:

Un principio es una ley o regla que se cumple o debe seguirse con cierto propósito, como
consecuencia necesaria de algo o con el fin de lograr lo conseguido. Las leyes naturales
son ejemplos de principios físicos, en matemáticas, algoritmia y otros campos también
existen principios necesarios o que se cumplen sin más o que deberían cumplirse si se
pretende tener cierto estado de hechos.

Otra manera de concebir los principios inherentes a un sistema o una disciplina es como
un reflejo de las características esenciales de un sistema, que los usuarios o
investigadores asumen, y sin los cuales no es posible trabajar, comprender o usar dicho
sistema
Portafolio de evidencias.

Tarea 3: Resumen Introducción a la Salud Publica editorial Politécnica.


Declaraciones de Kioto, Paris y Estocolmo.

ASPECTOS ETICOS Y LEGALES DE LA SALUD.

Del griego “ethos”, la ética es el conjunto de normas que brotan del ser mismo y que da
unidad y ordenamiento al ser humano, asi como la ciencia qye busca razones ultimas y
universales para aclarar la conducta humana al bien del universo.

Guarda relación con los preceptos que deben controlar el comportamiento moral . Se trata
de una ciencia relacionada con la naturaleza y las bases y obligaciones morales.

En el mundo actual existen varios sistemas éticos derivados de las creencias religiosasde
cada grupo étnico. La primera regulación de la practica medica se encuentra en el Codigo
de Hammurabi (2200 a.C.)con preceptos como los siguientes:

“Si el medico trata a un caballero, le abre un absceso con el cuchillo de bronce y el salva e
ojo del paciente recibirá 10 monedas de plata. Si el paciente es un esclavo, su amo pagara
dos monedas de plata. Si el medico abre un absceso con el cuchillo de bronca y el paciente
muere o pierde la vista, se le cortaran las manos.”

GRECIA Y ROMA.

Grecia dio al mundo un legado importante en relación con la ética medica, el Codigo Etico
ideado por los médicos de Cos y atribuido a Hipócrates (alrededor del 400 a.C.) fuese
aceptado de inmediato hasta la primera parte de este siglo, este código probablemente
haya sido obra de “los pitagóricos”.

Los romanos organizaron la enseñanza medica y los servicios sanitarios para los pobres y
los soldados. Se nombran los “asquiatras” o médicos públicos.

EPOCA MEDIEVAL (DEL SIGLO V AL XV)

La mayor aportación en esta época fue su proceso en el aspecto humanitario. La atención


prestada en los monasterios a los enfermos era muy esmerada y humana.

RENACIMIENTO (DEL SIGLO XV AL XVIII)

El ingles Thomas Sydenham considerado el mas grande clínico del siglo XVII, decía que
las enfermedades solo se aprendían en la cabecera del enfermo. Los principios éticos de
Sydenham eran:

 Responsabilidad
 Rendir cuentas ante el “juez supremo”
 Desinteresada dedicación del talento y la habilidad al servicio de la humanidad
sufriente
 Dar gran valor a la vida humana
Portafolio de evidencias.

 Verdadera compasión basada en el reconocimiento por parte del medico de que el


no es diferente ni mejor que su paciente.

Fue hasta finales del siglo XVIII cuando empezó a tomar forma la ética medica. Thomas
Percival, medico del Manchester Royal Infirmary elaboro un código de leyes, llamado
Medical Ethics, publicado en 1803. Basandose en este libro se crearon otros códigos,
sobre todo en los Estados Unidos. En 1832, Charles Hastig fundo la Provincial Medical
and Surgical Association (BMA), que después se convirtió en la British Medical
Association. La promulgación de la Medical Act, en 1858, se debio en gran parte a la
BMA, el General Medical Council recibió entonces poderes para controlar la practica
medica en todo el Reino Unido.

En el presente siglo se han elaborado varios códigos éticos que tienen vigo a nivel
mundial:

 La Declaracion de Ginebra, en 1948 fue adoptada por la OMS


 La asamblea general de la Asociacion Medica Mundial adopto, en el año 1949, su
propio código de ética medica
 La Declaracion de Helsinki, en 1964, incluyo recomendaciones sobre la
investigación clínica
 La Declaracion de Sidney, en 1968, discutio el momento de la muerte de los
individuos, y lo que debe hacerse cuando se intenta un transplante de órganos
 La Declaracion de Oslo, en 1970, se refiere al aborto terapéutico
 La Declaracion de Tokio, en el año 1975, da indicaciones sobre la tortura y
castigos crueles en detenidos y prisioneros.

A continuación se transcriben los códigos mencionados, comenzando con el juramento de


Hipócrates hasta los de la actualidad dada la importancia que tienen para la practica
medica.

JURAMENTO HIPOCRÁTICO

Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los
dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en
cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia.

Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días,
partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis
hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin
ningún género de recompensa.

Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los
de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que
determine la ley médica, y a nadie más.

Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según
mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé a
Portafolio de evidencias.

pretensiones que busquen la administración de venenos, pesarios abortivos ni sugeriré a


nadie cosa semejante.

Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla,


dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.

En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me
libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre
todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos.

Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que
no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como
un deber el ser discreto en tales casos.

Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi
profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre
mí la suerte contraria.

CONSTITUCION DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS), EN 1945

LOS ESTADOS partes en esta Constitución declaran, en conformidad con la Carta de las Naciones
Unidas, que los siguientes principios son básicos para la felicidad, las relaciones armoniosas y la
seguridad de todos los pueblos: La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. El goce del grado máximo de
salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin
distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social. La salud de todos los
pueblos es una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad, y depende de la más
amplia cooperación de las personas y de los Estados. Los resultados alcanzados por cada Estado en
el fomento y protección de la salud son valiosos para todos. La desigualdad de los diversos países
en lo relativo al fomento de la salud y el control de las enfermedades, sobre todo las transmisibles,
constituye un peligro común. El desarrollo saludable del niño es de importancia fundamental; la
capacidad de vivir en armonía en un mundo que cambia constantemente es indispensable para
este desarrollo. La extensión a todos los pueblos de los beneficios de los conocimientos médicos,
psicológicos y afines es esencial para alcanzar el más alto grado de salud. Una opinión pública bien
informada y una cooperación activa por parte del público son de importancia capital para el
mejoramiento de la salud del pueblo. Los gobiernos tienen responsabilidad en la salud de sus
pueblos, la cual sólo puede ser cumplida mediante la adopción de medidas sanitarias y sociales
adecuadas. ACEPTANDO ESTOS PRINCIPIOS, con el fin de cooperar entre sí y con otras en el
fomento y protección de la salud de todos los pueblos, las Partes Contratantes convienen en la
presente Constitución y por este acto establecen la Organización Mundial de la Salud como
organismo especializado de conformidad con los términos del artículo 57 de la Carta de las
Naciones Unidas.

CODIGO INTERNACIONAL DE ETICA MEDICA DE LA ASOCIACION MEDICA MUNDIAL Y


DECLARACION DE GINEBRA (Adoptado por la Asociacion en su Asamblea General, Ginebra 1948)
Portafolio de evidencias.

DEBERES DE LOS MEDICOS EN GENERAL

EL MEDICO siempre DEBE: aplicar su opinión profesional independiente y mantener el


más alto nivel de conducta profesional.

EL MEDICO DEBE: respetar el derecho del paciente competente a aceptar o rechazar un


tratamiento.

EL MEDICO NO DEBE: permitir que su opinión sea influenciada por beneficio personal o
discriminación injusta.

EL MEDICO DEBE: dedicarse a proporcionar un servicio médico competente, con plena


independencia profesional y moral, con compasión y respeto por la dignidad humana.

EL MEDICO DEBE: tratar con honestidad a pacientes y colegas, e informar a las


autoridades apropiadas sobre los médicos que practiquen en forma antiética e
incompetente o a los que incurran en fraude o engaño.

EL MEDICO NO DEBE: recibir ningún beneficio financiero ni otros incentivos sólo por
derivar pacientes o prescribir productos específicos.

EL MEDICO DEBE: respetar los derechos y preferencias del paciente, de los colegas y de
otros profesionales de la salud.

EL MEDICO DEBE: reconocer su importante función en la educación de la opinión


pública, pero debe obrar con la debida cautela al divulgar descubrimientos o nuevas
técnicas, o tratamientos a través de canales no profesionales.

EL MEDICO DEBE: certificar sólo lo que ha verificado personalmente.

EL MEDICO DEBE: esforzarse por utilizar los recursos de salud de la mejor manera para
beneficio de los pacientes y su comunidad.

EL MEDICO DEBE: buscar atención y cuidados apropiadas si sufre una enfermedad


mental o física.

EL MEDICO DEBE: respetar los códigos de ética locales y nacionales.

DEBERES DE LOS MEDICOS HACIA LOS PACIENTES

EL MEDICO DEBE: recordar siempre la obligación de respetar la vida humana.

EL MEDICO DEBE: considerar lo mejor para el paciente cuando preste atención médica.

EL MEDICO DEBE: a sus pacientes toda su lealtad y todos los recursos científicos
disponibles para ellos. Cuando un examen o tratamiento sobrepase su capacidad, el
médico debe consultar o derivar a otro médico calificado en la materia.

EL MEDICO DEBE: respetar el derecho del paciente a la confidencialidad. Es ético revelar


información confidencial cuando el paciente otorga su consentimiento o cuando existe una
Portafolio de evidencias.

amenaza real e inminente de daño para el paciente u otros y esta amenaza sólo puede
eliminarse con la violación del secreto.

EL MEDICO DEBE: prestar atención de urgencia como deber humanitario, a menos que
esté seguro que otros médicos pueden y quieren prestar dicha atención.

EL MEDICO DEBE:

en situaciones cuando represente a terceros, asegurarse que el paciente conozca


cabalmente dicha situación.

EL MEDICO NO DEBE: tener relaciones sexuales con sus pacientes actuales, ni ninguna
otra relación abusiva o de explotación.

DEBERES DE LOS MEDICOS HACIA LOS COLEGAS

EL MEDICO DEBE: comportarse hacia sus colegas como él desearía que ellos se
comportasen con él.

EL MEDICO NO DEBE: dañar la relación médico-paciente de los colegas a fin de atraer


pacientes.

EL MEDICO DEBE: cuando sea médicamente necesario, comunicarse con los colegas
que atienden al mismo paciente. Esta comunicación debe respetar la confidencialidad del
paciente y limitarse a la información necesaria.

DECLARACION DE GINEBRA ( Adoptada por la AMM en 1948 y revisada en 1968)

Promesa del médico

COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN MÉDICA:

PROMETO SOLEMNEMENTE dedicar mi vida al servicio de la humanidad;

VELAR ante todo por la salud y el bienestar de mis pacientes;

RESPETAR la autonomía y la dignidad de mis pacientes;

VELAR con el máximo respeto por la vida humana

NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen


étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o
cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes;

GUARDAR Y RESPETAR los secretos que se me hayan confiado, incluso después del
fallecimiento de mis pacientes;

EJERCER mi profesión con conciencia y dignidad, conforme a la buena práctica médica;

PROMOVER el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;


Portafolio de evidencias.

OTORGAR a mis maestros, colegas y estudiantes el respeto y la gratitud que merecen;

COMPARTIR mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y del avance de la


salud;

CUIDAR mi propia salud, bienestar y capacidades para prestar una atención médica del
más alto nivel;

NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las
libertades ciudadanas, ni siquiera bajo amenaza;

HAGO ESTA PROMESA solemne y libremente, empeñando mi palabra de honor.

DECLARACION DE HELSINKI (Recomendaciones para los médicos dedicados a la


investigación clínica. Adoptada por la Asamblea Médica Mundial, Helsinki,
Finlandia, 1964)

Adoptada por la
18ª Asamblea Médica Mundial, Helsinki, Finlandia, junio 1964
y enmendada por la
29ª Asamblea Médica Mundial, Tokio, Japón, octubre 1975
35ª Asamblea Médica Mundial, Venecia, Italia, octubre 1983
41ª Asamblea Médica Mundial, Hong Kong, septiembre 1989
48ª Asamblea General Somerset West, Sudáfrica, octubre 1996
52ª Asamblea General, Edimburgo, Escocia, octubre 2000
Nota de Clarificación, agregada por la Asamblea General de la
AMM, Washington 2002
Nota de Clarificación, agregada por la Asamblea General de la AMM, Tokio
2004
59ª Asamblea General, Seúl, Corea, octubre 2008
64ª Asamblea General, Fortaleza, Brasil, octubre 2013

Introducción

1.         La Asociación Médica Mundial (AMM) ha promulgado la Declaración de


Helsinki como una propuesta de principios éticos para investigación médica en
seres humanos, incluida la investigación del material humano y de información
identificables.

