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 INTRODUCCION

 MARCO TEORICO : desarrollo histórico de la bioética desde sus inicios


Definir las teorías éticas que se han desarrollado en la civilización occidental
hasta los días de la bioética vigentes
bases del principialismo y personalismo de la bioética  
 Exponer los conceptos básicos de ética principialista
 Describir la realidad del desarrollo de la bioetica latinoamericana.
 Evaluar el rol de los derechos humanos en la bioetica en Latinoamérica 
 Rol de la capacitación profesional en bioetica en los profesionales de la salud
para el nuevo milenio 

Historia de la bioética
La bioética tiene sus orígenes en Egipto y la Mesopotamia. Fue allí en donde
se detectaron las primeras regulaciones vinculadas a la medicina. Es
a Hipócrates (Grecia, 460-370 a.C) y a quien se le adjudica el Juramento
Hipocrático, esto es, una guía obligatoria que orienta a los médicos en su labor.

Por otra parte, la escolástica avanzó en una teología moral que aborda las


cuestiones de las leyes naturales, así como también la conservación de la
vida. Desde el siglo XVII se empezaron a registrar libros y textos que abordaban,
de manera conjunta, a la moral y a la medicina. Estas ideas, al poco tiempo,
dieron un salto al mundo laico, y se las considera los orígenes de la Deontología
Médica.

Más allá de estos orígenes, en los que el término “bioética” como tal no existía, en
general, la historia de esta disciplina se divide en dos grandes etapas: antes de
Potter y después de Potter.

La etapa Antes de Potter incluye los dos ítems antes mencionados: el Juramento
Hipocrático y la Deontología Médica. La etapa denominada Después de Potter se
la ubica dentro del período que va desde el Código de Núremberg hasta el primer
trasplante de corazón, que llevó adelante Christian Barnard en 1967.

En pocas palabras, el Código de Núremberg es un conjunto de principios que


regulan la experimentación con seres humanos y fue el resultado de los Juicios
de Núremberg que se llevaron adelante una vez finalizada la II Guerra Mundial.

1.  Origen e historia de la bioética


La ética es la reflexión crítica sobre los valores y principios que guían
nuestras decisiones y comportamientos.

La palabra bioética es un neologismo acuñado en 1971 por Van


Rensselaer Potter (en su libro Bioethics: bridge to the future), en el que
este autor englobaba la "disciplina que combina el conocimiento
biológico con el de los valores humanos". La prestigiosa Encyclopedia of
Bioethics (coordinada por Warren Reich) define la bioética como "el
estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de
la vida y del cuidado sanitario, en cuanto que tal conducta se examina a
la luz de los valores y de los principios morales". En la actualidad abarca
no sólo los aspectos tradicionales de la ética médica, sino que incluye la
ética ambiental, con los debates sobre los derechos de las futuras
generaciones, desarrollo sostenible, etc. (De hecho, el libro de Potter
trataba las cuestiones éticas en relación al medio ambiente con
perspectivas evolutivas, pero posteriormente el término bioética se ha
usado sobre todo para referirse a la nueva ética médica y a la ética de
los nuevos avances en biomedicina).

En 1972 André Hellegers crea el Instituto Kennedy de Bioética, en la


Universidad Georgetown (Washington DC), siendo esta la primera vez
que una institución académica recurre al nuevo término. Según Warren
Reich (1993), la palabra bioética ha tenido éxito en imponerse porque
es muy sugestiva y poderosa: "sugiere un nuevo foco, una nueva reunión
de disciplinas de una forma nueva y con un nuevo foro que tendió a
neutralizar el tinte ideológico que la gente asociaba con la
palabra ética".

El objetivo de la bioética, tal como la "fundaron" el Hastings Center


(1969) y el Instituto Kennedy (1972) era animar al debate y al diálogo
interdisciplinar entre la medicina, la filosofía y la ética, y supuso una
notable renovación de la ética médica tradicional.

