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PIRATAS DE SOMALIA

El hambre, el caos y la guerra han empujado a muchos pescadores desesperados


de este país africano a capturar barcos con la única finalidad de cobrar el rescate.
JULIÁN ELUOT,PERIOO eSTA

o trip u lan b e rga n tin es, ni F.l estado bélico perm anente ha dejado

N
blanden sables ni llevan lo ­ com o saldo e l desgobierno. N o hay diri­
ros al hom bro. Tam poco es­ gencia política representativa, ni estable
tán dispuestos a sacrificar el ni central. N i siquiera existen fronteras
botín por un am or o a dar la exteriores e interiores definidas, lo que
vida por la libertad. Son piratas de ver­ ha llevad o a intervenciones más o m e­
dad. Somalia no es H ollyw ood. Todo lo nos clandestinas por vecinos com o Etio­
contrario. Sum ido en una cruenta gue­ pía y Eritrea, adem ás de a un ex p olio
rra c ivil desde hace casi dos décadas, flagrante de la pesca local por parte de
e l país se cuenta en tre los m ás ca ó ti­ otros estados. También al vertido en sus
cos, pobres y violentos del planeta. aguas de sustancias tóxicas, residuos

18 HISTORIA V VIDA
SOMALIA

GUERRA CIVIL V
ACTOS PIRATAS
I Q Q C UN ATEN TAD O contra Si-
1 - 3 0 0 yad Barreh, pre side n te de
S o m a lia desde 1969. abre la lucha a r­
mada entre sus partidarios y opositores.

1QQl L A R E V O L U C I Ó N da paso
I « J « 7 1 a una caótica guerra civil a la
caída de Ba rre h. S o m a lila n d ia , a l no r­
te, se proclam a independiente.

1 Q Q O O T R A S S E C E S IO N E S feo-
I 3 a ! 0 m o la s d e P u n tla n d ia .J u b a -
land ia y G a lm ud ug ) se suceden hasta
2 0 0 6 , m ien tra s se m u ltip lic a n la s
facciones en com bate.

7 n n ¿ E L T S U N A M I de dicie m -
L — - ' -7 ^ 1 f a U I r t bre revela vertid o s tóxicos
• * \T á extranjero s en la s costa s, a s í com o la
r m v ‘ f v pesca ¡legal, de sd e la guerra civ il.

n n n r s e d i s p a r a n ios actos
B. «•■ t- ' £ U U 3 de pirate ría en So m a lia .
V arias organizaciones m undiales y g o ­
biernos piden intervención internacional.

n n n c L A IN V A S IÓ N etíope del
¿ U U U país hace recrudecer el f¡-
lib u s te ris n io en diciem bre, que había
m enguado m eses antes, en mayo, por
un nuevo gobierno.

i n n Q U N A C O A L IC IÓ N global,
f c U U O la Task Forcé 150, patrulla
el g o lfo de A d én. La O N U aprueba las
DETENCIÓN DE uri grupo de pir¿t¿$ Somjlíer. j persecuciones p o r m a r y po r tierra.
manos de fuerzas internacionales de seguridad.

más prósperas d el globo, la del Cuerno dos a la fuerza tras la marcha de las p o ­
EL PAÍS YACE DE H A M B R E
de A frica, d e gran im portancia geo p o ­ tencias coloniales, Italia y Gran Breta­
Y SE DESANGRA B A JO UN lítica, m ilitar y m ercantil. N o en vano, ña, que tam bién se habían rep artid o
el país se halla cerca del canal d e Suez suelos y gentes d e m anera arbitraria.
CONFLICTO P E R P E T U O
y constitu ye un pu n to n aval de paso A una déca d a d e fr á g il d e m o cra cia ,
EN TR E M Ú LTIPLES casi obligado entre Asia y el continente marcada por los magnicidios, siguieron
n egro. Es d ecir, en tre los principales otras dos de dictadura. Su líder, el gene­
SEÑO RES D E L A G U E R R A
productores mundiales de petróleo, en ral com unista Siyad Barreh, benefició
nu cleares incluidos. Som alia p adece O rien te M ed io, y sus m ayores consu­ a algunos clanes en detrim ento de otros,
secesiones regionales autoconstituidas m idores, en Occidente. Los piratas que alterando así el equilibrio d e una nación
en repúblicas -en tre ellas, Somalilandia han asolando e l g o lfo d e A dén y a lre­ precisam ente organizada en tribus.
y Puntlandia-, pero no reconocidas co­ dedores en los últim os años, con una F.I caos secular esta lló cu ando Barreh
m o tales dentro ni fuera del país. M ien­ escalada cada v ez más alarm ante, son fu e derro ca d o, a p rincipios d e los n o ­
tras, e l pueblo yace de hambre y se des­ hijos de este contraste. venta. La revolución fue replicada por
angra bajo un conflicto perpetuo entre una contrarrevolu ción y, fin alm en te,
múltiples señores de la guerra. Una con­ Hacia la anarquía por e l conflicto cada v e z m ás m ultila­
fla gración tan inm anejable que hasta Los antecedentes de la piratería, sin em ­ teral que aún hoy continúa. La guerra
los Cascos A zu les decidieron retirarse bargo, se rem ontan a antes de la g u e­ en dém ica a fectó la producción de a li­
de ella a mediados de los años noventa. rra civil. Son incluso previos a la p ro­ m entos, ya a gra va d a p o r una sequía
Este infierno se sitúa, paradójicam en­ pia independencia d el estado. Éste se persistente. Tam bién con den ó al des­
te, ju n to a una de las rutas m arítim as em ancipó en 1960 con territorios uni­ em p leo a la generación alumbrada du-

HISTQRIA V VID* 19

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