La Declaración debe ser considerada como un todo y un párrafo debe ser


aplicado con consideración de todos los otros párrafos pertinentes.
Portafolio de evidencias.

2.         Conforme al mandato de la AMM, la Declaración está destinada


principalmente a los médicos. La AMM insta a otros involucrados en la
investigación médica en seres humanos a adoptar estos principios.

Principios generales

3.         La Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial vincula al


médico con la fórmula «velar solícitamente y ante todo por la salud de mi
paciente”, y el Código Internacional de Etica Médica afirma que: «El médico
debe considerar lo mejor para el paciente cuando preste atención médica”.

4.         El deber del médico es promover y velar por la salud, bienestar y


derechos de los pacientes, incluidos los que participan en investigación
médica. Los conocimientos y la conciencia del médico han de subordinarse al
cumplimiento de ese deber.

5.         El progreso de la medicina se basa en la investigación que, en último


término, debe incluir estudios en seres humanos.

6.         El propósito principal de la investigación médica en seres humanos es


comprender las causas, evolución y efectos de las enfermedades y mejorar las
intervenciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas (métodos,
procedimientos y tratamientos). Incluso, las mejores intervenciones probadas
deben ser evaluadas continuamente a través de la investigación para que sean
seguras, eficaces, efectivas, accesibles y de calidad.

7.         La investigación médica está sujeta a normas éticas que sirven para
promover y asegurar el respeto a todos los seres humanos y para proteger su
salud y sus derechos individuales.

8.         Aunque el objetivo principal de la investigación médica es generar


nuevos conocimientos, este objetivo nunca debe tener primacía sobre los
derechos y los intereses de la persona que participa en la investigación.

9.         En la investigación médica, es deber del médico proteger la vida, la


salud, la dignidad, la integridad, el derecho a la autodeterminación, la
intimidad y la confidencialidad de la información personal de las personas que
participan en investigación.  La responsabilidad de la protección de las
personas que toman parte en la investigación debe recaer siempre en un
Portafolio de evidencias.

médico u otro profesional de la salud y nunca en los participantes en la


investigación, aunque hayan otorgado su consentimiento.

10.       Los médicos deben considerar las normas y estándares éticos, legales y
jurídicos para la investigación en seres humanos en sus propios países, al igual
que las normas y estándares internacionales vigentes. No se debe permitir que
un requisito ético, legal o jurídico nacional o internacional disminuya o elimine
cualquiera medida de protección para las personas que participan en la
investigación establecida en esta Declaración.

11.       La investigación médica debe realizarse de manera que reduzca al


mínimo el posible daño al medio ambiente.

12.       La investigación médica en seres humanos debe ser llevada a cabo sólo
por personas con la educación, formación y calificaciones científicas y éticas
apropiadas. La investigación en pacientes o voluntarios sanos necesita la
supervisión de un médico u otro profesional de la salud competente y
calificado apropiadamente.

13.       Los grupos que están subrepresentados en la investigación médica


deben tener un acceso apropiado a la participación en la investigación.

14.       El médico que combina la investigación médica con la atención médica


debe involucrar a sus pacientes en la investigación sólo en la medida en que
esto acredite un justificado valor potencial preventivo, diagnóstico o
terapéutico y si el médico tiene buenas razones para creer que la participación
en el estudio no afectará de manera adversa la salud de los pacientes que
toman parte en la investigación.

15.       Se debe asegurar compensación y tratamiento apropiados para las


personas que son dañadas durante su participación en la investigación.

Riesgos, Costos y Beneficios

16.       En la práctica de la medicina y de la investigación médica, la mayoría de


las intervenciones implican algunos riesgos y costos.

La investigación médica en seres humanos sólo debe realizarse cuando la


importancia de su objetivo es mayor que el riesgo y los costos para la persona
que participa en la investigación.
Portafolio de evidencias.

17.       Toda investigación médica en seres humanos debe ser precedido de


una cuidadosa comparación de los riesgos y los costos para las personas y los
grupos que participan en la investigación, en comparación con los beneficios
previsibles para ellos y para otras personas o grupos afectados por la
enfermedad que se investiga.

Se deben implementar medidas para reducir al mínimo los riesgos. Los riesgos
deben ser monitoreados, evaluados y documentados continuamente por el
investigador.

18.       Los médicos no deben involucrarse en estudios de investigación en


seres humanos a menos de que estén seguros de que los riesgos han sido
adecuadamente evaluados y de que es posible hacerles frente de manera
satisfactoria.

Cuando los riesgos que implican son más importantes que los beneficios
esperados o si existen pruebas concluyentes de resultados definitivos, los
médicos deben evaluar si continúan, modifican o suspenden inmediatamente
el estudio.

Grupos y personas vulnerables

19.       Algunos grupos y personas sometidas a la investigación son


particularmente vulnerables y pueden tener más posibilidades de sufrir
abusos o daño adicional.

Todos los grupos y personas vulnerables deben recibir protección específica.

20.       La investigación médica en un grupo vulnerable sólo se justifica si la


investigación responde a las necesidades o prioridades de salud de este grupo
y la investigación no puede realizarse en un grupo no vulnerable. Además, este
grupo podrá beneficiarse de los conocimientos, prácticas o intervenciones
derivadas de la investigación.

Requisitos científicos y protocolos de investigación

21.       La investigación médica en seres humanos debe conformarse con los


principios científicos generalmente aceptados y debe apoyarse en un
profundo conocimiento de la bibliografía científica, en otras fuentes de
información pertinentes, así como en experimentos de laboratorio
Portafolio de evidencias.

correctamente realizados y en animales, cuando sea oportuno. Se debe cuidar


también del bienestar de los animales utilizados en los experimentos.

22.       El proyecto y el método de todo estudio en seres humanos deben


describirse claramente y ser justificados en un protocolo de investigación.

El protocolo debe hacer referencia siempre a las consideraciones éticas que


fueran del caso y debe indicar cómo se han considerado los principios
enunciados en esta Declaración. El protocolo debe incluir información sobre
financiamiento, patrocinadores, afiliaciones institucionales, posibles conflictos
de interés e incentivos para las personas del estudio y la información sobre las
estipulaciones para tratar o compensar a las personas que han sufrido daños
como consecuencia de su participación en la investigación.

En los ensayos clínicos, el protocolo también debe describir los arreglos


apropiados para las estipulaciones después del ensayo.

Comités de ética de investigación

23.       El protocolo de la investigación debe enviarse, para consideración,


comentario, consejo y aprobación al comité de ética de investigación
pertinente antes de comenzar el estudio. Este comité debe ser transparente en
su funcionamiento, debe ser independiente del investigador, del patrocinador
o de cualquier otro tipo de influencia indebida y debe estar debidamente
calificado. El comité debe considerar las leyes y reglamentos vigentes en el
país donde se realiza la investigación, como también las normas
internacionales vigentes, pero no se debe permitir que éstas disminuyan o
eliminen ninguna de las protecciones para las personas que participan en la
investigación establecidas en esta Declaración.

El comité tiene el derecho de controlar los ensayos en curso. El investigador


tiene la obligación de proporcionar información del control al comité, en
especial sobre todo incidente adverso grave. No se debe hacer ninguna
enmienda en el protocolo sin la consideración y aprobación del comité.
Después que termine el estudio, los investigadores deben presentar un
informe final al comité con un resumen de los resultados y conclusiones del
estudio.

Privacidad y confidencialidad
Portafolio de evidencias.

24.       Deben tomarse toda clase de precauciones para resguardar la


intimidad de la persona que participa en la investigación y la confidencialidad
de su información personal.

Consentimiento informado

25.       La participación de personas capaces de dar su consentimiento


informado en la investigación médica debe ser voluntaria. Aunque puede ser
apropiado consultar a familiares o líderes de la comunidad, ninguna persona
capaz de dar su consentimiento informado debe ser incluida en un estudio, a
menos que ella acepte libremente.

26.       En la investigación médica en seres humanos capaces de dar su


consentimiento informado, cada participante potencial debe recibir
información adecuada acerca de los objetivos, métodos, fuentes de
financiamiento, posibles conflictos de intereses, afiliaciones institucionales del
investigador, beneficios calculados, riesgos previsibles e incomodidades
derivadas del experimento, estipulaciones post estudio y todo otro aspecto
pertinente de la investigación. El participante potencial debe ser informado del
derecho de participar o no en la investigación y de retirar su consentimiento
en cualquier momento, sin exponerse a represalias. Se debe prestar especial
atención a las necesidades específicas de información de cada participante
potencial, como también a los métodos utilizados para entregar la
información.

Después de asegurarse de que el individuo ha comprendido la información, el


médico u otra persona calificada apropiadamente debe pedir entonces,
preferiblemente por escrito, el consentimiento informado y voluntario de la
persona. Si el consentimiento no se puede otorgar por escrito, el proceso para
lograrlo debe ser documentado y atestiguado formalmente.

Todas las personas que participan en la investigación médica deben tener la


opción de ser informadas sobre los resultados generales del estudio.

27.       Al pedir el consentimiento informado para la participación en la


investigación, el médico debe poner especial cuidado cuando el participante
potencial está vinculado con él por una relación de dependencia o si consiente
bajo presión. En una situación así, el consentimiento informado debe ser
pedido por una persona calificada adecuadamente y que nada tenga que ver
con aquella relación.
Portafolio de evidencias.

28.       Cuando el participante potencial sea incapaz de dar su consentimiento


informado, el médico debe pedir el consentimiento informado del
representante legal. Estas personas no deben ser incluidas en la investigación
que no tenga posibilidades de beneficio para ellas, a menos que ésta tenga
como objetivo promover la salud del grupo representado por el participante
potencial y esta investigación no puede realizarse en personas capaces de dar
su consentimiento informado y la investigación implica sólo un riesgo y costo
mínimos.

29.       Si un participante potencial que toma parte en la investigación


considerado incapaz de dar su consentimiento informado es capaz de dar su
asentimiento a participar o no en la investigación, el médico debe pedirlo,
además del consentimiento del representante legal. El desacuerdo del
participante potencial debe ser respetado.

30.       La investigación en individuos que no son capaces física o mentalmente


de otorgar consentimiento, por ejemplo los pacientes inconscientes, se puede
realizar sólo si la condición física/mental que impide otorgar el consentimiento
informado es una característica necesaria del grupo investigado. En estas
circunstancias, el médico debe pedir el consentimiento informado al
representante legal. Si dicho representante no está disponible y si no se puede
retrasar la investigación, el estudio puede llevarse a cabo sin consentimiento
informado, siempre que las razones específicas para incluir a individuos con
una enfermedad que no les permite otorgar consentimiento informado hayan
sido estipuladas en el protocolo de la investigación y el estudio haya sido
aprobado por un comité de ética de investigación. El consentimiento para
mantenerse en la investigación debe obtenerse a la brevedad posible del
individuo o de un representante legal.

31.       El médico debe informar cabalmente al paciente los aspectos de la


atención que tienen relación con la investigación. La negativa del paciente a
participar en una investigación o su decisión de retirarse nunca debe afectar
de manera adversa la relación médico-paciente.

32.       Para la investigación médica en que se utilice material o datos humanos


identificables, como la investigación sobre material o datos contenidos en
biobancos o depósitos similares, el médico debe pedir el consentimiento
informado para la recolección, almacenamiento y reutilización. Podrá haber
situaciones excepcionales en las que será imposible o impracticable obtener el
consentimiento para dicha investigación. En esta situación, la investigación
Portafolio de evidencias.

sólo puede ser realizada después de ser considerada y aprobada por un


comité de ética de investigación.

Uso del placebo

33.       Los posibles beneficios, riesgos, costos y eficacia de toda intervención


nueva deben ser evaluados mediante su comparación con las mejores
intervenciones probadas, excepto en las siguientes circunstancias:

Cuando no existe una intervención probada, el uso de un placebo, o ninguna


intervención, es aceptable; o

cuando por razones metodológicas científicamente sólidas y convincentes, sea


necesario para determinar la eficacia y la seguridad de una intervención el uso
de cualquier intervención menos eficaz que la mejor probada, el uso de un
placebo o ninguna intervención.

Los pacientes que reciben cualquier intervención menos eficaz que la mejor
probada, el placebo o ninguna intervención, no correrán riesgos adicionales
de daño grave o irreversible como consecuencia de no recibir la mejor
intervención probada.