La prehistoria de la bioéticaeditareditar código


Médico curando

La Historia de la Bioética tiene una prehistoria constituida por la ética médica. Los


más antiguos testimonios los tenemos en Mesopotamia y en Egipto donde se regula el
desarrollo de la primitiva práctica médica. La contribución esencial es la del griego
Hipócrates(460-370 a.c.) al que se atribuye el Juramento hipocrático.

La escolástica desarrolla la teología moral tratando los temas sobre la ley natural, la


conservación de la vida, las acciones de doble efecto, el voluntario indirecto, y los
aspectos del quinto mandamiento. Y a partir del siglo XVII cuando aparecen algunos
libros que relacionan la medicina y la moral: las Cuestiones médico legales, del
romano Zacchia ( 1584-1659). Desde finales del sigloXVIII se afianza el pensamiento
cristiano. Más tarde, una elaboración laica de los deberes del médico, recibe la
denominación inicial de: Deontología médica.

La Historia de la Bioética puede percibirse en dos grandes etapas: antes de Potter y


después de Potter.

La primera etapa abarcará desde el Juramento Hipocrático hasta los Códigos


Deontológicos españoles; mientras que la segunda, desde el año 1970, abarca desde
el Código de Nüremberg hasta el primer trasplante de corazón realizado por Christian
Barnard[1].

En el siglo XIX se sistematiza la reflexión teológica moral con los manuales de teología
moral y el desarrollo de los libros de medicina pastoral y de ética médica.

La bioética es una disciplina que surge a mediados del siglo XX como respuesta al desarrollo tecnocientífico
sobre la vida. Su finalidad es elaborar un pensamiento fundamentado en la ética, que responda a
deliberaciones sustentadas en la razón, a fin de ofrecer criterios éticos a la hora de tomar decisiones que
afecten a la vida.
 
Una de las primeras formulaciones de la bioética hace referencia al sentido más global de la supervivencia de
la humanidad en la tierra, donde queda definida como "un llamamiento a la responsabilidad de preservar
el medio ambiente, la atmósfera y la biodiversidad".
 
Pero es en el campo de la investigación y de la actividad asistencial donde se ha desarrollado más,
surgiendo, por un lado, de la necesidad de regular la ética de la investigación con sujetos humanos,
después de la experiencia trágica durante la II Guerra Mundial, a la vez que por el contexto clínico ante las
dificultades de los profesionales de tomar ciertas decisiones donde se planteaban conflictos de valores
(recursos limitados, decisiones al final de la vida, etc.). La bioética ofrece respuestas, proponiendo un diálogo
entre las diversas disciplinas de las ciencias y las humanidades para poder encontrar soluciones a los
posibles conflictos éticos de su día a día. Así, la bioética reflexiona de manera global sobre cuestiones
sociales que tienen que ver con la salud de las personas y, por tanto, que interesan a todo el mundo.

PRINCIPIALISMO
Cuatro son entonces los Principios de este modelo, contenidos y explicados en la segunda parte
del libro en cuestión.

1) El principio de autonomía: en el ámbito médico significa que los valores, criterios y


preferencias del enfermo gozan de prioridad en la toma de decisiones, en virtud de su dignidad
como sujeto. Este principio guarda inmediata relación con la cuestión del consentimiento
informado de la persona actual o potencialmente enferma. Esto permite una relación más
simétrica entre médico-paciente, alejando así el antiguo paternalismo médico.

2) Principio de beneficencia: compromete a proporcionar beneficios a los demás. Es decir, hacer


todo el bien al paciente. Claro que el problema que se presenta aquí de inmediato es la variedad
de concepciones acerca de lo que podemos entender por beneficio o perjuicio.

3) Principio de no maleficencia: nos obliga a no dañar a los demás. Clásicamente conocido como
primun non nocere, es un principio prioritario.

4) Principio de Justicia: en el acto médico hay un tercer actor, la sociedad, en la que el médico y
el paciente se insertan. En ella, todos los sujetos merecen el mismo respeto y deben reivindicar su
derecho a la vida, a la salud y a la equidad en la distribución de los recursos sanitarios. El principio
de justicia refiere a la obligación de igualdad en los tratamientos y, en lo que respecta al Estado, a
la equitativa distribución de recursos para la sanidad, los hospitales, la investigación, etc.

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