Se debe tener muchísimo cuidado para evitar abusar de esta opción.

Estipulaciones post ensayo

34.       Antes del ensayo clínico, los auspiciadores, investigadores y los


gobiernos de los países anfitriones deben prever el acceso post ensayo a todos
los participantes que todavía necesitan una intervención que ha sido
identificada como beneficiosa en el ensayo. Esta información también se debe
proporcionar a los participantes durante el proceso del consentimiento
informado.

Inscripción y publicación de la investigación y difusión de


resultados

35.       Todo estudio de investigación con seres humanos debe ser inscrito en
una base de datos disponible al público antes de aceptar a la primera persona.
Portafolio de evidencias.

36.       Los investigadores, autores, auspiciadores, directores y editores todos


tienen obligaciones éticas con respecto a la publicación y difusión de los
resultados de su investigación. Los investigadores tienen el deber de tener a la
disposición del público los resultados de su investigación en seres humanos y
son responsables de la integridad y exactitud de sus informes. Todas las
partes deben aceptar las normas éticas de entrega de información. Se deben
publicar tanto los resultados negativos e inconclusos como los positivos o de
lo contrario deben estar a la disposición del público. En la publicación se debe
citar la fuente de financiamiento, afiliaciones institucionales y conflictos de
intereses. Los informes sobre investigaciones que no se ciñan a los principios
descritos en esta Declaración no deben ser aceptados para su publicación.

Intervenciones no probadas en la práctica clínica

37.       Cuando en la atención de un paciente las intervenciones probadas no


existen u otras intervenciones conocidas han resultado ineficaces, el médico,
después de pedir consejo de experto, con el consentimiento informado del
paciente o de un representante legal autorizado, puede permitirse usar
intervenciones no comprobadas, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de
salvar la vida, restituir la salud o aliviar el sufrimiento. Tales intervenciones
deben ser investigadas posteriormente a fin de evaluar su seguridad y eficacia.
En todos los casos, esa información nueva debe ser registrada y, cuando sea
oportuno, puesta a disposición del público.

DECLARACION DE SYDNEY (“Un manifiesto sobre la muerte”. Adoptado por la


Asamblea Medica Mundial, Sydney, Australia, 1968.)

Adoptada por la 22ª Asamblea Médica Mundial, Sídney, Australia, Agosto 1968 y
enmendada por la 35ª Asamblea Médica Mundial, Venecia, Italia, Octubre 1983,por la 57a
Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, Octubre 2006 y por la 67ª
Asamblea General de la AMM, Taipei, Taiwán, Octubre 2016

La certificación de la muerte puede hacerse en base a la cesación irreversible de todas


las funciones de todo el cerebro, incluido el tronco encefálico, o la cesación irreversible de
las funciones circulatorias y respiratorias. Esta certificación se basará en el juicio clínico
de acuerdo a criterios aceptados con la ayuda, si es necesaria, de otros medios de
diagnóstico estándares aplicados por un médico.

Incluso sin intervención, la actividad de células, órganos y tejidos en el cuerpo puede


continuar temporalmente después de la certificación de la muerte. La cesación de toda
vida a nivel celular no es un criterio necesario para certificar la muerte.
Portafolio de evidencias.

El uso de órganos para trasplante de un donante fallecido ha hecho que sea importante
que el médico pueda determinar cuándo un paciente con apoyo mecánico ha muerto.

Después que ha ocurrido la muerte, es posible mantener la circulación a los órganos y


tejidos del cuerpo mecánicamente. Esto puede hacerse para preservar los órganos y
tejidos para trasplantes.

Antes de un trasplante post mórtem, el estado de muerte debe ser certificado por un
médico que no esté directamente relacionado con el procedimiento del trasplante.

Después de la certificación de la muerte, todo tratamiento e intento de reanimación puede


abandonarse y los órganos del donante pueden recuperarse, siempre que se hayan
cumplido los requisitos legales vigentes de consentimiento y otros éticos. Los médicos
deben seguir el protocolo sobre donación de órganos para donantes fallecidos, estipulado
en la Declaración de la AMM sobre Donación de Organos y Tejidos.

DECLARACION DE OSLO (Manifiesto sobre el aborto terapéutico. Adoptado por la


Asamblea Medica Mundial, Oslo, Noruega, 1970)

Adoptada por la 24ª Asamblea Médica Mundial, Oslo, Noruega, agosto 1970 y
enmendada por la 35ª Asamblea Médica Mundial, Venecia, Italia, octubre 1983

1. El primer principio moral que se impone al médico es el respeto a la vida humana, tal
como queda establecido en una de las cláusulas de la Declaración de Ginebra “Guardare
el máximo respeto hacia la vida humana desde el momento de su concepción”.

2. Las circunstancias que ponen los intereses vitales de la madre en conflicto con los
intereses vitales de su criatura por nacer, crean un dilema y plantean el interrogante
respecto a si el embarazo debe o no ser deliberadamente interrumpido.

3. La diversidad de respuestas a esta situación es producida por la diversidad de actitudes


hacia la vida de la criatura por nacer. Esta es una cuestión de convicción y conciencia
individuales que debe ser respetada.

4. No es función de la profesión médica determinar las actitudes y reglas de una nación o


de una comunidad en particular con respecto a este asunto, pero sí es su deber asegurar
la protección de sus pacientes y defender los derechos del médico dentro de la sociedad.

5. Por lo tanto, donde la ley permita el aborto terapéutico, la operación debe ser realizada
por un médico competente en la materia y en un lugar aprobado por las autoridades del
caso.

6. Si un médico estima que sus convicciones no le permiten aconsejar o practicar un


aborto, él puede retirarse, siempre que garantice que un colega calificado continuará
prestando la atención médica.
Portafolio de evidencias.

7. Esta declaración, si bien es respaldada por la Asamblea General de la Asociación


Médica Mundial, no debe ser considerada como obligatoria para ninguna asociación
miembro en particular, a menos que ella sea adoptada por la asociación miembro.

DECLARACION DE TOKIO (Guia para los médicos sobre tortura y otros


tratamientos o castigos degradantes, inhumanos o crueles, en relación con la
detención y prisión de un ser humano. Adoptada por la Asociacion Medica Mundial,
Tokio, 1975.)

Adoptada por la 29ª Asamblea Médica Mundial, Tokio, Japón, octubre 1975
y revisada en su redacción por la 170ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains,
Francia, mayo 2005
por la 173ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2006

y revisada por la 67ª Asamblea General de la AMM, Taipei, Taiwán, octubre


2016

Introducción

El médico tiene el privilegio y el deber de ejercer su profesión al servicio de la


humanidad, preservar y restituir la salud mental y corporal sin prejuicios
personales y aliviar el sufrimiento de sus pacientes. El debe mantener el
máximo respeto por la vida humana, aun bajo amenaza, y jamás utilizar sus
conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.

Para fines de esta Declaración, la tortura se define como el sufrimiento físico o


mental infligido en forma deliberada, sistemática o caprichosamente por una o
más personas, que actúan solas o bajo las órdenes de cualquier autoridad,
para forzar a otra persona a entregar informaciones, hacerla confesar o por
cualquier otra razón.

Declaración

1. El médico no deberá favorecer, aceptar o participar en la práctica de la


tortura o de otros procedimientos crueles, inhumanos o degradantes,
cualquier sea el delito atribuido a la víctima, sea ella sospechosa, acusada o
culpable, y cualquiera sean sus creencias o motivos y en toda situación,
incluido el conflicto armado o la lucha civil.

2. El médico no proporcionará ningún lugar, instrumento, substancia o


conocimiento para facilitar la práctica de la tortura u otros tratos crueles,
Portafolio de evidencias.

inhumanos o degradantes, o para disminuir la capacidad de resistencia de la


víctima a soportar dicho trato.

3. Cuando el médico preste asistencia médica a detenidos o prisioneros que


son o podrían ser interrogados más adelante, debe ser muy cuidadoso para
asegurar la confidencialidad de toda información médica personal. El médico
debe informar a las autoridades correspondientes toda violación de la
Convención de Ginebra.

4. Como se estipula en la Resolución de la AMM sobre la Responsabilidad de


los Médicos en la Documentación y la Denuncia de Casos de Tortura o Trato
Cruel, Inhumano o Degradante y como una excepción a la confidencialidad
profesional, el médico tiene la obligación ética de informar los maltratos,
cuando sea posible con el consentimiento de la persona, pero en ciertas
circunstancias cuando la víctima no puede expresarse libremente, sin
consentimiento explícito.

5. El médico no utilizará o permitirá que se use, en lo posible, conocimientos o


experiencia médicos o información de salud específica de las personas con el
fin de facilitar o ayudar de otra manera el interrogatorio, ya sea legal o ilegal,
de dichas personas.

6. El médico no deberá estar presente durante ningún procedimiento que


implique el uso o amenaza de tortura, o de cualquiera otra forma de trato
cruel, inhumano o degradante.

7. El médico debe gozar de una completa independencia clínica para decidir el


tipo de atención médica para la persona bajo su responsabilidad. El papel
fundamental del médico es aliviar el sufrimiento del ser humano, sin que
ningún motivo, personal, colectivo o político, lo aleje de este noble objetivo.

8. En el caso de un prisionero que rechace alimentos y a quien el médico


considera capaz de comprender racional y sanamente las consecuencias de
dicho rechazo voluntario de alimentación, no deberá ser alimentado
artificialmente, como se estipula en la Declaración de Malta de la AMM sobre
las Personas en Huelgas de Hambre. La decisión sobre la capacidad racional
del prisionero debe ser confirmada al menos por otro médico ajeno al caso. El
médico deberá explicar al prisionero las consecuencias de su rechazo a
alimentarse.
Portafolio de evidencias.

9. Recordando la Declaración de Hamburgo de la AMM sobre el Apoyo a los


Médicos que se Niegan a Participar o a Tolerar la Tortura u Otras Formas de
Trato Cruel, Inhumano o Degradante, la Asociación Médica Mundial respalda e
insta a la comunidad internacional, asociaciones médicas nacionales y colegas
médicos a apoyar al médico y a su familia frente a amenazas o represalias
recibidas por haberse negado a aceptar el uso de la tortura y otras formas de
trato cruel, inhumano o degradante.

10. La Asociación Médica Mundial pide a las asociaciones médicas nacionales


que insten a los médicos a continuar su formación profesional y educación
sobre derechos humanos.

DECLARACION DE HAWAI DE 1977

(Guías éticas para los psiquiatras de todo el mundo. – Asamblea General de la World

Pyschiatric Association 1977)

1. El objetivo de la psiquiatría consiste en promover la salud, así como el desarrollo y la


autonomía personal. De acuerdo con lo mejor de su capacidad, así como los principios
científicos y éticos aceptados, el psiquiatra servirá a los intereses del paciente, y también
se preocupará por el bien común y la distribución justa de los recursos sanitarios. Para
cumplir esos objetivos, se necesita una investigación incesante y una educación
continuada del personal sanitario, los pacientes y el público general.

2. A todo paciente debe ofrecérsele la mejor terapéutica disponible, y tratarlo con la


solicitud y respeto debidos a la dignidad de cualquier ser humano, respetando su
autonomía sobre su vida y su salud. El psiquiatra es responsable del tratamiento
administrado por los miembros de su equipo, a los que proporcionará formación y
supervisión cualificada. Siempre que sea necesario, o el paciente lo solicite sobre bases
razonables, el psiquiatra debe pedir la ayuda o la opinión de un colega más
experimentado.

3. La relación terapéutica entre paciente y psiquiatra se funda en el mutuo acuerdo. Este


requiere confianza, secreto profesional, franqueza, cooperación y responsabilidad mutua.
Tal tipo de relación no puede establecerse con algunos pacientes gravemente enfermos.
En ese caso, como en el del tratamiento de los niños, debe tomarse contacto con una
persona cercana al paciente y aceptable para él. Siempre que se establezca una relación
para fines distintos del terapéutico, por ejemplo en psiquiatría forense, debe explicarse
concienzudamente su naturaleza a la persona involucrada.

4. El psiquiatra debe informar al paciente de la naturaleza de su afección, del diagnóstico


propuesto y de los procedimientos terapéuticos, incluyendo las posibles alternativas. Esta
información debe ofrecerse de forma considerada, y dando al paciente oportunidad de
elegir entre los métodos apropiados disponibles.
Portafolio de evidencias.

5. No debe realizarse ningún proceder ni administrarse ningún tratamiento contra el deseo


del paciente o independientemente de él, a memos que el sujeto carezca de capacidad
para expresar sus propios deseos, que debido a la enfermedad psiquiátrica no pueda ver
lo que más le interesa, o que, por la misma razón, constituya una amenaza importante
para otras personas. En estos casos, puede o debe administrarse tratamiento obligado,
siempre que se haga en interés del paciente, pueda presumirse un consentimiento
informado retroactivo, al cabo de un período razonable de tiempo y, si es posible, se
obtenga el consentimiento de alguna persona cercana al paciente.

6. Tan pronto como no tengan aplicación las condiciones expresadas más arriba para el
tratamiento obligado, el paciente debe ser dado de alta, a menos que voluntariamente
consienta en continuar el tratamiento. En estos casos de tratamiento o detención
obligados, debe existir una institución neutral e independiente que regule la situación.
Todo paciente debe ser informado de la existencia de tal institución, y se le permitirá que
apele a ella, personalmente o por medio de un representante, sin interferencia por parte
del personal hospitalario ni de ninguna otra persona.

7. El psiquiatra nunca debe usar las posibilidades de la profesión para maltratar a


individuos o grupos, y nunca debe permitir que sus prejuicios, sentimientos o deseos
interfieran con el tratamiento. El psiquiatra no debe participar en el tratamiento psiquiátrico
obligado de personas sin enfermedad psiquiátrica. Si el paciente o alguna otra persona
solicita acciones contrarias a los principios éticos o científicos, el psiquiatra debe negarse
a cooperar. Cuando, por cualquier razón, no pueda actuarse conforme a los deseos o el
interés del paciente, se le debe informar.

8. Todo lo que el paciente diga al psiquiatra, y lo que éste haya anotado durante el
examen o el tratamiento, debe considerarse confidencial, a menos que el paciente libere
al psiquiatra del secreto profesional, o razones vitales de interés común o para un
beneficio superior del propio paciente hagan imperativo el descubrirlo. Sin embargo, en
estos casos debe informarse inmediatamente al paciente de que se ha roto el secreto.

9. Para aumentar y extender los conocimientos y métodos terapéuticos de la psiquiatría


se requiere la participación de los pacientes. Sin embargo, debe obtenerse el
consentimiento informado del paciente antes de presentarlo a una clase y, si es posible,
también cuando se vaya a publicar su caso; y se tomarán todas las medidas razonables
para preservar el anonimato y salvaguardar la reputación personal del sujeto. Al igual que
en el acto terapéutico, en la investigación clínica debe ofrecerse el mejor tratamiento
disponible a todos los sujetos. Su participación debe ser voluntaria, después de informarle
en forma completa de los objetivos, procederes, riesgos e inconvenientes del proyecto, y
siempre debe existir una relación razonable entre los inconvenientes o riesgos y los
beneficios calculados del estudio. En el caso de los niños y de otros pacientes que no
pueden dar por si mismos el consentimiento informado, éste debe obtenerse de alguna
persona cercana a ellos.

10. Todo paciente o sujeto de investigación es libre de retirarse, por cualquier razón y
cualquier momento, de cualquier tratamiento voluntario o de cualquier programa de
Portafolio de evidencias.

investigación o docencia en el que participe. Esta retirada, así como la negativa a


participar en un programa, en ningún caso deben influir en los esfuerzos del psiquiatra
para ayudar al paciente o sujeto. El psiquiatra debe detener cualquier programa de
tratamiento, docencia o investigación, que a lo largo de su desarrollo resultase contrario a
los principios de esta Declaración.

DECLARACION DE KIOTO, PARIS Y ESTOCOLMO.


Protocolo de Kioto:

Los delegados celebran la aprobación del Protocolo en 1997. Hizo falta todo un año para
que los países miembros de la Convención Marco sobre el Cambio climático decidieran
que la Convención tenía que incorporar un acuerdo con exigencias más estrictas para
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La Convención entró en vigor en 1994, y ya en 1995 los gobiernos habían iniciado


negociaciones sobre un protocolo, es decir, un acuerdo internacional vinculado al tratado
existente, pero con autonomía propia. El texto del Protocolo de Kyoto se adoptó por
unanimidad en 1997.

 La principal característica del Protocolo es que tiene objetivos obligatorios relativos


a las emisiones de gases de efecto invernadero para las principales economías
mundiales que lo hayan aceptado. Estos objetivos van desde -8% hasta +10% del
nivel de emisión de los diferentes países en 1999 "con miras a reducir el total de sus
emisiones de esos gases a un nivel inferior en no menos de 5% al de 1990 en el
período de compromiso comprendido entre el año 2008 y el 2012". En casi todos los
casos, incluso en los que se ha fijado un objetivo de +10% de los niveles de 1990, los
límites exigen importantes reducciones de las emisiones actualmente proyectadas.
Se prevé el establecimiento de objetivos obligatorios futuros para los “períodos de
compromiso” posteriores a 2012. Éstos se negociarán con suficiente antelación con
respecto a los períodos afectados.

 Los compromisos contraídos en virtud del Protocolo varían de un país a otro. El


objetivo global del 5% para los países desarrollados debe conseguirse mediante
recortes (con respecto a los niveles de 1990) del 8% en la Unión Europea (UE [15]),
Suiza y la mayor parte de los países de Europa central y oriental; 6% en el Canadá;
7% en los Estados Unidos (aunque posteriormente los Estados Unidos han retirado
su apoyo al Protocolo), y el 6% en Hungría, Japón y Polonia. Nueva Zelandia, Rusia
y Ucrania deben estabilizar sus emisiones, mientras que Noruega puede aumentarlas
hasta un 1%, Australia un 8% (posteriormente retiró su apoyo al Protocolo) e Islandia
un 10%. La UE ha establecido su propio acuerdo interno para alcanzar su objetivo del
8% distribuyendo diferentes porcentajes entre sus Estados Miembros. Estos objetivos
oscilan entre recortes del 28% en Luxemburgo y del 21% en Dinamarca y Alemania a
un aumento del 25% en Grecia y del 27% en Portugal.

 Para compensar las duras consecuencias de los “objetivos vinculantes”, el


acuerdo ofrece flexibilidad en la manera en que los países pueden cumplir sus
objetivos. Por ejemplo, pueden compensar parcialmente sus emisiones aumentando
los “sumideros” –bosques, que eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera. Ello
puede conseguirse bien en el territorio nacional o en otros países. Pueden pagar
Portafolio de evidencias.

también proyectos en el extranjero cuyo resultado sea una reducción de los gases de
efecto invernadero. Se han establecido varios mecanismos con este fin (véanse los
apartados sobre “comercio de derechos de emisión”, el “Mecanismo para un
desarrollo limpio” y la “aplicación conjunta”.

  El Protocolo de Kioto ha avanzado lentamente: se encuentra todavía en lo que se


conoce con el nombre de “fase de ratificación”, y es un acuerdo complicado. Razones
no faltan. El Protocolo no sólo debe ser eficaz frente a un problema mundial también
complicado; debe ser también políticamente aceptable. En consecuencia, se ha
multiplicado el número de grupos y comités creados para supervisar y arbitrar sus
diferentes programas, e incluso después de la aprobación del acuerdo en 1997, se
consideró necesario entablar nuevas negociaciones para especificar las instrucciones
sobre la manera de instrumentalizarlo. Estas normas, adoptadas en 2001, se
conocen con el nombre de “Acuerdos de Marrakech”.

 Los tratados internacionales deben tratar de conseguir un delicado equilibrio. Los


que se proponen conseguir un apoyo general muchas veces no son lo bastante
enérgicos como para resolver los problemas que tratan de solucionar (como se
consideraba que la Convención Marco presentaba esa deficiencia, a pesar de sus
numerosas y valiosas disposiciones, se creó el Protocolo con la finalidad de
complementarla). En cambio, los tratados con disposiciones firmes pueden tener
problemas a la hora de conseguir el apoyo necesario para que resulten eficaces.

 Lo que ahora se necesita realmente es que el Protocolo consiga ratificaciones


suficientes para entrar en vigor. Lo mismo que el Protocolo en general, esta materia
es complicada. El Protocolo será jurídicamente vinculante cuando lo hayan ratificado
no menos de 55 países, entre los que se cuenten países desarrollados cuyas
emisiones totales representen por lo menos el 55% del total de las emisiones de
dióxido de carbono en 1990. Ello no ha ocurrido todavía. El principal problema es que
deben decidir adherirse más naciones industrializadas que se verán afectadas por los
límites de emisión del Protocolo. Una segunda preocupación es que los Estados
Unidos y Australia han manifestado que no apoyarán ya el tratado.

 Al mismo tiempo, una novedad positiva es que algunos mecanismos del Protocolo
cuentan con apoyo suficiente y se están estableciendo antes incluso de la entrada en
vigor del Protocolo. Por ejemplo, el Mecanismo para un desarrollo limpio –a través
del cual los países industrializados pueden cumplir en parte sus objetivos vinculantes
de emisión mediante “créditos” obtenidos patrocinando proyectos que reducen las
emisiones de gases de efecto invernadero en los países en desarrollo– cuentan ya
con una junta ejecutiva que está preparando algunas propuestas.

ACUERDO DE PARIS
El 12 diciembre de 2015, en la COP21 de París, las Partes de la CMNUCC alcanzaron un
acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e
inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. El
Acuerdo de París se basa en la Convención y, por primera vez, hace que todos los países
tengan una causa común para emprender esfuerzos ambiciosos para combatir el cambio
Portafolio de evidencias.

climático y adaptarse a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar a los países en
desarrollo a hacerlo. Como tal, traza un nuevo rumbo en el esfuerzo climático mundial.

El objetivo central del Acuerdo de París es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del
cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy
por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, y

proseguir los esfuerzos para limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5 grados
centígrados. Además, el acuerdo tiene por objeto aumentar la capacidad de los países
para hacer frente a los efectos del cambio climático y lograr que las corrientes de
financiación sean coherentes con un nivel bajo de emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) y una trayectoria resistente al clima. Para alcanzar estos ambiciosos
objetivos, es preciso establecer un marco tecnológico nuevo y mejorar el fomento de la
capacidad, con el fin de apoyar las medidas que adopten los países en desarrollo y los
países más vulnerables, en consonancia con sus propios objetivos nacionales, y movilizar
y proporcionar los recursos financieros necesarios. El Acuerdo también prevé un marco
mejorado de transparencia para la acción y el apoyo.

El Acuerdo de París exige a todas las Partes que hagan todo lo que esté en su mano por
medio de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC por sus siglas en inglés) y
que redoblen sus esfuerzos en los próximos años. Esto incluye la obligación de que todas
las Partes informen periódicamente sobre sus emisiones y sobre sus esfuerzos de
aplicación. También habrá un inventario mundial cada cinco años para evaluar el progreso
colectivo hacia el logro del propósito del acuerdo, y para informar sobre nuevas medidas
individuales de las Partes.

El Acuerdo de París quedó abierto a la firma el 22 de abril de 2016 – Día de la Tierra – en


la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Entró en vigor el 4 de noviembre de 2016,
30 días después de que se cumpliera el llamado “doble criterio” (ratificación por 55 países
que representan al menos el 55 % de las emisiones mundiales). Desde entonces, más
países han ratificado y siguen ratificando el Acuerdo, y alcanzan un total de 125 Partes a
principios de 2017. El número actual de ratificaciones se puede encontrar aquí.

Para que el Acuerdo de París sea plenamente operativo, se puso en marcha en París un
programa de trabajo para elaborar modalidades, procedimientos y directrices sobre una
amplia gama de cuestiones. Desde 2016, las Partes colaboran en los órganos
subsidiarios (el Grupo de Trabajo Especial sobre el Acuerdo de París (GAP), Órgano
Subsidiario de Ejecución (OSE) y el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y
Tecnológico (OSACT)) y en diversos órganos constituidos. La Conferencia de las Partes,
en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París (CP/RA) se reunió por primera
vez de forma conjunta con la COP 22 en Marrakech (noviembre de 2016) y adoptó sus
dos primeras decisiones. Se espera que el programa de trabajo esté terminado para 2018.

El Acuerdo de París, adoptado mediante la decisión 1/CP.21, aborda áreas cruciales


necesarias para combatir el cambio climático. A continuación, se exponen algunos de los
aspectos clave del Acue
Portafolio de evidencias.

Objetivo a largo plazo referente a la temperatura (artículo 2) – El Acuerdo de París, al


tratar de fortalecer la respuesta mundial al cambio climático, reafirma el objetivo de limitar
el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 grados centígrados, al
tiempo que prosiguen los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados.

Punto máximo y neutralidad climática (artículo 4) – Para alcanzar este objetivo de


temperatura, las Partes se proponen alcanzar cuanto antes el punto máximo de las
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, y a reconocer que ese
punto máximo llevará más tiempo a las Partes que son países en desarrollo, con el fin de
lograr un equilibrio entre las emisiones antropógenas por las fuentes y la absorción por los
sumideros de GEI en la segunda mitad del siglo.

Mitigación (artículo 4) – El Acuerdo de París establece compromisos vinculantes de todas


las Partes para preparar, comunicar y mantener una contribución determinada a nivel
nacional (NDC por sus siglas en inglés) y aplicar medidas nacionales para lograrlos.
También establece que las Partes comunicarán sus contribuciones determinadas a nivel
nacional cada cinco años, y proporcionarán la información necesaria para la claridad y la
transparencia. Para establecer una base firme para una mayor ambición, cada
contribución determinada a nivel nacional sucesiva representará una progresión más allá
de la anterior, y reflejará la mayor ambición posible. Los países desarrollados deberían
seguir asumiendo el liderazgo mediante el establecimiento de objetivos de reducción
absolutos para toda la economía, mientras que los países en desarrollo deberían seguir
intensificando sus esfuerzos de mitigación, mientras se les alienta a avanzar hacia la
consecución de los objetivos para toda la economía a lo largo del tiempo, a la luz de las
diferentes circunstancias nacionales.

Sumideros y depósitos (artículo 5) – El Acuerdo de París también alienta a las Partes a


conservar y mejorar, según proceda, los sumideros y depósitos de GEI a que se hace
referencia en el apartado d) del párrafo 1 del artículo 4 de la Convención, incluidos los
bosques.

Participación voluntaria / Enfoques relacionados y no relacionados con el mercado


(artículo 6) – El Acuerdo de París reconoce la posibilidad de participación voluntaria entre
las Partes para permitir una mayor ambición y establece principios -incluidos la integridad
ambiental, la transparencia y una contabilidad sólida- para cualquier cooperación que
implique la transferencia internacional de los resultados de la mitigación. Establece un
mecanismo para contribuir a la mitigación de las emisiones de GEI y apoyar el desarrollo
sostenible, y define un marco para los enfoques no mercantiles del desarrollo sostenible.

Adaptación (artículo 7) – El Acuerdo de París establece un objetivo mundial sobre la


adaptación, a saber, el aumento de la capacidad de adaptación, el fortalecimiento de la
resiliencia y la reducción de la vulnerabilidad al cambio climático en el contexto del
objetivo de temperatura del Acuerdo. Su objetivo es fortalecer significativamente los
esfuerzos nacionales de adaptación, incluso mediante el apoyo y la cooperación
internacional. El Acuerdo reconoce que la adaptación es un reto mundial al que se
enfrentan todos. Todas las Partes deberían dedicarse a la adaptación, incluso mediante la
Portafolio de evidencias.

formulación y aplicación de planes nacionales de adaptación, y deberían presentar y


actualizar periódicamente una comunicación de adaptación en la que describan sus
prioridades, necesidades, planes y medidas. Deben reconocerse los esfuerzos de
adaptación de los países en desarrollo.

Pérdidas y daños (artículo 8) – En el Acuerdo de París se reconoce la importancia de


evitar, reducir al mínimo y hacer frente a las pérdidas y los daños relacionados con los
efectos adversos del cambio climático, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos
y los fenómenos de evolución lenta, y la contribución del desarrollo sostenible a la
reducción del riesgo de pérdidas y daños. Las Partes deberían reforzar la comprensión,
las medidas y el apoyo, incluso a través del Mecanismo Internacional de Varsovia para las
Pérdidas y los Daños, de manera cooperativa y facilitativa con respecto a las pérdidas y
los daños relacionados con los efectos adversos del cambio climático.

Recursos financieros, tecnológicos y para el fomento de la capacidad (artículos 9, 10 y


11) – El Acuerdo de París reafirma las obligaciones de los países desarrollados de apoyar
los esfuerzos de las Partes que son países en desarrollo para construir un futuro limpio y
resistente al clima, al tiempo que alienta por primera vez a otras Partes a que presten o
sigan prestando ese apoyo de manera voluntaria. El suministro de recursos también debe
tener por objeto lograr un equilibrio entre la adaptación y la mitigación. Además de
informar sobre la financiación ya proporcionada, las Partes que son países desarrollados
se comprometen a proporcionar bienalmente información transparente e indicativa sobre
el apoyo futuro para las partes que son países en desarrollo, incluidos los niveles
previstos de financiación pública. El acuerdo también establece que el Mecanismo
Financiero de la Convención, incluido el Fondo Verde del Clima (GCF), servirá al Acuerdo.
También se fortalece la cooperación internacional en materia de desarrollo y transferencia
de tecnología para el clima y de fomento de la capacidad en el mundo en desarrollo: se
establece un marco tecnológico en el marco del Acuerdo y se fortalecerán las actividades
de fomento de la capacidad mediante, entre otras cosas, un mayor apoyo a las medidas
de fomento de la capacidad en las Partes que son países en desarrollo y los acuerdos
institucionales necesarios. La educación y la formación sobre el cambio climático, así
como la sensibilización, la participación y el acceso a la información (artículo 12) también
deben reforzarse en el marco del Acuerdo.

La educación, la formación, la sensibilización y participación del público y el acceso


público a la información sobre el cambio climático (artículo 12) también deberán
reforzarse en el marco del Acuerdo.

Transparencia (artículo 14), implementación y cumplimiento (artículo 15) – El Acuerdo de


París se basa en un sólido sistema de transparencia y contabilidad para proporcionar
claridad sobre las medidas y el apoyo de las Partes, con flexibilidad para las diferentes
capacidades de las Partes. Además de presentar información sobre mitigación,
adaptación y apoyo, el Acuerdo exige que la información presentada por cada Parte se
someta a un examen internacional de expertos técnicos. El Acuerdo también incluye un
mecanismo que facilitará la aplicación y promoverá el cumplimiento de manera no
contenciosa y no punitiva, e informará anualmente a la CP/RA.
Portafolio de evidencias.

Balance mundial (artículo 14) - Un "balance mundial", que tendrá lugar en 2023 y cada
cinco años a partir de entonces, evaluará el progreso colectivo hacia el logro de los
objetivos del Acuerdo de una manera global y facilitadora. Se basará en la mejor ciencia
disponible y en su objetivo mundial a largo plazo. Su resultado servirá de base para que
las Partes actualicen y mejoren sus medidas y apoyen y aumenten la cooperación
internacional en la lucha contra el cambio climático.

Decisión 1/CP.21 – Esta decisión también establece una serie de medidas para mejorar
la acción antes de 2020, incluido el fortalecimiento del proceso de examen técnico, la
mejora de la provisión de fondos urgentes, tecnología y apoyo, y medidas para fortalecer
la participación de alto nivel. Para 2018 está previsto un diálogo con fines de facilitación
para hacer balance del progreso colectivo hacia el objetivo de reducción de emisiones a
largo plazo del artículo 4. La decisión también acoge con beneplácito los esfuerzos de
todos los interesados que no son Partes para hacer frente al cambio climático y responder
a él, incluidos los de la sociedad civil, el sector privado, las instituciones financieras, las
ciudades y otras autoridades subnacionales. Estas partes interesadas están invitadas a
intensificar sus esfuerzos y a mostrarlos a través de la plataforma de la acción mundial
sobre el clima para actores no estatales (http://climateaction.unfccc.int). Las Partes
también reconocieron la necesidad de fortalecer los conocimientos, las tecnologías, las
prácticas y los esfuerzos de las comunidades locales y los pueblos indígenas, así como la
importante función de ofrecer incentivos mediante instrumentos como las políticas
nacionales y la fijación de precios del carbono.

DECLARACION DE ESTOCOLMO

A. Observaciones generales
La Declaración de Estocolmo consta de un preámbulo que comprende siete
proclamaciones introductorias, y de 26 principios; la Declaración de Río comprende un
preámbulo y 27 principios. Como declaraciones de conferencias diplomáticas, ninguno de
los dos instrumentos es oficialmente vinculante. Sin embargo, las dos declaraciones
incluyen disposiciones que en el momento de su aprobación se entendía que reflejaban
ya disposiciones del derecho internacional consuetudinario o se esperaba que inspiraran
futuras aspiraciones normativas. Además, la Declaración de Río, al reafirmar
expresamente y ampliar la Declaración de Estocolmo, refuerza la importancia normativa
de aquellos conceptos que son comunes a los dos instrumentos.

En algunos casos se ha interpretado erróneamente que el Principio 1 de las


Declaraciones de Río y de Estocolmo implica un “derecho humano al medio ambiente”. En
efecto, el texto de Estocolmo se refiere al “derecho fundamental [del ser humano a] ...
condiciones de vida adecuadas, en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida
digna y gozar de bienestar”. Sin embargo, en la Conferencia se rechazaron varias
propuestas de que se mencionara de manera directa e inequívoca el derecho humano al
Portafolio de evidencias.

medio ambiente. En la Declaración de Río, la sugerencia de ese derecho es aún más


ligera, ya que simplemente se estipula que los seres humanos “tienen derecho a una vida
saludable y productiva en armonía con la naturaleza”. Desde entonces, el concepto del
derecho del género humano a un medio ambiente adecuado o saludable se ha arraigado
en algunos sistemas de derechos humanos regionales, pero no ha obtenido apoyo
internacional generalizado, ni se ha consagrado en ningún tratado mundial de derechos
humanos. De hecho, el reconocimiento del derecho humano a un medio ambiente
saludable plantea “cuestiones difíciles”, como observa con ironía un estudio de 2011 del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

B. La prevención de los daños ambientales La disposición más importante que es común


a las dos declaraciones es tal vez la que se refiere a la prevención de los daños
ambientales. En términos idénticos, en la segunda parte del Principio 21 de Estocolmo y
del Principio 2 de Río se establece la responsabilidad de los Estados de “velar por que las
actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños al
medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de los límites de la
jurisdicción nacional”. Esa obligación se compensa mediante el reconocimiento, en la
primera parte de los principios respectivos, del derecho soberano de los Estados de
“explotar” sus recursos naturales de conformidad con sus políticas “ambientales”
(Estocolmo), o “ambientales y de desarrollo” (Río). Si bien en Estocolmo algunos países
cuestionaban todavía el carácter de esa obligación como norma de derecho
consuetudinario, hoy no cabe duda de que forma parte del derecho internacional general.
Así, la Corte Internacional de Justicia reiteró expresamente esa obligación como norma
del derecho internacional consuetudinario, primero en su opinión consultiva sobre la
Legalidad de la amenaza o el empleo de armas nucleares y más recientemente en la
Causa relativa a las plantas de celulosa en el Río Uruguay. Más aún, el fallo de la causa
relativa a las plantas de celulosa confirma claramente que la obligación de prevención de
los Estados es una cuestión de diligencia debida.

C. El derecho al desarrollo en el contexto ambiental Tanto en Estocolmo como en Río,


definir el carácter de la relación entre el medio ambiente y el desarrollo fue una de las
tareas más delicadas de la conferencia respectiva. Los proyectos de textos de orientación
ecológica propuestos inicialmente por los países occidentales industrializados no tuvieron
buena acogida, y los países en desarrollo lograron reintegrar una perspectiva de
desarrollo en las versiones finales de las dos declaraciones. Así, en la Declaración de
Estocolmo, tras afirmar que “Los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial,
son esenciales para el bienestar del hombre” (primer párrafo del preámbulo), en el
Principio 8 se atribuye de manera inequívoca el calificativo de indispensable al “desarrollo
económico y social”. En el Principio 3 de Río, empleando términos normativos aún más
enérgicos, se destaca que “El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que
responda equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las
generaciones presentes y futuras”. Aunque los Estados Unidos se sumaron al consenso
sobre la Declaración, en una intervención separada reiteraron su oposición al concepto
del desarrollo como derecho. La condición jurídica internacional del “derecho al desarrollo”
ha seguido siendo objeto de controversia, aunque después de la Conferencia de Río se
Portafolio de evidencias.

ha manifestado un fuerte apoyo al concepto, entre otras cosas, mediante su


reconocimiento en la Declaración y Programa de Acción de Viena de 1993 y en la
Declaración del Milenio. En cualquier caso, no se puede negar que la formulación de Río
ha tenido una fuerte resonancia en el discurso jurídico-político internacional y a menudo
se invoca como contrapeso de los objetivos de conservación y protección del medio
ambiente.

D. Medidas de precaución Uno de los diversos principios de la Declaración de Río que no


tienen contraparte en la Declaración de Estocolmo es el Principio 15, que establece que
“los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus
capacidades”. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza
científica absoluta no eximirá a los Estados de adoptar medidas eficaces en función de los
costos para impedir la degradación del medio ambiente. En Río, una iniciativa europea
que proponía la inclusión de las medidas de precaución como “principio” no tuvo acogida.
Hoy ese concepto se refleja ampliamente en la práctica internacional, aunque no existe
una definición única y autorizada de su contenido o alcance. Esto ha llevado a algunos
Estados, entre ellos a los Estados Unidos, a cuestionar su condición como “principio de
derecho internacional” y a fortiori como norma del derecho internacional consuetudinario
(Organización Mundial del Comercio, Comunidades Europeas – Medidas que afectan a la
aprobación y comercialización de productos biotecnológicos, párrs. 7.80 a 7.83). Sin
embargo, en su opinión consultiva de 2011, la Sala de Controversias de los Fondos
Marinos del Tribunal Internacional del Derecho del Mar tomó nota de una “tendencia a
considerar ese criterio parte del derecho internacional consuetudinario”, con lo cual se
unió al grupo cada vez más nutrido de quienes reconocen la “precaución” como principio
establecido del derecho internacional, o bien como norma del derecho internacional
consuetudinario.

E. “Responsabilidades comunes pero diferenciadas” Si bien el concepto de


“responsabilidades comunes pero diferenciadas” es aceptado como elemento básico del
paradigma del desarrollo sostenible, esa expresión es también una de las afirmaciones
normativas más controvertidas de la Declaración de Río. La segunda oración del Principio
7 dice así: “En vista de que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio
ambiente mundial, los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas”.
Desde su aprobación, las implicaciones exactas de esa oración han sido objeto de
controversia. Específicamente, considerada en sentido literal, la formulación parece
suponer una relación de causalidad entre la degradación ambiental y el grado de
responsabilidad. Sin embargo, las “responsabilidades diferenciadas” se han considerado
también como función de la “capacidad” que entraña el grado de desarrollo de un Estado.
A diferencia de la disposición contenida en la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático, redactada esencialmente por la misma época, que se refiere a
las “responsabilidades comunes pero diferenciadas [de los Estados] y sus respectivas
capacidades” (artículo 3, párrafo 1, sin cursiva en el original), en la segunda oración del
Principio 7 no se hace mención alguna de la capacidad. En otra oración del Principio 7 se
reconoce la importancia de la capacidad, pero solo en relación con la especial
Portafolio de evidencias.

responsabilidad que cabe a los países desarrollados respecto del desarrollo sostenible, en
vista de “las tecnologías y los recursos financieros de que disponen”. Por tanto,
indirectamente, el Principio 7 vincula la condición de país en desarrollo a las
“responsabilidades”. Lo que no queda claro, en todo caso, es si la expresión
“responsabilidades comunes pero diferenciadas” implica que la condición de país en
desarrollo entraña de por sí una posible disminución de las obligaciones legales en
materia ambiental, más allá de lo que la norma de diligencia debida, determinada por el
contexto, indicaría como apropiado para el país de que se trate. Desde luego, tanto en la
Declaración de Estocolmo como en la Declaración de Río (Principio 23 y Principio 11,
respectivamente) se reconoce expresamente la importancia de los distintos contextos
nacionales de desarrollo y ambientales para los fines de las normas y políticas
ambientales. Sin embargo, la condición de país en desarrollo no justifica por sí misma una
reducción de las expectativas en el ámbito normativo.

F. Salvaguardias de procedimiento Los Principios 13 a 15, y 17 y 18 de la Declaración de


Estocolmo destacan, moderadamente, la necesidad de la planificación en materia
ambiental y de desarrollo. El hecho de que no se haga referencia en la Declaración al
deber de los Estados de informar a otros Estados que puedan verse afectados del riesgo
de que se produzcan importantes efectos ambientales transfronterizos se debió a que el
grupo de trabajo encargado de la Declaración no pudo llegar a un acuerdo sobre una
disposición de esa naturaleza. Sin embargo, el grupo de trabajo decidió remitir la cuestión
a la Asamblea General que, como ya se señaló, aprobó esa notificación como parte del
deber de los Estados de cooperar en materia ambiental. En contraste, la Declaración de
Río exhorta a los Estados, en términos inequívocos e impositivos, a informar a otros
Estados que puedan verse afectados y a consultar con ellos, cuando existe el riesgo de
que se produzcan efectos perjudiciales importantes para el medio ambiente: el Principio
17 pide que se emprendan evaluaciones del impacto ambiental; el Principio 18 prevé la
notificación en casos de emergencia, y el Principio 19, la notificación y la consulta
(sistemáticas). En el momento de la Conferencia de Río, y quizás por un breve tiempo
después de ella, podía ser permisible cuestionar si el contenido de esos tres principios
entrañaba obligaciones en virtud del derecho internacional consuetudinario. Hoy, sin
embargo, en vista de la práctica internacional que respalda de manera sistemática esos
principios, y de otros factores, como el proyecto de artículos sobre prevención del daño
transfronterizo resultante de actividades peligrosas, preparado por la Comisión de
Derecho Internacional, tales dudas resultarían improcedentes.

G. Participación pública El Principio 10 de la Declaración de Río establece que “El mejor


modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos
interesados, en el nivel que corresponda”. Insta luego a todos los Estados a velar por que
todas las personas tengan acceso a la información, a la participación pública en la
adopción de decisiones y a la justicia en materia ambiental. Aunque el Principio 10 tiene
algunos antecedentes, por ejemplo, en los trabajos de la Organización de Cooperación y
Desarrollo Económicos, representa sin embargo una iniciativa pionera, al enunciar por
primera vez, a nivel mundial, un concepto de importancia crítica para la ordenación eficaz
Portafolio de evidencias.

del medio ambiente, así como para la gobernanza democrática. Desde entonces, las
expectativas de la comunidad internacional, según se reflejan especialmente en la
Convención sobre el acceso a la información, la participación del público en la toma de
decisiones y el acceso a la justicia en asuntos ambientales (Convención Aarhus), y en las
Directrices para la elaboración de legislación nacional sobre el acceso a la información, la
participación del público y el acceso a la justicia en asuntos ambientales, formuladas en
2010 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), así
como en diversas resoluciones de las organizaciones y conferencias internacionales, se
han fusionado hasta tal punto que las disposiciones normativas del Principio 10 deben
considerarse jurídicamente vinculantes. Aunque el estado actual de su aplicación a nivel
de los países puede ser todavía motivo de preocupación (en el contexto de Río+20 se
examinará expresamente el cumplimiento por los Estados de sus compromisos con
arreglo al Principio 10), hoy puede decirse que los derechos de acceso a la información,
participación pública y acceso a la justicia representan derechos humanos reconocidos.

H. La interrelación del comercio y el medio ambiente En el Principio 12 de la Declaración


de Río, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
quiso abordar uno de los temas controvertidos del momento, la relación recíproca entre el
comercio internacional y la conservación y protección del medio ambiente. Habiendo
exhortado a los Estados a evitar que las medidas de política comercial con fines
ambientales constituyeran “un medio de discriminación arbitraria o injustificable [o] una
restricción velada del comercio internacional” (terminología muy similar a la del párrafo de
introducción del artículo XX del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT)), el Principio 12 critica la adopción de medidas unilaterales extrajurisdiccionales:
“Se debería evitar tomar medidas unilaterales para solucionar los problemas ambientales
que se producen fuera de la jurisdicción del país importador”. El origen de esta disposición
se remonta a una propuesta de México y la Comunidad Europea, que habían sido objeto
recientemente de medidas comerciales relacionadas con el medio ambiente, adoptadas
por los Estados Unidos. Respondiendo a la aprobación del Principio 12, los Estados
Unidos formularon una declaración interpretativa en la que aducían que en ciertas
circunstancias las medidas comerciales podían ser un medio efectivo y apropiado de
abordar las inquietudes ambientales fuera de la jurisdicción nacional. Esa posición de los
Estados Unidos ha sido plenamente reivindicada. Como reconoció por primera vez el
Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio en el caso Camarón-
Tortugas, el recurso a las medidas comerciales unilaterales para hacer frente a los
problemas ambientales extraterritoriales puede ser un “aspecto común” de las medidas de
restricción del comercio internacional autorizadas con carácter excepcional en el artículo
XX del GATT.

I. Pueblos indígenas En el Principio 22 de la Declaración de Río se destaca “el papel


fundamental que cumplen las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras
comunidades locales”, en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo, debido a
sus conocimientos y prácticas tradicionales. Se recomienda luego que los Estados
reconozcan y apoyen debidamente la identidad, cultura e intereses de esos pueblos y
Portafolio de evidencias.

hagan posible su participación efectiva en el logro del desarrollo sostenible. Ya en el


momento en que se redactó el texto, esa era una afirmación bastante moderada,
considerando que en el caso de los pueblos indígenas, la identidad cultural y la protección
del medio ambiente se entrelazan de manera inextricable. Por ello, algunos instrumentos
jurídicos internacionales, como el Convenio (Núm. 169) de la Organización Internacional
del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, de 1989, y el
Convenio sobre la Diversidad Biológica, que se abrió a la firma en Río, ya reconocían
expresamente esa relación, y la protegían. Desde Río, los vínculos particulares de
carácter religioso, cultural e incluso existencial de los pueblos indígenas con las tierras
que poseen, ocupan o utilizan tradicionalmente se han definido con más claridad y han
sido objeto de una mayor protección en una serie de decisiones históricas de los
tribunales de derechos humanos, así como en la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los derechos de los pueblos indígenas (resolución 61/295 de la Asamblea General).

LEY GENERAL DE SALUD.

TITULO PRIMERO

Disposiciones Generales

CAPITULO UNICO

La presente Ley reglamenta el derecho a la protección de la salud que tiene toda persona en los
términos del artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece las
bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y la concurrencia de la Federación y
las entidades federativas en materia de salubridad general. Es de aplicación en toda la República y
sus disposiciones son de orden público e interés social.

TITULO SEGUNDO

Sistema Nacional de Salud

CAPITULO I

Disposiciones Comunes

El Sistema Nacional de Salud está constituido por las dependencias y entidades de la


Administración Pública, tanto federal como local, y las personas físicas o morales de los sectores
social y privado, que presten servicios de salud, así como por los mecanismos de coordinación de
acciones, y tiene por objeto dar cumplimiento al derecho a la protección de la salud.

TITULO TERCERO

PRESTACION DE LOS SERVICIOS DE SALUD

CAPITULO I

Disposiciones Comunes
Portafolio de evidencias.

Para los efectos de esta Ley, se entiende por servicios de salud todas aquellas acciones realizadas
en beneficio del individuo y de la sociedad en general, dirigidas a proteger, promover y restaurar la
salud de la persona y de la colectividad.  Los servicios de salud se clasifican en tres tipos:

I. De atención médica;

II. De salud pública, y

III. De asistencia social.

TITULO CUARTO

Recursos Humanos para los Servicios de la Salud

CAPITULO I

Profesionales, Técnicos y Auxiliares

  El ejercicio de las profesiones, de las actividades técnicas y auxiliares y de las especialidades


para la salud, estará sujeto a:

I. La Ley reglamentaria del artículo 5o. Constitucional, relativo al ejercicio de las profesiones en el
Distrito Federal;

II. Las bases de coordinación que, conforme a la Ley, se definan entre las autoridades educativas y
las autoridades sanitarias;

III. Las disposiciones de esta Ley y demás normas jurídicas aplicables, y

IV. Las Leyes que expidan los estados, con fundamento en los artículos 5o. y 121, fracción V, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

 Para el ejercicio de actividades profesionales en el campo de la medicina, odontología, veterinaria,


biología, bacteriología, enfermería, trabajo social, química, psicología, ingeniería sanitaria,
nutrición, dietología, patología y sus ramas, y las demás que establezcan otras disposiciones
legales aplicables, se requiere que los Títulos profesionales o certificados de especialización hayan
sido legalmente expedidos y registrados por las autoridades educativas competentes.

 Para el ejercicio de actividades técnicas y auxiliares que requieran conocimientos específicos en el


campo de la atención médica prehospitalaria, medicina, odontología, veterinaria, enfermería,
laboratorio clínico, radiología, terapia física, terapia ocupacional, terapia del lenguaje, prótesis y
órtesis, trabajo social, nutrición, citotecnología, patología, bioestadística, codificación clínica,
bioterios, farmacia, saneamiento, histopatología y embalsamiento y sus ramas, se requiere que los
diplomas correspondientes hayan sido legalmente expedidos y registrados por las autoridades
educativas competentes.

TITULO QUINTO

Investigación para la Salud

CAPITULO UNICO
Portafolio de evidencias.

ARTICULO 96.- La investigación para la salud comprende el desarrollo de acciones que


contribuyan:

I.- Al conocimiento de los procesos biológicos y psicológicos en los seres humanos;

II.- Al conocimiento de los vínculos entre las causas de enfermedad, la práctica médica y la
estructura social;

III.- A la prevención y control de los problemas de salud que se consideren prioritarios para la
población;

IV.- Al conocimiento y control de los efectos nocivos del ambiente en la salud;

V.- Al estudio de las técnicas y métodos que se recomienden o empleen para la prestación de
servicios de salud, y

VI.- A la producción nacional de insumos para la salud.

TITULO SEXTO

Información para la Salud

CAPITULO UNICO

La Secretaría de Salud y los gobiernos de las entidades federativas, en el ámbito de sus


respectivas competencias, y de conformidad con la Ley de Información Estadística y Geográfica y
con los criterios de carácter general que emita la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
captarán, producirán y procesarán la información necesaria para el proceso de planeación,
programación, presupuestación y control del Sistema Nacional de Salud, así como sobre el estado
y evolución de la salud pública.

La información se referirá, fundamentalmente, a los siguientes aspectos:

I. Estadísticas de natalidad, mortalidad, morbilidad e invalidez;

II. Factores demográficos, económicos, sociales y ambientales vinculados a la salud, y

III. Recursos físicos, humanos y financieros disponibles para la protección de la salud de la


población, y su utilización.

TITULO SEPTIMO

Promoción de la Salud

CAPITULO I

Disposiciones Comunes

ARTICULO 110. La promoción de la salud tiene por objeto crear, conservar y mejorar las
condiciones deseables de salud para toda la población y propiciar en el individuo las actitudes,
valores y conductas adecuadas para motivar su participación en beneficio de la salud individual y
colectiva.
Portafolio de evidencias.

La promoción de la salud comprende:

I. Educación para la salud;

II. Nutrición;

III. Control de los efectos nocivos del ambiente en la salud;

IV. Salud ocupacional, y

V. Fomento sanitario

CAPITULO II

Educación para la Salud

La educación para la salud tiene por objeto:

I.- Fomentar en la población el desarrollo de actitudes y conductas que le permitan participar en la


prevención de enfermedades individuales, colectivas y accidentes, y protegerse de los riesgos que
pongan en peligro su salud;

II.- Proporcionar a la población los conocimientos sobre las causas de las enfermedades y de los
daños provocados por los efectos nocivos del ambiente en la salud, y

III.- Orientar y capacitar a la población preferentemente en materia de nutrición, salud mental, salud


bucal, educación sexual, planificación familiar, riesgos de automedicación, prevención de
farmacodependencia, salud ocupacional, salud visual, salud auditiva, uso adecuado de los
servicios de salud, prevención de accidentes, prevención y rehabilitación de la invalidez y detección
oportuna de enfermedades.

CAPITULO III

Nutrición

Para la atención y mejoramiento de la nutrición de la población, la Secretaría de Salud participará,


de manera permanente, en los programas de alimentación del Gobierno Federal.

La Secretaría de Salud, las entidades del sector salud y los gobiernos de las entidades federativas,
en sus respectivos ámbitos de competencia, formularán y desarrollarán programas de nutrición,
promoviendo la participación en los mismos de los organismos nacionales e internacionales cuyas
actividades se relacionen con la nutrición, alimentos, y su disponibilidad, así como de los sectores
sociales y privado.

TITULO OCTAVO

Prevención y Control de Enfermedades y Accidentes

CAPITULO I
Portafolio de evidencias.

Disposiciones Comunes

En materia de prevención y control de enfermedades y accidentes, y sin perjuicio de lo que


dispongan las Leyes laborales y de seguridad social en materia de riesgos de trabajo, corresponde
a la Secretaría de Salud:

I. Dictar las Normas Oficiales Mexicanas para la prevención y el control de enfermedades y


accidentes;

II. Establecer y operar el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, de conformidad con esta
Ley y las disposiciones que al efecto se expidan;

III. Realizar los programas y actividades que estime necesario para la prevención y control de
enfermedades y accidentes, y

IV. Promover la colaboración de las instituciones de los sectores público, social y privado, así como
de los profesionales, técnicos y auxiliares para la salud y de la población en general, para el óptimo
desarrollo de los programas y actividades a que se refieren las fracciones II y III.

CAPITULO II

Enfermedades Transmisibles

La Secretaría de Salud y los gobiernos de las entidades federativas, en sus respectivos ámbitos de
competencia, realizarán actividades de vigilancia epidemiológica, de prevención y control de las
siguientes enfermedades transmisibles:

I. Cólera, fiebre tifoidea, paratifoidea, shigelosis, amibiasis, hepatitis virales y otras enfermedades
infecciosas del aparato digestivo;

II. Influenza epidémica, otras infecciones agudas del aparato respiratorio, infecciones
meningocóccicas y enfermedades causadas por estreptococos;

III. Tuberculosis;

IV. Difteria, tosferina, tétanos, sarampión, poliomielitis, rubeola y parotiditis infecciosa;

V. Rabia, peste, brucelosis y otras zoonosis. En estos casos la Secretaría de Salud coordinará sus
actividades con la de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural.

VI. Fiebre amarilla, dengue y otras enfermedades virales transmitidas por artrópodos;

VII. Paludismo, tifo, fiebre recurrente transmitida por piojo, otras rickettsiosis, leishamaniasis,
tripanosomiasis, y oncocercosis;

VIII. Sífilis, infecciones gonocóccicas y otras enfermedades de transmisión sexual;

IX. Lepra y mal del pinto;

X. Micosis profundas;

XI. Helmintiasis intestinales y extraintestinales;


Portafolio de evidencias.

XII. Toxoplasmosis;

XIII. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), y

XIV. Las demás que determinen el Consejo de Salubridad General y los tratados y convenciones
internacionales en los que los Estados Unidos Mexicanos sean parte y que se hubieren celebrado
con arreglo a las disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

CAPITULO III

Enfermedades no Transmisibles

 La Secretaría de Salud y los gobiernos de las entidades federativas, en sus respectivos ámbitos
de competencia, realizarán actividades de prevención y control de las enfermedades no
transmisibles que las propias autoridades sanitarias determinen.

CAPITULO IV

 Accidentes
Para los efectos de esta Ley, se entiende por accidente el hecho súbito que ocasione daños a la
salud, y que se produzcan por la concurrencia de condiciones potencialmente prevenibles.

TITULO NOVENO

Asistencia Social, Prevención de Invalidez y Rehabilitación de Inválidos

CAPITULO UNICO

ARTICULO 167. Para los efectos de esta Ley, se entiende por Asistencia Social el conjunto de
acciones tendientes a modificar y mejorar las circunstancias de carácter social que impidan al
individuo su desarrollo integral, así como la protección física, mental y social de personas en
estado de necesidad, desprotección o desventaja física y mental, hasta lograr su incorporación a
una vida plena y productiva.

TITULO DECIMO

Acción Extraordinaria en Materia de Salubridad General

CAPITULO UNICO

En caso de epidemia de carácter grave, peligro de invasión de enfermedades transmisibles,


situaciones de emergencia o catástrofe que afecten al país, la Secretaría de Salud dictará
inmediatamente las medidas indispensables para prevenir y combatir los daños a la salud, a
reserva de que tales medidas sean después sancionadas por el Presidente de la República.

En caso de emergencia causada por deterioro súbito del ambiente que ponga en peligro inminente
a la población, la Secretaría de Salud adoptará las medidas de prevención y control indispensables
para la protección de la salud sin perjuicio de la intervención que corresponda al Consejo de
Salubridad General y a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología.
Portafolio de evidencias.

En los casos a que se refieren los artículos anteriores, el Ejecutivo Federal podrá declarar,
mediante decreto, la región o regiones amenazadas que quedan sujetas, durante el tiempo
necesario, a la acción extraordinaria en materia de salubridad general.

Cuando hubieren desaparecido las causas que hayan originado la declaración de quedar sujeta
una región a la acción extraordinaria en materia de salubridad general, el Ejecutivo Federal
expedirá un decreto que declare terminada dicha acción.

La acción extraordinaria en materia de salubridad general será ejercida por la Secretaría de Salud

TITULO DECIMOPRIMERO

Programas Contra las Adicciones

CAPITULO I

Consejo Nacional contra las Adicciones

 Se crea el Consejo Nacional contra las Adicciones, que tendrá por objeto promover y apoyar las
acciones de los sectores público, social y privado tendientes a la prevención y combate de los
problemas de salud pública causados por las adicciones que regula el Presente Título, así como
proponer y evaluar los programas a que se refieren los artículos 185, 188 y 191 de esta Ley. Dicho
Consejo estará integrado por el Secretario de Salud, quien lo presidirá, por los titulares de las
dependencias y entidades de la Administración Pública Federal cuyas atribuciones tengan relación
con el objeto del Consejo y por representantes de organizaciones sociales y privadas relacionadas
con la salud. El Secretario de Salud podrá invitar, cuando lo estime conveniente, a los titulareslos
gobiernos de las entidades federativas a asistir a las sesiones del Consejo.

La organización y funcionamiento del Consejo se regirán por las disposiciones que expida el
Ejecutivo Federal.

CAPITULO II

Programa contra el Alcoholismo y el Abuso de Bebidas Alcohólicas

 La Secretaría de Salud, los gobiernos de las entidades federativas y el Consejo de Salubridad
General, en el ámbito de sus respectivas competencias, se coordinarán para la ejecución del
programa contra el alcoholismo y abuso de bebidas alcohólicas que comprenderá, entre otras, las
siguientes acciones:

I. La prevención y el tratamiento del alcoholismo y, en su caso, la rehabilitación de los alcohólicos;

II. La educación sobre los efectos del alcohol en la salud y en las relaciones sociales, dirigida
especialmente a niños, adolescentes, obreros y campesinos, a través de métodos individuales,
sociales o de comunicación masiva, y

III. El fomento de actividades cívicas, deportivas y culturales que coadyuven en la lucha contra el
alcoholismo, especialmente en zonas rurales y en los grupos de población considerados de alto
riesgo.

CAPITULO III
Portafolio de evidencias.

Programa contra el Tabaquismo

 
La Secretaría de Salud, los gobiernos de las entidades federativas y el Consejo de Salubridad
General, en el ámbito de sus respectivas competencias, se coordinarán para la ejecución del
Programa contra el Tabaquismo, que comprenderá, entre otras, las siguientes acciones:

I. La prevención y el tratamiento de padecimientos originados por el tabaquismo, y

9
 II. La educación sobre los efectos del tabaquismo en la salud, dirigida especialmente a la familia,
niños y adolescentes, a través de métodos individuales, colectivos o de comunicación masiva,
incluyendo la orientación a la población para que se abstenga de fumar en lugares públicos y la
prohibición de fumar en el interior de los edificios públicos propiedad del gobierno federal, en los
que alberguen oficinas o dependencias de la Federación y en aquellos en los que se presten
servicios públicos de carácter federal, con excepción de las áreas restringidas reservadas en ellos
para los fumadores.

CAPITULO IV

Programa contra la Farmacodependencia

La Secretaría de Salud y el Consejo de Salubridad General, en el ámbito de sus respectivas


competencias, se coordinarán para la ejecución del Programa contra la Farmacodependencia, a
través de las siguientes acciones:

I. La prevención y el tratamiento de la farmacodependencia y, en su caso, la rehabilitación de los


farmacodependientes;

II. La educación sobre los efectos del uso de estupefacientes, substancias psicotrópicas y otras
susceptibles de producir dependencia, así como sus consecuencias en las relaciones sociales y;

III. La educación e instrucción a la familia y a la comunidad sobre la forma de reconocer los


síntomas de la farmacodependencia y adoptar las medidas oportunas para su prevención y
tratamiento.

TITULO DECIMOSEGUNDO

Control Sanitario de Productos y Servicios y de su Importación y Exportación

CAPITULO I

Disposiciones Comunes

Para efectos de este Título, se entiende por control sanitario, el conjunto de acciones de
orientación, educación, muestreo, verificación y en su caso, aplicación de medidas de seguridad y
sanciones, que ejerce la Secretaría de Salud con la participación de los productores,
comercializadores y consumidores, en base a lo que establecen las Normas Oficiales Mexicanas y
otras disposiciones aplicables.

El ejercicio del control sanitario será aplicable al:


Portafolio de evidencias.

I. Proceso, importación y exportación de alimentos, bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas,


productos de perfumería, belleza y aseo, tabaco, así como de las materias primas y, en su caso,
aditivos que intervengan en su elaboración;

II. Proceso, uso, mantenimiento, importación, exportación, y disposición final de equipos médicos,
prótesis, órtesis, ayudas funcionales, agentes de diagnóstico, insumos de uso odontológico,
materiales quirúrgicos, de curación y productos higiénicos, y

 
III. Proceso, uso, importación, exportación, aplicación y disposición final de plaguicidas, nutrientes
vegetales y substancias tóxicas o peligrosas para la salud, así como de las materias primas que
intervengan en su elaboración.

El control sanitario del proceso, importación y exportación de medicamentos, estupefacientes y


substancias psicotrópicas y las materias primas que intervengan en su elaboración, compete en
forma exclusiva a la Secretaría de Salud, en función del potencial de riesgo para la salud que estos
productos representan.

 TITULO DECIMOTERCERO
Publicidad

CAPITULO UNICO

Con el fin de proteger la salud pública, es competencia de la Secretaría de Salud la autorización de


la publicidad que se refiera a la salud, al tratamiento de las enfermedades, a la rehabilitación de los
inválidos, al ejercicio de las disciplinas para la salud y a los productos y servicios a que se refiere
esta Ley. Esta facultad se ejercerá sin perjuicio de las atribuciones que en esta materia confieran
las Leyes a las Secretarías de Gobernación, Educación Pública, Comercio y Fomento Industrial,
Comunicaciones y Transportes, y otras dependencias del Ejecutivo Federal.

TITULO DECIMOCUARTO

Donación, transplantes y pérdida de la vida

CAPITULO I

Disposiciones Comunes

 Compete a la Secretaría de Salud:


 I. El control sanitario de las donaciones y trasplantes de órganos, tejidos y células de seres
humanos, por conducto del órgano desconcentrado denominado Comisión Federal para la
Protección contra Riesgos Sanitarios, y

II. La regulación y el control sanitario sobre cadáveres.

CAPITULO lI

Donación

Toda persona es disponente de su cuerpo y podrá donarlo, total o parcialmente, para los fines y
con los requisitos previstos en el presente título.
Portafolio de evidencias.

 
La donación en materia de órganos, tejidos, células y cadáveres, consiste en el consentimiento
tácito o expreso de la persona para que, en vida o después de su muerte, su cuerpo o cualquiera
de sus componentes se utilicen para trasplantes.

CAPITULO III

Trasplantes

Los trasplantes de órganos, tejidos y células en seres humanos vivos podrán llevarse a cabo
cuando hayan sido satisfactorios los resultados de las investigaciones realizadas al efecto,
representen un riesgo aceptable para la salud y la vida del donante y del receptor, y siempre que
existan justificantes de orden terapéutico.

Está prohibido:

 
I. El trasplante de gónadas o tejidos gonadales, y

 
II. El uso, para cualquier finalidad, de tejidos embrionarios o fetales producto de abortos inducidos.

TITULO DECIMOQUINTO

Sanidad Internacional

CAPITULO I

Disposiciones Comunes

Los servicios de sanidad internacional se regirán por las disposiciones de esta Ley, sus
reglamentos y las Normas Oficiales Mexicanas que emita la Secretaría de Salud, así como por los
tratados y convenciones internacionales en los que los Estado Unidos Mexicanos sean parte y que
se hubieren celebrado con arreglo a las disposiciones de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

La Secretaría de Salud operará los servicios de sanidad internacional, tanto los de carácter
migratorio como los relacionados con los puertos marítimos de altura, los aeropuertos, las
poblaciones fronterizas y los demás lugares legalmente autorizados para el tránsito internacional
de personas y carga.

Las actividades de sanidad internacional apoyarán a los sistemas nacionales de vigilancia


epidemiológica y de regulación, control y fomento sanitarios.

Compete a la Secretaría de Salud adoptar las medidas que procedan para la vigilancia sanitaria de
personas, animales, objetos o substancias que ingresen al territorio nacional y que, a su juicio
constituyan un riesgo para la salud de la población, sin perjuicio de la intervención que corresponda
a otras autoridades competentes.

CAPITULO II

Sanidad en Materia de Migración


Portafolio de evidencias.

Cuando así lo estime conveniente la autoridad sanitaria, someterá a examen médico a cualquier
persona que pretenda entrar al territorio nacional.

Los reconocimientos médicos que deban realizar las autoridades sanitarias tendrán preferencia y
se practicarán con anticipación a los demás trámites que corresponda efectuar a cualquier otra
autoridad.

Cuando se trate de personas que ingresen al país con intención de radicar en él de manera
permanente, además de los exámenes médicos que practique la autoridad sanitaria, deberán
presentar certificado de salud obtenido en su país de origen, debidamente visado por las
autoridades consulares mexicanas.

CAPITULO III

Sanidad Marítima, Aérea y Terrestre

 La autoridad sanitaria otorgará libre platica a las embarcaciones cuando, de acuerdo a los
informes que éstas faciliten antes de su llegada, juzgue que el arribo no dará lugar a la introducción
o a la propagación de una enfermedad o daño a la salud.

La autoridad sanitaria de puertos, aeropuertos o poblaciones fronterizas podrá exigir, al arribo, la


inspección médico- sanitaria de embarcaciones, aeronaves y vehículos terrestres, los cuales se
someterán a los requisitos y medidas que establezcan las disposiciones reglamentarias aplicables.

TITULO DECIMOSEXTO

Autorizaciones y Certificados

CAPITULO I

Autorizaciones

La autorización sanitaria es el acto administrativo mediante el cual la autoridad sanitaria


competente permite a una persona pública o privada, la realización de actividades relacionadas
con la salud humana, en los casos y con los requisitos y modalidades que determine esta Ley y
demás disposiciones generales aplicables.

Las autorizaciones sanitarias tendrán el carácter de licencias, permisos, registros o tarjetas de


control sanitario.

Las autorizaciones sanitarias serán otorgadas por la Secretaría de Salud o por los gobiernos de las
entidades federativas, en el ámbito de sus respectivas competencias, en los términos de esta Ley y
demás disposiciones aplicables.

Las autorizaciones sanitarias serán otorgadas por tiempo indeterminado, con las excepciones que
establezca esta Ley. En caso de incumplimiento de lo establecido en esta ley, sus reglamentos,
normas oficiales mexicanas, las demás disposiciones generales que emita la Secretaría de Salud,
o de las aplicables de la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos las autorizaciones serán
revocadas.

CAPITULO II
Portafolio de evidencias.

Revocación de Autorizaciones Sanitaria

La autoridad sanitaria competente podrá revocar las autorizaciones que haya otorgado, en los
siguientes casos:

I. Cuando, por causas supervenientes, se compruebe que los productos o el ejercicio de las
actividades que se hubieren autorizado, constituyan riesgo o daño para la salud humana;

II. Cuando el ejercicio de la actividad que se hubiere autorizado, exceda los límites fijados en la
autorización respectiva;

III. Porque se dé un uso distinto a la autorización;

IV. Por incumplimiento grave a las disposiciones de esta Ley, sus reglamentos y demás
disposiciones generales aplicables;

V. Por reiterada renuncia a acatar las órdenes que dicte la autoridad sanitaria, en los términos de
esta Ley y demás disposiciones generales aplicables;

VI. Porque el producto objeto de la autorización no se ajuste o deje de reunir las especificaciones o
requisitos que fijen esta Ley, las Normas Oficiales Mexicanas y demás disposiciones generales
aplicables.

CAPITULO III

Certificados

Para los efectos de esta Ley, se entiende por certificado la constancia expedida en los términos
que establezcan las autoridades sanitarias competentes, para la comprobación o información de
determinados hechos.

Para fines sanitarios se extenderán los siguientes certificados:

I. Prenupciales;

II. De defunción;

III. De muerte fetal;

IV. De exportación a que se refieren los artículos 287 y 288 de esta Ley, y

 
V. Los demás que se determinen en esta Ley y sus reglamentos.

TITULO DECIMOSEPTIMO

Vigilancia Sanitaria

CAPITULO UNICO

Corresponde a la Secretaría de Salud y a los gobiernos de las entidades federativas, en el ámbito


de sus respectivas competencias, la vigilancia del cumplimiento de esta Ley y demás disposiciones
que se dicten con base en ella.
Portafolio de evidencias.

La participación de las autoridades municipales y de las autoridades de las comunidades


indígenas, estará determinada por los convenios que celebren con los gobiernos de las respectivas
entidades federativas y por lo que dispongan los ordenamientos locales.

Las demás dependencias y entidades públicas coadyuvarán a la vigilancia del cumplimiento de las
normas sanitarias y, cuando encontraren irregularidades que a su juicio constituyan violaciones a
las mismas, lo harán del conocimiento de las autoridades sanitarias competentes.

El acto u omisión contrario a los preceptos de esta Ley y a las disposiciones que de ella emanen,
podrán ser objeto de orientación y educación de los infractores con independencia de que se
apliquen, si procedieren, las medidas de seguridad y las sanciones correspondientes en esos
casos.

TITULO DECIMOCTAVO

CAPITULO I

Medidas de Seguridad Sanitaria

Se consideran medidas de seguridad las disposiciones que dicte la autoridad sanitaria competente,
de conformidad con los preceptos de esta Ley y demás disposiciones aplicables, para proteger la
salud de la población. Las medidas de seguridad se aplicarán sin perjuicio de las sanciones que,
en su caso, correspondieren.

Son competentes para ordenar o ejecutar medidas de seguridad, la Secretaría de Salud y los
gobiernos de las entidades federativas, en el ámbito de sus respectivas competencias.

La participación de los municipios y de las autoridades de las comunidades indígenas estará


determinada por los convenios que celebren con los gobiernos de las respectivas entidades
federativas y por lo que dispongan los ordenamientos locales.

 Son medidas de seguridad sanitaria las siguientes:


I. El aislamiento;

II. La cuarentena;

III. La observación personal;

IV. La vacunación de personas;

V. La vacunación de animales;

VI. La destrucción o control de insectos u otra fauna transmisora y nociva;

VII. La suspensión de trabajos o servicios;

VIII. La suspensión de mensajes publicitarios en materia de salud;

IX. La emisión de mensajes publicitarios que advierta peligros de daños a la salud;

X. El aseguramiento y destrucción de objetos, productos o substancias;


Portafolio de evidencias.

XI. La desocupación o desalojo de casas, edificios, establecimientos y, en general, de cualquier


predio;

XII. La prohibición de actos de uso, y

XIII. Las demás de índole sanitaria que determinen las autoridades sanitarias competentes, que
puedan evitar que se causen o continúen causando riesgos o daños a la salud.

Son de inmediata ejecución las medidas de seguridad señaladas en el presente artículo

CAPITULO II

Sanciones Administrativas

Las violaciones a los preceptos de esta Ley, sus reglamentos y demás disposiciones que emanen
de ella, serán sancionadas administrativamente por las autoridades sanitarias, sin perjuicio de las
penas que correspondan cuando sean constitutivas de delitos.

Las sanciones administrativas podrán ser:

I.- Amonestación con apercibimiento;

II.- Multa;

III.- Clausura temporal o definitiva, que podrá ser parcial o total, y

IV.- Arresto hasta por treinta y seis horas.

CAPITULO III

Procedimiento para Aplicar las Medidas de Seguridad y Sanciones

Para los efectos de esta Ley, el ejercicio de las facultades discrecionales por parte de la autorida
sanitaria competente se sujetará a los siguientes criterios:

I. Se fundará y motivará en los términos de los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos;

II. Se tomarán en cuenta las necesidades sociales y nacionales y, en general, los derechos e
intereses de la sociedad;

III. Se considerarán los precedentes que se hayan dado en el ejercicio de las facultades
específicas que van a ser usadas, así como la experiencia acumulada a ese respecto;

IV. Los demás que establezca el superior jerárquico tendientes a la predictibilidad de la resolución
de los funcionarios, y

V. La resolución que se adopte se hará saber por escrito al interesado dentro del plazo que marca
la Ley. Para el caso de que no exista éste, dentro de un plazo no mayor de cuatro meses contados
a partir de la recepción de la solicitud del particular.
Portafolio de evidencias.

 
Portafolio de evidencias.

También podría gustarte